Recuerdo del primer mensaje :


—Dame un minuto— pido a través de la puerta cerrada del baño y vuelvo a inclinarme sobre el retrete para descargar las dos gotas de alcohol que se han vuelto un vomito ininterrumpido durante los últimos cinco minutos, en los que vengo repitiendo esa petición de un minuto más. Esto es asqueroso, así como vil. Traté de organizar todo en la fábrica para que no faltara jugo de limón fresco en el barril con hielo - que nos sirve para compensar la falta de refrigerador - y a cierta rubia se le ocurre darme una supuesta bebida frutal infiltrada entre las otras, que me tiene aquí tomando posesión exclusiva del baño.

Le estoy quitando a Synnove su escondite al darse cuenta que ha venido a nada más y nada menos que la fiesta de cumpleaños de Ken, pero que se joda. ¿Quién lo manda a cortar con él en el verdadero cumpleaños, eh? Me gustaría poder decir que me abrazo al retrete para no darle el espacio, cuando lo cierto es que no puedo irme más allá de un centímetro de la puerta sin ensuciar el suelo de la fábrica con más vómito. Soy la ironía del hijo de un hombre llamado Patrick que hizo honor a su nombre en cada fiesta, mi hígado está destinado a limpiar el karma que heredé de él y se declara abstemio. —¡Otro minuto!— ruego al sentir una nueva arcada ardiendo por todo el trayecto de la garganta.

Limpio el sudor de mi frente al escuchar la música lo suficientemente alta como para alarmarme de que pueda oírse fuera de la fábrica, hasta que recuerdo toda la protección que hay en el lugar y puedo tranquilizarme como para continuar con mi martirio personal. Mierda, ¿qué tan patético es estar vomitando con una balada lenta de fondo? No, un momento, es aún más patético vomitar cuando a alguien se le ocurre iniciar la ronda de karaoke y arrastrar hasta a la muerte a las primeras melodías. Espera, ¿es Ken? Demonios, como perro afinaría mejor. La próxima arcada es cortesía de mis oídos, supongo. Me estoy replanteando qué tan buena fue esta idea de no dejar pasar así como si nada algo como un cumpleaños, cuando todo lo que se necesita es un galpón abandonado, amigos y un poco de música, y por supuesto, refresco sin alcohol. Trato de ponerme de pie para impedir que a Bev se le ocurra sacar drogas y fallo, tengo que sentarme sobre la tapa del inodoro a tomar respiraciones que devuelvan mi hígado a su lugar.

Tonterías que leer:

PARTICIPANTES BOTELLITA

1. Bev
   
2. Hero
   
3. Holly
   
4. Jim
   
5. Ken
   
6. Meerah
   
7. Mimi
   
8. Sage
   
9. Simon
   
10. Syv
    

Cómo jugar:

En poco tiempo me he acostumbrado a los comentarios picantes de James y lo único que puedo hacer es rodar los ojos en lo que me tomo el atrevimiento de dejarlos solos, rodeando el espacio del espectáculo romántico de la noche que cada vez se va volviendo más desastroso. Es por eso que me encojo de hombros frente a las disculpas de Sage y ni siquiera me fijo en lo que anda buscando, sino que estiro el cuello para poder ver con exactitud la interacción de los otros dos — ¿Eh? — pregunto, aunque ni lo miro al contestarle — ¿No es un poco obvio? — pregunto, no termino de mostrarme irritada que ya se arma el desastre y me pongo tensa, aferrándome a su brazo en lo que no sé muy bien qué hacer. Y obvio que James salva la situación, lo cual le da algunos puntos extra a pesar de que no dejo de observar la escena con cautela. Si las cosas se descontrolan…

— A Meerah le gusta Jim — lo digo como si fuese algo de lo más evidente y me giro hacia Sage, estirando una mano para hacerme con un poco de jugo, el cual espero que no esté contaminado con ninguna clase de alcohol — No me lo ha dicho, pero se le nota. Me habló de él… ¡Tiene una rosa guardada que él le regaló hace meses! Es solo demasiado orgullosa para aceptarlo — suspiro con fuerza, no puedo creerme esa manía de complicar las cosas que pueden ser simples — Así que solo quiero que pasen algo de tiempo juntos, es todo. ¿Eso me hace una persona terrible? — sí, lo fulmino con la mirada retándolo a una respuesta sincera, solo se salva porque se me pinta una expresión de horror al darme cuenta de que Kendrick me está arruinando el trabajo. ¡Que mi sobrina no está para que le dé celos a su ex, por todos los cielos!

Ay de mí, que no me dejan cantar en paz sin sentir que he cometido una traición al estado. Ni siquiera me lo tomo en serio, solo me río por lo bajo en lo que Synnove me quita la bebida para ponerse a beber como un alma en pena y la fiesta empieza a moverse, de modo que tengo que balancearme de un lado al otro en mi sitio en lo que se arma lo que parece ser un escándalo. Por primera vez me fijo en la niña que está al lado de ese chico con cara de escultura griega al cual le hincaría el diente, poco a poco me voy conteniendo la risa en lo que esto se vuelve un pequeño campo de bombardeo de preguntas y respuestas. Me aclaro con fuerza la garganta, porque yo sí sé de quién se trata gracias a las veces que la he visto pasar en dirección a la oficina de su padre en el departamento en el cual trabajo. Es extraño como cambia una persona cuando la recortas del escenario al cual pertenece y la colocas en otro totalmente distinto — Es Meerah Powell, hija de Hans Powell y nieta de Hermann Richter. También es nieta de Sean Niniadis, para variar— me cruzo de brazos en lo que me enderezo para verla mejor desde mi lugar, paseando mi mirada por su figura pequeñita hasta sonreír con ironía — Digamos que hay muchas personas aquí que deberían estar en otro lugar, así que creo que todos podemos guardar secretos. ¿O no? — por la manera en la cual enseño los dientes en una mueca que pretende ser amigable, queda en evidencia un subtexto de amenaza.

— ¡Pero dejemos lo deprimente! — cambio el rumbo y doy un aplauso para llamar la atención de los ebrios, drogadictos y fugitivos — ¿Y si hacemos algo más interesante? Podemos jugar a algo como el verdad o reto o la botellita… A ver si dejamos de ser almas en pena por ahí — y sí, no soy muy disimulada cuando giro mi cabeza hacia Syv, a quien le doy una palmadita suave en lo que le susurro en el oído — Me lo agradecerás luego.

Le dedico una sonrisa a Bev pues aprecio la preocupación y la verdad es que lo que dice coincide con mi pensamiento previo, claro que Moira está a salvo, aunque me gustaría saber dónde demonios está... Yo y mis incesantes ganas de querer saberlo todo, quizás por eso es que siempre terminan ocultándome las cosas. En fin... La marihuana ayuda a calmar mi nervios y quizás por eso se la ofrezco amablemente a la chica que me la pide cuando me habla.

El momento de relajación dura solo unos segundos hasta que veo a dos antiguas compañeras de la escuela, una actual a decir verdad. Tengo que refregarme los ojos varias veces para asegurarme de que no se trate de una alucinación pero al final no me queda más remedio que aceptar que ambas están aquí ¿Acaso estamos todos locos? ¿Comenzaron con las drogas desde antes que yo llegue aquí? ¿Cómo demonios dejan entrar a los engendros de los villanos?

Lamentablemente mi cigarrillo ya está demasiado lejos como para recuperarlo así que extiendo la mano hasta el vaso más cercano y comienzo a beber el contenido. Hago una mueca pues estoy casi seguro de que se trata de alcohol etílico puro ¿Se habrán equivocado de botella? Al menos tenemos con qué desinfectar las heridas cuando todo ésto se vaya al carajo... Porque lo hará.

- Tú eres el mayor, controla a los invitados - recomiendo a David con un tono de voz que no va para nada con la fiesta y dejo del vaso a medio beber en su mano.

No me doy cuenta, pero tengo mi mano cerrada alrededor del brazo de Beverly para esconderme tras su espalda en una imitación bastante patética de lo que trata de hacer Meerah. No llego a hacerlo porque el chico que está con ella interviene y como me pide que me calme, soy quien tiene que poner las palmas en alto. —No, espera… somos amigos con Meerah, la conozco, la adoro, sé que es de confianza…— trato de ser quien tranquilice al chico, es solo… que es la hija de un ministro y, sí, Hero es a fin de cuentas la hija de Jamie Niniadis, pero tiene que vivir aquí por un crimen del que la acusaron injustamente, la están persiguiendo, si la encuentran no quiero pensar en todo lo que podría pasar, la prefiero aquí con nosotros. Para Meerah implica un riesgo que todavía no conoce estar aquí con el padre que tiene, y no, no quiero pensar que tan involucrada está en todo esto al verla sentada al lado de Hero, me preocupo por ella porque he llegado a conocer a toda su familia y escuché a su tía llorar por hacer algo que creía que era bueno y no lo entendieron así. Ah, mierda, Meerah.

Es lindo, de alguna manera, escuchar que la chica que está en casi mi misma situación en el ministerio, no parezca tan alarmada como aquella vez que descubrió a Kendrick en el boliche y propongo una apertura amistosa de Meerah al grupo. Mientras no salga de aquí todo estará bien y, sí, confío en esta banda de adolescentes borrachos, fumados y que cantan horrible como para creer que Meerah puede quedarse como parte de la ronda. Lo que sí hago, porque el deber me obliga, es ponerme de pie así con el estómago dándome retorcijos y agarrar a Ken de la oreja, borracho y rencoroso con su ex como está, para dejarle bien en claro. —No, ni se te ocurra usar a Meerah para hacer tu escenita. Ponte a cantar karaokes con tus pulgas si quieres, con quien quieras, con Meerah no. Te estaré observando, Black— y hago el gesto de apuntar a mis ojos con los dedos y luego a su cara. Porque la mayor ironía de todo esto sería que Meerah se ponga a cantar con Kendrick Black, joder, donde sea que esté, a su padre le daría un derrame cerebral de pura empatía a distancia. Con cualquiera, menos con Kendrick.

—Ahora, si me disculpan… yo no la he visto a ella y ella no me ha visto a mí— me despido, que todos son jóvenes y Holly ya comienza con las sugerencias para que esto se descontrole más. Podría quedarme como bien lo sugiere Simon, a quitarles porros de la boca y confiscar el alcohol, pero necesito estar tranquilo vomitando en el baño, preferentemente de donde vivo, apartado de tanto drama adolescente, que mi hígado no lo resiste y por las mañanas me dolerán las rodillas. —Bev, por favor— me inclino hacia la única en la que confío en esta sala como para pedírselo, —¿cada vez que Ken trate de pasarse con Meerah podrías besarlo? Gracias, diría que eres la mejor, pero que seas una dealer me lo impide…—. Froto mi estómago y hago una mueca por el dolor al alejarme del grupo.

- Entonces no trajiste tu cámara. - Me lamento mientras lo ayudo a volver a la sala. Se ve deplorable, total y completamente deplorable; y aún así, eso no evita que suba a cantar con Beverly. Es un espectáculo menos penoso que el que se estaban montando los ex, así que me río mientras vuelvo hacia donde se encuentra Holly. Debería sorprenderme de ver que Syv tiene la botella, pero la realidad es que no sucede y termino por resignarme mientras trato de entender cuál es el nuevo alboroto que se está montando.

Holly lo explica mejor que nadie, así que dejo el tema sin que me importe demasiado y me apresuro a seguirla en su idea de que esto no se convierta en un concierto melancólico del que no hubiese retorno. No cuesta mucho encontrar una botella vacía de cerveza, así que despejando con la varita las cosas que pudieran estar tiradas, tironeo de Syv y de Holly hasta comenzar a formar la ronda. - El que no participe no beberá más. Vamos, ¡vengan! - Si Dave quería ser un amargado, el que se lo perdía era él. Lo bueno es que la mayoría sigue mi ejemplo y para el momento en que la ronda da inicio, casi todo el mundo tiene un lugar. - A ver…

PARTICIPANTES

1. Bev
   
2. Hero
   
3. Holly
   
4. Jim
   
5. Ken
   
6. Meerah
   
7. Mimi
   
8. Sage
   
9. Simon
   
10. Syv
    

La forma de juego es la siguiente:

En el apartado de tirada de dados se deberán tirar dos dados Participantes. Esas son las dos personas que salen en la botella después de que la misma es girada dos veces. En caso de que salgan números repetidos, se tomará como válido el siguiente.

Ej: si sale 3 - 3. Se dirá que la botella apuntó a 4 como segundo número. En caso de que el número repetido sea 10, el siguiente será el 1.

En el post de respuesta, alguno de los dos participantes que sale deberá ser el que tire los dados en el apartado para determinar la próxima pareja.


Sorry por lo formal del asunto, es la costumbre(?

Doy una larga calada al porro en mi intento de no rodar tanto los ojos ante la actitud del amargado de David, al menos Mimi es lo suficientemente genial como para hacerme la segunda y pronto me estoy acomodando con rapidez en la ronda que se va formando. Puedo ver a Hero poniendo mala cara en lo que se acerca como gansa enojada, de seguro porque no quiere que nadie le meta lengua a su novio a pesar de que se acomodan en sus lugares. Kendrick parece algo reacio, pero tampoco me falla en lo que la botella empieza a girar y me señala primero… para acabar en Jim.

Creo que la sonrisa de zorro de labios apretados se me ve sin ningún disimulo en lo que vuelvo a dar una larga pitada — Perfecto. Así le damos el ejemplo al resto para que sepan cómo hacerlo el resto de la noche — bromeo. Si vuelvo a fumar, es para pasarle el porro a Mimi, gatear hasta tirar de la camisa de James y besarlo con énfasis, dejando que el humo se pierda en sus labios con sabor a licor barato. No dura demasiado a pesar de no contenerme en nada, para cuando me separo me relamo y limpio algo del labial que le ha quedado plasmado en lo que regreso a mi sitio a tirar para ver quienes serán los siguientes. Por lo que veo, lo único que consigue hacer James es balbucear algo en lo que se acomoda la camiseta, chequeándose la boca con los dedos en silencio. No puedo culparlo.



Dado: 6 & 8

No entiendo todo este griterío, pero puedo agarrarme de la idea de que aparentemente no habrá canción entre Ken y Meerah si éste no quiere acabar castrado por un David demasiado cuida. Siendo sincero, no me sorprende que Holly salga con la idea de descontrolar la situación y cuando miro a la rubia que tengo al lado, me encojo de hombros. ¿Qué puede ser tan malo que reírme de las personas que acaben metiéndose lengua? La invito con una mano a avanzar hasta quedar sentados en una ronda y ni siquiera me he terminado de acomodar, que la botella me ha señalado. Con la mujer que no puedo mirar a los ojos porque sé que si lo hago, todo se volverá extraño por culpa de su extraño magnetismo de veela.

No llego a reaccionar, que ya siento el tirón y su boca se me estampa con tanta presión que tengo que recordarme cómo respirar. Es increíblemente satisfactorio, pero besar a una veela equivale a flotar por las nubes y creo que se me desvía la mirada hacia arriba antes de cerrar los ojos. Ni siquiera me importa el gusto asqueroso a hierba, cuando se separa tardo un momento en reaccionar y me obligo a enfocar con un parpadeo. Ya estoy carraspeando cuando veo quienes son los siguientes, lo que me hace silbar… en especial porque puedo ver la mirada asesina de Hero a unas pocas personas de distancia.

No me espero para nada el que James salga en mi defensa, o que la otra muchacha (que también se me hace conocida) pueda presentarme sin tanto reparo pese a que cualquiera de los tres nombres que pronuncia evidencian en sí mismos todo lo incorrecto que se siente mi presencia en este lugar. Y no, en definitiva tampoco espero que Kendrick Black esté tan borracho que no le importe la situación y me ofrezca cantar con él una canción que si por mí fuese, jamás le dejaría pronunciar. Ya había destruído Goodbye my lover, no necesitaba ver como otra de mis canciones favoritas era hecha trizas.

Y no sé si sentirme aliviada o enfadada de que Dave sienta la necesidad de alejarlo como si no pudiese cuidarme sola, pero no llego a escuchar del todo sus palabras ya que la pregunta de Jim desvía mi atención. - ¿A David o a Kendrick? Y wow que eso sonó raro. - De verdad, había personas que jamás hubiera pensado en la misma habitación, y yo era la primera de esa lista. ¿Qué hacía aquí de nuevo? Ah, sí. Hero. - ¿Qué tan cobarde quedo si digo que prefiero ponerme a cantar canciones melancólicas con Black? - Y no quería que eso saliera de mis labios, así que para no quedar como una gallina, me acerco a la ronda y me siento sin muchas ganas.

La chica bonita que explicó mi árbol genealógico hace que desee no ser la siguiente, porque si ese es el estándar que tengo que demostrar, estaré jodida y todo el mundo se dará cuenta que jamás he besado a nadie. Y sí, me toca ser la siguiente pero al menos para esto tengo excusa. - Oh, no. Hero es mi tía, sería casi que incesto… No esperen algo así. - Me defiendo, y pese a que me incorporo, el beso que le regalo a Sage es sobre su mejilla. - ¿Sería muy raro que te dijese tío de ahora en más? - Me burlo, porque prefiero eso a traicionar a la pelirroja.


Dados: Syv y Hero O.O

¿Cuándo es que todo esto se ha descontrolado tanto? Me cruzo de brazos con el puchero más grande que soy capaz de demostrar, porque no es como que me interesa andar compartiendo saliva con todo el mundo en esta habitación y no me hace demasiada gracia que Sage lo haga. Si me acerco y tomo asiento, es porque tengo miedo de ser catalogada de amarga por un montón de personas con las cuales todavía no tengo tanta confianza como me gustaría. ¡Que yo debería estar teniendo esta primera experiencia en un contexto muy diferente, posiblemente en la casa de Violet! Para colmo, ver como Holly y Jim se meten lengua sin reparos me hace arrugar la nariz, porque me están arruinando los planes de la noche. ¿Y si terminan acostándose? ¡No, señor, eso no lo voy a permitir!

Seguiría quejándome internamente si no fuera porque Meerah y Sage deben besarse y estiro mi cabeza como una lechuza. No serían capaces… ¿No? Me siento respirar de nuevo cuando el beso va directamente a su mejilla y acabo arreglándome el flequillo como si nada, así que tardo en darme cuenta de que la botella me ha señalado hasta que la voz de Kendrick me lo indica… con cierta indignación que reconozco al ver a mi pareja — Oh, ya qué… — frunzo toda la cara en lo que me estiro sin querer abrir los ojos fuertemente cerrados y le doy un piquito rápido a Syv en la comisura de la boca — ¡Yo no voy a andar saboreando su garganta! — me explico en lo que me estiro rápidamente a buscar la botella.

Ha sido un poco decepcionante, tengo que admitirlo. Será cosa del poco vodka, de los comentarios por lo bajo de Holly y Mimi diciéndome que esto será divertido, ¿y qué dijo Holly sobre que se lo agradecería después? No hay nada para agradecer. Ah, también un poco de que todos le hayan dado vía libre a Ken para andarse besuqueando con medio pueblo. El beso escueto de Hero me hace forzar una sonrisa amable hacia la pelirroja, tampoco quiero herir sus sentimientos, entiendo que su novio esté presente, y no es muy diferente al beso anterior dado por Meerah en la mejilla del novio en cuestión, cuando asumo por haberla vestido sentada de refilón al lado de James que es ella la chica que encaja perfectamente con la descripción de princesa de castillo de cristal, como bien Holly y Dave lo hicieron notar, cada uno a su manera.

No sé de dónde me surge sentirme agradecida de que la suerte haga que me toque con Bev, creo que inesperadamente es mi segunda mejor opción después de la mismísima Mimi. Holly no, ya he visto lo que le ha hecho en la garganta del pobre de James y, no, gracias. Ella no es mi tipo, muy agresiva. Y no sé qué es lo que me hace pensar que con Bev será diferente cuando me acerco a ella acortando la distancia a gatas y la mano que uso para retirar el mechón de cabello rubio que le cae sobre el rostro, es la misma con la que sujeto su nuca para buscar su boca con los labios entreabiertos, que lo curioso de todo esto no es estar besando a otra chica sino la explosión de sabores por todo lo bebido y fumado en el poco tiempo que lleva la fiesta.

Syv se atrevió a interrumpir mi canción, yo entiendo que esta un poco alcholizada y despechada y puede que no me conozca tanto, pero NADIE me interrumpe cuando estoy realizando un momento tan mágico como cantar, por más amiga que sea.

Si no fuera que la persona menos pensada me devuelve el foco, pero no me sorprende porque nadie puede evitar sentirse atraido un poco por mí, le hubiera entregado la misma bebida que le dí al pobre de Dave, al que me arrepiento de intoxicar al menos por lo que dura la canción, hasta que empieza con sus regaños y solo puedo rodar los ojos. Encima Ken termina invitando a la nueva a cantar e interrumpe mi trabajo de cúpido ¿Podría salvar aquella fiesta de alguna manera?

La respuesta llega de una de la chica que llego con Mimi y Syv, jugar a la botellita era como invocar al mismo dios del amor, así que solo pude dedicarle mi mirada más radiante y agradecida a aquella hermosa mujer.

- Hagamos eso - digo arrastrando a Ken conmigo que aun seguía cerca - Y ya escuchaste a Dave, no me hagas cumplirlo y aléjate de mi visión de pareja.

Los besos resultan todos muy adecuados para cada pareja que sale y puedo sentir el amor y cariño surgir de momentos incomodos y graciosos, dejando atras expresiones de recelo y despecho. Cuando me toca con Syv siento que Eros esta pidiendome que perdone y también ayude un poco a mi nueva amiga a recuperar confianza y amor propio, asi que, pensando que Ken estara bien, me entrego a mi tarea.

La dejo iniciar, como una caricia, mientras coloco mis manos en su nuca y la acerco más para explorar su boca y lengua. Me detengo unos segundos después terminandolo todo con un pequeño beso en su labio superior y me alejo. Para ser mi primera vez besando con lengua y a una chica espero haberlo hecho bien, tal como mamá me explicó, aunque prefiero no ver a mi alrededor.


Jim y Sage (Eowyn es sabia)

Me siento demasiado cruel en lo que silbo al ver el no beso de Meerah y Sage, estoy casi seguro de que Hero acabará por revolearme un zapato en algún momento de la noche… si no estuviera tan ocupada en darle un beso mísero a Synnove — Que poca emoción, Niniadis — sí, me mofo solo porque es la primera vez que puedo burlarme de alguien con ese apellido sin recibir una paliza, espero que se me entienda. Apoyo un codo en mi rodilla y me mordisqueo la uña del pulgar en lo que la ronda sigue, parte de mí siente curiosidad de ver la reacción de Kendrick a las rubias besuqueándose, pero me niego a ser tan obvio y me mantengo con la idea en cualquier otro lado hasta que vuelve a tocarme. Entonces veo a mi compañero…

— Ven aquí, tu novia tiene que aprender a no mendigar besos — sé que va a odiarme en cinco segundos, pero paso por encima de Meerah para poder lanzarme sobre Sage con toda la maldad que poseo en mi cuerpo de fideo. No, no le meto lengua, pero mi boca se estampa contra la suya con tanta presión que estoy seguro de que parece una sopapa cuando nos separo con un envión que me sacude los rulos en lo que me limpio la boca con el dorso de la mano.

No he jugado nunca antes a este juego y no estoy seguro de querer jugarlo. Antes había sido por el miedo a vernos atrapados en las cocinas haciendo algo indebido, ahora porque sinceramente no le veo la gracia. Aún así, me siento con los demás en la ronda y me río de a momentos con cada beso que pasa. Incluso cuando Meerah tiene que besarme, ya que si ella no marcaba ese límite, lo habría hecho yo. Hubiese sido demasiado raro de lo contrario.

Y le toca a Hero con Syv, y a Syv con Beverly y viendo que la botella está encaprichada, sé que me va a tocar a mí luego de que la botella cae sobre James, incluso antes de que termine de girar. - Besas como si fueras un pulpo. - Le reprocho empujándolo aún más lejos de mí cuando termina el beso, negándome a mirar en dirección a Hero. Me limpio la boca con el antebrazo en un gesto brusco, y no dudo en girar la botella nuevamente. Y puede que sienta algo de satisfacción cuando la misma vuelve a apuntar a Jim, pero solo lo demuestro en la mueca burlona que porto en la cara.

Jim y Ken

No me espero la reacción de David, ni siquiera sé de dónde sale. Lo único que puedo comprender es que está tirando de mi oreja hacia abajo y se me escapa un quejido — ¡Solo la estaba invitando amistosamente! ¡No tienes que ser un celoso cuida! — le reprocho, que si le gustan jóvenes no es mi problema como para tener que soportar sus amenazas. Tironeo hasta que me suelta y frunzo los labios en un puchero en lo que me froto la oreja. Las opciones de Holly no me entusiasman demasiado… ¿Y qué si acabo teniendo que besar a Synnove? ¿Y qué si encuentra a otro en este lugar que le guste más? Hay tipos más altos, más atractivos, más lo que sea… No, no debería pensar en estas cosas. ¡Y encima Beverly me amenaza sobre algo que no entiendo y le tengo que poner mi mejor cara de inocente, alzando las manos y todo!

Me acomodo de manera que puedo usar el sofá para apoyar mi espalda y me abrazo a una de las botellas que estaba cerca, a la cual le doy algunos sorbos en lo que los demás van compartiendo sus babas. Que Syv se vea señalada me llena de un sabor amargo, lo positivo es que Hero no parece tan entusiasmada y hacerle ver que debe besarla no se siente tan mal, si es hasta un besito inocente y todo. El problema es que después sale Beverly y sé que es inadecuado, pero me quedo pasmado viendo la escena sin saber muy bien cómo sentirme al respecto. Ok, de acuerdo, necesito estar más inconsciente para soportar estas cosas.

Me estoy riendo de mala gana ante el beso bromista entre Sage y Jim que ni siquiera me fijo en que la botella me ha señalado a mí. Hago una mueca, que no soy un experto en esto de besar y me resigno, aunque por un momento parece que solo puedo mirar hacia el lado opuesto a donde se encuentra mi ex. Esto es tan incómodo… — Solo espero que lo de ser un pulpo sea mentira… — intento bromear, doy un trago más y dejo la botella a un lado para acercarme. Jamás he besado a un chico, pero supongo que no debe haber demasiada diferencia, labios son labios. Mi boca se siente demasiado torpe por culpa de la ebriedad y, aún así, el beso alcanza a profundizarse a pesar de ser lento y corto. Para cuando me aparto, Jim solo se encoje de hombros y se estira para tirar la botella en lo que yo vuelvo a mi sitio a abrazar la botella.


Hero & Bev.

Siento que más que Eros, es mi madre quien vigila esto, lo cual me emociona pero a la vez siento que esta proyectando su deseo de ver a mis dos papas juntos al seleccionar parejas gays.

Cuando me vuelve a tocar siento un pequeño cosquilleo de emoción por saber quien sera mi pareja, pero resulta ser Hero. En otras circunstancias no tendría problema pero había dos cosas que me generaban incomodidad: primero que estaba emparejada y estaba mi política de no entrometerme en relaciones a menos que me lo ofrecieran, y segundo era que podía ser mi tía y el incesto era la única relación que no me gustaba, ¡Hasta con el furry estaba bien!

Pero como supongo que esta es una prueba de mi maestra desde las sombras, y no puedo llegar a gurú del amor y sexo si no lo paso. Así que me lo aguanto y voy por Hero.

- Tranquila - le pido tratando de mostrar mi mejor cara y tomando su mejilla con delicadeza apoyo mis labios contra los suyos. Apenas una caricia después me aparto.


Mimi & Holly

Oh por Merlín, ¿de verdad? Tengo que cubrirme la cara en lo que James y Sage se besuquean, que puedo soportar muchas cosas pero creo que esto ya me supera. Acabo mirando entre mis dedos justo cuando todo termina y mi respuesta al comentario de Jim es sacarle la lengua en lo que pongo una mano sobre el brazo de Sage — Me enorgullece el ver que pudiste sobrevivirlo — le doy una palmadita, que si no lo tomo con humor estaré despotricando contra el mundo en cinco minutos. El beso de los otros dos es hasta tierno, pero lo que se viene después… ¡Que no! ¡Esto estaba mal en tantos niveles! ¿El destino no podía ser un poco más simpático y señalar a las parejas que eran tal para cual?

— ¡Que puedes ser…! — no alcanzo a señalar el posible parentesco que nos une, que Bev ya me está besando y yo me quedo con la espalda tensa y erguida en lo que me echo un poco hacia atrás, sin demasiado éxito. ¿Esto es el karma, he hecho algo malo? Tengo los labios tan fruncidos que estoy segura de que no ha podido sentir nada, aún así le doy una palmadita para que no se sienta ofendida a pesar de que me estremezco y hago girar la botella como si se me fuera la vida en ello.

Nadie más nos ha pedido el porro en lo que sigue la ronda, así que mientras lo pasamos de mano en mano entre nosotras, nos podemos divertir a sabiendas de que muchos de los besos son ciertamente patéticos. Creo que los únicos que le ponen algo de onda y empeño al asunto además de mi amiga veela, son Jim y Beverly, así que me río oportunamente cuando hacen de las suyas y espero paciente a que sea mi turno.

Que Holly haya vuelto a sentarse al lado mío simplifica las cosas cuando la botella nos señala a las dos. Así que acabo riéndome en lo que la miro y levanto las cejas y las hago bailar de arriba abajo con algo de gracia. - Espero que sigas con la misma premisa que antes, Callahan. . Le pido segundos antes de girarme en su dirección, tomar su mentón y estamparle de lleno un beso que me hace reír contra su boca. Es un beso cargado de empeño, porque es Holly y no me molesta, y para que el resto pueda terminar de distenderse y entender que claramente ¡es un juego! - Nada mal, ¿eh? - Y me separo dejándome caer contra mi costado para hacer girar nuevamente la botella.

Dados: Meerah y Holy

No sé por qué hacen tanto escándalo, no hay nada más natural que los besos y ni deberían quejarse, que es de las cosas más placenteras que podrían hacer estando ebrios. ¿Por qué son tan serios? ¿Por qué no se dan cuenta de que la vida es corta, hay una guerra afuera y esta noche pueden ser un montón de jóvenes tonteando un rato antes de tener que volver a la triste realidad? Me centro en fumar con Mimi disfrutando del espectáculo, hasta que la botella nos señala a ambas y me llevo una mano al pecho fingiendo ofenderme por sus palabras — ¿Acaso dudas de mí? — es un reto, obvio, que en verdad espero que Mimi cumpla porque tenemos la confianza suficiente como para hacerlo.

Mis dedos se posan en su mejilla en lo que su boca choca contra la mía, sabiendo que ella no sufrirá de ningún efecto extra por mi condición. Acabo riendo en lo que me aparto el pelo de la cara y prenso los labios, toqueteando porque estoy segura de que ya no tengo nada de labial — Nada mal. ¿Alguien quiere? — ofrezco lo que queda de porro en lo que la botella regresa a mí, pero mi nueva pareja es la niña rubia cuya cara me dice que desea estar en cualquier otro lugar menos este. ¿Honestamente? Me encantaría ver la cara de mi jefe si pudiera ver a su hijita dorada ahora mismo.

Pero no soy tan mala, que todo en ella grita “virginidad” y es demasiado menor como para aprovecharme de esto. Suspiro con resignación, le tiendo el porro a la primera mano disponible que encuentro y me acerco a ella con un gateo mucho menos sensual que aquel que le dediqué a James — Me portaré bien, que no quiero ir presa — le prometo en un tono que intenta ser divertido, a pesar de que suena arrastrado por la manera en la cual la droga me hace pesar la voz. Lo único que hago es estamparle un beso sonoro en la nariz antes de retroceder.

Con cada ocasión en la que la botella gira, siento que mi corazón duplica la velocidad de sus palpitaciones. No es a propósito, ni siquiera me gusta sentirme nerviosa, pero luego del beso que le he dado a Sage he recaído en la cuenta de que quien sea que me toque luego será mi primer beso y… ¡No lo sé! No había pensado en dar mi primer beso. O sí, pero no en medio de una ronda llena de conocidos y desconocidos que demostraban manejar diferentes tipos de intensidades.

Al final lo inevitable sucede, y la botella termina apuntándome a mí y a la otra muchacha bonita que acababa de besar a otra, y me estremezco por pensar que mi primer beso va a ser con una chica. ¡Que no había nada de malo! Pero nunca me había interesado en mi mismo sexo de esa forma y… ok, estoy divagando. Y al final es un divague que no sirve, porque el beso que recibo es en mi nariz. - ¿Ir presa por un beso? ¿Acaso no ves a la gente que nos rodea? - ¡Que no era una queja al beso! Pero si alguien entrara y nos encontrara besándonos, dudaba mucho que la atención fuese a recaer en nosotras. Había demasiado ilegal en… bueno, todo - Gracias igual. - Le aseguro, porque noto en su expresión que más que por ella, el gesto que ha tenido ha sido por mí.

Dados: Ex-tortolitos

No, un momento, ¿qué? ¿A Ken lo va a besar el pulpo del grupo? No logro disimular mi cara de horror al ver que James se le acerca, que lo hemos visto en acción con Holly -quien no es que haya puesto cara de mártir por el beso, más bien todo lo contrario-, y tampoco tuvo reparos de manosear incluso a Sage bajo la mirada de Hero. No, no. Paso del porro que comparten Mimi y Holly para hacer más llevadero el momento, no puedo apartar mis ojos de ambos chicos y por una razón muy distinta a la que se puede adivinar en el rostro de Bev. Esta es una muy rara versión de que me moleste que el besuqueador del grupo, con respeto de Holly que queda relegada, bese a mi ex novio. Casi que suelto un suspiro de alivio cuando se separan.

El tiempo que ocupan el resto de las chicas en besarse, que la botella se divierte manteniéndose entre nosotras, manoteo buscando algo que pasar por mi garganta seca y cuando la veo detenerse, mi mano también lo hace en la nada. ¿Dónde es que estaba el porro? No, bien, puedo hacer esto sin recurrir a nada que sea de ayuda, que si he besado a Ken estando sobria y lúcida un montón de veces, lo puedo hacer ahora dentro de un juego. Y antes de que él haga cualquier cosa estúpida que me haga echarme hacía atrás, cruzo el círculo para agarrar su camiseta por los hombros y hacer que se levante así queda de pie conmigo. —Tómalo como el último beso— y al decirlo no puedo ocultar los nervios que lo hacen peor que cualquier primer beso. Si va a ser el último que nos quede, tiene que ser bueno, mejor que cualquier beso que le pueda dar ese tal James. Sostengo su rostro para poder tomar su boca y ahondar cada vez más, con más vehemencia, mientras deslizo mis manos por su nuca y todo lo ancho de su espalda al pegar mi cuerpo contra el suyo, y cuando me quedo sin aire por culpa de no dar tregua, me retiro con un beso más suave que se me hace más propio de nosotros, y bueno, si va a ser el último, también pueden ser dos últimos, o tres últimos, este un poco más breve al separarme. O un cuarto, no, Synnove, no. —Ya está— aviso al separarme y suelto tan de repente sus hombros que tengo que hacer equilibrio sobre mis pies.

Simon y Jim