OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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The Mighty Fall
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Holly A. Callahan
M. Meerah Powell
James G. Byrne
Hero N. Niniadis
Simon Lackberg
Kendrick O. Black
10 participantes
Recuerdo del primer mensaje :
—Dame un minuto— pido a través de la puerta cerrada del baño y vuelvo a inclinarme sobre el retrete para descargar las dos gotas de alcohol que se han vuelto un vomito ininterrumpido durante los últimos cinco minutos, en los que vengo repitiendo esa petición de un minuto más. Esto es asqueroso, así como vil. Traté de organizar todo en la fábrica para que no faltara jugo de limón fresco en el barril con hielo - que nos sirve para compensar la falta de refrigerador - y a cierta rubia se le ocurre darme una supuesta bebida frutal infiltrada entre las otras, que me tiene aquí tomando posesión exclusiva del baño.
Le estoy quitando a Synnove su escondite al darse cuenta que ha venido a nada más y nada menos que la fiesta de cumpleaños de Ken, pero que se joda. ¿Quién lo manda a cortar con él en el verdadero cumpleaños, eh? Me gustaría poder decir que me abrazo al retrete para no darle el espacio, cuando lo cierto es que no puedo irme más allá de un centímetro de la puerta sin ensuciar el suelo de la fábrica con más vómito. Soy la ironía del hijo de un hombre llamado Patrick que hizo honor a su nombre en cada fiesta, mi hígado está destinado a limpiar el karma que heredé de él y se declara abstemio. —¡Otro minuto!— ruego al sentir una nueva arcada ardiendo por todo el trayecto de la garganta.
Limpio el sudor de mi frente al escuchar la música lo suficientemente alta como para alarmarme de que pueda oírse fuera de la fábrica, hasta que recuerdo toda la protección que hay en el lugar y puedo tranquilizarme como para continuar con mi martirio personal. Mierda, ¿qué tan patético es estar vomitando con una balada lenta de fondo? No, un momento, es aún más patético vomitar cuando a alguien se le ocurre iniciar la ronda de karaoke y arrastrar hasta a la muerte a las primeras melodías. Espera, ¿es Ken? Demonios, como perro afinaría mejor. La próxima arcada es cortesía de mis oídos, supongo. Me estoy replanteando qué tan buena fue esta idea de no dejar pasar así como si nada algo como un cumpleaños, cuando todo lo que se necesita es un galpón abandonado, amigos y un poco de música, y por supuesto, refresco sin alcohol. Trato de ponerme de pie para impedir que a Bev se le ocurra sacar drogas y fallo, tengo que sentarme sobre la tapa del inodoro a tomar respiraciones que devuelvan mi hígado a su lugar.
20 de octubre, 22 hs
—Dame un minuto— pido a través de la puerta cerrada del baño y vuelvo a inclinarme sobre el retrete para descargar las dos gotas de alcohol que se han vuelto un vomito ininterrumpido durante los últimos cinco minutos, en los que vengo repitiendo esa petición de un minuto más. Esto es asqueroso, así como vil. Traté de organizar todo en la fábrica para que no faltara jugo de limón fresco en el barril con hielo - que nos sirve para compensar la falta de refrigerador - y a cierta rubia se le ocurre darme una supuesta bebida frutal infiltrada entre las otras, que me tiene aquí tomando posesión exclusiva del baño.
Le estoy quitando a Synnove su escondite al darse cuenta que ha venido a nada más y nada menos que la fiesta de cumpleaños de Ken, pero que se joda. ¿Quién lo manda a cortar con él en el verdadero cumpleaños, eh? Me gustaría poder decir que me abrazo al retrete para no darle el espacio, cuando lo cierto es que no puedo irme más allá de un centímetro de la puerta sin ensuciar el suelo de la fábrica con más vómito. Soy la ironía del hijo de un hombre llamado Patrick que hizo honor a su nombre en cada fiesta, mi hígado está destinado a limpiar el karma que heredé de él y se declara abstemio. —¡Otro minuto!— ruego al sentir una nueva arcada ardiendo por todo el trayecto de la garganta.
Limpio el sudor de mi frente al escuchar la música lo suficientemente alta como para alarmarme de que pueda oírse fuera de la fábrica, hasta que recuerdo toda la protección que hay en el lugar y puedo tranquilizarme como para continuar con mi martirio personal. Mierda, ¿qué tan patético es estar vomitando con una balada lenta de fondo? No, un momento, es aún más patético vomitar cuando a alguien se le ocurre iniciar la ronda de karaoke y arrastrar hasta a la muerte a las primeras melodías. Espera, ¿es Ken? Demonios, como perro afinaría mejor. La próxima arcada es cortesía de mis oídos, supongo. Me estoy replanteando qué tan buena fue esta idea de no dejar pasar así como si nada algo como un cumpleaños, cuando todo lo que se necesita es un galpón abandonado, amigos y un poco de música, y por supuesto, refresco sin alcohol. Trato de ponerme de pie para impedir que a Bev se le ocurra sacar drogas y fallo, tengo que sentarme sobre la tapa del inodoro a tomar respiraciones que devuelvan mi hígado a su lugar.
- Tonterías que leer:
- · El cumpleaños de Ken es una excusa para armar un grupal con todos los adolescentes que estén viviendo en el norte (o sean habitues)
· Hay karaoke, jugo de limón y alcoholy drogas si las trae Bev.
· No hay turno para postear, lo único que se pide es que sean post cortitos y al pie.
·Estúpido y sensual, Ken, me debes cien galeones por esto.
PARTICIPANTES BOTELLITA
- Bev
- Hero
- Holly
- Jim
- Ken
- Meerah
- Mimi
- Sage
- Simon
- Syv
- Cómo jugar:
La forma de juego es la siguiente:
En el apartado de tirada de dados se deberán tirar dos dados Participantes. Esas son las dos personas que salen en la botella después de que la misma es girada dos veces. En caso de que salgan números repetidos, se tomará como válido el siguiente.
Ej: si sale 3 - 3. Se dirá que la botella apuntó a 4 como segundo número. En caso de que el número repetido sea 10, el siguiente será el 1.
En el post de respuesta, alguno de los dos participantes que sale deberá ser el que tire los dados en el apartado para determinar la próxima pareja.
Sorry por lo formal del asunto, es la costumbre(?
Su beso no me pilla por sorpresa, sino que más bien era algo que me veía venir de lejos, dada la situación y la conversación que cada vez va yendo hacia temas más... en fin, no hace falta ni añadir nada al respecto. Es cierto que no es mi primer beso, pero desde luego, es el primero con ella y cada beso es completamente diferente. Y digo que no es mi primer beso, pero puedo contar con los dedos de una mano los que he dado, y para colmo, la mayoría fueron hace años, antes acabar en el 14 por accidente.
Sus labios son más agradables y suaves de lo que imaginaba, tanto que hasta me pregunto por qué narices no hemos hecho esto antes. Y si ya lo es con la borrachera que arrastro y de notar cómo en un momento la habitación parece dar vueltas, no quiero imaginar estando sobrio. Por suerte, todo se estabiliza de nuevo cuando noto cómo me agarra de la nunca y me acerca incluso más hacia ella. Yo, por mi parte, me tomo la libertad de agarrarla por la cintura, separándome de sus labios durante un instante solo para poder girarme y colocarme mejor frente a ella. Es un segundo de separación, pero un segundo que se me hace eterno. ¿Quién me iba a decir que acabaría así con Beverly Redford? Cuando se lo cuente a Kendrick... ¡Pero no es momento de pensar en él, por Merlín!
Todavía con las manos sobre su cintura, empiezo a subirlas poco hacia sus costillas, acariciando su piel, y después, las dejo sobre el cierre de su sujetador. — ¿Puedo...? — pregunto, intentando sonar seguro de mí mismo y mirándola a los ojos con una pequeña sonrisa. Quizá he bebido y fumado, pero aun así, sé que hay cosas que es mejor preguntar, especialmente cuando ella tampoco es que esté sobria. Al menos, si dice que sí, el alcohol habrá ayudado a calmar mis nervios por perder la virginidad.
Sus labios son más agradables y suaves de lo que imaginaba, tanto que hasta me pregunto por qué narices no hemos hecho esto antes. Y si ya lo es con la borrachera que arrastro y de notar cómo en un momento la habitación parece dar vueltas, no quiero imaginar estando sobrio. Por suerte, todo se estabiliza de nuevo cuando noto cómo me agarra de la nunca y me acerca incluso más hacia ella. Yo, por mi parte, me tomo la libertad de agarrarla por la cintura, separándome de sus labios durante un instante solo para poder girarme y colocarme mejor frente a ella. Es un segundo de separación, pero un segundo que se me hace eterno. ¿Quién me iba a decir que acabaría así con Beverly Redford? Cuando se lo cuente a Kendrick... ¡Pero no es momento de pensar en él, por Merlín!
Todavía con las manos sobre su cintura, empiezo a subirlas poco hacia sus costillas, acariciando su piel, y después, las dejo sobre el cierre de su sujetador. — ¿Puedo...? — pregunto, intentando sonar seguro de mí mismo y mirándola a los ojos con una pequeña sonrisa. Quizá he bebido y fumado, pero aun así, sé que hay cosas que es mejor preguntar, especialmente cuando ella tampoco es que esté sobria. Al menos, si dice que sí, el alcohol habrá ayudado a calmar mis nervios por perder la virginidad.
Icono :
Me devuelve el beso por lo que tengo consentimiento, Ava estaría feliz de saber que no estoy forzando la situación y realmente la escuche aquella vez en el 14.
Profundizamos el beso pero vamos lento, siento mi vestido subirse a mis muslos y puedo sentir sus manos explorar mi piel, lo que me da un cosquilleo placentero. Siento el calor expanderse por esas zonas y un hormigueo más abajo, mi estomago se sentía revuelto pero no como si quisiera vomitar.
Había imaginado esta situación muchas veces, algunas estaba Ken y otra eran solo chicos inventados, incluso una vez me ví con una chica, pero era totalmente diferente a la realidad. Sabía lo que tenía que pasar, formas de hacerlo y que ambos disfrutaramos, pero por primera vez en mi vida me dieron nervios de pensar en sexo. Ya no era una idea, realmente estaba pasando y Kyle acababa de darme la decisión final al esperar mi respuesta.
Podría detenerlo, estaba algo mareada por la droga pero era conciente, todo pasaría como si nada y se que Kyle no se enojaría. Pero por otro lado seguir significaba al fin entender esta acción de la que tanto había leido y escuchado a mamá, además no era como si me estuviera obligando a hacerlo. Tenía un chico guapo frente a mí, besaba bien y la teoría la tenía. Era hora de saber la práctica.
- Dame un segundo - le dije y me pare para poder sacarme el vestido de una vez, fuí hasta mi estantería y de una cajita que me había conseguido Alice saque unos forros - Si vamos a hacerlo hagamoslo bien.
Volví a su lado y empecé a desvestirlo a él mientras lo seguía besando. Estaba nerviosa pero había recuperado mi confianza y sabía que mamá estaría velando por mí.
Profundizamos el beso pero vamos lento, siento mi vestido subirse a mis muslos y puedo sentir sus manos explorar mi piel, lo que me da un cosquilleo placentero. Siento el calor expanderse por esas zonas y un hormigueo más abajo, mi estomago se sentía revuelto pero no como si quisiera vomitar.
Había imaginado esta situación muchas veces, algunas estaba Ken y otra eran solo chicos inventados, incluso una vez me ví con una chica, pero era totalmente diferente a la realidad. Sabía lo que tenía que pasar, formas de hacerlo y que ambos disfrutaramos, pero por primera vez en mi vida me dieron nervios de pensar en sexo. Ya no era una idea, realmente estaba pasando y Kyle acababa de darme la decisión final al esperar mi respuesta.
Podría detenerlo, estaba algo mareada por la droga pero era conciente, todo pasaría como si nada y se que Kyle no se enojaría. Pero por otro lado seguir significaba al fin entender esta acción de la que tanto había leido y escuchado a mamá, además no era como si me estuviera obligando a hacerlo. Tenía un chico guapo frente a mí, besaba bien y la teoría la tenía. Era hora de saber la práctica.
- Dame un segundo - le dije y me pare para poder sacarme el vestido de una vez, fuí hasta mi estantería y de una cajita que me había conseguido Alice saque unos forros - Si vamos a hacerlo hagamoslo bien.
Volví a su lado y empecé a desvestirlo a él mientras lo seguía besando. Estaba nerviosa pero había recuperado mi confianza y sabía que mamá estaría velando por mí.
Sonaba casi que poético que definiera a la revolución de esa forma, pero como fueran contra Magnar solo gritando verdades a viva voz… Bueno, no le veía mucho futuro a una revolución de ese tipo. Las palabras valían poco si no iban respaldadas por acciones, ¿no? - Creo que la libertad de expresión hace rato que no es más que un principio opcional. Puedes tenerla siempre que opines de forma correcta, así que hay que tener cuidado con qué tan fuerte se dicen esas verdades. - En especial cuando una palabra de más en el lugar equivocado podía generar que muchas personas a las que quería salieran lastimadas. O tal vez no necesariamente lastimadas, pero Phoebe era el mejor ejemplo de cuando era adecuado o no hablar. Yo de momento, me hallaba tanteando terreno. Testeaba las aguas para ver hasta qué punto podía opinar de qué manera y con quien. Sorpresivamente, Jim era con quien más sincera me portaba.
- ¿Osea que no hablaremos de esto, pero tengo que rendir mis respetos ante tu saliva solo por un par de besos? - Me río por lo ridículo que suena la idea, y luego por su burla infantil que me hace negar con la cabeza. No voy a decirle que vaya a hablar con Lara para que arreglen las cosas porque no soy quien para meterme en sus problemas, o para meterlos en problemas; pero estaban siendo unos infantiles inmaduros. Los dos. - Si me muero por tu culpa, buscaré la forma de volver para hacerte la vida imposible. - Bromeo. Aunque bueno, si fuera verdad sería una valiosa información para su causa. ¿Se animaría a besar a Magnar si eso significaba matarlo? - Te aseguro que tampoco soy la portadora de ninguna enfermedad que acabará con todos la raza humana. - O esperaba no serlo, que siendo la primera persona a la que besé y todo, cómo saber de antemano si en verdad no tengo... ¿pero qué estoy diciendo?
- ¿Hero y Sage comparten cama? - ¿Pero qué tanto me había perdido? ¿O tal vez la pelirroja me lo había dicho y yo me había olvidado? No, no parecía probable. ¿O sí? - No es como que falten muchas horas para el amanecer tampoco. Pero sí, veré dónde duermo y luego… - ¿Qué sería peor? ¿El interrogatorio de Maeve, o el de Hans? - ¿Hmm? - Levanto la vista en su dirección, poco acostumbrada a que me llame por mi nombre a decir verdad. - ¿Complicarnos? - ¿Qué? En un inicio no entiendo qué es lo que quiere decir, pero cuando lo hago se me escapa una risita tonta que trato y fallo de contener. - Jim, me sorprende más el hecho de que quieras reconocer que somos amigos, o que pasamos un buen rato. - Apoyo mi codo sobre su rodilla, y llevo mi mentón contra mi palma abierta, sonriendo de manera burlona ante su seriedad. - No soy tan niña como para hacerme ilusiones por mi primer beso, así que quédate tranquilo que no me rompes el corazón. Y que en definitiva no te haré planteos luego. Aunque… - Es bueno que se encuentre encorvado, porque sino jamás podría alcanzar su nuca; esa de la que tiro con toda la delicadeza que puedo para alcanzar sus labios en un último beso. - Cómo esto se va a quedar aquí… Gracias por… - Mi mano revolotea en el aire ante la falta de palabras y termino encogiéndome de hombros en lo que me separo de la mesada. - Que no te trate mal la resaca, Jim. Y nos vemos… en algún momento. - No es un mal deseo de despedida, así que doy media vuelta y salgo de la cocina en busca del cuarto en el que Hero me ha hecho aparecer en primera instancia.
- ¿Osea que no hablaremos de esto, pero tengo que rendir mis respetos ante tu saliva solo por un par de besos? - Me río por lo ridículo que suena la idea, y luego por su burla infantil que me hace negar con la cabeza. No voy a decirle que vaya a hablar con Lara para que arreglen las cosas porque no soy quien para meterme en sus problemas, o para meterlos en problemas; pero estaban siendo unos infantiles inmaduros. Los dos. - Si me muero por tu culpa, buscaré la forma de volver para hacerte la vida imposible. - Bromeo. Aunque bueno, si fuera verdad sería una valiosa información para su causa. ¿Se animaría a besar a Magnar si eso significaba matarlo? - Te aseguro que tampoco soy la portadora de ninguna enfermedad que acabará con todos la raza humana. - O esperaba no serlo, que siendo la primera persona a la que besé y todo, cómo saber de antemano si en verdad no tengo... ¿pero qué estoy diciendo?
- ¿Hero y Sage comparten cama? - ¿Pero qué tanto me había perdido? ¿O tal vez la pelirroja me lo había dicho y yo me había olvidado? No, no parecía probable. ¿O sí? - No es como que falten muchas horas para el amanecer tampoco. Pero sí, veré dónde duermo y luego… - ¿Qué sería peor? ¿El interrogatorio de Maeve, o el de Hans? - ¿Hmm? - Levanto la vista en su dirección, poco acostumbrada a que me llame por mi nombre a decir verdad. - ¿Complicarnos? - ¿Qué? En un inicio no entiendo qué es lo que quiere decir, pero cuando lo hago se me escapa una risita tonta que trato y fallo de contener. - Jim, me sorprende más el hecho de que quieras reconocer que somos amigos, o que pasamos un buen rato. - Apoyo mi codo sobre su rodilla, y llevo mi mentón contra mi palma abierta, sonriendo de manera burlona ante su seriedad. - No soy tan niña como para hacerme ilusiones por mi primer beso, así que quédate tranquilo que no me rompes el corazón. Y que en definitiva no te haré planteos luego. Aunque… - Es bueno que se encuentre encorvado, porque sino jamás podría alcanzar su nuca; esa de la que tiro con toda la delicadeza que puedo para alcanzar sus labios en un último beso. - Cómo esto se va a quedar aquí… Gracias por… - Mi mano revolotea en el aire ante la falta de palabras y termino encogiéndome de hombros en lo que me separo de la mesada. - Que no te trate mal la resaca, Jim. Y nos vemos… en algún momento. - No es un mal deseo de despedida, así que doy media vuelta y salgo de la cocina en busca del cuarto en el que Hero me ha hecho aparecer en primera instancia.
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