OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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# Here it was they lit the flame || Trama 14
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Echo R. Duane
Ava E. Ballard
The Mighty Fall
Zenda M. Franco
Delilah A. Looper
Benedict D. Franco
Seth K. Niniadis
Kyle A. Overstrand
Cale J. Ballard
Arleth L. Ballard
Kendrick O. Black
Sophia A. Niniadis
Beverly S. Redford
A. Sean Niniadis
Jamie D. Niniadis
19 participantes
Recuerdo del primer mensaje :
Han pasado solo quince minutos desde que el reloj marcó las doce del mediodía. No hay una sola nube en el cielo y el sonido de la calma barre los suelos del distrito catorce. Al día siguiente, comenzaría el verano y podía sentirse en el ambiente: algunas personas habían almorzado cerca del arroyo y algunas otras gozaban del uso de los caballos para un paseo por el territorio que tan bien conocen. Los demás, se debaten entre las rutinas de una nueva semana, con la calma post almuerzo que jamás daría señales de lo que ocurriría ese día. Nada, ni el cambio de la dirección del viento, podría haber sido una advertencia. Al menos, no a tiempo.
Dos figuras masculinas se deslizaron por el puente de entrada al distrito con paso cauteloso. Una de ellas, una sombra de lo que recordaban haber visto un mes atrás. La otra, portadora de un rostro que solo habían visto en las noticias recolectadas en los últimos dieciséis años. Benedict Franco, debajo de capas de mugre y residuos de tortura, guiaba el camino de Sean Niniadis, el marido y consejero de la Ministra de Magia. Se detuvieron al terminar de cruzar el puente, observando a los curiosos que se habían acercado entre murmullos y confusión. La señora Robinson, esa amable ancianita que ayudaba en las huertas del distrito desde hacía añares, se cubrió los labios con manos espantadas antes de retroceder en busca de la protección de su hogar y su marido. Por un instante, pareció que el tiempo se detuvo y el silencio recayó sobre el catorce.
Ese era el punto sin retorno, de una vez por todas.
Here it was they lit the flame
Lunes 20 de junio, 2468.
Han pasado solo quince minutos desde que el reloj marcó las doce del mediodía. No hay una sola nube en el cielo y el sonido de la calma barre los suelos del distrito catorce. Al día siguiente, comenzaría el verano y podía sentirse en el ambiente: algunas personas habían almorzado cerca del arroyo y algunas otras gozaban del uso de los caballos para un paseo por el territorio que tan bien conocen. Los demás, se debaten entre las rutinas de una nueva semana, con la calma post almuerzo que jamás daría señales de lo que ocurriría ese día. Nada, ni el cambio de la dirección del viento, podría haber sido una advertencia. Al menos, no a tiempo.
Dos figuras masculinas se deslizaron por el puente de entrada al distrito con paso cauteloso. Una de ellas, una sombra de lo que recordaban haber visto un mes atrás. La otra, portadora de un rostro que solo habían visto en las noticias recolectadas en los últimos dieciséis años. Benedict Franco, debajo de capas de mugre y residuos de tortura, guiaba el camino de Sean Niniadis, el marido y consejero de la Ministra de Magia. Se detuvieron al terminar de cruzar el puente, observando a los curiosos que se habían acercado entre murmullos y confusión. La señora Robinson, esa amable ancianita que ayudaba en las huertas del distrito desde hacía añares, se cubrió los labios con manos espantadas antes de retroceder en busca de la protección de su hogar y su marido. Por un instante, pareció que el tiempo se detuvo y el silencio recayó sobre el catorce.
Ese era el punto sin retorno, de una vez por todas.
Trama del Distrito 14
normativa escribió:« Este es un turno de ingreso, por lo tanto no habrá tirada de dados. Los personajes deberán estar cerca del Puente de Ingreso del Distrito para poder saber lo que está pasando.
« Como es costumbre, pueden postear más de una vez siempre y cuando esperen que dos personajes lo hagan después de ustedes. También se les recuerda que sean post ágiles y que las menciones se encuentren señaladas en negrita, en quote o ambas.
« Este turno, al ser algo corto, será el único con una duración de 24 hs.
« Se les recuerda que habrá un total de 4 turnos en la trama y que no postear en ninguno de ellos tendrá como consecuencia la muerte de su personaje. Tienen la opción de una excusa off rol para un (1) solo turno, de ausentarse en más de una ocasión sufrirán una amonestación de pérdida de 150 puntos.
« A partir de este momento, la tienda se encuentra cerrada para todos los personajes involucrados en la trama.
Icono :
Here it was they lit the flame
Después de separarme del resto e intentar alcanzar a Echo y Zenda, me doy cuenta de que voy por el camino incorrecto debido al fuego que de repente me alerta cuando explota cerca de mi antigua casa. Lanzo un grito y cambio de rumbo justo a tiempo, aunque los cristales salen disparados en todas direcciones y algunos de ellos se me clavan como cuchillas en la piel. En algún momento del trayecto también pierdo mi arma y la orientación por culpa del humo que no me deja ver, hasta que poco a poco el lugar se va despejando y veo a Kendrick en brazos de Echo. No sé que le ha pasado, pero tuvo que ser horrible.
Me quedo estática en medio de la nada llorando en silencio, viendo el montón de cadáveres del suelo y reconociendo el de Arleth entre ellos. No le veo la cara pero no lo necesito, Zenda llora sin parar, Cale también. Ava intenta mantener la calma por los tres. Ellos solo pueden estar llorando por ella.
Me llevo la mano a la boca para amortiguar los llantos y nunca me he sentido tan sola rodeada de gente. Me abrazo a mi misma para consolarme y me dejo caer de rodillas al suelo. — Esto es una pesadilla. Esto es una pesadilla. Esto no es real. — Mi voz se va ahogando mientras repito eso una y otra vez, intentando que la Delilah que está en mi cama en la realidad donde esto no pasó, se despierte. Pero nada pasa.
El grito de Ben me hace levantar la cabeza y su orden me hace mover los pies. No sé que hacer al principio pero el nombre de Kyle y Bev resuena en mi cerebro. Los busco. Kyle no está muy lejos de Ken así que voy por él primero y lo abrazo con fuerza, puede que un poco sin venir a cuento. Estoy aliviada de que esté bien pero necesito más un abrazo que demostrarle el alivio que siento al ver que aunque está magullado, está vivo. Otros no han tenido suerte. — ¿Puedes caminar? Te ayudo — Mi voz es aguda y me tiembla, pero tomo su mano y lo ayudo a levantarse tanto si me necesita como si no. No puedo dejar de mirar la herida de su pierna, horrenda.
La siguiente de la lista es Beverly pero por suerte, Eowyn me encuentra antes. Tomo también la mano de la pequeña rubia, de forma firme, y la arrastro conmigo hacia donde Ben. Ella me salvó la vida durante el combate en más de una ocasión, fue quien me obligó a avanzar mientras mis pies no se movían y ahora, le devuelvo ese favor.
Somos los últimos en llegar a los establos, para entonces Ben ya está repartiendo los caballos. Subo a uno y ayudo a Jared a subir justo delante de mi, que va llorando desconsolado. Verlo así hace que me den ganas de llorar a mi también, por lo que cuando nuestra yegua echa a correr con la palmada de Ben, mis lágrimas se limpian solas con la brisa que nos golpea mientras galopamos hacia dios sabe donde.
Echo un vistazo hacia atrás, mirando el distrito en el que crecí y que nunca creí que tuviera que dejar. Mucho menos el día de mi cumpleaños.
Trama del distrito 14
Interacción: Kyle, Bev, Eowyn y Jared.
Mención: Los ballard, Kendrick, Echo
Mención: Los ballard, Kendrick, Echo
Icono :
HERE IT WAS THEY LIT THE FLAME
No tengo tiempo para pensar, o más bien, no me da el cerebro para procesar nada de lo que acaba de ocurrir. Pese a que la amenaza se reduce por momentos, mi cuerpo sigue temblando sin cesar, alerta a las indicaciones que tienen lugar alrededor. Pasan varios minutos hasta que soy consciente de que me estoy ahogando por mi propia respiración atacada, pero mi corazón no es capaz de latir con menos fuerza incluso cuando ya no hay nada que hacer.
Son los zarandeos de Ben lo que me sacan del ensimismamiento que me obliga a permanecer paralizada en el suelo, y quiero golpearle. Golpearle por no dejarme llorar mi pérdida y por haber dejado que esto ocurriera, pero mis intenciones se ven interrumpidas cuando me fijo en Jared. Veo el mismo miedo que percibí en mi hija en sus ojos, el terror a lo que perdimos y a lo que desconocemos, y simplemente no puedo con ello. Mi cuerpo pide un descanso, pero la parte más sensata de mi cabeza lo obliga a levantarse y agarrar la mano del niño con fuerza.
En ningún momento suelto su mano mientras ayudo a reunir al resto de niños antes de recorrer el distrito en llamas en busca de una salida segura. Me es imposible no pensar en que estoy sujetando firmemente la mano de mi propia hija, y quizás sea eso lo que me permite seguir adelante sin que me desmorone en el proceso. En algún momento, Ben desaparece, y me quedo completamente sola corriendo en dirección a los establos. De un segundo a otro tengo toda la responsabilidad de la vida de estos niños, cuando ni siquiera pude contener la de la mía. – ¡Vamos, corred, por favor! – Puedo ver las lágrimas de Zenda aún caer por sus mejillas, a Beverly aún resentida por haber dejado atrás a su madre, niños destrozados y que no volverán a serlo.
Ben aparece a tiempo para entrar a los establos, donde aguardan los caballos, tan nerviosos como sus amos. Ayudo a Beverly a subirse a uno de ellos mientras Ben acomoda a Zenda detrás. – Sé una buena chica, Bev. – Acaricio su pelo rubio y deslizo la mano por su hombro hasta llegar a su mano y apretarla con fuerza, como me hubiera gustado hacer con mi hija para tranquilizarla. – ¡No dejes que se lastimen! – Alcanzo a añadir antes de que el caballo salga precipitado por la puerta.
Una vez ya no se escuchan los relinchos, ni las patas frotar contra el suelo, cuando solo se oye el sonido del fuego a nuestro alrededor, creo que me voy a desmayar. Advierto el contacto de la mano de Ben sobre la mía, quiero apartarla y golpearle con ella, pero siento que si lo hago la que va a acabar en el suelo soy yo, de manera que me quedo paralizada, con las piernas tan débiles que en cualquier momento van a dejar de funcionarme.
Son los zarandeos de Ben lo que me sacan del ensimismamiento que me obliga a permanecer paralizada en el suelo, y quiero golpearle. Golpearle por no dejarme llorar mi pérdida y por haber dejado que esto ocurriera, pero mis intenciones se ven interrumpidas cuando me fijo en Jared. Veo el mismo miedo que percibí en mi hija en sus ojos, el terror a lo que perdimos y a lo que desconocemos, y simplemente no puedo con ello. Mi cuerpo pide un descanso, pero la parte más sensata de mi cabeza lo obliga a levantarse y agarrar la mano del niño con fuerza.
En ningún momento suelto su mano mientras ayudo a reunir al resto de niños antes de recorrer el distrito en llamas en busca de una salida segura. Me es imposible no pensar en que estoy sujetando firmemente la mano de mi propia hija, y quizás sea eso lo que me permite seguir adelante sin que me desmorone en el proceso. En algún momento, Ben desaparece, y me quedo completamente sola corriendo en dirección a los establos. De un segundo a otro tengo toda la responsabilidad de la vida de estos niños, cuando ni siquiera pude contener la de la mía. – ¡Vamos, corred, por favor! – Puedo ver las lágrimas de Zenda aún caer por sus mejillas, a Beverly aún resentida por haber dejado atrás a su madre, niños destrozados y que no volverán a serlo.
Ben aparece a tiempo para entrar a los establos, donde aguardan los caballos, tan nerviosos como sus amos. Ayudo a Beverly a subirse a uno de ellos mientras Ben acomoda a Zenda detrás. – Sé una buena chica, Bev. – Acaricio su pelo rubio y deslizo la mano por su hombro hasta llegar a su mano y apretarla con fuerza, como me hubiera gustado hacer con mi hija para tranquilizarla. – ¡No dejes que se lastimen! – Alcanzo a añadir antes de que el caballo salga precipitado por la puerta.
Una vez ya no se escuchan los relinchos, ni las patas frotar contra el suelo, cuando solo se oye el sonido del fuego a nuestro alrededor, creo que me voy a desmayar. Advierto el contacto de la mano de Ben sobre la mía, quiero apartarla y golpearle con ella, pero siento que si lo hago la que va a acabar en el suelo soy yo, de manera que me quedo paralizada, con las piernas tan débiles que en cualquier momento van a dejar de funcionarme.
TRAMA DEL DISTRITO 14
Interacción: Bev, Ben, Jared, todos los bebotes
Here it was they lit the flame
Estoy tan centrado en mirar el profundo corte de la pierna que me pierdo la mayoría de cosas que pasan a mi alrededor. Para cuando levanto la vista, me encuentro con Jamie llevándose a Seth como si nada, y empiezo a mirar a cada uno de los presentes... excepto a los muertos. Puede que no lleve demasiado tiempo aquí, pero es lo más parecido a una familia que he tenido en estos últimos meses. Y duele. Duele sobre todo ver las lágrimas de los hijos de Arleth, o a Ken aferrándose a su padre a pesar de las órdenes de Ben, igual que Beverly a Eowyn.
Es Delilah la que me saca de mi ensimismamiento, todavía sin ser consciente de qué está pasando y sin comprender por qué tenemos que irnos. Aun así, dejo que me abrace, y yo a ella también. Es el primer contacto humano que tengo desde que el caos ha empezado, y no sabía cuánto me hacía falta notar algo de calor de otra persona. — Creo que sí. — Camino cojeando, pero el agarre de su mano me ayuda a no perder el equilibrio y a no caer de bruces contra el suelo.
Después Beverly se nos une, y continúo caminando de la mano de Delilah sin decir nada más. No es hasta que llegamos a los establos y Ben y Alice nos obligan a subirnos a un caballo, detrás de Kendrick, cuando abro la boca: — ¿Por qué no venís con nosotros? — Ni siquiera me responde, porque antes de que pueda añadir algo más, le arrea un golpe al caballo y poco a poco vamos dejando el 14 atrás. Lo único que puedo hacer es sujetarme a la espalda de mi amigo, no solo para agarrarme, sino para reconfortarnos a ambos; a mí por perder, de nuevo, la seguridad de un hogar, y a él por perder lo único que ha conocido.
Trama del distrito 14
Interacción: Delilah, Ben y Kendrick
Mención: Cale, Ava, Zenda, Echo, Eowyn, Beverly y Alice
Mención: Cale, Ava, Zenda, Echo, Eowyn, Beverly y Alice
Icono :
Here it was they lit the flame
Mire a donde mire lo que más me encuentro es sangre y humo y cenizas. Es el grito de Ben llamando a Seth lo que me alerta y me hace mirar en la misma dirección que él, temiendo que algo le haya pasado. Pero lo que veo es mucho peor: mi otro mejor amigo desaparece junto a la mujer que se hace llamar su madre pero que no ha hecho más que hacerle daño. — ¡Seth! — grito, pero sé que no puede oírme, no cuando ni siquiera sé dónde se lo ha llevado esa psicópata. Y eso es lo que más me molesta, el no poder hacer nada para traerlo de vuelta.
Ben, Alice y Derian se marchan corriendo para algo de evacuar a los niños. No puedo ayudarles, no cuando me cuesta horrores mantenerme en pie por culpa de los numerosos cortes que me ha hecho Jamie con ese maldito hechizo. Pero no puedo quedarme de brazos cruzados por muy mal que esté, así que me acerco a paso lento hasta Eowyn. — Estará bien. — Es lo único que le digo, asumiendo que comprenderá que me refiero a Beverly. Confío en Ben y él sabrá qué hacer con los más pequeños y cómo ponerlos a salvo.
Entonces la veo. Tendida en el suelo y rodeada de su hija mayor, Arleth yace sin vida. No he tenido padres desde los 14 años, pero los adultos del 14, los más mayores, han cumplido ese rol durante los últimos 15 años de mi vida. Por mucho que me sienta tentada a ir hacia allí, no lo hago porque sé que Ava debe de estar pasándolo muchísimo peor y que necesita su tiempo.
Trama del distrito 14
Interacción: Eowyn
Mención: Seth, Ben, Alice, Derian, Beverly, Arleth y Ava
Mención: Seth, Ben, Alice, Derian, Beverly, Arleth y Ava
Icono :
Here it was they lit the flame
Dejo que mamá me consuele mientras mi llanto pierde fuerza, aunque podría llorar por días, soy conciente que no es el momento, ya no hice nada por suficiente tiempo.
Entonces escucho a Ben empezar a ordenes de sacarnos de aqui, pero esta diciendo los menores no los adultos. No quiero dejar a mamá, no quiero. Se que no ayuda a nadie mi capricho, pero temo que si la suelto no la vuelva a ver. Al final, por que ella me lo pide, tomo la mano de Delilah quien venía con Kyle y la dejo guiarme hacía donde Ben nos guía. No sin antes voltear a verla por ultima vez.
- Te veo después - le grité, pero ya estamos a una distancía asi que creo que no me escuchó.
No presto atención al camino, en mi mente se reproduce todo lo sucedido en el día y solo puedo respirar varias veces para evitar que las lagrimas vuelvan. Cuando llegamos al establo, Ben desaparece por un momento y Alice nos ayuda a subirnos de a dos a los caballos. Al menos voy en Arion, supongo que Ava me diría que lo cuide.
- Lo prometo - le digo a Alice cuando me pide que cuide al resto, ahora voy a ser la medica del grupo, mi gran sueño alcanzado pero solo me deja un sabor amargo en la boca.
Ben vuelve y me entrega una de sus mochilas, le sonrio un poco al pensar que en mi bolsito tengo varias cosas tanto utiles como inutiles para lo que se nos viene, supongo que de algun lado saque lo previsora. Sube a Zenda detras de mi y aprovecho su cercanía a darle un pequeño abrazo.
Escucho las indicaciones de Ben pero no le digo nada, realmente me esta costando mantenerme firme con las lagrimas y temo hablar y que se note mi voz temblorosa. Así que comienzo la marcha, con la frente en alto con toda la dignidad que puedo mantener hasta alejarnos y romper a llorar de nuevo.
Trama del distrito 14
Interacción: Eowyn, Ben y Alice
Mención: Eowyn, Delilah, Kyle, Alice y Zenda
Mención: Eowyn, Delilah, Kyle, Alice y Zenda
HERE IT WAS THEY LIT THE FLAME
No pasa mucho tiempo antes de que tenga que caer en la realidad, no hay tiempo para llorar a los muertos, no hay tiempo para quedarse parados sin hacer nada. La amenaza no ha acabado y tenemos que movernos. El abrazo de Zenda, desesperado en lo que trata que Ben no se la lleve, sabe agridulce en medio de todo el caos, y no llego a decirle nada porque en seguida ya están corriendo nuevamente. Tengo que moverme, sé que tengo que moverme, pero el cuerpo me pesa e incorporarme es una tarea casi hercúlea pese a que sé que mis lastimaduras son apenas y superficiales.
No quiero mirar el cuerpo de mamá, pero mi vista se va irremediablemente a ella una vez que estoy de pie, y puedo sentir como la angustia me oprime contra el pecho de una forma que no creí posible. Estoy mareada y me duele la cabeza, pero ya no sé si es por el humo, los golpes, las caídas o el llanto. Miro a mi hermano, reparando en él de verdad por primera vez desde que llegué al arroyo, y la pregunta ¿y ahora qué? surge en mi mente. Por que sí, que mamá se casara con Elioh nos había dado una nueva y extraña familia, pero en el fondo siempre habíamos sido nosotros tres desde que tengo memoria. - Vamos Cale, arriba. Tenemos que irnos de aquí. - Mi voz sale rasposa y arde contra mi garganta, pero el dolor apenas y queda registrado en el fondo de mi mente. En lo que espero que Cale se incorpore, abro el puño y tomando ambos extremos de la cadena me la engancho por detrás de mi cuello, guardándolo por debajo de la ropa. El metal se siente frío contra mi piel, pero a la vez me reconforta en una manera que no puedo ni quiero entender.
TRAMA DEL DISTRITO 14
Interacción: Cale
Mención: Zenda y Ben
Here they sang about tomorrow...
El galope de los caballos que llevaban a los menores del distrito retumbó en el puente de piedra y se perdió entre los árboles, alejándolos del peligro y del lugar que los había mantenido seguros e ignorantes durante tanto tiempo. No había ni un solo auror en el distrito 14, el cual parecía haber quedado en calma a pesar de las llamas que ardían en lo alto. Solo fueron unos minutos, no muchos, los que bastaron para que pudiesen ver aparecer los aerodeslizadores. Zurcaron el cielo a una gran velocidad, sacudiendo las ramas de los árboles que alertaron a los caballos a correr más rápido. Eran tres, manejados a la distancia por magos que dejaron caer una bomba cada uno, las cuales cayeron por el aire hasta chocar contra el suelo. Los restos del centro del consejo fueron los primeros en estallar, seguidos de las casas. Las otras dos se encargaron de los alrededores.
No hizo falta más que esto. Las bombas cargaban en su interior fiendfyre contenido, el fuego maldito que se desplomó y arrastró por el distrito consumiéndolo todo. El distrito entero ardió en llamas y estallidos violentos, transformados en criaturas que devoraban todo a su paso y extinguían las vidas de aquellos que quedaban atrapados en ellas. Los cuerpos ya caídos empezaron a consumirse, eliminando la evidencia de las almas que se habían perdido ese día tan soleado. Sin embargo, no todo estaba perdido...
Cale y Ava Ballard, cercanos al cuerpo de su madre, fueron obligados a saltar al arroyo. El agua los arrastró lejos, violenta en la corriente, llevándolos en dirección opuesta a las montañas.
Alice Whiteley y Benedict Franco quedaron atrapados en los escombros de las afueras, salvados por encontrarse lejos de la zona de impacto.
Derian Castle, Amber Pearson y Sophia Niniadis fueron los únicos tres que lograron correr por el puente antes de que el mismo se derrumbase, dejándolos fuera del distrito, aunque aún podían sentir el calor de las llamas que se arrastraban como víboras.
Los ojos de los supervivientes y los gritos provenientes desde el fuego solo dejaron en claro una cosa: El distrito catorce había dejado de existir.
... and tomorrow never came.
normativa escribió:« A partir de este momento, se han dividido cuatro grupos en diferentes zonas geográficas:
- Beverly Redford, Delilah Looper, Kendrick Duane, Kyle Overstrand, Zenda Franco y Jared Niniadis se encuentran en los caballos, en dirección al refugio de las montañas.
- Cale y Ava Ballard van en sentido contrario, siendo arrastrados por la corriente.
- Benedict Franco y Alice Whiteley aún se encuentran en las afueras del distrito.
- Amber Pearson, Sophia Niniadis y Derian Castle se encuentran en los bosques y no tienen acceso al catorce.
No es necesario que los grupos vuelvan a reunirse. En un principio deberán rolear en otro post con sus compañeros supervivientes, pero ustedes decidirán on rol hacia donde continúa su historia.
« Este turno es para rolear la salida. Solo debe hacerse un post por personaje narrando el bombardeo y la huida hacia las zonas que les fueron designadas. Los menores ya se encuentran fuera, por lo tanto no es necesario que posteen: su participación en la trama ya se dio por finalizada.
« Será un turno de tan solo 24 horas. De salir todos los personajes antes del tiempo estipulado, la trama se cerrará tras el último en postear.
« No pueden salvar a otros personajes que no han sido seleccionados para sus grupos. Sean coherentes al momento de narrar la huída.
Icono :
HERE IT WAS THEY LIT THE FLAME
— Ven. Tenemos que ayudar al resto… — no sé de dónde saco la coherencia para poder hacer funcionar mi voz. Tiro de la mano de Alice en un intento de salir de las granjas, seguro de que aquí no queda nada por hacer. O bueno, casi nada. No puedo simplemente dejar que los animales queden encerrados, así que al pasar abro las cercas y las dejo abiertas para que sean libres de moverse hacia donde lo deseen. Ni siquiera le echo un último vistazo a Bessie cuando tiro de Alice para volver a correr. Mi cuerpo se queja, me dice que debo detenerme y no abusar de que sigo con vida, pero sé que de detenerme no seguiré respirando.
Puedo ver la silueta de mi cabaña aparecer una vez más cuando oigo lo que me temía. El sonido hace que me frene de lleno y tire de Alice para que se frene, observando con horror las figuras que van y vienen entre el fuego, tratando de ayudarse las unas a las otras en una distancia en la cual sé que no van a ayudarme. Y cuando el primer aerodeslizador sobrevuela el distrito, veo a alguien que corre en ayuda de una figura más menuda — ¡PAPÁ, SAL DE AHÍ! — pero no me oye, claro que no, muy a pesar de mi desesperación. Estamos demasiado lejos como para que él no sea más que una figura reconocible que se pierde entre el humo e ignore lo que está pasando. Ruego que lo ignore, porque de tener consciencia debería ser considerado inhumano.
La primera explosión hace que tire de Alice hacia atrás, pero la distancia provoca que el suelo solo retumbe bajo nuestros pies y nos haga caer al suelo. Es la segunda, en las afueras, la que hace que la casa que he construido con mis propias manos estalle y los vidrios y la madera caigan sobre nosotros. Mi primera reacción es cubrir a Alice con el cuerpo sin temor a aplastarla, sintiendo como todo vuela sobre nuestras cabezas y golpea mi espalda. Hay un humo mucho más intenso que se cuela entre mis fosas nasales y me obliga a toser. Tengo el corazón acelerado y el horror a flor de piel, pero aún así encuentro la manera de levantarme un poco y empujar a Alice — ¡MUÉVETE, MUÉVETE! — creo que no hace falta que lo repita, porque cuando logro ponerme de pie del todo me doy cuenta de las formas de las llamas que se arrastran en formas demoníacas, devorando todo a su paso. Volteo, notando como el fuego de las viviendas también se expande y no tenemos un lugar seguro hacia donde correr. Vamos a morir calcinados, consumidos y convertidos en dos cuerpos que pasaron a ser cenizas. Vuelvo a toser, sintiendo la presión de la angustia en mi pecho y entonces veo algo. Una silueta pesada, que salió disparada en la explosión y se encuentra tirada en el suelo…
Es una idea ridícula, pero es la única que tengo. Y no es como si no hubiese sobrevivido siempre en base a ideas ridículas. Golpeo a Al en el brazo para que me siga y corro hacia la moto que ha quedado tirada, la levanto con la fuerza de la urgencia y me monto sobre ella — Espero que funcione de una puta vez… — está vieja, la he usado un par de veces y arreglarla no ha hecho mucho por sus dieciséis años. La enciendo y el motor se queja, por lo que intento una vez más. El caño de escape estalla, pero el temblor me indica que está en funcionamiento — ¡Alice, súbete o te volverás carbón! — creo que no tengo que repetirlo, porque ella se trepa detrás de mí y, en cuanto siento sus manos aferrándose, arranco. La moto avanza en el poco espacio sin llamas que puedo distinguir y la ceniza hace que me piquen los ojos, así que encontrar el botón es una tarea casi imposible. Pero lo logro.
La magia del vehículo nos eleva al salir disparados hacia arriba, alejándonos de una llamarada en forma de serpiente que intenta morder el aire y vuelve a caer hasta fundirse con el resto del fuego. Las motos voladoras serán cosa del gobierno que ha provocado esto, pero no me cuesta acelerar hasta que nos alejamos de la nube negra que, en algún momento, fue nuestro hogar.
TRAMA DEL DISTRITO 14
Interacción: Alice
Mención: Elioh y PNJ
Escape en moto voladora
Here it was they lit the flame
— Tienes que irte, Ken. Tienes que irte. Te prometo que te lo explicaré todo algún día. — Lo empujé varias veces para que emprendiera el camino hacia los establos, pero por cada paso que conseguía dar, el regresaba dos. Grité su nombre varias veces de forma autoritaria con toda la intención de que eso sirviera para hacerlo marcharse, pero al final Ben tuvo que arrastrarlo y agradecí enormemente que aún fuera lo bastante flacucho como para no poder resistirse. Con él a salvo, era una cosa menos de la cual preocuparme. Una vez los chicos cruzaron el puente a salvo, me acerqué a varios grupos de heridos. Envié a por otras personas a aquellos que podían caminar, y estos fueron llevando gente hacia el bosque con las claras instrucciones de no regresar.
El ruido de los aerodeslizadores acercándose al distrito marcaron el final del tiempo de tregua que Jamie Niniadis le había dado al catorce. Todos mis miedos se hicieron realidad cuando la primera bomba cayó del cielo. — ¡TODOS A CUBIERTO! — Pero mi advertencia no llegó a tiempo. La primera bomba que explotó en el consejo causó tal impacto que me envió hacia atrás. Caí al suelo mientras la oleada de calor se extendía hacia mi y elevaba la temperatura del ambiente de golpe. Me giré para poder levantarme del suelo y frenar parte del fuego que iba hacia donde estaba, y no me chamuscó la cara por los pelos. Todo se llenó de fuego y humo en un segundo, y me resultaba imposible respirar. Trastabillé en más de una ocasión hasta que caí al suelo, donde pude respirar una ligera bocanada de aire fresco y divisar el cuerpo de Arleth. Mi Arleth.
Me arrastré hacia donde estaba a gran velocidad y la tomé de la parte superior de la camisa, empezando a correr mientras la arrastraba conmigo. Estábamos cerca del río, solo tenía que arrastrarla los metros suficientes para llegar hasta allí y sacarla de ese infierno. No iba a dejar su cuerpo tirado, no a la mujer a la que había amado tantos años, para que se consumiera entre los escombros como si no fuera nadie, y viviera para siempre bajo una tumba sin nombre. Ella merecía algo más que eso. Sus hijos merecían un lugar donde llorarla. Yo necesitaba uno también. — Una última vez Arleth. Una última vez. — Pero no podía. El aire estaba demasiado caliente y al respirar, me quemaba también los pulmones. Cada vez me costaba más avanzar. Lo primero que tocaron el suelo fueron mis rodillas y luego mi mano. Gasté todos mis esfuerzos en arrastrar su cuerpo hasta las orillas del lago, incluso yendo a gatas. Su camisa se rompió, y tuve que tirar de ella desde uno de sus brazos. Su ropa se enganchó a algo y tuve que usar mis manos bajo sus axilas para sacarla de lo que sea que fuera.
La ropa se rasgó y el impulso me envió hacia atrás, con ella entre mis brazos. La segunda bomba explotó entonces y sin mi varita a mano, no hubo forma de repeler el fuego que nos consumió por completo.
Al final no pude sacarla de allí. No pude llevarla con sus hijos. No pude decirle a Ken todas las cosas que le oculté.
No pude salvar a nadie.
Trama del distrito 14
Icono :
Here it was they lit the flame
Miré a Amber cuando vino cojeando hacia y le sonreí al escucharla. Claro que mi niña iba a estar bien, iba con su papá número uno y la verdad es que todos sus padres son asombrosos pero Ben era mi preferido. Seth estaba casado y Cale era gay, obvio Ben era mi preferido. — Eso espero. Me dolería el corazón si todo esto la lastima mucho. — Mi niña. Mi pobrecita niña. Quiero que toda esta locura se termine para poder volver a casa y pintarle las uñas y hacerle trencitas, para que nunca más tengamos que volver a pensar en esto.
Ojalá fuera tan fácil.
Echo no para de dar órdenes de que saquemos a los más heridos y señalo hacia el puente. — Amber, ve tú delante, apenas puedes moverte. Yo me quedo a ayudar. — Apenas podía con mi propio peso, pero si comparaba mis heridas con las de Amber, que eran más visibles, resultaba fácil pensar que yo estaba en mejores condiciones. La espanté como un perrito y seguí los gritos más cercanos, ayudando a sacar a un par de personas de entre los escombros con ayuda de otras. Sé que en algún momento me desgarré las manos intentando salvar a otros pero al final, por muy rápido que todos intentáramos movernos, no era suficiente. Habían muchos heridos graves, agonizando en el piso, y pocos pies con la movilidad suficiente para sacarlos de allí.
En eso, explotó la primera bomba.
Estaba bastante lejos de la zona de impacto pero el eco de la explosión me llegó con algunos segundos de retraso. Levantó el aire y lo fue calentando hasta que todo se sintió como un horno y el fuego se precipitó hacia donde estaba. Eché a correr apenas viendo por donde iba. Las microexplosiones que se dieron después fueron cada vez más y más cercanas. Una de las paredes de las casas reventó y parte de los escombros me golpearon, mandándome al suelo y atrapándome sin ningún tipo de posibilidad de moverlos.
Sentí un dolor horrible por debajo de la cintura, que empeoraba por momentos mientras, tirada boca arriba, intentaba empujar aquellos escombros que me apresaban, pero que no se movían. — ¡AUXILIO! ¡AUXILIO! — Chille desesperada. Y pensé en lo fácil que habría resultado para Seth mover este pedruzco y sacármelo de encima. Pero Seth no estaba. Nadie estaba. Si alguien estaba, no me escuchó.
Mirando desesperada hacia todas partes, vi la cara de Murphy. — ¡Que haces aquí! ¡Tienes que correr! ¡Murph! ¡Tu mamá tiene que estar histérica! ¡MUURPH!! — En medio del dolor y del desconcierto de ver a la pequeña allí, sin siquiera pensar en porqué diablos no estaba con los demás niños ahora, no me di cuenta de que su rostro girado hacia mi y su cuerpecito en el suelo yacían absolutamente sin vida. Ella me dio las fuerzas para arrastrarme. Para extender mi mano hacia la suya que estaba inerte en el piso, para sentir que por un segundo, si me esforzaba suficiente, podría salir de debajo de aquellos escombros y salvarnos a las dos.
Mis dedos se alcanzaron a enredar entre los suyos antes de que explotara la segunda bomba justo encima de nosotras.
Trama del distrito 14
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HERE IT WAS THEY LIT THE FLAME
Mis pies se quedan anclados al suelo, de forma que no puedo moverlos hasta que recibo un tirón de Ben a mi izquierda que me indica que es hora de irnos. ¿A dónde? Eso es algo que no sé, puesto que ya no hay lugar para nosotros después de esto. Intento por todos los medios mantener la concentración, no dejar que el cansancio y el dolor por lo perdido se apodere de mí, de manera que muevo mis piernas incluso cuando lo único que quiero hacer es permanecer parada.
Ni siquiera sé hacia donde vamos, me dejo guiar por los impulsos de Ben confiando en que sepa que dirección tomar. No veo nada a causa del fuego que nos rodea y amenaza con llevarnos consigo, sin embargo, puedo escuchar el sonido de unas hélices por encima de nuestras cabezas, lo que me hace levantar la mirada hacia el cielo. Desde mi posición, veo como un aerodeslizador pasa por encima de nuestras cabezas y lanza su contenido sobre las cabañas que aún no han sido destrozadas. Escucho a Ben gritar por su padre, de la misma manera en que yo grité por mi hija, en vano. No hay nada que pueda hacer para evitar lo inevitable.
Por la cercanía de las explosiones que se producen de manera sucesiva, pierdo el equilibrio y caigo al suelo sin apenas tener tiempo a distinguir el golpe. Sé que mi cuerpo está temblando, lo siento vibrar cuando la diminuta cabaña individual explota sobre nosotros y no puedo hacer más que taparme la cabeza con las manos, pero es el cuerpo de Ben lo que impide que me lleve el impacto del vidrio echo añicos. Aun así, el humo atraviesa mis pulmones de la misma manera que el fuego consume todo a nuestro alrededor, de forma rápida y directa. Toso inevitablemente mientras trato de ponerme en pie ante las exigencias de Ben, girando sobre mi misma en busca de algún escape entre las llamas. Ha llegado, es el fin, después de las veces que hemos burlado a la muerte en los últimos meses, esta ha encontrado la forma de llegar a nosotros.
Noto un golpe en mi brazo, he sentido ese gesto tantas veces en el día de hoy que aún no tengo claro si debo tomármelo como una amenaza o como una ayuda. Por suerte esta vez, es resultado de la idea que tiene Ben de usar la moto voladora que tantos años se ha pasado arreglando. Es absurdo, no vamos a poder huir dependiendo de un viejo trasto que funciona cuando se le antoja. Sin embargo, el miedo a morir y la búsqueda por la supervivencia hacen que me suba sin dudar un momento.
No soy consciente del despegue, ni de la fuerza con que la magia nos impulsa del suelo, tan solo dejo que mi cabeza se apoye sobre la espalda de Ben mientras mis brazos rodean su cuerpo. Llega el momento de cerrar los ojos, incapaz de mirar atrás, incapaz de mirar al frente, pues no hay cabida para pensar en lo que pasará a continuación, ni en lo que ha ocurrido bajo nuestros pies. El miedo a lo desconocido es lo único que nos acompaña junto al silbido del viento en el cielo.
Ni siquiera sé hacia donde vamos, me dejo guiar por los impulsos de Ben confiando en que sepa que dirección tomar. No veo nada a causa del fuego que nos rodea y amenaza con llevarnos consigo, sin embargo, puedo escuchar el sonido de unas hélices por encima de nuestras cabezas, lo que me hace levantar la mirada hacia el cielo. Desde mi posición, veo como un aerodeslizador pasa por encima de nuestras cabezas y lanza su contenido sobre las cabañas que aún no han sido destrozadas. Escucho a Ben gritar por su padre, de la misma manera en que yo grité por mi hija, en vano. No hay nada que pueda hacer para evitar lo inevitable.
Por la cercanía de las explosiones que se producen de manera sucesiva, pierdo el equilibrio y caigo al suelo sin apenas tener tiempo a distinguir el golpe. Sé que mi cuerpo está temblando, lo siento vibrar cuando la diminuta cabaña individual explota sobre nosotros y no puedo hacer más que taparme la cabeza con las manos, pero es el cuerpo de Ben lo que impide que me lleve el impacto del vidrio echo añicos. Aun así, el humo atraviesa mis pulmones de la misma manera que el fuego consume todo a nuestro alrededor, de forma rápida y directa. Toso inevitablemente mientras trato de ponerme en pie ante las exigencias de Ben, girando sobre mi misma en busca de algún escape entre las llamas. Ha llegado, es el fin, después de las veces que hemos burlado a la muerte en los últimos meses, esta ha encontrado la forma de llegar a nosotros.
Noto un golpe en mi brazo, he sentido ese gesto tantas veces en el día de hoy que aún no tengo claro si debo tomármelo como una amenaza o como una ayuda. Por suerte esta vez, es resultado de la idea que tiene Ben de usar la moto voladora que tantos años se ha pasado arreglando. Es absurdo, no vamos a poder huir dependiendo de un viejo trasto que funciona cuando se le antoja. Sin embargo, el miedo a morir y la búsqueda por la supervivencia hacen que me suba sin dudar un momento.
No soy consciente del despegue, ni de la fuerza con que la magia nos impulsa del suelo, tan solo dejo que mi cabeza se apoye sobre la espalda de Ben mientras mis brazos rodean su cuerpo. Llega el momento de cerrar los ojos, incapaz de mirar atrás, incapaz de mirar al frente, pues no hay cabida para pensar en lo que pasará a continuación, ni en lo que ha ocurrido bajo nuestros pies. El miedo a lo desconocido es lo único que nos acompaña junto al silbido del viento en el cielo.
TRAMA DEL DISTRITO 14
Interacción: Ben
Alice out
Alice out
Here it was they lit the flame
Mi mente se pierde un instante y como si siempre hubiera estado plantada la idea en mi cabeza, le disparo a uno de los nuestros. Tras unos segundos de estar en el limbo, me sacudo y es como si despertara, el trance se rompió. Como si me tiraran un balde agua fría. La odio, encima de que... encima de que dejó así a mi mamá se atreve a controlarme. Mis gritos se unen con los de los demás mientras siguen atacando y de un momento a otro aparece un grupo en escena. Estamos perdidos. Estamos condenados a morir todos aquí. Sin embargo, cuando alzo la vista me doy cuenta de que el grupo son miembros de lo que queda del distrito 14 que se unen a la lucha. No puedo abandonar a mi madre pero un nuevo aire de esperanza me entra al saber que podrían estar ahí mis hermanas. Esperanza y miedo. Porque yo estaba con mamá y no he podido hacer nada para salvarla. No pude... No pude protegerla.
Ava llega corriendo al mismo tiempo que Zenda y se tiran sobre Arleth lamentándose. No puedo verlas a la cara, ¿Y cómo podría? Les he fallado. Sigo llorando pero ahora en silencio mientras Zenda se prende del cuerpo de mi mamá. Pongo mi mano en su espalda pero nada es suficiente para calmarla. - Ava... Zenda... Lo siento tanto, lo siento tanto, lo siento tanto, lo siento... lo... - Permito perder el control un segundo murmurando disculpas que no sé si se escuchan. No puedo creer que pasara esto. No puedo creer que fui tan inútil que no pude defenderla cuando más me necesitaba.
Un ajetreo se arma cuando Seth sale despedido por el aire hacia su mamá y de repente ya no hay nada. Hay un momento de silencio antes de que todos se alarmen. No está Jaime. No están los aurores. Sólo estamos nosotros y no creo que nuestra situación actual, por muy desgraciada que sea, vaya a ser suficiente para saciar la sed de sangre con la que vinieron a atacarnos. Algo no va bien y parece que todos piensan lo mismo. - Zenda... Tenemos que irnos... No podemos quedarnos. - Pero ella grita y llora a nuestra difunta madre. Ava y yo intentamos soltarla pero al final es Ben quien se la lleva. - Sé valiente, te veremos pronto. - Le digo cuando ya se está marchando. "Sé valiente". Que egoísta. No esperaba que ella tuviera que pasar por lo que nosotros cuando éramos pequeños, y es que le ha tocado peor y ha demostrado ser tan fuerte. Pero es sólo una niña, ¿Cómo podemos pedirles que sean valientes y se vayan después de todo lo que acaban de vivir? No tienen un hogar a donde regresar. No tenemos nada.
- Ava, hay que sacar a los demás. - Le digo después de que me obliga a incorporarme y me regresa a la realidad. Mi hermana menor es muy fuerte. No quiero dejar el cuerpo de mi madre pero tenemos que sacar a los niños. - Después volveremos por ella. - No sé a para quién lo digo. Si para ella o para calmarme a mí, como sea, la promesa nunca llega, porque pocos minutos después de que se fueron los enanos el silencio llega, y tras unos segundos de casi tranquilidad, las bombas. Veo en cámara lenta como caen sobre lo que quedaba del distrito y de forma instintiva envuelvo a Ava en mis brazos y nos impulso hacia el arroyo. Intento ver por última vez el cuerpo de mi madre pero es inútil, la corriente es demasiado fuerte para ver nada o intentar nadar. Aprieto con fuerza el cuerpo de mi hermana que batalla igual que yo. - ¡Ava, no te sueltes! - Le grito como puedo, tragando agua en el proceso y sintiendo como nos movemos velozmente lejos de todos.
Trama del distrito 14
Interacción: Ava, Zenda
Mención: Todos
Mención: Todos
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Here it was they lit the flame
A pocos segundos de haber jalado el gatillo es que me doy cuenta de lo que he hecho. Ben me grita. Seth me grita. Jared me grita. Y yo simplemente no puedo evitar ponerme a llorar. Estuve a punto de... estuve a punto de dispararle. Estuve a punto de matar a mi propio hijo. Las lágrimas brotan cuando intento acercarme al niño pero él me rehuye. Ben lo toma y luego Seth se interpone entre él y un hechizo que iba dispuesto a lastimarlo. Corro hacia ellos y los envuelvo, al tiempo que Seth hace lo mismo. - Jared, mi bebé yo... Seth, yo no quería lastimarlo, yo no quería... - Y no lo he hecho, pero eso no borra de mi cabeza el que se me haya cruzado la idea. Herir a mi propio hijo.
El reencuentro no dura mucho y apenas tengo unos segundos para acariciar la cara de Seth, tratar de memorizar todas sus facciones para convencerme de que está bien y está frente a mí; antes de que nos empuje y se coma otro hechizo por el que acaba tirado frente a su madre. - SETH NO. - Grito y tengo que apretar a Jared contra mi pecho cuando noto su intento por salir corriendo hacia él. Sus gritos se unen a los míos. Llama a su papá al tiempo que llora pero cuando me dispongo a apuntar y disparar, lo veo ponerse de cabeza y desaparecer junto con Jaime. - NOOOOOO. NO, SETH, NO. NO POR FAVOR NOOOO- Se ha ido. Se ha ido y no sé si lo volveré a ver. Mi esposo y el padre de mi hijo... ya no está.
Jared llora como nunca lo había visto y no lo culpo, su papá desapareció frente a nosotros y su mamá intentó dispararle antes. Mi pobre bebé, todo lo que ha tenido que ver y sufrir. Ben llega después de un momento y me dice que se lo va a llevar para ponerlo a salvo. Estoy aturdida. Estoy perdida. Quiero quedarme aquí y echarme a llorar. Pero no puedo, no puedo rendirme porque todavía hay alguien que depende de mí. Me levanto enseguida y volteo a ver a mi hijo. - Ve con tío Ben. ¿Sí? Te prometo que todo va a estar bien, pero tienes que irte. Piensa en papá. Papá querría que estuvieras bien y para eso hay que sacarte de aquí. - Con esta última frase escucho como se corta mi voz pero sigo alentádolo a irse. Lo abrazo con todas mis fuerzas y le planto un beso tremendo en la frente sintiendo como un par de lágrimas mojan mis labios y su piel - No olvides que te amamos. No lo olvides nunca. - Y como si nada, se aleja de mí. Escucho su llanto pero sé que tiene que irse si quiero que sobreviva.
Siento dolor en todo mi cuerpo y en mi corazón mientras ayudo a los niños a alejarse y a los heridos a levantarse. No sé cuánto tiempo pasa pero de repente escucho el sonido de algo que no puede ser otra cosa mas que aerodeslizadores. Corro en la misma dirección por donde desaparecieron los niños, hacia el puente, al lado de mí van Amber y Derian que se han dado cuenta al mismo tiempo que yo de lo que está por pasar. No sé donde están los demás y no puedo regresar si quiero vivir otro día para encontrar a mi familia. Así corro, casi vuelo a tiempo para ser impulsada hacia adelante cuando cae la primer bomba. Mi cuerpo rueda por lo que queda del puente y queda a pocos metros de distancia. Me levanto adolorida y volteo a ver a mis acompañantes, con la esperanza de que sigan vivos.
Trama del distrito 14
Interacción: -
Mención: -
Mención: -
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HERE IT WAS THEY LIT THE FLAME
¿Dónde estaban los demás? ¿Dónde estaban Echo y Eowyn? ¿Por qué no veía a Cale y a Ava? No fui capaz de ver nada a unos metros a la redonda. Mis pulmones estaban cargados de humo y sentía como de un momento a otro podía desfallecer ahí mismo. El sonido de los aerodeslizadores inundó el pedazo de bosque anunciando el inminente bombardeo, por lo que me moví deprisa, corriendo hacia el puente donde vi a Sophia y a Amber. El oxígeno me llegaba intervalos intermitentes, pero tuve el suficiente para cruzar el puente al mismo tiempo que la primera bomba caía, obligándome a saltar hacia adelante y caer sobre el suelo.
El oído me dolía y el pitido no me dejaba en paz, mientras intentaba levantar el rostro para ver si ambas estaban bien. No quise levantarme, no tenía fuerzas para ello mientras a mi espalda, el distrito catorce desaparecía por completo.
TRAMA DEL DISTRITO 14
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Here it was they lit the flame
¿Volver por ella? En un inicio creí que me hablaba de Zenda, pero cuando comprendí que hablaba de mamá, tuve el impulso de gritarle. El cuerpo sin vida que reposaba sobre el piso no era mi madre. Mi madre era la mujer fuerte que me crío por su cuenta desde que tenía memoria, aquella con la que discutía más veces que las que no, pero que me amaba incondicionalmente y terminaba aconsejándome sin importar qué tan ridículo fuese mi problema. La persona que me había arropado de niña, y con la que podía compartir una copa de vino de grande, mientras intercambiábamos risas y anécdotas estúpidas. No necesitaba volver por su cadáver, prefería recordar la expresión que ponía cuando nos veía regresar de una excursión, con esos abrazos que parecían durar siglos y esas inspecciones minuciosas para ver que no estuviésemos más heridos de lo que hubiésemos querido admitir. Sin embargo, me callo, porque no creo poder emitir una palabra sobre ella sin romper en llanto.
Al final mi silencio sirve de algo ya que, al no haber irrumpido en uno de mis típicos ataques de gritos, puedo sentir el zumbido que cada vez parece acercarse más y más, hasta que los enormes aerodeslizadores hacen su aparición. - ¡Mierda! - Sigo con la vista la trayectoria de los objetos que dejan caer, y cuando el primero hace contacto con su objetivo, Cale ya me tiene agarrada con una rapidez y una fuerza que no creía que fuese posible.
El caer contra el agua duele, y por unos segundos siento que me ahogo por debajo de la corriente en lo que Cale no me quiere soltar. Subir a la superficie nuevamente se siente lejos de ser un alivio, porque cuando dejo de toser y puedo respirar en lo que me aflojo un poco del agarre de mi hermano, puedo notar como la imagen del distrito va desapareciendo conforme nos alejamos. Solo puedo ver una columna de humo negra elevarse a lo lejos y en lo que trato de mantenerme a flote en la tumultuosa corriente, una sola pregunta llena mi mente. ¿Quiénes…?
Trama del distrito 14
Mención: Cale, Zenda.
Here they sang about tomorrow...
Fue una calma escalofriante. Las voces se apagaron poco a poco, evidenciando que allí ya no había vida, ni futuro, ni siquiera esperanza. El fuego crepitó y devoró cada rincón, cada fotografía guardada en sus hogares, cada memoria que se había construido en ese lugar por casi dieciséis años. Un hogar caído, un sitio que ya no podría contar su historia.
Pasaron horas. Cayó la noche y el humo negro y aún se elevaba en el aire. Fue con las primeras luces del amanecer que los aurores regresaron, lo suficientemente especializados como para controlar el fuego y luego extinguirlo. Con avidez revisaron los restos, encontrando cenizas y destrucción. Pocos cuerpos habían evitado consumirse por completo, pero ya no quedaba nada de esas personas. La evidencia gritaba lo obvio: el catorce había sido vencido y sus habitantes estaban todos muertos. Ya no había amenaza. Ese capítulo, por fin, había terminado.
Pasaron horas. Cayó la noche y el humo negro y aún se elevaba en el aire. Fue con las primeras luces del amanecer que los aurores regresaron, lo suficientemente especializados como para controlar el fuego y luego extinguirlo. Con avidez revisaron los restos, encontrando cenizas y destrucción. Pocos cuerpos habían evitado consumirse por completo, pero ya no quedaba nada de esas personas. La evidencia gritaba lo obvio: el catorce había sido vencido y sus habitantes estaban todos muertos. Ya no había amenaza. Ese capítulo, por fin, había terminado.
... and tomorrow never came.
Final escribió:
- Los sobrevivientes del distrito 14 son, solamente, aquellos que han sobrevivido a esta trama. A partir de este momento, sus rangos cambiarán a "fugitivos".
- El catorce ya no es una zona segura y no podrán abrir temas nuevos dentro del mismo. Se les permite, sin embargo y obviamente, terminar sus roles ya abiertos ubicados temporalmente antes de la trama.
- De momento, nadie sabe que las personas de otros grupos han sobrevivido. Pueden manejar como quieran con el paso del rol cómo se moveran a partir de ahora.
- El promedio fue de 11 post en esta trama. Se le ha otorgado 100 galeones a aquellos que superaron el corte, y 50 galeones a quienes no lo hicieron.
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# Here it was they lit the flame || Trama 14
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Echo R. Duane
Ava E. Ballard
The Mighty Fall
Zenda M. Franco
Delilah A. Looper
Benedict D. Franco
Seth K. Niniadis
Kyle A. Overstrand
Cale J. Ballard
Arleth L. Ballard
Kendrick O. Black
Sophia A. Niniadis
Beverly S. Redford
A. Sean Niniadis
Jamie D. Niniadis
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