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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Paul Jefferson
Kennedy Wang
Jack W. Tyler
Nathaniel L. Wright
Kendrick O. Black
Ava E. Ballard
Raven Harkness
Arianne L. Brawn
Viktor R. Carstairs
Ferdia U. Wallace
Riorden M. Weynart
Rose S. Harkness
Annie C. Weynart
Jasper E. Davies
Nicholas E. Helmuth
Ivar Lackberg
21 participantes
Blood in the writing, stuck in the fighting
Lunes 19 de septiembre, 2468
Muchas cosas podían salir mal esa mañana, todos lo sabían. Había una tensión en el aire, ambos grupos se preparaban en silencio para lo que habían acordado hacer, a pesar de las miles de dudas que asaltaban sus pensamientos. ¿El plan? Se había enviado un mensaje en código a Annie Weynart, hermana de uno de los ministros secuestrados y jefa del departamento de ciencias, para informarle la intención de un intercambio. Era sencillo, ¿no? Ellos entregaban a sus rehenes sanos y salvos, los otros harían lo mismo, nadie saldría herido. No había necesidad de seguir sumando bajas, a pesar de lo difícil de la decisión.
La respuesta se demoró dos días. El mensaje fue debatido por los altos cargos de gobierno y la duda moral los asaltó por las malas. ¿Valía la pena sacrificar a los suyos por rebeldes, teniendo por fin a los culpables de sus desgracias en sus manos? ¿Debían dejar que el caos terminase por apoderarse del país, si perdían a piezas fundamentales del ministerio? Tardía, la respuesta afirmativa llegó al loft de la Red NeoPanem, donde se mantenían unidos. La cita estaba fijada para el día siguiente, por la mañana. El ministerio quería mantenerlo oculto y solicitó un lugar neutral, los rebeldes lo aceptaron y demandaron que el encuentro se desarrolle en las minas del distrito 12. Harían el intercambio y luego, cada uno seguiría su camino, la guerra podría continuar luego.
La base de seguridad empezó a agitarse al alba. Los prisioneros se hicieron oír desde sus celdas con chiflidos y golpes cuando los caídos rebeldes fueron sacados de sus celdas y atados con cuerda mágicas para llevarlos hacia un traslador. Irían escoltados por gente de seguridad nacional y la misma Weynart del acuerdo, dejando a los ministros en la base, monitoreando la acción mediante pequeños audífonos en las orejas y cámaras en forma de lentillas para aquellos que iban a la misión. Para los rebeldes, todo fue más rústico. Tratando de defender su secretismo, volvieron a vendar los ojos de sus rehenes y el punto de salida fue la prisión improvisada en el departamento de la fallecida Arya Jackson. A su vez, exactamente a las 10 am, ambos bandos aparecieron en la oscuridad de una de las minas más anchas y profundas, enfrentándose cara a cara de una vez por todas. La luz invocada por arte de magia sirvió para que puedan verse a los ojos, ninguno muy seguro de cómo es que aquello podía resultar.
Mini Trama
normativa escribió:« Como se les informó, la presente será una mini trama que, se espera, dure solamente este fin de semana. Por eso mismo, se les pide post ágiles y respetar la norma de dos personajes para volver a postear, además de señalar las interacciones en negrita, quote o ambas.
« Será una trama sin turnos y, de momento, sin dados. Será guiada por acciones y se evaluará con el desarrollo si interrumpimos con un sistema de combate o no. Estén atentos, de todos modos serán avisados.
« Tienen prohibido atacar por el momento. Tengan en cuenta de que este es un intercambio de rehenes que busca un mutuo acuerdo, no una batalla.
« Los enviados del ministerio llevan, como se dice en la ambientación, cucarachas y lentillas que se comunican directamente con la Base de Seguridad, haciendo que puedan monitorear cada movimiento. Esto significa que los rebeldes que se presentan hoy serán reconocidos por el gobierno, la poca luz solo puede complicar un poco la identificación. Los ministros en libertad que ayudan a manejar la operación serán controlados mediante otros personajes: Viktor Carstairs/Notch Labors - Jack Tyler/Eloise Leblanc - Rose Harkness/Hans Powell. Todos los personajes del gobierno pueden oír y hablar con los personajes en la base de seguridad, para evitar confusiones se pide distinción con diferente color o cursiva para los diálogos de los ministros. Que la interacción quede clara y evite cualquier enrollo.
« Solo los personajes que dieron aviso a la administración pueden ingresar a la trama. De postear alguien que no se inscribió, se le dará el post como inválido. Se da como asumido que todos los inscritos se encuentran presentes. De haberse anotado y no verse en la lista, dar aviso:
- Riorden Weynart
- Nicholas Helmuth
- Ivar Lackberg
- Rose Harkness/Hans Powell
- Matthew Rosier
- Annie Weynart
- Colin Weynart
- Viktor Carstairs/Notch Labors
- Jack Tyler/Eloise Leblanc
- Arianne Brawn
- Jasper Davies
- Bianka Herondale
- Nathaniel Wright
- Jessica Voznesenskaya
- Kennedy Wang
- Ferdia Wallace
- Derian Castle
- Raven Harkness
- Kendrick Duane
- Ava Ballard
- Benedict Franco
- Amber Pearson
- Alice Whiteley
- Paul Jefferson
- Moira Dankworth
« Cualquier duda o consulta, comunicarse con el staff. ¡Mucha suerte!
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BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
No recuerdo haber estado tan ansiosa en todos mis años de servicio, tal vez porque nunca había estado involucrada en una misión que puede ser tan simple y tan peligrosa a la vez. Además, estoy acostumbrada a actuar con mi esposo a mi lado, pero hacerlo también con una vieja amiga pone en bandeja un par de urgencias que me inquietan al verme dividida entre lo profesional y lo personal. ¿Por qué las personas que me importan tienen que estar metidas en esto? Bufo un poco mientras me acomodo la cucaracha en la oreja porque siento que el bendito chip se va a salir en cualquier momento y puedo oír murmullos del otro lado, lo que me dice que deben estar debatiendo si son unos enfermos o no. Los prisioneros se encuentran sujetados por sogas mágicas en sus muñecas, así que no es difícil moverlos al traslador que nos mete de lleno en un sitio oscuro y húmedo.
Puedo oír a los rebeldes antes que verlos y escucho el chistido de Hans Powell en mi oreja justo cuando alguien, no sé quien, invoca la luz que se agita sobre nuestras cabezas — Recuerden: no deben ceder primero. Negocien — su murmullo me hace rodar un poco los ojos, porque he oído el plan más de una vez: ser cautos, no fiarse de ellos e ir entregando a uno a la vez, rehén por rehén — Sí, sí, lo sabemos — mascullo, parpadeando un poco en molestia de las lentillas; quizá, mi tonito de voz es un permiso que me doy por las veces que hemos compartido copas, lo que me salva de solo recibir un gruñido en respuesta. No suena tan difícil como lo siento, así que igual sujeto fuerte la varita y miro a Annie en busca de algún indicio. Yo no estoy a cargo aquí.
Mini trama
Mención: Jack, Annie
Interacción: Comunicación con Base de Seguridad
Ministro en uso: Hans Powell
Interacción: Comunicación con Base de Seguridad
Ministro en uso: Hans Powell
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BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
Apenas y digo palabra desde que me levanto, en gran parte porque no he dormido mucho y mi humor se encuentra en una línea floja. Afirmo un poco las ataduras de Riorden Weynart como si no confiase en que la magia de Amber fuese suficiente y me pongo de pie para acercarme al traslador, acomodando un poco las armas que llevo colgadas por si las dudas. Sé que vamos en son de paz, pero uno jamás debe tener la guardia baja cuando se trata de ellos. Apenas ponemos las manos en los objetos minúsculos que van a arrastrarnos, ladeo la cabeza para mirar a mis compañeros, todos posiblemente tan tensos como yo — Buena suerte — digo simplemente. Sé que va a salir bien, tiene que hacerlo. Y sino… bueno, ha sido un placer luchar con ellos.
Nos aparecemos en las minas y alguien hace aparecer una luz que me hace parpadear ante el cambio tan rápido y constante de iluminación. Son más que nosotros, me doy cuenta con un simple vistazo y mi instinto me dice que debo avanzar para chequear que los nuestros, esos que ellos sujetan mediante magia, se encuentren bien. Verse, se ven del asco — Tenemos un trato — les recuerdo, alzando la voz lo más firme que puedo. No sé por qué tomo la vara de la situación, pero me apresuro a moverme para quitarles las vendas de los ojos a los rehenes, tirando con menos fuerza aquella que cubre la visión de Ivar — Nada de trucos. Ustedes los sueltan, nosotros los dejamos ir. No tiene por qué terminar mal. Todos aquí hemos perdido gente y derramado sangre — no es necesario que se los recuerde. Las bombas siguen siendo demasiado cercanas para todos nosotros.
Mini trama
Mención: Riorden, Amber, Ivar
Interacción: General
Interacción: General
BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
No sé cuántos días paso encerrado en un lugar que no consigo identificar, y a la espera de que nos encuentren a mí y a mis otros dos compañeros de estos días. De vez en cuando viene alguien de esa gentuza y nos da una comida que deja mucho que desear; comida que me recuerda a una época que ha quedado ya muy atrás en mi vida. Pero un día vienen y no se van. Ni siquiera protesto porque hace días que no lo hago. Cuando nos trajeron aquí, dije de todo con orgullo y les dejé bien claro que algún día nos encontrarían y pagarían por todo lo que han hecho, pero el tiempo ha pasado y no ha sido así. No sé por qué no consiguen encontrarnos, pero asumo que cuando me atan las manos y me agarran de malas maneras, será para llevarnos a una muerte que llevo días esperando que llegue. Pero eso no pasa así, sino que noto la sensación tan inconfundible, con los ojos vendados, de cuando tocas un traslador y apareces en otro lugar.
Las palabras de Benedict sobre algo de un trato me erizan la piel y provocan una sensación de preocupación que no había tenido hasta ahora porque una cosa es que me tengan a mí, y otra cosa muy distinta que alguien acceda a tratar con unos traidores. Mi única reacción a lo de que todos hemos perdido gente es soltar un bufido irónico, y parpadeo varias veces hasta acostumbrarme a la luz una vez me quita la venda. Me cuesta unos segundos, pero entre aurores, cazadores, jueces y demás, reconozco a mi hermana pequeña. — No. — Es lo único que le digo a Annie, esperando que comprenda a qué me refiero. Hay cosas mucho más importantes que salvarnos a nosotros, y no quiero que pierdan la oportunidad de acabar con ellos simplemente por tres vidas que, aunque suene drástico, pueden sustituirse laboralmente hablando. En el plano sentimental ya es distinto, pero como ha dicho Benedict, todos hemos perdido gente. No viene de unas muertes más siempre y cuando sea lo mejor para todos... incluso aunque eso termine conmigo.
Mini trama
Interacción: Annie
Mención: Ben
Mención: Ben
Icono :
BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
Las sogas que me ponen en las muñecas aprietan demasiado fuerte, no sé si me quejo por la falta de circulación de sangre o porque me duele cada centímetro de la piel después de vaya a saber cuántos días metido aquí dentro. No me explican lo que está pasando, mis pies solo reaccionan por la inercia de los empujones y cuando veo a mis compañeros, sé que algo está sucediendo. Algo diferente, que no tiene que ver con interrogatorios. Tengo el impulso de llevarme la mano al bolsillo roto, donde he logrado enroscar el anillo de mi madre para chequear que no se me ha caído entre los tirones, pero no puedo hacerlo, no me lo permite el agarre. El tirón del traslador es peor de lo que recuerdo, quizá porque aún tengo el estómago revuelto y mis piernas no me sostienen, haciendo que tropiece en cuanto volvemos a tocar suelo firme. Lo que veo no es algo que esperase y me deja un momento sin aliento.
A través de los mechones sucios de mi flequillo, la luz ilumina lo que identifico como una cueva o algo parecido. A mis ojos, muchos de mis compañeros se mantienen firmes a unos cuantos metros, junto a un grupo de personas que reconozco como prisioneros del ministerio. No tengo voz para decirles que están locos, que deberían haberlos matado hace días cuando tuvieron oportunidad, pero giro la cabeza en busca de alguien que sepa explicarme qué mierda está pasando. ¿Hicieron un trato con ellos? ¿De verdad? ¿Por qué me huele a que va a salir terriblemente mal?
Mini trama
Interacción: -
Mención: General
Mención: General
BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
Por lo que puedo ver, estamos vivos, pero no enteros. Ni me molesto en preguntar a los aurores a dónde nos llevan porque sé que no obtendré respuesta, pero puedo reconocer un operativo en cuanto lo veo. Se preparan, hay órdenes sonando por doquier y los consejos vuelan entre murmullos por el aire. Incluso los ministros hacen su aparición en la base y se colocan en unos sillones aparentemente cómodos, rodeados de pantallas, maquinaria y aurores que parecen casi tan alterados como ellos. Nosotros estamos en un círculo, uno que no me permite hablar con mis compañeros pero sí ver que tan mal heridos se encuentran. Algunos deben dar las gracias de seguir respirando, como yo, que cada inhalación produce un ruido fastidioso a causa nariz rota. He recibido golpes peores.
Tropiezo cuando caemos en lo que reconozco de inmediato como las minas del distrito once, cayendo a los pies de la bestia de Tyler; si mal no recuerdo, ese era el nombre del barbudo. Reconozco a los idiotas de mis compañeros y por primera vez en días, siento que despierto, no sé si por el pánico o el horror a lo que han accedido a hacer — ¿Acaso están dementes? — me quejo, alzando la voz todo lo que soy capaz. Lo tenían todo servido para acabar con dos ministros, nuestras vidas no valen tanto como para dejar pasar esa oportunidad. Abro la boca para decir algo más, pero mi voz apenas brota porque un golpe salido de no sé dónde me hace caer al suelo con un quejido, en busca de mi silencio.
Mini trama
Interacción: Rebeldes
Mención: Jack, General
Mención: Jack, General
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BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
No sé por qué en el momento me pareció una buena idea, cuando en realidad son infinitas las posibilidades de que esto acabe mal. En ningún momento lo digo, por temor a que mis palabras acaben con el poco espíritu con que se levanta el grupo por la mañana, a escasas horas del encuentro. Quiero creer que saldrá bien, que recuperaremos a los nuestros y al día siguiente será como si nada de esto hubiera pasado, pese a que es evidente que todos recordamos como es que hemos llegado a este punto. Llevo una mochila a la espalda a modo de botiquín en caso de que la situación se torne complicada, solo por si acaso, que no les hayamos tocado el pelo a los ministros no significa que ellos hayan hecho lo mismo. Lo que pase a continuación, solo depende de si decidimos o no confiar en el enemigo.
De vuelta esa horrible sensación acude a mi estómago cuando mis dedos rozan el objeto que actúa como traslador, aunque en parte estoy segura de que el nerviosismo que me sacude también forma parte del efecto. No soy consciente de quién llega primero porque para cuando mis pies tocan el suelo una luz vibra en la oscuridad e ilumina el espacio de la mina. Enfocar mi visión a algo en particular mientras mis ojos aún se están acostumbrando al cambio de ambiente se convierte en una tarea complicada y pestañeo varias veces en lo que estiro las piernas para dar un paso. Tengo la necesidad de mirar a Ben cuando su voz se alza, retumbando en eco y recorriendo las paredes, pero mantengo la vista firme al frente para tratar de reconocer algún rostro conocido. Veo a Kendrick, con un aspecto tan horrible que me cuesta si quiera creer que es él, y la queja de Ferdia hace que apriete los labios unos segundos en los cuales aguanto la respiración sin pensarlo.
De vuelta esa horrible sensación acude a mi estómago cuando mis dedos rozan el objeto que actúa como traslador, aunque en parte estoy segura de que el nerviosismo que me sacude también forma parte del efecto. No soy consciente de quién llega primero porque para cuando mis pies tocan el suelo una luz vibra en la oscuridad e ilumina el espacio de la mina. Enfocar mi visión a algo en particular mientras mis ojos aún se están acostumbrando al cambio de ambiente se convierte en una tarea complicada y pestañeo varias veces en lo que estiro las piernas para dar un paso. Tengo la necesidad de mirar a Ben cuando su voz se alza, retumbando en eco y recorriendo las paredes, pero mantengo la vista firme al frente para tratar de reconocer algún rostro conocido. Veo a Kendrick, con un aspecto tan horrible que me cuesta si quiera creer que es él, y la queja de Ferdia hace que apriete los labios unos segundos en los cuales aguanto la respiración sin pensarlo.
Mini trama
Mención: Todos, Ken, Ferdia, Ben
BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
No pasan muchos días desde que nos meten en las celdas por primera vez hasta que nos sacan de nuevo, pero ha pasado demasiado en el medio, cosas que solo me hacen desear que el juicio llegue de una vez por todas o nos maten y ya. Esperar sin saber lo que va a ocurrir es lo peor. Sin embargo solo hacen falta unos minutos fuera para enterarme de que el plan no es ese.
Dudo haber tomado un traslador en mi vida y cuando siento el tirón en el abdomen sé que es una experiencia que no quiero repetir ¿A dónde nos llevan? Sé que el ministerio probablemente todavía está en ruinas pero no puedo imaginar un solo escenario que requiera ir tan lejos. Las ejecuciones siempre son en público así que dudo que sea eso, aunque quien sabe qué le han dicho al público sobre nosotros... Quizás estamos muertos hace días y nosotros no lo sabíamos. Me consta que los medios son un arma poderosa.
Estamos en una especie de cueva y la imagen que veo en frente es la que estuve temiendo todos estos días. Se lo dije a Ken desde el primer momento, desear un rescate sería egoísta pues pondría en riesgo a todos los demás y es justamente lo que está pasando ahora. La luz es escasa, pero no hay forma de que esté en el mismo sitio con Jefferson y no saberlo, también puedo distinguir la figura de Moira y maldigo por lo bajo... Al menos no han traído a todos pero no me agrada nada que las dos personas más importantes en el mundo para mí estén arriesgando el cuello.
Benedict habla y aprieto los labios. Por supuesto que las cosas terminarán mal y no necesariamente tiene que ser por una traición de los ministros. Me sudan las manos y lo único que me queda hacer es esperar a que hagan el trato de manera rápida, eso y que a nadie se le ocurra sacar de sus casillas a Moira o ella a los demás.
Mini trama
Interacción: -
Mención: Ken, Jefferson, Moira y Ben
Mención: Ken, Jefferson, Moira y Ben
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Conozco lo que viene a continuación. No por experiencia personal, pero tampoco hace falta ser un genio para saber que los tipos que se encuentran en una situación parecida nunca salen bien parados, lo supe desde el momento en que desperté en aquella habitación oscura. Desde entonces he esperado a que sucediera lo inevitable, encontrándome con la sorpresa de que pasan días sin que nadie haga nada o diga nada. No que sea muy relevante cuando tanto yo como mis compañeros vamos a morir, eso es obvio, y tampoco es como si fueran a perder el tiempo en dar explicaciones. Por eso cuando alguien vuelve a taparme los ojos y me empuja fuera de la habitación sé que es el fin. No hay nada que pueda hacer para zafarme de esta, solo me arrepiento de no haberme despedido de mi familia, aunque no es como si hubiera tenido la oportunidad.
No hay nadie que vea el rostro confuso con que arrastro los pies hasta que una sacudida familiar me recorre el cuerpo. Conozco de sobra como se siente el desplazarse haciendo uso de un traslador, no es algo que me sorprenda de la misma manera que lo hace el hecho de que a mis pulmones llegue oxígeno húmedo y poco respirable. Oigo pisadas a mi alrededor, y pese a que lo menos que podrían hacer es quitarnos las vendas para identificar la última cara que vamos a ver antes de morir, no me quejo. No lo hago porque de un momento a otro puedo escuchar como la voz de Benedict Franco se hace presente en lo que resulta una conversación de a dos. La luz atraviesa mis ojos cuando me libera de la oscuridad, no demasiado potente y aun así lo suficiente para que los mismos se cierren en parpadeo por el cambio repentino. Me gustaría decir que no tengo ni la menor idea de lo que hago aquí, pero me basta una sola mirada al frente para saber que esta ha sido una mala decisión por parte del gobierno.
No hay nadie que vea el rostro confuso con que arrastro los pies hasta que una sacudida familiar me recorre el cuerpo. Conozco de sobra como se siente el desplazarse haciendo uso de un traslador, no es algo que me sorprenda de la misma manera que lo hace el hecho de que a mis pulmones llegue oxígeno húmedo y poco respirable. Oigo pisadas a mi alrededor, y pese a que lo menos que podrían hacer es quitarnos las vendas para identificar la última cara que vamos a ver antes de morir, no me quejo. No lo hago porque de un momento a otro puedo escuchar como la voz de Benedict Franco se hace presente en lo que resulta una conversación de a dos. La luz atraviesa mis ojos cuando me libera de la oscuridad, no demasiado potente y aun así lo suficiente para que los mismos se cierren en parpadeo por el cambio repentino. Me gustaría decir que no tengo ni la menor idea de lo que hago aquí, pero me basta una sola mirada al frente para saber que esta ha sido una mala decisión por parte del gobierno.
Mini trama
Mención: nadie así en concreto (?
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BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
Puedo sentir en mi estómago unos nervios que hacía años que no sentía. Me he ido acostumbrando a ir improvisando en cada situación que me surge, y de una u otra manera las cosas siempre acaban saliendo bien, con lo que he asumido con seguridad esa premisa, aplicándola a la mayor parte de imprevistos. Casi parezco optimista.
Pero en esta ocasión es diferente. Lo que pueda pasar no me afectará solamente a mí, y por lo tanto no será algo que yo misma pueda arreglar. Eso me crea una sensación de inseguridad e incertidumbre a la que no estoy acostumbrada, y definitivamente no me gusta. Supongo que es algo a lo que voy a tener que acostumbrarme ahora que ostento un cargo importante. Jamás pensé que esto acabaría pasando, y de hecho aún no lo tengo muy asumido, ya que no creo que hayan llegado a pasar ni quince días desde mi ascenso.
Ese ascenso es la razón por la que estoy aquí, y aunque cuando me lo concedieron me sentí extraordinariamente bien, ahora no sé si debería arrepentirme de aceptarlo, pues es muy probable que de ahora en adelante esta no vaya a ser la única situación que no controlo y en la que más personas dependen de mí y del resultado. Me obligo a respirar hondo mientras veo figuras acercándose a nuestra posición y escucho sus voces, y me recuerdo a mí misma que esto tiene que salir bien sí o sí. Al fin y al cabo, a todos nos interesa que así sea.
A pesar de que en un principio, cuando uno de ellos comienza a hablar, decido mantenerme en segundo plano, sólo atenta por si debo actuar rápidamente, cuando veo un rostro en particular aprieto los labios. Sí, es mi amigo Riorden. Ruedo los ojos casi sin darme cuenta cuando escucho su rotunda negación. No me sorprende, siempre fue lo suyo hacerse el héroe, pero no puedo evitar pensar que sé que lo dice en serio, sé que estaría dispuesto a morir por su ideología. Mantengo todos mis sentidos alerta, mientras lucho por controlar esos nervios, que seguro que no me van a hacer ningún favor.
Pero en esta ocasión es diferente. Lo que pueda pasar no me afectará solamente a mí, y por lo tanto no será algo que yo misma pueda arreglar. Eso me crea una sensación de inseguridad e incertidumbre a la que no estoy acostumbrada, y definitivamente no me gusta. Supongo que es algo a lo que voy a tener que acostumbrarme ahora que ostento un cargo importante. Jamás pensé que esto acabaría pasando, y de hecho aún no lo tengo muy asumido, ya que no creo que hayan llegado a pasar ni quince días desde mi ascenso.
Ese ascenso es la razón por la que estoy aquí, y aunque cuando me lo concedieron me sentí extraordinariamente bien, ahora no sé si debería arrepentirme de aceptarlo, pues es muy probable que de ahora en adelante esta no vaya a ser la única situación que no controlo y en la que más personas dependen de mí y del resultado. Me obligo a respirar hondo mientras veo figuras acercándose a nuestra posición y escucho sus voces, y me recuerdo a mí misma que esto tiene que salir bien sí o sí. Al fin y al cabo, a todos nos interesa que así sea.
A pesar de que en un principio, cuando uno de ellos comienza a hablar, decido mantenerme en segundo plano, sólo atenta por si debo actuar rápidamente, cuando veo un rostro en particular aprieto los labios. Sí, es mi amigo Riorden. Ruedo los ojos casi sin darme cuenta cuando escucho su rotunda negación. No me sorprende, siempre fue lo suyo hacerse el héroe, pero no puedo evitar pensar que sé que lo dice en serio, sé que estaría dispuesto a morir por su ideología. Mantengo todos mis sentidos alerta, mientras lucho por controlar esos nervios, que seguro que no me van a hacer ningún favor.
Mini trama
Mención: breve a Ben y Riri.
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Esto va a ser divertido... Sí, quizás me deje un poco de estrés post traumático y vaya saltando de casa en casa por lo que queda del mes pero ¿Cómo podía negarme? ¡Va a ser un completo fracaso! Sumado a que atenta contra todo lo que significa ser juez. Van a dejar ir a, quizás no todos pues la orden es negociar, pero sí a algunos de los rebeldes que tenía planeado enjuiciar ¿Qué voy a hacer con las bonitas carpetas que contienen sus casos ahora? Supongo que usarlas para hacer una rica barbacoa el fin de semana.
Yo tenía una mejor idea pero qué va, por algo no soy el jefe. De hecho el jefe real está comunicado con todos a través de cucharachas en nuestros oídos y lentillas que me están haciendo arder un poco los ojos. Nunca tuve la necesidad de usar lentes de contacto pues los cambio de color a gusto y mi vista es perfecta así que es toda una nueva experiencia para mí. De hecho... Hasta podría enviar un código morse con ésto. Hago el intento.
Parpadeo dos veces, una vez un poco más largo y otra vez. Pausa. Parpadeo. Pausa. Tres parpadeos largos.
- Carstairs, te recuerdo que es una misión de alta complejidad. Compórtate - dice el ministro de ciencia, Labors, a lo que ruedo los ojos - Y nadie aquí es feo así que deja los mensajes - agrega y sonrío antes de tomar el traslador hacia las cuevas en donde se llevará a cabo el intercambio. No esperaba que lo entendiera, creo que solo por eso me cae un poco mejor.
Llegamos a las cuevas del 12 y me encuentro con un grupete de sucios del otro lado con los muy reemplazables ministros de seguridad, salud y el otro tipo ¿De verdad hay que sacrificar la información de los prisioneros por ellos? Dos minutos de interrogatorio y podría conseguir mucho pero, de nuevo, no soy el jefe, solo estoy aquí por la diversión y hacer lo que me ordenen... O la mayoría de ello.
Una de los prisioneros larga un grito y alzo las cejas por la sorpresa - Las mejores personas lo están - respondo con una sonrisa sarcástica y me vuelvo hacia los demás.
Mini trama
Interacción: Ferdia
Mención: Todos en general.
Copiloto: Notch Labors
Mención: Todos en general.
Copiloto: Notch Labors
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BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
Días con la cabeza pegada al suelo mirando el techo de la celda, rechacé la comida así que mi estómago cruje como nuca y eso que he pasado malas rachas a lo largo de mi vida. Me cuerpo está débil pues no puede mantenerse solo con agua, pero mi plan era ese... Morir de hambre y no darles el gusto de ejecutarme en frente de todos. Pero al parecer no va a poder ser así pues me sujetan con cuerdas y me llevan con los demás. Escucho voces y golpes lo que me hace sonreír pues, por estúpido que suene, me dice que no estoy sola en esto. Sí, quizás esté sola en el mundo, pero a la hora de hacer cabrear al ministerio... Somos muchos y nuestras voces se escuchan fuerte.
Usamos un traslador lo cual me hace agradecer no tener comida en el estómago. Ni bien me encuentro en contexto reconozco las minas de mi querido distrito 12 y resoplo pues es una pérdida de tiempo para mí. Veo a los ministros del otro lado así que es un intercambio de rehenes en el que nadie dará ni dos centavos por mí ¡No conozco a nadie del otro lado! Solo de nombres o por haber negociado una que otra cosa.
Me giro y reconozco a los dos aurores que me hicieron ver las estrellas dentro del cuerpo del ministerio. Les sonrío de lado y me dirijo a la mujer - ¿Cómo están esos ojos? - quizás perdí la pelea, batalla y toda la puta guerra en esos segundos, pero al menos pude darme el gusto.
Mini trama
Interacción: Rose Harkness
Mención: Jack Tyler
Mención: Jack Tyler
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BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
Es una jugada peligrosa, toda la tensión que desapareció de mi cuerpo al ver a mi amigo entrar al departamento volvió a aparecer en el momento en que me vendaron los ojos. No me siento como prisionero pero sé que tengo mucho que perder si las cosa salen mal. Tengo una sola idea en la cabeza y pienso mantenerla hasta el final, cerrar mi mente y mantener la boca cerrada por lo que dure el intercambio.
Le dejo guiar lo cual no me resulta difícil ya que a penas tengo control de mi cuerpo éstos días y siento como el traslador me tira hacia el punto de encuentro. Benedict nos saca las vendas de los ojos y parpadeo varias veces. Intento mantener los ojos clavados en el suelo pero la tentación me hace girar el cuello y ver quién ha venido con nosotros.
De verdad creí que esto solo tendría consecuencias solo para mí pero ver Moira me hace morder la lengua y replantearme todo esto de quedarme calladito y en un rincón sin importar lo que pase ¿Qué tal si se desata una batalla? ¿Podría mantenerme al margen? Claro que no, por muy jodida que esté es mi hija y debo protegerla. Pero hacerlo significaría dejar todo lo demás atrás y no estoy listo para eso.
Mierda. De verdad espero que no lleguemos a ese punto.
Mini trama
Interacción: -
Mención: Moira y Benedict
Mención: Moira y Benedict
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BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
Llevamos casi dos semanas planeándolo y, aun así, no puedo evitar preocuparme porque podrían salir cientos de cosas mal en cualquier instantes. Es por eso por lo que hemos optado por dejar a los más pequeños en el loft, porque bastante tuvimos con perder a Kendrick y porque, encima, en este caso sí que somos conscientes de los riegos que hay si algo se tuerce. Así que, cuando a primera hora de la mañana vamos al apartamento de Arya a por los secuestrados, mantengo la boca cerrada excepto en un par de instantes en que la situación lo requiere para terminar de organizarnos.
Utilizamos el traslador para llegar al lugar acordado, y lo primero que hago tras acostumbrarme a la repentina luz es buscar a Kendrick con la mirada. Después suelto un pequeño suspiro porque si está aquí, aunque magullado y en un estado que deja que desear, significa que con suerte, no habrán descubierto quién es realmente. Pero Amarïe no está, y aunque he estado intentando mentalizarme estos días, tras ver las grabaciones decenas de veces para asegurarme de lo que pasó, tenía la ligera esperanza de que quizá también la habían capturado.
Tengo que dejar mis sentimientos a un lado ahora mismo y centrarme, y por eso, cuando Ben insinúa a todos que las cosas se hagan de manera pacífica, agarro a Ivar y lo acerco hasta el otro grupo. Mantengo mis sentidos alerta en todo momento, y cuando estoy lo suficientemente cerca pero a una distancia considerable, le quito las ataduras. — Ya tenéis a uno de los vuestros para que veáis que no venimos con segundas intenciones. — Y es cierto. Quizá hemos dado al más prescindibles de todos por no ser un ministro, pero como ejemplo de que vamos a cumplir con lo dicho ya sirve.
Mini trama
Interacción: Ivar y todos
Mención: Ben y Kendrick
Mención: Ben y Kendrick
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BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
La verdad es que no tengo mucha idea de por qué hacemos esto, pero cuando me mandan venir con las patrullas al intercambio, acepto encantado. Que a ver, tampoco me puedo negar pero oye, venir es un placer porque primera vez me mandan a una misión en condiciones. ¿El problema? Que no comprendo por qué no los matan y se acabó. Sí, entiendo que hay ministros entre los secuestrados, pero qué más da. Uno es el de Salud, que ni siquiera lleva mucho tiempo en el cargo, con lo cual se le puede sustituir tal y como vino, y el otro pues... no sé cómo pasaron las cosas, pero algo haría mal también para que atacasen el Ministerio y encima le secuestrasen, ¿no? El único caso que me sabe mal es el de Ivar, y más que nada por ser el padre de mi amiga.
Y así es como nos aparecemos en el lugar acordado. Reprimo un quejido de protesta cuando alguien enciende una luz prácticamente en toda mi cara, y parpadeo no sé cuántas veces hasta acostumbrarme al cambio de iluminación. Después, miro hacia los lados para asegurarme de que todo está bien y escucho las cosas que cada uno va soltando. En todo momento tengo la mano en el bolsillo, agarrando la varita por si la situación requiere que la utilice.
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Interacción: Nadie. Qué solito que estoy
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No estaba segura de estar psicológicamente lista para una misión tan delicada, donde no sólo su vida y la de sus compañeros peligraba, si no también la de los ministros tomados por los rebeldes...y el otro tipo.
Sentada en una de las bancas largas del baño, terminó de ajustar los cordones de sus botas, acomodó el uniforme y finalmente colocó el auricular dentro de su oído.
Antes de tocar el traslador configurado hacia las minas, donde se realizaría el intercambio, sujetó con firmeza la varita entre sus dedos, no iba a esconderla en el interior de los bolsillos porque eso la dejaba en una desventaja de segundos vitales.
La escasa luz la obligó a parpadear varias veces para acostumbrarse al cambio y al hacerlo, pudo observar los rostros y sombras de los culpables de la muerte de su novio. Se mantuvo en estado de alerta, no tan cerca de los rehenes ni tan lejos tampoco.
Cuando las palabras iniciaron, no pudo evitar rodar los ojos hasta ponerlos blancos, pues pensaba que todo el circo montado era una pérdida de tiempo y los hacía quedar como un gobierno débil. Claro que no lo mencionó en voz alta y simplemente aguardó.
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Interacción: Nadie. Qué solito que estoy 2
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Mientras esperaban una respuesta por parte de Weynart, se mantuvo recostada dentro de su bañadera sin agua, comiendo papas fritas, las cuales las untaba en un botecito de ketchup. Al obtener lo que querían, subió las escaleras y se encerró en el dormitorio.
Frente al espejo, Moira cepillaba su cabello y miles de pensamientos la golpeaban. Debía rescatar a su madrina y al culo de NeoPanem, pero se arriesgaba a revelar su identidad y a perder las cómodas adquisiciones que le gustaba comprar de vez en cuando, como el precioso jacuzzi.
Un minuto antes de que activaran el traslador, bajó con las manos hundidas dentro de su mameluco obscuro, botas de leñador de color negro carbón, el rostro maquillado en exceso con polvos marrones y grises y el pelo suelto, alisado. Al menos podía intentar camuflar un poco sus rasgos.
Levantó la mano con la varita hacia Jeff. —Iré, quieras o no.— Y fin del tema.
Una vez dentro de la cueva, mina o lo que sea, se concentró en lamer un chupetin de sandía, evitando el contacto visual con todos, excepto con el aburrido suelo. Estaba allí de apoyo y apartada del grupo, pero si las cosas se ponían feas, no dudaría en atacar o defender a los suyos.
Dos segundos le bastaron para encontrar los ojos de Ivar puestos en ella, no le sonrió ni realizó gesto alguno en respuesta. Era mejor para él si no los vinculaban.
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Interacción: Jeff.
Mención: Kenny, Ivar y general.
Mención: Kenny, Ivar y general.
BLOOD IN THE WRITING, STUCK IN THE FIGHTING
Una de las obvias posibilidades se estaba cumpliendo, los rebeldes habían hecho bien su trabajo secuestrando gente importante, ya que de otra forma probablemente no habría intercambio, en cualquier caso, me parecía la mejor opción, la otra era ir a matarnos directamente con los rebeldes, en la cual, por supuesto arriesgábamos a dos ministros, cosa que no se podía permitir. De todas formas, el intercambio solo era solo, no significaba que pensáramos que no tendrían que pagar haber cometido semejante matanza. En cualquier caso, había que asistir a dicho intercambio, preparados para cualquier imprevisto.
Luego de prepararme me dirigí al traslador, aquel el que nos llevaría a zona neutral, la cual esperaba no se convirtiera en un campo de batalla, las ordenes estaban claras, pero, había mucha emoción en juego, creía que todos podíamos controlarnos, pero, quien sabe. La oscuridad invadiría todo si no fuese por esa luz mágica, pronto todos estaríamos frente a frente. Ahí estaba la chica que había dejado tirada en el suelo, había fallado al no retenerla, ¿pero como podría entre semejante lio? El menos importante venia a nosotros primero, ¿los ministros valían doble? Porque teníamos más fichas. Observé con atención cada movimiento.
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Mención: Ministros, Ivar, Amber.
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En cualquier otro momento me habría quedado en casa, en la seguridad de mi hogar y no metiéndome en algo que seguramente, y conociendo el historial de todo, acabaría torciéndose. Entiendo por qué han aceptado el trato, pero eso no quita que me parezca una locura. Por otra parte, tengo que estar ahí porque... ¿cómo no voy a estarlo después de lo que me dijo Arianne? Sé que lo más seguro es que esa Alice ni siquiera sea mi prima, pero por la descripción, no sería tan descabellado. Lo último que supe de ella fue que había tenido una hija, y de eso hace más de una década. Después no volví a saber nada más de ella, y durante un tiempo asumí que habían descubierto que era humana, pero nunca encontré nada sobre ella en el Mercado. Hace tiempo que dejé de buscar información, de intentar encontrarla, porque era como buscar en un pozo sin fondo; no había nada útil.
La sensación del traslador me descoloca durante unos segundos y el cambio repentino de luz tampoco ayuda. Inconscientemente llevo la mano hasta Arianne, y me apoyo ligeramente en su brazo hasta recobrar la compostura. — ¿Está aquí? — hablo en un susurro, aprovechando el intercambio de palabras entre los traidores y los nuestros.
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Interacción: Ari
Mención: Alice
Mención: Alice
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¿Por qué estaba allí? La primera opción era que hubiera terminado de perder la cabeza. La segunda se encontraba más enfocada al ámbito laboral, del que prefería pensar ante la situación a la que se iban a enfrentar. Era una buena opción, un buen trato hacer un intercambio de rehenes pero, obviamente, aquello era lo que personalmente opinaba, no la realidad legal. El mero hecho de que aquella reunión se estuviera llevando a cabo rompía de un plumazo decenas de normas que a nadie parecían importarle. Prefirió no dejarse ver demasiado cuando el traslador los llevó hasta el lugar concertado, manteniéndose a la vera de cazadores y aurores que estaba allí para controlar que la situación no se descontrolase innecesariamente. Dejó que Jasper se apoyara en su brazo para recuperar la compostura, alejándose ligeramente de él cuando lo consiguió. —No lo sé— contestó en tono bajo, escudriñando con la mirada a los presentes y encontrándose con varios rostros conocidos. Dió un paso a la derecha, colocándose detrás de Matthew para que la tapara. Solo estaban allí para cerciorarse de que las cosas se hacían correctamente, ¿verdad? No tenían que intervenir de forma directa.
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Interacción: Jasper
Mención: Matthew
Mención: Matthew
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Paul Jefferson
Kennedy Wang
Jack W. Tyler
Nathaniel L. Wright
Kendrick O. Black
Ava E. Ballard
Raven Harkness
Arianne L. Brawn
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Riorden M. Weynart
Rose S. Harkness
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