OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Kendrick O. Black
Zenda M. Franco
Delilah A. Looper
Beverly S. Redford
Ava E. Ballard
Arleth L. Ballard
Eowyn J. Redford
Derian Castle
Seth K. Niniadis
Murphy J. Whiteley
14 participantes
Pluviophile | Mini-trama
Las nubes se habían apiñado en el cielo desde temprano, pero nadie se esperaba que, al caer la noche, la lluvia se tornase en una tormenta que pronto empezó a agitar las pocas ventanas que habían quedado abiertas en todo el distrito. El viento soplaba con tal fuerza que su silbido se mezclaba con los quejidos de los animales, cuya actitud ante el clima se había basado en ponerse inquietos, lo suficiente como para que algunos pocos habitantes del catorce tuviesen que ir a chequear cómo se encontraban. No todas las torres de seguridad se encontraban llenas por culpa del amenazante clima, cuyo estado fue empeorando cuando el sonido de los truenos se fue tornando cada vez más cercano.
La lluvia se transformó en una cortina torrencial en segundos y pronto algunos objetos que quedaron en los jardines fueron arrastrados por el viento, como sillas o juguetes de las personas que se encontraban a resguardo. Algunas ramas cayeron de los árboles y el agua pareció apilarse en las zonas más cercanas al arroyo, el cual amenazaba con desbordarse, mientras que algunas ventanas se abrieron con tal estruendo que sus vidrios acabaron estallando.
El Patronus de Echo Duane se deslizó entonces por las calles del distrito, luciendo su brillante forma de zorro en cada una de las casas para anunciar que cada miembro debía abandonar su hogar o puesto para refugiarse en el almacén central del distrito, ese que anteriormente era el comedor general, el cual debían preparar para ser capaces de pasar la noche. Parecía que la naturaleza tenía otros planes.
La lluvia se transformó en una cortina torrencial en segundos y pronto algunos objetos que quedaron en los jardines fueron arrastrados por el viento, como sillas o juguetes de las personas que se encontraban a resguardo. Algunas ramas cayeron de los árboles y el agua pareció apilarse en las zonas más cercanas al arroyo, el cual amenazaba con desbordarse, mientras que algunas ventanas se abrieron con tal estruendo que sus vidrios acabaron estallando.
El Patronus de Echo Duane se deslizó entonces por las calles del distrito, luciendo su brillante forma de zorro en cada una de las casas para anunciar que cada miembro debía abandonar su hogar o puesto para refugiarse en el almacén central del distrito, ese que anteriormente era el comedor general, el cual debían preparar para ser capaces de pasar la noche. Parecía que la naturaleza tenía otros planes.
11/10/2467, Distrito 14
normativa escribió:« Solo se permite la entrada de personajes pertenecientes al Distrito 14
« Todos deben hacer su llegada al almacén, lo cual será base para el desarrollo de la trama.
« Se puede realizar más de un post por turno, aunque deben esperar que al menos cinco personajes hayan contestado entre un post propio y el siguiente. Fuera de eso, no hay orden estipulado.
« Los post deben tener ser breves para promover la fluidez.
« Interacciones o menciones visibles, por favor. Ya sea en negrita dentro del post, en quote al principio del mismo o ambas.
« Habrá intervención entre las 48 y 72 hs de apertura.
ACTUALIZACIONES DE TRAMA escribió:« Actualización: Segundo turno (10/11/2017)
« Actualización: Tercer turno (13/11/2017)
« Actualización: Cuarto turno (16/11/2017)
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Habíamos intentado cubrir las ventanas para evitar cualquier desastre dentro de la casa, pero la lluvia parecía tener otros planes y aunque lo intentamos, parecía imposible el poder conseguir que el agua se quede fuera. No voy a mentir y decir que no fue un alivio cuando llegó el Patronus de Echo, a quien pensaba ir a buscar para poner orden en una situación que de seguro se estaba repitiendo en todas las casas del distrito, por lo que pronto obligo a Zenda a buscar abrigo, mientras que la tarea de Elioh y Ava se basa en rellenar las mochilas. Ayudo a mi hija menor a cubrirse bien y apilar algunas mantas antes de que los cuatro salgamos disparados en dirección al antiguo comedor, ese que ahora usamos de depósito o para situaciones como las cenas de Navidad, agradeciendo vivir cerca del centro.
En cuanto abro la puerta solo veo a Echo, sabiendo que por la distancia, somos los primeros en llegar, a excepción de dos ancianos que se encuentran en un rincón temblando de frío; se trata de una pareja que llegó hace algunos años y han aprendido a ayudarnos con la agricultura, pero sus huesos son demasiado frágiles como para tareas más pesadas. Asumo que Kendrick y Delilah deben estar ayudando detrás de las cajas y estantes más altos, a juzgar por el ruido — Dales algunas mantas, Zen — le pido suavemente a mi hija menor mientras dejo un bolso sobre una de las mesas y me asomo por la ventana, tratando de reconocer las figuras entre la lluvia que se andan acercando — Habrá que cubrir las ventanas. ¿Hay suficiente madera?
11/10/2467, Almacén
Mención: Elioh, Delilah, Kendrick y dos ancianos del distrito
Interacción: Zenda, Echo y Ava
Interacción: Zenda, Echo y Ava
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Creo que no he puteado así desde hace mucho tiempo. He estado tratando de contener el agua que gotea justo encima de mi cama durante un buen rato e incluso empujé el mueble para que no esté en medio del camino, pero parece que es un trabajo que tendré que hacer mañana con una luz algo más aceptable. Estoy en eso, trepado básicamente encima del colchón y escupiendo algo de agua, cuando el patronus de Echo me hace dar un bote y por su culpa me golpeo la cabeza contra el techo, lo que me provoca más puteadas y que me ande frotando la cabeza durante todo mi proceso de guardar mis cosas dentro de muebles para que no se mojen y envolverme en varias mantas, además de cargar con una mochila llena de cosas que podrían ser útiles.
Siento que tardo más que el resto del mundo en avanzar hacia el centro del distrito, pero manejarme solo me da la ventaja de que no tengo que cuidar ni esperar a nadie, así que me muevo con rapidez con la lluvia golpeándome en la cabeza y con Gigi hecha un enchastre justo al lado. Para cuando entro al almacén estoy pasado por agua y la frazada que tengo alrededor del cuerpo parece tan pesada como mi propia cabeza — ¿Qué diablos con esta lluvia? — me quejo, lanzando mi improvisado abrigo a un lado para que se seque y rebusco dentro de mi mochila para sacar un termo que he decidido traer con café caliente. Doy un trago del mismo sin molestarme en servir en algún vaso y se lo estampo a Ava en medio de mi camino hacia los mayores, dejando que mi husky vaya a hacerse un ovillo a algún rincón — Ten, bebe. ¿En qué puedo ayudar?
11/10/2467, Almacén
Mención: Gigi, gente del almacén en general (?)
Interacción: Ava, Echo y Arleth. Quien desee interactuar.
Interacción: Ava, Echo y Arleth. Quien desee interactuar.
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Recién había regresado de revisar las granjas cuando el patronus de Echo hizo su aparición. Estaba empapada de pies a cabeza, así que cuando mamá nos indicó el preparar algunas provisiones y tomar unas cuantas mantas, lo único que llegué a hacer fue quitarme el tapado que había llevado para protegerme y cambiarme el calzado antes de ponerme a preparar las mochilas. De más está decir que me estaba congelando, pero era prioritario seguir las instrucciones que nos habían dado. Tomando las cosas y colocándome otro abrigo sobre las ropas mojadas, nos dirigimos cargados con todo lo que podemos en dirección al antiguo comedor.
No me sorprende ver que todavía no ha llegado nadie, nuestra casa es una de las más cercanas al almacén y por ende el tiempo es más corto, sin embargo Ben no tarda en hacer aparición y antes de que pueda pronunciar palabra, un termo humeante lleno de café, aparece delante de mis ojos. Dejando rápidamente la mochila sobre la mesa más cercana, agradezco la bebida y suspiro de alivio cuando la sensación de calor me recorre todo el cuerpo. Sé que no durará mucho, pero al menos me hace olvidar un poco el frío que me produce la ropa húmeda. - Voy a revisar cuántas quedan, pero creo que llegaremos a cubrirlas. - Respondo a la pregunta de mamá. Tras tomar otro trago, le paso el termo a Zen y voy en busca de las maderas que hacen falta no sin antes parar unos segundos a acariciar el lomo de Gigi.
11/10/2467, Almacén
Mención: Echo y Zenda.
Interacción: Ben y Arleth.
Interacción: Ben y Arleth.
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Cuando la tormenta había empezado al entrar la noche y la primera ventana se rompió a lo lejos a causa del fuerte meneo de los árboles, había obligado a Jared a meterse a nuestra habitación. Lo había hecho a regañadientes pero si hubiera tenido que traerlo por la fuerza lo habría hecho, su cama estaba demasiado cerca de la ventana como para simplemente dejarlo dormir y esperar que no pasara nada. Pero bien que una vez dentro, tras escucharlo quejarse cinco minutos de que ya no era un bebé y haber insonorizado la habitación, cayó frito en un pis pas.
Sophia estaba en la cama con él, aunque no dormida, y yo mirando por la ventana para asegurarme de que todo iba bien fuera. Habían varios destrozos y las cosas parecían ir a peor conforme pasaban las horas, que se sentían eternas, hasta que algo en el exterior llama mi atención. ¡La gente está saliendo de sus casas! ¿Qué diablos pasa?
Son apenas unos segundos de incertidumbre porque el patronus de Echo atraviesa la pared hacia la habitación, recitando la orden que le programó. Remuevo a Jared para despertarlo, tomo su mano, también la de Sophia y nos desaparezco.
No sé porqué me sorprende ver toda una acampada en la despensa. — Yo puedo cubrir las ventanas. — Respondo al escuchar las palabras de Arleth. — Debe haber suficiente. No son tantas en este lugar. Se tapiaron más de la mitad. — Murmuro, pasando mi mano por la espalda de Sophia a modo de despedida, dejando un beso sobre su hombro y luego despeinando a mi mocoso. — Acomodaros donde podáis. Va a ser una noche larga. Ahora os alcanzo. — Y tras eso, me pongo a trabajar.
Durante un instante varias tablas de madera se elevan en el aire poniéndose una por una sobre las ventanas y después, los calvos que con un movimiento brusco de mi mano que les da la velocidad necesaria, se clavan de un solo intento. Repito lo mismo con el resto de las ventanas.
11/10/2467, Almacén
Interacción con: Jared, Sophia en casa y luego con Arleth..
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No me gustaban las tormentas, era algo que acababa de descubrir. Cuando empezaron los truenos solté al menos cuatro gritos todos juntos antes de escuchar a Echo llamando a mi puerta preguntando si estaba bien. Me encontró apilada en un rincón, con la manta cubriéndome hasta la cabeza como si con eso pudiera estar a salvo. Ni siquiera sentada en la cama disimulando el pánico de aquellos estruendos. Me obligó a levantarme del suelo y a recorrer el camino al comedor, tropecé con mis pies al menos cinco veces antes de llegar.
Y entonces, se rompió la ventana.
Los cristales volaron por todas partes y el viento metió agua en el interior de casa. Grité. Y no salí herida por la manta. Fue entonces cuando Echo dio la orden de que fuéramos al almacén. — ¿Ahora? ¿Por ahí? — Pregunté, mirando el diluvio del exterior. Creo que estaba al borde de las lágrimas y al final se acercó y nos desapareció al interior del antiguo comedor. Me alegraba que supiera hacer eso porque no sé si mis piernas avanzarían hasta llegar allí. No estaba tan lejos, pero ahora mismo se sentía como si estuviera a kilómetros de distancia.
Dentro del comedor las cosas estaban tensas. Éramos los primeros en llegar. Echo fue a por Arleth y su familia y nos dejó allí a los dos solos. Miré a Ken, con las mejillas ligeramente rosadas por la vergüenza de la escenita que estaba montado. Intentaba parecer todo lo madura que podía, pero me resultaba imposible hacerlo. Acomodé un mechón del pelo, ligeramente húmero por el agua que se había colado por la ventana, cuando un trueno me sorprende de improviso. Instintivamente me limité a agarrarme a Ken como si no hubiera mañana, porque era la persona que más cerca estaba. Rodeo mis brazos con su cuello y le salto encima. Creo que no lo tenía muy previsto (y no lo culpo) porque no puede con mi peso y acabamos chocando contra una estantería. Mis manos golpean contra algo metálico y duro, que empujan algo al otro lado. Suelto un gemidito de dolor, una queja, que al final se mezcla con las suyas. — Lo siento. Lo siento. — me disculpo, pero lo cierto es que estoy más a punto de ponerme a llorar que cualquier otra cosa.
11/10/2467, Almacén
Interacción con: Ken y Echo.
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Me encanta la lluvia cuando se trata de dormir con su sonido, pero semejante escándalo por parte del cielo debería estar prohibido. Estaba metido dentro de mi cama tratando de dormirme cuando el sonido del cristal rompiéndose en mil pedazos me hace saltar de mi sitio, yendo en busca de papá y Delilah en mi pijama o bueno, intento del mismo, porque solo es una remera vieja que me queda inmensa y un pantalón de tela escocesa que también me queda enorme pero que me han conseguido hace mucho tiempo y sigue sin quedarme bien. Descalzo para no pisar ningún vidrio pregunto qué diablos pasa, pero entonces Echo nos arrastra para aparecernos en el antiguo comedor.
Aunque seamos de los primeros los demás no tardan en empezar a llegar, aunque no les presto mucha atención porque resulta que Lilah parece más asustada de lo normal y eso me da la excusa perfecta para rodearla con un brazo reconfortante — Solo es un poquito de agua. Nada que no hayamos visto — es obvio que ese "poquito de agua" se siente ofendido, porque pronto una ventana cerca que aún no fue cubierta se abre con tal estrépito que me sobresalta ridículamente. Iba a decir algo al respecto cuando el trueno provoca que Delilah termine en mis brazos (ohpordios) y la atajo de la forma más atropellada posible, yéndome hacia atrás hasta chocar con una estantería. El estruendo es ridículo, creo que uno de los ancianos pregunta si estamos bien y consigo quitarme un adorno de Navidad del culo con alguna que otra queja, evitando enojarme con Lilah — Ya... No creas que... ¡Gigi, no! — asumo que Ben acaba de llegar porque su perra aparece junto a nosotros y me lame la cara, lo que me provoca una mueca de asco cuando intento empujarla justo antes de que ella sola se vaya a echar por ahí y entre manotazos consigo ponerme de pie y ayudar a Delilah a hacer lo mismo.
Cuando estamos presentables, noto que han empezado a cubrir las ventanas y detesto no tener varita, por lo que me siento un inútil y adopto la única postura que conozco: la de dar órdenes a los que tienen mi edad o menos — Jared, ven. Vamos a armar las camas — le hago señas a las chicas para que se sumen y empiezo a hurgar entre las cosas que trajeron a ver qué puede ser útil.
11/10/2467, ALMACÉN
Mención: Echo, Ben, Seth, ancianos
Interacción: Delilah, Jared, Zenda, Gigi
Interacción: Delilah, Jared, Zenda, Gigi
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Madre mía la que está cayendo, todos los cultivos van a estropearse y de no haber sido porque coseché ya la maría de esta temporada, estaría hecha un manojo de nervios en el piso de abajo, pegando voces de porqué me sucedían a mi estas desgracias y todo eso. Ya saben, haciendo drama.
Lo cierto es que los truenos empiezan fuerte desde temprano y como tengo cosita de que a mi pequeña Bev le den miedos, salgo pitando de mi cama y me meto en la suya. — No pasa nada, cariño. Mami está aquí. — Lo cierto es que no quería dormir sola, y seguro que ella tampoco, así que nos hacemos compañía juntas y listo. Aquí no sale herido el ego de nadie. Es lo bueno de tener una hijita. Al final con la tontería te fuerzas a hacerte la valiente. — ¿Quieres que te cante algo? Cantar ayuda. — Igual no espere a que me respondiera, empecé a tararear una canción re deprimente de un perrito que se moría, porque por los nervios no me acordé de otra.
Ya he visto el patronus de Echo otras veces, pero que salga de la nada me hace pegar un grito y además perder la concentración de por donde iba con la canción. Las órdenes son ir al almacén pero con la que está cayendo... ¿ES EN SERIO? DEBERÍAN COMPADECERSE DE MI QUE YO NO ME SE APARECER! Me levanto esperando a que Seth venga a por mi, porque obvio tuvimos algo muy fuerte durante una temporada y seguro que hoy le da nostalgia (porque cuando nos enrollamos una vez llovía), pero el muy cerdo ni asoma su jeta por el jardín, así que le pongo a Beverly ropa de más (para abrigarla) y un capuchón de esos para protegerla de la lluvia, la agarro fuerte de la mano y luego recorremos el pequeño camino de casa al antiguo comedor todo lo rápido que podemos.
Punto bueno: voy mojada y mojada estoy re sexy. Punto malo: que voy mojada y mojada siempre me resfrío.
Hago un "shush" de fastidio, viendo como Sophia y Jared están sequitos. — ¿No podías venir a por mi? — Le habría montado una escena pero como mi pequeña Bev está delante, no quiero darle mal ejemplo, así que solo le miro mal, me re indigno, y voy a buscar donde ponerla pasando por el pasillo donde andan Ken y Del. — Oigan, un poco de decencia. Esto no es un burdel. ¡Al menos escondanse si se van a enrollar!
11/10/2467, Almacén
Interacción con: Beverly, Seth, Ken, Delilah.
Menciones a: Echo (patronus), Jared y Sophia.
Menciones a: Echo (patronus), Jared y Sophia.
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¿Quien iba a imaginar la pesadilla en la que todo se convertiría en tan solo 18 horas? Ni siquiera me había tomado la molestia en tomar en cuenta las nubes en la mañana, después de todo, no era la primera vez llovía en esta estación, ni tampoco en los 15 años que llevábamos en el distrito, pero jamás habíamos visto algo como esto. Ni siquiera puedo dormir a causa del ruido que hacen las ventanas, mucho menos cuando una de ellas revienta en la distancia. Salgo inmediatamente para ver que ha sido y acto seguido se escucha el griterío de Delilah. ¿Habrá sigo aquí? No sé ni porqué me surge esa duda si sé en qué dirección escuché aquel ruido y no era en la habitación de la enana, pero aún así me preocupa que le pasara algo, por lo que voy a verla.
Está toda nerviosa, así que le ordeno bajar, de todas formas en el sótano estaríamos más seguros; ese era mi plan has que nos estallan las ventanas del salón. Esto ya no es un problema de que nosotros no podamos dormir; es que seguramente nadie podrá hacerlo y estarán poniendo en riesgo sus vidas quedándose en las casas. Agarro a Ken y a Del para aparecerlos en la despensa, convocando un patronus para avisar al resto, solo por precaución. De todas formas la despensa es el lugar con menos ventanas de todo el distrito. No recuerdo si quiera de quien fue la idea, pero la comida dura más en entornos sin luz.
Lo que hago después es empezar a sacar todas las indumentarias de acampar, incluso las tiendas de campaña porque a pesar de que no van a poder clavarse en el suelo con firmeza, se pueden usar como permeables para el frío. Y conforme lo hago, empieza a llegar gente. Cubro a los ancianos con una manta porque vienen empapados y hago lo mismo con la gente que se va quedando suelta, escuchando la llegada de seth y los clavos en su lugar, que me recuerda una vez más porque me alegro de no ser el único mago útil en este lugar. — ¿Cuántos faltan? Necesito un recuento. ¿Hay alguien que no estuviera en su casa, por lo lo que sea? turnos en las torres... turnos en alguna parte... — Hace rato que perdí el control de quien está donde en qué momento, cosa que controlaba muchísimo cuando era el líder de la milicia (y porque esta panda de idiotas que ahora son adultos, me dieron miles de dolores de cabeza cada que desaparecían), pero ahora, ese trabajo no es mío.
11/10/2467, Almacén
Interacción con: general
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Pluviophile
Solo a Murph se le ocurre la brillante idea de ir a buscar a su conejo en medio de la que está cayendo. Y sí, digo su conejo porque desde que le reserva las verduras que debería comerse ella, le deja un sitio en su cama y lo saca a pasear como si fuera un perro he considerado que ya forma parte de la familia. Sin embargo, el conejo no debe de haber asimilado bien ese concepto y a la primera oportunidad que tiene de escapar no la desaprovecha.
Me hubiera negado de no ser por la repentina importancia que el animal tiene en la vida de mi hija. De todas formas tampoco pensé que la lluvia fuera a ir a más y por ese motivo salimos en su búsqueda con un abrigo corriente que por suerte tiene capucha. - Creo que a Mortimer le gusta más su hábitat natural, deberíamos volver, esto se va a poner feo. - Digo en un tono lo suficientemente alto como para que entre los truenos y el viento me escuche. Aunque todo apunta a que me ha oído, me ignora y continúa a su bola.
Más que buscar al conejo me dedico a controlar que a Murphy no le caiga un árbol encima o se la lleve el viento volando, pero justo cuando decido que es suficiente y que volvemos a casa, la veo salir de un arbusto con una bola de pelo blanca entre sus brazos, ambas figuras caladas de arriba a abajo. - La próxima vez que a Mortimer le apetezca darse un paseo puede encontrar el camino de vuelta él solo. - Le advierto mientras la empujo con una mano por detrás para que vaya más deprisa. A mí no me importa el frío, pero no me haría ninguna gracia que por esta tontería ella acabara con un resfriado.
Lo primero que hago cuando entro al antiguo comedor es buscar algo con lo que secarnos. Alguien me da unas mantas que utilizo para ponérselas todas encima a Murph, frotando sus brazos con suavidad para que entre en calor. - Ve a ayudar al resto, mira ahí están tus amigos - Llevo dos de mis dedos a mis ojos y luego los dirijo hacia ella, como forma de explicarle que la estaré vigilando. Me sacudo un poco el pelo de agua y me deshago de la empapada chaqueta antes de acercarme - ¿Hay algún herido? ¿Qué más hay que hacer? - Pregunto a nadie en concreto, solo al grupo de personas que se ha formado en el lugar.
Me hubiera negado de no ser por la repentina importancia que el animal tiene en la vida de mi hija. De todas formas tampoco pensé que la lluvia fuera a ir a más y por ese motivo salimos en su búsqueda con un abrigo corriente que por suerte tiene capucha. - Creo que a Mortimer le gusta más su hábitat natural, deberíamos volver, esto se va a poner feo. - Digo en un tono lo suficientemente alto como para que entre los truenos y el viento me escuche. Aunque todo apunta a que me ha oído, me ignora y continúa a su bola.
Más que buscar al conejo me dedico a controlar que a Murphy no le caiga un árbol encima o se la lleve el viento volando, pero justo cuando decido que es suficiente y que volvemos a casa, la veo salir de un arbusto con una bola de pelo blanca entre sus brazos, ambas figuras caladas de arriba a abajo. - La próxima vez que a Mortimer le apetezca darse un paseo puede encontrar el camino de vuelta él solo. - Le advierto mientras la empujo con una mano por detrás para que vaya más deprisa. A mí no me importa el frío, pero no me haría ninguna gracia que por esta tontería ella acabara con un resfriado.
Lo primero que hago cuando entro al antiguo comedor es buscar algo con lo que secarnos. Alguien me da unas mantas que utilizo para ponérselas todas encima a Murph, frotando sus brazos con suavidad para que entre en calor. - Ve a ayudar al resto, mira ahí están tus amigos - Llevo dos de mis dedos a mis ojos y luego los dirijo hacia ella, como forma de explicarle que la estaré vigilando. Me sacudo un poco el pelo de agua y me deshago de la empapada chaqueta antes de acercarme - ¿Hay algún herido? ¿Qué más hay que hacer? - Pregunto a nadie en concreto, solo al grupo de personas que se ha formado en el lugar.
11/10/2467, Almacén
Interacción con Murph y cualquiera que quiera responder
Pluviophile
Normalmente me suele gustar mucho el sonido de la lluvia contra los cristales de la ventana, me hace sentir más segura de lo que sé que estoy en mi casa, además de que me relaja el ritmo aleatorio de los golpes de las gotas contra los vidrios. Pero esta vez hay algo distinto en la lluvia: la intensidad. Me quedo unos instantes observándola con atención y esperando el momento perfecto en el que amaine para poder salir a buscar a Mortimer. Aún no tengo claro cómo he conseguido convencer a mi madre de que tenemos que ir a buscarlo. - ¡Ahora mamá, ahora está parando! - Antes de que cambie de opinión me la llevo de la mano a donde creo que puede estar mi nueva mascota.
Obviamente no estaba parando, pero es que además se intensifica mucho más. Contadas veces en mi vida había escuchado una tormenta tan fuerte. Al principio me fascina la fuerza que tiene pero llega un momento en el que su violencia me abruma, sobretodo porque acabo como si me hubiera tirado al lago subterráneo con ropa. - ¡Mooooooort! - Le llamo una y otra vez como si él se identificase de verdad con ese nombre y pudiera aparecer, aunque sospecho que a estas alturas ya no lo va a hacer.
Me retuerzo las manos con nerviosismo sin parar de gritar el apodo de mi conejo, pensando en qué podría pasarle aquí fuera. Casi puedo escuchar como mi madre se debate entre decir que debemos irnos o hacerme feliz buscándolo. - No podemos dejarle aquí... - Claro que podemos, pero no quiero hacerlo. Cuando he decidido que mañana volveré a buscar escucho un sonido de hojas al moverse tras un matorral y corro hacia allí, encontrando a Mort tan empapado como yo. - Aquí estás, pequeño - Sonrío feliz mientras le cojo en brazos y lo acerco a mi ropa como si eso pudiera ayudar a que se secase.
Emprendemos el camino hacia el refugio improvisado y pienso en Derian, en si ya estará allí y me matará por ir con esta tormenta a buscar a un animal que estaba perfectamente, al igual que lo hubiera hecho mi madre de haber estado al otro lado. Cuando llegamos lo primero que veo es a Ken, Delilah, Zenda, Jared, Beverly y en conlusión todos los niños del distrito. Me acerco a ellos haciendo un gesto de saludo una vez me despido de mi madre y agarro una de las mantas que me han pasado, envolviendo a Mortimer con ella para que no tenga frío. Sonrío a Zenda en particular cuando se queda mirando a mi conejo. - Él es Mortimer - Se lo presento a todos justo antes de seguir las instrucciones de Ken y ayudar en todo lo que podamos.
11/10/2467, Almacén
Mención a Derian
Interacción con Alice, Kendrick, Jared, Zenda, Delilah y Beverly (si hay alguien más ahí se puede dar por aludido (?))
Interacción con Alice, Kendrick, Jared, Zenda, Delilah y Beverly (si hay alguien más ahí se puede dar por aludido (?))
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Poco a poco el lugar se va llenando de gente y en cuanto Seth llega, se pone a tapar las ventanas con magia dejándome parado como un completo inútil. Intento no reírme de los gritos de Eowyn ya que la situación no lo amerita y chequeo con la mirada que todos se encuentren bien, hasta que la pregunta de Echo llega a mis oídos y me giro hacia él — Cuando vine todas las torres estaban vacías, al menos de mi lado. Tengo entendido que el señor Craig iba a quedarse en una de las principales del este, o eso me dijo esta tarde... — por inercia me asomo a una de las ventanas que todavía no ha sido cubierta para chequear si puedo ver algo, pero es básicamente imposible — Creo que si en veinte minutos no estamos todos aquí, deberíamos enviar a buscar por los restantes. ¿No?
La voz de Alice hace que me gire hacia ella aunque el contacto visual no dura demasiado, gracias a que Gigi parece haberse asustado de un trueno y se acerca con la cola entre las patas, por lo que le rasco las orejas — Por lo visto no hay ningún herido, al menos por ahora. Aunque deberíamos preocuparnos en mantener a todos calientes y seguros. ¿Crees poder hacer uno de esos fuegos raros? — le pregunto repentinamente a Seth. No me acuerdo jamás como se llaman esas llamitas, pero han sido de mucha ayuda en varias expediciones. En eso ando cuando noto un detalle y vuelvo a mirar a Alice — ¿Derian no venía contigo?
11/10/2467, Almacén
Mención: Eowyn, Derian, Señor Craig, Gigi
Interacción: Echo, Alice, Seth. Quien desee interactuar.
Interacción: Echo, Alice, Seth. Quien desee interactuar.
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Los minutos pasaban y la tormenta cada vez se hacía más desastrosa, tanto, que incluso el ruido de los truenos y del agua golpeando sobre los tejados, no opacaban el ensordecedor sonido de las construcciones y árboles cayendo. Zenda prefería mil veces enfrentarse sola a un oso en medio del bosque o arriesgar su vida jugandole una broma a Ben (depilarlo mientras dormía por ejemplo), antes que verse involucrada en una noche como aquella.
Su gran orgullo no dejó que demostrara su pánico, menos los escalofrios y temblores, contuvo las lagrimas y gritos cuando las ventanas explotaban y sólo siguió las ordenes de su madre. Juntó todas las mantas que pudo encontrar y luego se abrigo en vano, ya que al salir de casa, la pequeña caminata logró empaparla.
-Mamá, ¿Cómo sabes si Ben esta bien? Yo puedo ir a busca...- sus palabras se vieron interrumpidas por una nueva indicación, pero tambien por la presencia de su hermano mayor en la habitación. Bueno, ya estaban todos dentro y a salvo.
Tomó las mantas y aún algo "mareada" se dedicó a cubrir a los más ancianos con ellas, para posteriormente recibir de parte de Ava, el termo con café caliente que inmediatamente comenzó a repartir entre los más mojados.
No supo si fue el miedo o que, pero cuando un nuevo relámpago tiñó el cielo de azul, seguido por un bestial trueno, Zenda corrió y se aferró a la mano de su madre. Sin poder controlarse, su rubio cabello se volvió negro azabache y sus brillantes ojos cambiaron al mismo color oscuro.
-Mami, no me gus...estoy aquí para protegerte.- Finalizó y entonces notó como su mejor amiga llegaba con su madre y como el almacén se llenaba. Quiso correr hacia Murphy e incluso hacia Jared cuando apareció junto a sus progenitores, pero aun no estaba lista para soltar la mano de Arleth, asi que simplemente sonrió.
-Hola Jared, te queda bien el look mojado.- ¿El look mojado? Por qué rayos habia dicho eso. Gruñó y sacó su cuchillo para empezar a seguir a Echo, tal vez él necesitaba su ayuda y no para cubrir ancianos ni repartir café o armar camas.
Su gran orgullo no dejó que demostrara su pánico, menos los escalofrios y temblores, contuvo las lagrimas y gritos cuando las ventanas explotaban y sólo siguió las ordenes de su madre. Juntó todas las mantas que pudo encontrar y luego se abrigo en vano, ya que al salir de casa, la pequeña caminata logró empaparla.
-Mamá, ¿Cómo sabes si Ben esta bien? Yo puedo ir a busca...- sus palabras se vieron interrumpidas por una nueva indicación, pero tambien por la presencia de su hermano mayor en la habitación. Bueno, ya estaban todos dentro y a salvo.
Tomó las mantas y aún algo "mareada" se dedicó a cubrir a los más ancianos con ellas, para posteriormente recibir de parte de Ava, el termo con café caliente que inmediatamente comenzó a repartir entre los más mojados.
No supo si fue el miedo o que, pero cuando un nuevo relámpago tiñó el cielo de azul, seguido por un bestial trueno, Zenda corrió y se aferró a la mano de su madre. Sin poder controlarse, su rubio cabello se volvió negro azabache y sus brillantes ojos cambiaron al mismo color oscuro.
-Mami, no me gus...estoy aquí para protegerte.- Finalizó y entonces notó como su mejor amiga llegaba con su madre y como el almacén se llenaba. Quiso correr hacia Murphy e incluso hacia Jared cuando apareció junto a sus progenitores, pero aun no estaba lista para soltar la mano de Arleth, asi que simplemente sonrió.
-Hola Jared, te queda bien el look mojado.- ¿El look mojado? Por qué rayos habia dicho eso. Gruñó y sacó su cuchillo para empezar a seguir a Echo, tal vez él necesitaba su ayuda y no para cubrir ancianos ni repartir café o armar camas.
Menciones: Ben, Ava, Echo, Murphy.
Interacción: Arleth, Jared y con quién quiera.
Interacción: Arleth, Jared y con quién quiera.
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PLUVIOPHILE
La llegada de Seth me hace sentirme completamente inútil. No tiene la culpa claro, e incluso es mejor que se encargue él ya que lo hará más rápido. Sin embargo no puedo evitar sentirme levemente inservible y me limito a restregarme los brazos en busca del calor que ya me ha vuelto a abandonar. La llegada de Eowyn interrumpe mi tren de pensamientos y cuando Ben menciona lo del Fuego asiento con la cabeza. - O el hechizo de aire caliente que nos seca la ropa por arte de magia. - Agrego. - - Cuando hayas terminado y estemos todos asentados, claro.
Dándome la vuelta, sigo a Wyn por donde se fue y le toco el hombro cuando estoy cerca. - ¿Cale estaba con ustedes? - Consulto preocupada. No es que dude de él en la tormenta, pero me sentiría más tranquila si se encontrase aquí con nosotros. Tal vez estaba en las torres y no escuchó el Patronusde Echo, o quizá... - Si lo ves llegar, avísame. - Le solicito antes de volver con el resto y ver qué más podríamos hacer. - Si van a organizar una búsqueda, cuenten conmigo. - Ofrezco. Al menos así me sentiría un poco más útil que en estos momentos, en los que parecía que había mucho, y a la vez nada que hacer.
11/10/2467, Almacén
Mención: Beny Cale.
Interacción: Seth, Eowyn, y el resto en general.
Interacción: Seth, Eowyn, y el resto en general.
Pluviophile
El día había sido bastante pesada, ¿quién me manda a mi a hacerme cargo de una bebé ardilla?
Desde que le habían salido los dientes a Noel, no dejaba de roer cosas y como aun no me adaptaba a su horario diurno, sobretodo cuando había pasado la noche anterior de guardia en la torre, no me había dejado dormir en la mañana. Así que, en el momento en que mi cabeza toco la almohada, morí.
Pero la madre naturaleza tampoco parece ser muy buena con las madres primerizas. Por una tormentita de nada tenía a mamá invadiendo mi cama y cantandome una de sus canciones de cuna; y para no hacerla sentir mal, a pesar de mi molestía y frustración, solo murmuré aprobaciones con los ojos cerrados.
Pero como dije, Gea no me estaba mostrando su mejor cara ese día, ya que la tormenta empeoró y mamá recibió la visita fantasmagorica de Echo como un eco, de que debiamos ir al centro hobbit.
A regañadientes, porque realmente prefería ahogarme en estos momentos, tomé mi bolsito de emergencia y la condenada ardilla que no parecía para nada perturbada por todo el bochinche, y dejando que mamá me recubriera con plastico burbuja o lo parecía al menos, nos fuimos al almacén. Son estos los momentos en los que se me ocurre que debería aprender ese truco de aparecer en donde uno quiere, pero me parece tan inoportuno y con tendencías a terminar en situaciones incomodas.
Cuando llegamos a Ken se le ocurre ponerse a trabajar porque obviamente cree que me voy a poner celosa de que Lilah se le haya tirado encima, tan considerado....Aunque preferiría que no lo fuera tanto cuando nos dice de ponernos a armar camas. Quiero llorar, ¿Por qué no puedo dormir?
- Yo puedo prender el fuego - digo a la tia ava, tal vez eso me ahorre trabajar de más, y saco un encendedor y un tronco de mi bolsito.
11/10/2467 - Almacén
Mención a Eowyn, Echo, Ken y Delilah
Interacción: Ava
Interacción: Ava
PLUVIOPHILE
Dedico los siguientes minutos a ser de ayuda a quienes empiezan a llegar, sabiendo que la mayoría de los integrantes de nuestro distrito son humanos que no pueden aparecerse para evitar la lluvia. Reparto mantas mientras chequeo que todos estén cómodos y observo de reojo las tareas de mi hija menor, quien parece haberse sumado al grupo de adolescentes que se está organizando en uno de los rincones. Seth se pone a trabajar con rapidez y el informe de Benedict a Echo no me pasa desapercibido, aunque mi atención se la lleva la voz de Ava cuando pregunta por su hermano. De inmediato se me prende la alarma materna cerebral y giro la cabeza, tratando de asomarme entre las personas que están empezando a copar el comedor.
Me toma segundos encontrar a Elioh pero lo veo atendiendo las necesidades de la pareja de ancianos, así que me encamino con desenvoltura hasta tomar a Echo por el hombro para hablarle entre susurros — Si Cale no está aquí en cinco minutos iré yo misma a buscarlo — le explico con firmeza, usando mi espalda para bloquear mis palabras en dirección a mi hija mayor — No quiero a todos corriendo en todas direcciones para buscar a quienes se hayan quedado atrás. Selecciona un grupo pequeño con los más rápidos y que el resto se quede aquí. No es como si quisiera que alguien termine siendo arrastrado por el agua solo por andar corriendo en la oscuridad.
11/10/2467, Almacén
Mención: Ava, Zenda, Ben, Cale, Elioh, Seth, niños, situación en general
Interacción: Echo
Interacción: Echo
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PLUVIOPHILE
Me giro mirando a Ben y a su puesta al día, asintiendo a lo de los 20 minutos que en ese instante en un marcador sobre la pared encantado con magia pone el temporizador en marcha. Doy por hecho de que todo el mundo lo mirará y estará pendiente de él. Conforme más gente va llegando, empiezo a sentir demasiado pequeño aquel lugar; el espacio que roban las estanterías es bastante importante. — Intentad reducir espacio todo lo que podáis. Aún queda gente por llegar. — Me incliné ligeramente para atender a las palabras de Arleth y asentí, sabiendo que nada podría pararla de ser así, escuchando la forma en la que empiezan a formarse grupos. No me parece buena idea con la que está cayendo pero Seth y yo no podemos hacerlo todo.
En eso, alguien menciona el fuego. Y Beverly se pone a ello. Como si un resorte me impulsara salto sobre ella y pongo mis manos sobre las suyas, atrapándolas antes de que se le ocurra probar nada, y por accidente cause un incendio. — Nada de fuegos por tu parte esta noche, señorita. ¿De acuerdo? déjale eso a los mayores y ve a por más sacos de dormir. — Una vez le he quitado de las manos las piedras para hacer fuego, las guardo de vuelta en su lugar y cambio la caja a otra estantería más alta. — Los grupos que vayáis a salir a pie, revisad las zonas cercanas. Yo me encargo de las lejanas. Si tenéis que alejaros más de 100 metros, volved aquí dentro. — Cuando voy a girarme para salir casi choco con Zenda, que lleva su cuchillo en la mano y cara de querer hacer algo útil.
Conozco su cara de querer hacer algo útil que no pasa por hacer cosas como sacar camas o repartir mantas, y definitivamente no estoy lo bastante loco (ni arleth me dejaría tampoco) como para dejarla unirse a los equipos de búsqueda. Pongo mi mano sobre su cabello y lo deslizo hacia su espalda, porque hace nada estaba oculta cual gatito tras su mamá, así que al igual que Del, no debe estarlo pasando precisamente bien. — ¿Que tal si buscas la cena? Coge lo que más te guste. — Y obvio el pequeño detalle de que no va a salir fuera.
11/10/2467, Almacén
Interacción con: Bev, Ben y Arleth. Grito general.
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Dejo al monstruito (aka la ardilla) y a Beverly con sus amiguitos y su novio (aka Ken), lanzándole una mirada de desaprobación a Del y a Ken, de esas que señalan primero mis ojos y luego a ellos, para que sepan que los vigilo con eso de andar haciendo manitas así tan descaradamente en público. Bueno, yo también lo hacía a su edad pero uno madura y al menos, ahora me escondo. Me alejo para tomar una de las mantas y abrigarme con ella, escuchando a Alice preguntando si hay alguien herido. — Yo. Estoy herida — Me señalo el pecho súper dramáticamente. — Aquí, en lo profundo de mi corazón PORQUE EL QUE TENÍA QUE IRME A RECOGER, SE OLVIDÓ DE QUE EXISTO — Miro mal a Seth. Por un instante todo es muy what the fuck, teniendo en cuenta que paso más tiempo metida en la cama de Ben que en la de Seth (cosa que en realidad hace mucho que no pasa porque en su cama ya hay otra. Y si, yo no era la otra, Sophia es la otra), PERO ESTOY RESENTIDA CON ÉL PORQUE IGUAL BEN NO SE SABE APARECER Y NO ME SERVÍA PARA NADA AHORA.
Como sea. La idea de ir a por la gente de fuera no me gusta ni poquito. Habría que ser idiota y altruista para volver a salir, así que levanto la mano la primera. — Yo me pido cuidar de los niños. Que nadie pensó en los niños. — Dramatizo eso último también, cual vieja bien religiosa a la que le acaban de decir que disney chanel sacó dos segundos a dos mamás con un bebé y bueno ya saben que es un trauma explicarle a tus hijos lo que significa ser gay y tal.
Cuidar de los niños es el mejor trabajo de la historia. Solo tengo que asegurarme de que nadie le prende fuego a nada (y me he perdido el momento en el que mi hijita de mi corazón lo ha intentado, pero eso no importa) y que se quedan aquí dentro. Eso último quizá es algo más complicado porque son muchos, hay muchas puertas, y bueno ellos son curiosos. Pero si se me escapan tengo una excusa (como siempre, porque yo tengo excusas para todo). — Saquen las nubes. Vamos a contar historias de terror. Es la noche perfecta.
11/10/2467, Almacén
Interacción con: Alice. Luego Seth a gritos. Y luego general.
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PLUVIOPHILE
Las demandas no tardan en llegar. Primero son las ventanas. Luego secar la ropa. Luego el fuego ese. Si no fuera porque es mi mejor amigo ni sabría con qué se refiere a "fuego ese" pero más de una vez lo he usado para calentarnos cuando tenemos que pasar mucho tiempo en el bosque. No es nada peligroso y sirve para dar luz y calor, así que es mucho mejor que cualquier intento de fuego muggle. — Voy, voy — Termino primero las ventanas mientras van llegando los demás. Salvo las voces de las órdenes y todo eso, casi todo es bullicio de los niños. Y de Eowyn. Que se pone a gritar como loca.
Su drama me hace mucha gracia porque estoy convencido de que la escenita viene por Ben, que no fue a buscarla a su casa (cosa que de hecho fue muy poco caballeroso de su parte porque no viven tan lejos), por lo que cuando termino de clavar los últimos clavos en su lugar, me giro para mirarlo con una risa sarcástica en la cara. Hasta que veo que me la devuelve. Eso me trastoca un segundo. Miro a Eowyn. Noto que me mira.
Y tengo una revelación.
— Espera. ¿Era a mi? — Me señalo como si no fuera obvio ya por mis propias palabras. — ¡no sabia que querías que te recogiera! — Aunque bueno pensándolo bien, debería haber hecho eso, no solo con ella, sino con todos. Que los catarros basta con que se los pille uno para que todo el distrito en cuestión de días, acabe con uno. — Lo siento. No lo sabía. No se me ocurrió. — Y le lanzo a Ben una mirada asesina porque se está meando de risa. — ¡A ti tampoco y es tu novia! — Por suerte, la atención se desvía hacia otra cosa y menos mal, porque podría tirarme toda la noche soltando gilipolleces. — A mi me suena Richard en los establos. — Murmuro cuando Arleth habla de los grupos para salir a buscar a los que faltan y miro el temporizador de Echo. — Yo puedo ir hasta allá. — Es lo justo, considerando que apareciéndome nadie puede ir más rápido que yo. — De paso pasarme por los cultivos si hay alguien perdido. Echo, tu puedes ir por las torres. — Levanto la varita y aprovecho que tanto los abuelitos como los niños estaban juntos para aplicar el hechizo de secado al mismo tiempo.
11/10/2467, Almacén
Interacción con: Ben, Ava, Eowyn, Arleth y Echo. Y al final seco a todo el mundo, al menos a los que ya dijeron que se quedaban porque veo tonto secar a los que se van (?)
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PLUVIOPHILE | MINI-TRAMA
No había sido buena idea salir después de haber predicho que iba a llover. Cuando has estado trabajando en la naturaleza durante mucho tiempo, aprendes a ver las señales que ella misma te manda, y aunque ya sabía que iba a llover, no tenía ni la más remota idea de cuan lluvia torrencial se estaba aproximando al distrito. La lluvia me había sorprendido cuando ya casi lo tenía todo prácticamente hecho. Mi cometido era proteger a los animales que nos servían de alimento y transporte, y aunque todos estaban pensando en proteger a las personas, alguien tenía que encargarse de ellos, de la cosechas y de todo lo referente al sustento.
Había tapado con plásticos los cultivos, reforzado los almacenes donde se guardaba la carne, el pescado, la verdura y el grano y encerrado bien a los animales. Sin embargo, un fuerte trueno había asustado a uno de los caballos, alejándolo de la cuadra, y en mis intentos vanos de llamarlo entre lluvia y tormenta había corrido empapado por la pradera, cerca del cercado para adiestrarlos. La lluvia me cegaba y se me calaba en los huesos, recorriéndome toda la espina dorsal hasta que sentí como alguien acudía en mi ayuda. Era uno de los ganaderos.
El viejo Eddy se había aventurado a algo que ya sus maltrechos huesos no le permitían. Intenté disuadirlo para que se fuese al refugio, que yo estaría bien, pero el condenado no me hizo caso y con la escasa visión que la lluvia nos dejaba, intentamos acorralar al equino para devolverlo al establo sin mucho éxito. Se adentró cerca de los árboles, y otro relámpago seguido de su trueno reverberó por la pradera con la compañía más adelante de un rayo —¡Cuidado! —le grité a Eddy, pero el rayo impactó justo en el árbol cercano a nosotros, partiéndolo en dos y una rama quebrada cayó al suelo asustando al caballo que se valentonó sobre sus dos patas y fue aproximándose al suelo hasta caer de espaldas atrapando al hombre sobre su cuerpo. La pata delantera impactó sobre mis costillas, tosiendo al acto por la rudeza del golpe sin poder respirar en unos segundos —¡Eddy! —lo llamé mientras empujaba al caballo para que se levantase y liberara al hombre.
—¡Vamos! —mi grito y petición se mezcló con la lluvia y otro trueno, tirando del caballo por el cuello hasta poder levantarlo con la ayuda de él mismo hasta que por fin se levantó. Mi respiración era agitada, entre la angustia y el esfuerzo, y cogí al hombre por la cintura, echándome el brazo por los hombros. Y entre dolores comenzamos a caminar hasta el almacén, demasiado despacio mientras me agarraba las costillas.
11/10/2467, DISTRITO 14
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Kendrick O. Black
Zenda M. Franco
Delilah A. Looper
Beverly S. Redford
Ava E. Ballard
Arleth L. Ballard
Eowyn J. Redford
Derian Castle
Seth K. Niniadis
Murphy J. Whiteley
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