Recuerdo del primer mensaje :

48 horas.

48 eternas horas, en las cuales el mundo exterior fue un completo misterio. La noche cayó silenciosa sobre la Isla de los Vencedores y, como ha sucedido en los últimos días desde la caía de los Black, todos se encuentran encerrados en sus casas. Rozan las dos de la mañana; la mayoría duerme, mientras que por las calles unos pocos agentes de la paz patrullan en busca de actitudes sospechosas y rogando que sus comunicadores les informen en algún momento que no todo está perdido. La noche es helada. A pesar de que el invierno ya se encuentra avanzado y no falta ni un mes para el otoño, la nieve brilla en todas direcciones bajo la luz de una intimidante luna llena.

Dos jóvenes agentes de la paz vagan por la zona central de las residencias, chequeando que nadie haya abandonado su hogar, cuando s ven obligados a detenerse. Por un instante, sufren el pánico de creer que se acerca un temblor; el ruido sordo recorre la isla, haciendo eco en la oscuridad, pero todo se encuentra en su sitio. ¿Fue eso un cambio en el aire? Con tan solo alzar la vista, pueden notar como algunos brillos azules en el cielo indican algo que hasta ese instante, todo el mundo creía imposible: el campo de fuerza que protegía la isla se ha ido. Están expuestos.Uno de los jóvenes se apresura a tomar su comunicador, pero entonces comienza el caos.

La explosión del hospital se puede ver a lo lejos, más allá del camino más largo en el terreno elevado; los escombros y cuerpos del personal médico y algunos pacientes vuelan por los aires y la nube del humo se eleva hacia el cielo, iluminando la noche. Los gritos de pánico inundan la isla, pero entre las voces se pueden distinguir algunos sonidos bastante particulares. Apariciones, aquí y allá de hombres y mujeres desconocidos que ahora tienen pase al único lugar en el país que parecía ser completamente seguro. Los pocos agentes de la paz comienzan a correr hacia ellos, dispuestos a quitarlos del medio, pero  poco se demoran en comenzar a caer sin vida. Las primeras casas de los vencedores comienzan a ser saqueadas; las ventanas se rompen, las puertas se tiran abajo y muchos de ellos son sacados a las rastras de la cama, hasta ser llevados al exterior. El mentor más anciano de todos, un pobre hombre algo desquiciado, recibe una bala en la sien apenas toca el césped. Las zonas verdes, el polideportivo, todo se encuentra en llamas. Y los que intentan huir, comienzan a pisotear los cadáveres que comienzan a quedar atrás y que deben esquivar para encontrar una salida.

Porque ellos están allí para liquidar a aquellos humanos que han vivido como reyes y con las manos manchadas de sangre mágica.

* Esta trama es obligatoria para vencedores activos, ya que a partir de aquí van a empezar a tomar caminos separados sus tramas personales. Los rebeldes que quieran participar como atacantes tienen hasta el viernes para entrar. Solo se permiten mentores y rebeldes; los agentes del bando de los Black serán personajes no jugables, al igual que los mentores que no existen como una cuenta activa, a quienes se los da por muertos.
* El primer post que deben hacer, es de mera ambientación para sus personajes. Deberán relatar dónde se encontraban cuando comenzaron los ataques; en cuanto a los rebeldes, han llegado a la isla mediante trasladores o apariciones.
* El objetivo de esta trama es simple: los rebeldes han llegado con la misión de capturar a los humanos con mayor poder en el país, mientras que estos deberán encontrar la forma de escapar. Cuando pase la primera ronda de ingreso, se les dará instrucciones.

En mi afán por intentar hacer todo lo que nos han mandado y demostrarle así de paso a Riorden que está equivocado conmigo y que Alec también lo estaba, acabo perdiéndolo de vista y aunque intento buscarlo por todos los rincones que hay a mi alrededor, no lo consigo. Suelto una palabrota entre dientes, molesto con todo el mundo pero en especial con él por escabullirse de mi vista como una maldita rata. Soy consciente de que eso significa una cosa que me cabrea aún más: que mi primo sabe lo que pretendo... que intento crearme una tapadera aún más sólida intentando ayudar a esa gente que meses atrás traicionaba en cuanto tenía la mínima ocasión. Sin embargo, ya no es sólo por eso, sino que además me he dado cuenta de que ambos bandos de la guerra eran iguales, pues los dos hicieron daño a mi familia. Y así, centrando en unos pensamientos que no van a sacarme de aquí aunque lo desee con toda mi alma, acabo chocándome con una chica que reconozco de haber visto en la televisión meses atrás, cuando la coronaron Vencedora. Sin dudarlo ni un segundo, la cojo de los brazos mientras ella intenta zafarse y salir corriendo para esconderse en algún sitio de esta maldita isla.

Aprieto sus brazos contra su espalda, aún intentando que deje de moverse. — ¡Cállate! — le gruño al oído. Sin embargo, ella sigue moviéndose mientras grita como una loca, como la demente que debe ser, al igual que todos los habitantes de la Isla de los Vencedores, de todas las personas que han salido con vida de la arena; incluso Riorden a veces no está dentro de sus cabales por las cosas que tuvo que hacer allí dentro. Sé que ellos no tienen la culpa de haber ido allí y que sólo luchaban por salvarse; no obstante, sigo sintiendo esa furia crecer en mi interior al recordar que gente como ellos mataron a mi hermano pequeño hace ya un año. Controlado por esa rabia, ese dolor y por el que es ahora mi deber, acabo golpeándola en la cabeza con la culata de la pistola. Le coloco unas esposas extrañas que le he cogido antes de venir a uno de los ex Agentes de la Paz que hay entre nuestras filas y camino de vuelta hacia donde tenemos que dejar a los prisioneros, a la gente que ha vuelto a perder la que era su escasa libertad.

Arianne prisionera.

El miembro 'Shirley W. Sparks' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Armas' :

El miembro 'Chrysta D. Clearwater' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Armas' :

Estaba histérica, con el corazón que bombeaba mi sangre a la velocidad de la luz y con la cabeza a punto de estallarme de dolor por culpa de todo el caos que había a mi alrededor. Normal que Derian me gritase que me callara. Sin embargo, no podía evitar tener que preguntar o decir algo porque no era yo la que enviaba esas órdenes, sino que más bien, mi propio cuerpo lo hacía sin mi consentimiento.

A pesar de que mis ojos ya se habían acostumbrado a la poca luz del exterior, apenas distinguía quien era quien, excepto aquellas personas que tenía bastante cerca, como Derian o Arianne. Entonces escuché un disparo en general, de los muchos que ya habían lanzado anteriormente. Y entonces me quedé sola, Arianne se había marchado a saber donde y Derian no aparecía por ningún lado. Escuché su voz a lo lejos, diciéndome que le cogiera algo para defenderme de algún agente. ¿Pero a quién y el qué? Suponía que cualquier cosa valía.

No iba a negar que el miedo que tenía acumulado se había ido, porque seguía dentro de mí, pero podía decir que no me sentía tan débil como otras veces. Me arrastré por el suelo, entre pies de agentes, necesitaba algo que tenían, cualquier cosa me servía.

El miembro 'Sidney M. Morgan' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Armas' :

El agente me noqueó con otro puñetazo hacia el estómago donde yo le respondí con otro en toda la cara. Notaba la sangre en mi cara y en mi boca, el sudor y el caos nublaron mi vista. El calor de las llamas me desorientaron, pero tuve la suficiente consciencia para sacar el cuchillo de caza de mi cinturón y dirigirlo hacia el cuello para clavárselo y ver como se ahogaba con su propia sangre. El cuerpo temblaba en mis brazos y mi sonrisa se ensanchaba cuando sentí la sangre caliente en mis manos. No tenía nada consigo. Por eso mismo me había atacado con los puños. Hice una mueca de desagrado y me levanté, soltándolo. Todos tenían que acabar así, esto era como la Arena y como siempre había sentido, me gustaba. Me gustaba la sensación de la muerte en mis manos. Podría decirse que ahora era un loco con un cuchillo, bajo control de momento con las pastillas, pero eso solo servía ahora mismo para diferenciar a quien tenia que matar y a quienes no.

La seriedad lograda en estos instantes era aterradora, una seriedad y tranquilidad no muy propia de alguien que tiene alrededor el caos y la muerte tan cerca. No tenía expresión en el rostro, ni siquiera cuando vi a Sidney aparecer, ni cuando vi a Shirley que me gritaba que habían cogido a Arianne. La miré con los ojos llameantes en furia, ira, locura. El monstruo se había desatado y no había nadie que lo parara.

Corrí hacia el opresor de Ari y me lancé hacia él con el cuchillo en alza, realizando una finta hacia la derecha para rajarle el costado y pegarle un puñetazo.

Mención a Arianne, Shirley y Sidney y ataco a Aaron

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'Ataque' :

Segundos después dejar inconsciente a la chica, uno de los mentores de la Isla se me lanza encima, empuñando un cuchillo e intentando clavármelo. Intento esquivarlo, pero por desgracia, llega a alcanzarme, aunque no demasiado. Supongo que con el paso de los años los Vencedores han ido perdiendo sus capacidades de combate por tener aquí todo lo que querían con simplemente chascar los dedos; mientras tanto, yo he vivido en una constante guerra que amenazaba con acabar con mi vida a la mínima ocasión, por lo que nunca he perdido mis condiciones de pelear, al menos no como deben haber hecho ellos. Gruño una palabrota entre dientes, notando el escozor que me provoca el corte en el costado derecho, y un simple "click" en mi muñeca basta para que la cuchilla oculta salga; ya es hora de devolverle lo que me acaba de hacer. — Déjame si no quieres acabar como tu amiguita — espeto mientras hago un gesto con la cabeza hacia la morena, quien yace en el suelo con la muñecas atadas.

El caos sigue reinando en el que antes fue el lugar más seguro del país, y mientras yo intento salvar mi pellejo como ya he hecho otras tantas veces, demasiadas, no puedo evitar pensar en mi familia, en Lena y mi hijo, quienes están en casa con la preocupación de si volverán a verme o si esta será finalmente la vez en que nunca regrese. Suelto un bufido, intentando apartar esos pensamientos de mi mente que no consiguen otra cosa que preocuparme y no dejarme pelear bien; después, giro la muñeca para darle un corte en el abdomen, intentando bloquearle en el suelo.

Me defiendo de Derian y le ataco.

El miembro 'Aaron D. Weynart' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 'Defensa' :


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#2 'Ataque' :

Miré hacia atrás al escuchar a Derian a lo lejos, vi como atacaba a un hombre que había cargado con Arianne minutos antes. No podía dejar que se los llevaran, me levanté y evitando puñetazos de personas vestidas de blanco, agente lo más probable, comencé a correr hacia ellos. Tropecé con alguien en el suelo y caí a pocos centímetro del cuerpo inerte. Me entraron ganas de llorar al ver su aspecto, me recordaba demasiado a mi época de juegos, y lo peor de todo era que el cuerpo pertenecía a uno de los mentores que más adultos de la isla. Sentí como se me humedecían las mejillas, pero no podía distraerme de mi objetivo.

Continué con mi camina y cuando apenas estaba a dos metros del hombre, de Derian y de Arianne, grité: - ¡Derian! - pero unos brazos fuertes me agarraron por la cintura apartándome de la situación. Comencé a darle patadas y a gritar como si la vida me fuera en ello, hasta que conseguí que me soltara. Aproveché la situación para tratar de quitarle algún arma.

Con Derian

El miembro 'Sidney M. Morgan' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Armas' :

El miembro 'Shirley W. Sparks' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Armas' :

No encontraba nada en la persona que había dejado desmayada en el suelo. Me encontraba encima de el, registrando cada parte de su cuerpo, bolsillo.. cualquier cosa que me sirviera, pero no encontré nada. Cada dos por tres me giraba para mirar a ver si Astrid se encontraba bien y al parecer no le iba nada, pero no podía arriesgarme a nada. Escuché un ruido fuera de la habitación y no pude evitar quitarme un rizo de la cara para ver que estaba pasando exactamente fuera.. mierda, otra persona con se encontraba frente a nosotros y la verdad era que muy buenas pintas no tenía, vamos, que quería atacarnos, cara de hacer amigos no es que tuviese. Cogí un candelabro, el que se encontraba en la mesilla de Astrid y corrí hacia el para atacarle con este. No quería que hubiese mas de esas personas en la casa, no podía permitirme aquello. No se exactamente que saco para defenderse, pero me hizo daño, una pequeña herida en el costado, pero el hecho de haberle dado con todas mis fuerzas en la cabeza con el candelabro lo había tirado al suelo, totalmente desmayado.. ¿tanta fuerza tenía? Me giré de nuevo para ver a Astrid y a aquel chico. No veía demasiado, pero no podía permitirme gastar el tiempo. Comencé a cachear a aquella persona, esperaba que encontrase algo, por lo menos con el arma con la que me había atacado.

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'Armas' :

Off: Edito rapidamente.

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'Armas' :

Noto un corte en el abdomen el cual me hace retroceder un poco y agarrar mejor el cuchillo. No iba a dejar que se llevasen a Arianne. Era mi responsabilidad, esa niña había sido su carga desde que había salido de la Arena, pero ahora, lejos de ser un obstáculo en mi vida, había llegado a un lugar más dentro de ese cajón de los sentimientos. Ese cajón que mantenía cerrado con llave y que solo se abría cuando verdaderamente merecía la pena abrirlo. No podía dejarla atrás, no podía irme con esa culpabilidad de dejarla ahí. Ni tampoco podía dejar que le hicieran algo, que lo pasase sola ni ella ni ninguno de ellos. No. Y tenía que aprovechar que todavía las pastillas me controlaban.

Apreté la mandíbula y sentí la adrenalina por las nueves, moviéndome hacia adelante con el cuchillo en horizontal para intentar rajarle toda la barriga. Ver como sus tripas salían fuera para luego ahogarlo con ellas. La visualización de ese momento me resultó de lo mas atractiva y eché el ojo a esa hoja que había surgido de su muñeca. Una hoja oculta, no estaba nada más, pero toda hoja estaba sujeta y seguramente llevaban un brazalete.- ¿Qué pasa si te corto la mano? O mejor el brazo. Dejemos sola a esa preciosa hoja.- gruñí, pegándole un puñetazo en la cara para dejar caer el cuchillo en su mano.- ¡¡Déjanos en paz!! ¡¿Y en vosotros deposité toda mi confianza?! ¿A vosotros fue a los que apoyé? ¡¡Estáis más podridos que el antiguo gobierno!!- no escuchaba las demás voces, ni la de Sidney gritándome ni la de Shirley, solo estaba entre ese rebelde y yo.