Recuerdo del primer mensaje :





Año nuevo, vida nueva. Desde la llegada del anillo de Ava como paquete navideño de Aminoff mi humor no ha sido el mejor y sé que he sumado una preocupación a aquellos adultos que obtuvieron la noticia, así que he decidido tomar la excusa de este festejo para pensar en lo que sea, menos en la que irónicamente, en esta fecha, es la cumplañera. ¿Ella nos querría amargados por ahí? Pues no, Ava sería la primera en decirnos que nos emborrachemos hasta poder encontrar la solución. Son casi las dos de la mañana cuando los adultos se marchan, las chicas se van a la casa de Syv a hacer vaya a saber qué y yo me quedo con los chicos, haciendo lo que parece ser un fuerte cargado de botellas que he ido encontrando por la mansión del ex alcalde. Es una lástima que afuera la nieve sea tan espesa, porque hacer un fogón era una excelente idea. Al menos, aquí dentro nos quedan los videojuegos.

— ¿Quieren jugar a la botellita entre nosotros? — bromeo en lo que paso por encima del respaldo del sillón con un salto, el cual me deja rebotando al caer sentado y así puedo alcanzar los snack de la mesita que tengo delante. Mi mano se hunde como una garra entre las papas fritas y me llevo unas cuantas a la boca, en lo que me debato en si empezar con las sobras del champagne que usamos para el brindis de medianoche o si es momento de darle a cosas más fuerte como el vodka. ¡O podemos hacer ronda de tequila! James ya se está haciendo con uno de los controles para el juego de carreras, el televisor se encuentra encendido y me dispongo a ver quién aplasta a quien, hundiéndome entre los almohadones — ¿Qué creen que hagan las chicas sin nosotros? — es una curiosidad estúpida, pero no puedo evitar pensarlo mientras me meto papa tras papa entre los dientes — No se juntarán a hablar mal de nosotros… ¿No? — que creo que aquí todos nos hemos enrollado con alguna y el simple pensamiento de que puedan andar contándose intimidades da un poco de pánico.

Cualquier orden, cualquier bardo (?)

— No soy muy fanático de mi nariz, quizá si la tengo rota le da un aspecto más duro — bromeo, eso está claro, es obvio que acabaré por pedirle ayuda a alguno de los magos para que arregle este pequeño desastre. Que creo que no se ha roto, pero la hinchazón siempre es mucho más fácil de arreglar con magia. Tengo que dejar pasar el comentario sobre Jared con una mueca, porque tengo asuntos más importantes que atender que una carrera — Por favor, que fue una broma — ruedo los ojos por décima vez en la noche, sin poder creerme que en verdad tenga que aclarar esto — No comprendo a las personas se toman todo a la tremenda, como para terminar así. Que no es una reacción normal, te lo digo yo… — ¡Ni siquiera me dio oportunidad de explicarme como se debe! Y si se ligó un par de insultos y comentarios venenosos no es mi culpa, es la suya por hacerme enfadar. No voy a tirarle rosas a alguien que me está dando con un puño en la cara, vaya la obviedad.

Resoplo con un chistido porque “matarme de hambre” parece que es algo que se ha evaporado y no por acciones, que resulta que ahora soy un violador de menores. Primero Mafalda, ahora David — ¿Tú crees que lo de Meerah fue un error? — no puedo evitar preguntarlo, es un miedo infantil. Me separo de la puerta, apago la luz del baño y voy derecho a la sala, a ver si la fiesta sigue a pesar del desastre — Y perdón que pregunte… ¿Pero de dónde sacaste eso de que le gusto? Ella y yo siempre dejamos en claro de que con suerte y somos amigos.

Las palabras de Jared al principio me suenan como a un idioma extranjero porque no era algo que esperase oír. Intento analizar lo que dice, pero en mi cerebro solo han quedado algunas cosas sueltas como que las vacas tienen más tetas que las chicas. Y... ¿de dónde sacan esas comparaciones? Yo, al menos, no me voy fijando en las ubres de las vacas de esa manera para compararlas con los pechos de nuestras amigas. Por suerte, Ken consigue aclararme un poco las cosas antes de que me explote la cabeza por intentar comprender todo, que creo que mi expresión de desconcierto lo dejaba todo bien claro. — ¿Meterse con Meerah en qué sentido? — Jim está lo suficientemente lejos como para no oír cómo le doy más vueltas al asunto, pero es que me puede la curiosidad. Se llevan demasiados años, así que quiero pensar que no es en sentido sexual. No hay que juzgar porque yo perdí la virginidad con Beverly estando borrachos, pero al menos nos llevamos tan solo un par de años, así que la diferencia es mínima.

Me dejo caer en uno de los asientos libres del sofá después de que Kendrick acapare gran parte de él con sus piernas y le miro con las cejas ligeramente arqueadas. — ¿Crees que nos dejarían ir? ¿No hacen sesiones de chicas de maquillarse entre todas, peinarse y criticar cada una de nuestras decisiones o comportamientos? — exagero medio en broma, medio en serio. Que si lo pensamos bien, no es muy diferente a lo que hacemos nosotros: bebemos, comemos, jugamos a videojuegos, y al parecer, criticamos sus pechos y hablamos de quién se ha liado con quién.

La lata que estaba por tirar termina en el hombro de Kendrick cuando trata de burlarse de mí, lo cual es una pena, porque le estaba apuntando a su frente. - Es por comentarios como ese que prefiero a las chicas. - Por eso y sí, porque Holly me daba dulces, Mimi siempre pedía que la ayude en algo, y ni siquiera Hero me caía mal. Como ninguna salvo Beverly me trataba como niño o me decía “hermanito” el panorama de ir con ellas sonaba mucho más tentador que tratar de humillar a alguno en las carreras cuando era obvio que solo hablarían de las chicas de todos modos. Se les notaba en la cara, y los juegos cuando no prestaban atención no eran divertidos. - ¿En qué sentido crees? No creo que Dave piense cosas muy inocentes si decidió que tenía que darle una nueva nariz a Jim. - Que a todo esto, ¿se encontraría bien? Tal vez el sí no quería seguir hablando al respecto y se ponía a retomar nuestra carrera. Gannar por default no tenía gracia.

Vuelvo hacia el sofá y me quedo delante de los dos a la espera de un plan que no sea pasar el resto de la noche haciendo suposiciones absurdas. - De verdad, ¿qué tan poco tiempo pasan con las chicas para creer que eso es todo lo que hacen? Creo que la mitad podría dejarlos en el suelo en una competencia de bebidas. - Sin hablar de que con ellas aprendía mi mejor vocabulario, me regalaban más cosas, e incluso no tenían problemas en hablar de cosas políticas. ¡Si hasta había ayudado a Mimi con sus sellos y todo! Claro que no tenía ni la más mínima idea de lo que hacía, pero ella decía que era de ayuda… - Si van a estar así de aburridos, prefiero ir con ellas. Sino que alguno agarre el control, por favor. - No quería regresar a casa a esta hora.

Por la mirada que le lanzo a Kyle, delato que Jared tiene un punto a favor — Parece que es un delito que estamos encubriendo — intento bromear para quitarle la seriedad al asunto, confío en que mañana podremos reírnos de esto, cuando todos se den cuenta de que fue una enorme tontería alentada por el alcohol. Sí, es algo totalmente creíble. Dudo, que no tengo idea de lo que hacen las chicas y hay algunas a las cuales no las imagino haciendo absolutamente nada con maquillaje; una vez más, Jared es quien me saca las palabras de la boca y bufo — Ya. Podemos retarlas a una competencia de bebidas, para hacer de esto algo más interesante — y ni hablemos de que también podremos distraernos de esta estúpida pelea.

Menos mal que Jim y Sage regresan, así que puedo sacudirme el polvo de las papas fritas y empiezo a recolectar bebidas, esas que empiezo a repartir para que todos vayan lo suficiente cargados — Iremos a lo de Syv.  Kyle, tendrás que ayudarme con las apariciones conjuntas. Les caeremos de sorpresa y veremos quienes tienen mejor aguante al momento de beber — antes de conseguir algún reproche, tomo a James de la muñeca y lo arrastro, empezando a guiarlos fuera de los límites de mi propiedad para poder aparecernos. Me niego a empezar este nuevo año con los ánimos por el suelo.

Claramente Jim era la única persona que creía que tener la nariz rota le iba a dar algo de personalidad. Sí claro, no era la nariz más agraciada del planeta, pero no veía como un tabique desviado influyera en algún aspecto con la personalidad de nadie. - Supongo que debe ser porque no te conoce… O no sé, David siempre pareció más serio que el resto. - También era el único de nosotros con un trabajo, una doble vida, y quien sabe cuantos problemas más. Vaya uno a saber que pasaba por su cabeza de verdad. Además de que Meerah era la hija de su jefe y ya suficientemente complicado debía resultarle el verla aquí. Igual… eran todas suposiciones, tal vez en algún momento vendría bien hablar con él para ver qué tal estaba. No merecía la censura solo por un par de puñetazos tirados al azar.

- ¿Un error? Fueron un par de besos, Jim. Nada del otro mundo. - Ni siquiera consideraba un error el beso con Hero aquella vez en la mansión, y en aquel entonces si me hubieran colgado solo por ponerle un dedo encima; sin importar quien hubiese iniciado el contacto. - Fue un comentario de Hero. Lo iba a negar pero cuando me dí cuenta los dos andaban acurrucados en el sillón así que me tuve que comer mis palabras. - Bromeo pese a que me encojo de hombros. No voy a meterme en problemas románticos ajenos, o lo que sea que fuera. Ya suficiente había abierto mi boca.

Me acerco a donde se encuentra el resto, y estoy por decirle a Kendrick que ayude a Jim con la cosa hinchada que ahora era su nariz cuando de la nada me veo con un par de botellas en las manos. ¿Qué? - ¿Quieren hacer competencia de bebidas? - ¿Era opcional? No quería arrancar el año con un dolor de cabeza monumental.