Recuerdo del primer mensaje :

Mayo

No voy a negar ni afirmar que me siento un personaje de Fiendfyre explorando nuevos mundos y a la espera de que una nueva raza alienígena decida hacer contacto con la humanidad. La verdad es que la mochila repleta de materiales y la ropa de scout que me ofrecieron los cazadores no ayuda para nada, de verdad siento que debería tener un sable de luz en lugar de una varita pero es lo que hay, sobre todo porque nuestros alienígenas son un par de quimeras o al menos eso lo parece dados los daños que han dejado a nuestra última antena. Lo único que arruina esta aventura es mi compañero. Sería un gran episodio porque cuando juntan a los personajes que se odian es de lo más entretenido, pero ésta es la vida real y tener justamente a Colin Weynart de compañero no me agrada para nada ¡Habiendo tantos cazadores, justo él!

No dije nada cuando la jefa de cazadoras lo asignó a la misión, si bien no he superado completamente lo que me dijo, creo que ya no soy ese hombre que él conoció así que solo tengo que ser yo mismo para que lo note y confiar en que el prejuicio no le impedirá ver la evolución que he tenido desde que me conoció... Que en realidad no pasó tanto tiempo, pero a mí me pasaron muchas cosas, toda una vida.

- Mira ésto - le digo al cazador cuando encuentro un tubo de una antena log periódica en el suelo doblado por la mitad ¡Esto es prehistórico! ¿De verdad dependemos de éstas cosas en le norte? Entiendo que los mejores recursos se los lleva el Capitolio pero un poco de distribución equitativa no nos vendría mal. Quizás así no tendríamos tantos blancos fáciles por los cuales podrían entrar los rebeldes y así más gente quedaría protegida. En fin, políticas que no son mi asunto, yo estoy aquí para reconstruir la antena - Parece que la ha ido masticando en pedazos - y dejando lo que no le agradó como migajas.

De verdad no estoy seguro de qué tan inteligentes son las quimeras, pero de repente tengo miedo de que estemos cayendo en una especie de trampa y que mi vida dependerá absolutamente de Weynart por ser el cazador. En realidad creo que podría hacer algo, para eso estuve entrenando ¿No? Y sería una buena forma de demostrarle que he madurado también - Tenemos que seguir adelante, aún faltan piezas.

—¿Ni una mínima descarga?— replico, furioso. Si va a usar el poder que tiene para presumir delante de mí y luego tendrá miedo de lo que pueda provocar en una cueva, me obliga a tener que arrastrarlo por el pellejo hasta la base de seguridad una vez que estemos fuera de aquí para que se entrene como debe ser. Sin embargo, no me hago el sordo a su consejo de moral, porque es lo que estoy poniendo a prueba. Lo que quiero saber es si hubiera sido capaz de atacar para defenderse, el imbécil estuvo a punto de dejar que lo maten y tal vez lo hubieran hecho si yo no estaba. Moral, de eso se trata. También la conozco, es la razón por la que no mataría a un tipo que está inconsciente. Pero acabo de tener mi confirmación de que Kavalier no está hecho para estos lares, lo matarían. Se acabaron los paseos de expedición. ¡Tiene rayos en los dedos, maldita sea! Y casi deja que lo matan, porque cree que todo esto es un mal entendido.

Espero a que suba, que ponga distancia con esta cueva y que nunca se entere de que lo único que hago es amarrar todo el cuerpo de este viejo con cuerdas, las muñecas contra su espalda. Al sobresalto que me llevo cuando cae el cuerpo de Kavalier, le sigue una maldición por el disparo a la nada que impacta en alguna pared del refugio. Por todos los demonios, esto no hace más que empeorar, como sigue sin ser de lo peor que puede ocurrir, apunto con mi varita al techo sobre mi cabeza, desde donde creo poder ubicar la voz que me habla. —¿Tienes un arma, imbécil? Yo tengo una maldita varita y no necesito estar contando las balas que me quedan. A mí no me dices qué hacer— mascullo, puesto que mi trabajo es disparar a bestias, me salté las clases de mediación cuando estaba formándome en el Royal. Lanzo un «deprimo» para que el suelo se desmorone y el bastardo baje su trasero para reunirse con nosotros. Con todo el polvo llenando el pequeño espacio de la cueva disparo un «depulso» que lo haga chocar con una de las paredes, así puedo ver quién es el idiota que está robando señal.*  

*La suerte a mi favor.

Un soldadito cabezón, eso es lo que es. Me hubiese gustado que fuera de esos tipos que se creen superiores a nosotros y solo alzan la nariz y se van por donde vinieron con un comentario ingenioso y la cola en alto... Pero no, lanza un comentario que hace que me muerda la lengua y prepare pues aquí voy a sudar de lo lindo, solo espero que no corra mi sangre - Supongo que tu novio también tenía una y me costó un segundo ponerlo a dormir - respondo todo lo duro que puedo - Ya veremos quien hace lo que dice quien...

Pero no llego a decir más ni a actuar que el suelo bajo mis pies se desmorona y antes de caer un encantamiento impacta sobre mi pecho empujándome contra una de las paredes de mi pequeño refugio, que ahora, se queda completamente expuesto a la luz del sol. Genial, no solo estoy en problemas, sino que han destruido algo que me costó meses levantar y en el cual invertí muchísimas de mis ganancias para que tenga al menos un toque hogareño.

- ¿Cómo reaccionarías si me meto a tu casa y vuelo el techo? - susurro con dificultad por el golpe y sin que él pueda ver nada, disparo desde mi posición hacia su entrepierna... Desgraciadamente mi puntería desde aquí no es la mejor, así que solo logro darle en la parte externa del muslo derecho**. De todas formas aprovecho la distracción para arrastrarme hasta Adam y comprobar que está vivo. Claro que para eso tengo que correr a un lado al de la barbilla pronunciada, quien cae de cara a la tierra hacia un costado - Despierta, hombre, despierta - pido al rubio dándole suaves cachetadas en el rostro, todo sin dejar de apuntar al funcionario con mi arma.

**Acierto

Por poco no me empieza a dar un parpadeo nervioso en el ojo por su insinuación del tipo de relación que tengo con Kavalier, solo… no. Decido responderle de la misma manera si lo que quiere es poner humor a esta situación en la que sabemos que acabará sin ganas de hacer más chistes por un largo tiempo. —El tuyo también tenía un arma y lo tengo durmiendo aquí abajo— le grito desde abajo, segundos antes de que el suelo se desmorone para hacerlo caer. —Supongo que de todas formas, ya no servía mucho, ¿no está algo viejo?— pregunto. Hacerlo ensucia mis pulmones con la tierrilla que llena el aire de la cueva, toso cuando lo veo chocar contra una de las paredes a causa del «depulso».

Toso un poco más fuerte, me falta el aire cuando grito al sentir el disparo en el muslo y caigo al suelo con la garganta escocida por forzar mi voz. Me doblo sobre un costado para tratar de recuperarme, las toses sacudiéndome el pecho. —¡BASTARDO!— exclamo con la poca voz que tengo cuando encuentro un poco de aire. Presiono mi mano donde noto que la bala se alojó, no es suficiente para detener la sangre y muerdo mis dientes así que me trago el dolor. Me mentalizo en el propósito de inmovilizar a este sujeto, para no pensar en la herida, ignorar el dolor ayuda a anularlo. Lo veo correr hacia donde se encuentra su amigo rubio y detesto disparar a la gente por la espalda, pero si logra despertarlo somos dos contra uno. Y ellos tienen balas. —¡Desmaius!*— grito desde el suelo en el que me encuentro tendido. Demonios.

*Fallo

Le dedico una sonrisa sardónica pues cualquiera vence a una persona en superioridad de números, es el gran problema que tenemos contra el gobierno y por eso llevan tantos años en dónde están. De todas formas Adam debe estar en el suelo por un golpe por la espalda, pues no se me ocurre otra forma de que esté inconsciente sin siquiera un rasguño - No tan viejo - después de todo voy a estar como él dentro de menos de veinte años - Y éste tipo ha sobrevivido más que tú y yo juntos, así que más respeto - defiendo al rubio con el ceño fruncido.

Alzo las cejas con su insulto pues no me cabe duda de que soy un bastardo. Por algo mis padres biológicos me dejaron ¿No? Así que no es algo que realmente me duela... Allá él, que sufra mientras intento reanimar a Adam.

Lamentablemente mis intentos no sirven, en cambio tengo que hacerme a un lado para esquivar el encantamiento que me lanza - ¡Ustedes los magos! - me quejo y sin esperar un segundo me levanto de un salto y le doy como puedo en la cabeza con la culata de mi pistola para dejarlo inconsciente.

No podemos pelear, ellos nos vencerán sin duda y de todas formas ya saben la localización del refugio así que solo estaríamos peleando por un sitio perdido. Decido ir a buscar las cosas que estaban intentando robar pero veo como el tipo que dejé inconsciente primero empieza a moverse ** así que tengo que dejar todo ahí para concentrarme en tomar a Adam por debajo de los hombros y sacarnos de aquí. Mierda. Allí se llevan mi computadora con los dos miserables juegos que me entretienen de vez en cuando, con mis cinco cuentos cortos que he logrado escribir y las fotos de mis hijos... No hace falta aclarar que ésto último es lo que más me duele.

Pero tenemos que salir vivos para poder seguir peleando por ellos, así que antes de que el barbilla se despierte, nos saco lo más rápido que puedo y arrastro a Adam por el pasto hasta que hago que vuelva en sí - Amigo, tenemos que correr, ahora - pido intentando que sus ojos dejen de dar vueltas - ¡Ahora!

**Fallo

Ha sido una estupidez, tengo el fuerte deseo que al abrir mis ojos me encuentre con el techo de mi apartamento y que el dolor que me parte la cabeza se daba a más alcohol del que puedo soportar en mi sangre, no quiero tener que despertarme a la realidad de que fuimos noqueados por un par de brutos humanos. Es bajo hasta para mí tener que echarle la culpa a Kavalier de toda la situación, tendré que tratar de convencerlo de que digamos que efectivamente lo que destrozó las antenas de comunicación fue una bestia. Gruño al reconocer para mí que saldrá la verdad de mi boca apenas me lo pregunten, si tengo suerte a la única que tendré que darle explicaciones será a mi jefa y no creo que Jess sea tan cruel como para algo más que reírse de mí.

Como sea, levanto mi espalda del suelo y me sujeto la cabeza con ambas manos hasta que el espacio mugroso de esta cueva deja de girar para mí. Trastrabillo al querer dar los primeros pasos que me saquen de este lugar, para cuando llego hasta Kavalier me convenzo de que tengo mis sentidos más lúcidos y puedo comportarme como si tuviera nuevamente el control de la situación. —¡Oye! ¡Oye! ¿Estás muerto?— pregunto sacudiéndole del hombro, claramente no porque lleva quejándose por lo bajo desde que lo vi tendido en el suelo. —Se terminó la expedición por hoy— anuncio, no creo que estos repudiados vuelvan a aparecer y apuesto a que la cueva quedará abandonada, pero no hay nada más que nos sirva a nosotros. No me apresuro en desaparecernos, nada de volver a la base de seguridad todavía, todo lo que quiero es poner distancia con este maldito lugar y recobrarnos lo suficiente como para no presentarnos ante otros magos dando pena. —Guardemos lo que sirva y vayamos a otro sitio donde podamos ver qué encuentras en esa computadora— digo, tan seguro de que hallaremos información confidencial del ministerio de seguridad y no cinco patéticos cuentos de un vagabundo que se cree poeta

El primero de los sentidos que recupero es el oído. No identifico las palabras, pero puedo notar que están discutiendo sobre algo, luego hay un golpe y movimiento así que intento incorporarme pero aún no tengo la fuerza suficiente para hacerlo. Creo que el intento hace que pierda de nuevo la energía que había ganado, pues pierdo la conciencia por otro segundo hasta que la voz de Colin me despierta y hace tomar conciencia de que estoy con la cara pegada al suelo lleno de tierra - Ya quisieras - murmuro con voz ronca y baja. Me voy recuperando poco a poco hasta que logro alejarme para librarme de su sacudida - Creo que va a ser lo mejor - fue una aventura más larga de la esperada y más peligrosa también, por suerte salimos más o menos intactos.

Sacudo la tierra que tengo pegada en la cara lo mejor que puedo y voy arrastrándome hasta donde dejé la mochila con la computadora y las fotografías. Al menos no se llevaron ésto y podremos sacar algo de información sobre los misteriosos repudiados - No salió tan mal después de todo - intento dar ánimos a mi compañero pero mis palabras entusiastas se apagan al ver la lesión en su pierna - Así que te dispararon también - remarco lo obvio con el ceño fruncido. Necesitamos atención médica si no queremos que nuestras heridas se infecten con los bichos del norte y sobre todo necesitamos salir de aquí antes de que los no magos vuelvan con un ejército de los suyos a destruirnos.

- Salgamos de aquí - digo tomando las cosas entre mis brazos lo mejor que puedo ya acercándome al cazador para desaparecer lo más lejos posible. Al parecer quedaré atrapado con Weynart por un tiempo mientras analicemos éste caso, solo espero que podamos llevarnos mejor ahora que hemos compartido esta pequeña experiencia juntos... - ¿Vamos a seguir peleando durante la investigación? - pregunto pero ni bien termino de pronunciar ésto, mis pies se despegan del suelo rumbo a quién sabe dónde.