El hijo menor de un matrimonio purista y adinerado, William, en contra de las ideologías tradicionales del árbol familiar Fisher, decidió casarse con una mujer de sangre mestiza, de antecedentes mágicos escasos y familia con una pésima capacidad para transmitir el gen mágico a sus descendientes.

Aun así, pese a ese desliz y mancha en el expediente de los Fisher, el hombre se las apañó para hacerse con un buen puesto en el Banco Nacional bajo el régimen de Jamie Niniadis y posteriormente de Aminoff, consiguiendo una casa acomodada y recursos bajo su nombre en el distrito cuatro, la cual no tardaron en llenar de pañales y biberones en los próximos años.

Ada fue la primera de un cuarteto de niñas que irían llegando en los años posteriores, tiempo en el cual William destacó de manera importante entre sus compañeros de trabajo. No obstante, ninguno sospecharía de que el hombre de familia se dedicaba a camuflar dinero en transacciones supuestamente legales para enviarlo al norte y apoyar la causa rebelde desde lejos.

Se sabía que la madre de Ada, Sylvie, tenía familiares squib escondidos en los distritos norteños, así como que su postura política había sido dudosa desde el principio, por lo que no pasó mucho tiempo después de dar a luz al que sería su último y único hijo varón, que un compañero del Banco de William comenzó a sospechar de sus acciones.

Los engaños se revelaron y las cuentas se revisaron ante la sospecha, confirmándose al instante que se había cometido traición a la nación. No hubo compasión a la hora de tirar la puerta abajo para arrestar a su padre, tampoco cuando Sylvie trató de imponerse entre los aurores y su esposo, costándole la vida que se le robó en lo que el auror excusó como un acto de defensa.

Fue un acto violento que alertó a todas las casas vecinas, como un recordatorio agrio de lo que podría ocurrirles a ellos, a sus familias e hijos. Ada y sus hermanos, el menor apenas de nueve meses, terminaron bajo la custodia de su tío Christopher. Este jamás se casó, no tuvo hijos, ni intenciones de tenerlos en el futuro, por lo que vio en su sobrino la oportunidad de continuar con el legado familiar; sus sobrinas le importaban menos en ese aspecto, y cualquier otro en realidad.

Según su tío, su madre había sido la culpable de haberle metido ideas absurdas en la cabeza de su hermano, de quien Ada desconoce si sigue vivo o si Christopher, por su posición en el ministerio, consiguió que redujeran su condena. No se les está permitido nombrar a sus padres después de lo ocurrido, suficiente tener que lidiar con la traición de su hermano manchando el nombre Fisher y el que ahora sus sobrinos hayan pasado a formar parte de las urnas de los Juegos Mágicos.