Mientras que Teddy tiene la edad suficiente para recordar el fin de otra época, o al menos las primeras repercusiones que trajo aquello, Summer no conoció jamás otra cosa que no sea el mundo que la rodea. Y en un mundo donde la magia es la moneda corriente, ser una squib bien podría ser lo mismo que ser un fantasma. No, miento. Había visto a personas perder el color del rostro y girar en la dirección contraria ante una presencia fantasmagórica, una vez que se enteraban de su condición a ella le rehuían la mirada, como si fuera posible contagiarles su falta de magia. A Summer ya no le afecta lo que hagan los demás, o al menos eso dice. Es más probable que se haya resignado ya que no conoce ningún otro trato.

De nuevo tengo que hacer una aclaración: su hermano, Theodore, jamás la trató de esa forma. Es difícil preocuparse por la falta de una habilidad u otra cuando la prioridad siempre resulta ser la falta de comida que llevarse a la boca. Teddy cuidó de ella desde que tiene memoria y, si alguna vez tuvo algún problema con Summer, jamás demostró  que su falta de aptitud mágica fuera el causante. Pero claro, eran familia. No fue hasta que pasó su primera década de vida que descubrió realmente lo poco que a Teddy le importaba el que no pudiera utilizar una varita.

Fue a los once años que Summer conoció a Andrea, una mujer que, como ella, no tenía una gota de talento mágico. Ambas trabajaban en la misma línea de ensamblaje de una destartalada fábrica en el cinco y, si bien se llevaban más de diez años de diferencia, poco parecía importar un detalle tan tonto cómo ese. Tenía doce cuando Teddy y Andrea comenzaron a salir; y ya para sus catorce su pequeña sobrina Stella era una pequeña bolita rubia y rosa que no dejaba de reírse por todo.

No tenían la mejor vida, generalmente les costaba llegar a fin de mes incluso con los trabajos extra que su hermano realizaba en sus escasas horas libres, pero no era una mala vida tampoco. Si no hubiera sido por el tío de Andrea… Summer lo había conocido en un par de ocasiones. Trabajaba en la alcaldía del cinco y llevaba entre otras cosas, los registros de habitantes. El problema es que se aprovechaba de su situación y también ayudaba a fugitivos y falsificaba documentos a cambio de un poco de dinero u otros favores. Tal vez, si solo hubiera sido eso, a ellos no los habría afectado. Pero cuando lo descubrieron tratando de relocalizar a un esclavo que se había escapado de sus dueños, también encontraron que había falsificado los registros de Andrea. A diferencia de Summer, ella no era una squib, era una muggle, y su hermano lo sabía. Al menos ahora tenía sentido que nunca se hubieran casado.

A partir de ese entonces, todo pasó muy rápido. No supo que sucedió con Andrea, pero a su hermano lo enviaron derecho a prisión aguardando lo que posiblemente sea una condena aún peor. Ella y Sunny, su sobrina, acabaron en un orfanato y de forma automática el nombre de Summer pasó a estar en las urnas. Debería resentir a su hermano y a su cuñada por ocultarle la verdad, pero encuentra que, de haberlo sabido, nada habría cambiado.