El matrimonio de muggles compuesto por los Aminoff eran la clase de muggles que siempre se vieron beneficiados por el gobierno de los Black. Él era un agente de la paz y ella ejercía como vigilante dentro de los Juegos Mágicos, de modo que es muy sencillo el imaginar la clase de hogar pulcro y correcto que supieron construir con los años. No obstante, no podían tener hijos y decidieron adoptar dos niños: el primero fue Magnar, el segundo fue el susodicho de esta búsqueda.

Las muestras de magia de Magnar fueron polémicas dentro del hogar. Con padres maltratadores que encerraban y ejercían violencia física y psicológica sobre su hijo “anormal”, el menor del clan aprendió a callarse la boca mientras escuchaba historias sobre cómo la gente con magia era un problema y una amenaza. Esto fue distanciando a los hermanos, quienes empezaron a crecer por caminos muy diferentes y, poco a poco, Magnar empezó a ver al menor como un cómplice de los tratos de sus padres.

Claro que nada dura para siempre y, en cuanto el gobierno de los Black cayó de una buena vez. Magnar encontró el modo de tomar venganza y él mismo se encargó de asesinar a sus padres antes de que los nuevos aurores fuesen capaces de siquiera alcanzar a revisar su casa. ¿El hermano? Alcanzó a escapar, perdiéndose en la noche y ganándose ser un asunto pendiente en la vida del actual presidente, quien no lo ha olvidado, no del todo.