Tengo un tic en la pierna. Ser de los últimos tributos en pasar es una tortura. Aunque tengo bien en claro qué es lo que voy a hacer, no dejo de comerme la uña del pulgar. Esto es peor que un examen escolar y eso que ni siquiera tengo intenciones de salir viva de la arena. No es que quiera morir ni mucho menos, pero estoy segura de que no van a permitirlo y me niego a jugar el juego del ministerio. Podemos decir que no somos compatibles.

Joe pasa primero y yo quedo a solas con los chicos del trece. No los conozco, pero he visto que han entrenado duro. Ella tiene un perfil serio que me da vibras de ganadora. Él parece un flan y no lo puedo visualizar matando ni a un cachorro.

No digo nada cuando llaman mi nombre y salgo de la habitación de espera al pasillo y, de ahí, ingreso a la zona de entrenamientos. Parece muy silenciosa ahora que todos los tributos no están haciendo escándalo en sus rincones. Levanto la vista en dirección a los vigilantes y los saludo con dos dedos que llevo a mi frente. No creo que les importe si soy educada o no, de todos modos.

Hay un blanco disponible además de muñecos, armas, cuerdas y un montón de cosas más. Me encamino en dirección a los arcos, pero me detengo en seco cuando veo la mesa con materiales de camuflaje. Bueno, si voy a morir…

Me hago con algunas pinturas y voy directo al blanco. Mi obra de arte me toma solo unos minutos. Basta con pintar un cabello, unos ojos, una corbata y una sonrisa. Lo importante está en el nombre que dibujo en la zona del centro, con letras grandes, visibles y rojas: “Señor presidente”.

Dejo las pinturas a un lado sin ningún rastro de pudor. Me acerco las flechas, el arco mecánico y me coloco en la zona de tiro. Coloco la saeta, tomo algo de aire y me dispongo a comenzar. Solo espero que mi pequeño cuadro sirva de motivación.

Prueba con Destreza.
Arma escogida: Arco.

18/100

Dados: 9 x 2 = 18

El tiro está bastante bien. No es el mejor que he hecho, pero me parece decente.

La flecha ha golpeado la zona baja del blanco, lo que vendrían a ser las piernas de la silueta oscura que pretende ser Magnar Aminoff. Me relamo los labios con cuidado y me giro a seleccionar una nueva flecha. Me tomo mi tiempo hasta que acomodo una nueva y vuelvo a apuntar.

Prueba con Destreza.
Arma escogida: Arco.

40.5/100

Dados: 9 x 2.5 = 22.5

Sonrío con suficiencia al ver cómo la hoja se clava en el círculo rojo que marca el pecho. Es una lástima que no pueda practicar con el presidente de verdad, porque creo que sería mucho más poético.

Como nadie me detiene y parece que quieren ver más, me doy la vuelta y busco una nueva flecha. Tomo una que parece ligera. La acomodo en el arco, lo tenso y me tomo mi tiempo para respirar.

Prueba con Destreza.
Arma escogida: Arco.

40.5/100

Dados: Fallo.

Demasiado ligera. La tensión del arco la lanza lejos, pasando por encima del blanco y cayendo vaya a saber dónde. Maldigo por lo bajo y evito, por todos los medios, echar un vistazo a los vigilantes. Abro y cierro los dedos para calmar la tensión que se ha acumulado y regreso a buscar una nueva flecha.

Selecciono con algo más de cuidado la siguiente flecha. No sé si va a ayudarme, pero regreso a la zona de tiro. La coloco y trato de calcular mejor.

Prueba con Destreza.
Arma escogida: Arco.

63/100

Dados: 9 x 2.5 = 22.5

Un nuevo golpe certero en una zona central. Puedo decir con orgullo que, si mi blanco fuera un humano de carne y hueso, esto ya habría terminado hace rato.

En otro momento me hubiera puesto a festejar. Lo único que hago ahora mismo es cerrar el puño y agitarlo por lo bajo. Me pregunto si podré darle a la cabeza. Eso sería un broche de oro. No es que me guste presumir, pero tampoco estoy feliz con la idea de que nos traten como niños descartables.

Tomo una saeta que me da una buena vibra y la coloco en el arco. Solo respiro una vez antes de volver a disparar.

Prueba con Destreza.
Arma escogida: Arco.

63/100

Dados: Fallo.

No he apuntado bien. La flecha cae sobre la cabeza de la silueta, lo cual me hace suspirar con pesadez. No debería haberme confiado.

Antes de que me frenen, tomo otra saeta. No me voy a ir de aquí sin dejar al presidente lleno de agujeros.

Prueba con Destreza.
Arma escogida: Arco.

85.5/100

Dados: 9 x 2.5 = 22.5

No va a la cabeza, pero sí al cuello. Mis cejas se mueven con algo de sorpresa; no es lo que quería, pero me sirve de todas formas.

Acomodo una nueva flecha y me muerdo el interior de la mejilla. Podría ser un tiro excelente o un completo desastre. Da igual, no parece que tengan nada mejor que hacer que esto.

Prueba con Destreza.
Arma escogida: Arco.

85.5/100

Dados: Fallo.

Tengo que morderme la punta de la lengua para no dejar salir mi gruñido de frustración. La flecha cae justo al lado de la cabeza, lo cual hace que tense mi espalda.

Por una vez, me atrevo a mirar a los vigilantes. No sé si están esperando a ver hasta dónde puedo llegar o en verdad no les importa, pero no recibo órdenes de retirarme ni me dicen que ha sido suficiente. Tomo eso como una invitación a hacerme con una nueva flecha.

Coloco mejor mi postura y trato de tensar el arco con cuidado.

Prueba con Destreza.
Arma escogida: Arco.

85.5/100

Dados: Fallo.

Sé que estoy empezando a trabajar bajo presión. No sé si esa era la idea o si soy yo la que está empecinada a demostrar que puedo dar un poco más de mí. Me muerdo el labio inferior con tanta fuerza que siento el sabor metálico de la sangre.

Le doy la espalda a los vigilantes y busco la flecha que considero indicada. Regreso a mi lugar y vuelvo a prepararme. Sé que puedo hacerlo. Trato de calmar mis nervios y busco algo de paz.

Prueba con Destreza.
Arma escogida: Arco.

103.5/100

Dados: 9 x 2 = 18

La flecha golpea el centro de la cabeza. Se tambalea gracias al impacto. Mis labios se curvan en una sonrisa satisfecha y, poco a poco, comienzo a bajar el arco.

La figura que lleva la caracterización y el nombre de Magnar Aminoff está cargada de flechas. Se lucen como un pequeño espectáculo que, espero, llegue a los oídos del sujeto que se volvió mi pequeña inspiración durante esta mañana.

Me giro con calma, dejo el arco en su sitio con mucho cuidado y levanto una mano para despedirme de los vigilantes. No sé si quieren ver algo más, pero yo he conseguido mi objetivo — Tadá — me limito a decir con una floritura que señala mi pequeña obra de arte.

Sin más, les doy la espalda y voy hacia la salida con paso seguro. Mentón en alto. Y con completa seguridad de que no van a dejarme con vida.

Prueba con Destreza.
Arma escogida: Arco.

Aciertos: 5
Fallos: 4
Total de puntos: 103.5 / 100