Cosecha: Distrito 05

La Cosecha: Distrito 05

Sábado 5 de agosto, 2471.

El sol se asomó por un NeoPanem silencioso. Hacía mucho tiempo que habían olvidado la sensación de una cosecha clásica y, no obstante, a algunos se le hacía horriblemente familiar.

Los desayunos fueron servidos, algunos más abundantes que otros. Las mejores ropas fueron escogidas, incluso por aquellos que no tenían mucho de dónde elegir. Los aurores y licántropos llegaron temprano, sus botas se escuchaban en cada rincón de los distritos que estaban por regalar dos niños a su suerte.

Cada Edificio de Justicia había levantado pantallas en sus extremos. Las vallas cerraban el perímetro que sería ocupado por los niños que habían entrado a las urnas. Empleados de seguridad los iban recibiendo, pinchaban sus dedos solo para chequear en sus tabletas que ninguno de los condenados hubiera faltado ese día. Un pequeño registro del orden.

Claro que los distritos más fieles al Capitolio tenían muchos menos niños anotados que los norteños. En el distrito dos había menos de cincuenta. Se podría decir que, en cierto modo, la presión por el cumplimiento de las normas había surtido efecto en una buena parte de los civiles. La mayoría sólo quería volver a sus casas, la guerra no tenía por qué tocarlos si agachaban la cabeza.

El logo de NeoPanem apareció en todas las pantallas a las diez de la mañana en punto. El himno retumbó como un eco en cada rincón del país.

Las imágenes captadas por diferentes cámaras pasaron a una gran velocidad, pero la mayoría las conocía muy bien. Eran fragmentos de cámaras de seguridad, de los estallidos que tiraron abajo el Ministerio de Magia, de los asaltos, de las manifestaciones, de la Isla Ministerial en llamas, de la gente que huía despavorida el día en el cual los rebeldes arrebataron el distrito nueve de sus ciudadanos. Cada uno de los pecados de esos terroristas puestos en evidencia, las memorias de los motivos que los habían colocado en esas urnas por decisión propia.

Una voz masculina desconocida hablaba por encima de ellas. Los que prestaban atención escucharon cómo NeoPanem buscaba restaurar el orden en honor no solo a los magos y brujas del pasado, sino también a quienes habían muerto en servicio tratando de combatir el terrorismo. Cómo debían recordar que el sacrificio de los tributos terminaría cuando los rebeldes dieran un paso atrás...

Por un futuro unido, brillante y mágico.

La voz se silenció. Las cámaras se enfocaron en los niños.

Y los escoltas subieron a escena para darles la bienvenida.

Cosechas

Instrucciones

— Todo personaje perteneciente al Distrito puede participar. No hay un límite de post o espera.

— A lo largo de los días de hoy y mañana habrá dos intervenciones: la presentación del tributo femenino y el tributo masculino. Estén atentos para saber cuándo reaccionar.

— El tema estará abierto hasta el viernes 13 por la noche para que todos lleguen a pasarse. Al finalizar, será abierto el Centro de Entrenamientos y el registro de tributos será cerrado.

Tributo Femenino

Todos sabían por qué estaban ahí: un chico y una chica de cada distrito debían cumplir con el reclamo del Ministerio de Magia y entregarse a cambio de la cantidad de bajas producidas por los rebeldes. La explicación innecesaria de los escoltas retumbó en las plazas, nadie pudo hacer oídos sordos.

Como era costumbre en los tiempos de antaño, las damas fueron primero. Todos vieron cómo los dedos la persona sobre el escenario revoloteaba en la urna de su izquierda, algunas con más papeletas, otras con menos.

El aire era tenso. Un papel se estiró delante de los ojos de todo el distrito. Y un nombre retumbó en el micrófono.

— ¡Kaila Birdwhistle!

Post de trama

Fecha - Lugar - Con quién

Estar en un evento de este estilo es de por sí insufrible. Estar en un evento de este estilo teniendo la edad para ser escogida, lo es aún más. Muchos dicen que no será nada, que básicamente todo el distrito con edad elegible está en esas urnas. Dicen la verdad, pero sea como sea alguien ocupará su lugar como tributo. Tampoco es que la población del cinco sea extensa, y además se escucharon rumores de personas que desaparecieron días antes. Huyeron. Tal vez debí huir yo también, ¿No?

No lo sé.

Lo único que sé es que el corazón me late a mil por hora, las piernas me tiemblan, y apenas puedo musitar nada cuando nos van acomodando en nuestros lugares. Trato de mantener ms ojos pegados a Arthur, como un consuelo silencioso, una promesa de que todo estará bien. Solo es una cosecha y ya. Pasada esta cosecha... es todo.

Y aún así no puedo tranquilizarme. No puedo escuchar el video, aunque sí que escucho mi zapateo inquieto conforme se saca el papelito del tributo femenino. Vamos, solo es un papel y ya, solo una persona y ya. Cinco segundos y habremos terminado y podré reírme con Arthur.

O no.

— ¡NO! — Mi grito rasga mi garganta, mis oídos me zumban. Todo me tiembla y me hace no poder moverme. Quiero irme corriendo, pero no sé a dónde. Quiero ver a Arthur pero no puedo. Solo siento cómo me empujan poco a poco hasta que estoy en medio y debo caminar hacia adelante. Ahora sí que dirijo mi mirada a mi hermano, sin poder contener las lágrimas que se aglomeran bajo mis ojos. — No lo entienden, debe ser un error, no puedo ser yo una tributo — Mi respiración se acelera conforme le explico la situación a los aurores que se aproximan a mí. Cuando colocan sus manos en mis brazos solo puedo pensar que voy a explotar — ¡No! No lo entienden, ¡No!, ¡Por favor, alguien! — Volteo en todas direcciones, pero no pasa nada. Solo me queda caminar al ser empujada por los aurores.

Interacción

Interacción: Arthur, aurores.

Tributo Masculino

Las chicas se movieron, ocuparon sus puestos sin que nadie aplauda demasiado. En el distrito cinco fue inevitable el pequeño espectáculo. Los aurores tuvieron que moverse para asegurarse que la jovencita suba al escenario.

Para cuando anunciaron que era el turno de los varones el silencio se había instalado con pesadez. La mano volvió a hurgar entre las papeletas, esta vez a su derecha, hasta dar con el nombre del pobre susodicho que sería el acompañante de la jovencita que acababa de subir al escenario.

Un nuevo nombre retumbó para que el mundo sepa su condena.

— ¡Jonas Anderson*!

*PNJ

Cosecha: Distrito 05

05.08.2471

Esto está mal. Está todo muy mal.

Sé que es infantil, pero estoy enfadado con mis padres por hacernos esto. Quiero gritarles en toda la cara que no estaban pensando en Kaila cuando se subieron a ese tren y arruinaron nuestras posibilidades de supervivencia. Que murieron en vano por una causa perdida y nos dejaron a nosotros limpiando el desastre.

No escucho la voz de la pantalla, estoy más ocupado en no sacar la vista de encima de mi hermana. Me encuentro entre el público, justo detrás de una fila que parece ser por completo una familia que se toma de las manos. Trago saliva. Cuento mi respiración.

Y su nombre resuena en la plaza.

Siento un pitido en mi oído y sospecho que me he olvidado de cómo respirar. Me tambaleo y, antes de que pueda darme cuenta, estoy empujando a quienes tengo delante. Mi hermana está pidiendo ayuda y yo no puedo dársela.

— ¡Kaila! — Le llamo, no estoy seguro de que pueda escucharme — ¡Estoy aquí, Kai!

El tirón me indica que alguien me está sosteniendo. Claro que me sacudo, pero el hombre que posee un uniforme del escuadrón de licántropos me obliga a retroceder. El mundo se detiene, yo no puedo avanzar. Y ella ya está fuera de mi alcance.

Interacción

Interacción con Kaila. Libre

Salida

Los tributos habían sido escogidos. Sus rostros iban a recorrer el país entero y sus nombres serían los que ocuparían las bocas de todos los habitantes en las semanas siguientes. El reloj había comenzado a correr.

Las escoltas pidieron que estrechen sus manos. Una imagen de breve unidad que se rompería con el correr de los días, al menos en la mayoría de los casos. Después de todo, en esta ocasión habría sólo un vencedor.

Las cámaras captaron cómo los tributos, las escoltas y los mentores se metían dentro del Edificio de Justicia de cada uno de sus distritos. Las plazas empezaron a vaciarse, repletas de rostros que cargaban con el alivio de no haber sido elegidos a costa del sufrimiento de alguien más.

Solo quedaba despedirse.
Luego llegaría el Capitolio.

— A partir de este momento no se aceptan más tributos en los registros.

— Quienes deseen abrir temas de despedida con sus seres queridos en el Edificio de Justicia de su distrito son libres de hacerlo. Claro que esto es un tema individual y no corre dentro de las recompensas de participación en los juegos.

— Tras las despedidas, los tributos han sido enviados con transportadores mágicos al Capitolio junto con sus mentores y escoltas. Fueron recibidos en la Plaza Principal frente al Ministerio de Magia, en una zona vallada y rodeada de cámaras y público curioso. Tras eso han sido enviados al centro de estética para ser preparados para el desfile de esa misma noche.

— Cualquier duda o consulta, comunicarse con el Staff.