Neville  y Hannah se conocieron en el colegio, y en algún momento su amistad se fue convirtiendo en algo más. Eran una pareja que odiaba quedarse al margen de todo lo que estaba sucediendo, y aunque tuvieron un pequeño coqueteo con el bando rebelde al final se apartaron por el bien de su familia.

Se casaron en medio del caos en el que NeoPanem se había convertido, y poco tiempo después nació su primer hijo, Charlie Frank Longbridge. El primer nombre lo escogió su madre, el segundo fue en honor de su abuelo paterno, de quién su bisabuela le contaría las hazañas años más tarde, provocando el efecto contrario al deseado.

Su infancia fue tranquila y normal, observó con curiosidad cuando al año y poco la barriga de su madre empezó a crecer, y a crecer, y a crecer, pero todo el mundo parecía contento con eso. Le dijeron que sería el hermano mayor, y él no sabía qué quería decir eso. Solo que un tiempo después, cuando él ya había cumplido los dos años, llegó otro más a la familia. Era más pequeña que él, y solo dormía, lloraba y comía. Charlie entendió tiempo después que esa niña torpe, Maddie, era su hermana pequeña.

Tenía siete años cuando tuvo su primera muestra de magia, su padre lo había regañado por molestar a su hermana y él terminó corriendo hasta su habitación. Cerró la puerta y esta no se volvió a abrir hasta horas después, cuándo a él se le pasó porque tenía más hambre que enfado.

Sus padres siempre educaron a los dos hermanos de manera que primara el respeto por los demás, y con eso en mente llegó Charlie al Royal el primer año. Se destacó mucho más en las habilidades prácticas que no en todo lo que tuviera que ver con la teoría. Aunque donde más despuntó, sin lugar a duda, fue en la clase de vuelo. Tan así que terminó formando parte de un equipo de quidditch como actividad extraescolar a partir de su segundo año de escolarización.

No tiene ni idea de qué hacer con su vida a continuación, todo su mundo ha estado dando vuelcos desde principio de curso. La verdad es que ni siquiera tiene claro si seguirá estudiando, o se graduará y se buscará un trabajo de lo que sea. No tiene nada claro, sabe que le gusta el deporte, pero tampoco le ve mucha salida a su habilidad sobre la escoba. Intenta no preocuparse demasiado y seguir yendo día a día, pero la verdad es que cada vez que sale el tema a conversación se pone nervioso y de malas.