La familia Helmuth era conocida por ser propietaria del mayor negocio farmacéutico del distrito 2. Archiebald y Agatha Helmuth, ambos miembros de familias de magos de sangre pura, dieron a luz a su primer hijo recién casados, al cual decidieron llamar Nicholas.  Con bastante dinero en sus bolsillos, los Helmuth constituían la parte del distrito acomodada que podía permitirse lucir ropas nuevas y organizar salidas. Toda esta faceta estaba montada con el fin de ocultar el linaje de magos que corría por las venas de cada uno de ellos, una estirpe de magos y brujas de sangre pura que, si bien supieron jugar bien sus cartas, vivían bajo un régimen opresivo hacia los de su raza.

Al principio, la idea de tener más hijos pasó desapercibida en lo que la joven pareja mantenía el negocio familiar a flote y se hacía cargo de criar a su único hijo. Desde niño Nicholas cultivó un peculiar interés por lo que hacían sus padres, hasta que a la edad de 5 años, la curiosidad pasó a ser el centro de atención de su nueva hermana. No sería la única, puesto que otros cinco años después los Helmuth se sorprendieron con la noticia de que su madre estaba embarazada nuevamente.

Con tres hijos a sus espaldas y una larga carrera familiar que no podía ser defraudada, volcaron todas sus energías en el área farmacéutica, más la nueva competencia al otro lado de la calle, una familia de nombre Ruehl, llevaba a cabo un negocio similar, aunque de mucha menos fiabilidad y con rumores de tratar con objetos ilegales y traficar con criminales. Esta familia tenía varios hijos, pero quién captó la atención de un joven Nicholas fue la menor de ellos, Anne Ruehl. Supo encontrar sentimientos hacia ella a pesar de saber que no era la persona indicada para él, así como habían dicho sus padres en repetidas ocasiones con respecto a los Ruehl, pero terminó por aceptar que fue su primer enamoramiento y tanto Annie como Nick se vieron envueltos en una relación informal sin reconocimiento alguno.

Cuando su madre, Agatha Helmuth, se enteró de esto, decidió borrar los recuerdos de la muchacha y parte de los de su propio hijo, para impedir que el mismo se desviara del camino que ella había dibujado para él, así como para sus otras dos hijas. Roto y resentido por años, al no encontrar explicación alguna por la que Anne se interesara de repente por otro chico, se volcó en sus estudios de medicina los años siguientes, acumulando en su corazón un profundo rencor hacia esta mujer que todavía le quemaría en el futuro.

Muchos años después, como estudiante universitario, conoció a una hermosa mujer que desde el primer día en que vio sus ojos claros cayó completamente perdido por ella. Tardó varios años en siquiera atreverse a hablar con la muchacha, y muchos pasaron cuando tuvieron su primera cita. Tras aprobación familiar de la mujer, terminaron casándose poco tiempo después en una celebración privada que incluía a ambos miembros.

Su matrimonio se forjó en base al amor que sentían el uno por el otro, la confianza mutua y la seguridad que ambos se proporcionaban. No fue extraño conocer la noticia de que su mujer estaba embarazada cuando Nicholas recién había cumplido treinta y cuatro años. Desgraciadamente, complicaciones en el parto acabaron con la vida de ella, dejando en su lugar a un hermoso bebé de piel blanquecina y ojos oscuros. Para Nicholas perder a su mujer fue un golpe muy duro que de no ser por la vida de su hijo le hubiera hundido por completo.

Los años próximos resultaron difíciles, no solo por la responsabilidad de criar solo a su hijo sino por el cambio de gobierno que tuvo lugar al mismo tiempo. Sin embargo, este nuevo desenlace favorecía a los de su especie al punto de que ya no debía ocultar sus habilidades mágicas ni esconderse. Eso le dio una nueva motivación para estudiar acerca de la medicina mágica y adquirir un puesto en el hospital del distrito como medimago. Si no hubiera sido por la ayuda que constituyeron sus hermanas a la hora de educar a su hijo sin su mujer, jamás hubiera sido capaz de sacar su nueva vida adelante.

Una vez alcanzada una estabilidad económica, decidió centrarse en el área de la medicina que abarca venenos y toxicidades, y para su sorpresa, fue ofrecido un puesto como jefe de esa misma área poco tiempo de adquirir un ascenso como sanador especializado. La única condición era que debía mudarse inmediatamente al capitolio pues era allí donde el empleo era ofertado. Decidido a darle una oportunidad al trabajo, él y su hijo pusieron rumbo a la capital, lugar donde no duraron mucho tiempo antes de convertirse en el actual Ministro de Salud y mudarse a la Isla Ministerial.