OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
Cierre de Temas
The Mighty Fall
Registro General
Erik Haywood
It's a matter of blood [0.4]
Laurence B. Dickens
The Langdons [0.2]
Phoenix D. Langdon
Band of Blood [2.4]
Phoenix D. Langdon
Family with no name — 0-4
Birdie É. Barlowe
Little bróðir — 0.1
Syver A. Nygaard
Williams, Ezra Avery
The Mighty Fall
Gallagher, Cillian Brennan
The Mighty Fall
ÚLTIMOS
TEMAS
TEMAS
Muggles & Squibs
5000 G
5000 G
Extranjeros
4000 G
4000 G
Miembros de Defensa
5000 G
5000 G
Estudiantes
4000 G
4000 G
Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
¿Qué ficha moverás?
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
01.09¿Quieren crearse un nuevo personaje? Aquí pueden encontrar las búsquedas de nuestros usuarios.
31.03No olviden revisar sus MP y pasar por el boletín oficial para ponerse al día con los sucesos de Neopanem.
31.03¡Hay nuevas habilidades disponibles! Podrán leer más sobre ellas aquí.
31.03Estudiantes, ¡los estamos buscando! Pasen a revisar nuestra nueva búsqueda Aquí.
2 participantes
He hecho que la elfina Kitty ponga la casa lo más presentable posible, que tengo bien en claro que conozco a Cale de toda la vida, pero volver a verlo dentro de una casa que tengo que calificar como mía me pone muy ansioso. Estoy feliz, claro que lo estoy. Cuando perdimos a un puñado pequeño de personas el pasado octubre, había dado por sentado que no volveríamos a verlos. Tuve que ver a Ava derrumbarse por la ausencia de su familia, a todos bajar la cabeza en creencia de que cada vez seríamos menos. Al menos, puedo ahorrarme la parte de tener que decirle que su hermana menor ha sido capturada por el bando enemigo; tengo entendido que de eso ya se ha encargado Jared o vaya a saber quien. Aún así, sigue siendo raro. Sigo creyendo que hemos fallado, que no he podido ayudar a aquellos que me importan y que lo que hicimos con Ben no fue más que un acto desesperado. Sea como sea, aquí estoy. Decidido a dar la cara, por mucho que me cueste.
Para cuando suena el timbre, soy yo quien corre escaleras abajo al grito de que yo me encargaré de abrir, no sea cosa que Kitty se apresure y me gane de mano. Tiro del picaporte y me topo con el rostro tan familiar de Cale Ballard, una de esas personas que siempre creí que estaría presente y que, de alguna manera, se volvió un fantasma. Creo que pierdo el aliento, al menos por un momento. Se siente surrealista, lo suficiente como para que me parezca raro el dar un paso hacia delante y tocarlo al darle un abrazo. Sí, es Cale. Hasta me río con nerviosismo e incredulidad, sin poder comprender cómo es que pasaron meses y que, de alguna manera, todo ha cambiado enormemente en ese tiempo — Pensé que no volvería a verte — confieso. Algo en el tono de mi voz me hace sentir como un niño de nuevo. Tengo que apartarme para poder verlo, que sé bien los motivos por los cuales ha venido a verme y no tengo idea de cómo voy a encararlos — Pasa, pasa. ¿Quieres… algo de beber? ¿Comer? ¿Lo que sea? ¿Dónde estuvieron? ¿Cómo han estado? — son demasiadas preguntas, lo tengo bien en claro, pero sé que también será una charla larga.
Para cuando suena el timbre, soy yo quien corre escaleras abajo al grito de que yo me encargaré de abrir, no sea cosa que Kitty se apresure y me gane de mano. Tiro del picaporte y me topo con el rostro tan familiar de Cale Ballard, una de esas personas que siempre creí que estaría presente y que, de alguna manera, se volvió un fantasma. Creo que pierdo el aliento, al menos por un momento. Se siente surrealista, lo suficiente como para que me parezca raro el dar un paso hacia delante y tocarlo al darle un abrazo. Sí, es Cale. Hasta me río con nerviosismo e incredulidad, sin poder comprender cómo es que pasaron meses y que, de alguna manera, todo ha cambiado enormemente en ese tiempo — Pensé que no volvería a verte — confieso. Algo en el tono de mi voz me hace sentir como un niño de nuevo. Tengo que apartarme para poder verlo, que sé bien los motivos por los cuales ha venido a verme y no tengo idea de cómo voy a encararlos — Pasa, pasa. ¿Quieres… algo de beber? ¿Comer? ¿Lo que sea? ¿Dónde estuvieron? ¿Cómo han estado? — son demasiadas preguntas, lo tengo bien en claro, pero sé que también será una charla larga.
Me siento un poco extraño yendo a hablar con Kendrick acerca de lo sucedido con Ava. En el pasado él fue el bebé con quien crecimos en el 14 que después se transformó en todo un adolescente. Y ahora es el representante de un movimiento completo. Los tiempos cambian. Aunque no se le puede culpar, ha tenido que crecer a prisa, justo como nos pasó a nosotros. Pero él tiene mucho más peso sobre sus hombros. Me sacudo mientras veo mi reflejo frente al espejo para dejar mi mente en blanco. Aún me siento abrumado por todo este embrollo. No termino de reconocer a la persona que veo delante de mí. He decidido quitarme la barba y recortar mi cabello que tenía ya algo largo, pero parece que envejecí durante años en lugar de meses. Además es como si no terminara de recobrar los gestos a los que mi cara estaba acostumbrada.
Suspiro con cansancio y salgo en dirección a la casa de Ken, ¿Qué se supone que le diré?, ¿Qué se supone que me dirá? Repaso posibles conversaciones en mi cabeza, un hábito que adquirí de Sophia en todo este tiempo, pero no termino de poner en sintonía mis pensamientos y mis sentimientos. Antes de que me de cuenta estoy ya en mi destino. Me parece una cada bastante grande. No pasa mucho tiempo hasta que me abren la puerta y me encuentro cara a cara con Kendrick. - Yo también llegué a pensar eso. - Respondo a su abrazo para luego separarme. Se siente tan extraño verlo. Me rasco la nunca con la mano izquierda mientras termino de entrar a su casa. Me siento algo ajeno y hasta cierto punto incómodo. Claro que no es culpa de Ken, ni siquiera yo sé qué me pasa. Soy un adulto y me comporto como adolescente ensimismado. Pero no sé qué debería hacer, ¿Adaptarme a estar aquí? Suena complicado, nunca he sido bueno en esas cosas y con esta actitud menos podría. ¿Qué más?, ¿Correr de forma impulsiva para buscar a Ava? No, eso sería estúpido.
- Ammm... Agua, probablemente sería bueno tener un vaso de agua. - Siento la garganta reseca. - O algo más fuerte. - Murmuro por lo bajo pero enseguida me corrijo, al fin y al cabo es Ken. - Eh, que es broma. - Creo que está igual de incómodo que yo, no es fácil para ninguno. - Estuvimos en muchos lados, definitivamente no de vacaciones. - Contesto con amargura. Sé que Ken está siendo cortés al preguntar, probablemente está nervioso. - Todo era un caos, en un punto Sophia se separó de su familia y casi pasa lo peor. - Aún recuerdo la sensación de tristeza que me inundó cuando me interpuse entre ella y un dementor. - Escapamos por poco pero en algún punto me desmayé y Sophia me cuidó. - Siempre el culpable de todo. Tal vez si me hubiera dejado habría encontrado a su familia desde hace tiempo. - Ambos estábamos débiles y no podía aparecernos en otro lado, cuando estuvimos mejor no teníamos idea de dónde comenzar a buscarlos. - Recordar todo eso hace que ponga mala cara. Chasqueo la lengua. - El resto es historia. Cuando nos enteramos de lo que sucedió aquí hicimos todo lo que pudimos para venir. - En un punto casi descubren a Sophia y por eso tardamos más en llegar. Pero al final lo logramos. - ¿Y tú qué tal? ¿Qué ha pasado aquí? -
Suspiro con cansancio y salgo en dirección a la casa de Ken, ¿Qué se supone que le diré?, ¿Qué se supone que me dirá? Repaso posibles conversaciones en mi cabeza, un hábito que adquirí de Sophia en todo este tiempo, pero no termino de poner en sintonía mis pensamientos y mis sentimientos. Antes de que me de cuenta estoy ya en mi destino. Me parece una cada bastante grande. No pasa mucho tiempo hasta que me abren la puerta y me encuentro cara a cara con Kendrick. - Yo también llegué a pensar eso. - Respondo a su abrazo para luego separarme. Se siente tan extraño verlo. Me rasco la nunca con la mano izquierda mientras termino de entrar a su casa. Me siento algo ajeno y hasta cierto punto incómodo. Claro que no es culpa de Ken, ni siquiera yo sé qué me pasa. Soy un adulto y me comporto como adolescente ensimismado. Pero no sé qué debería hacer, ¿Adaptarme a estar aquí? Suena complicado, nunca he sido bueno en esas cosas y con esta actitud menos podría. ¿Qué más?, ¿Correr de forma impulsiva para buscar a Ava? No, eso sería estúpido.
- Ammm... Agua, probablemente sería bueno tener un vaso de agua. - Siento la garganta reseca. - O algo más fuerte. - Murmuro por lo bajo pero enseguida me corrijo, al fin y al cabo es Ken. - Eh, que es broma. - Creo que está igual de incómodo que yo, no es fácil para ninguno. - Estuvimos en muchos lados, definitivamente no de vacaciones. - Contesto con amargura. Sé que Ken está siendo cortés al preguntar, probablemente está nervioso. - Todo era un caos, en un punto Sophia se separó de su familia y casi pasa lo peor. - Aún recuerdo la sensación de tristeza que me inundó cuando me interpuse entre ella y un dementor. - Escapamos por poco pero en algún punto me desmayé y Sophia me cuidó. - Siempre el culpable de todo. Tal vez si me hubiera dejado habría encontrado a su familia desde hace tiempo. - Ambos estábamos débiles y no podía aparecernos en otro lado, cuando estuvimos mejor no teníamos idea de dónde comenzar a buscarlos. - Recordar todo eso hace que ponga mala cara. Chasqueo la lengua. - El resto es historia. Cuando nos enteramos de lo que sucedió aquí hicimos todo lo que pudimos para venir. - En un punto casi descubren a Sophia y por eso tardamos más en llegar. Pero al final lo logramos. - ¿Y tú qué tal? ¿Qué ha pasado aquí? -
Icono :
— ¿Quieres… una cerveza? — se siente extraño, pero no lo veo muy seguro de querer solamente un vaso de cerveza. Con la indicación a Kitty de que vaya en busca de la bebida que él quiera, lo llevo con unos pasos hacia la sala. El calor mantiene la chimenea apagada, pero los controles de la consola que se luce sobre una de las mesitas deja en evidencia que aquí vivo yo, en especial porque la última vez ni me molesté en guardarlos. La historia de cómo hizo para que él y Sophia sobrevivan me hace temblar por un momento, que todos aquí conocemos lo complicado que es sobrevivir lejos de todo, en especial de aquellos que consideramos familia. Sé que Jared es muy orgulloso como para querer verse como un niño pequeño, pero lo conozco lo suficiente como para saber que la ausencia de su madre le ha afectado. Me acomodo en uno de los sillones y subo los pies al mismo, haciéndole un gesto para que se siente donde quiera. Me gustaría decirle que podemos hasta mirar la televisión, pero sé que no está aquí solo para pasar el rato.
Me encojo de hombros, que no sé cómo decir que me encuentro con todo lo que ha pasado. No suelo ponerlo en palabras, pero sé que los demás se han dado cuenta de que la ausencia de Delilah y la incertidumbre de lo que ha sucedido o no con ella me ha dejado a la deriva. Me siento culpable por mis momentos de felicidad, pero sé que no seré jamás de ayuda para ella si me limito a apagarme y no pienso en frío — Supongo que te habrán dicho lo que sucedió con Ava… — que fue tomada prisionera cuando llegamos al nueve, que Ben fue tras ella a jugar una carta casi imposible, que nos hemos organizado lo mejor que pudimos para hacer que esto funcione — Si te interesa saber, tenemos una fuente infiltrada en el Ministerio y sabemos que ambos están bien. Hasta donde sabemos, les han colocado un chip de rastreo y viven en prisión domiciliaria. Ben aceptó trabajar para el escuadrón de licántropos si la soltaban de prisión. No sé qué es lo que hacen con ella en el ministerio, pero sé que tampoco le ha salido gratis — información confidencial, Holly no puede llegar tan lejos.
Están vivos, eso es lo que debe importar. Me gustaría decirle que estamos haciendo todo lo posible para que vuelvan a casa, pero eso sería mentirle en la cara. De momento, nuestra prioridad está puesta en nuestro siguiente movimiento y no en ponernos a trabajar en un rescate que no necesita de nuestra urgencia — Tengo algo para ti — anuncio, casi de la nada. Me pongo de pie con rapidez, me acerco a la chimenea y rebusco entre los adornos que tengo sobre la misma, hasta que encuentro la cajita de madera. Para cuando regreso a mi asiento, lo que le tiendo con una mano temblorosa es un anillo de oro, junto a su delicada cadena. Estoy seguro que él va a reconocerlo — Magnar me lo envió como anuncio de que tenían a Ava. No me pertenece, así que creo que tú deberías tenerlo — al fin y al cabo, es el anillo de su madre, ese que tiene las iniciales de un tal Iago Eaton junto a Arleth Ballard, aquellos que le dieron la vida.
Me encojo de hombros, que no sé cómo decir que me encuentro con todo lo que ha pasado. No suelo ponerlo en palabras, pero sé que los demás se han dado cuenta de que la ausencia de Delilah y la incertidumbre de lo que ha sucedido o no con ella me ha dejado a la deriva. Me siento culpable por mis momentos de felicidad, pero sé que no seré jamás de ayuda para ella si me limito a apagarme y no pienso en frío — Supongo que te habrán dicho lo que sucedió con Ava… — que fue tomada prisionera cuando llegamos al nueve, que Ben fue tras ella a jugar una carta casi imposible, que nos hemos organizado lo mejor que pudimos para hacer que esto funcione — Si te interesa saber, tenemos una fuente infiltrada en el Ministerio y sabemos que ambos están bien. Hasta donde sabemos, les han colocado un chip de rastreo y viven en prisión domiciliaria. Ben aceptó trabajar para el escuadrón de licántropos si la soltaban de prisión. No sé qué es lo que hacen con ella en el ministerio, pero sé que tampoco le ha salido gratis — información confidencial, Holly no puede llegar tan lejos.
Están vivos, eso es lo que debe importar. Me gustaría decirle que estamos haciendo todo lo posible para que vuelvan a casa, pero eso sería mentirle en la cara. De momento, nuestra prioridad está puesta en nuestro siguiente movimiento y no en ponernos a trabajar en un rescate que no necesita de nuestra urgencia — Tengo algo para ti — anuncio, casi de la nada. Me pongo de pie con rapidez, me acerco a la chimenea y rebusco entre los adornos que tengo sobre la misma, hasta que encuentro la cajita de madera. Para cuando regreso a mi asiento, lo que le tiendo con una mano temblorosa es un anillo de oro, junto a su delicada cadena. Estoy seguro que él va a reconocerlo — Magnar me lo envió como anuncio de que tenían a Ava. No me pertenece, así que creo que tú deberías tenerlo — al fin y al cabo, es el anillo de su madre, ese que tiene las iniciales de un tal Iago Eaton junto a Arleth Ballard, aquellos que le dieron la vida.
Después de tres segundos de titubeo, acepto tomar solo un vaso de agua. Me rehuso a tomar alcohol de esta forma, y más estando en la casa de Ken. La verdad es que una parte de mí quiere ahogar mis sentimientos y olvidarme de todo por al menos cinco minutos, pero la otra parte cuerda sabe que debo mantenerme entero para llegar al final de esta conversación. El agua llega antes de que acabe mi relato, por lo que puedo dar un largo trago mientras espero la respuesta de Kendrick. Siento el agua fría caer por mi garganta y de algún modo esa sensación me reconforta. Asiento cuando empieza a hablar. Jared se encargó de contarnos todo lo que había escuchado hasta el momento acerca de Ava y Ben. Sin duda no fue la mejor bienvenida al distrito. - Jared mencionó algo al respecto. - Comento algo desanimado para después escuchar lo que tiene para decir Ken. Debo admitir que me siento de nuevo decepcionado. El golpe es más sutil esta vez, sí, pero aún así, no me siento satisfecho. Y eso no es culpa de nadie. - No hay nada que pueda hacer, ¿Verdad? - Una pregunta estúpida pero esperanzada. Aunque por otro lado siempre se puede hacer algo, ¿No?... ¿No?
Sin darme cuenta voy bajando la cabeza poco a poco hasta quedar viendo mis pulgares, que en algún punto terminaron apretando mis manos entrelazadas. La levanto únicamente la cabeza después de que Ken dice que tiene algo para mí y me estiro en mi asiento. Miro el anillo con aire nostálgico mientras sonrío de lado. Lo tomo con sumo cuidado y me le quedo viendo. Debo admitir que un sentimiento de envidia me recorre la espina, junto con incomodidad. Nunca me he llevado bien con Ben pero saber lo que hizo por Ava me hace tener sentimientos encontrados: Me siento más tranquilo sabiendo que está ahí y que hará todo lo que pueda para que no le pase nada malo. Me siento agradecido con él. Pero al mismo tiempo estoy enojado conmigo mismo por no haber podido protegerla de la misma forma. Me siento culpable, por muchos años anduve con aire de arrogancia presumiendo y peleando que yo sería quien cuidaría a mi madre y hermanas y mírame ahora. Debí ser diferente. Tal vez si lo hubiese sido no tendría esta impotencia e ira pensando en todo lo que deben estar pasando Ava y Zenda.
- Me había hecho una imagen del reencuentro familiar que tendría al llegar, como si no conociera nuestra suerte. - Cambio mi posición de erguida a un poco más encorvado, como desganado. El pesimismo brota por mis poros - Y luego llegamos y... - Y todos sabemos lo que pasó. Meneo la cabeza intentando sacudir ese recuerdo. Pensar en ello no sólo me deprimiría a mí, sino también a Ken y no quiero que se sienta incómodo ni nada por el estilo. - Has hecho un buen trabajo. - Le sonrío de la forma más honesta que puedo. Mis dedos siguen jugando con el anillo que me dio, aquel que una vez fue de mi madre y luego de Ava. - Si te soy honesto no tengo idea de qué debería hacer ahora. - Me siento impotente quedándome aquí pero al mismo tiempo, ¿A quién beneficiaría que me fuera?
Sin darme cuenta voy bajando la cabeza poco a poco hasta quedar viendo mis pulgares, que en algún punto terminaron apretando mis manos entrelazadas. La levanto únicamente la cabeza después de que Ken dice que tiene algo para mí y me estiro en mi asiento. Miro el anillo con aire nostálgico mientras sonrío de lado. Lo tomo con sumo cuidado y me le quedo viendo. Debo admitir que un sentimiento de envidia me recorre la espina, junto con incomodidad. Nunca me he llevado bien con Ben pero saber lo que hizo por Ava me hace tener sentimientos encontrados: Me siento más tranquilo sabiendo que está ahí y que hará todo lo que pueda para que no le pase nada malo. Me siento agradecido con él. Pero al mismo tiempo estoy enojado conmigo mismo por no haber podido protegerla de la misma forma. Me siento culpable, por muchos años anduve con aire de arrogancia presumiendo y peleando que yo sería quien cuidaría a mi madre y hermanas y mírame ahora. Debí ser diferente. Tal vez si lo hubiese sido no tendría esta impotencia e ira pensando en todo lo que deben estar pasando Ava y Zenda.
- Me había hecho una imagen del reencuentro familiar que tendría al llegar, como si no conociera nuestra suerte. - Cambio mi posición de erguida a un poco más encorvado, como desganado. El pesimismo brota por mis poros - Y luego llegamos y... - Y todos sabemos lo que pasó. Meneo la cabeza intentando sacudir ese recuerdo. Pensar en ello no sólo me deprimiría a mí, sino también a Ken y no quiero que se sienta incómodo ni nada por el estilo. - Has hecho un buen trabajo. - Le sonrío de la forma más honesta que puedo. Mis dedos siguen jugando con el anillo que me dio, aquel que una vez fue de mi madre y luego de Ava. - Si te soy honesto no tengo idea de qué debería hacer ahora. - Me siento impotente quedándome aquí pero al mismo tiempo, ¿A quién beneficiaría que me fuera?
Icono :
Sacudo la cabeza, que no puedo poner en palabras que aún no podemos hacer nada, salvo conformarnos con saber que están con vida y fuera de un verdadero peligro, al menos hasta que veamos un camino más despejado en su dirección. No ha sido fácil para mí tampoco. Aún recuerdo lo mucho que he llorado y pataleado, con una urgencia voraz de ser yo quien fuese a liberar a Ava y, en su lugar, solo he conseguido el tener que quedarme atrás y hacer un negocio sucio con el presidente. Me he sentado a ver como Ben simplemente se marchaba hacia el Capitolio, renunciando a su libertad y a todo lo que creía, solo porque Aminoff podía usarlo como propaganda anti rebelde por capricho. Darle el anillo a Cale no me hace sentir mejor, más sí me saca un peso de encima. Era como estar cargando con algo ajeno y, a veces, me pregunto cómo es que siempre hay anillos cayendo en mis manos y marcando destinos. Está aquel que era de mis padres y que ha terminado en las manos de Synnove. Ahora, el anillo de Arleth regresa a su hijo mayor.
Me dan ganas de acercarme y poner una mano en su hombro, pero me encuentro con la timidez de quedarme en mi lugar por un extraño respeto — Lo entiendo — me apresuro a acotar — No me puedo imaginar lo que habrá sido el tener ilusiones y luego llegar y… Pero puedo comprender lo que dices — es como revivir lo que ha sucedido en el catorce, el preguntarse quienes seguirían con vida y el ir aceptando, poco a poco, que algunas personas jamás iban a regresar. Que el fuego se los había tragado como una bestia. Ese pensamiento hace que sea más difícil el sonreírle, lo cual se supone que viene como agradecimiento a sus palabras de felicitación — Lo hicimos todos juntos. Yo solo pongo la cara como una excusa — sé muy bien que eso es lo que soy. No soy un líder, no soy un político y, no importa lo que diga mi apellido, no soy realmente un Black. Tengo más de Duane, solo que a veces me cuesta encontrarlo. Los títulos para las cámaras, este distrito se ganó en equipo y lo maneja un equipo. Así es como somos más fuertes, nos tomamos las manos como una familia.
Ante su última duda, solo puedo tomar aire, bufar y hundirme en el asiento. Levanto la mirada hacia la lámpara del techo, demasiado grande para mi gusto — Necesitamos gente de confianza para todo tipo de trabajos. Desde formar parte del consejo a ayudar a Amber con la seguridad, o con toda la producción de alimento. Aquí no es como en el catorce. Hay demasiada gente y, aunque muchos se van, también muchos otros llegan. Y ya no estamos ocultos, lo que es un enorme riesgo. Sabemos que no estaremos tranquilos hasta que la guerra se acabe — para eso hay cientos de planes, el problema es ponerlos en marcha. Bajo la mirada una vez más hacia él, no muy seguro de que se sienta listo para sumarse — ¿No quieres tomarte un tiempo para ti? Sé que tienes mucho que procesar — sugiero — Aún así… ¿Hay algo en particular en lo que quieras ayudar? Puedo llenar el informe y ponerte a trabajar en cuanto estés listo.
Me dan ganas de acercarme y poner una mano en su hombro, pero me encuentro con la timidez de quedarme en mi lugar por un extraño respeto — Lo entiendo — me apresuro a acotar — No me puedo imaginar lo que habrá sido el tener ilusiones y luego llegar y… Pero puedo comprender lo que dices — es como revivir lo que ha sucedido en el catorce, el preguntarse quienes seguirían con vida y el ir aceptando, poco a poco, que algunas personas jamás iban a regresar. Que el fuego se los había tragado como una bestia. Ese pensamiento hace que sea más difícil el sonreírle, lo cual se supone que viene como agradecimiento a sus palabras de felicitación — Lo hicimos todos juntos. Yo solo pongo la cara como una excusa — sé muy bien que eso es lo que soy. No soy un líder, no soy un político y, no importa lo que diga mi apellido, no soy realmente un Black. Tengo más de Duane, solo que a veces me cuesta encontrarlo. Los títulos para las cámaras, este distrito se ganó en equipo y lo maneja un equipo. Así es como somos más fuertes, nos tomamos las manos como una familia.
Ante su última duda, solo puedo tomar aire, bufar y hundirme en el asiento. Levanto la mirada hacia la lámpara del techo, demasiado grande para mi gusto — Necesitamos gente de confianza para todo tipo de trabajos. Desde formar parte del consejo a ayudar a Amber con la seguridad, o con toda la producción de alimento. Aquí no es como en el catorce. Hay demasiada gente y, aunque muchos se van, también muchos otros llegan. Y ya no estamos ocultos, lo que es un enorme riesgo. Sabemos que no estaremos tranquilos hasta que la guerra se acabe — para eso hay cientos de planes, el problema es ponerlos en marcha. Bajo la mirada una vez más hacia él, no muy seguro de que se sienta listo para sumarse — ¿No quieres tomarte un tiempo para ti? Sé que tienes mucho que procesar — sugiero — Aún así… ¿Hay algo en particular en lo que quieras ayudar? Puedo llenar el informe y ponerte a trabajar en cuanto estés listo.
Yo sé que el entiende mis sentimientos. Me hace sentir culpable, hasta hace un momento pensaba que era un incomprendido, al fin y al cabo ¿Por qué habrían de entenderme? Es como si no hubiera perdido verdaderamente a mis hermanas hasta que llegué al distrito. Es decir, todavía no sabía cosas que el resto del mundo sí y no había tenido tiempo de procesarlo, al menos no de la forma correcta. Y luego ir caminando por las calles y ver a la gente sonreír, ver a las personas rehacer sus vidas y actuar con tranquilidad, resultaba frustrante. Las veo a veces tristes o nostálgicas pero con una mirada esperanzada. Y yo aquí estoy, siendo un pesimista. Siendo un egoísta sin comprender que los demás también tienen historias y cosas por las que están pasando. Como Ken. Como Bev. Como todos. No es una situación irremediable, quiero creerlo, y sé que terminaré aferrándome a esa idea para no acabar en un charco de depresión donde me sienta cada vez más impotente. Pero en verdad, ¿Tiene solución esto? No creo que podamos encontrar una solución donde no perdamos más gente.
- Podrás ser la excusa, pero igual, lo has hecho bien. Todos lo han hecho bien. - Esta vez puedo sonreirle por completo de forma honesta. No es una sonrisa amplia, pero tampoco invisible. Debió ser duro para todos ellos. - Sé que Echo estaría orgulloso. - No sé qué derecho tengo para mencionar así a su padre, y tampoco quiero ponerme sentimental ni nada por el estilo o hacerlo sentir raro, no sé. Carraspeo un poco aclarándome la garganta. Creo que últimamente soy demasiado susceptible a lo que sucede a mi alrededor. Me siento como un anciano entrometido haciendo ese tipo de comentarios que incomodarían a cualquiera. - Tú solo ignórame. -
La conversación cambia de rumbo acerca de mis opciones, lo cual me hace sentir más relajado. Lo suficiente como para poder recargar mi cabeza en el sillón mientras pienso. ¿Qué es lo que quiero hacer? - Yo... Es extraño, Ken. No quiero rendirme pero no puedo hacer nada y... Lo mejor sería que empiece a integrarme una vez. - Siento que quedándome aquí sería lo mismo decir que me he rendido con ellas, pero, ¿Tengo realmente opciones? No es como que pueda irme a otro lugar así como así. Tomarme un tiempo tampoco es opción, acabaría explotando en ansiedad. - No me siento capaz de quedarme sentado detrás de un escritorio o sin hacer nada. Y no creo que sea buena idea irme. - Sería desconsiderado de mi parte, porque además tengo que pensar en Beverly también. - Podría tal vez, ayudar con la seguridad. - Comento en tono bajo. Era lo mismo que hacía en el 14, lo mismo que hemos hecho toda la vida, sólo que antes salíamos a explorar. - O podría copiarle a Sophia y ponerme de maestro, seguro tengo algo útil que enseñar. - Comento medio en broma intentando relajar el ambiente. Mi paciencia no se presta para ser profe, nunca lo he intentando y no planeo empezar ahora. - ¿Tú qué piensas que va conmigo? -
- Podrás ser la excusa, pero igual, lo has hecho bien. Todos lo han hecho bien. - Esta vez puedo sonreirle por completo de forma honesta. No es una sonrisa amplia, pero tampoco invisible. Debió ser duro para todos ellos. - Sé que Echo estaría orgulloso. - No sé qué derecho tengo para mencionar así a su padre, y tampoco quiero ponerme sentimental ni nada por el estilo o hacerlo sentir raro, no sé. Carraspeo un poco aclarándome la garganta. Creo que últimamente soy demasiado susceptible a lo que sucede a mi alrededor. Me siento como un anciano entrometido haciendo ese tipo de comentarios que incomodarían a cualquiera. - Tú solo ignórame. -
La conversación cambia de rumbo acerca de mis opciones, lo cual me hace sentir más relajado. Lo suficiente como para poder recargar mi cabeza en el sillón mientras pienso. ¿Qué es lo que quiero hacer? - Yo... Es extraño, Ken. No quiero rendirme pero no puedo hacer nada y... Lo mejor sería que empiece a integrarme una vez. - Siento que quedándome aquí sería lo mismo decir que me he rendido con ellas, pero, ¿Tengo realmente opciones? No es como que pueda irme a otro lugar así como así. Tomarme un tiempo tampoco es opción, acabaría explotando en ansiedad. - No me siento capaz de quedarme sentado detrás de un escritorio o sin hacer nada. Y no creo que sea buena idea irme. - Sería desconsiderado de mi parte, porque además tengo que pensar en Beverly también. - Podría tal vez, ayudar con la seguridad. - Comento en tono bajo. Era lo mismo que hacía en el 14, lo mismo que hemos hecho toda la vida, sólo que antes salíamos a explorar. - O podría copiarle a Sophia y ponerme de maestro, seguro tengo algo útil que enseñar. - Comento medio en broma intentando relajar el ambiente. Mi paciencia no se presta para ser profe, nunca lo he intentando y no planeo empezar ahora. - ¿Tú qué piensas que va conmigo? -
Icono :
Puedo tener la intención de que no se me note, pero estoy seguro de que mi expresión ha cambiado en cuanto el nombre de Echo flota en la habitación. No es que he dejado de extrañar a mi padre con el correr del tiempo, pero soy consciente de que cada vez lo mencionamos menos. Se ha vuelto como un recuerdo lejano, a veces hasta me cuesta seguir viéndolo como el hombre que me ha criado cuando puedo hacerme una imagen mental de Orion Black con el conocimiento de que es quien me ha dado la vida. Se me estruja el corazón, de esa manera en la cual sé muy bien que me gustaría saber si es verdad. Si Echo está orgulloso de mí, de alguna manera. Si he cumplido con lo que esperaba de mí o si soy una total decepción. Me hubiera encantado el poder presentarle a Synnove. Me encantaría llorar con él la pérdida de Delilah, porque él me comprendería — No — me apresuro a decir — No voy a ignorarte. Gracias por decirlo. Es… es bueno saber que alguien más se acuerda de ellos y que no son solo un fantasma del pasado — sé que él ha sufrido la muerte de su madre tanto como Ava y Zenda, de seguro comprende lo que pasa por mi mente.
— Es comprensible. No es fácil adaptarse a todo esto — es un consuelo vago, pero espero que sirva. Nuestra vida en el catorce no tenía nada que ver con lo que es estar dentro de Neopanem y sí, puede que él ya tenga experiencia en ser un ciudadano promedio, pero eso sucedió cuando era incluso más joven que yo ahora y debe ser abrumador. No me espero que pida mi opinión, mis ojos se abren de par en par y acabo por apoyarme en los bordes del sofá para acomodar mi postura. Sí, aún me sigue sonando extraño el que los demás me busquen como consejero, cuando con suerte y sé qué ropa ponerme en las mañanas — Si no quieres estar detrás de un escritorio, no te recomiendo la idea de ser profesor… — apunto, aunque está claro que mi voz se siente dudosa — Amber está a cargo de la parte militar del distrito, así que te recomiendo que hables con ella si tienes intenciones de seguir por ese lado. Siempre necesitamos ojos y magos dispuestos a hacer el cambio, manejar guardias, chequear el ingreso y salida de aquellos que vienen en busca de una nueva vida o de visita… Y confiamos en ti, Cale. Eso es de lo más importante — el suspiro que suelto delata un cansancio que alguien de mi edad no debería tener. Acaricio mi frente, acabo por pellizcar el puente de mi nariz y respiro — Últimamente, me cuesta mucho confiar en las personas. Todos creen que soy un niño iluso e idiota y no, no lo soy. Intento creer en los demás, pero es todo tan incierto que me cuesta ver las cosas con claridad. Si te sumas… Amber no estará tan sola. Ava y Ben eran sus compañeros en ello y ya ninguno de los dos está, así que… tú entiendes.
— Es comprensible. No es fácil adaptarse a todo esto — es un consuelo vago, pero espero que sirva. Nuestra vida en el catorce no tenía nada que ver con lo que es estar dentro de Neopanem y sí, puede que él ya tenga experiencia en ser un ciudadano promedio, pero eso sucedió cuando era incluso más joven que yo ahora y debe ser abrumador. No me espero que pida mi opinión, mis ojos se abren de par en par y acabo por apoyarme en los bordes del sofá para acomodar mi postura. Sí, aún me sigue sonando extraño el que los demás me busquen como consejero, cuando con suerte y sé qué ropa ponerme en las mañanas — Si no quieres estar detrás de un escritorio, no te recomiendo la idea de ser profesor… — apunto, aunque está claro que mi voz se siente dudosa — Amber está a cargo de la parte militar del distrito, así que te recomiendo que hables con ella si tienes intenciones de seguir por ese lado. Siempre necesitamos ojos y magos dispuestos a hacer el cambio, manejar guardias, chequear el ingreso y salida de aquellos que vienen en busca de una nueva vida o de visita… Y confiamos en ti, Cale. Eso es de lo más importante — el suspiro que suelto delata un cansancio que alguien de mi edad no debería tener. Acaricio mi frente, acabo por pellizcar el puente de mi nariz y respiro — Últimamente, me cuesta mucho confiar en las personas. Todos creen que soy un niño iluso e idiota y no, no lo soy. Intento creer en los demás, pero es todo tan incierto que me cuesta ver las cosas con claridad. Si te sumas… Amber no estará tan sola. Ava y Ben eran sus compañeros en ello y ya ninguno de los dos está, así que… tú entiendes.
Me siento culpable por ponerle tal peso a un chico de 17 años. Es claro que intenta empatizar conmigo y creo que ni siquiera necesita esforzarse porque sé que me entiende, ha pasado por demasiadas cosas y a pesar de estar chico, bueno, es ya un adulto. - Nunca la hemos tenido fácil, siempre hay algo nuevo a lo que adaptarse. - No pretendo que suene como queja, sino como una observación. Ambos hemos sufrido la pérdida de familiares, y gente querida, hemos perdido nuestros hogares múltiples veces y seguimos en la incertidumbre de lo que pueda pasar. Chasqueo la lengua y asiento con la cabeza cuando menciona lo de ser profesor. Era más una broma, realmente nunca consideraría hacer eso, no tendría la paciencia suficiente para soportar bromas hechas por los alumnos ni nada parecido. Creo que en general siempre he sido un gruñón y por eso se la pasaban molestándome cuando era joven. - Hablaré con Amber entonces. Probablemente me haga bien estar en movimiento, además me sentiría más útil de esa forma. - Y podría vigilar la entrada por si algún día se aparece Zenda... Pero ese pensamiento me lo reservo para mí como algo a lo que aferrarme.
Me le quedo viendo fijamente sin saber bien qué decir. Entiendo y me siento agradecido por el voto de confianza, jamás los traicionaría pues como dijo Jared, somos familia. Pero al mismo tiempo me siento mal por él. Debería estar afuera con sus amigos o con su novia, debería ser capaz de relajarse y tener una vida normal, no cargar con todo esto. - Nunca he creído que eres iluso o idiota. Un niño sí, pero iluso e idiota nunca. E incluso no me atrevería a llamarte niño ya. Ya estás grande. - Le comento sin más mientras miro a la ventana. Entiendo cómo debe sentirse. Es decir, nunca fui la imagen de ningún movimiento o esperaron tanto de mí como lo hacen con él, pero entiendo la frustración de sentir que no das el ancho. - Ayudaré en todo lo que me diga Amber. No soy Ava... o Benedict, pero haré todo lo que pueda. - No sé si eso lo ayude a estar más tranquilo, a mi me revuelve un poco la panza pero siento que al menos estoy siendo más honesto que antes. - Y tal vez esté entrometiéndome, probablemente esté viejo ya, pero creo que si confías en tu intuición y escuchas con cuidado lo que tiene para decir la gente que te rodea harás un buen trabajo. - Suelto un suspiro y me encojo de hombros. - Está bien ser cuidadoso con las personas, más en estos tiempos, pero lo harás bien. -
Me le quedo viendo fijamente sin saber bien qué decir. Entiendo y me siento agradecido por el voto de confianza, jamás los traicionaría pues como dijo Jared, somos familia. Pero al mismo tiempo me siento mal por él. Debería estar afuera con sus amigos o con su novia, debería ser capaz de relajarse y tener una vida normal, no cargar con todo esto. - Nunca he creído que eres iluso o idiota. Un niño sí, pero iluso e idiota nunca. E incluso no me atrevería a llamarte niño ya. Ya estás grande. - Le comento sin más mientras miro a la ventana. Entiendo cómo debe sentirse. Es decir, nunca fui la imagen de ningún movimiento o esperaron tanto de mí como lo hacen con él, pero entiendo la frustración de sentir que no das el ancho. - Ayudaré en todo lo que me diga Amber. No soy Ava... o Benedict, pero haré todo lo que pueda. - No sé si eso lo ayude a estar más tranquilo, a mi me revuelve un poco la panza pero siento que al menos estoy siendo más honesto que antes. - Y tal vez esté entrometiéndome, probablemente esté viejo ya, pero creo que si confías en tu intuición y escuchas con cuidado lo que tiene para decir la gente que te rodea harás un buen trabajo. - Suelto un suspiro y me encojo de hombros. - Está bien ser cuidadoso con las personas, más en estos tiempos, pero lo harás bien. -
Icono :
He tenido muchos votos de confianza desde que esto ha comenzado, pero creo que ninguno sonó tan honesto como el de Cale. Debe ser porque él mismo admite el haberme visto como un crío hace un tiempo, lo cual señala cierto cambio que puedo percibir como sincero, pero jamás he creído mucho cuando las personas me pintan de una manera en la cual yo no me reconozco. Le sonrío a modo de agradecimiento, pero antes de que siga hablando necesito hacerle una aclaración — No necesito que seas Ava o Ben. Ellos tienen lo suyo, tal y como tú tienes lo tuyo. No recuerdo que fueses una persona inútil en el catorce — como hijo mayor de nuestra líder, Cale siempre estuvo dentro del juego. Pensar en Arleth es una de esas cosas que se me hacen extrañas por culpa del paso del tiempo, pero el principal motivo de mi incomodidad siempre está ligado a cómo fueron sus últimos minutos de vida. Recuerdo el ponerme de pie frente a Jamie Niniadis, las quejas de Arleth y todo lo que le llevó a recibir ese último golpe. Fui un niño estúpido e inmaduro, que buscaba demostrar algo que no era y que, de todos modos, consiguió que todo saliera mal. No puedo saber qué hubiera pasado si las cosas hubieran sido diferentes, pero… es imposible ir hacia atrás y averiguarlo.
— ¿De dónde sacaste que estás viejo? — intento reírme de ello, que los magos tenemos un buen número de años para vivir, si todo sale bien. No recuerdo que Cale fuese una persona anciana, pero supongo que es verdad que el estrés le ha quitado las ganas de vivir de encima. Nunca fue el alma de la fiesta, pero creo que se encuentra más apagado de lo que tengo en mi memoria — Gracias… — es lo que me sale contestar — A veces creo… Bueno, es que es difícil el comprender cómo es que funcionan ciertas cosas, pero es que… Todavía me cuesta encontrarme dentro de todo esto. Supongo que nos pasa a todos. Ha sido un cambio inmenso, ya sabes. No tiene nada que ver con lo que siempre hemos conocido — ni siquiera es normal para personas como Hero, Sage o Jim, que siempre vivieron dentro del país pero en circunstancias muy diferentes — Pero confío en que podremos hacer esto. A diferencia de nuestros enemigos, nosotros peleamos por un derecho, no por un capricho. Creo que esa ha sido la lección más valiosa de todas — porque no puedes montar una revolución si no hay motivos por los cuales hacer un reclamo y, mientras ellos se acomodan en sus sillas de oro, nosotros reclamamos algo tan simple como la libertad. Hay una corazonada que me dice que tenemos un camino a seguir, de esos que pueden perderse, pero mientras sigamos juntos, no veo por qué debería fallar.
— ¿De dónde sacaste que estás viejo? — intento reírme de ello, que los magos tenemos un buen número de años para vivir, si todo sale bien. No recuerdo que Cale fuese una persona anciana, pero supongo que es verdad que el estrés le ha quitado las ganas de vivir de encima. Nunca fue el alma de la fiesta, pero creo que se encuentra más apagado de lo que tengo en mi memoria — Gracias… — es lo que me sale contestar — A veces creo… Bueno, es que es difícil el comprender cómo es que funcionan ciertas cosas, pero es que… Todavía me cuesta encontrarme dentro de todo esto. Supongo que nos pasa a todos. Ha sido un cambio inmenso, ya sabes. No tiene nada que ver con lo que siempre hemos conocido — ni siquiera es normal para personas como Hero, Sage o Jim, que siempre vivieron dentro del país pero en circunstancias muy diferentes — Pero confío en que podremos hacer esto. A diferencia de nuestros enemigos, nosotros peleamos por un derecho, no por un capricho. Creo que esa ha sido la lección más valiosa de todas — porque no puedes montar una revolución si no hay motivos por los cuales hacer un reclamo y, mientras ellos se acomodan en sus sillas de oro, nosotros reclamamos algo tan simple como la libertad. Hay una corazonada que me dice que tenemos un camino a seguir, de esos que pueden perderse, pero mientras sigamos juntos, no veo por qué debería fallar.
El comentario de Kendrick hace bastante eco dentro de mis pensamientos. No he sido inútil, eh. De algún modo resulta reconfortante, no lo suficiente para quitarme la frustración y ansiedad de encima, pero sí para que pueda olvidarme de ellas por un momento. Quiero darle las gracias o decir algo genial pero las palabras no me salen, y es que en verdad no sé qué podría decir sin sonar como un sentimental de lo peor. Así que me limito a reír con la pregunta sobre mi supuesta vejez. - No lo sé, probablemente Bev lo mencionó y ahora se me ha quedado grabado en la cabeza. - Aunque no es mentira que últimamente me siento como un anciano, todos crecieron en mi ausencia y resulta un poco bizarro. Además de la sensación de irrelevancia que siento a ratos, mezclada con las dudas de qué rayos hacer con mi vida. Pero Kendrick tiene razón, no soy un anciano aún, además, no me gustaría pensar que ya estoy viejo, definitivamente aún me queda mucho que dar.
- Todo va a estar bien. - No puedo prometer eso, ni siquiera sabemos lo que pasará mañana, pero es lo único que me sale. - No puedo decir mucho al respecto porque apenas llegué y no he terminado de adaptarme, ni siquiera sé del todo qué haré, pero hasta ahora todo va en orden, ¿No? Seguramente podremos continuar así y dentro de nada la gente comenzará a cambiar de opinión acerca de este distrito. - Creo que es un poco idealista de mi parte, al final hay todo tipo de personas, pero si los magos lograron hace tiempo abrirse paso en el gobierno, sé que nosotros podríamos lograr algo similar y vivir en paz.
Suelto un suspiro y me levanto del sillón con mi vaso en mano. Enseguida se lo llevan y quedamos de nuevo Ken y yo. - Será mejor que me vaya, seguro tienes cosas que hacer y yo no he terminado de instalarme aún. - Que tengo un lugar bastante bien para mí pero eso no significa que me haya tomado la molestia de acomodarme del todo. Es decir, no tengo prácticamente nada, pero igual hay cosas que hacer. Creo. Me despido de Ken con la mano y agradezco antes de marcharme por la puerta. Me siento mucho menos abrumado que cuando llegué, pero aún tengo demasiadas dudas existenciales que contestar. Espero poder encontrar este distrito como un buen hogar.
- Todo va a estar bien. - No puedo prometer eso, ni siquiera sabemos lo que pasará mañana, pero es lo único que me sale. - No puedo decir mucho al respecto porque apenas llegué y no he terminado de adaptarme, ni siquiera sé del todo qué haré, pero hasta ahora todo va en orden, ¿No? Seguramente podremos continuar así y dentro de nada la gente comenzará a cambiar de opinión acerca de este distrito. - Creo que es un poco idealista de mi parte, al final hay todo tipo de personas, pero si los magos lograron hace tiempo abrirse paso en el gobierno, sé que nosotros podríamos lograr algo similar y vivir en paz.
Suelto un suspiro y me levanto del sillón con mi vaso en mano. Enseguida se lo llevan y quedamos de nuevo Ken y yo. - Será mejor que me vaya, seguro tienes cosas que hacer y yo no he terminado de instalarme aún. - Que tengo un lugar bastante bien para mí pero eso no significa que me haya tomado la molestia de acomodarme del todo. Es decir, no tengo prácticamente nada, pero igual hay cosas que hacer. Creo. Me despido de Ken con la mano y agradezco antes de marcharme por la puerta. Me siento mucho menos abrumado que cuando llegué, pero aún tengo demasiadas dudas existenciales que contestar. Espero poder encontrar este distrito como un buen hogar.
Icono :
2 participantes
No puedes responder a temas en este foro.
|
|