Cierro la puerta de la oficina con el ceño fruncido al ver a un tipo que parece más leprechaun que hombre sentado en el escritorio escribiendo quién sabe qué. Sin embargo, solo tengo que dar unos pasos por el pasillo para darme cuenta de que no me equivoqué de oficina, sino que hay alguien invadiendo mi templo de trabajo sin pudor alguno. Rápidamente vuelvo sobre mis pasos y abro la puerta de par en par de la forma más dramática que puedo - No - digo simplemente cerrando la puerta detrás de mí pero el hombre no reacciona, solo sigue llenando formularios mientras los lentes se van deslizando lentamente hasta la punta de su nariz y se ve obligado a acomodarlos en su lugar.

-Dijeron que no te gustaría - dice el duende con media sonrisa sin siquiera molestarse en mirarme - Eres Viktor ¿Cierto?- pregunta a lo que no respondo. Solo camino en dirección opuesta para apoyarme en el borde de mi escritorio ¿Encima ésto? ¿Uno frente a otro? ¿Hay manera más incómoda de trabajar con alguien? - Sí, soy Viktor y ésta es mi oficina ¿Quién demonios eres tú?-  pregunto sin molestarme en fingir modales. Nunca lo he visto en los pasillos, mucho menos en la corte así que dudo que haya sido uno de los nuestros hasta ahora.

-Kevin, era abogado en el distrito 9 pero... Tuve que mudarme, ya sabes- responde dejando por fin los papeles a un lado. Así que abogado, lo que me faltaba ¿A los demás jueces también les pusieron un abogado mascota al lado? - ¿Quiénes dijeron que no iba a gustarme? Que por cierto... No lo hace. Este es mi lugar de trabajo, aquí tengo mis cosas - y es dónde paso la mayor parte del tiempo durmiendo mientras finjo que trabajo ¡No pueden quitarme eso!

-Escucha, Viktor... Era de esperar que comenzaríamos con el pie izquierdo. Esta es tu oficina, no quieres compartirla con nadie pero... Hay recorte de presupuesto y de verdad no creo que vaya a ser una gran molestia, ni siquiera hablo demasiado- comenta encogiéndose de hombros y saliendo de su silla para acercarse a mí -Además, éste es un ascenso para mí así que te agradecería si no te pones en el centro de todo ésto ¿De acuerdo? No me lo arruines.

Abro la boca para responder pero... No se me ocurre nada. Solo alzo las cejas, largo un bufido. Así que ni siquiera podré tenerlo de aquí para allá trayéndome el café pues al parecer somos pares. Camino alrededor de él observándolo de arriba a abajo, lo cual parece irritarlo pues la expresión que hace dos segundos pasó por mi rostro ahora pasa por la suya - ¿Eres mitad leprechaun? - pregunto cuando vuelvo a estar cara a cara y vuelve a poner los ojos en blanco.

-Muy maduro, Viktor- responde y vuelve de inmediato a sentarse en su mesa de trabajo.