OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Febrero
Despedida, otra vez. Levanto mis palmas en resignación, que así sea, espero a que el hombre se voltee para ir a la casa, entonces puedo girar una de mis manos y enseñarle el dedo del medio a su espalda. Ni que fuera la única granja que está buscando empleados en este distrito, bien, al parecer las otras fueron tomando gente que llegó con esa migración que hubo al saberse que el distrito nuevo era un distrito más libre en derechos y puesto que esa gente sí cumplió con sus tareas, tienen sus trabajos asegurados. Básicamente, sí era una de las pocas granjas que buscaba gente y tampoco tengo buenas referencias para que me acepten en otras, al parecer tengo cierta tendencia a hacerme la sorda cuando me dan órdenes y a poner excusas para aligerar mi carga de trabajo. Hombre, solo no quiero que me exploten, es un distrito libre, no voy a negrear.
Eso me deja pocas posibilidades, en parte me veo obligada a darme otra vuelta por los locales del centro del distrito y hago una mueca de solo imaginarlo, no me irá bien en nada que tenga que ver con atención al cliente, tiendo más a ser la chica que se queda en el fondo, así que dejaré restaurantes y cafeterías como mi última opción, a la que me arrastraré si llego a caer tan bajo. Porque algo tengo que hacer, fueron un par de meses de “adaptación” y creo que Chloe decorando las paredes de su habitación se ve tres veces más cómoda que yo en este distrito que abunda en cosas buenas, lo que no se explica por qué mi humor sigue siendo bastante sombrío y mejor no hablemos de mis habilidades de sociabilización. Únicas, de eso no hay duda.
Sigo el camino de la luz que va a salvarme cuando llego a la puerta de la casa de quien me han dicho que será el encargado de la escuela en este distrito, sí, esa que han dicho que también incorporará estudiantes muggles, lo que poco tiene que ver conmigo porque hace mucho pasé la edad de la escolaridad obligatoria y los Overstrand me educaron lo suficiente como para que no me comparte como una niña que creció entre lobos. Pero las posibilidades nulas me llevan a buscar la educación, así que nada más se abre la puerta, le muestro mi mejor cara al hombre que está detrás, al que por cierto ya le eché un ojo y algunas cosas sé, así como conozco a un par en este distrito. —Hola, vine para postularme al puesto de ayudante que me dijeron que anda buscando— una mentira, pero no pierdo nada con intentarlo.
Hace tanto que no agarraba una pluma que mi letra es apenas legible luego de diez renglones. De verdad tengo que mejorar éstos pequeños detalles antes de que llegue septiembre sino creerán que soy un sanador y no un profesor. En realidad ni siquiera sé si podré dar clases, organizar todo me está llevando más tiempo del esperado y cuando el ciclo escolar comience dudo que la carga se aligere. De momento estoy evaluando los resultados del censo improvisado que me darán una idea de la mejor forma de organizar los cursos... Tenemos magos por un lado y muggles por el otro, pero en proporciones y edades distintas, también hay que considerar que los muggles no han recibido la educación básica que los magos así que no podemos aplicar un modelo sencillo por edades. Pero voy a resolverlo, aún hay tiempo de sobra para eso.
La computadora está abierta a mi lado y la observo en silencio por un momento. Es la primera vez en años que tengo una nueva, sin remendar y con una pantalla que no titila... De hecho puedo tener abiertas varias pestañas a la vez, lo cual es un alivio considerando la cantidad de cosas que debo buscar sobre el programa educacional mágico. Ya me gustaría poder llamar a Eloise Leblanc para pedirle algunos consejos, pero eso no va a pasar.
Frunzo el ceño cuando alguien golpea la puerta y me levando tranquilamente para ir a ver de quién se trata. No llego a decir "Hola" que la joven ya lanza una propuesta a la que solo sonrío y asiento - ¿Acaso todo el distrito sabe dónde vivo? - pregunto retóricamente antes de hacer pasar a la chica. No tengo idea de qué demonios está hablando, pero no puedo pincharle el globo a alguien que parece estar buscando un trabajo... Al menos no sin divertirme un poco primero.
-Los demás postulantes fueron un fracaso ¿Puedes creer que ninguno de ellos sabía usar planillas de cálculos y texto? De verdad... Las habilidades tecnológicas en educación no solo se limitan a encender y apagar un proyector - parloteo mientras camino hacia la mesa que está repleta de papeles. Señalo la silla frente a mí para que tome asiento y luego entrelazo mis dedos sobre los papeles desparramados - De acuerdo... Dime cómo te llamas y por qué debería seguir fingiendo que sí pedí un asistente.
La computadora está abierta a mi lado y la observo en silencio por un momento. Es la primera vez en años que tengo una nueva, sin remendar y con una pantalla que no titila... De hecho puedo tener abiertas varias pestañas a la vez, lo cual es un alivio considerando la cantidad de cosas que debo buscar sobre el programa educacional mágico. Ya me gustaría poder llamar a Eloise Leblanc para pedirle algunos consejos, pero eso no va a pasar.
Frunzo el ceño cuando alguien golpea la puerta y me levando tranquilamente para ir a ver de quién se trata. No llego a decir "Hola" que la joven ya lanza una propuesta a la que solo sonrío y asiento - ¿Acaso todo el distrito sabe dónde vivo? - pregunto retóricamente antes de hacer pasar a la chica. No tengo idea de qué demonios está hablando, pero no puedo pincharle el globo a alguien que parece estar buscando un trabajo... Al menos no sin divertirme un poco primero.
-Los demás postulantes fueron un fracaso ¿Puedes creer que ninguno de ellos sabía usar planillas de cálculos y texto? De verdad... Las habilidades tecnológicas en educación no solo se limitan a encender y apagar un proyector - parloteo mientras camino hacia la mesa que está repleta de papeles. Señalo la silla frente a mí para que tome asiento y luego entrelazo mis dedos sobre los papeles desparramados - De acuerdo... Dime cómo te llamas y por qué debería seguir fingiendo que sí pedí un asistente.
—¿Es un secreto dónde vive?— pregunto en respuesta a su pregunta, muerdo la sonrisa que llena mi boca al continuar: —¿Quién es usted? ¿Patman?—. Es por esto que no me va bien con los trabajos que consigo, debería saber de antemano que no está bien hacer una broma nada más presentarme ante quien espero que acepte contratarme, aunque no esté buscando contratar a nadie. Coloco un pie, así como todo mi cuerpo, dentro de su casa antes de que simplemente cierre la puerta en mi nariz como se suele hacer con la gente extraña que viene a contar mentiras en el portal. Muevo mi cabeza para abarcar con la mirada todo lo que está expuesto, desde las paredes, hasta el techo y lo que parece ser la sala, hacia donde me encamino porque cuanto más distancia ponga de la puerta, más difícil le será luego arrastrarme y echarme fuera.
¿Qué otros postulantes? Un momento, ¿dije una verdad sin saber que lo era? Esta es mi suerte que va cambiando, de pronto me sonríe. —¡Novatos! ¿Cómo pueden no saber lo básico?— resoplo para unirme a sus quejas, lo que él menciona como proyector, asumo que es de esos aparatos de los cines, encontré uno alguna vez en el mercado con Pete y solíamos proyectar videos bizarros, hasta que alguien nos lo robó. Cosas que pasan en el distrito norte, lo volvimos a encontrar dos días después a la venta en el mismo mercado. Con las hojas de cálculo estoy muerta, espero que me deje armarlo en papel simple, se lo puedo sugerir ahora que nos ponemos en plan de ser honestos y me pregunta sin vueltas por qué estoy aquí. —¿No la necesita? ¿Está tratando de cambiar todo el sistema educativo de un distrito y no tiene una ayudante?— pregunto, casi como si lo estuviera juzgando a él, así le hago ver su falta y me considera. —Soy Agatha Overstrand, vivo aquí cerca…— al otro lado del distrito, —y la verdad es que acaban de despedirme de mi último trabajo, así que decidí volver a las bases. La educación te da un rumbo en la vida, me han dicho, así que he venido a eso— me planto con firmeza y las manos en los bolsillos traseros de mi vaquero. —Y no es que quiera ponerme en plan chantajista, pero también sé que está soltero así que seguro debe cocinarse a sí mismo, no tiene magia así que debe lavar su ropa por su cuenta, y tiene un perro al que debe sacar a pasear, no lo sé, se me hace mucho trabajo para un solo hombre, solo le estoy señalando la conveniencia de tener alguien que lo ayude.
¿Qué otros postulantes? Un momento, ¿dije una verdad sin saber que lo era? Esta es mi suerte que va cambiando, de pronto me sonríe. —¡Novatos! ¿Cómo pueden no saber lo básico?— resoplo para unirme a sus quejas, lo que él menciona como proyector, asumo que es de esos aparatos de los cines, encontré uno alguna vez en el mercado con Pete y solíamos proyectar videos bizarros, hasta que alguien nos lo robó. Cosas que pasan en el distrito norte, lo volvimos a encontrar dos días después a la venta en el mismo mercado. Con las hojas de cálculo estoy muerta, espero que me deje armarlo en papel simple, se lo puedo sugerir ahora que nos ponemos en plan de ser honestos y me pregunta sin vueltas por qué estoy aquí. —¿No la necesita? ¿Está tratando de cambiar todo el sistema educativo de un distrito y no tiene una ayudante?— pregunto, casi como si lo estuviera juzgando a él, así le hago ver su falta y me considera. —Soy Agatha Overstrand, vivo aquí cerca…— al otro lado del distrito, —y la verdad es que acaban de despedirme de mi último trabajo, así que decidí volver a las bases. La educación te da un rumbo en la vida, me han dicho, así que he venido a eso— me planto con firmeza y las manos en los bolsillos traseros de mi vaquero. —Y no es que quiera ponerme en plan chantajista, pero también sé que está soltero así que seguro debe cocinarse a sí mismo, no tiene magia así que debe lavar su ropa por su cuenta, y tiene un perro al que debe sacar a pasear, no lo sé, se me hace mucho trabajo para un solo hombre, solo le estoy señalando la conveniencia de tener alguien que lo ayude.
Abro la boca para contestar pero termino cerrándola porque la verdad es que no, no es un secreto, pero me gustaría tener un poco de privacidad ¿Cómo va a ser cuando comiencen las clases? Ya puedo ver a los padres enojados haciendo fila frente a mi puerta con el puño en alto por haber reprobado a alguien - ¿Debería poner seguridad? - me pregunto en voz alta con una mueca por lo descabellado que suena en voz alta. Al menos un sistema de alarma que me avise cuando alguien viene con intenciones hostiles - O tal vez debería averiguar si los fidelio funcionan con no magos - sigo pensando en voz alta mientras la muchacha se adueña de la casa. Por empezar debería dejar de invitar a cuan desconocido se presenta.
No sé cómo se las ingenia para tomar la riendas en la conversación siendo que la arrancó con una mentira descubierta pero lo hace, así que solo pego mi espalda contra el respaldo de la silla y alzo las palmas de mis manos en su dirección para que se calme - Tengo personas que me dan consejos, de momento eso es suficiente - intento defenderme mirándola de lado ¿Por qué me siento ofendido por alguien que no tiene ni voz ni voto en el asunto? - Un placer, Agatha, soy el profesor Moon - intento presentarme serio pero se me termina escapando una sonrisa al escucharme decir lo último... ¿A quién quiero engañar? Suena fantástico.
Escucho lo que dice y para el final tengo los ojos tan abiertos que temo que mis cejas se hayan unido con la entrada de mi cabello ¿Que cómo sabe que tengo un perro? Si Scott lleva poco conmigo ¿O lo ha visto dando vueltas por afuera? - Así que lo que sugieres es que consiga una esposa, interesante - bromeo con ella para quitar un poco de presión por el resumen bastante concreto de lo que es mi vida éstos días - De acuerdo, de acuerdo... Puedo intentar ayudarte ¿Sí? Pero primero debes decirme por qué te despidieron de tu último empleo, así buscamos algo que sea completamente distinto y sí te guste ¿Ok? Y ya no analices mi vida, da miedo.
No sé cómo se las ingenia para tomar la riendas en la conversación siendo que la arrancó con una mentira descubierta pero lo hace, así que solo pego mi espalda contra el respaldo de la silla y alzo las palmas de mis manos en su dirección para que se calme - Tengo personas que me dan consejos, de momento eso es suficiente - intento defenderme mirándola de lado ¿Por qué me siento ofendido por alguien que no tiene ni voz ni voto en el asunto? - Un placer, Agatha, soy el profesor Moon - intento presentarme serio pero se me termina escapando una sonrisa al escucharme decir lo último... ¿A quién quiero engañar? Suena fantástico.
Escucho lo que dice y para el final tengo los ojos tan abiertos que temo que mis cejas se hayan unido con la entrada de mi cabello ¿Que cómo sabe que tengo un perro? Si Scott lleva poco conmigo ¿O lo ha visto dando vueltas por afuera? - Así que lo que sugieres es que consiga una esposa, interesante - bromeo con ella para quitar un poco de presión por el resumen bastante concreto de lo que es mi vida éstos días - De acuerdo, de acuerdo... Puedo intentar ayudarte ¿Sí? Pero primero debes decirme por qué te despidieron de tu último empleo, así buscamos algo que sea completamente distinto y sí te guste ¿Ok? Y ya no analices mi vida, da miedo.
Los consejos no recogen papeles tirados por la casa, ni escriben al dictado, empezaré a creer que el profesor de este distrito pretende cargar solo sobre sus hombros una escuela que reunirá a más de cinco chicos. No estaba dimensionándolo como lo hago yo, ¿o acaso volveremos a esas prácticas de antes en las que todos se sientan en ronda? Mamá solía hacer algo así con los gemelos y conmigo, ¡pero éramos tres! Ruedo los ojos y al cambiar la dirección de mi mirada busco las bibliotecas repletas de libros que espero poder encontrar en la casa de un profesor, una muy buena razón para pedir trabajo a alguien así. Si me aburro, puedo perder el tiempo leyendo, en vez de estar sacándole pulgar a un perro de granja. —Si, ya lo sé— asiento con mi barbilla cuando cumple con la formalidad de presentarse a sí mismo.
Mis cejas se alzan tanto que se pierden entre los rizos que caen sobre mi frente. —Yo no sugerí eso, es muy machista de su parte asumir que esa lista de tareas se ajusten a una esposa. Es trabajo, lo puede realizar tanto una mujer como un hombre si vamos al caso… sin la necesidad de, iugh, matrimonio— aclaro con la mano en alto, la cual bajo lentamente y le lanzo un vistazo. —Además, sé que está o estuvo casado…— dejo caer, así que no es esposa lo que le falta, porque ya la tuvo. —También sé escribir y leer, detesto las matemáticas para me las apaño, y puedo contarle algunas historias morbosas que no hablan en los manuales oficiales, la parte entretenida de la historia— amplio mi oferta de habilidades para convencerlo, si bien claudica fácil y casi que puedo decir que este trabajo es mío. —Me disperso con las tareas de campo, supongo. Camino lento cuando me dicen que corra, me aburro, me tomo mi tiempo para hacer cosas simples, es que… no me entretenía. Y no analizo su vida,— bueno, sí, —lo que pasa es que soy observadora, cuando me aburro presto atención a todo lo que pasa a mi alrededor.
Mis cejas se alzan tanto que se pierden entre los rizos que caen sobre mi frente. —Yo no sugerí eso, es muy machista de su parte asumir que esa lista de tareas se ajusten a una esposa. Es trabajo, lo puede realizar tanto una mujer como un hombre si vamos al caso… sin la necesidad de, iugh, matrimonio— aclaro con la mano en alto, la cual bajo lentamente y le lanzo un vistazo. —Además, sé que está o estuvo casado…— dejo caer, así que no es esposa lo que le falta, porque ya la tuvo. —También sé escribir y leer, detesto las matemáticas para me las apaño, y puedo contarle algunas historias morbosas que no hablan en los manuales oficiales, la parte entretenida de la historia— amplio mi oferta de habilidades para convencerlo, si bien claudica fácil y casi que puedo decir que este trabajo es mío. —Me disperso con las tareas de campo, supongo. Camino lento cuando me dicen que corra, me aburro, me tomo mi tiempo para hacer cosas simples, es que… no me entretenía. Y no analizo su vida,— bueno, sí, —lo que pasa es que soy observadora, cuando me aburro presto atención a todo lo que pasa a mi alrededor.
Suspiro, pongo los ojos de blanco y hago todos los gestos que mi cuerpo me permite para demostrar la irritabilidad ¡Eso no es lo que quería decir! Creí que hace años habíamos superado todo eso de la desigualdad ¿Cuándo va a llegar el momento de volver a hacer chistes al respecto sin que nadie se sienta ofendido? - ¡O un esposo! ¡Lo que sea! - intento interrumpirla pero se nota que cuando esta joven ha comenzado un argumento, es difícil impedir que llegue al final. Así que solo aguardo hasta que palabras que son realmente ofensivas para mí salen de sus labios, así que ahí levanto un dedo y la obligo a escuchar - No te formes ideas sobre cosas que no sabes, porque lo único que logras es quedar como una idiota insensible - y esa es una excelente forma de comenzar una relación de empleador-empleada.
En un punto de la conversación siento que deja de intentar de conseguir el inexistente puesto así que me confunde, quizás solo está siendo honesta
o ¿busca marcar un punto de por qué no pertenece al campo? Ya no lo sé - Sabes que aquí también tendrías que hacer tareas sencillas ¿Cierto? De hecho, probablemente eso sería todo lo que hagas - porque ni de chiste dejaría tareas importantes o información en manos de una joven inexperta de la que no tengo referencia alguna.
-Así que... En resumen... Sabes leer, escribir y eres una metiche - recopilo dándome cuenta de que todo el resto de la cháchara no ha sido más que eso, palabras sin importancia - No puedo tomarte como mi secretaria, Agatha - soy honesto también - Y soy muy capaz de cocinar y mantener mi casa limpia, así que tampoco te preocupes por eso - que no quiero que ande por ahí sugiriendo que busco alguien con quien acostarme y que de paso limpie las cosas - Pero ¿Qué tal esto? Aquí hay un montón de niños que tendrán que ir a la escuela, muchos nunca lo han hecho y... No los conozco a todos... ¿Crees que podrías reunir información de forma no oficial? ¿Contarme sus dramas? - una especie de espía, o asistente social sin título - De esa forma, llegado el momento, me será más sencillo convencerlos de que estudiar es una gran idea.
En un punto de la conversación siento que deja de intentar de conseguir el inexistente puesto así que me confunde, quizás solo está siendo honesta
o ¿busca marcar un punto de por qué no pertenece al campo? Ya no lo sé - Sabes que aquí también tendrías que hacer tareas sencillas ¿Cierto? De hecho, probablemente eso sería todo lo que hagas - porque ni de chiste dejaría tareas importantes o información en manos de una joven inexperta de la que no tengo referencia alguna.
-Así que... En resumen... Sabes leer, escribir y eres una metiche - recopilo dándome cuenta de que todo el resto de la cháchara no ha sido más que eso, palabras sin importancia - No puedo tomarte como mi secretaria, Agatha - soy honesto también - Y soy muy capaz de cocinar y mantener mi casa limpia, así que tampoco te preocupes por eso - que no quiero que ande por ahí sugiriendo que busco alguien con quien acostarme y que de paso limpie las cosas - Pero ¿Qué tal esto? Aquí hay un montón de niños que tendrán que ir a la escuela, muchos nunca lo han hecho y... No los conozco a todos... ¿Crees que podrías reunir información de forma no oficial? ¿Contarme sus dramas? - una especie de espía, o asistente social sin título - De esa forma, llegado el momento, me será más sencillo convencerlos de que estudiar es una gran idea.
Así que he tocado algún punto sensible en el profesor Moon o solo he colmado su paciencia al cabo de unos pocos minutos, no hago más que guardar silencio cuando me define en dos palabras y dejo que me brinde su negativa a este puesto, a lo que asiento con la barbilla porque expuestas todas mis motivaciones para presentarme a su casa, si quiere sacarme a patadas, está en su derecho y la puerta tampoco ha quedado demasiado lejos como para ir hacia esta en unos pocos pasos. —Se podrá decir que lo intenté— murmuro más para mí que para él al encogerme de hombros, ni tanto, luego meditaré sobre por qué esta es la bienvenida que recibo de todos lados y cómo mi propia actitud tiene mucho que ver con que esto no cambie.
Entrecierro mis ojos al tratar de estudiar lo que me propone en vez de ser una simple secretaria que le ordena los libros de los estantes, me lo pienso unos momentos con mi mano frotando la línea de mi mandíbula. —Hecho— digo finalmente, tampoco lo he pensado demasiado. —Si me lo pidiera cualquier otra persona me negaría, pero es el maestro del distrito así que puedo hacer ese trabajo— no se sale de mis hábitos cotidianos, así que no me supondrá un problema, lo malo es que no cuenta como trabajo legal, si le cobrara por esto me sentiría en falta, así que tocará ir a los comercios del centro a ver si quedan vacantes. —No hace falta que me entregue ninguna lista, daré vueltas por los barrios y tratare de acercarle la información que consiga. ¿Cuándo comenzará a funcionar la escuela? Así trato de que tenga una idea de cada alumnos antes de esa fecha y… una consulta, hay humanos que ya pasamos la edad de escolaridad y no quiero tener a niños de once años como compañeros, ¿también se nos tendrá en cuenta?— y hablo de humanos porque fuimos los expulsados de privilegios como este. —La verdad es que como secretaria esperaba poder aprender sin tener que ir estrictamente a clases, pero es un hecho que no podrá ser— meneo la cabeza, —descuide, sé que es cosa mía, soy a la que despidieron de varios sitios.
Entrecierro mis ojos al tratar de estudiar lo que me propone en vez de ser una simple secretaria que le ordena los libros de los estantes, me lo pienso unos momentos con mi mano frotando la línea de mi mandíbula. —Hecho— digo finalmente, tampoco lo he pensado demasiado. —Si me lo pidiera cualquier otra persona me negaría, pero es el maestro del distrito así que puedo hacer ese trabajo— no se sale de mis hábitos cotidianos, así que no me supondrá un problema, lo malo es que no cuenta como trabajo legal, si le cobrara por esto me sentiría en falta, así que tocará ir a los comercios del centro a ver si quedan vacantes. —No hace falta que me entregue ninguna lista, daré vueltas por los barrios y tratare de acercarle la información que consiga. ¿Cuándo comenzará a funcionar la escuela? Así trato de que tenga una idea de cada alumnos antes de esa fecha y… una consulta, hay humanos que ya pasamos la edad de escolaridad y no quiero tener a niños de once años como compañeros, ¿también se nos tendrá en cuenta?— y hablo de humanos porque fuimos los expulsados de privilegios como este. —La verdad es que como secretaria esperaba poder aprender sin tener que ir estrictamente a clases, pero es un hecho que no podrá ser— meneo la cabeza, —descuide, sé que es cosa mía, soy a la que despidieron de varios sitios.
La rapidez con la que acepta me sorprende un poco y me hace evaluar que en el futuro pueda darle algún tipo de capacitación para que haga de ese entusiasmo algo más productivo o oficial que un simple trabajo de espía... Que en realidad no es nada sencillo - No es un trabajo del no puedas sentir orgullo ¿Lo sabes? Conectar con los niños a un nivel extra oficial es importante, las personas incluso estudian para hacerlo - quizás estoy siendo ingenuo al pensar que podría interesarse en esa parte pero, en sus palabras, tengo que intentarlo ¿No? - No todos los espías andan con mallas pegadas al cuerpo y armas escondidas en las cavidades.
Acomodo algunos papeles en el escritorio mientras escucho sus preguntas y me rasco la cabeza organizando las fechas en mi cabeza - En junio comenzarán algunos cursos nivelatorios para aquellos que nunca han ido a la escuela y en septiembre el ciclo escolar normal - o al menos lo tan normal que podamos hacerlo con un rejunte de alumnos de distintas realidades - Y no te preocupes... Estamos diseñando el sistema para que cada alumno pueda estudiar en un ambiente en el que se sienta cómodo - le aseguro acercándome un poco a ella para darle unas palmadas en la espalda - Pero si te sirve de consuelo, aquí al lado hay una joven de tu misma edad que también tiene que empezar de cero, quizás puedan armar un grupo de estudio para los cursos y avanzar más rápido - le propongo encogiéndome de hombros. Además, Sammy me ha dicho que quiere un millón de amigos así que ayudo cada vez que puedo.
-¿Qué te parece un nuevo trato? - pregunto cuando revela sus verdaderas intenciones - No serás mi secretaria, pero estudiarás aquí conmigo para sacar mejor provecho a tus habilidades natas de metiche... Solo necesito que sepas leer y escribir para eso.
Acomodo algunos papeles en el escritorio mientras escucho sus preguntas y me rasco la cabeza organizando las fechas en mi cabeza - En junio comenzarán algunos cursos nivelatorios para aquellos que nunca han ido a la escuela y en septiembre el ciclo escolar normal - o al menos lo tan normal que podamos hacerlo con un rejunte de alumnos de distintas realidades - Y no te preocupes... Estamos diseñando el sistema para que cada alumno pueda estudiar en un ambiente en el que se sienta cómodo - le aseguro acercándome un poco a ella para darle unas palmadas en la espalda - Pero si te sirve de consuelo, aquí al lado hay una joven de tu misma edad que también tiene que empezar de cero, quizás puedan armar un grupo de estudio para los cursos y avanzar más rápido - le propongo encogiéndome de hombros. Además, Sammy me ha dicho que quiere un millón de amigos así que ayudo cada vez que puedo.
-¿Qué te parece un nuevo trato? - pregunto cuando revela sus verdaderas intenciones - No serás mi secretaria, pero estudiarás aquí conmigo para sacar mejor provecho a tus habilidades natas de metiche... Solo necesito que sepas leer y escribir para eso.
Algo en lo que dice me hace mirarlo muy fijamente. No había pensado en espías con mallas y armas, es cuando lo dice que lo pienso y trato de verme a mí misma en algo así. —¿Es posible que ahora que lo ha dicho sea lo que realmente me gustaría hacer?— consulto en voz baja, para mí y también dándole espacio a él para que pueda darme su opinión. ¡Qué caso tiene! ¡Es descabellado! Pongo los ojos en blanco para contestarme a mí misma, no puedo sacar a la realidad lo que podría haber leído en novelas que robaba, y lo malo de esto, es que seguramente lo tendré dando vueltas en mi mente por un tiempo, como todas las ideas delirantes que chocan con mis neuronas sensibles a lo insólito.
Acepto la información que me da sobre las clases como el folleto con el que me voy a casa, di una vuelta rebuscada para llevármelo. Tengo un par de meses para pensarlo bien y el presentimiento de que llegado el día desistiré, muy fácil me entrego a la resignación de que lo pasado me ha traído a este punto y no tiene caso echar marcha atrás para compensar cosas, si esto es lo que soy, debería simplemente seguir caminando hacia adelante. Sin embargo, me permito escuchar lo que me propone, quizá este distrito sí nos de la oportunidad de recuperar pendientes y hablar con la chica de al lado, que también sé que es una humana, podría ser algo bueno. Las clases me dan una excusa, las hago o no, es al menos un puente para poder acercarme a alguien que está en mis mismas condiciones.
Mi sonrisa dobla mi boca al darme cuenta que cobarde fuga a la idea de comenzar la escuela se ve truncada por la oferte que me hace el profesor Moon. —Me parece la mejor opción de todas las que barajamos hasta ahora— admito, así como soy, también tengo mi orgullo como para haberlo pedido después de decirle hola. —También le serviré como conejillo de indias, como soy una humana que nunca pasó por la escuela pero algunos conocimientos tengo, aprenderá cómo armar sus clases para cuando le toque incluir alumnos así…— apunto, quiero sentir que también estoy aportando algo. —Gracias— murmuro, clavo mis codos en las rodillas para sostener mi cabeza con las manos. —Ya que estamos en confianza, ¿puedo chismear entre sus libros?— mis rulos acompañan el movimiento de sacudir mi barbilla en dirección al estante y muevo mis cejas de arriba abajo como si acabara de hacer una pregunta atrevida, que más allá de todo lo que pude haberme entrometido en su vida, su biblioteca era el objetivo final.
Acepto la información que me da sobre las clases como el folleto con el que me voy a casa, di una vuelta rebuscada para llevármelo. Tengo un par de meses para pensarlo bien y el presentimiento de que llegado el día desistiré, muy fácil me entrego a la resignación de que lo pasado me ha traído a este punto y no tiene caso echar marcha atrás para compensar cosas, si esto es lo que soy, debería simplemente seguir caminando hacia adelante. Sin embargo, me permito escuchar lo que me propone, quizá este distrito sí nos de la oportunidad de recuperar pendientes y hablar con la chica de al lado, que también sé que es una humana, podría ser algo bueno. Las clases me dan una excusa, las hago o no, es al menos un puente para poder acercarme a alguien que está en mis mismas condiciones.
Mi sonrisa dobla mi boca al darme cuenta que cobarde fuga a la idea de comenzar la escuela se ve truncada por la oferte que me hace el profesor Moon. —Me parece la mejor opción de todas las que barajamos hasta ahora— admito, así como soy, también tengo mi orgullo como para haberlo pedido después de decirle hola. —También le serviré como conejillo de indias, como soy una humana que nunca pasó por la escuela pero algunos conocimientos tengo, aprenderá cómo armar sus clases para cuando le toque incluir alumnos así…— apunto, quiero sentir que también estoy aportando algo. —Gracias— murmuro, clavo mis codos en las rodillas para sostener mi cabeza con las manos. —Ya que estamos en confianza, ¿puedo chismear entre sus libros?— mis rulos acompañan el movimiento de sacudir mi barbilla en dirección al estante y muevo mis cejas de arriba abajo como si acabara de hacer una pregunta atrevida, que más allá de todo lo que pude haberme entrometido en su vida, su biblioteca era el objetivo final.
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