Enero

Siento como el frío me corta la nariz mientras camino por la calles tan conocidas para mí hacia el cuartel general de BC Industries. El gorro de lana deja a salvo mis orejas, pero de todas formas me apresuro a entrar y cerrar la puerta detrás de mí. Por suerte alguien me aconsejó poner la calefacción antes que nada, pues no sé cómo habríamos sobrevivido el invierno en un edificio que aún está casi vacío. De todas formas... De momento lo único que necesito es que sea un lugar habitable y con no mucho más que una mesa y silla para hacer entrevistas, con las cual ya he comenzado para conseguir a los miembros del staff que necesito para comenzar.

Me quito los guantes, el gorro y el abrigo para estar más cómodo y lanzo todo sobre el escritorio que significa la recepción del lugar. Es bastante triste ahora que lo veo... En los próximos días me encargaré de conseguir algunas pinturas e incluso podría pedirle a Amanita que me de una mano para dejar el sitio bello, a ella le encantan esas cosas.

La puerta se abre una vez más y le dedico una sonrisa rápida a Woo Seok antes de volver mi atención al bolso en dónde cargo mi cubo. Es uno de mis principales inversores ahora mismo, así como uno de mis ¿Amigos? La verdad es que con él es difícil saberlo, pues si bien lo conozco desde hace años ninguno de los dos es demasiado demostrativo como para decir que somos cercanos... No es Lara, aunque tampoco es un desconocido.

- ¿Listo para ver la magia? - pregunto con una sonrisa algo más animado que antes haciendo un gesto con la cabeza para que me siga a la habitación en dónde espero que pronto estará el laboratorio. Dejo el cubo en el centro y con solo agitar mi varita se expande para envolvernos en mi laboratorio portatil - Ya, no estás perdiendo tu dinero conmigo - bromeo - ¿Qué te trae por aquí?

Tras la reunión con el Alcalde para hablar sobre algunos cambios que se pueden realizar respecto al último presupuesto solicitado para la actualización de equipo hospitalario alrededor de NeoPanem, se dispone a rondar por las calles del distrito tres, buscando una cafetería para poder rellenar ese estómago vacío que lleva arrastrando desde hace un par de horas y que claramente ha subido a niveles atroces su mal humor. Bebe del vaso desechable lo que más se parece a un líquido demasiado dulce y aunque no es de su total agrado, termina por darle otro sorbo más porque no piensa desperdiciar más tiempo buscando en otro local. Se pasea por las calles intentando ver un poco la situación de la ciudadanía del Distrito tres y es ahí cuando por su mente cruza el nombre de la única persona que vale la pena visitar y más allá de saber sobre su última inversión, quiere saber cómo se encuentra, porque sí, incluso un maldito hijo de puta como él, en palabras de Colin, puede socializar con alguien más que no sea su propia familia.

Intenta recordar la dirección que le fue brindada anteriormente mientras sigue bebiendo la bomba de azúcar en su mano, recordando todos los datos en último momento, doblando un par de veces a la derecha para finalmente llegar al edificio. Tira el vaso vacío en el primer bote de basura que encuentra y entra al edificio, notando que quizá todo se ve mucho más vacío de lo que se había imaginado, quizá porque los lujos y decoraciones excesivas han sido gran parte de su día a día desde que se ha mudado a la Isla Ministerial y es que ahí básicamente la mansión ya estaba preparada tanto para él como para su prometida.

Le dedica una sonrisa a modo de saludo y le observa en completo silencio, dejando que haga lo suyo para finalmente mirar a su alrededor cuando ambos están dentro del laboratorio, ah, como echaba de menos las clases de ciencias en el Royal, las batas blancas le quedaban de poca madre — Yo no dije nada sobre ello, de hecho no he podido decir nada hasta ahora — le dedicó una sonrisa cómplice ante su comentario sobre la inversión — nada en especial, vengo de una reunión con el Alcalde y como tengo tiempo de sobra quería simplemente pasar a ver cómo van las cosas y por lo que parece has avanzado bastante, así que no te mortifiques, hoy no vengo como inversionista — toma asiento en la primer silla que se encuentra y posa la vista sobre el contrario — ¿Qué tal has estado? ¿Demasiado trabajo? — son las primeras preguntas que salen de su boca y eso es, porque su hermanita le pregunta lo mismo cada que le ve.

Sonrío de espaldas a él mientras acomodo algunas cosas que han quedado en mal sitio desde el último cambio de tamaño. Una vez que todo está en su lugar tomo la tablet y con ella empiezo a encender los distintos aparatos que nos rodean y necesito para comenzar mi día de trabajo - Perfecto, porque la próxima vez que reciba a mis inversionistas al menos quiero tener alguien en el recibidor que les diga que espere mientras yo me peino - bromeo con una sonrisa antes de tomar la varita de mi bolsillo y agitarla para que se empiecen a hacer unas tazas de café.

- Sí, pero no del trabajo que me gustaría - admito tomando asiento en una de las butacas blancas sin despegar los ojos de la pantalla en donde van apareciendo los pedidos de permisos y distintos mensajes para encender las consolas - El último mes he sido más empresario que científico - remarco con una mueca apenada dejando el aparato a un lado mientras todos los sistemas se inician - Pero creo que la cosa va bien... En unos meses ya podré empezar a vender mis productos, aunque claro que necesito conseguir empleados primero... Más empleados - porque algunos ya tengo, pero no tienen demasiada experiencia - ¿Qué hay de tí? ¿Cómo van las cosas en el ministerio? Desde que renuncié no he leído los periódicos precisamente... - podrían decirme que ha explotado de nuevo y yo lo creería.