No conozco demasiado a Geraldine Willems. Lo que sé de ella es que ha sido demasiado entusiasta desde que llegó al distrito y ha estado dispuesta a ayudar con toda la locura de la producción de alimentos, ahora que el invierno ha golpeado con fuerza y no podemos descuidar aquello que nos mantiene seguros. Incluso nos ha dado un montón de consejos de cómo mantener las verduras en buen estado en los invernaderos, a pesar de que la nieve se ha hecho con nuestros terrenos. ¿Y qué mejor que una persona con experiencia en el terreno para hacerse cargo del mismo, cuando no tenemos a nadie que organice algo con el conocimiento adecuado? Pedirle a Geraldine que se sume al consejo me pareció de lo más adecuado, incluso cuando estamos en medio de un montón de dudas después de lo ocurrido en Navidad y Ben hasta resopló por no estar seguro, a pesar de saber que tenemos que incluir gente nueva para que no nos vean como un grupo cerrado, sino más bien inclusivo.

Por eso mismo es que en esta tarde de enero me encuentro sentado en el antiguo despacho del alcalde, en la que ahora llamamos la Sede del Consejo. Es extraño ver cómo luce sin todos los cuadros y aquellos detalles que lo hacían dignos del gobierno de NeoPanem, ahora mismo no se siente como la misma habitación en la cual luchamos hace casi dos meses. Estoy sentado sobre el escritorio, jugueteando con la varita que hago flotar sobre mis dedos, cuando la puerta doble se abre y Ben aparece por ella, anunciándome que Geraldine ha llegado — ¡Genial! Hazla pasar — no estoy acostumbrado a esto de dar órdenes de protocolo, creo que queda bien en claro cuando me bajo del escritorio de un salto y Ben tiene que reprimir la risa al volver a salir. No pasa demasiado para que la rubia ingrese al despacho, así que avanzo hacia ella para estrecharle la mano — Es bueno verte de nuevo, Geraldine. Gracias, de verdad, por haber aceptado — que no se me note que estaba desesperado por solucionar ese asunto, de verdad.

Para cuando suelto su mano, muevo la mía propia para acercarle una silla al escritorio; sí, que no se note que estoy practicando esto de la telequinesis, para variar.  Para cuando me siento en mi lugar, ese que me queda muy grande y que tiene un respaldo muy cómodo como para hundirme, intento por todos los medios no ponerme a girar la silla de un lado al otro como hago cuando estoy nervioso — Quería reunirme contigo no solo para darte una bienvenida oficial a nuestro consejo, sino también para que hablemos un poco de lo que has pensado para implementar en nuestro sistema. Ya sabes, para poder continuar — Hero debería estar orgullosa, pude decir todo esto sin trabarme ni una sola vez.

Volver a mi hogar era algo que había dejado de creer posible, pero allí estaba en la casa de ex gobernador y actual sede del consejo, al cual pertenezco también. Podía sentir los nervios revoloteando en mi estomago de nuevo, justo como había estado hace tantos años atras siendo una jovenzuela y llegando por primera vez al 9.

Tuve que concentrarme en mi respiración para poder tranquilizarme, aunque el joven Franco no me ayudaba mucho con su su presencía enorme, era algo intimidante. Le ofrecí una bolsita de bizcochuelos para quedarme más tranquila.

Me guía a un cuarto que seguro habría tenido días más ostentosos pero por ahora se veía simple y agradable. Allí me recibe el jovencito Black, se ve como un pollito queriendo aparentar ser un gallo que hace que mi corazón se enternezca y lo quiera estrujar entre mis brazos para asegurarle que todo estaría bien. Pero obviamente no lo hago y solo le devuelvo el apreton de manos, tal vez se vea así pero también había atravesado suficientes desgracias para ver el mundo como un adulto.

- Por favor llamame Gerry - le pido - Y no necesitas agradecerme, en todo caso quiero agradecerte a tí por crecer más alla de todo este odio sin sentido y ofrecer una llama de esperanza que no creí que vería nunca - realmente me alegraba que jovenes como él fueran el futuro.

Luego de que ambos no sentamos, recuerdo que también le he traido unos bizcochos a él por lo que los saco de mi bolso y le ofrezco.

- Oh, así que ya a lo importante - me rió un poco nerviosa mientras reviso mi bolso por los papeles que había llevado - Fuí a ver los campos cuando volví, han pasado unos años debo confesar pero hay cosas que una no olvida - saco los anteojos de paso porque mi vista si ha cambiado - Bien, por lo que ví no hemos perdido muchos trabajadores y todos han hecho las preparaciones para el invierno por lo que si no hay problemas con las heladas o lluvias la cosecha deberia salir tal cual lo planeado en primavera - levanto la vista para verlo de reojo, sera un polluelo pero buscaba ser tratado como adulto y así lo iba a hacer - La época de invierno es cuando se realiza los sembrados pero también el mejor momento para algunas hortalizas y frutales, si deseas aumentar la producción de granos para abastecer el Norte y mantener el resto de Neopanem contento habra que sacrificar parte de estas plantaciones y empezar los preparativos para su sembrado, pero eso podría reducir el consumo local.

Es extraño. Desde que nos instalamos, he conocido varias personas que me estrecharon la mano con agradecimientos y buenos deseos, tanto como sé que muchos se marcharon para no tener que soportarnos. Es inevitable preocuparse por aquellos, pero también puedo obviarlo si hay personas que se muestran felices con nosotros. Le sonrío en respuesta y asiento, que ahora mismo las palabras sobran y tenemos otros asuntos que atender. Por suerte, ha traído galletas y exclamo un agradecimiento al tomar una de ellas, a la cual le doy un mordisco sin pensarlo demasiado. Ya, que me han dicho que sería fácil de envenenar, pero dudo mucho que ella tenga esas intenciones.

Recargo mi peso en el respaldo mientras mastico el bizcocho, atento a su explicación. En el catorce, el invierno era la época que todos acabaron odiando por lo complicado que era mantener los alimentos, así que teníamos nuestro sistema acomodado a las épocas de cosecha que nos alimentarían durante las grandes nevadas. La diferencia, por obviedad, es que este sitio no tiene sólo cincuenta personas y un puñado de casas, ni hablar de la producción que tiene que compartirse con el resto de NeoPanem, en especial con el norte y su gigantesca necesidad. Nadie ha dijo que este trabajo sería fácil, pero parece que jamás va a terminar de tomar forma.

Me termino el bizcocho, así puedo acercarme al escritorio y apoyarme en él, adoptando lo que espero que sea una postura mucho más — En el catorce sabíamos autoabastecernos, pero este lugar tiene dimensiones muy diferentes. Estamos hablando de un distrito que solía ser dos y cuya producción tiene que llegar al resto del país. Lamento decirlo de esta manera, pero ahora mismo el tener la comida asegurada es una de las cosas más importantes en nuestra agenda — sin ella, muchos de los civiles no van a mirarnos con bueno ojos y sé que usamos una buena cantidad de paquetes fueron enviados al norte en diciembre, de modo que tenemos que seguir asegurándonos de que la producción siga. ¿Ven? Y dicen que no presto atención — Podemos organizarnos para iniciar la producción el próximo lunes a primera hora. ¿Qué necesitas? Tengo algunas listas con nombres de agricultores para el control. ¿Y qué me dices de la ganadería? — acerco hacia mí la tablet, la cual toqueteo para empezar a buscar los archivos necesarios — Hemos cercado los ganados con algunos hechizos de protección que los mantendrán seguros de la nieve, pero no podemos mantenerlos por mucho tiempo.