21 de octubre

La peor parte de haber sido el primero en dormir es que ahora tengo que esperar a que los demás despierten para poder comenzar mi día... Porque no sé lo que ocurrió ayer después de que me dormí, pero hoy a la mañana no pude encontrar una sola galleta ni tampoco el sitio dónde hacen café en éste lugar ¿Tendrán cafetera? No recuerdo haber visto una la última vez que vine aquí y ayer con todo el humo era difícil ver más allá de la escena principal en la habitación. Que decepción ¿Esa ha sido mi primera fiesta? Lo único que hice fue maltratar un poco a mis pulmones, y lo peor es que no me arrepiento pues de haberme quedado con las chicas en la noche... Quién sabe qué me habrían hecho, ninguna estaba en sí.

Paso las primeras horas de la mañana paseando dentro de la fábrica hasta que simplemente me aburro y decido salir ¿Syv ya se habrá ido? Me gustaría esperarla para que me acompañe a casa, a nuestros padres le gustaría verla, creo, así que podría ser una buena ofrenda de paz por mi ausencia éstos días. Debo empezar a comportarme, se acerca mi cumpleaños y si quiero un buen regalo debo ser un hijo intachable.

- Eres una decepción para la adolescencia, Simon - me burlo de mi mismo mientras tomo asiento en un cubo de basura y estiro las piernas un poco ¿Es normal tener todo el cuerpo entumecido? Quizás es porque dormí contracturado por estar en el mismo edificio que un montón de adolescentes y no tan adolescentes fuera de control. Última experiencia, decidido.

Lo bueno de ser una veela es que el efecto de la resaca siempre dura menos, lo malo es que anoche bebí lo suficiente como para seguir sintiendo que me duelen los ojos cuando salgo a uno de los callejones que rodean la fábrica, allí donde el sol se siente y tengo que hacer una mueca en lo que avanzo. Necesito aire libre y muchísima agua, esa que he estado bebiendo desde que me levanté, así que mantengo una botella firme en mi mano en lo que me debato si regresar a mi casa o esperar a que todos acaben de despertar para poder burlarme de ellos. ¿Cuánto sexo hubo en este sitio anoche? Hasta se siente diferente, quizá porque antes el aura virginal era asfixiante. Bueno, no les viene mal. Con las cosas que se vienen, supongo que se merecen el divertirse un poco antes de morir. Y no estoy siendo fatalista, solamente veo el panorama general y no puedo evitar preguntarme cuántas caras seguirán aquí el año que viene.

No puedo seguir con los pensamientos dramáticos porque me detengo en seco al escuchar un murmullo que no me esperaba, segura de que todos seguían dentro. La figura pequeña de Simon es demasiado fácil de reconocer, así que me debato en si molestar o seguir de largo. No es que sienta vergüenza por lo que ha pasado anoche, me preocupa más que sea él quien no se sienta cómodo conmigo — ¿Que tal, Lackberg? — acabo decidiendo que es mejor tomárselo con calma y avanzo hacia él con desenvoltura, dándole una palmadita en el hombro — ¿Decías que eras una decepción para la adolescencia? Ni que lo digas. Parece que fuiste el único que se aburrió anoche. Bueno, además de David — que también fue su decisión, así que no siento pena por él.

Me encojo de hombros y le tiendo la botella de agua, esa que creo que todos vamos a necesitar el día de hoy — ¿Cómo te sientes? Las revueltas de estómago después de las drogas suelen ser asquerosas. Pensé que ya habrías regresado a tu casa — allí donde no tendría que soportar a los cadáveres que, poco a poco, van a ir resucitando.

Los ojos entrecerrados no me dejan ver con claridad, pero estoy seguro de que la rubia que se acerca y me llama Lackberg es la que me robó el cigarro que luego todos terminaron compartiendo. Muy bien, quizás sea un buen momento para averiguar cómo demonios se llama porque no puede ser que continúe identificándola por su color de cabello ¿A cuántos conozco después de todo? Creo que me sobran dedos de una mano para contarlos - ¿Cómo estás? - pregunto con una sonrisa rápida - Disculpa, soy terrible... Hemos charlado ayer pero no he escuchado tu nombre - me disculpo luego con una mueca, mejor quitar la bandita de forma rápida.

Me encojo de hombros pues no sé si "aburrir" es la palabra correcta, más bien "espantar" o "correr por mi vida" habrían sido más apropiadas - Creo que no estaba al nivel de los demás para quedarme, soy sabio en muchas cosas pero no estoy listo para... todo eso - excepto las drogas que sé como funcionan y eso me da un poco de consuelo, lo que ocurría en mi cabeza sabía por qué estaba ocurriendo. Creo que las tomé en primer lugar para huir espiritualmente de dónde estaba y cuando ya no quedó de eso, tuve que huir físicamente.

Tomo un trago de agua y siento como se desliza por mi garganta, mierda, hasta ahora no había sentido que se siente como una lija ahí adentro - Podría estar peor... Al menos recuerdo mi nombre y sé dónde estoy - bromeo con una sonrisa. Aunque creo que mis ojos necesitarán días para adaptarse a ésta luz pues sigo sin poder abrirlos del todo - Estaba esperando a mi hermana, aunque creo que soy un ingenuo al creer que soltará a Ken hasta dentro de dos días - caigo en la cuenta - Necesito llevarla como oferta de paz a mis padres por haberme escapado... otra vez.

Me encojo de hombros, porque no tengo otra manera de definir cómo me encuentro — Holly. No te preocupes, tampoco hubo un momento en específico para ponernos con las presentaciones — aquel que llegaba era lanzado contra una botella de alcohol y eso parecía ser lo único que en verdad importaba, así que tampoco voy a quejarme. No sé muy bien el motivo, pero soy incapaz de contener una risa entre dientes y tengo que carraspear para no delatarme, a pesar de que mis labios siguen vagamente curvados — Lo lamento — digo, aunque lo digo más por amabilidad que por sentirlo de veras — Está bien que conozcas tus límites, siempre te dará el poder de decir que no cuando te sientas incómodo — además, él es hombre, van a escucharlo aún más cuando lo diga.

Me cruzo de brazos al recargarme contra la pared, mirándolo desde mi distancia mientras chequeo cómo el líquido de la botella va disminuyendo en cantidad. Esta vez, no me contengo y se me escapa una risotada — Esos dos tienen muchos asuntos que atender. Con suerte, abandonaran el cuarto donde sea que se hayan metido mañana — bromeo, aunque me fuerzo a cambiar el semblante porque a veces simplemente me olvido que las personas no quieren imaginar esas cosas de sus familiares. Acomodo un mechón de mi cabello, hoy enmarañado, detrás de una de mis orejas — Mientras les hicieras saber que estás vivo, no deberían enfadarse. Las salidas nocturnas ponen a todos con los pelos de punta — no tengo hijos, pero sí compañeros de trabajo que se quejan de la seguridad de sus hijos adolescentes cada vez que no pasan la noche en casa. Otra razón para no reproducirse.

Le doy un suave golpecito para que se mueva, que ese cesto es lo suficientemente grande como para aguantar a dos cuerpos delgados como los nuestros y me acomodo a su lado — Perdona si anoche te incomodamos de alguna manera — prefiero aclarar las cosas de entrada, en especial si es el hermanito de Synnove — Ni Mimi ni yo te hubiéramos hecho nada indebido, imagino que lo sabes. Pero quizá, con tanta hormona dando vueltas, las cosas se pudieron haber mezclado y confundido — me llevo una mano al corazón, torciendo la boca en un falso gesto inocente — Que puedo portarme castamente cuando quiero, de verdad. Palabra de scout.

Holly. Bien. Holly que ayer me hizo correr pero ahora se comporta amable así que dejo que esa primera impresión se borre para que volvamos a empezar - Un placer, soy Simon pero eso... ya lo sabes - comento encogiéndome de hombros. Pero luego comienza a reírse y vuelve a confundirme, prueba de más que las situaciones sociales de éste tipo me superan. Al aclararlo alzo las cejas. De verdad espero no tener que saber cuáles son mis límites muy de seguido en el futuro - Espero que con los años mis límites se extiendan sino... - me interrumpo y hago un ademán para restarle importancia. Sino terminaré besando a una chica quién sabe cuándo.

Recargo mi espalda contra la sucia pared del callejón y subo las rodillas para, de alguna forma, sentirme protegido ante la imagen mental que se forma en mi cabeza. Creo que lo peor es que he pasado la mayor parte del tiempo con Ken en forma de perro... Entonces al pensar en él ¡Lo pienso en cuatro patas! ¡Puaj! - ¿Conoces algún psicólogo? Esos dos me dejarán muchos asuntos que tratar - logro decir aún con la nariz fruncida ¡Cuando se entere papá! - He desaparecido tantas veces que creo que han desarrollado un sexto sentido para saber cuándo estoy bien y cuándo estoy mal - creo que mientras haya adultos a mi alrededor, están en paz. Y Holly cuenta como adulta.

Me corro hacia un costado para dejarle lugar y vuelvo a flexionar las piernas como las tenía antes observándola de reojo. Lo que dice luego me sorprende y la verdad es que no sé como responder a ello pues no llego a entender si se sintió ofendida por haber pensado mal de ella o si de verdad está bien mi punto de vista - Creo que lo que en realidad me asustó fue la combinación de drogas, alcohol y hormonas... Si hubiesen sido solo las últimas al menos todos tendrían un poco de control - o no. Muchos usan el sexo como justificación de sus malas decisiones cuando son adultos - No confío en los scouts, solo se ponen el uniforme para robar dinero a los que hacen cosas de verdad productivas - bromeo con ella con una expresión seria y luego la empujo con mi hombro para que comprenda que es solo una broma - No te preocupes... Se nota que eres agradable así que no hay problema - pero entonces caigo en la cuenta de algo y mi rostro cambia - Aunque ví a una compañera de la escuela allí, que tiene mi misma edad y no la ví salir desde que estoy despierto - no vaya ser cosa que... - ¿Estoy siendo demasiado lento?

— Jamás he ido a terapia, pero puedo buscar ayuda. Dicen que Beverly es buena dando consejos, si te interesa — aunque por lo que he visto anoche, creo que es mejor que se tome su tiempo en ir a buscarla si no quiere llevarse un nuevo trauma. Me gustaría decir que comprendo cuando la verdad es que no lo hago, porque no recuerdo muy bien cómo es la sensación de tener padres y cuando los tuve, pasábamos demasiado tiempo escondidos como para saber lo que es una escapada inocente — Si quieres ser bueno con ellos, tal vez deberías desaparecer menos o tener una charla sincera — ni sé de dónde sale eso, pero creo que dicen por ahí que todas las cosas se solucionan hablando.

Me aguanto la risa prensando los labios, pero aún así es inevitable no mostrarme divertida — ¿Acaso viste lo que es este lugar? — pregunto — Cuando los adultos no están, son solo un montón de gente joven que no puede salir ni relacionarse con otras personas. La naturaleza habla por sí sola y la curiosidad siempre puede más así que no, no había forma de que hubiera siquiera un poco de control — incluyendo que hubo presencias nuevas y la excusa de las drogas, no me sorprende para nada que las cosas terminasen como lo hicieron. Al menos fue diversión sana, hubiera sido peor que lo hicieran con desconocidos en la calle.

Me balanceo con el empujoncito que me da y no contengo la risita, a pesar del chasqueo de mi lengua — Yo tampoco, ni siquiera sus galletas saben bien — acoto con el mismo tono de una persona que analiza una situación política; creo que ni hace falta aclarar que jamás fui ni seré scout. Me llevo una mano al pecho para mostrarme conmovida a que al menos me considere agradable, aunque pronto me cambia el semblante — ¿Hablas de Meerah? — yo tampoco sé muy bien qué hace aquí, sospecho que Hero se ha vuelto loca. Pero si la puede controlar… — No la he visto, pero sé que ella y James se fueron juntos a la cocina anoche. Desconozco lo que pasó entre ellos — aunque dudo mucho que hubieran ido a hablar, yo no lo habría hecho. Le doy una palmada en la espalda que busca darle ánimos — He dado mi primer beso a los trece y me acosté con un sujeto a los quince, porque era más grande, apuesto y sobretodo, tenía comida y un techo estable — es penoso, lo sé, pero eso no es a donde quiero apuntar — No es cuestión de ser lento o no, sino de si te sientes listo para eso. Cada cuerpo y cada mentalidad son diferentes, lo harás cuando sepas que en verdad lo deseas y no deberías sentirse presionado por lo que hace el resto. Ahora, si lo que querías era meterle lengua a Powell… fuiste un poco lento — me permito bromear, moviendo mis cejas con picardía y llevando mi lengua hacia un lado. Que nadie diga que mi cinismo hacia las relaciones es permanente, que a veces se me da bien el hacer de celestina, aunque no sea muy clásica.

Se me escapa una pequeña carcajada de solo imaginar tratando todos estos temas con Beverly. Se nota que esa chica no tiene filtro al hablar de casi nada así que contarle mis traumas solo me dejaría más traumado ¿O no? Nuestra última charla no resultó del todo mal, aunque estoy casi seguro de que la dejé llorando una vez que salí de la habitación - De seguir los consejos que sé que me daría Beverly, no estaría charlando aquí contigo... Sino buscando la forma de conseguir la atención del chico flacucho de rulos - que después de todo fue el único que tuve la verdadera oportunidad de besar.

Alzo las cejas sorprendido y me aparto unos centímetros para poder ver su rostro al completo - La mañana te hace sabia, Holly - bromeo pues es un consejo digno de un adulto. Aunque las cosas son un poco complicadas... Con papá muriendo, Moira desaparecida, Jakobe quién sabe con qué plan en la cabeza y la terrible costumbre que tenemos de ocultarnos la verdad... Creo no es nuestro estilo ser honestos o sentarnos a tener charlas, al menos no conmigo - Lo intentaré - digo de todas formas. Supongo que podría intentarlo con Amalie o simplemente dejar de desaparecer. Ésto último es lo más probable pues no creo venir a la fábrica en un bueeen tiempo, ya he visto a éste ejército en todo su esplendor y ¿Soy mala persona si me lanzo del barco antes de que se hunda? Lo único que me detiene es saber que mi hermana se hundirá también... Aunque podría esperarla en un bote salvavidas para rescatarla de los escombros.

Me quedo pensativo pues no lo había visto de esa manera. Es cierto que éstos chicos tienen su cara en los carteles de los más buscados de Neopanem así que no acostumbran a vivir como chicos de su edad, creo que nunca lo han hecho lo cual es bastante triste - Se merecían una fiesta de éste estilo - llego a la conclusión clavando mis ojos en la pared de en frente. Tengo que aprender a ponerme en los zapatos ajenos, para no ser tan aguafiestas la próxima vez - Pensado en lo que pasaron hasta ahora, verlos de esa forma no es tan grave - finalizo aflojando mis hombros. Todo es cuestión de perspectiva.

Así que sí tuvo su noche de acción... Y con el tipo que yo me negué a besar, ese es James ¿No? Vaya. Creo que sí fui bastante lento, además... Si ese flacucho tuvo su oportunidad ¿Cómo no iba a tenerla yo que tengo mucho mejor cabello y mandíbula? Bueno, quizás me falta crecer un poco pero ¿No soy horrible, o sí? - Holly ¿Soy horrible? - decido preguntar y luego me levanto de un salto por miedo a la respuesta - Creo que me siento listo para la parte del beso, pero no con Meerah, ese tren ya pasó - después de todo ya tengo el plan de batalla trazado, solo hay que proponer jugar a la botellita como Holly lo ha hecho ayer y todo queda resuelto - Ésta vida de ellos... Se parece más a lo que conoces ¿Cierto? - pregunto con una mueca dubitativo, no sé nada de ella, pero deduzco por lo que me ha contado que no la ha tenido fácil.

Hace años he aprendido a no juzgar a las personas, que jamás sabes cómo es que se va a dar vuelta la vida. ¿Si los chicos se merecían un poco de descontrol? Eso está claro, yo no sería nunca la persona que les diría que eso estaba mal — Es un grupo compuesto por personajes muy diversos. Creo que a veces hasta ellos mismos se olvidan de que son solo… bueno, adolescentes — no soy una persona que participe activamente de sus planes, pero he pasado por aquí unas pocas veces y no tiendo a escuchar conversaciones sobre revolución y entrenamientos. A decir verdad, los he visto jugar videojuegos viejos y a la pelota, además de mostrar caras largas con las noticias del gobierno. Si van a sobrevivir, es mejor que al menos se den gustos al hacerlo.

Lo que me toma un poco por sorpresa no es que se aparte, sino la pregunta que suelta. Hasta arqueo mis cejas y me tomo el atrevimiento de mirarlo de pies a cabeza sin ninguna clase de disimulo — Para nada, tienes lo tuyo. Te ves un poco mala onda, pero eso se puede arreglar — me lo tomo con humor, porque que se dé por vencido con Meerah me da hasta ternura y le hago un mohín — ¿A quién tienes en mente entonces? Hero tiene novio — le recuerdo, solo por si las dudas. Beverly sería la opción rápida y fácil, pero parece que tampoco supo aprovechar ahí. Vaya que es lento, por Morgana…

— Bueno… — tengo que tomar algo de aire en lo que aprovecho que se ha levantado para estirarme un poco, separando mis rodillas al tomar una postura algo más cómoda — Por si no lo notaste, soy una veela — separo mis brazos en el aire en el mejor gesto de “tarán”, porque creo que eso resume demasiado la clase de vida que llevaba hasta hace no mucho — Y mis padres eran muggles, así que jamás tuve demasiadas opciones hasta que Magnar decidió que la gente como yo podía incorporarse a su sistema. No todos lo ven con buenos ojos y yo he tomado la oportunidad, lo admito — es mucho mejor ser aprovechada que morir de hambre, que nadie me venga con discursos morales si no tienen idea de lo que es o cómo se siente. La sonrisa se me apaga un poco, mi expresión es más bien de resignación — Los hombres solo me miran como un objeto y las mujeres me señalan con el dedo, así que… Sé lo que es ser rechazado por todo el mundo y estos chicos son quienes mejor lo comprenden. Este lugar no es más que el club de los inadaptados y desesperados — disfrazado de postal para un mundo mejor — Y por eso me agradan.

Intentó hacer honor a mi mala onda haciéndome el serio, pero se me termina escapando una sonrisa de todas formas. En mi defensa, no soy así todo el tiempo... Solo cuando ocurre algo que me preocupe mucho y desde que murió mamá en el atentado no ha habido muchos momentos de luz - ¿Aquí es cuando comienzas a cantar una canción sobre lo importante que es sonreír y salen bailarines de la nada? - pregunto entre risas imaginando la escena ¿Ya ve? No soy mala onda todo el tiempo - No lo sé... Creo que optaré por las niñas de mi escuela, sería más sencillo de esa forma - no tendría que esperar a una reunión secreta ni arriesgar mi cuello al venir aquí solo por un beso - Helmuth es algo mayor pero no está mal... O quizás Meyer solo para molestar a Dave - agrego con una sonrisa traviesa - Y luego de esas declaraciones, creo que tengo un tipo - caigo en la cuenta pensativo.

Me recargo sobre la pared con los brazos cruzados y una expresión de sorpresa cuando dice que es una veela. Vaya... Debería haberlo notado, aunque ahora que lo dice tiene sentido y más me fío de sus buenas intenciones pues de haber querido hacer algo anoche, podría habernos puesto a todos a su merced en un parpadeo. Aunque no concuerdo con que sea una inadaptada o marginada. Las veelas son criaturas majestuosas y con una cantidad de poderes con la que los magos ordinarios ni siquiera pueden soñar. Si hay algo por lo que lamento no ser un Lackberg de sangre es porque lamentablemente esa sangre no corre por mis venas ¡Ya quisiera!

- Holly, eres de las criaturas más poderosas que viven sobre la tierra ¿Por qué demonios no usas eso a tu favor? Vuela sobre ellos, muérdelos - se supone que tienen animagia nata ¿Cierto? - Grítales hasta que exploten sus oídos... Un momento, esas son las banshee - me corrijo haciendo un gesto con la mano para que ignore eso - Podrías hacer lo que sea, incluso prenderlos fuego ¿Puedes hacer eso? Mi bisabuela adoptiva es una veela y papá me dijo que puede hacer eso y más, incluso sanar a la gente... - incluso sanar a la gente... eso... podría funcionar.

No entiendo muy bien de qué está hablando porque cuando menciona a Helmuth se me viene a la cabeza Oliver y su innegable atractivo, aunque no coincide cuando sigue porque, por lo que puedo entender, se refiere a la hermanita de David y creo que estoy un poco perdida — Allá tú con tus decisiones, pero… ¿Hablas de Oli y su hermoso rostro? — tengo que sacarme la duda, que asumí que no había querido besar a James por ser un chico, pero si le da a todo lo que venga entonces ya estoy empezando a mezclarme solita.

Para mi desgracia, la conversación toma un giro que me hace reír con amargura — No quiero ser el monstruo que todos dicen que soy, Simon — es una explicación tan simple que no me sorprende que no se le haya pasado por la cabeza. Las personas tienden a ver a las criaturas como yo como si no nos afectara lo que somos, cuando supimos en algún momento ser alguien completamente normal, sin un carácter que mantener a raya y sin la necesidad de controlar gestos tan naturales que acabarán teniendo efectos poco deseados — Puedo jugar con fuego, sí… pero tú no quieres verme cuando lo hago — si usualmente soy halagada por mi apariencia, nadie jamás lo hace si pierdo los estribos. Al final, solo le sonrío y me pongo de pie con mucho cuidado — Pero lanzar bolas de fuego no es nada si lo comparamos a manejar la voluntad de los hombres… — sé que es una maldad, el murmurar de esta manera, tan suave como las sirenas — ¿Sabes por qué nadie confía en realidad en las veelas en el ministerio? Porque mientras que los licántropos sólo se transforman una vez al mes, nosotras somos esto todo el tiempo. Y nadie sabe si confiar en nosotras… — he aprendido a no moverme con gracia para no ser un fastidio, pero empujo eso por un momento al picarle divertidamente el pecho y el cuello hasta darle un toque en el mentón con mi índice — Podemos lanzar las bolas de fuego que queramos, pero lo que más le preocupa al gobierno es que volvamos locos a sus mandatarios. Es irónico cómo es que funcionan las prioridades — ¿Prender fuego todo? No es nada, si puedes controlarlos.

Escondo las manos en los bolsillos traseros de mi jean, desarmando completamente mi postura hasta volver a un aire mucho más casual y similar al de antes — ¿Y tú? ¿Tienes algún don en particular que puedas usar para conseguir tu preciado beso… con quien quieras? — que ya me perdí en su lista.

-¿Oli?- pregunto completamente perdido pues creo que me he perdido de un Helmuth, que son varios pero... ¿Hay una Olivia Helmuth? Si es más pequeña que Jenna supongo que podría buscarla, aunque no tan pequeña - Hablo de Jenna ¿La rubia que estudia ciencias? Ya que estudie en ese departamento la vuelve irresistible - intento sonar relajado pero esas últimas palabras suenan raras en mi boca. Hago una mueca y sacudo la cabeza para intentar olvidar que dije algo así.

Tonterías. ¿Lo dice en serio? ¿No explota todo su potencial por lo que dicen los demás? ¡Pues que se jodan! Si no pueden aceptar a alguien con mayor poder, quizás deberían replantearse la sociedad en la que vivimos. Por años los muggles vivieron como esclavos por ser inferiores, ahora mueren en el coliseo ¿Y eso está bien? - No deberías aparentar ser menos de lo que en realidad eres... Y no digo que se lo hagas a todos, sino a los que se lo merecen - como a las personas que estaban en el palco del coliseo y todos los idiotas que se atrevieron a mirarlo en su casa con un bol de pochoclos en las manos.

Hago una mueca decepcionado cuando dice que no puedo verla jugar con fuego... ¿Ni siquiera si me pongo un traje? ¿O tengo un extintor a mano lasodioporeseputovideoninja? - El gran error de la mayoría de los mortales, condenar a lo desconocido - Holly no se ve como alguien que iría por ahí manipulando a todos los hombres que se crucen frente a ella, de hecho saber que pudo haberlo hecho y no lo hizo es lo que me da la confianza para charlar con ella relajadamente ¿Así que por qué temer?

Me quedo pensativo durante unos segundos observándola pues ya se lo he dicho, pero yo lo usaría a mi favor, iría a seducir a Aminoff en un segundo y hacerlo pasear por la plaza en calzones bajo una falsa idea de amor - ¿Yo? No... Intenté varias cosas pero creo que soy solo yo - me encojo de hombros con una mueca - Mis habilidades son los videojuegos, los duelos y los comentarios sarcásticos... Con nada de eso se puede conseguir un beso - agrego a modo de broma - Pero algunas habilidades surgen cuando crecemos así que no me doy por vencido, quizás algún día pueda volar sin escoba o usar magia sin varita... Eso ganaría muchos besos.

— Oliver, el hijo del ministro — sacudo mi cabeza con un “duh” entre los dientes y tengo que hacer memoria, que mis pasos por el Royal no suelen ser cerca de las personas del área de ciencias, así que no sé de quién me está hablando. Eso significa que tendré que hacer una investigación en las redes sociales que tanto odio, solamente para poder comprender de qué clase de muchachas me habla este niño. Por otro lado, no puedo evitar reírme porque dudo mucho que lo entienda — ¿Y eso me haría mejor que ellos? ¿Quemarlos vivos por ser unos idiotas? No puedo ver con malos ojos que quemen rebeldes en una plaza, si yo hago lo mismo — ya suficiente con trabajar en ese mismo departamento, como para ir jugando sus trucos sucios. No soy jueza ni verduga — Por supuesto. El ser humano siempre le teme a lo que no puede entender — así es como hemos terminado. Somos autodestructivos.

Me quedo esperando una respuesta que me dé la pista sobre su supuesto sex appeal cuando me encuentro con una que me da ganas de rodar los ojos, si no lo hago es porque no quiero afectar su confianza — ¡Que piensas demasiado! — me quejo — Y los besos se tratan justamente de no pensar, ese es tu problema. El único chico que me gustó de verdad, me agradaba porque era simpático conmigo, un buen amigo. ¿Es eso tan difícil? — ya sé que nunca he sido muy enamoradiza, pero al final de cuentas las cosas simples son las que acaban jugando a favor — Ahora, si solo quieres besos superficiales, es incluso más fácil. Es solo físico, no tiene repercusiones y no hace falta ser un dios de la magia para conseguirlo. ¿O acaso qué tienen el resto aquí que tú no tengas? — que yo sepa, todos amanecieron hoy con gérmenes ajenos en la boca, que Simon haya sido el único entero me da hasta casi que lástima.

Tomo aire como si tuviera que ponerme seria para dar una lección y enderezo mi postura — Muy bien — señalo la comisura de mi boca. Lo suficiente como para que no sea en la mejilla pero tampoco para acabar por ser comprometedor — Bésame aquí. Y no me digas que te parezco fea porque no te lo creeré ni me vengas con ilegalidades, porque son solo unos pocos años y ya tienes fantasías con chicas de tercer año, tal y como yo. Es solo el primer paso que luego tendrás que repetir con quien quieras besar de verdad y las cosas, a partir de ahí, van solas.

-¡Oh, Oliver! ¡Por supuesto! - finjo tener idea de quién me está hablando. Supongo que debe ser del ministro de salud pues es el único que queda libre según mis cálculos, así que después lo buscaré en Wizzardface para ver de quién demonios me está hablando - No idiotas, asesinos, torturadores y psicópatas - ellos lo hacen con nosotros así que no se me ocurre una mejor manera de luchar. Ya me cansé de esperar una forma pacífica, solía querer que fueran a luchar a otro lado pero quedándome de brazos cruzados lo único que conseguí fue tener dos madres muertas. Estoy harto.

Ahí tengo un problema porque pensar demasiado las cosas es parte de mi personalidad. Es lo que hago bien, pensar, así que lo que pide es casi imposible. Pero creo que si lo intento puedo llegar a ese beso solo físico en algún momento... No me veo encariñándome con alguien en un futuro próximo así que es lo que tengo. Es cierto que los otros aquí no tienen nada que yo no tenga así que debo lanzarme con más seguridad la próxima vez. Lo que no espero es que esa próxima vez llegue tan pronto, así que mis mejillas se encienden de color rojo con su propuesta.

Holly... Una joven rubia y además veela. Si rechazo ésto estoy seguro de que vendrá un ejército de adolescentes a patearme las bolas así que asiento con el ceño fruncido sin moverme realmente de dónde me encuentro - Pero voy a hacerlo bien - advierto antes de dar un paso hacia adelante, sin pensarlo demasiado como ha dicho ella, y darle un beso en los labios que intento que dure al menos algunos segundos... Pero tengo que apartarme pues llega a mi nariz un olor extraño - ¿Hay algo quemándose? - pregunto extrañado.

Arqueo una de mis cejas al sospechar lo que ha querido decir, pero cuando se acerca no alcanzo a ponerle un alto, que no pensaba terminar esta situación besándome con el hermano de Synnove. En lo que sus labios tocan los míos sufro de la urgencia de saberme cruel si me aparto, busco tomarlo como algo casual de lo que nadie debería enterarse y ni siquiera llego a disfrutarlo o siquiera corresponder, que ya se está apartando de mí con unas palabras que me plasman la confusión en toda la cara. Porque yo también lo huelo y bajo la mirada, segura de que yo no hice nada — ¡Simon, estás en llamas! — y no, no hablo de esas que suelen acompañar los besos y las hormonas. Hablo de que sus manos poseen unas vagas chispas que están chamuscando el borde de mi blusa… ¡Y es una de mis favoritas!

Me aparto de él de forma brusca dando unos golpes sobre la tela, aunque el movimiento solo aviva la llama y tengo que chasquear los dedos para que el fuego vaya hacia mí, extinguiéndose en la palma de mi mano con un soplo de humo negro; las ventajas de ser una veela, supongo — ¡Los chicos normalmente tienen una erección cuando los beso, no buscan chamuscarme! — no sé si lo digo indignada, sorprendida o tratando de buscarle el lado sarcástico a todo esto, cuando lo único que puedo hacer es pasar de sus manos a su rostro. No es hasta que suspiro con fuerza para bajar la respiración que me percato del detalle principal — Espera… ¿Cómo hiciste eso? — sé de los magos que pueden jugar con la magia elemental, pero no es cosa de todos y entorno los ojos en su dirección, dejando que se me patine una sonrisa traviesa — Hazlo de nuevo — insisto — Y no, no hablo del beso. ¿Qué sucede si…?

No voy a transformarme en una arpía frente a él, pero puedo jugar con llamas pequeñas. Saco mi varita, murmurando el hechizo que genera la pequeña llama de fuego azul que acaba flotando entre nosotros — ¿Crees poder hacer algo con esto? ¿O solo funciona cuando tus hormonas se han acelerado? — busco bromear, a ver si con un poco de pique funciona.

No lo decía con esa intención pero debería decir ¿Gracias? Sonrío un poquito hasta que comprendo que literalmente tengo fuego, o al menos mis manos están largando chispas como si fuesen encendedores intentando prender una cocina ¿Qué demonios está pasando? ¿Es un caso de combustión espontánea? Con los años de ciencia aún no hay una respuesta para ésto... Demonios. Demonios. ¡Piensa, Simon, piensa! Mi primer instinto es sacudir las manos pero antes de hacerlo entiendo que es una pésima idea. Tengo que quitarle el aire ¿Cómo le quito el aire estando en el exterior?

Pasan los segundos y al final solo miro mis manos pues en realidad no me está quemando - Creo que ésto es peor que una erección - ¿Hay algo más representativo que el fuego? Cierro los puños y las chispas desaparecen, de inmediato levanto la vista y busco a Holly con una sonrisa - No tengo idea, ha salido solo - pero pueden apostar a que averiguaré como hacerlo a voluntad ¡Mi poder ha despertado!

Aún estoy procesando teorías con una sonrisa cuando Holly pone una llama entre nosotros y hace un comentario que sugiere que ésto ha sido puramente por el beso... No, me niego a creerlo - No soy un adolescente hormonal - la contradigo con mi dedo índice en alto pero como al destino le encanta joderme, la llama se aviva por unos segundos - Mierda - murmuro dejando caer mis hombros - Bueno, puede que sí, pero puedo aprender a controlarlo... Debo aprender a hacerlo ¡Esto es asombroso!

Bien, si él tampoco lo sabe, significa que lo ha tomado por sorpresa tanto como a mí. Me mofo de él con una sonrisa torcida porque creo que cualquier adolescente es hormonal, no hace falta que la llama se mueva por su culpa para saberlo — Muy bien, niño antorcha — aún tengo la varita en mis manos, pero lo que utilizo son mis dedos para revolver el aire con lentitud por encima del fuego, ese que se transforma en un suave remolino — No puedo darte muchos consejos porque nuestras fisonomías son diferentes, por lo tanto también nuestra magia. Tú eres más humano que yo, así que tu control sobre el fuego no será tan natural como el mío. Mi único consejo es que no hagas nada exaltado o acabarás por prendernos fuego a los dos — y no quiero terminar de esa forma, muchas gracias.

Miro a nuestro alrededor, las bolsas de basura son una mala idea porque no sabemos lo que pueden llegar a tener en su interior — Allí — señalo con el mentón lo que parece ser una caja desarmada de cartón, nada que no pueda controlar — Intenta empujar el fuego en esa dirección. Si lo consigues, te creeré que no estás prendiéndote fuego por las hormonas. Si no lo haces, me deberás una cerveza. Cualquiera, la que más te guste — sé que me estoy sacando normas de la galera, pero esa es la gracia. Le muevo las cejas con una sonrisita — ¿Listo? ¡Ya!

¿Niño antorcha? Eso suena malísimo, sacado de un programa que los niños miran antes de ir al jardín por las mañanas... Mi super nombre tiene que ser algo más poderoso como "La antorcha mágica", "El vengador", ¡Pyro! Eso sería fantástico. Pero antes de ponerme las mallas creo que será mejor aprender cómo manejar todo ésto y Holly parece tener recomendaciones que será mejor escuchar - No creo poder prender fuego a nadie, ni siquiera accidentalmente - vamos, que solo ha sido su blusa y no es nada que un poco de magia no pueda reparar - Mientras mi vida se mantenga libre de estrés no habrá problemas - estamos jodidos, muy muy jodidos.

La miro con una sonrisa desafiante cuando propone el juego y froto mis manos para concentrarme. No puedo fallar en ésto, sobre todo porque ya me he gastado todo el dinero de la mesada y no podría comprarle una cerveza... pero también porque mi orgullo está en juego y debo demostrar que no soy como los demás adolescentes que se dejan guiar por una sola cosa. No. Soy un ser intelectual, niño de ciencia y también puedo controlar el fuego que ahora estoy exteriorizando.

Así que frunzo el ceño y miro la llama que está más pequeña que hasta hace unos segundos. Me pierdo en los distintos colores, en la textura y de no saber que es imposible hasta diría que puedo ver el caos de partículas que reina ahí dentro. Uso eso, intento ordenar el caos y con un ligero movimiento de mano lo reacomodo rumbo a la caja que me acaba de señalar. La llama comienza a moverse y una vez que llega a destino, el cartón comienza a incendiarse de forma lenta pero sin dar indicios de que va a apagarse pronto.

Tardo en darme cuenta de que mi cuerpo se inclinó hacia adelante, pero finalmente vuelvo a erguirme y miro a la rubia intentando mantenerme lo más serio posible, porque tengo que mantenerme cool y no comenzar a saltar por las paredes por haberlo logrado - De mantequilla, por favor... Y tendremos que tomarla en algún callejón porque aún no me dejan entrar a bares.

A decir verdad, estoy esperando a que falle así puedo seguir dando órdenes fastidiosas, esas que tienden a entretenerme más de lo debido cuando me aburro y encuentro a un pobre diablo dispuesto a escucharme. Aunque se me pasa por la cabeza la idea de hacer trampa y controlar el fuego para que falle en su cometido, me aguanto las ganas y recupero mi botella de agua para tomarme lo poco que queda, en lo que mis ojos siguen con la mirada el recorrido de la llama que enciende, de manera moderada, el cartón que empieza a crepitar frente a nosotros — Nada mal — se lo concedo, metiendo la varita en mi bolsillo y dejando nuevamente la botella, ya vacía, sobre el cesto de basura. Hasta doy un aplauso que pretende ser elegante y todo.

No puedo no sonreír con gracia al oírlo, lanzándole una mirada traviesa en lo que se me curvan los labios hacia un lado — Claro, porque si no fuera por mí, no lo hubieras descubierto ni aprendido a controlar — bromeo, exagerando el tono presuntuoso de mi voz. Se me escapa la risa que le quita seriedad a mis tonteras, esa que acompaña la palmada que le doy en el hombro — No puedes decir que terminaste mal tu fiesta, Simon. Te ganaste una cerveza, descubriste un nuevo poder, tuviste la oportunidad de besarme a mí… — sacudo el pelo sobre mi hombro como si ese punto fuese el más importante de todos — ¿Quieres intentar extinguirlo? Si lo haces, te deberé otro premio, el que quieras — y si, ya me voy mentalizando por el posible videojuego que tendré que salir a comprar o una cerveza extra para verlo ponerse ebrio en su soledad.

¿Nada mal? ¿Nada mal? ¿Eso es todo? ¿Acaso le cobran impuestos por dar cumplidos? ¡Ha sido fantástico! Y eso que solo estoy empezando... Haré... Haré... Haré castillos de fuego, lo usaré como impulso en el aire, le daré calor a los indigentes ¡Las posibilidades son infinitas! - No quieras robarte el crédito, Holly Molly - respondo con una sonrisa que ya no puedo contener. Estoy sorprendido. Los hechizos suelen salirme a la primera pero ésto... Debieron mandarme a un campamento de superdotados, yo solo digo.

No estoy seguro de que la fiesta haya valido la pena, pero dudo que haya habido mejor after party en la historia de los after party. Sonrío un poco y pongo los ojos en blanco cuando menciona el beso aunque, siendo honesto, todos los adolescentes del mundo deben soñar con lo que acaba de pasarme. Sé que ha sido un poco de lástima pero... Le agradezco por haberme sacado ese peso de encima. Claro que no voy a decírselo pues tiene que creer que para mí la mejor parte ha sido la del fuego.

- Apagarlo debería ser sencillo - y si no logro hacerlo con magia, siempre puedo sacar mi varita y lanzar un decepcionante aguamenti - Soy un chico ambicioso, nunca dejes un premio a mi elección - recomiendo con las cejas en alto, aunque de lograrlo seré bueno con ella o simplemente recurrir al vale por un favor a cobrar más tarde - Concentrado, Simon, concentrado.

Una vez más dejo que el fuego envuelva mis ojos, pero ésta vez no reordeno sino que elimino. Poco a poco la llama se va apagando hasta no ser más que un hilo de humo a penas visible en un callejón inundado por la luz. Ya no me molesto en esconder el entusiasmo, doy unos cuantos aplausos y luego salto sacudiendo su brazo por unos segundos - Lo siento, lo siento... Pero... ¿Viste eso? - ya, estoy comportándome como un niño - Tengo que enseñarle ésto a... - comienzo pero me interrumpo al no encontrar un nombre para finalizar la frase - En cuanto a ese premio... Lo pensaré con la almohada y mi gente se pondrá en contacto con tu gente para informar mi decisión - bromeo aún con la risa pegada a mi rostro.

Resoplo como si estuviera ofendida, cuando hacerme enojar es un don que muy pocas personas tienen con facilidad — Aguafiestas — le saco la lengua y todo, aunque es más bien una pantomima un poco ridícula. Que no crea que no he visto la manera que tiene de rodar los ojos, no me contengo en darle un pellizco en el brazo a modo de sutil venganza — Ambicioso, claro. Ten en cuenta que mi sueldo no es muy alto, como para tener un límite — ¿Dónde quedó la época donde la gente solo apostaba una hamburguesa? Claro que también me he criado en una zona donde tener el estómago lleno valía más que cualquier otra cosa en el mundo, así que tal vez lo estoy condicionando por mis propias experiencias. A decir verdad, no conozco absolutamente nada de Simon. Apenas y he aprendido algo de la vida de Synnove, como para saber de su hermano menor.

Aún así, encuentro divertida la escena y me mantengo en silencio, pendiente de cómo es que la llama empieza a apagarse hasta volverse una delgada línea de humo que se eleva delante de nuestras narices. Se lo concedo, me sumo a sus festejos con un aplauso más efusivo y hasta me atrevo a chiflarle — ¿A Meerah? Quizá así no se fija en James y te presta atención a ti — bromeo, aunque pronto alzo las manos con una sonrisa para indicarle que no estoy hablando en serio y no tiene que tomárselo a mal; los adolescentes son bastante impredecibles y no voy a meterme con uno que puede chamuscarme sin poder controlarlo, aunque dudo mucho que quiera enfrentarse a mí — Ohhh… claro — asiento con un mohín, de esos que reprimen una risa — Estaré esperando tu mensaje entonces. Si me necesitas, es sencillo encontrarme en los cubículos en la zona de derechos para las criaturas mágicas, en el Departamento de Justicia.

No temo decirlo, parece que aquí muchos estamos viviendo una doble vida. Personas respetables de día, amigos de revolucionarios de noche. Me volteo para hacerme con la botella, decidida a que ya he hecho suficiente por él. Aún así, me aparto un mechón de pelo para verlo mejor — Eres un chico agradable, Simon — murmuro — Lo único que necesitas para tener a cualquier chica que te guste, es pensar menos y no ser tan dramático. Y recuerda: nada de chamuscar blusas. Si necesitas ayuda con eso… — me señalo, que a pesar de todo, me he dado cuenta que en los últimos meses he aprendido a dar más manos de las que pensé que tenía.