Junio

Lo malo de la ciencia es que lleva tiempo, frente a un pedido pueden pasar meses hasta tener los primeros resultados y eso hace que las personas de arriba pierdan la fe o interés en ciertos proyectos. Pero eso es fácil de solucionar cuando las personas a cargo son esas que, en situaciones normales, perderían la paciencia. La verdad es que no podría pedir a un mejor compañero que a Nicholas, está preparado académicamente y tiene la cabeza bien puesta... Por no decir que también tiene un poco de corazón lo que me da una perspectiva diferente en cada uno de los dilemas que se nos presentan.

- Enciendo la grabadora para dejar constancia del comienzo de la programación de la cepa 2478 - digo en voz alta, aunque cansada, al pequeño aparato que está sobre la mesa. Cada vez estamos más cerca y hubo un momento en que tuvimos que dejar de borrar la pizarra entera para comenzar de cero pues los resultados dejaron de ser tan malos. Pero eso no quita que llevamos meses trabajando en el asunto y aún no conseguimos la cepa perfecta, una capaz de meterse en el organismo de los muggles perdonando a los magos, y que sea lo suficientemente letal para que dejen de ser una mancha en éste mundo.

Apago la grabadora y me dejo caer en la silla giratoria con los ojos clavados en la pantalla de la computadora, en dónde una figura 3D del ADN gira sin cansancio y los códigos de lo que hemos armado hasta ahora nos miran con ansiedad para que los terminemos. Bueno, claramente no nos miran pero así es como lo siento - A este paso la arena matará más humanos que nosotros con ésto - digo a mi compañero dejando caer mi cabeza hacia atrás - Bien, manos a la obra ¿Café?

Hay algunas cosas que deben hacerse por el bien de nuestro futuro. Quiero creer que lo que estamos haciendo aquí es por la seguridad de los ciudadanos de nuestra país, y no es que lo quiera creer en sí, sino que no es otra cosa que eso. El bienestar social es algo de lo que hoy en día estamos carentes gracias a la plaga de traidores y muggles que buscan ocupar nuestro lugar, esa misma que mi compañera y yo llevamos meses tratando de disolver. Pero la ciencia, por mucho que se quiera, no es exacta, no es un proyecto de construcción que pueda tener fecha de expedición. Diría que no tengo problemas de paciencia, pero no se trata realmente de mí cuando hablamos de lo que está en juego, y es por eso que el factor tiempo puede resultar muy estresante cuando no se obtiene la respuesta correcta.

Estoy demasiado concentrado en observar la pantalla de uno de los ordenadores del laboratorio, mi barbilla apoyada contra mi mano mientras me paso desinteresadamente el dedo índice por encima del labio superior, tan pensativo que no llego a escuchar el comienzo de la grabación de hoy. Doy un giro en mi silla para pararme sobre la figura de la mujer morena, asintiendo a su ofrecimiento de café, que es lo único que estoy tomando estos días y quizás debería revaluar la opción de metérmelo por vena, así sería más fácil el mantener la cabeza. — No lo des por perdido tan fácil, lo bueno de esto es que no seremos nosotros los que tengan que salir a cazarlos, sino que simplemente podremos esperar tranquilamente a que la ciencia tome su curso. — digo, más sereno de lo que en realidad me siento. El poder que tendrá esto no me parece un precio tan bajo como para no tener un poco de fe, además de paciencia.

— Quizá lo estamos mirando desde el ángulo equivocado — comienzo, volviéndome a girar en el asiento cuando tengo la taza de café en mis labios y me doy una pausa para probar del sabor negro intenso. Echo un vistazo a través del vidrio transparente que nos separa de la habitación contigua, donde hay algunos científicos trasteando también con nuestro proyecto. — Sé que eres una mujer ambiciosa, Silas, no creas que lo digo con ánimos de ofensa, todo lo contrario. Pero creo que acabar con las células de un organismo en su totalidad no es lo que nos convendría en este caso. En realidad, para ganar la guerra, solo necesitamos que el otro bando se debilite. — tengo que rebajar las ideas de exterminación que tiene esta mujer en la cabeza, y es irónico que yo, siendo ministro de salud, esté hablando de infringir enfermedad y no de sanarla. — Es una solución mucho más fácil en cuanto a tiempo y el resultado es de misma eficacia. — aunque algo me dice que la solución más acertada para Silas Jensen es matarlos a todos.

Me levanto de la silla ante su afirmativa y voy hacia donde la cafetera, el miembro más importante de éste equipo, me espera con la bebida lista para ser vertida en nuestras tazas. Con el correr de los meses he aprendido cómo  Nicholas lo toma, así que lo armo a su gusto mientras escucho lo que dice... Muy cierto. Es cierto que si terminamos nuestro proyecto con éxito ya no habrá guerras, ya no habrá descontrol, simplemente miraremos todo desde un balcón privilegiado mientras los menos merecedores mueren a nuestros pies sin poder hacer nada al respecto - Es más elegante, sí - respondo calmando mi voz para que no suene tan frustrada como antes - Siempre preferiré la ciencia antes de que nuestros soldados estén por ahí derramando sangre.

Le entrego la taza de café y me vuelvo a dejar caer sobre la silla justo antes de empezar a beber para despertarme un poco. Es curioso porque mi mente está cansada, pero mi cuerpo se encuentra activado por el entusiasmo que tengo por el proyecto generando sensaciones de lo más extrañas. Quizás por el cansancio no reacciono inmediatamente ofendida ante la sugerencia de Nicholas y solamente me muerdo la lengua pues debilitarlos no es lo que quiero. Quiero destruirlos, terminar con esa plaga de una vez por todas para que las generaciones futuras ya no tengan que preocuparse por ellos... Quiero ser la persona que extingue a la humanidad.

- Pero luego de eso habría que salir a rematarlos de todas formas... Sino tendríamos un país lleno de discapacitados que no serían más que una molestia para los demás - porque sé que hay gente con sangre decente que hará lo que sea para salvarlos. Si los matamos de una vez, ese problema queda anulado. Pero sí estamos trabados aquí, así que un resultado rápido mientras pensamos en algo mejor podría ser una solución - Deberíamos atacar sus cabezas en ese caso, no sus cuerpos - sigo con su idea - No queremos mentes activas que puedan enviar órdenes a aquellos que aún tienen posibilidades de luchar - puedo imaginarlo, sería un caos.

No sé si elegancia es la palabra que yo escogería para definir lo que estamos haciendo, pero he aprendido a tomar los comentarios de Silas de una forma distinta a la que harían otros. Después de todo, la conozco desde hace años por haber participado en proyectos anteriores juntos, el tiempo suficiente como para haberla visto crecer en mentalidad y... podría decirse algo parecido de su persona. Hay muchas cosas de las que no hablamos porque no se siente necesario, pero soy consciente de que tiene otros problemas mayores aparte del trabajo. — ¿Crees que Magnar opinará lo mismo de esto si es que termina funcionando? — y eso es un decir mucho, a juzgar por las vueltas que da el código que muestra el ordenador.

Jugamos con la ciencia de nuestro lado, pero sé que no hay mucha gente que esté dispuesta a dejar la comodidad por un par de células, cuando hay seres humanos bien formados, entrenados para protegerlos en caso de necesidad. Tanto ellos como nosotros nos hemos dado cuenta de que el departamento de Weynart ha visto mejores épocas, y no planeo echarlo en cara, pero sí diré que es una oportunidad para que el resto de proyectos puedan salir a flote. El sistema de salud no es algo de lo que nadie pueda quejarse, a pesar de que también hemos tenido momentos más gloriosos, es una de las consecuencias de la guerra. Tener que entrenar a profesionales de sanidad en asistencia en el campo de batalla no es algo de lo que me gusta formar parte, pero no es como si el bando enemigo vaya a tener las mismas ideas. Les superamos en inteligencia, número, y si hace falta también, armas. No hay manera de que ganen esta guerra.

— ¿Sabes lo que sería muy interesante? — comienzo, inclinándome un poco en el asiento para alcanzar a tomar la taza de café y llevármela a los labios. Doy un trago antes de proseguir. — Dices que te gustaría atacar sus cabezas, ¿no? ¿Qué opinas de un estado de inconsciencia permanente por el tiempo que nosotros queramos? — el factor tiempo es algo en lo que habría que dedicar días trabajando, pero creo que está entendiendo por donde voy. Y si no lo hace, bueno, para eso me aclaro la garganta. — Diseñar una molécula que pueda colarse en su organismo y alterar su sistema nervioso, un coma instantáneo sería muy conveniente en caso de que lleguemos a las manos. — y ni siquiera tendríamos que matarlos. En una guerra abierta, no puede decirme que no es una idea que no nos salvaría de derramar sangre.

Una sonrisa falsa aparece en mi rostro y decido no responder al respecto. Magnar hace lo que se le da la gana, tiene en su cabeza bien marcado el camino y solo acepta sugerencias cuando tienen la misma esencia que su plan inicial. Cometí el error de creer que tenía una voz en todo ésto, pero claramente no es así, nos delega las tareas que no sabe cómo desarrollar, pero la idea básica sigue siendo suya. Así que si tengo que preguntarme si aceptará algo que no estuvo dentro de su cráneo dando vueltas todo éste tiempo... Mejor ir por nuestra cuenta hasta que ya no haya tiempo para dar marcha atrás.

Giro en la silla cuando vuelve a hablar y escucho con el ceño fruncido masticando la información que me lanza. En realidad no sería tan difícil de hacer si logramos proteger a los magos antes de lanzar algo como eso - Atacar el sistema activador reticular ascendente, me gusta - solo comento mientras sigo procesando la idea. Mis labios se deslizan sobre el borde de la taza pero no bebo, no puedo hacerlo ya que siento que si trago cualquier cosa se cortará la línea de pensamiento que llevo.

- Se creía que el virus polio atacaba el SARA - el problema es que los magos tenemos una secuencia de más, no de menos, que nos diferencia de los humanos así que ¿Cómo podríamos hacer para que aún sin una vacuna no nos afecte? Para que ésto sea sencillo deberíamos poner en aislamiento a toda una población o comenzar la campaña de vacunación sin levantar sospechas, lo que sería sumamente difícil - Podríamos jugar con él pero lo único que se me ocurre para protegernos es vacunarnos contra esta nueva cepa - sigo pensando en voz alta - No podemos hacerlo sin levantar sospechas... A no ser que lo hagamos pasar por una campaña contra la gripe o algo así.

Asiento con la cabeza, es un gesto apenas perceptible que acompaña a la idea, en vista de que parece haberla entendido a la perfección y eso me releva de tener que dar con una explicación exhaustiva de cómo funcionaría. Es lo bueno de trabajar con Silas, nuestros campos son áreas parecidas que benefician a la hora de iniciar un proyecto de grupo, como no podría decir de otros departamentos. — ¿Quiénes son tus mejores microbiólogos? Si planeamos trabajar con virus, pienso que nos ayudaría tener de nuestro lado a las mejores mentes del país. — más que nada porque no es algo que debamos tratar con poco cuidado. Se trata de patógenos altamente infecciosos de los que hablamos, no podemos tratarlo a la ligera.

— Levantar sospechas no es lo que me preocupa primordialmente, más bien nuestro querido presidente. Se puede camuflar como una campaña contra un virus corriente, pero no podemos hacer lo mismo con nuestro jefe. — explico, porque no me parece una mala idea del todo, salvo el pequeño detalle que no dudo en comentarle a mi compañera. — Los dos sabemos que Magnar no parece muy por la labor de salirse de sus planes, tenemos que ser inteligentes y ofrecerle un panorama que no haya barajado antes. — para eso estaría genial que pudiéramos terminar con la parte gráfica y dedicarnos directamente a la experimentación. Pero esa parte, sin duda, será la más complicada.

Ese es todo un problema, porque no creo tener buenos microbiólogos. Mis mejores científicos están en el campo de la ingeniería y no el de la biología así que ¿A quién podría delegárselo? - Ni siquiera los mejores me parecen apropiados para el proyecto... Pero supongo que puedo reclutar a Gramm y Koch para que nos ayuden - pienso en voz alta con una mano acariciando mi mentón. Sí, ellos son lo mejor que tenemos y si bien no se especializan específicamente en virus, creo que podrán con ésto si los vigilamos de cerca.

Mi último trabajo con Magnar no fue precisamente algo para llevar a cabo discretamente, el coliseo es una muestra de poder que no espera pasar desapercibida... Así que es todo lo opuesto a lo que estamos preparando aquí. En realidad no creo que el coliseo vaya a fallar estrepitosamente, así que lo que voy a decir no cuenta con toda mi confianza, pero de todas formas es un plan - Podemos esperar a ver como resulta el corriente plan y en base a eso ofrecer una nueva alternativa luego, no falta mucho de todas formas - no vamos a tenerlo listo para entonces tampoco.

- Campaña de vacunación en otoño y enfermedad de destrucción masiva en invierno - sigo pensando - ¿Podremos con ese calendario?

— Discreción sería la clave si consigues citarlos, no queremos que asuntos como estos anden por la boca de cualquiera. — apunto, alzando una ceja como si con eso dijera todo lo que en verdad tendría que decir. Que no es un buen momento para tener entre manos este proyecto, con la reducción de presupuesto que ha habido por regla general en todos los departamentos. Pero vamos, tanto ella como ya sabemos que los nuestros ni siquiera son mirados por el presidente, a quien solo le interesa ganar esta guerra dentro de sus métodos, esos que incluyen a nuestros amigos los licántropos y demás criaturas.

Asiento con la cabeza, su razonamiento tiene congruencia y espero que, si podemos llevar esto como lo hemos hecho las últimas semanas, no tendríamos de qué preocuparnos. De todas formas, estoy tratando con Silas Jensen, la misma que estará volcando sus ideas en la nueva forma de espectáculo que se ha conseguido el país a modo de tormento nacional. — Te conozco de hace tiempo, Jensen, lo bueno de tu ambición es que de una forma u otra, siempre consigues lo que quieres. — sonrío. Ese es mi consuelo en cuanto a este proyecto, mi tarea estará en nivelar que no se vaya por ideas de exterminio desmesurado.

Doy una palmada en mis piernas con una sonrisa falsa y dejo la taza a un lado para ponerme en marcha con el plan que acabamos de desarrollar. Esto es un avance, quizás no científico pero el primer paso para llegar a una meta es establecer un plan estricto a seguir. Muchos dicen que la vida te sorprende y hay que ir adaptándose en el camino pero la verdad es que no, si eres lo suficientemente atento como para notar las señales, sabes cuándo te estás saliendo del plan... Lo que no quiere decir que se pueda volver una vez arreglado el problema.

- Iré a buscarlos, creo que merecemos un descanso antes de seguir con lo que viene - serán meses intensos pero me entusiasma lo que puede salir de aquí, o mejor dicho, lo que dejará de existir si todo sale bien - ¿Nos vemos mañana a primera hora? - pregunto con las cejas en alto. No puede esperar que el descanso sea muy largo, está trabajando conmigo.

Giro sobre mis talones rumbo a la puerta y saco del bolsillo de mi pollera el teléfono para enviar un mensaje a éstos dos especialistas. Es una ridiculez, yo soy la mejor microbióloga, pero no puedo hacer todo sola. En realidad sí, pero a una velocidad más lenta de la que me gustaría.