OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Eloise Leblanc, Magnar Aminoff...a varias personalidades importantes de NeoPanem se las había encontrado mientras esperaba a que alguno de sus dos progenitores terminara su reunión y decidiese que querían mandarle a hacer. Ya varias personas le habían preguntado si era algún tipo de asistente personal de Lionel o Daphne Grimaldi. A veces fingía que sí lo era y otras veces no podía porque veían su apellido y buscaban siempre alguna manera de meterse en su vida privada y preguntarle por qué era ella la que se encargaba de atender a sus llamados y no un esclavo. La verdad, en su vida con sus padres el esclavo parecía tener hasta más libertad que ella en ciertos aspectos, a pesar de tener que estar siempre junto a ellos al menos a él solo le pedían cosas simples como lavar ropa y limpiar zapato; a ella la mantenían amenazada, dándole el rol de secretaria, asistente, quizá hasta becaria sin sueldo.
Si no fuese porque trabajaba en el Royal la mayoría del tiempo, se la pasaría probablemente día y noche en el ministerio cumpliendo los caprichos de esos dos seres. Tenía que hacerlo si no quería que sus propios padres la hiciesen perder su trabajo, su casa, su dinero, su libertad y más importante que todo eso, su gato. Dudaba que le hiciesen algo lo suficientemente fuerte para merecer pena de muerte, pero bien podían hacer que la encerraran un buen tiempo en la cárcel sin poder hacer nada más que estar sola con sus pensamientos, torturándose como ya le había sucedido una vez. Y sin su gato Aleister cerca para mantenerla cuerda, probablemente acabaría buscando alguna manera de suicidarse en su celda o al menos acabaría golpeándose contra las paredes desesperadamente.
Una vez más se encontraba en el ministerio, su padre era un miembro del Wizengamot y la había llamado como usualmente para, probablemente, pedirle que le prepare té, le acomode papeles o algo por el estilo. Esta vez decidió llevarse a Aleister en el bolso, a él no le gustaba mucho pero siempre y cuando ella lo estuviese acariciando, él no se quejaría. Finalmente su padre salió y le sonrió, ¿por qué le sonreía? Lo escuchó decirle algo a sus compañeros y luego se acercó a darle un abrazo, cosa que le causó repulsión instantáneamente. Tras decirles cosas como "¿vieron que hermosa mi hija?" y luego susurrarle a ella que tenía que empezar a conocerlos, se alejó, alegando que iría a revisar unos asuntos. Los hombres se dispersaron, por suerte para ella, pues la verdad no tenía ganas de conocer a ninguno de ellos, pero quedó uno solo allí, quizá sería buena idea intentar hacerse amiga de él, se veía agradable. Se acercó lentamente y le ofreció una sonrisa. — Buenos días, señor...soy Dioni, hija de Lionel, y...eh...bueno, hola.
Si no fuese porque trabajaba en el Royal la mayoría del tiempo, se la pasaría probablemente día y noche en el ministerio cumpliendo los caprichos de esos dos seres. Tenía que hacerlo si no quería que sus propios padres la hiciesen perder su trabajo, su casa, su dinero, su libertad y más importante que todo eso, su gato. Dudaba que le hiciesen algo lo suficientemente fuerte para merecer pena de muerte, pero bien podían hacer que la encerraran un buen tiempo en la cárcel sin poder hacer nada más que estar sola con sus pensamientos, torturándose como ya le había sucedido una vez. Y sin su gato Aleister cerca para mantenerla cuerda, probablemente acabaría buscando alguna manera de suicidarse en su celda o al menos acabaría golpeándose contra las paredes desesperadamente.
Una vez más se encontraba en el ministerio, su padre era un miembro del Wizengamot y la había llamado como usualmente para, probablemente, pedirle que le prepare té, le acomode papeles o algo por el estilo. Esta vez decidió llevarse a Aleister en el bolso, a él no le gustaba mucho pero siempre y cuando ella lo estuviese acariciando, él no se quejaría. Finalmente su padre salió y le sonrió, ¿por qué le sonreía? Lo escuchó decirle algo a sus compañeros y luego se acercó a darle un abrazo, cosa que le causó repulsión instantáneamente. Tras decirles cosas como "¿vieron que hermosa mi hija?" y luego susurrarle a ella que tenía que empezar a conocerlos, se alejó, alegando que iría a revisar unos asuntos. Los hombres se dispersaron, por suerte para ella, pues la verdad no tenía ganas de conocer a ninguno de ellos, pero quedó uno solo allí, quizá sería buena idea intentar hacerse amiga de él, se veía agradable. Se acercó lentamente y le ofreció una sonrisa. — Buenos días, señor...soy Dioni, hija de Lionel, y...eh...bueno, hola.
Era una caja de pandora. Una que, como cuenta la leyenda, no debería haber abierto, pero el mal ya está hecho. Hubo muchas experiencias agradables en mi pequeño viaje pero ahora me siento más... expuesto que antes. No es como lo era en la secundaria cuando no tenía control absoluto de mi poder, pero sí siento pequeñas fugas de vez en cuando, la pared está más débil y tengo que intentar no asustarme cada vez que un pensamiento ajeno llega a mi cabeza. Supongo que ésto me llevará un entrenamiento completamente distinto al que realicé hasta ahora, no se trata de poner un bloqueo absoluto, sino de dejar la puerta cerrada y poder abrirla cuando quiera. Solo el tiempo dirá si soy capaz de hacerlo y de momento, prefiero mantenerme concentrado al máximo.
Por esto casi ni presto atención cuando uno de los más aburridos del plantel monta una pequeña situación social. Solo los observo con sonrisas fingidas y busco escaparme cuando todo termina sujetando a uno de mis compañeros por el brazo pero se me escapa entre los dedos. Mierda. Me quedo en el lugar sin nadie más y cuando la muchacha se acerca vuelvo a mi actitud de antes, solo que paso una mano por mi cabello que ya perdió el tinte pero sorpresivamente ya no se encuentra blanco, y me inclino un poco para quedar a su altura.
- Lionel, gran tipo, siempre se rehusa a venir a mis fiestas - largo el primer dato que se viene a mi mente. Creo que es uno de los pocos tipos serios del Wizengamot. Sé que a Hans le gusta catalogarnos como una manga de fiesteros... Bueno, no me lo dijo, pero creo que lo escuché por los pasillos éstos días, así que realmente el padre de la chica ¿Dioni dijo? Es el que no encaja aquí - ¿Es día de traer a tu hija al trabajo? Se me pasó un año más... Qué lástima. Prometo que para el año entrante tendré una y la traeré - bromeo tendiéndole la mano con una sonrisa un poco más relajado. Creo que estoy bajo control, no voy a escuchar nada que no quiera escuchar - Soy Viktor Carstairs... Si escuchaste de mí, habrán sido cosas malas. Espero.
Por esto casi ni presto atención cuando uno de los más aburridos del plantel monta una pequeña situación social. Solo los observo con sonrisas fingidas y busco escaparme cuando todo termina sujetando a uno de mis compañeros por el brazo pero se me escapa entre los dedos. Mierda. Me quedo en el lugar sin nadie más y cuando la muchacha se acerca vuelvo a mi actitud de antes, solo que paso una mano por mi cabello que ya perdió el tinte pero sorpresivamente ya no se encuentra blanco, y me inclino un poco para quedar a su altura.
- Lionel, gran tipo, siempre se rehusa a venir a mis fiestas - largo el primer dato que se viene a mi mente. Creo que es uno de los pocos tipos serios del Wizengamot. Sé que a Hans le gusta catalogarnos como una manga de fiesteros... Bueno, no me lo dijo, pero creo que lo escuché por los pasillos éstos días, así que realmente el padre de la chica ¿Dioni dijo? Es el que no encaja aquí - ¿Es día de traer a tu hija al trabajo? Se me pasó un año más... Qué lástima. Prometo que para el año entrante tendré una y la traeré - bromeo tendiéndole la mano con una sonrisa un poco más relajado. Creo que estoy bajo control, no voy a escuchar nada que no quiera escuchar - Soy Viktor Carstairs... Si escuchaste de mí, habrán sido cosas malas. Espero.
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No esperaba que uno de los compañeros de su padre fuese bromista. Por no decir que esperaba que todos fuesen una manga de rectos, estirados, aburridos magos viejos y chapados a la antigua que no hacen más que hablar del trabajo y burlarse de los que no son como ellos. Hasta el momento, lo poco que veía del señor Carstairs le estaba agradando, esperaba poder llevarse con él y tener a alguien dentro del Wizengamot además de su padre que le contase algunas de las cosas que sucedían. No parecía interesada en ella de ninguna forma sexual y eso le gustaba mucho más, los amigos de su padre eran todos una bola de asquerosos y ya estaba harta de lidiar con ellos.
— Oh sí...dice que las fiestas son una pérdida de tiempo y que hay asuntos más importantes...prefiere las reuniones silenciosas con gente silenciosa en lugares silenciosos tomando jugo de ciruela y riéndose de chistes de relojes. — bromeó un poco, su parte realmente prefería evitar las fiestas e ir solo a cosas que consideraba "políticamente importantes" y a extorsionar personas de vez en cuando por información, no por nada les iba tan bien a su madre y a él en todos los casos. — La verdad si no fuese porque a mi madre sí le gustan las fiestas, pensaría que no soy parte de la familia. — ofreció su mano para que este la tomara y hacer el saludo un tanto más formal.
— Realmente mi padre cree que soy sus asistente personal, mi madre igual, así que aquí estoy casi a diario esperando a ver qué se les ocurre mandarme a hacer, no lo haría si no fuese porque... — no, no hables demás. — ...les tengo mucho respeto y los quiero mucho. — ladeó la cabeza, un tanto curiosa por lo que decía. — Hasta el momento me parece que mi padre lo ha mencionado por encima, pero la verdad no le hago mucho caso cuando habla del trabajo...¿así que le gusta que digan cosas malas de usted?.
— Oh sí...dice que las fiestas son una pérdida de tiempo y que hay asuntos más importantes...prefiere las reuniones silenciosas con gente silenciosa en lugares silenciosos tomando jugo de ciruela y riéndose de chistes de relojes. — bromeó un poco, su parte realmente prefería evitar las fiestas e ir solo a cosas que consideraba "políticamente importantes" y a extorsionar personas de vez en cuando por información, no por nada les iba tan bien a su madre y a él en todos los casos. — La verdad si no fuese porque a mi madre sí le gustan las fiestas, pensaría que no soy parte de la familia. — ofreció su mano para que este la tomara y hacer el saludo un tanto más formal.
— Realmente mi padre cree que soy sus asistente personal, mi madre igual, así que aquí estoy casi a diario esperando a ver qué se les ocurre mandarme a hacer, no lo haría si no fuese porque... — no, no hables demás. — ...les tengo mucho respeto y los quiero mucho. — ladeó la cabeza, un tanto curiosa por lo que decía. — Hasta el momento me parece que mi padre lo ha mencionado por encima, pero la verdad no le hago mucho caso cuando habla del trabajo...¿así que le gusta que digan cosas malas de usted?.
Sonrío de lado pues no es el tipo de persona con el que suelo entablar amistad... Bueno, en realidad no suelo entablar amistad con nadie ya que eso significaría que me preocupo por la otra persona y preocuparse por alguien éstos días puede causar muchos dolores de cabeza, pero el punto es que me mantuve alejado de él durante todos éstos años y voy a seguir haciéndolo. Estoy bien con los amigos que tengo ahora, me sobran dedos de una mano pero creo que puedo ayudar a mantenerlos a salvo, o así lo espero- Vivimos en un mundo en dónde no sabemos si despertaremos vivos al día siguiente... Creo que las fiestas son importantes, hay que vivir la corta vida que nos toca - respondo al final como si fuera una especie de anciano revelando el secreto de la felicidad.
Hago una mueca pues me parece que está grandecida como para andar dándole tanto poder a sus padres. Éstas nuevas generaciones tienen que normalizar el mandarlos a la mierda y abrirse su propio camino ¿Por qué les cuesta tanto que todos andan con esos daddy issues? En fin. En realidad no me quejo ya que son esos mismos problemas los que los hacen buscar la validación de cualquier adulto mayor y gracias a eso me resulta tan sencillo llevarlos a la cama luego. Una desgracia con suerte, para mí.
- Si no quieres ser su asistente personal, no lo seas - comento como si fuera lo más obvio del mundo - Solo tienes que buscar el apoyo de alguien más poderoso que ellos, independencia 101 - continúo estirando el brazo para tomar un caramelo que encuentro sobre uno de los escritorios - Y claro que me gusta que digan cosas malas, tener una mala reputación te da un aire de misterio y peligro que se agradece - bromeo guiñándole un ojo - Los "buenos tipos" no llaman la atención ¿Sabes?
Hago una mueca pues me parece que está grandecida como para andar dándole tanto poder a sus padres. Éstas nuevas generaciones tienen que normalizar el mandarlos a la mierda y abrirse su propio camino ¿Por qué les cuesta tanto que todos andan con esos daddy issues? En fin. En realidad no me quejo ya que son esos mismos problemas los que los hacen buscar la validación de cualquier adulto mayor y gracias a eso me resulta tan sencillo llevarlos a la cama luego. Una desgracia con suerte, para mí.
- Si no quieres ser su asistente personal, no lo seas - comento como si fuera lo más obvio del mundo - Solo tienes que buscar el apoyo de alguien más poderoso que ellos, independencia 101 - continúo estirando el brazo para tomar un caramelo que encuentro sobre uno de los escritorios - Y claro que me gusta que digan cosas malas, tener una mala reputación te da un aire de misterio y peligro que se agradece - bromeo guiñándole un ojo - Los "buenos tipos" no llaman la atención ¿Sabes?
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