OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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The Mighty Fall
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
¿Qué ficha moverás?
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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31.03Estudiantes, ¡los estamos buscando! Pasen a revisar nuestra nueva búsqueda Aquí.
Está haciendo un calor fastidioso y el departamento es demasiado pequeño como para soportarlo, incluso he llegado a la instancia de recogerme el cabello con una de las bandas que Ava dejó para mí. Además, tener que explicarle a un muchacho de dieciséis años un sistema de política cuando parece tener la mente en cualquier lado no es de gran ayuda para mi buen humor. Sé que Kendrick tiene buenas intenciones, pero me ha preguntado lo mismo tres veces seguidas y se ha puesto a hacer garabatos en el costado de sus planos, esos que hemos empezado a trazar tratando de hilar nombres y hechos certeros. De mala gana, puedo entender de dónde viene la mano: las bolsas que empiezan a decorar sus ojos hablan de noches de preocupación y, a pesar de que sus ideas no son malas, sé que en el fondo sigue siendo el niño del distrito catorce. Tal vez solo estamos poniéndole demasiado peso sobre los hombros y, por obviedad, él no va a quejarse. Criado por Echo tenía que ser.
Por eso mismo desisto cuando se equivoca de nuevo con los nombres de algunos funcionarios que tenemos en la mira, lo hace con un bostezo eterno y sugiero que se eche a dormir una siesta, algo que toma de buena gana. En resumen, en minutos me encuentro viendo como el hijo pródigo de los Black está roncando a pata tendida mientras yo continúo con el ceño fruncido y la mirada puesta en un montón de papeles que, al final, enrosco hasta formar un par de tubos para meterme dentro del armario evanescente. Quizá mi prima esté dando vueltas por la fábrica y pueda ayudarme con algunas ideas, ya que parece que ninguna de mis compañeras de piso está presente. Es eso o ellas también se encuentran allí, lo cual resolvería todo mucho más fácil.
Empujo la puerta al aparecerme en medio de la fábrica y me recibe el silencio, lo cual me parece extraño porque esperaría encontrarme con los gritos de Zenda o el canto desafinado de Beverly; no es como que sean precisamente pocos viviendo en este lugar. Aún con los planos bajo el brazo, barro el lugar con la vista hasta encontrarme con una figura desconocida tendida en el sofá más cercano, ese que se ve bastante maltrecho — ¿Y tú eres…? — sé que es imposible que sea un rostro enemigo, porque de ser así no podría encontrar la fábrica. Pero desde que empezamos nuestro pequeño movimiento han aparecido demasiadas personas nuevas, de las cuales no he tenido trato con todas — ¿Está Mimi? — paso de inmediato a la pregunta crucial, sacudiendo uno de los planos para demostrar que no estoy aquí precisamente por negocios. Creo que a estas alturas ya ni hace falta que me presente.
Por eso mismo desisto cuando se equivoca de nuevo con los nombres de algunos funcionarios que tenemos en la mira, lo hace con un bostezo eterno y sugiero que se eche a dormir una siesta, algo que toma de buena gana. En resumen, en minutos me encuentro viendo como el hijo pródigo de los Black está roncando a pata tendida mientras yo continúo con el ceño fruncido y la mirada puesta en un montón de papeles que, al final, enrosco hasta formar un par de tubos para meterme dentro del armario evanescente. Quizá mi prima esté dando vueltas por la fábrica y pueda ayudarme con algunas ideas, ya que parece que ninguna de mis compañeras de piso está presente. Es eso o ellas también se encuentran allí, lo cual resolvería todo mucho más fácil.
Empujo la puerta al aparecerme en medio de la fábrica y me recibe el silencio, lo cual me parece extraño porque esperaría encontrarme con los gritos de Zenda o el canto desafinado de Beverly; no es como que sean precisamente pocos viviendo en este lugar. Aún con los planos bajo el brazo, barro el lugar con la vista hasta encontrarme con una figura desconocida tendida en el sofá más cercano, ese que se ve bastante maltrecho — ¿Y tú eres…? — sé que es imposible que sea un rostro enemigo, porque de ser así no podría encontrar la fábrica. Pero desde que empezamos nuestro pequeño movimiento han aparecido demasiadas personas nuevas, de las cuales no he tenido trato con todas — ¿Está Mimi? — paso de inmediato a la pregunta crucial, sacudiendo uno de los planos para demostrar que no estoy aquí precisamente por negocios. Creo que a estas alturas ya ni hace falta que me presente.
Creo que hace tres días no duermo, es difícil saberlo cuando no estoy pendiente del teléfono ni tengo el sol para que me guíe ¿Pero cómo hacerlo cuando la Red Neopanem no es para nada el sitio que esperaba? Locki me dijo que había adultos, que eran una organización que reunía información y la comunicaban en programas ¡Yo escuchaba esos programas! Pero al parecer sin Jefferson y Kenny desaparecida no son más que un montón de niños, una adulta malhumorada y un armario que comunica con lo que parece ser el corazón de la rebelión. Esto último no está tan mal pero ¡La red Neopanem no puede ser solo un programa del corazón conducido por una niña de 15! No, señor, sobre mi cadáver.
Así que desde que llegué llevo organizando todo en la sala de la fábrica, no solo eso, sino que también armé una pizarra para seguir los últimos movimientos de la productora y así intentar dar con su paradero... Han pasado dos meses desde que desapareció así que más vale que traiga su trasero asiático aquí que quiero presentarme y entregarle mi currículum... Que es bastante cargado en realidad y creo que estoy más calificado que cualquiera de los otros que puedan llegar a solicitar el puesto de conductor.
En algún momento me duermo porque a un segundo estoy pensando todo eso y al otro tengo a un pelirrojo con peinado gracioso en frente. En realidad sé quien es, Benedict Franco, y por eso por un segundo me muevo lo más lejos que el sofá me lo permite y mi corazón se acelera hasta que recuerdo que ahora estamos del mismo lado... Bueno, ahora estoy oficialmente de su lado porque antes era la líder de las porritas, animando pero fuera del juego - Jared Rockefeller - me presento sentándome en el sillón con voz ronca.
Me refriego las manos en el rostro para despertarme y luego de unos segundos de procesar dónde estoy y por qué, me levanto para charlar de frente. El tipo es más alto de lo que muestran los videos, así que me tomo un momento para mirarlo de arriba a abajo y luego pararme lo más derecho posible para no quedarme abajo. Que soy bastante alto pero a veces siento que nací en un mundo de gigantes - Mimí es... ¿La que anda con la varita en la oreja, camina encorvada y pareciera que todo el mundo le cae mal? - pregunto con una ceja en alto, adivinando en realidad - Lo siento, no he tenido tiempo de aprenderme los nombres aún... Pero considerando el silencio que hay por aquí, creo que todos están afuera o durmiendo - bastante insensato de ser el primer el caso - ¿Puedo ayudarte en alto? ¡En algo! - pregunto y me corrijo al instante. Creo que estoy algo dormido aún, pero no lo suficiente como para que los papeles debajo de su brazo no llamen mi atención.
Así que desde que llegué llevo organizando todo en la sala de la fábrica, no solo eso, sino que también armé una pizarra para seguir los últimos movimientos de la productora y así intentar dar con su paradero... Han pasado dos meses desde que desapareció así que más vale que traiga su trasero asiático aquí que quiero presentarme y entregarle mi currículum... Que es bastante cargado en realidad y creo que estoy más calificado que cualquiera de los otros que puedan llegar a solicitar el puesto de conductor.
En algún momento me duermo porque a un segundo estoy pensando todo eso y al otro tengo a un pelirrojo con peinado gracioso en frente. En realidad sé quien es, Benedict Franco, y por eso por un segundo me muevo lo más lejos que el sofá me lo permite y mi corazón se acelera hasta que recuerdo que ahora estamos del mismo lado... Bueno, ahora estoy oficialmente de su lado porque antes era la líder de las porritas, animando pero fuera del juego - Jared Rockefeller - me presento sentándome en el sillón con voz ronca.
Me refriego las manos en el rostro para despertarme y luego de unos segundos de procesar dónde estoy y por qué, me levanto para charlar de frente. El tipo es más alto de lo que muestran los videos, así que me tomo un momento para mirarlo de arriba a abajo y luego pararme lo más derecho posible para no quedarme abajo. Que soy bastante alto pero a veces siento que nací en un mundo de gigantes - Mimí es... ¿La que anda con la varita en la oreja, camina encorvada y pareciera que todo el mundo le cae mal? - pregunto con una ceja en alto, adivinando en realidad - Lo siento, no he tenido tiempo de aprenderme los nombres aún... Pero considerando el silencio que hay por aquí, creo que todos están afuera o durmiendo - bastante insensato de ser el primer el caso - ¿Puedo ayudarte en alto? ¡En algo! - pregunto y me corrijo al instante. Creo que estoy algo dormido aún, pero no lo suficiente como para que los papeles debajo de su brazo no llamen mi atención.
Me quedo un momento con la expresión de una persona que está tratando de recalcular de dónde ha escuchado ese nombre, dándome golpecitos en el mentón con algunos de los tubos — Trabajas en televisión o algo así… ¿No? — medios de comunicación, mínimamente, porque sé que me suena a pesar de que no soy una guía del espectáculo actual. Es una ironía, considerando que mi cara solía ser una de las más comunes en los programas que seguían la vida de los vencedores, hasta habían test en las revistas adolescente a ver si yo podía ser o no su pareja ideal. Honestamente, ahora me acuerdo de esa parte y no sé si me causa gracia o me deprime aún más. ¿Quién dice que todo tiempo pasado fue mejor?
No me sorprende su mirada escrutadora, pero por inercia la imito. Parece un poco fuera de lugar en este sitio, todavía no tiene la mirada cansada de aquellos que pasan mucho tiempo entre la mugre del norte. La descripción que hace sobre mi prima me hace sonreír con gracia — Sí, creo que al menos a ella la tienes. Eso me da un punto extra para confiar en ti — porque nadie conoce a Mimi, es como el fantasma tecnológico que podríamos usar como comodín cuando las cosas se pongan feas. Me resigno, parece que el día de hoy no voy a tener mucha suerte y quizá solo deba regresar, echarme en la cama junto al enano y decidir que quizá, esto puede esperar un día más.
Ya estoy pensando en dar la vuelta, mi cuerpo tiene el impulso, cuando su ofrecimiento me frena y alzo mis cejas — En alto creo que no, no — es una broma escueta, lo analizo de pies a cabeza en lo que retomo mis pasos hacia la mesa más cercana y dejo ahí los papeles — ¿Cómo sé que no mataron a todos aquí y solo estabas esperando a que alguien más aparezca? Ey, que no creo eso, pero nunca está mal barajar todas las opciones — por el modo calmo que tengo de desenrollar los papeles, creo que es evidente que no lo veo como una mente brillante de las artimañas del gobierno. Le echo un vistazo, estirando la línea de nombres y fotografías de los altos cargos, que los unen en base a rangos y relaciones — ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste? Y… ¿de dónde? — me parecen las tres preguntas claves en este momento.
No me sorprende su mirada escrutadora, pero por inercia la imito. Parece un poco fuera de lugar en este sitio, todavía no tiene la mirada cansada de aquellos que pasan mucho tiempo entre la mugre del norte. La descripción que hace sobre mi prima me hace sonreír con gracia — Sí, creo que al menos a ella la tienes. Eso me da un punto extra para confiar en ti — porque nadie conoce a Mimi, es como el fantasma tecnológico que podríamos usar como comodín cuando las cosas se pongan feas. Me resigno, parece que el día de hoy no voy a tener mucha suerte y quizá solo deba regresar, echarme en la cama junto al enano y decidir que quizá, esto puede esperar un día más.
Ya estoy pensando en dar la vuelta, mi cuerpo tiene el impulso, cuando su ofrecimiento me frena y alzo mis cejas — En alto creo que no, no — es una broma escueta, lo analizo de pies a cabeza en lo que retomo mis pasos hacia la mesa más cercana y dejo ahí los papeles — ¿Cómo sé que no mataron a todos aquí y solo estabas esperando a que alguien más aparezca? Ey, que no creo eso, pero nunca está mal barajar todas las opciones — por el modo calmo que tengo de desenrollar los papeles, creo que es evidente que no lo veo como una mente brillante de las artimañas del gobierno. Le echo un vistazo, estirando la línea de nombres y fotografías de los altos cargos, que los unen en base a rangos y relaciones — ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste? Y… ¿de dónde? — me parecen las tres preguntas claves en este momento.
- Solía hacerlo, conducía le noticiero de la noche - respondo apartando la vista pues no quiero hablar de ello, sobre todo porque si se pone a sobre analizarlo caerá en la cuenta de que hasta hace no mucho estaba llamándolo terrorista a pedido del gobierno, estuve tapando las cosas verdaderamente importantes con noticias estúpidas como que el perro de la señora Folks aprendió a bailar la polka o en un viaje por Neopanem enumerando la cantidad de cosas que puede hacer uno en el verano ¡Pero que idiota era! Con suerte tendré la oportunidad de compensarlo y quitarme algo de culpa de encima.
Un punto es más de lo que puedo pedir en lo poco que llevamos charlando así que sonrío y hago una leve reverencia con la cabeza a modo de agradecimiento. Supongo que ahora solo me falta identificar a todos los demás que corren por aquí y sus rostros no están en todas las pantallas, sin contar a los que viven más allá del armario - Terminarás notando que soy alguien en quien se puede confiar - me encojo de hombros pues es otro de mis talentos, era el psicólogo de media escuela cuando era un adolescente y de hecho muchos se sorprendieron cuando no elegí eso como profesión.
Intento poner los ojos en blanco y mantenerme serio pero se me termina escapando una risa por su broma ¡Estoy dormido! ¿De acuerdo? No será ni la primera ni la última falla que tenga en la charla. Sin embargo la risa se apaga al ver lo que pone sobre la mesa... Mucho no debe desconfiar como para dejar eso a mi vista y de hecho sonrío un poco porque se parece a la lista que estaba armando yo con los habitantes de la fábrica, solo que la mía solo tenía propósitos sociales, cosa que él no creo que tenga con los ministros.
- Sería un terrible agente si me quedara dormido en el sofá luego de una misión - intento responder a su primera pregunta con rostro pensativo. Aunque, siendo honesto, el que pudiese ser un agente del Capitolio no me haría dejar de ser Jared, así que mi versión malvada bien podría dormirse en plena misión también - Un casting, una semana y del distrito 4 - respondo de manera simplista mientras camino hacia la mesa y doy un vistazo a lo que tiene por allí. Hago una mueca de asco al ver a mi querida cuñada y luego de eso, vuelvo a él.
- Soy el padre adoptivo de Locki... El escuadrón de licántropos atrapó a Jefferson y asesinó a mi hijo - explico mirando al suelo - Por eso decidí venir a dar una mano, usar mi experiencia en el periodismo y hacer algo que valga la pena - amplío mi idea tal y como lo hice con otros aquí, porque uno no puede simplemente aparecer y pretender que le den una cama y comida sin explicaciones - ¿Sabes dónde está Kennedy? Porque estoy intentando encontrarla también, creo que sin su permiso no puedo hacer mucho aquí.
Un punto es más de lo que puedo pedir en lo poco que llevamos charlando así que sonrío y hago una leve reverencia con la cabeza a modo de agradecimiento. Supongo que ahora solo me falta identificar a todos los demás que corren por aquí y sus rostros no están en todas las pantallas, sin contar a los que viven más allá del armario - Terminarás notando que soy alguien en quien se puede confiar - me encojo de hombros pues es otro de mis talentos, era el psicólogo de media escuela cuando era un adolescente y de hecho muchos se sorprendieron cuando no elegí eso como profesión.
Intento poner los ojos en blanco y mantenerme serio pero se me termina escapando una risa por su broma ¡Estoy dormido! ¿De acuerdo? No será ni la primera ni la última falla que tenga en la charla. Sin embargo la risa se apaga al ver lo que pone sobre la mesa... Mucho no debe desconfiar como para dejar eso a mi vista y de hecho sonrío un poco porque se parece a la lista que estaba armando yo con los habitantes de la fábrica, solo que la mía solo tenía propósitos sociales, cosa que él no creo que tenga con los ministros.
- Sería un terrible agente si me quedara dormido en el sofá luego de una misión - intento responder a su primera pregunta con rostro pensativo. Aunque, siendo honesto, el que pudiese ser un agente del Capitolio no me haría dejar de ser Jared, así que mi versión malvada bien podría dormirse en plena misión también - Un casting, una semana y del distrito 4 - respondo de manera simplista mientras camino hacia la mesa y doy un vistazo a lo que tiene por allí. Hago una mueca de asco al ver a mi querida cuñada y luego de eso, vuelvo a él.
- Soy el padre adoptivo de Locki... El escuadrón de licántropos atrapó a Jefferson y asesinó a mi hijo - explico mirando al suelo - Por eso decidí venir a dar una mano, usar mi experiencia en el periodismo y hacer algo que valga la pena - amplío mi idea tal y como lo hice con otros aquí, porque uno no puede simplemente aparecer y pretender que le den una cama y comida sin explicaciones - ¿Sabes dónde está Kennedy? Porque estoy intentando encontrarla también, creo que sin su permiso no puedo hacer mucho aquí.
— Eso espero — aseguro, porque tener confianza en alguien hoy en día es lo suficientemente valioso como para no tomarlo a la ligera. Lo medito un momento y tengo que concederle la razón, dándome por satisfecho… al menos por ahora. Tontamente, hay una de las cosas que dice que llama mi atención y consigue que levante la vista del papelerío, analizándolo rápidamente con la mirada — Crecí en el distrito cuatro, aunque supongo que eso lo sabes — si era un sujeto encargado de las noticias, creo que hay pocas cosas sobre mí que pueda contarle. No obstante, ahora mismo no es importante.
De acuerdo, esa es mucha información y tengo que parar un momento para tratar de ubicar algunos nombres en mi cabeza. Sí, tengo bien presente a Jefferson y jamás tuve mucho trato que digamos con el chico, pero sé de quién me habla. Jeff no es una de las personas con mi mayor admiración, pero se había ganado mi respeto y mi confianza. Tengo que procesarlo un poco antes de volver a reaccionar y hacer una mueca que delata lo cansado que estoy, porque parece que los problemas jamás van a acabarse en un sitio como éste, cuando somos cada vez menos y ellos, cada vez más. A estas alturas, sospecho que ningún plan de contraataque será suficiente.
— No he visto a Kenny en mucho tiempo — murmuro, recuperando mi voz en lo que rasqueteo uno de los dibujos sin forma de Kendrick sobre el borde del papel — He estado tratando de dar con varios, pero creo que hemos perdido el rastro de muchos de los nuestros. No fueron buenos meses, el gobierno tiene la delantera y eso no es necesario decirlo. A veces es como… estar atrapado en un callejón sin salida — y ellos tienen el pesticida, para variar. Bordeo un poco la mesa para poder estirar mejor el papel, luchando con uno de los extremos — Lamento mucho lo de Locki. ¿Cómo llegaste aquí? — porque si Kennedy no lo trajo, alguien debió haberle enseñado el camino.
Doy un golpeteo sobre el rostro de Magnar Aminoff, cuya fotografía nos sonríe con la misma sorna que le recuerdo en vivo y en directo. El simple recuerdo me estremece, pero no creo que sea momento de pensar en ello — No es secreto cuáles son nuestros principales objetivos — mi dedo golpetea al presidente, sí, pero pronto se va hacia la fotografía de Abbigail Road, para pasar por Riorden Weynart, Hans Powell y, por último, Silas Jensen — El resto de los ministros tal vez no son un problema tan grave en sus departamentos, pero no dejan de presentar una fuerza opresora. Y en cuanto a él… — la línea del Ministro de Justicia se conecta con Hermann Richter, ese nuevo dolor de cabeza y aparentemente, también su padre — Si trabajas en las noticias… ¿sabes algo de él? — cualquier dato es un paso hacia delante. Un pequeño detalle me brota de la nada como una duda y me obligo a alzar la mirada una vez más — Antes de continuar: ¿Qué es lo que te han dicho de nuestros planes? — porque hay que ver desde dónde debo empezar.
De acuerdo, esa es mucha información y tengo que parar un momento para tratar de ubicar algunos nombres en mi cabeza. Sí, tengo bien presente a Jefferson y jamás tuve mucho trato que digamos con el chico, pero sé de quién me habla. Jeff no es una de las personas con mi mayor admiración, pero se había ganado mi respeto y mi confianza. Tengo que procesarlo un poco antes de volver a reaccionar y hacer una mueca que delata lo cansado que estoy, porque parece que los problemas jamás van a acabarse en un sitio como éste, cuando somos cada vez menos y ellos, cada vez más. A estas alturas, sospecho que ningún plan de contraataque será suficiente.
— No he visto a Kenny en mucho tiempo — murmuro, recuperando mi voz en lo que rasqueteo uno de los dibujos sin forma de Kendrick sobre el borde del papel — He estado tratando de dar con varios, pero creo que hemos perdido el rastro de muchos de los nuestros. No fueron buenos meses, el gobierno tiene la delantera y eso no es necesario decirlo. A veces es como… estar atrapado en un callejón sin salida — y ellos tienen el pesticida, para variar. Bordeo un poco la mesa para poder estirar mejor el papel, luchando con uno de los extremos — Lamento mucho lo de Locki. ¿Cómo llegaste aquí? — porque si Kennedy no lo trajo, alguien debió haberle enseñado el camino.
Doy un golpeteo sobre el rostro de Magnar Aminoff, cuya fotografía nos sonríe con la misma sorna que le recuerdo en vivo y en directo. El simple recuerdo me estremece, pero no creo que sea momento de pensar en ello — No es secreto cuáles son nuestros principales objetivos — mi dedo golpetea al presidente, sí, pero pronto se va hacia la fotografía de Abbigail Road, para pasar por Riorden Weynart, Hans Powell y, por último, Silas Jensen — El resto de los ministros tal vez no son un problema tan grave en sus departamentos, pero no dejan de presentar una fuerza opresora. Y en cuanto a él… — la línea del Ministro de Justicia se conecta con Hermann Richter, ese nuevo dolor de cabeza y aparentemente, también su padre — Si trabajas en las noticias… ¿sabes algo de él? — cualquier dato es un paso hacia delante. Un pequeño detalle me brota de la nada como una duda y me obligo a alzar la mirada una vez más — Antes de continuar: ¿Qué es lo que te han dicho de nuestros planes? — porque hay que ver desde dónde debo empezar.
Asiento con una sonrisa de lado porque en su momento Benedict fue toda una celebridad. Me tocó cubrir algunas historias que tenían que ver con él aunque en su momento yo no era más que un simple reportero. Su vida era distinta y la mía también, luego de eso fuimos en direcciones tan opuestas que podría decirse que fui mejorando a costa de las personas como él. Un claro ejemplo de la desigualdad y mi caso no es el único, otros hicieron lo mismo - Mi conocimiento sobre tí está bastante des actualizado, ahora solo tengo la versión que el gobierno vende, aunque espero conocer la real - respondo de manera amigable. No se puede conocer a alguien después de dos palabras, pero me da una buena vibra... Definitivamente no me volveré a asustar la próxima vez que lo vea.
Sus palabras no son de ayuda, aunque me preocupa que ella no sea la única desaparecida. De repente se me pone la piel de gallina porque si hay personas fuera del mapa y no me hicieron reportarlas en las noticias es porque hay algo ocurriendo tras bambalinas de lo que no nos estamos enterando. Supongo que puedo pedirle a Rodolph que averigüe algo desde las sombras. Sería un buen momento para que se reconcilie con su hermana pero nunca podría pedirle eso.
- No, no puedes pincharte - advierto con un dedo en alto - Sin confianza no se gana ninguna batalla y a veces hay salidas que no están a simple vista - sigo con las cejas en alto. Vine aquí a unirme a un equipo que está haciendo algo y ya demasiado tengo con el agujero en el pecho que dejó la partida de Locki... Lo último que necesito es sentir que me acabo de sumar a las filas de un pelotón que espera ser fusilado - David - respondo a su próxima pregunta, esto empieza a sentirse como un interrogatorio - Su padre y yo siempre fuimos muy unidos y luego nuestros hijos también lo fueron... - explico pero me detengo a mitad de camino pues no es lo que preguntó.
Apoyo mis codos en la mesa para ver más de cerca los rostros sobre la mesa y se me eriza la piel cuando paso una y otra vez por Magnar Aminoff. Algo en su sonrisa hace que piense que el mundo se termina aquí mismo, y no de la manera bonita y romántica que quisiera pensar - Nadie sabe nada sobre Hermann, pero podría averiguarlo - tendría que hacer uso de mi ojo de búho para hacerlo y volver vivo pero no me parece una misión imposible. Podría tomarlo como periodismo de guerra, algo que hubo una época que quería hacer - Creo que lo que quieren hacer está desplegado sobre la mesa ¿No? - pregunto con las cejas en alto volviendo a enderezarme - Si lo que preguntas es qué tan al tanto estoy, la verdad es que no sé más de lo que he escuchado éstos días... Pero deduzco que buscan atacar la cabeza para que el resto sea más sencillo ¿Verdad? Es un movimiento ambicioso pero sin dejar de ser inteligente.
Sus palabras no son de ayuda, aunque me preocupa que ella no sea la única desaparecida. De repente se me pone la piel de gallina porque si hay personas fuera del mapa y no me hicieron reportarlas en las noticias es porque hay algo ocurriendo tras bambalinas de lo que no nos estamos enterando. Supongo que puedo pedirle a Rodolph que averigüe algo desde las sombras. Sería un buen momento para que se reconcilie con su hermana pero nunca podría pedirle eso.
- No, no puedes pincharte - advierto con un dedo en alto - Sin confianza no se gana ninguna batalla y a veces hay salidas que no están a simple vista - sigo con las cejas en alto. Vine aquí a unirme a un equipo que está haciendo algo y ya demasiado tengo con el agujero en el pecho que dejó la partida de Locki... Lo último que necesito es sentir que me acabo de sumar a las filas de un pelotón que espera ser fusilado - David - respondo a su próxima pregunta, esto empieza a sentirse como un interrogatorio - Su padre y yo siempre fuimos muy unidos y luego nuestros hijos también lo fueron... - explico pero me detengo a mitad de camino pues no es lo que preguntó.
Apoyo mis codos en la mesa para ver más de cerca los rostros sobre la mesa y se me eriza la piel cuando paso una y otra vez por Magnar Aminoff. Algo en su sonrisa hace que piense que el mundo se termina aquí mismo, y no de la manera bonita y romántica que quisiera pensar - Nadie sabe nada sobre Hermann, pero podría averiguarlo - tendría que hacer uso de mi ojo de búho para hacerlo y volver vivo pero no me parece una misión imposible. Podría tomarlo como periodismo de guerra, algo que hubo una época que quería hacer - Creo que lo que quieren hacer está desplegado sobre la mesa ¿No? - pregunto con las cejas en alto volviendo a enderezarme - Si lo que preguntas es qué tan al tanto estoy, la verdad es que no sé más de lo que he escuchado éstos días... Pero deduzco que buscan atacar la cabeza para que el resto sea más sencillo ¿Verdad? Es un movimiento ambicioso pero sin dejar de ser inteligente.
— Debes creerme, si quisiera pincharme, lo habría hecho hace una eternidad — a pesar de la sonrisa, existe cierto tono amargo en mi voz. Para muchas de estas personas, por no decir la mayoría, todo este juego ha empezado hace poco. Se han sumado a las filas en vista de las injusticias y el inconformismo, mientras que a mí me lanzaron en esto hace mucho tiempo y me obligaron a ser parte incluso sin desearlo. Fui voluntario para acompañar a mi hermana, pero no pensé que ese día todo se iría cuesta abajo hasta terminar en este lugar. ¿Qué habría sido de ese Benedict si no hubiera alzado la mano? Tal vez hoy sería solo un esclavo, tal vez mi carácter no se habría forjado de esta manera. Tal vez, no tendría nada por lo que luchar — Ese muchacho tiene una manía con traer personas últimamente… — murmuro simplemente con cierta gracia.
¿Qué sabemos exactamente sobre Hermann Richter? Nada. Lo que se dice en la televisión y que ha sido de material de chimentos es que se trata del padre de un ministro y que trabajaba para el gobierno anterior, pero nada más. No era famoso ni importante y vaya a saber dónde se estuvo moviendo durante todos estos años — Cualquier información nos sería útil. Sabemos que tenemos un enemigo en común, pero no parece estar demasiado ligado a nuestras ideas sobre el futuro — porque si planea deshacerse de los magos, eso choca con los derechos de la mitad de los nuestros. ¿Acaso es tan difícil buscar algo que aleje los resentimientos? ¿Un cuerpo unificado en contra de la desigualdad, o estoy siendo demasiado iluso? A estas alturas debería haber caído un poco en la realidad, eso no significa que voy a arrojar todos mis ideales por la borda.
— Tenemos dos personas que nos han estado ayudando a completar un mapa de la Isla Ministerial que yo empecé hace tiempo. He estado ahí, pero mi memoria no es tan buena como para tener los detalles frescos — además, hubieron algunas modificaciones en los últimos dieciséis años que la hija de la ministra y su esclavo han podido aclarar — No somos tan idiotas de ir por la cabeza de la serpiente con las manos vacías. Queremos conseguir nuestro propio ejército, así que si tú vas a sumarte deberías saber bien con qué nos estamos moviendo. No quiero a nadie que venga a quejarse después — porque sé muy bien que el apellido que vamos a mover no es causa de simpatía para todo el mundo, así que le alzo una ceja evaluadora en su dirección — Tenemos al hijo de Orion Black entre nosotros y haremos uso de él. Presentaremos un frente opositor válido y ellos tendrán que escucharnos… o pelear — pero como es obvio, todos sabemos cual va a ser la opción que tomen.
¿Qué sabemos exactamente sobre Hermann Richter? Nada. Lo que se dice en la televisión y que ha sido de material de chimentos es que se trata del padre de un ministro y que trabajaba para el gobierno anterior, pero nada más. No era famoso ni importante y vaya a saber dónde se estuvo moviendo durante todos estos años — Cualquier información nos sería útil. Sabemos que tenemos un enemigo en común, pero no parece estar demasiado ligado a nuestras ideas sobre el futuro — porque si planea deshacerse de los magos, eso choca con los derechos de la mitad de los nuestros. ¿Acaso es tan difícil buscar algo que aleje los resentimientos? ¿Un cuerpo unificado en contra de la desigualdad, o estoy siendo demasiado iluso? A estas alturas debería haber caído un poco en la realidad, eso no significa que voy a arrojar todos mis ideales por la borda.
— Tenemos dos personas que nos han estado ayudando a completar un mapa de la Isla Ministerial que yo empecé hace tiempo. He estado ahí, pero mi memoria no es tan buena como para tener los detalles frescos — además, hubieron algunas modificaciones en los últimos dieciséis años que la hija de la ministra y su esclavo han podido aclarar — No somos tan idiotas de ir por la cabeza de la serpiente con las manos vacías. Queremos conseguir nuestro propio ejército, así que si tú vas a sumarte deberías saber bien con qué nos estamos moviendo. No quiero a nadie que venga a quejarse después — porque sé muy bien que el apellido que vamos a mover no es causa de simpatía para todo el mundo, así que le alzo una ceja evaluadora en su dirección — Tenemos al hijo de Orion Black entre nosotros y haremos uso de él. Presentaremos un frente opositor válido y ellos tendrán que escucharnos… o pelear — pero como es obvio, todos sabemos cual va a ser la opción que tomen.
Se me escapa una risita porque la verdad es que no lo veo como algo malo. Sí, probablemente soy un ingenuo por confiar en todos los que me voy cruzando pero ¿Acaso no nos va mejor con números grandes? Así que lo que está haciendo David creo que puede funcionar... Como una especie de reclutador que trae las almas en pena a ésta fábrica de desesperanza... No ¿Por qué de desesperanza? Hay un montón de niños corriendo que fueron criados en éstas injusticias y así y todo muestran una sonrisa más de seguido de lo esperado. Ni ellos ni Benedict se están pinchando así que es más un rincón de esperanza, por muy cursi que suene - Para librarlo de culpa, prácticamente lo obligué a traerme - comento conteniendo la risa, no podría obligar a alguien a hacer algo ni con todo mi esfuerzo - Le dije que si no lo hacía le diría a su padre de las revistas que tenía escondida en mi casa - bromeo mirando las fotografías, por lo que la sonrisa no se queda demasiado.
Me quedo pensativo durante unos segundos porque si lo que quiere es unir fuerzas con el tipo, puede funcionar. Se han hecho alianzas en el pasado para derrotar un enemigo común y quizás en el mejor de los casos el tipo muggle loco cambie de idea en el camino. Aunque si fue capaz de envenenar a media población solo para que se maten entre ellos... Dudo que sea posible - Nada que no pueda arreglarse con una traición final - intento que suene más sencillo de lo que en realidad es. Supongo que ahí tengo mi tercera misión, luego de trazar un plan contra Rebecca Hasselbach y averiguar dónde demonios está Kenny: ¿Quién es Hermann Richter?
Alzo las cejas cuando empieza a compartir su plan y escucho atento con los brazos cruzados. Creo que he estado en la isla ministerial dos veces, primero para una entrevista y luego para una fiesta... ¿Será que la tercera será para atacarla? La verdad es que no me veo en ese papel, es una imagen de mí que abandoné hace mucho pero más me vale recuperar si quiero salir vivo de todo esto. Sé en lo que me estoy metiendo y por eso sonrío de forma melancólica, ya extrañando el tipo tranquilo que no podré ser.
- ¿El hijo de Orión...? - comienzo a preguntar cuando caigo en la cuenta de lo que dice, algunos segundos más tarde, y debo dar unos pasos atrás para procesarlo - Esa es la clase de noticias que me habría gustado comunicar - digo solo para decir algo pues... Vaya - No van a escuchar, lo sabes ¿Cierto? - pregunto luego con una ceja en alto - Y si quieres un ejército más vale ampliar los horizontes ¿Buscan atrapar a los antiguos seguidores de los Black? - no son santos de mi devoción tampoco - ¿Y quién es nuestro elegido?
Me quedo pensativo durante unos segundos porque si lo que quiere es unir fuerzas con el tipo, puede funcionar. Se han hecho alianzas en el pasado para derrotar un enemigo común y quizás en el mejor de los casos el tipo muggle loco cambie de idea en el camino. Aunque si fue capaz de envenenar a media población solo para que se maten entre ellos... Dudo que sea posible - Nada que no pueda arreglarse con una traición final - intento que suene más sencillo de lo que en realidad es. Supongo que ahí tengo mi tercera misión, luego de trazar un plan contra Rebecca Hasselbach y averiguar dónde demonios está Kenny: ¿Quién es Hermann Richter?
Alzo las cejas cuando empieza a compartir su plan y escucho atento con los brazos cruzados. Creo que he estado en la isla ministerial dos veces, primero para una entrevista y luego para una fiesta... ¿Será que la tercera será para atacarla? La verdad es que no me veo en ese papel, es una imagen de mí que abandoné hace mucho pero más me vale recuperar si quiero salir vivo de todo esto. Sé en lo que me estoy metiendo y por eso sonrío de forma melancólica, ya extrañando el tipo tranquilo que no podré ser.
- ¿El hijo de Orión...? - comienzo a preguntar cuando caigo en la cuenta de lo que dice, algunos segundos más tarde, y debo dar unos pasos atrás para procesarlo - Esa es la clase de noticias que me habría gustado comunicar - digo solo para decir algo pues... Vaya - No van a escuchar, lo sabes ¿Cierto? - pregunto luego con una ceja en alto - Y si quieres un ejército más vale ampliar los horizontes ¿Buscan atrapar a los antiguos seguidores de los Black? - no son santos de mi devoción tampoco - ¿Y quién es nuestro elegido?
Sacudo la cabeza, no muy seguro de si me ha entendido — No confío en un hombre que ha ejecutado a un montón de personas en pantalla sin siquiera parpadear. No me aliaré con Hermann Richter… pero sí lo tendré anotado como la amenaza que obviamente es para nosotros. No es lo mismo luchar contra un enemigo que contra dos — si no está con nosotros y lo único que planea es sacar a los magos de en medio, tenemos un obvio problema: la mitad de los nuestros tiene sangre mágica. ¿Qué sentido tiene, entonces, si él también será un problema? Solo espero que no sigan saliendo enemigos de la nada, o esto no acabará nunca.
No me esperaba otra reacción. A diferencia de Hero Niniadis, una persona fugitiva totalmente asumida en el exterior con el poder suficiente como para reclamar el lugar de su hermano mayor, no es de público conocimiento que Orion se ha reproducido. Aún recuerdo a ese sujeto, de mis épocas como vencedor en las cuales él era quien se pavoneaba por el centro de comando y entrenamientos como el amo y señor del lugar. Nunca vi en él a alguien con muchas luces, todos sabíamos que era su hermana quien manejaba todas las piezas importantes del juego, pero tampoco voy a negar que Orion Black tenía la presencia clásica de lo que Beverly llamaría “un príncipe”. Es irónico que sea su hijo el que no sabe mirar a una chica sin dejar caer la baba, como el perro que es en su forma animal.
— ¿El gobierno? Lo sé. Para ellos, no es más que un niño. Pero le temen lo suficiente como para saber que es una amenaza en sí mismo, no como un soldado, sino lo que puede representar. Y es a lo que apuntamos… — lo mejor de las ideas es que no puedes matarlas, no como a las personas — No precisamente. Queremos que la gente tenga la idea de que puede elegir no quedarse con la única opción que tienen. Hace dieciséis años que los Niniadis son la cuna de nuestra sociedad y un apellido conocido, con derecho a reclamar su lugar y una idea nueva y fresca… Tal vez no es lo más tentador, pero sabemos que es mejor que nada. Nosotros no queremos el régimen Black de nuevo — porque eso sería alimentarnos de sus errores, de regresar al punto inicial de todo este enorme problema. Sin más, muevo la cabeza en dirección a la televisión; se encuentra apagada, pero todos los días las noticias pintan nuestros rostros como lo han hecho durante todo este tiempo — Kendrick. Duane para todos, Black para nosotros. Es nuestra carnada — odio decirlo de esa manera, lo dejo en claro con mi mueca de desagrado — No le interesa la política, pero si habla, el gobierno lo escuchará. Ya lo dejaron escapar una vez, no lo harán dos veces, cuando saben que es un peligro para su sistema. No tengo intenciones de que salga herido, pero también tengo que ser realista y aceptar que posiblemente no sobreviva a lo que se viene. Muchos de nosotros no lo haremos — lo evalúo con la mirada, tanteando su valor. No puedo pretender que el resto de las personas tenga el mismo nivel de resignación que yo me cargo para con la vida — Aún así… ¿Dices que aceptas eso y estás dentro?
No me esperaba otra reacción. A diferencia de Hero Niniadis, una persona fugitiva totalmente asumida en el exterior con el poder suficiente como para reclamar el lugar de su hermano mayor, no es de público conocimiento que Orion se ha reproducido. Aún recuerdo a ese sujeto, de mis épocas como vencedor en las cuales él era quien se pavoneaba por el centro de comando y entrenamientos como el amo y señor del lugar. Nunca vi en él a alguien con muchas luces, todos sabíamos que era su hermana quien manejaba todas las piezas importantes del juego, pero tampoco voy a negar que Orion Black tenía la presencia clásica de lo que Beverly llamaría “un príncipe”. Es irónico que sea su hijo el que no sabe mirar a una chica sin dejar caer la baba, como el perro que es en su forma animal.
— ¿El gobierno? Lo sé. Para ellos, no es más que un niño. Pero le temen lo suficiente como para saber que es una amenaza en sí mismo, no como un soldado, sino lo que puede representar. Y es a lo que apuntamos… — lo mejor de las ideas es que no puedes matarlas, no como a las personas — No precisamente. Queremos que la gente tenga la idea de que puede elegir no quedarse con la única opción que tienen. Hace dieciséis años que los Niniadis son la cuna de nuestra sociedad y un apellido conocido, con derecho a reclamar su lugar y una idea nueva y fresca… Tal vez no es lo más tentador, pero sabemos que es mejor que nada. Nosotros no queremos el régimen Black de nuevo — porque eso sería alimentarnos de sus errores, de regresar al punto inicial de todo este enorme problema. Sin más, muevo la cabeza en dirección a la televisión; se encuentra apagada, pero todos los días las noticias pintan nuestros rostros como lo han hecho durante todo este tiempo — Kendrick. Duane para todos, Black para nosotros. Es nuestra carnada — odio decirlo de esa manera, lo dejo en claro con mi mueca de desagrado — No le interesa la política, pero si habla, el gobierno lo escuchará. Ya lo dejaron escapar una vez, no lo harán dos veces, cuando saben que es un peligro para su sistema. No tengo intenciones de que salga herido, pero también tengo que ser realista y aceptar que posiblemente no sobreviva a lo que se viene. Muchos de nosotros no lo haremos — lo evalúo con la mirada, tanteando su valor. No puedo pretender que el resto de las personas tenga el mismo nivel de resignación que yo me cargo para con la vida — Aún así… ¿Dices que aceptas eso y estás dentro?
Contengo el aire con las cejas en alto mientras habla porque la verdad es que le tengo más miedo al loco con el trono de plata, tecnología a su disposición y un ejército de gente entrenada que al otro loco con un trono de madera, una corona de hojas y flores asesinas. Son dos amenazas muy distintas, pero creo que Hermann se ha apuntado esa victoria porque simplemente nadie sabía que formaba parte de la batalla - Cuando se pierde el factor sorpresa, una amenaza pierde poder - respondo intentando aportar un poco de tranquilidad - Lo que no quiere decir que haya que subestimar, por supuesto.
Voy asintiendo un poco perdido en mis pensamientos con cada una de sus palabras y no puedo evitar preguntarme cuándo fue que nos vinimos tan a la mierda como sociedad. Sé que hubo un momento en la historia en la que parecía que estábamos evolucionando pero luego ¡Bum! De nuevo a la edad media, porque en eso es en lo que estamos - Solo asegúrense de dejar en claro que un plan cargado de violencia no es lo único que tienen... Porque así es como todos los tiranos comienzan, con un golpe - comento con voz seria. Kendick es un niño, uno que está listo para morir aparentemente así que ¿Quiénes van a hacerse cargo luego? ¿El pelirrojo que tengo en frente? ¿Algún otro general de su pequeño ejército?
- No es cómo que tenga algo mejor que hacer - es una extraña manera de confirmar mi participación pero... Quizás no es la mejor forma, pero es la que hay - Si lo que preguntas es que si estoy de acuerdo con ensuciarme las manos y poner mi vida en riesgo, sí, vine aquí conciente de que tendría que hacerlo - dejo más en claro cruzándome de brazos - Solo avísame cuando llegue la hora de salir del papel de periodista y ponerme en el de soldado, necesito prepararme mentalmente para eso.
Voy asintiendo un poco perdido en mis pensamientos con cada una de sus palabras y no puedo evitar preguntarme cuándo fue que nos vinimos tan a la mierda como sociedad. Sé que hubo un momento en la historia en la que parecía que estábamos evolucionando pero luego ¡Bum! De nuevo a la edad media, porque en eso es en lo que estamos - Solo asegúrense de dejar en claro que un plan cargado de violencia no es lo único que tienen... Porque así es como todos los tiranos comienzan, con un golpe - comento con voz seria. Kendick es un niño, uno que está listo para morir aparentemente así que ¿Quiénes van a hacerse cargo luego? ¿El pelirrojo que tengo en frente? ¿Algún otro general de su pequeño ejército?
- No es cómo que tenga algo mejor que hacer - es una extraña manera de confirmar mi participación pero... Quizás no es la mejor forma, pero es la que hay - Si lo que preguntas es que si estoy de acuerdo con ensuciarme las manos y poner mi vida en riesgo, sí, vine aquí conciente de que tendría que hacerlo - dejo más en claro cruzándome de brazos - Solo avísame cuando llegue la hora de salir del papel de periodista y ponerme en el de soldado, necesito prepararme mentalmente para eso.
— No hay planes de dar un golpe. Solo se presantará la opción, quien quiera unirse será libre de hacerlo. No hay intensiones de ser una amenaza para el civil, sino para el gobierno y darles la libertad de creernos o no, cuando siempre se les ha impuesto en qué creer… bueno, creo que ya es un paso en la dirección contraria — sé que podemos ser muchas cosas, que Kendrick aún no ha decidido quién será en el futuro cuando sea un hombre hecho y derecho, pero creo que la palabra “tirano” no se le podrá aplicar jamás. Al final de cuentas, lo he visto crecer. Es el niño que una vez vino llorando porque encontró un pichón en el jardín de su casa y se decidió a cuidarlo hasta que pudiese echar a volar. ¿Cómo podría ser siquiera una amenaza alguna vez?
Su aceptación a una misión posiblemente suicida no me sorprende, creo que no hay una persona en esta fábrica que crea tener la vida asegurada a estas alturas. Lo único que puedo hacer ahora mismo es aceptarlo, asentir con la cabeza en un gesto cargado de agradecimiento, porque cuantos más seamos, más posibilidades tendremos. Y sí, sé que quizá estoy siendo demasiado optimista porque ellos son un gobierno con su respectivo ejército y luego estamos nosotros — No creo que exista un momento de ser una cosa o la otra. Creo que todos debemos estar preparados para ser lo que se necesite, en cualquier instante, a pesar de que a veces tomar más de un papel sea agotador y confuso. Muchos aquí son niños que se quedaron sin hogar y enfrentan un futuro donde no tendrán jamás uno. Ser el adulto te convierte en algo más que un soldado todos los días, a toda hora — porque todos necesitamos guía, en especial cuando no tenemos ni idea de qué hacer con nosotros mismos.
Sin ir más lejos y asumiendo que todo puede darse por entendido, empiezo a enroscar el papel — Es bueno tenerte aquí. Espero que tu estadía entre muchos adolescentes y adultos desequilibrados sea mejor de lo esperado. Si quieres mi consejo, no te tomes muy en serio los delirios de algunos y estarás bien. Al fin de cuentas… Si empezamos a ponernos serios con respecto al panorama, acabaremos por deprimirnos.
Su aceptación a una misión posiblemente suicida no me sorprende, creo que no hay una persona en esta fábrica que crea tener la vida asegurada a estas alturas. Lo único que puedo hacer ahora mismo es aceptarlo, asentir con la cabeza en un gesto cargado de agradecimiento, porque cuantos más seamos, más posibilidades tendremos. Y sí, sé que quizá estoy siendo demasiado optimista porque ellos son un gobierno con su respectivo ejército y luego estamos nosotros — No creo que exista un momento de ser una cosa o la otra. Creo que todos debemos estar preparados para ser lo que se necesite, en cualquier instante, a pesar de que a veces tomar más de un papel sea agotador y confuso. Muchos aquí son niños que se quedaron sin hogar y enfrentan un futuro donde no tendrán jamás uno. Ser el adulto te convierte en algo más que un soldado todos los días, a toda hora — porque todos necesitamos guía, en especial cuando no tenemos ni idea de qué hacer con nosotros mismos.
Sin ir más lejos y asumiendo que todo puede darse por entendido, empiezo a enroscar el papel — Es bueno tenerte aquí. Espero que tu estadía entre muchos adolescentes y adultos desequilibrados sea mejor de lo esperado. Si quieres mi consejo, no te tomes muy en serio los delirios de algunos y estarás bien. Al fin de cuentas… Si empezamos a ponernos serios con respecto al panorama, acabaremos por deprimirnos.
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