OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Mayo
Los días, semanas y meses pasan sintiendo que no estoy haciendo bien mi trabajo. Los día antes solían ser más productivos y no comprendo qué es lo que generó tal cambio en mi productividad... En realidad sí lo sé, pero me niego a pensar al respecto. Es como una especie de tabú en mi propia cabeza en donde no intento buscar las respuestas a lo que no puedo responder. Quizás por eso llamé a la única persona en la que recuerdo confiar al 100%, una persona de otra vida pero quizás la única que puede ayudarme con éste problema que estoy teniendo. Porque no puedo ser la Kennedy Wang que han contratado, necesito algo más, y honestamente no sé cómo es que aguanté tantos años con ésta fachada.
- Necesito volver - le digo a Georgia saliendo de mi escondite de la habitación. No me concentro en ella, no quiero ver su reacción al verme luego de tantos años, tampoco quiero mostrarme amenazante pues lo último que necesito es tener una varita más apuntándome. Hubo una época en la que entraba a su estudio de ésta forma, pidiendo consejo para abrirme paso en el mundo del espectáculo, preguntándole mejores formas de conseguir información o cómo saber si una fuente es confiable... Necesito volver a eso pues es lo más cercano a la realidad que siento.
Me dejo caer sobre uno de los sofás de la habitación e intento verme lo menos amenazante posible, como la joven conductora que ella recuerda y no la supuesta rebelde que todos creen que soy - Si te decía que era yo no ibas a venir, lo sé - intento atajarme por haber mentido en el desastre - Necesito hablar contigo, Georgia, eres de las pocas personas en las que realmente confío.
Los días, semanas y meses pasan sintiendo que no estoy haciendo bien mi trabajo. Los día antes solían ser más productivos y no comprendo qué es lo que generó tal cambio en mi productividad... En realidad sí lo sé, pero me niego a pensar al respecto. Es como una especie de tabú en mi propia cabeza en donde no intento buscar las respuestas a lo que no puedo responder. Quizás por eso llamé a la única persona en la que recuerdo confiar al 100%, una persona de otra vida pero quizás la única que puede ayudarme con éste problema que estoy teniendo. Porque no puedo ser la Kennedy Wang que han contratado, necesito algo más, y honestamente no sé cómo es que aguanté tantos años con ésta fachada.
- Necesito volver - le digo a Georgia saliendo de mi escondite de la habitación. No me concentro en ella, no quiero ver su reacción al verme luego de tantos años, tampoco quiero mostrarme amenazante pues lo último que necesito es tener una varita más apuntándome. Hubo una época en la que entraba a su estudio de ésta forma, pidiendo consejo para abrirme paso en el mundo del espectáculo, preguntándole mejores formas de conseguir información o cómo saber si una fuente es confiable... Necesito volver a eso pues es lo más cercano a la realidad que siento.
Me dejo caer sobre uno de los sofás de la habitación e intento verme lo menos amenazante posible, como la joven conductora que ella recuerda y no la supuesta rebelde que todos creen que soy - Si te decía que era yo no ibas a venir, lo sé - intento atajarme por haber mentido en el desastre - Necesito hablar contigo, Georgia, eres de las pocas personas en las que realmente confío.
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Suerte que esta abuela tiene un nieto alto y grande que la toma del codo para acompañarla a entrar a uno de los muchos edificios sucios del norte, mi ropa es la de una anciana pobre como las hay pocas en estos distritos, que en estas condiciones ¿cuántos llegan a vivir más allá de los sesenta? Si miramos con atención, en todo Neopanem no es común ver personas pasen los setenta, muchos han sido asesinados a una edad temprana. Asesinados, ¿por qué decirlo de otra manera? Esta situación de guerra permanente en los distritos no le asegura a nadie una larga vida, soy una afortunada, lo sé, en más de un sentido. Y está en mí, por mi propia fortuna, practicar la caridad a quienes no tienen esa suerte. ¡Tantas! ¡Tantas almas en desgracia! Almas que podría comprar por un par de monedas, que tal vez no se merecen, son almas perdidas, pero no puedo con mi generosidad, claramente.
—¡Kennedy!— levanto mi voz al reconocerla, la sorpresa es auténtica al menos por dos segundos, la sonrisa que viene luego no lo es tanto. —Ha pasado tanto, tanto tiempo, mi querida— digo con una expresión conmovida, arrellanada como estoy en la silla precaria que Ramik consiguió para mí y tras la cual se quedó escoltando, no somos tan estúpidos como para que me deje sola con una cita que se niega a revelar su identidad de antemano, y tampoco estúpidos en el sentido de dejar pasar oportunidades. Sospechamos que hay cosas perpetrándose en el norte, así que nuestros paseos siguen siendo frecuentes. Más importante que eso, ¡la chica Niniadis sigue sin aparecer! Si tan solo pudiera conseguir algún rumor de ella que consuele a mi corazón viejo. Y Kennedy… ella ha estado aquí todo estos años, culpa de su sangre veela. —¿Qué sucede, querida? ¿Qué has estado haciendo por aquí? Este lugar nunca ha sido para ti, lamento tanto que te hayan expulsado así hace años…— y claro que el diario le dio la espalda también, le dije a Gilbert que era una estupidez estar de su lado, porque mi favoritismo no bastaría para encubrir la mancha de su sangre. —¿En qué puedo ayudarte?— pregunto, abriendo mis manos hacia ella para animarla a que las tome, que así como puedo ayudarla, espero que me ayude a mí.
—¡Kennedy!— levanto mi voz al reconocerla, la sorpresa es auténtica al menos por dos segundos, la sonrisa que viene luego no lo es tanto. —Ha pasado tanto, tanto tiempo, mi querida— digo con una expresión conmovida, arrellanada como estoy en la silla precaria que Ramik consiguió para mí y tras la cual se quedó escoltando, no somos tan estúpidos como para que me deje sola con una cita que se niega a revelar su identidad de antemano, y tampoco estúpidos en el sentido de dejar pasar oportunidades. Sospechamos que hay cosas perpetrándose en el norte, así que nuestros paseos siguen siendo frecuentes. Más importante que eso, ¡la chica Niniadis sigue sin aparecer! Si tan solo pudiera conseguir algún rumor de ella que consuele a mi corazón viejo. Y Kennedy… ella ha estado aquí todo estos años, culpa de su sangre veela. —¿Qué sucede, querida? ¿Qué has estado haciendo por aquí? Este lugar nunca ha sido para ti, lamento tanto que te hayan expulsado así hace años…— y claro que el diario le dio la espalda también, le dije a Gilbert que era una estupidez estar de su lado, porque mi favoritismo no bastaría para encubrir la mancha de su sangre. —¿En qué puedo ayudarte?— pregunto, abriendo mis manos hacia ella para animarla a que las tome, que así como puedo ayudarla, espero que me ayude a mí.
No hay miedo en su primera exclamación, solo sorpresa, y el "querida" no va cargado de sospecha, así que lo único que puedo hacer es dejar salir el aire de mis pulmones y darle una rápida mirada a su acompañante... Supongo que tendré que confiar en él también para ésta conversación, aunque si todo sale como lo espero en realidad no va a importar porque incluso podríamos convertirnos en amigos, reunirnos los fines de semana a tomar el té y un montón de otras cosas que pueden hacer los ciudadanos entre sí sin miedo a que el gobierno o los mismo rebeldes terminen con la alegría.
- Más de 17 años, Georgia, toda una vida - y la esperanza de vida promedio de todo el norte, más o menos - ¿Qué he estado haciendo? Pues sobrevivir, es todo lo que se puede hacer - agrego encogiéndome de hombros - Eso y reunir información para tener la oportunidad de volver en algún momento - ¿No es eso lo que espero ahora? Solo que no tengo la información que ellos quieren y no tengo idea de cómo conseguirla. No soy buena para conseguir información, ese es el trabajo de Georgia... Yo nomas me encargo de comunicar las noticias, por eso en la red me dedicaba a lo opuesto.
Me acerco a ella para tener su mano y le dedico una sonrisa. Porque se siente maravilloso poder hacer ésto, tener un poco de comprensión de alguien del otro lado de los muros más allá de aquellos que me dan trabajo - Georgia, todos éstos años no fui más que un títere del gobierno, ojos y oídos en el norte - explico de verdad lamentando tener que haber pasado todo eso ¡Yo no lo merecía! - Pero han pasado años y de verdad no lo tolero más, quiero volver a casa, respirar aire puro - o cualquier sitio, la verdad, porque dudo que mi penthouse esté en su lugar - Los lobos tienen empleo ahora... Pensé que quizás con buenas referencias... Considerarían librarme de mi trato.
- Más de 17 años, Georgia, toda una vida - y la esperanza de vida promedio de todo el norte, más o menos - ¿Qué he estado haciendo? Pues sobrevivir, es todo lo que se puede hacer - agrego encogiéndome de hombros - Eso y reunir información para tener la oportunidad de volver en algún momento - ¿No es eso lo que espero ahora? Solo que no tengo la información que ellos quieren y no tengo idea de cómo conseguirla. No soy buena para conseguir información, ese es el trabajo de Georgia... Yo nomas me encargo de comunicar las noticias, por eso en la red me dedicaba a lo opuesto.
Me acerco a ella para tener su mano y le dedico una sonrisa. Porque se siente maravilloso poder hacer ésto, tener un poco de comprensión de alguien del otro lado de los muros más allá de aquellos que me dan trabajo - Georgia, todos éstos años no fui más que un títere del gobierno, ojos y oídos en el norte - explico de verdad lamentando tener que haber pasado todo eso ¡Yo no lo merecía! - Pero han pasado años y de verdad no lo tolero más, quiero volver a casa, respirar aire puro - o cualquier sitio, la verdad, porque dudo que mi penthouse esté en su lugar - Los lobos tienen empleo ahora... Pensé que quizás con buenas referencias... Considerarían librarme de mi trato.
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Una espía del gobierno, esa ha sido la suerte de mi favorita. Espero que mi mirada no delate la emoción que me provoca su confesión, eso quiere decir que ha tenido información privilegiada todo este tiempo, ¡diecisiete años, por Merlín! ¿Cómo pude dejar ir a esta muchacha? Me tomo de sus manos con más fuerza en lo que aparente ser un apretón cariñoso, cuando no lo es, es mi nueva determinación a que la quiero de vuelta conmigo, con todo lo que sabe. La sonrisa que le dirijo es comprensiva y dulce, me tomo la confianza de acunar su mejilla con mi mano cuando me expresa su hartazgo de estas condiciones de vida, ¿eso es lo que quiere? ¿Referencias?
Contengo una carcajada de burla, ¿el gobierno no le exigirá que se quede a cumplir y morir por su misión? Oh, qué es de la vida sin un par de riesgos… —¿Quieres volver a la radio? ¿Es eso, Kenny? Se le ha dado una oportunidad a… las personas como tú, claro que deberías aprovechar, pero…—. Fue una medida impulsada por Magnar, lo que me hace apretar los dientes. —Espero que no seas de los crédulos que ponen a Magnar en un altar ahora—, porque si es así, soltaré sus manos y dejaré que siga jugando en el fango. No quiero fanáticos de ese bastardo que barrió a los Niniadis para decirse hijo perdido de Jamie, ¡ja! Tuvimos que soportar los últimos años de la mujer pidiendo por su hijo pródigo, ese criminal de Seth, como para que venga un salido de la nada a… sacar a la única y auténtica Niniadis del lugar que le corresponde.
—Kennedy, claro que puedo ayudarte y lo haría con mucho gusto, te llevaré conmigo al Capitolio— se lo aseguro, es casi una promesa dicha con tanto convencimiento de mi parte, pero no hago el amago de ponerme de pie. — Pero necesito que antes que abandones el norte, puedas decirme qué sabes de los Niniadis, que se dice por aquí de estos chicos… Seth y Hero Niniadis…— pido, controlo la nota ansiosa en mi voz. —O… ¿qué sabe el gobierno de ellos?
Contengo una carcajada de burla, ¿el gobierno no le exigirá que se quede a cumplir y morir por su misión? Oh, qué es de la vida sin un par de riesgos… —¿Quieres volver a la radio? ¿Es eso, Kenny? Se le ha dado una oportunidad a… las personas como tú, claro que deberías aprovechar, pero…—. Fue una medida impulsada por Magnar, lo que me hace apretar los dientes. —Espero que no seas de los crédulos que ponen a Magnar en un altar ahora—, porque si es así, soltaré sus manos y dejaré que siga jugando en el fango. No quiero fanáticos de ese bastardo que barrió a los Niniadis para decirse hijo perdido de Jamie, ¡ja! Tuvimos que soportar los últimos años de la mujer pidiendo por su hijo pródigo, ese criminal de Seth, como para que venga un salido de la nada a… sacar a la única y auténtica Niniadis del lugar que le corresponde.
—Kennedy, claro que puedo ayudarte y lo haría con mucho gusto, te llevaré conmigo al Capitolio— se lo aseguro, es casi una promesa dicha con tanto convencimiento de mi parte, pero no hago el amago de ponerme de pie. — Pero necesito que antes que abandones el norte, puedas decirme qué sabes de los Niniadis, que se dice por aquí de estos chicos… Seth y Hero Niniadis…— pido, controlo la nota ansiosa en mi voz. —O… ¿qué sabe el gobierno de ellos?
Inclino mi rostro hacia su mejilla y asiento con una mueca cuando pregunta. No sé si quiero volver a la radio en sí, estuve trabajando por años en una oculta en las sombras, pero sí quiero sentir la adrenalina de esos segundos antes del aire, practicar el guion la mañana previa, asistir a eventos buscando tener el mejor vestuario de los asistentes... De solo pensar que esa fue mi vida alguna vez me dan ganas de llorar ¿Y dejé todo por qué? Por tener un poco de sangre de criatura. Me arrepiento de algunas cosas pero gracias a eso también me hice más fuerte. Antes no podía defenderme a mí misma, ahora sí ¿Y a quién no le gusta tener la habilidad de patear algunos traseros?
- No trabajo para Magnar - respondo casi de forma automática. Trabajo para Powell, eso es un hecho, pero él trabaja para el presidente. La verdad es que no sé que opino al respecto y eso trae la confusión de nuevo al ataque... Demonios. Son temas tabú que mi cabeza no puede procesar: Política, misiones exitosas, líneas temporales. Solo sé que las cosas fueron y serán así. Pero de todas formas hago un esfuerzo y respiro profundo, en algún momento tengo que comenzar a poner mis ideas en orden - Es mejor que Niniadis, eso es un hecho, pero ha tenido sus errores.
Sonrío cuando dice que me llevará al Capitolio. Tengo que hacer fuerza para no ponerme a imaginar de inmediato lo que me espera allí y su siguiente pregunta ayuda un poco para hacer que abandone el sueño ¿Los Niniadis? No quiero decir que no sé absolutamente nada de ellos pero es la realidad... Algo más sobre lo que debería aportar información pero nada puedo decir al respecto - He estado un poco... Perdida desde que eso ocurrió, lo lamento pero no sé nada - soy honesta con la voz más apagada que antes - En la red no estaban la última vez que estuve con ellos, ni tampoco con los fugitivos del distrito 14.
- No trabajo para Magnar - respondo casi de forma automática. Trabajo para Powell, eso es un hecho, pero él trabaja para el presidente. La verdad es que no sé que opino al respecto y eso trae la confusión de nuevo al ataque... Demonios. Son temas tabú que mi cabeza no puede procesar: Política, misiones exitosas, líneas temporales. Solo sé que las cosas fueron y serán así. Pero de todas formas hago un esfuerzo y respiro profundo, en algún momento tengo que comenzar a poner mis ideas en orden - Es mejor que Niniadis, eso es un hecho, pero ha tenido sus errores.
Sonrío cuando dice que me llevará al Capitolio. Tengo que hacer fuerza para no ponerme a imaginar de inmediato lo que me espera allí y su siguiente pregunta ayuda un poco para hacer que abandone el sueño ¿Los Niniadis? No quiero decir que no sé absolutamente nada de ellos pero es la realidad... Algo más sobre lo que debería aportar información pero nada puedo decir al respecto - He estado un poco... Perdida desde que eso ocurrió, lo lamento pero no sé nada - soy honesta con la voz más apagada que antes - En la red no estaban la última vez que estuve con ellos, ni tampoco con los fugitivos del distrito 14.
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Me alivia en parte saber que no responde a las órdenes de ese bastardo, pero aprieto mi mano en un puño por el descaro que tiene de decir que es mejor que Niniadis. No puedo esperar otra cosa de quien ve en las nuevas leyes sobre criaturas la oportunidad de volver al Capitolio. Eso no quita que me ha puesto de mal humor, su ignorancia sobre los hijos Niniadis en general no ayuda a que lo mejore. Refunfuño por dentro, si la llevo conmigo será para volver a usar su cara en los medios, no parece que tenga mucho más que aportar, una lástima. Mi generosidad tiene tampoco soy tan altruista. —¿Quieres decir que… tienes contacto directo con esa llamada “red” que se encarga de difundir las noticias clandestinas y con los fugitivos del catorce?— pregunto, sospechando que me ha visto cara de anciana de la que puede aprovecharse, si será zorra arribista.
—Querida, dame unos días para preparar tu lugar de regreso en el Capitolio — pido con falso entusiasmo y también una sonrisa, le doy unas palmaditas a su mano que tengo más cerca. —Una semana o dos semanas como mucho— sigo, cuando bien podría llevarla ahora mismo conmigo, pero no lo haré. Porque no nací ayer como para que me vea la cara de estúpida. —Trata en ese tiempo de no llamar la atención, porque si alguien se entera de que te llevaré conmigo, seguro que tratarán de boicotearlo de alguna manera. Ya sabes cómo es la gente, la suerte ajena siempre apesta y les molesta. No quiero que te pase nada, ¿sí?— digo, mi mano paso fugaz por su mejilla al ponerme de pie con mi bastón golpeando el suelo como si marcara un punto al final de una oración. —Y trata de reunir toda la información que puedas sobre esa red y esos fugitivos. Es para resguardo, querida. ¡Nunca se sabe cuándo nos será útil!— exclamo, y estiro mi brazo hacia ella para tomarla del codo, acercándola delicadamente. —Como favor especial te pediré que prestes oídos a lo que puedas escuchar de los Niniadis, ¿sí? Kenny, entre periodistas sabemos, la información es poder— , ¿es qué acaso tengo que volver a enseñarle cómo se hace periodismo? ¡Por Morgana! Necesito gente que me sea útil, no cachorros huérfanos.
—Querida, dame unos días para preparar tu lugar de regreso en el Capitolio — pido con falso entusiasmo y también una sonrisa, le doy unas palmaditas a su mano que tengo más cerca. —Una semana o dos semanas como mucho— sigo, cuando bien podría llevarla ahora mismo conmigo, pero no lo haré. Porque no nací ayer como para que me vea la cara de estúpida. —Trata en ese tiempo de no llamar la atención, porque si alguien se entera de que te llevaré conmigo, seguro que tratarán de boicotearlo de alguna manera. Ya sabes cómo es la gente, la suerte ajena siempre apesta y les molesta. No quiero que te pase nada, ¿sí?— digo, mi mano paso fugaz por su mejilla al ponerme de pie con mi bastón golpeando el suelo como si marcara un punto al final de una oración. —Y trata de reunir toda la información que puedas sobre esa red y esos fugitivos. Es para resguardo, querida. ¡Nunca se sabe cuándo nos será útil!— exclamo, y estiro mi brazo hacia ella para tomarla del codo, acercándola delicadamente. —Como favor especial te pediré que prestes oídos a lo que puedas escuchar de los Niniadis, ¿sí? Kenny, entre periodistas sabemos, la información es poder— , ¿es qué acaso tengo que volver a enseñarle cómo se hace periodismo? ¡Por Morgana! Necesito gente que me sea útil, no cachorros huérfanos.
¿Contacto con la Red Neopanem? Sonrío de lado e me guardo los comentarios pues ¡Yo soy la maldita Red Neopanem! Todos estos años construyendo programas de mierda con noticias que ellos creían que eran importantes ¿Y qué lograron? No hubo menos muertos, no pudieron evitar absolutamente nada... Yo lo llamaría una misión completamente exitosa - Me encargué de mantener a un grupo de rebeldes tranquilos porque creían que estaban haciendo algo importante, claro que tengo... tenía contacto con la red - explico borrando la sonrisa orgullosa - Ese es el punto, ya no quiero hacerlo, hay amenazas más grandes ahora y creo que mi lugar está en otro sitio - dónde siempre estuvo.
Su respuesta es música para mis oídos. Así que tengo un boleto para el Captolio de ahí a unas semanas y eso es mejor que nada... Solo tengo que aguantar en el lado oscuro del país por unos días más y ¿Cómo no voy a poder hacerlo si lo hice durante años? Lo que me pide es difícil de todas formas. Si quiero mantenerme a salvo, lo mejor será dedicarme a dormir y comer pero no soy tonta... Georgia muestra particular interés en ésto así que quizás lo mejor sera conseguir un poco de información solo para garantizar mi llegada al Capitolio.
- Sabía que podía contar contigo, Georgia... Eres un ejemplo a seguir para mí, gracias - agradezco con mi más sincera sonrisa. No voy a abrazarla, con mujeres así hay que esperar a que ellas hagan el primer movimiento para no ofenderlas. Georgia es como la reina de Neopanem, una sin trono y corona, pero con la actitud de una - Buscaré toda la información que pueda, lo prometo.
Su respuesta es música para mis oídos. Así que tengo un boleto para el Captolio de ahí a unas semanas y eso es mejor que nada... Solo tengo que aguantar en el lado oscuro del país por unos días más y ¿Cómo no voy a poder hacerlo si lo hice durante años? Lo que me pide es difícil de todas formas. Si quiero mantenerme a salvo, lo mejor será dedicarme a dormir y comer pero no soy tonta... Georgia muestra particular interés en ésto así que quizás lo mejor sera conseguir un poco de información solo para garantizar mi llegada al Capitolio.
- Sabía que podía contar contigo, Georgia... Eres un ejemplo a seguir para mí, gracias - agradezco con mi más sincera sonrisa. No voy a abrazarla, con mujeres así hay que esperar a que ellas hagan el primer movimiento para no ofenderlas. Georgia es como la reina de Neopanem, una sin trono y corona, pero con la actitud de una - Buscaré toda la información que pueda, lo prometo.
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Cómo lastima que aquellos que una vez le sostuviste de la mano muestren tal indiferencia, no tiene perdón su descaro al decir tan abiertamente que estuvo en contacto con esa red clandestina que competía con la mía y ridiculizaba a las partes del Boletín Oficiail. ¿Rebeldes tranquilos? ¿Qué clase de té se tomó esta mañana para pensar así? ¡Todos! ¡Todos terroristas! Y la única capaz de mantenerlos a raya era Jamie, un poco desequilibrada al final como todos están de acuerdo, pero para escarmentar a criminales hace falta sobrepasar algunos límites. Ahora que su hijo bastardo está cómodo en su sillón, le abre la puerta hasta a las parias. ¿Así que quieren un lugar en el Capitolio? Le sonrío a Kennedy con absoluta dulzura, entonces que se lo gane y deje primero sus pulgas en el norte. Me contengo el impulso de sacudirme las solapas del saco cuando abandono la habitación. —No, querida, no me halagues sin razón, lo único que hago es dar la bienvenida a mi hija pródiga. Será un gusto volver a tenerte en casa— digo con falso cariño, —te estaremos esperando allí— se lo prometo.
Golpeteo varias veces con mi bastón la alfombra del coche cuando nos vamos alejando con Ramik de los paisajes del norte, calmo mi enojo por la arrogancia insultante que sigue mostrando Kennedy Wang. Si tengo que ser honesta, todavía conserva su encanto de antaño, ese que se debe a su sangre veela. Dejando de lado sus errores y dando por cerrado su tiempo entre repudiados, será una joya muy bonita que volver a lucir en el Capitolio, que necesito volver a tener a mi lado como una mascota obediente y zalamera. Su carisma seductor le ha abierto más de una puerta, y a mi edad en que ya no puedo usar de esas estrategias, me resulta útil contar con alguien que haga el trabajo. No me tardo más que unos pocos días en volver a mandar a Ramik para que la busque y la devuelva a su viejo pedestal.
Golpeteo varias veces con mi bastón la alfombra del coche cuando nos vamos alejando con Ramik de los paisajes del norte, calmo mi enojo por la arrogancia insultante que sigue mostrando Kennedy Wang. Si tengo que ser honesta, todavía conserva su encanto de antaño, ese que se debe a su sangre veela. Dejando de lado sus errores y dando por cerrado su tiempo entre repudiados, será una joya muy bonita que volver a lucir en el Capitolio, que necesito volver a tener a mi lado como una mascota obediente y zalamera. Su carisma seductor le ha abierto más de una puerta, y a mi edad en que ya no puedo usar de esas estrategias, me resulta útil contar con alguien que haga el trabajo. No me tardo más que unos pocos días en volver a mandar a Ramik para que la busque y la devuelva a su viejo pedestal.
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