«Que no, James, que no es eso…», me llevo diciendo semanas a mí mismo, pero, por algún motivo, el pensamiento recurrente vuelve a aparecer en mi mente. Por suerte, normalmente consigo acallarlo con el trabajo, porque estar pendiente de mis pacientes me mantiene bastante distraído de mis propios problemas y preocupaciones. Sin embargo, cuando vuelvo a casa —porque en algún momento tengo que volver cada día— y no tengo nada de lo que ocuparme aparte de Chi, ese pensamiento tortuoso viene a mí.

Es triste, porque de verdad empezaba a pensar que yo era especial para él. Quizá no en el sentido en el que me habría gustado, pero al menos era especial. Me dijo que yo le hacía ser mejor persona… ¿Es que no quiere serlo y por eso no ha vuelto a verme? Ese día incluso se coló en mi casa, siento que ha hecho hasta esfuerzos por verme aunque fuesen unos minutos. Pero entonces, ¿por qué lleva tres meses sin dar señales de vida? Que si sé algo de él es porque lo he visto por la televisión.

Sólo me queda pensar en una cosa: sólo fui un capricho pasajero. Y no me gusta pensar en ello, pero siempre vuelve a mí. Quería acostarse conmigo y como no lo consiguió al final, después de varios intentos, se cansó. Se aburrió de mí. Bueno, no es nada que no haya vivido ya, pero la decepción al final siempre duele y no es algo natural en mí desconfiar de la gente sin conocerla primero… Yo quizá me hice demasiadas ilusiones… no sé qué siento o sentía por Viktor, pero me gustaba estar con él.

Hoy tengo el día libre y he decidido que es momento de ir a hablar con él. Al principio no quería ir a su casa porque me parecía maleducado y no quería agobiarle como si yo fuese su pareja y él me debiese algo… pero ahora necesito hablar con él, al menos para que me diga a la cara que ya no le intereso en absoluto, y espero que Kida no esté porque estoy bastante enfadado y no quisiera asustarla.

Cuando llego a la casa tengo el ceño más fruncido que nunca y los labios apretados. Trato de aliviar eso respirando hondo, pero como no lo consigo, me doy por vencido y toco en la puerta.

La verdad es que tengo miedo. Nunca me había cruzado con una vidente y me dejó los pelos de punta. En los días que pasaron no pude trabajar con tranquilidad, pasé la mayor parte del día dando vueltas alrededor de Becca sin que pueda verme y tomé más café del que puede llegar a ser saludable para mi estómago. Pero esto se resuelve fácil, tengo que ir a visitar a mis padres luego de tantos años y corroborar que estén bien... Además de advertirles de que algo puede llegar a pasar por culpa de una loba loca que me atacó sin piedad pero luego descubrimos que en realidad hay una buena vibra entre nosotros.

Tardo más de lo esperado en armar la maleta y una vez que está lista me quedo sentado en el sofá mirando a la nada. Es difícil porque no sé cómo reaccionarán... Las cosas no terminaron mal entre nosotros, simplemente desaparecí lo cual creo que es peor. No saben nada de mí más allá de las veces que salgo en la corte y yo no se nada de ellos pues ya están muy ancianos como para mantener actualizadas sus redes sociales ¿Qué harán con su tiempo libre? ¿Mamá trabajará en una biblioteca? ¿Papá pescará en su nueva casa en la playa del distrito 4? La verdad es que puedo imaginarlos como la típica pareja de ancianos, adorables y el sueño de cualquier hijo.

El timbre en la puerta me despierta de mi fantasía, así que me levanto con la maleta en la mano y voy a abrir. Me encuentro con un James que parece enfadado así que no digo nada, solo lo observo en silencio. Bueno... Quizás no le agradó que haya desaparecido, pero eso es lo que hago cuando las emociones me abruman. Puede tomar el ejemplo de mis padres que no los veo hace más de 17 años.

¿Cuánto pasó desde la última vez que nos vimos? ¿Un mes? ¿Dos? La verdad es que solo recuerdo partes de la conversación, pero una muy clave que me hizo apartarme de él... La culpa, ganas de ser mejor por estar con él ¿Qué demonios se supone que significa eso? No puedo procesar eso ahora, así que solo acomodo mi cabello, mi traje oscuro y observo que el esmalte de uñas esté en su lugar, todo perfecto.

- James, tanto tiempo - soy un cara dura - Dicen que el destino nos da justo lo que necesitamos y supongo que tenía que despedirme de tí antes de irme... Así que adiós.

Cuando me abre la puerta me impresiona ver su aspecto, ahora tiene un pelirrojo muy bonito en lugar del cabello blanco y sus uñas están pintadas de negro. Las he visto porque se las ha mirado como si no le importase nada que yo esté aquí, puesto que ni siquiera ha hablado… y cuando lo hace… mis labios se aprietan tanto que hasta me duelen. Creo que nunca me había pasado esto… al menos no con un asunto personal. ¿“Adiós”? ¿Y ya está? ¿Sólo eso va a decir?

Por un momento me dan ganas de darle una bofetada bien sonora, por reconocer como si nada el tiempo que llevamos sin vernos y por simplemente soltar un “adiós”, pero no soy tan dramático, así que lo único que hago es bloquear la puerta, a sabiendas de que bien podría desaparecerse si no quiere hablar conmigo, pero confiando en que no lo haga. Que al menos tenga la decencia de darme una explicación. Soportaré sus palabras, lo único que quiero es oírlas para asegurarme de ellas y poder olvidarme ya de todo esto y seguir con mi vida.

—Sí, tanto tiempo —digo con un claro tono contenido—. ¿En serio me vas a decir solamente “adiós”? ¿De verdad? Supongo que lo que creía era cierto, te aburriste de mí. Te cansaste de que no accediera a lo que acceden los demás. Pensé que al menos éramos amigos, que estabas bien con eso, pero se ve que me equivoqué… al menos podrías habérmelo dicho, si no te hubiese visto por la tele podría haber creído que estabas muerto.

Ya está, ya lo he dicho. A lo mejor sueno muy exagerado, pero sólo he dicho lo que siento. Y eso que nunca llegué muy lejos con él, si hubiese hecho eso entonces ahora mismo sí que estaría destruido. Estar chapado a la antigua o, como me gusta llamarlo a mí, ser un romántico no es lo que se lleva, pero es como yo vivo y siento. Yo no digo que esté enamorado de Viktor, pero sí que podría decir que me tenía algo encandilado y que no me molestara siquiera que se hubiese colado en mi casa ya es mucho decir, porque como algo normal me parecería una falta de respeto y total privacidad.

De ser una caricatura probablemente el rostro de James estaría cambiando de color ahora mismo, sus orejas despedirían humo y poco a poco su cuerpo iría aumentando de tamaño de una forma ridícula. Pero lamentablemente ésta es la vida real así que solo veo como distintas muecas van pasando por su rostro hasta que bloquea la puerta para impedirme el paso o, también posible, impedir que le cierre la puerta en la cara. Es la primera vez que lo veo así y debo decir que se ve... Bien. No bien en el sentido de guapo sino en el sentido de que podría meterlo adentro y dejar que tome el mando ¡Así de bien!

Pero tengo que calmar mis hormonas cuando escucho lo que empieza a decir. Respiro profundo y miro hacia el suelo pues tiene toda la razón. Estábamos sembrando buenas migas y lo último que supo de mí es que estaba triste por el aniversario de Rowie y que desaparecí sin dar demasiadas explicaciones. Aunque está completamente equivocado en mis motivos pues de haber querido solo acostarme con él, no habría ido a buscarlo al hospital, tampoco habría pedido por él cuando me lastimé y ciertamente no me había aparecido en su casa en un momento de vulnerabilidad. Menos mal que es lento pues de otra forma habría tenido ésta revelación antes que yo ahora mismo y las cosas se podrían haber ido al demonio.

Lo busco... Todo el tiempo lo busco porque me agrada tenerlo cerca y cuando su presencia comenzó a generar cambios en mí simplemente desaparecí. Porque él sufre en el mundo en el que vivimos y yo me construí para no hacerlo, para sobrevivir sin culpa y poder llegar a viejo con la conciencia tranquila y muchos recuerdos bonitos de la vida ¿Pero cómo decirle ésto sin que suene demasiado sentimental? No puedo hacerlo, más estando sensible por la visita a mis padres.

- Así que según tú mi única motivación en la vida es el sexo - respondo con la voz tranquila y me cruzo de brazos mirando el cielo. Hace un bonito día afuera así que dejo la maleta a un lado, doy un paso al frente y cierro la puerta detrás de mí para que charlemos en el porche - Me gusta, no voy a negarlo pero quiero que mires en retrospectiva, Carlie - es literalmente la única persona a la que puedo leerle la mente sin miedo ¿Acaso no recuerda eso? - ¿De verdad crees que lo único que quiero de ti es eso? Estas sobre estimando mi paciencia... Si el pez no pica la primera noche, paso al siguiente, así funciona para mí.

Hago una mueca que nada tiene que ver con las anteriores cuando escucho lo primero que dice. ¡Eso no es lo que yo quería decir! Si su única motivación fuese el sexo no sería juez. Niego con la cabeza, queriendo contestar inmediatamente a eso, pero sin poder hacerlo porque él sigue hablando y no quiero interrumpirlo. Al final voy a seguir siendo educado…

Me siento muy extraño ahora mismo. ¿Si no era sólo sexo lo que quería de mí entonces por qué no ha vuelto a hablarme? Podrían preguntarme lo mismo, pero en mi caso es que no quería molestarlo, en cambio él… él sé que si hubiese querido hablar conmigo lo habría hecho… si fue capaz de allanar mi casa, lo veo capaz de mucho más. Vuelvo a negar con la cabeza y miro hacia el suelo.

—Yo no digo que tu única motivación en la vida sea el sexo… —digo con un tono más comedido, pues ya no siento esa frustración que venía acumulando durante estos meses… al menos ahora me ha hablado, no se ha largado… aunque lo iba a hacer, se habría ido sin decir nada si no hubiese venido justo hoy… la cuestión es: ¿a dónde va?— Pero aunque no sea el hombre más atractivo ni mucho menos —no es que tenga complejos, pero soy consciente de que los hombres bajos y algo regordetes no somos tan atractivos como los que son como Viktor—, me pareció que eso querías conmigo por tus comentarios… Luego dijiste cosas bonitas y no las he olvidado… pero después desapareciste, no me llamaste, ni apareciste por el hospital, sabiendo cómo eres, entiéndeme si sigo sin entender qué está pasando. No soy la persona segura que parece que soy cuando hablo de mi trabajo o de mí mismo. No lo soy en absoluto. Y pensé… —suspiro y dejo la frase en el aire.

No es lo que quería decir y lo veo cuando niega con la cabeza casi de inmediato. Por supuesto que no, solo sonrío de lado y disfruto de ponerme en el papel de víctima por un segundo. Solo que yo no voy a ponerme de todos los colores ni a levantar la voz... Alguien como él no podría sugerir algo así de nadie, encuentra lo mejor incluso en las peores personas del planeta. Estoy casi seguro de que pedirle una lista de cosas positivas sobre Magnar podría poner algo más a parte de su rostro de demonio sexy y trasero del infierno.

Me divierte un poco la situación hasta que dice que no es el hombre más atractivo del mundo. Giro sobre mis talones y lo miro con el ceño fruncido pues la belleza es algo tan subjetivo que dudo que alguien pueda establecer un estándar de perfección, así como James puede ver lo mejor de las personas yo puedo ver lo más sexy, es mi super poder. Aunque odie admitirlo, somos dos hombres grandes y nuestros días de gloria han pasado hace tiempo... Pero recuerdo a ese chico de veintipico de años que se acercó a mí en el árbol y era uno de los hombres más bellos que había visto en mi vida. Además... Carlie tiene algo que no hay persona en el mundo que pueda equiparar y son esos ojos celestiales con un poder encandilador sobrehumano.

Hago una mueca, me pongo las manos en los bolsillos y me acerco a él hasta solo quedar a unos pocos centímetros de distancia. Entonces comienzo a cambiar... Quito todo el esfuerzo que pongo en la metamorfomagia cada día y siento como mi nariz comienza a desviarse un poquito, como mi cabello cae sobre mi frente despeinado y cómo las ligeras manchas por la edad aparecen en mi rostro. También mis cejas se vuelven más desparejas y la líneas de expresión aparecen alrededor de mi boca y ojos - Y eso que no puedo volver mi cabello al tono natural porque está teñido, sino verías a un cuarentón en decadencia - comento con tono apagado. Tampoco es que me gusta verme así, pero necesito mostrárselo. Y aún así, me he acostado con cada joven de cuerpo marcado que... Pero eso no necesito decirlo.

Sigue hablando y no puedo comprender ni una palabra de lo que dice. Dejando las cosas en claro... Podría acostarme con él, ahora más que antes por razones que no comprendo pero también disfruto de ser su amigo y me he conformado con eso porque es lo que está dispuesto a darme - Tú quieres un señor correcto - intento llegar a una conclusión mientras vuelvo a mi apariencia un poco más juvenil - El típico Ivar Lackberg, con una familia, los hijos y el perro - no sé por qué lo uso de ejemplo pero es lo que mejor se me ocurre - Yo no puedo ofrecerte eso, James... Me acostaría contigo, te visitaría todos los días pero me da... - me interrumpo - no soy así y me da miedo siquiera considerar intentarlo - desearía llegar con él a un acuerdo con el de Ernest pero así como al juez le llevo más de diez años, Carlie tiene unos cuantos más que yo... Estamos en etapas distintas de la vida los tres - No sé si puedo enamorarme, no sé si quiero hacerlo... Este no es un mundo para andar amando a la gente porque todos terminan perdiendo a alguien y luego andan destrozados por los rincones así como lo estuve cuando perdí a mi hermano - ahí fue cuando puse el escudo al corazón y no volví a sacárselo - Todos mueren, absolutamente todos mueren... Como mis padres ahora y no sé que hacer para evitarlo.

No sé qué me pasa, ¿por qué me pone nervioso que Viktor se me acerque tanto? ¿Es por las insinuaciones que me ha hecho en más de una ocasión? Puede ser… porque no me he sentido así desde… desde la última vez que… Menos mal que de mis pensamientos me distrae ver el rostro y el cabello de Viktor cambiando, lo cual al principio me deja completamente confundido, pero luego empiezo a ver que oculta un montón de marcas de la edad que no se le veían antes. Y la verdad es que no comprendo por qué, si se ve encantador así.

Sonrío casi sin darme cuenta y estoy a punto de transmitirle mis pensamientos cuando dice lo siguiente y entonces mi sonrisa se borra de un plumazo. ¿De qué dementores está hablando? ¿Un señor co…? ¿Qué? Sí, claro que me gustaría tener una familia, pero no entiendo por qué habla de eso… ¿Está hablando de que le quiero como pareja? ¡Pero si yo no…! Espera, ¿y por qué me habla ahora de medio a intentarlo? ¿Intentar el qué? ¿Es que querría intentar algo conmigo más allá del sexo o la amistad?

Estoy muy confundido ahora mismo y no estoy nada de acuerdo con sus palabras, así que se lo voy a decir porque no me parece justo ni para él ni para mí ni para cualquiera que se relacione con él que piense eso o actúe de esa manera, pero entonces… entonces siento una punzada en el pecho al escuchar lo que dice sobre sus padres.

—¿T-Tus padres a-acaban de morir? —me llevo las manos a la boca, compungido, consternado y sintiéndome muy mal conmigo mismo. ¡Él de luto y yo reclamándole estupideces que me he metido en la cabeza yo solo! ¡James estúpido!— Por Merlín, lo siento muchísimo, Viktor, y yo aquí largándote mis estúpidas dudas… Lo siento mucho… —digo tan afectado como si hubiese perdido a un ser querido mío.

De acuerdo, puede que no haya sido la mejor elección de palabras pero en realidad... que mis padres hayan muerto sin yo saberlo es absolutamente posible. Quiero creer que no, quiero creer que están sentados en el porche de su casa en el cuatro contando anécdotas sobre la vida a nietos de otras personas, quiero creer que no me extrañan en absoluto y son felices pese a que les rompí el corazón hace tantos años atrás - No están muertos, pero podrían estarlo... Estoy en medio de una situación Schrödingeriana - respondo con el ceño fruncido e intento tranquilizarlo con una palmada en el brazo pues que él enloquezca no va a ayudarme en nada.

Me despeino el cabello para acomodarlo como debe ser y me aparto de su lado para ir hacia la baranda de mi propio porche, uno que no va para nada con el interior de la casa y que, a decir verdad, se parece bastante al sitio en donde imagino a mis padres - No los veo hace tanto que bien podrían haber abandonado el mundo hace años y yo no saberlo - explico al sanador tomando asiento en la hamaca con uno de mis pies arriba - De hecho iba a verlos ahora, por eso la maleta - continúo señalando la puerta que oculta mi equipaje para los próximos días.

Dejo caer mi cabeza hacia atrás y observo el techo en silencio por unos segundos mientras me balanceo hacia adelante y hacia atrás. Debería venir más a esta parte de la casa... La terraza es mejor para espiar a los vecinos pero éste sitio tiene cierta paz que había ignorado hasta ahora, casi tanta como la sala de té que oculto en lo más profundo de la planta baja - ¿Qué tienes que hacer ahora? ¿Podrías venir conmigo? - tengo un plan B pero creo que James podría ayudarme de forma más efectiva a llevarlo acabo - Solo necesito saber que están bien antes de aparecerme en frente de su casa... ¿Podrías comprobarlo por mí?

Aún me estoy sintiendo culpable por haber sido tan bobo cuando él me dice que no están muertos y, por un segundo, me deja confundido. No acabo de entender lo que sucede, ¿no están muertos, pero podrían estarlo? ¿Qué? Aunque me parece curioso que haga alusión a la teoría de Schrödinger. Noto su palmada en mi brazo y miro hacia esa zona antes de volver a mirarlo a él. Aún sigo algo confundido, no acabo de entender la situación, pero entonces me explica que hace mucho tiempo que no los ve… y por lo visto no tiene ningún tipo de contacto con ellos.

Eso me hace preguntarme… ¿por qué? ¿Y por qué va a verlos ahora entonces? ¿Qué ha cambiado para que decida ir a verlos? ¿Será por todo lo que está sucediendo, por el horror de las pérdidas que sufre la gente últimamente? La verdad es que teorizar está bien, pero en un momento como este no y lo más sencillo es preguntarle directamente.

—¿Por qué, si tantos años llevas sin verlos, decides ahora comprobar si siguen vivos? —pregunto sin poder evitarlo. Y después se me ocurre que, ya que parece una situación delicada, podría acompañarlo; sin embargo, cuando estoy a punto de preguntarle si puedo hacerlo, él parece leerme la mente y se me adelanta.

Lo de leerme la mente es un decir, porque sé que él siempre respeta eso. Sólo se ha metido en mi cabeza en dos ocasiones: la primera porque aún no podía controlarlo y la segunda porque se había dado un golpe y tampoco podía controlar su legeremancia.

—Sí, claro, iré encantado. De hecho hoy tengo el día libre… por eso he tenido demasiado tiempo para pensar en mí en lugar de en otras personas… —suspiro y sacudo la cabeza antes de forzar una sonrisa para intentar darle calma— Claro, Viktor, si es lo que necesitas… lo haré —digo y le tiendo la mano derecha.

- Cuando murió Rowie ya no pude verlos, dolía demasiado - me limito a responder con la voz seca, suena ronca y carente de la picardía que suelo expresar. Creo que mi hermano es el único tema de conversación que hace que diga todas y cada una de las palabras en serio, pero aún así no es algo que quiera charlar por horas. Dolía verlos con el corazón destrozado, porque los tres sabíamos que yo jamás sería suficiente como hijo... Rowie era el alma de la casa y sin él ¿Qué quedaba para nosotros como familia? absolutamente nada. Lo único que sería para ellos sería un manojo de decepciones y yo me sentiría presionado porque querrían que viviera la vida que Rowie no pudo tener. Y éramos bastante distintos así que no era un plan que fuera a funcionar.

Creo que James ya tiene una idea bastante concreta de cuándo mi vida se fue a la mierda. Que en realidad no lo es pero sé que muchos lo consideran así. Casi 44 años y sin una sola relación estable de ningún tipo, ya sea amistad o amorosa, nunca tuve un mejor amigo, nunca tuve una pareja, nunca confié en nadie... Hasta que James volvió a aparecer en mi vida y de repente siento que ya no tengo que tener miedo. Lo loco es que tengo miedo de decírselo, no soy valiente, no tengo nada de Wampus.

Dejo salir el aire cuando dice que irá conmigo y sonrío aliviado. Observo su mano extendida por unos segundos y finalmente me paro para tenderla y entrelazar sus dedos con los míos - Gracias - murmuro quedando a solo unos centímetros de él frente a frente, no porque quiera hacerlo sentir incómodo, sino porque quiero que vea que de verdad aprecio lo que va a hacer - Ahora solo necesito mi maleta - comento con media sonrisa y sin soltar su mano voy hacia la puerta para abrirla y sacar de adentro lo que planeo llevar en el viaje - ¿Tienes traje de baño? Podríamos aprovechar e ir a la playa - bromeo con una sonrisa pícara. Ya duré demasiado ¿No?

Por supuesto no se me pasa desapercibido el tono que usa al hablar, pues no tiene nada que ver con el suyo habitual, pero lo comprendo… está hablando de algo que parece dolerle mucho, no sólo lo de Rowie, sino el propio asunto de sus padres, de no verlos… Debió de sufrir mucho al perder a su hermanito porque encima después tuvo que alejarse de sus padres para no pasarlo aún peor. Y seguro que tuvo que hacerlo solo… quizá por eso nunca se ha comprometido, ¿tendrá miedo de volver a pasarlo mal por un ser querido? O quizá no sólo es eso, quizá intenta llenar un vacío con sus múltiples conquistas…

No ha respondido mi pregunta, porque no le pregunté por qué no fue a verlos más, sino por qué ahora ha decidido hacerlo, pero no quiero volver a preguntarle por si se siente mal, así que por ahora lo dejaré correr y ya saldré de mi duda en otro momento.

Parece aliviado tras mi aceptación y hasta sonríe de una forma muy agradable que me hace sonreír a mí de forma inconsciente, de modo que no me doy cuenta de que estoy haciéndolo hasta unos segundos después, cuando él entrelaza sus dedos con los míos, momento en el que siento algo parecido a una descarga eléctrica recorrerme el cuerpo y no estoy seguro de por qué… pero temo que sea por lo que creo.

Me dedico a sonreír, intentando que el gesto no me tiemble, sobre todo porque ahora está muy cerca de mí. Como no parece dispuesto a soltar mi mano cuando se aleja hacia la puerta, no me queda más remedio que seguirle, aunque tampoco me importa. Y su pregunta me toma completamente por sorpresa: primero, porque no me esperaba la cuestión en sí y segundo, porque ha cambiado de humor muy repentinamente. ¿Qué…?

—Creo que no… la última vez que fui a la playa fue… ¿hace treinta años? —digo con timidez mientras la sonrisa me tiembla, estoy algo avergonzado ahora mismo. En cierto modo me halaga que quiera verme en bañador… ¿qué? ¿Qué me pasa? Sacudo la cabeza, abrumado— Venga, vayamos cuanto antes. Me dejo llevar.

¡¿HACE TREINTA AÑOS QUE NO VA A LA PLAYA?! Este hombre necesita divertirse un poco, me niego a creer que desde que comenzó a estudiar no le ha dedicado un solo segundo a algo tan placentero como andar bajo el sol con la mínima cantidad de ropa legalmente aceptable. Porque tiene que ser por falta de tiempo, no porque no le guste, sino se habría negado a mi invitación - No importa, siempre se pueden improvisar los trajes de baño - o ir a una de esas playas especiales que tanto me gustan... Un plus sería ver su rostro rojo no solo por el sol, sino por la vergüenza a ver a los demás.

Acomodo la maleta en mi mano izquierda y no suelto al sanador con la derecha. Respiro profundo varias veces pues pese a la broma de la playa, no debo olvidar que estoy yendo a visitar a mis padres luego de años y que es probable que me manden a la mierda. No solo eso, sino que también podrían estar muertos y eso arruinaría cualquier tipo de futura diversión. Espero que todo resulte bien, poder charlar con ellos y luego mirar el atardecer con Carlie en la playa.

- Sujétate fuerte - pido trasladando mi mano hacia su espalda para acercarlo a mi cuerpo y así desaparecer rumbo al distrito 4.