OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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The Mighty Fall
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Hace ya casi una semana desde la odisea en la que descubrí que, probablemente, mi madre y mi tía habrán acabado muertas. Agatha y yo seguimos tratando de conseguir información sobre qué había pasado con nuestra madre. Sigo pensando maneras de ir al 4, de intentar conseguir aunque sea algo de sangre, pero sé a que estas alturas será casi imposible. Si fuéramos al distrito 4, tampoco es como si pudiéramos ir casa por casa, preguntando a los vecinos si saben algo de nuestra madre y de nuestra tía, cuando Agatha es una humana sin documentación y yo uno de los traidores más buscados del país.
No he vuelto al 5 desde que supe lo que había pasado con mamá y la tía Ari, pero ya he informado a mis hermanas de que lo mejor será ir en los próximos días y hablar con alguien de la Red o del 14 que pueda ayudarnos. El problema es que no quiero ir con las manos vacías, así que paso las horas intentando pensar cómo conseguir más información para no ir tan a ciegas. Me cuesta un par de días pensar en alguien que podría ayudarnos simplemente porque a veces se me olvida el trabajo que tiene ahora, que la gente como ella puede llevar una vida relativamente normal con los cambios de Magnar Aminoff.
No he tenido muchos amigos a lo largo de mi vida porque viviendo como lo he hecho, ha sido siempre casi imposible. Holly Callahan es una de las pocas personas que alguna vez consideré como tal, cuando no era más que un crío viviendo en el norte, y antes de que mi mundo cambiara mucho más. No sé nada de ella desde el último año, aunque me enteré de que empezó a trabajar en el Departamento de Justicia y, por lo tanto, la convierte en la candidata perfecta para explicarme si sabe algo de mi tía, como si ha ido al trabajo estos últimos días... Si no fuera porque quizá, ahora que tiene un trabajo, haya cambiado completamente y me odie por poner en riesgo su nueva vida.
Sé que mis hermanas dirían que estoy loco por estar esperando a una persona que quizá nunca llegue, y que si lo hace, a saber cómo reacciona por los cambios políticos de los últimos meses. Pero vale la pena el peligro si con esto consigo algo de información. También me siento algo egoísta por ponerme en contacto con ella, enviando un mensaje a su nueva vivienda en el 2 y diciéndole cuándo y dónde vernos, después de tanto tiempo sin hablar. Lo hecho, hecho está, así que trato de distraerme arrancando algunos hierbajos, apoyado en el tronco de un árbol, mientras espero. La vida era mucho más sencilla cuando simplemente veníamos aquí a pasar la tarde.
No he vuelto al 5 desde que supe lo que había pasado con mamá y la tía Ari, pero ya he informado a mis hermanas de que lo mejor será ir en los próximos días y hablar con alguien de la Red o del 14 que pueda ayudarnos. El problema es que no quiero ir con las manos vacías, así que paso las horas intentando pensar cómo conseguir más información para no ir tan a ciegas. Me cuesta un par de días pensar en alguien que podría ayudarnos simplemente porque a veces se me olvida el trabajo que tiene ahora, que la gente como ella puede llevar una vida relativamente normal con los cambios de Magnar Aminoff.
No he tenido muchos amigos a lo largo de mi vida porque viviendo como lo he hecho, ha sido siempre casi imposible. Holly Callahan es una de las pocas personas que alguna vez consideré como tal, cuando no era más que un crío viviendo en el norte, y antes de que mi mundo cambiara mucho más. No sé nada de ella desde el último año, aunque me enteré de que empezó a trabajar en el Departamento de Justicia y, por lo tanto, la convierte en la candidata perfecta para explicarme si sabe algo de mi tía, como si ha ido al trabajo estos últimos días... Si no fuera porque quizá, ahora que tiene un trabajo, haya cambiado completamente y me odie por poner en riesgo su nueva vida.
Sé que mis hermanas dirían que estoy loco por estar esperando a una persona que quizá nunca llegue, y que si lo hace, a saber cómo reacciona por los cambios políticos de los últimos meses. Pero vale la pena el peligro si con esto consigo algo de información. También me siento algo egoísta por ponerme en contacto con ella, enviando un mensaje a su nueva vivienda en el 2 y diciéndole cuándo y dónde vernos, después de tanto tiempo sin hablar. Lo hecho, hecho está, así que trato de distraerme arrancando algunos hierbajos, apoyado en el tronco de un árbol, mientras espero. La vida era mucho más sencilla cuando simplemente veníamos aquí a pasar la tarde.
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Mi vida social ha cambiado considerablemente en los últimos meses, tanto que conozco a una cantidad de personas tan elevada que no puedo mantenerme al día con sus nombres. Lo que no me espero es el recibir noticias de uno de ellos que ya daba por desaparecido, en especial con su rostro en cada cartel de búsquedas incansables. Creí que Kyle era más listo que esto, que estaría bien lejos de los problemas y que tendría bien en claro que es ahí donde debe quedarse. ¿Qué ha sido del niño que solía jugar conmigo hace algunos años, cuando la diferencia de edad no se hacía notar y el entretenimiento era necesario para pasar los días de pobreza? Solo sé que ha desaparecido, mucho antes de que las cosas cambien para mí y, sobre todas las cosas, parece estar en el bando enemigo. Del gobierno, no para mí. Todavía no decido qué postura tomar, cuando parece que todas las opciones tienen un punto incorrecto.
Hace tiempo que no vengo a este lugar, pero la primavera hace que huela tal y como lo recuerdo. Me aferro a la fina chaqueta que me mantiene alejada del frío tenue de la zona, dando zancadas largas con mis piernas más delgadas que extensas, hasta que dislumbro una cabellera rizada a unos pocos metros, dándome la espalda en lo que parece ser un entretenimiento infantil. Por alguna razón, esa imagen tan simple me hace sonreír, aunque es un gesto que pronto se evapora. Porque corren rumores, los pasillos del ministerio están repletos de esos. No siempre puedo confirmarlos de primera mano, pero tampoco quiero ser la persona que le pregunte si los ha oído.
— Vaya, parece que te has estirado. ¿Y qué le pasó a tu pelo? — mi voz suena amigable, delata mi intento de sonrisa cuando me detengo a su lado. No le doy oportunidad de ponerse de pie, porque ya me estoy sentando a su lado y observo el paisaje, uno que no podría olvidar por muchas horas que pase dentro de una oficina. No sé cómo sentirme en su compañía, cuando pasábamos tiempo juntos yo era una persona normal y convertirme me tomó con él siendo un poco más niños. Por si las dudas, pongo algo de cabello hacia delante para cubrir parte de mi rostro — Kyle… ¿Por qué estamos aquí? — porque los dos sabemos que estamos arriesgando nuestro pellejo.
Hace tiempo que no vengo a este lugar, pero la primavera hace que huela tal y como lo recuerdo. Me aferro a la fina chaqueta que me mantiene alejada del frío tenue de la zona, dando zancadas largas con mis piernas más delgadas que extensas, hasta que dislumbro una cabellera rizada a unos pocos metros, dándome la espalda en lo que parece ser un entretenimiento infantil. Por alguna razón, esa imagen tan simple me hace sonreír, aunque es un gesto que pronto se evapora. Porque corren rumores, los pasillos del ministerio están repletos de esos. No siempre puedo confirmarlos de primera mano, pero tampoco quiero ser la persona que le pregunte si los ha oído.
— Vaya, parece que te has estirado. ¿Y qué le pasó a tu pelo? — mi voz suena amigable, delata mi intento de sonrisa cuando me detengo a su lado. No le doy oportunidad de ponerse de pie, porque ya me estoy sentando a su lado y observo el paisaje, uno que no podría olvidar por muchas horas que pase dentro de una oficina. No sé cómo sentirme en su compañía, cuando pasábamos tiempo juntos yo era una persona normal y convertirme me tomó con él siendo un poco más niños. Por si las dudas, pongo algo de cabello hacia delante para cubrir parte de mi rostro — Kyle… ¿Por qué estamos aquí? — porque los dos sabemos que estamos arriesgando nuestro pellejo.
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