OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
¿Qué ficha moverás?
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Marzo
Los papeles que tengo en las manos no me gustan para nada, sobre todo porque usan un montón de palabras difíciles para explicar cosas fáciles y eso me vuelve loco ¿Qué quieren demostrar? ¿Que son más inteligentes que yo? ¡No hace falta que me lo pongan por escrito! Si para eso estoy acá, para ver si puedo ser un poco menos bruto... Ya estoy un poco grande para la escuela pero debe haber alguna clase en la que me pueda meter a escuchar ¿No? Sobre todo para ir aprendiendo un poco más de inglés, que las personas en la base de seguridad no son de lo más charlatanas. Becca me dijo antes de empezar a trabajar que podría ser lo que quisiera y después de nuestra última misión... Bueno, por ahí estaría bueno apuntar a algo más a parte del escuadrón. No sé si me veo haciendo eso toda la vida, aguantando eso.
Pero lo que leo no es para mí, por ahí podría encarar por el lado de las criaturas pero hoy en día ser cazador no es muy diferente que ser auror así que sería lo mismo que estar en el escuadrón... Y lo demás suena re difícil ¿Cómo voy a aprender todas las leyes que hay de memoria? ¿Sanación? ¡Ni en pedo! ¿Arte? No, gracias, para cagarme de hambre me vuelvo a la selva en dónde nadie me manda a matar gente ni me juzgan por no saber la diferencia entre un cortacorriente y un tomacorriente. Eso creo que también descarta la ciencia.
Tiro todos los panfletos lo más lejos que puedo y me siento en el pasto que hay en frente del Royal. Los chicos empiezan a salir, con sus uniformes y me da algo de envidia, porque ellos seguro son más inteligentes que yo y la mayoría tienen la mitad de mi edad - Me voy a poner un bar como Diego y Val en el norte y a la mierda... Voy a vivir abajo de un puente y ya fue - le digo en mi idioma a la primera chica que cruza en frente mío. Es super blanca, como si no saliera al sol - ¿Sos vampiro? - le pregunto después con una mueca.
Los papeles que tengo en las manos no me gustan para nada, sobre todo porque usan un montón de palabras difíciles para explicar cosas fáciles y eso me vuelve loco ¿Qué quieren demostrar? ¿Que son más inteligentes que yo? ¡No hace falta que me lo pongan por escrito! Si para eso estoy acá, para ver si puedo ser un poco menos bruto... Ya estoy un poco grande para la escuela pero debe haber alguna clase en la que me pueda meter a escuchar ¿No? Sobre todo para ir aprendiendo un poco más de inglés, que las personas en la base de seguridad no son de lo más charlatanas. Becca me dijo antes de empezar a trabajar que podría ser lo que quisiera y después de nuestra última misión... Bueno, por ahí estaría bueno apuntar a algo más a parte del escuadrón. No sé si me veo haciendo eso toda la vida, aguantando eso.
Pero lo que leo no es para mí, por ahí podría encarar por el lado de las criaturas pero hoy en día ser cazador no es muy diferente que ser auror así que sería lo mismo que estar en el escuadrón... Y lo demás suena re difícil ¿Cómo voy a aprender todas las leyes que hay de memoria? ¿Sanación? ¡Ni en pedo! ¿Arte? No, gracias, para cagarme de hambre me vuelvo a la selva en dónde nadie me manda a matar gente ni me juzgan por no saber la diferencia entre un cortacorriente y un tomacorriente. Eso creo que también descarta la ciencia.
Tiro todos los panfletos lo más lejos que puedo y me siento en el pasto que hay en frente del Royal. Los chicos empiezan a salir, con sus uniformes y me da algo de envidia, porque ellos seguro son más inteligentes que yo y la mayoría tienen la mitad de mi edad - Me voy a poner un bar como Diego y Val en el norte y a la mierda... Voy a vivir abajo de un puente y ya fue - le digo en mi idioma a la primera chica que cruza en frente mío. Es super blanca, como si no saliera al sol - ¿Sos vampiro? - le pregunto después con una mueca.
Para no discutir, lo que hago es suspirar. Es una lástima que esa no sea la respuesta que se espera de alguien que tendría que tener un argumento en la punta de la lengua, una réplica inmediata que defienda su opinión, fracaso en ello y es que no tengo ánimos para intentarlo. Solía creer que estaba haciéndolo bien en mis estudios, que me estaba formando adecuadamente para ejercer como abogada y mis calificaciones así lo confirmaban, y sin embargo, no es la primera vez que siento que fue la decisión equivocada. Tengo estas rachas en las que me lleno de inseguridades, presiento que será cada vez peor, lo malo es que estoy a la mitad de la especialidad, así que me toca tener que pasarlas de alguna manera, sin arrojar todo el esfuerzo por la ventana.
O como panfletos al aire, que es lo que cae cerca de mis pies, dejándome momentáneamente desconcertada. Son los que nos dan al inicio de cada especialidad, me agacho para poder recogerlos, porque revisarlos una vez más no me hará ningún daño. ¿Por qué nunca se me ocurrió hacer ciencias como mi madre? Abro el folleto para leer la información que tiene en sus caras internas, la descripción del plan de estudios que es lo que da una idea de qué esperar. No se puede cambiar de especialidad, pero por un momento quiero pensar en mí como alguien con elecciones y que no sólo tenga que ver con el trabajo que realizaré el resto de mi vida.
—¿Perdona?— murmuro, girándome hacia el chico que me hace una pregunta que no tiene por qué tenerme pensando dos minutos. — ¿No? No, definitivamente no soy un vampiro— contesto con un meneo de mi cabeza, estudiando su expresión para entender por qué alguien del Royal diría algo así, salvo que se tratara de una broma. Una de mal gusto si ese es el caso, no suelo prestar oídos a las burlas que puedan hacerse a partir de mi aspecto. — ¿Siquiera has visto uno alguna vez? No se ven así y tampoco deberías juzgar por las apariencias— sueno innecesariamente a la defensiva con una frase trillada, mientras trato de encajar este rostro entre los que suelo ver en la escuela, porque no se ve mucho mayor que yo. —¿Estás estudiando para cazador?— eso podría explicar su interés encontrarse con una criatura mítica en el patio del Royal.
O como panfletos al aire, que es lo que cae cerca de mis pies, dejándome momentáneamente desconcertada. Son los que nos dan al inicio de cada especialidad, me agacho para poder recogerlos, porque revisarlos una vez más no me hará ningún daño. ¿Por qué nunca se me ocurrió hacer ciencias como mi madre? Abro el folleto para leer la información que tiene en sus caras internas, la descripción del plan de estudios que es lo que da una idea de qué esperar. No se puede cambiar de especialidad, pero por un momento quiero pensar en mí como alguien con elecciones y que no sólo tenga que ver con el trabajo que realizaré el resto de mi vida.
—¿Perdona?— murmuro, girándome hacia el chico que me hace una pregunta que no tiene por qué tenerme pensando dos minutos. — ¿No? No, definitivamente no soy un vampiro— contesto con un meneo de mi cabeza, estudiando su expresión para entender por qué alguien del Royal diría algo así, salvo que se tratara de una broma. Una de mal gusto si ese es el caso, no suelo prestar oídos a las burlas que puedan hacerse a partir de mi aspecto. — ¿Siquiera has visto uno alguna vez? No se ven así y tampoco deberías juzgar por las apariencias— sueno innecesariamente a la defensiva con una frase trillada, mientras trato de encajar este rostro entre los que suelo ver en la escuela, porque no se ve mucho mayor que yo. —¿Estás estudiando para cazador?— eso podría explicar su interés encontrarse con una criatura mítica en el patio del Royal.
¿Quién iba a decir que por solo venir a sentarme en le patio iba a aprender algo nuevo? Porque definitivamente no voy a usar esa pregunta como saludo nunca más. Tampoco me parece para tanto, pero la chica suena ofendida y eso hace que me debata entre pedir perdón desesperadamente o simplemente levantarme e ir a charlar con cualquier otra persona. No, tengo que ser educado aunque no entienda por qué carajos se enoja tanto - No, nunca los vi. Pero me parecen muy cool, inmotales y todo eso... Si fueras un vampiro, cosa que ya has dejado en claro que no eres, sería asombroso y tendría un millón de preguntas qué hacerte.
Sonrío cuando escucho su pregunta y niego con la cabeza. Tengo el físico de un cazador, así que entiendo que piense eso... Quiero decir ¿Dónde se vió un científico con tremendos músculos? ¿O un abogado? Esos los consiguen después de recibirse cuando se internan en el gimnasio, o al menos eso pienso - No soy estudiante, soy parte del nuevo escuadrón licántropo - explico con una mueca, listo para ver la mirada de asquito a la que ya me acostumbré o a quedar solo porque probablemente salga corriendo.
- No estoy en misión oficial, nada más estaba viendo si había algo interesante para estudiar pero veo que no - o al menos nada en lo que yo pueda meterme.
Sonrío cuando escucho su pregunta y niego con la cabeza. Tengo el físico de un cazador, así que entiendo que piense eso... Quiero decir ¿Dónde se vió un científico con tremendos músculos? ¿O un abogado? Esos los consiguen después de recibirse cuando se internan en el gimnasio, o al menos eso pienso - No soy estudiante, soy parte del nuevo escuadrón licántropo - explico con una mueca, listo para ver la mirada de asquito a la que ya me acostumbré o a quedar solo porque probablemente salga corriendo.
- No estoy en misión oficial, nada más estaba viendo si había algo interesante para estudiar pero veo que no - o al menos nada en lo que yo pueda meterme.
Bueno, vaya… eso ha sido, ¡vaya! —Lo siento— me retracto de inmediato de mi actitud borde, por esta manía de responder con un escudo si percibo que alguien podría meterse conmigo, ¿a eso me acostumbré en el Royal? ¿A tratar con más de un idiota que trato así a un completo extraño? Es cierto que tengo mis días en que me siento incómoda en la escuela, evito a las personas porque aun estudiando lo mismo, no me siento afines a ellos. Los alumnos de esta especialidad, en general, tienen ese rasgo de querer buscar conflicto por nada, que es en lo que nos formamos, y me hace sentir mal asumir esa misma postura dentro de este sitio. — Lamento haber sido grosera— me disculpa, aunque la incógnita de su interés en los vampiros sigue abierta.
Puedo tomar como que el hecho de que sea un licántropo y la enemistad tipo leyenda que existe entre ambas criaturas sea la respuesta a su curiosidad, pero fijar mi atención en eso sería evadir algo más grande que es el hecho de que… ¡es un licántropo! Separo mis labios y no soy capaz de modular nada más que un balbuceo. — ¡Vaya!— suelto, no más que eso. Mi sorpresa es de otro tipo al saber que forma parte del escuadrón, pestañeo un par de veces y la imagen no cambia, sigue siendo un chico que podría confundir con cualquier otro del Royal. Un poco más grande en cuanto a hombros y espalda, es cierto, su tono de piel también es diferente, más tostado. Si de rasgos atípicos se trata, no puedo decir nada. —¿Estás aquí por…?— no hace falta que acabe mi pregunta, me lo responde por su cuenta, que mi voz queda relegada.
Hay un chico licántropo mirando qué clases dan en el Royal, ¿y alguien puede notar lo extraordinario que esto? Hace unos años no hubiera sido posible siquiera imaginarlo, y pese a qué sé que hay muchas luchas en cuanto a derechos que conquistar, me emociona de una manera particular que se abra un espacio en las leyes para los fueron marginados por su sangre mezclada con la de criaturas. —¿Cómo qué no?— inquiero, —¿Cuánto tiempo te llevo arribar a esa conclusión? ¿Siquiera has visto las aulas? ¡Ven!—. Giro sobre mis talones para regresar mis pasos al edificio de la escuela. —¿Qué es lo que no te convence?— sigo, reafirmando el agarre de las correas de mi mochila con mis manos para hacer más llevadera la carga de mis apuntes y códigos.
Puedo tomar como que el hecho de que sea un licántropo y la enemistad tipo leyenda que existe entre ambas criaturas sea la respuesta a su curiosidad, pero fijar mi atención en eso sería evadir algo más grande que es el hecho de que… ¡es un licántropo! Separo mis labios y no soy capaz de modular nada más que un balbuceo. — ¡Vaya!— suelto, no más que eso. Mi sorpresa es de otro tipo al saber que forma parte del escuadrón, pestañeo un par de veces y la imagen no cambia, sigue siendo un chico que podría confundir con cualquier otro del Royal. Un poco más grande en cuanto a hombros y espalda, es cierto, su tono de piel también es diferente, más tostado. Si de rasgos atípicos se trata, no puedo decir nada. —¿Estás aquí por…?— no hace falta que acabe mi pregunta, me lo responde por su cuenta, que mi voz queda relegada.
Hay un chico licántropo mirando qué clases dan en el Royal, ¿y alguien puede notar lo extraordinario que esto? Hace unos años no hubiera sido posible siquiera imaginarlo, y pese a qué sé que hay muchas luchas en cuanto a derechos que conquistar, me emociona de una manera particular que se abra un espacio en las leyes para los fueron marginados por su sangre mezclada con la de criaturas. —¿Cómo qué no?— inquiero, —¿Cuánto tiempo te llevo arribar a esa conclusión? ¿Siquiera has visto las aulas? ¡Ven!—. Giro sobre mis talones para regresar mis pasos al edificio de la escuela. —¿Qué es lo que no te convence?— sigo, reafirmando el agarre de las correas de mi mochila con mis manos para hacer más llevadera la carga de mis apuntes y códigos.
Levanto los hombros y hago una seña con la mano para que no se preocupe. Desde que vine al Capitolio las personas son medio malas conmigo por lo que soy, así que tampoco puedo decir que hirió mis sentimientos o algo así, tampoco soy tan debilucho. Aunque por lo general, acá les cuesta mucho más agarrar la mano de un desconocido. No sé cómo es que hacen amigos con esa actitud fría que tienen, pero no me voy a poner a juzgar. Ya estoy en éste baile así que mejor aprender sus pasos y listo.
Pero creo que fue cosa de una vez porque como responde a mi revelación no indica que sea de esas personas estiradas que les gusta marcar su superioridad. No, parece hasta encantada porque yo me convierta en un monstruo peludo una vez por mes, más peludo de lo habitual - ¡Vaya! - imito su tono y gesto para después reír. Esa es mi reacción casi todos los días que me levanto de mi rincón en casa y me miro al espejo con el uniforme del escuadrón puesto.
- Como dos minutos y... no - respondo a sus dos preguntas pero no me da tiempo a explayarme mucho más que se pone a caminar. Rápido me paro de un salto y apuro el paso para alcanzarla - No me convence que ni siquiera hice estudios básicos ¿Entiendes? ¡No tenía derecho de hacerlos! - confieso en voz baja para que nadie más de los que pasan escuchen - Estoy preparado para ser parte del escuadrón de seguridad pero ¿Qué hay de lo demás? No puedo anotarme a éstas carreras difíciles sin saber nada de nada de lo básico - tampoco quiero que crea que soy un inútil para pelear, que me van a pegar una patada en el traste si se enteran que ando desprestigiando al equipo.
- ¿Quieres que te lleve la mochila? Se ve pesada - pregunto luego mirando su espalda - ¿Qué estudias? ¿Historia? ¿La biblia? ¿Rocas? - intento adivinar, es poco probable pero no puedo imaginar nada más pesado que eso.
Pero creo que fue cosa de una vez porque como responde a mi revelación no indica que sea de esas personas estiradas que les gusta marcar su superioridad. No, parece hasta encantada porque yo me convierta en un monstruo peludo una vez por mes, más peludo de lo habitual - ¡Vaya! - imito su tono y gesto para después reír. Esa es mi reacción casi todos los días que me levanto de mi rincón en casa y me miro al espejo con el uniforme del escuadrón puesto.
- Como dos minutos y... no - respondo a sus dos preguntas pero no me da tiempo a explayarme mucho más que se pone a caminar. Rápido me paro de un salto y apuro el paso para alcanzarla - No me convence que ni siquiera hice estudios básicos ¿Entiendes? ¡No tenía derecho de hacerlos! - confieso en voz baja para que nadie más de los que pasan escuchen - Estoy preparado para ser parte del escuadrón de seguridad pero ¿Qué hay de lo demás? No puedo anotarme a éstas carreras difíciles sin saber nada de nada de lo básico - tampoco quiero que crea que soy un inútil para pelear, que me van a pegar una patada en el traste si se enteran que ando desprestigiando al equipo.
- ¿Quieres que te lleve la mochila? Se ve pesada - pregunto luego mirando su espalda - ¿Qué estudias? ¿Historia? ¿La biblia? ¿Rocas? - intento adivinar, es poco probable pero no puedo imaginar nada más pesado que eso.
—Las decisiones importantes de la vida no pueden tomarse en minutos, a veces se necesitan años— opino. Si ha juzgado al Royal en dos minutos no lo habrá visto más que un edificio demasiado imponente, que peca un poco sofisticado, intimidante. Para mí es de lo más natural porque entré y salí por sus puertas desde niña, pasé casi toda mi vida en estos salones y desarrollé cierta apatía a tanta ostentación del Capitolio que sé que puede ser chocante para otros, no hace falta que sea gente del norte, de los distritos un poco más alejados viene gente del Prince a algunas olimpiadas que se organizan y el contraste se aprecia en los comentarios.
Por detrás de la fachada, entiendo que su caso se enfrenta a todos los años de conocimientos perdidos, para los que tengo una respuesta sobre la que debería asesorarme mejor, pero que podría tranquilizarme por el momento. — Tengo entendido que a los chicos que se incorporaran les dejan tomar clases extraordinarias de los cursos inferiores para que puedan complementar su educación. Son más horas de estudio, y si encima trabajas para el escuadrón, pero ¿ahí podrían darte licencias, no? ¿O reducirte las horas?— sugiero, tendría que preguntar un poco más al respecto, para él y para mí podría venirnos bien pasar por la oficina de alguno de los consejeros estudiantiles.
—No, gracias, estoy acostumbrada a llevarla— declino su ofrecimiento con educación, no quiero abusar de ese tipo de gestos aunque con un vistazo compruebo que sus hombros podrían llevar mi mochila y sentirla ligera como una pluma. —Estudio rocas— contesto y la sonrisa se me sale por las comisuras por la broma, —rocas con artículos y artículos grabados con martillo, así se sienten los códigos de leyes cuando los cargo o los leo— suspiro, casi que parece que me estoy quejando de ello, y hay días en los que sí, como hoy. Mi mente vuelve a volar sobre preguntas de por qué no estudié artes y solamente artes, ¿qué hago aquí? ¿por qué insisto en esto? Y sin embargo, cuando llegue a casa veré a mi perro y recordaré por qué sigo. —¿Sabes? No tienes que rendirte tan pronto, hay derechos que cuesta mucho conquistar y una vez que se logra, hay que reafirmarlos. No importa que sea una carrera que comiences y luego la dejes porque descubres que no te gusta, la verdad es que todos lo hacemos. Y es parte de nuestro derecho también, estudiar y descubrir qué queremos hacer.
Por detrás de la fachada, entiendo que su caso se enfrenta a todos los años de conocimientos perdidos, para los que tengo una respuesta sobre la que debería asesorarme mejor, pero que podría tranquilizarme por el momento. — Tengo entendido que a los chicos que se incorporaran les dejan tomar clases extraordinarias de los cursos inferiores para que puedan complementar su educación. Son más horas de estudio, y si encima trabajas para el escuadrón, pero ¿ahí podrían darte licencias, no? ¿O reducirte las horas?— sugiero, tendría que preguntar un poco más al respecto, para él y para mí podría venirnos bien pasar por la oficina de alguno de los consejeros estudiantiles.
—No, gracias, estoy acostumbrada a llevarla— declino su ofrecimiento con educación, no quiero abusar de ese tipo de gestos aunque con un vistazo compruebo que sus hombros podrían llevar mi mochila y sentirla ligera como una pluma. —Estudio rocas— contesto y la sonrisa se me sale por las comisuras por la broma, —rocas con artículos y artículos grabados con martillo, así se sienten los códigos de leyes cuando los cargo o los leo— suspiro, casi que parece que me estoy quejando de ello, y hay días en los que sí, como hoy. Mi mente vuelve a volar sobre preguntas de por qué no estudié artes y solamente artes, ¿qué hago aquí? ¿por qué insisto en esto? Y sin embargo, cuando llegue a casa veré a mi perro y recordaré por qué sigo. —¿Sabes? No tienes que rendirte tan pronto, hay derechos que cuesta mucho conquistar y una vez que se logra, hay que reafirmarlos. No importa que sea una carrera que comiences y luego la dejes porque descubres que no te gusta, la verdad es que todos lo hacemos. Y es parte de nuestro derecho también, estudiar y descubrir qué queremos hacer.
No sé en qué mundo vive pero no tenemos años para tomar decisiones. En mi línea de trabajo podría estar muerto mañana y creo que la esperanza de vida en Neopanem es bastante baja como para tomarnos el tiempo a la ligera. Hay que vivir cada día como si fuera el último y por eso estoy aquí, porque no me quiero morir siendo que de haberme animado a más, mi vida podría haber seguido otro rumbo - Te contaré mi historia, para que comprendas mi urgencia - propongo con voz calma - Aunque luego me tendrás que contar la tuya así yo entenderé tu punto de vista - o no. De todas formas la mayoría de las veces no entiendo ni que me lo pongan en dibujitos.
La idea de las clases extraordinarias me parece buenísima, pero no creo poder con todo a la vez. Claramente no me van a dar licencia a tan poco de haber empezado a trabajar y si pido menos horas lo más probable es que termine perdiendo el trabajo. Pero por algo hay que empezar y por ahí esas clases son justo lo que necesito, ir paso a paso con lo que puedo manejar y después ya podría elegir una carrera como corresponde - El que mucho abarca, poco cubre ¿Se dice así? - le pregunto con media sonrisa, estoy aprendiendo dichos - No voy a poder con todo eso, aunque si hacen cursos a distancia tal vez sí - podría mover los hilos para encargarme de ciertos papeleos en lugar de salir a patrullar. Eso y mucho café.
La respuesta me sorprende y tardo unos segundos en entender a qué se refiere. Así que es una futura abogada, de esas que ganan físico luego de recibirse por gastar su sueldo en el gimnasio. Pero por lo que me dice después entiendo que no está muy contenta con eso ¿De verdad a todos les pasa? Y según leí en esos folletos no se puede cambiar de especialidad así que debe haber una gran cantidad de adultos dando vueltas por ahí y siendo infelices con su trabajo - Así que... ¿Qué es lo que tu quieres hacer? Porque no te veo muy satisfecha con las leyes.
La idea de las clases extraordinarias me parece buenísima, pero no creo poder con todo a la vez. Claramente no me van a dar licencia a tan poco de haber empezado a trabajar y si pido menos horas lo más probable es que termine perdiendo el trabajo. Pero por algo hay que empezar y por ahí esas clases son justo lo que necesito, ir paso a paso con lo que puedo manejar y después ya podría elegir una carrera como corresponde - El que mucho abarca, poco cubre ¿Se dice así? - le pregunto con media sonrisa, estoy aprendiendo dichos - No voy a poder con todo eso, aunque si hacen cursos a distancia tal vez sí - podría mover los hilos para encargarme de ciertos papeleos en lugar de salir a patrullar. Eso y mucho café.
La respuesta me sorprende y tardo unos segundos en entender a qué se refiere. Así que es una futura abogada, de esas que ganan físico luego de recibirse por gastar su sueldo en el gimnasio. Pero por lo que me dice después entiendo que no está muy contenta con eso ¿De verdad a todos les pasa? Y según leí en esos folletos no se puede cambiar de especialidad así que debe haber una gran cantidad de adultos dando vueltas por ahí y siendo infelices con su trabajo - Así que... ¿Qué es lo que tu quieres hacer? Porque no te veo muy satisfecha con las leyes.
—Puedes contármela— acepto, —me considero una persona que es buena escuchando— apunto, lejos de ser un halago a mí misma, es un comentario que hago para que sepa que pueda explayarse todo lo que quiera, tengo oídos prestos para escuchar lo que la gente me quiera compartir y me guardo las opiniones como conclusión cuando acaban de hablar. Mi modo de entender a las personas es de esta manera, primero las observo, las escucho, pocas veces comparto de mí, me hago una impresión de ellos en base a lo que dicen y hacen. Pero no tengo reparos en decirle donde he nacido y crecido si acaso le interesa, lo que suele pasar es que a la mayoría de la gente por lo general no le interesa, no les interesa escuchar a los demás.
Tengo que darle la razón con un suspiro, la carga de horas de la escuela sería demasiada si encima tiene que combinarlo con el trabajo, en si no digo que una persona no sea capaz, pero si por su parte me dice que no siente que pueda con eso, no insistiré. —Y… ¿si haces las clases extraordinarias de educación básica primero? No te obligues a pensar en una especialidad de buenas a primeras—, sugiero. —Podrías dedicar estos meses que restan hasta las vacaciones de verano para incorporarte a algunas clases o incluso el año que viene, y luego, una vez que conozcas la escuela y tengas todo más claro, eliges una de las opciones que ofrecen.
Yo siempre dije que estudiaría leyes, ahora me pregunto qué tanto era vocación, seguridad en lo que creía, o simple conformidad, di por sentado muchas cosas a las que fui perdiéndole el sentido o teniendo que encontrarle otro. —Bueno…— dudo, es un poco lamentablemente abordar a una persona con mis dilemas existenciales al poco de empezar a hablar, —también me gusta dibujar, a veces pienso en dedicarme exclusivamente a eso. Tal vez irme a vivir a algún lugar en medio de la nada, ¿sabes? No hacer otra cosa más que dibujar. Pero… no es posible, no es real. Ni sé si es algo a lo que dedicaría mi vida— reconozco, jugando con las correas de mi mochila al subir los escalones de la entrada de dos en dos. Porque, ¿qué pasaría si decido que eso es lo que quiero y descubro al pasar los años que tampoco era para mí? ¿Qué haré entonces? Me giro para esperarlo en medio del atrio y de ahí nos quedan las escaleras para ir visitando las aulas, a contracorrientes de los estudiantes que están saliendo al patio por el receso entre clases.
Tengo que darle la razón con un suspiro, la carga de horas de la escuela sería demasiada si encima tiene que combinarlo con el trabajo, en si no digo que una persona no sea capaz, pero si por su parte me dice que no siente que pueda con eso, no insistiré. —Y… ¿si haces las clases extraordinarias de educación básica primero? No te obligues a pensar en una especialidad de buenas a primeras—, sugiero. —Podrías dedicar estos meses que restan hasta las vacaciones de verano para incorporarte a algunas clases o incluso el año que viene, y luego, una vez que conozcas la escuela y tengas todo más claro, eliges una de las opciones que ofrecen.
Yo siempre dije que estudiaría leyes, ahora me pregunto qué tanto era vocación, seguridad en lo que creía, o simple conformidad, di por sentado muchas cosas a las que fui perdiéndole el sentido o teniendo que encontrarle otro. —Bueno…— dudo, es un poco lamentablemente abordar a una persona con mis dilemas existenciales al poco de empezar a hablar, —también me gusta dibujar, a veces pienso en dedicarme exclusivamente a eso. Tal vez irme a vivir a algún lugar en medio de la nada, ¿sabes? No hacer otra cosa más que dibujar. Pero… no es posible, no es real. Ni sé si es algo a lo que dedicaría mi vida— reconozco, jugando con las correas de mi mochila al subir los escalones de la entrada de dos en dos. Porque, ¿qué pasaría si decido que eso es lo que quiero y descubro al pasar los años que tampoco era para mí? ¿Qué haré entonces? Me giro para esperarlo en medio del atrio y de ahí nos quedan las escaleras para ir visitando las aulas, a contracorrientes de los estudiantes que están saliendo al patio por el receso entre clases.
Hago un gesto con la mano porque puede contar con que le voy a contar mi historia, solo que no acá en el patio de la escuela, sino en un lugar que tenga todo lo necesario para poder explayarme como corresponde. Fue un camino largo que terminó en un lugar de lo más inesperado y si mis papás me vieran acá ahora mismo probablemente se caerían de culo de la sorpresa ¡Queriendo estudiar y con un puesto en el gobierno! Pensar que en el sur lo único que hacíamos era aportar con poco en un sistema un poco dudoso de supervivencia, pero funcionaba... Hasta que me mordieron.
Su plan suena tan bien que me dan ganas de ponerlo en marcha ya. Tiene razón, no hace falta que me cargue con el estrés de una especialidad siendo que todavía no tengo los estudios básicos, el primer paso es terminar con eso y después pasar al siguiente nivel. El tiempo no es eterno, pero tampoco para hacer las cosas apuradas y mal - Será mejor que me anote a esas clases extraordinarias entonces - informo con una sonrisa de oreja a oreja y le doy un abrazo rápido de agradecimiento.
Alzo las cejas sorprendido cuando menciona el dibujo y aplaudo un par de veces despacito para mostrar mi admiración. En realidad la idea que propone no es tan loca, viví así durante muchos años y en retrospectiva no estuvo tan mal... Aunque era la única vida que pensé que iba a tener así que eso me ayudaba, por ahí si ahora tuviese que volver me lo pensaría dos veces antes de mandarme - Este es un buen escenario - dijo más para mí que para ella, mirando todos los rincones del atrio del Royal, es un edificio enorme.
- Nací en el sur, lo que alguna vez fue Argentina - empiezo tomándola del brazo para marcar el camino por los pasillos que no sé a dónde nos van a llevar - Vivía con mis papás en las montañas, salíamos poco y cuando lo hice... me mordió un lobo - esa es la parte triste así que no hace falta detenernos en eso - Así que huí y comencé una aventura que me llevó años, bajo lluvia y tormentas, días de calor y ataques de animales - hago una pausa para saltar sobre las escaleras y dar un poco de altura a mi relato - Cada día parecía ser el último así que cuando abría los ojos por la mañana y no me había comido una pitón, era una victoria - bueno, estoy exagerando un poco con eso porque jamás me encontré con una, pero el miedo lo tuve todas las noches - Así que sí... Yo viví en el medio de la nada, sin responsabilidades, y estuvo bueno por un tiempo... Hasta que conocí a Becca.
Su plan suena tan bien que me dan ganas de ponerlo en marcha ya. Tiene razón, no hace falta que me cargue con el estrés de una especialidad siendo que todavía no tengo los estudios básicos, el primer paso es terminar con eso y después pasar al siguiente nivel. El tiempo no es eterno, pero tampoco para hacer las cosas apuradas y mal - Será mejor que me anote a esas clases extraordinarias entonces - informo con una sonrisa de oreja a oreja y le doy un abrazo rápido de agradecimiento.
Alzo las cejas sorprendido cuando menciona el dibujo y aplaudo un par de veces despacito para mostrar mi admiración. En realidad la idea que propone no es tan loca, viví así durante muchos años y en retrospectiva no estuvo tan mal... Aunque era la única vida que pensé que iba a tener así que eso me ayudaba, por ahí si ahora tuviese que volver me lo pensaría dos veces antes de mandarme - Este es un buen escenario - dijo más para mí que para ella, mirando todos los rincones del atrio del Royal, es un edificio enorme.
- Nací en el sur, lo que alguna vez fue Argentina - empiezo tomándola del brazo para marcar el camino por los pasillos que no sé a dónde nos van a llevar - Vivía con mis papás en las montañas, salíamos poco y cuando lo hice... me mordió un lobo - esa es la parte triste así que no hace falta detenernos en eso - Así que huí y comencé una aventura que me llevó años, bajo lluvia y tormentas, días de calor y ataques de animales - hago una pausa para saltar sobre las escaleras y dar un poco de altura a mi relato - Cada día parecía ser el último así que cuando abría los ojos por la mañana y no me había comido una pitón, era una victoria - bueno, estoy exagerando un poco con eso porque jamás me encontré con una, pero el miedo lo tuve todas las noches - Así que sí... Yo viví en el medio de la nada, sin responsabilidades, y estuvo bueno por un tiempo... Hasta que conocí a Becca.
Ok, no me esperaba ese abrazo, no sé cómo reaccionar y me tardo dos segundos en darle una palmadita amistosa a su espalda ancha. No hace falta que improvise una respuesta más esmerada de mi parte porque se aparta como si nada y debo suponer que de donde sea que viene, estas muestras de afecto son habituales, escuché algo sobre ciertas regiones que eran más cálidos en su trato, también entre un distrito a otro cambian en modales y por lo general en el Capitolio tendemos a ser más medidos en ese sentido, que no quiere decir que me moleste tampoco. No está mal recibir un abrazo por nada de vez en cuando y le dirijo una sonrisa al chico que no hace falta aclarar por qué. Se ensancha con un poco de timidez por sus disimulados aplausos a la nada que son mis planes de escape, si esto de las leyes acaba por llevarme a un punto en que todo me supere, que algunos días parece que así será.
Lo cierto es que no tengo un ápice de valentía para moverme un centímetro de mi territorio conocido, que si impresiona que alguien de otro distrito y en especial de uno secreto me cuente sus aventuras, el que un chico que no puede ser mucho mayor que me diga que salió de algún lugar recóndito del mundo del que nunca escuché hablar y se cruzó medio mundo para venir aquí… —¡Vaya!— es lo único que puedo articular después de los dos segundos en los que me quedo muda y con mi mirada puesta en él con tal extrañamiento como el que no me provocó el saber que fuera un licántropo. —¿Y después de todo eso quieres venir al Royal?— pregunto, recorro de prisa todas las paredes del atrio y el lujo de los detalles que hay en el techo, este sitio parece un santuario, demasiado estricto e impoluto. —No aprenderás aquí ni la mitad que hayas aprendido con todo eso. ¿No me estás tomando el pelo o sí? ¿Es verdad todo lo que cuentas? Yo no sé si podría sentarme en un pupitre después de haber pasado por cosas así, hay cosas que… simplemente no aprendes en la escuela. Por muy buenas calificaciones que tengas, no estás… listo para el mundo— musito. No es desconfianza lo que le muestro, sólo espero su confirmación para tal vez otro «vaya». —¿Y quién es Becca? ¿Qué hay con ella? ¿Te hizo algo?— pregunto para conocer todo los detalles de la historia, porque supongo que esa fue una pausa de suspenso y todavía queda más.
Lo cierto es que no tengo un ápice de valentía para moverme un centímetro de mi territorio conocido, que si impresiona que alguien de otro distrito y en especial de uno secreto me cuente sus aventuras, el que un chico que no puede ser mucho mayor que me diga que salió de algún lugar recóndito del mundo del que nunca escuché hablar y se cruzó medio mundo para venir aquí… —¡Vaya!— es lo único que puedo articular después de los dos segundos en los que me quedo muda y con mi mirada puesta en él con tal extrañamiento como el que no me provocó el saber que fuera un licántropo. —¿Y después de todo eso quieres venir al Royal?— pregunto, recorro de prisa todas las paredes del atrio y el lujo de los detalles que hay en el techo, este sitio parece un santuario, demasiado estricto e impoluto. —No aprenderás aquí ni la mitad que hayas aprendido con todo eso. ¿No me estás tomando el pelo o sí? ¿Es verdad todo lo que cuentas? Yo no sé si podría sentarme en un pupitre después de haber pasado por cosas así, hay cosas que… simplemente no aprendes en la escuela. Por muy buenas calificaciones que tengas, no estás… listo para el mundo— musito. No es desconfianza lo que le muestro, sólo espero su confirmación para tal vez otro «vaya». —¿Y quién es Becca? ¿Qué hay con ella? ¿Te hizo algo?— pregunto para conocer todo los detalles de la historia, porque supongo que esa fue una pausa de suspenso y todavía queda más.
Levanto los hombros y las manos porque la verdad es que sí, después de haber vivido todo eso me gustaría bañarme en una bañera de oro con agua caliente mientras me tomo una copa de champagne solo porque puedo... Ni siquiera me gusta el champagne, es asqueroso, pero eso es lo que toma la gente elegante ¿No? - Ya escuché el llamado de lo salvaje una vez, no es un estilo de vida que uno quiera llevar para siempre - respondo con una mueca. La vida es corta y ya tuve aventuras para una entera, ahora es tiempo de respirar tranquilo y disfrutar un poco - No hace falta estar en peligro o cargado de drama para sentir que estás viviendo, un perfil bajo no está mal - y eso es justo por lo que estoy acá.
- No importa dónde vivas la vida, nunca vas a estar preparada - a no ser que hagas un ensayo de todo lo que te va a pasar y después lo repitas intentando no cometer los mismos errores ¿Pero así que chiste? Todos tendríamos vidas perfectas y las buenas decisiones se solaparían unas a otras anulándose ¡El mundo perfecto no existe! - Sí, soy un sobreviviente y si me tiran a una isla desierta probablemente pueda mantenerme con vida, pero eso no es la vida... La vida es ésto que está acá, un trabajo y una carrera - expreso mi opinión sorprendiéndome a mi mismo. Estoy madurando y se nota, mis hermanos estarían re orgullosos.
- Becca me abrió las puertas de su casa cuando salté el muro - bromeo con ese pedazo de historia que quedó olvidado en el tiempo, en realidad creo que fue algo bastante serio pero en casa se convirtió en una broma bastante común - Es como mi segunda mamá, le debo la vida, el trabajo y básicamente todo... Pero dejemos mi historia ahí, quiero escuchar la tuya.
- No importa dónde vivas la vida, nunca vas a estar preparada - a no ser que hagas un ensayo de todo lo que te va a pasar y después lo repitas intentando no cometer los mismos errores ¿Pero así que chiste? Todos tendríamos vidas perfectas y las buenas decisiones se solaparían unas a otras anulándose ¡El mundo perfecto no existe! - Sí, soy un sobreviviente y si me tiran a una isla desierta probablemente pueda mantenerme con vida, pero eso no es la vida... La vida es ésto que está acá, un trabajo y una carrera - expreso mi opinión sorprendiéndome a mi mismo. Estoy madurando y se nota, mis hermanos estarían re orgullosos.
- Becca me abrió las puertas de su casa cuando salté el muro - bromeo con ese pedazo de historia que quedó olvidado en el tiempo, en realidad creo que fue algo bastante serio pero en casa se convirtió en una broma bastante común - Es como mi segunda mamá, le debo la vida, el trabajo y básicamente todo... Pero dejemos mi historia ahí, quiero escuchar la tuya.
Coloco un mechón de cabello rubio detrás de mi oreja, delineando con mis dedos el contorno, al quedarme pensando en lo que me dice sobre que un perfil bajo está bien para vivir. ¿No es lo que hice yo? No hay nada más lejano como «el llamado de lo salvaje» en mi casa, el control de mi madre no ha permitido que lo civilizado de nuestros espacios se ensucien con barro en las botas o discusiones políticas en la cena en las que seamos honestos. Es nuestro perfil bajo el que nos permite albergar a uno de los buscados prioritarios del gobierno, si mi vida le ha abierto las puertas al drama y al peligro, es por él. Y no, mis calificaciones altas no me prepararon para todo lo que ha sucedido hasta ahora, a todo lo que pueda suceder después. Siento que todo el mundo estuvo allí fuera peleando con la vida, haciéndose más fuertes y aprendiendo a combatir, yo me muevo con pasos enfundados en zapatos de satén por los lugares.
—¿Es eso? ¿Estás seguro? ¿No… extrañarías lo otro?— pregunto por franca curiosidad, todo eso que describe eran mis planes: estar en el Capitolio, tener un trabajo, hacer carrera. Tener una pareja, formar una familia, tener hijos que estudiarían también en el Royal. Dibujar como pasatiempo cuando me deshago del traje. Pero suena un poco ¿ideal, no? ¿Y qué si nada de eso ocurre? ¿Y qué si llego a los cuarenta años con una abogada de muchos juicios fallidos, envejeciendo sola y con las llamadas de mi madre por la noche preguntando si estoy bien? ¿Si pierdo la inspiración para dibujar? ¿Entonces qué me quedará? —Mi historia tiene todo eso que dices que debe tener una vida. Nací, crecí en el Capitolio. Mi rutina ha sido el Royal desde niña—. Con la instauración de un colegio de magia al asumir los Niniadis, fui de las primeras en integrarse, mi madre tiene fotografías de ese entonces, en los que se ve orgullosa acompañando a mi alegría de comenzar la escuela. —Vivo con mi familia aquí…—, no entro en detalles sobre eso, sólo aparto la mirada para posarla en nada, es un tema complicado. — Esa es mi vida—, ¿por qué sueno tan desganada al decirlo? Dejo tantas cosas fuera. —Si me arrojaran a una isla desierta probablemente no sobreviviría— trato de hacer una broma de esto, no me sale tan bien. —Pero conozco un lugar donde venden cono de helado, podría sobrevivir con una reserva de eso. ¿Quieres que te muestre luego? Queda aquí cerca— le ofrezco.
—¿Es eso? ¿Estás seguro? ¿No… extrañarías lo otro?— pregunto por franca curiosidad, todo eso que describe eran mis planes: estar en el Capitolio, tener un trabajo, hacer carrera. Tener una pareja, formar una familia, tener hijos que estudiarían también en el Royal. Dibujar como pasatiempo cuando me deshago del traje. Pero suena un poco ¿ideal, no? ¿Y qué si nada de eso ocurre? ¿Y qué si llego a los cuarenta años con una abogada de muchos juicios fallidos, envejeciendo sola y con las llamadas de mi madre por la noche preguntando si estoy bien? ¿Si pierdo la inspiración para dibujar? ¿Entonces qué me quedará? —Mi historia tiene todo eso que dices que debe tener una vida. Nací, crecí en el Capitolio. Mi rutina ha sido el Royal desde niña—. Con la instauración de un colegio de magia al asumir los Niniadis, fui de las primeras en integrarse, mi madre tiene fotografías de ese entonces, en los que se ve orgullosa acompañando a mi alegría de comenzar la escuela. —Vivo con mi familia aquí…—, no entro en detalles sobre eso, sólo aparto la mirada para posarla en nada, es un tema complicado. — Esa es mi vida—, ¿por qué sueno tan desganada al decirlo? Dejo tantas cosas fuera. —Si me arrojaran a una isla desierta probablemente no sobreviviría— trato de hacer una broma de esto, no me sale tan bien. —Pero conozco un lugar donde venden cono de helado, podría sobrevivir con una reserva de eso. ¿Quieres que te muestre luego? Queda aquí cerca— le ofrezco.
Levanto los hombros y saco mi labio hacia afuera porque no sé lo que voy a sentir de acá a un par de años. Lo que importa es que ésto es lo que quiero ahora y que gracias a eso puedo pensar a largo plazo. Porque viviendo en el norte mi esperanza de vida era 30 años, esperaba morirme en una zanja y no tener funeral entonces ¿Eso es vida? No. Demasiado pesimismo para levantarse cada día. Estoy seguro que de no ser yo habría caído en un pozo depresivo después de los primeros meses, pero por suerte me gusta ver el lado positivo - Sigo durmiendo en el piso para mantenerme en contacto con eso... Y los fines de semana ando sin remera - le explico serio. No sé qué tienen con hacerme dormir en una cama si estoy perfectamente cómodo en mi montaña de frazadas.
Suena tan deprimida cuando cuenta sobre su vida que hasta me dan ganas de darle una palmaditas de ánimo. Pero ¿Qué tiene de malo haber tenido una familia durante toda su infancia? Ya me habría gustado a mí encontrar a los Guerrero cuando era un bebé, así podríamos haber sido lobos todos juntos desde el principio y habríamos sabido que no estaba mal serlo - Te propondría cambiar roles por un día para ver qué se siente - bromeo con una sonrisa - Pero dicen que la poción multijugos es asquerosa, así que mejor paso. - sin embargo un helado sí que suena bien así que asiento enérgicamente y rápido vuelvo sobre nuestros pasos en dirección a la puerta - Dime que venden de cinco sabores porque dos para una panza de lobo no son suficientes.
Suena tan deprimida cuando cuenta sobre su vida que hasta me dan ganas de darle una palmaditas de ánimo. Pero ¿Qué tiene de malo haber tenido una familia durante toda su infancia? Ya me habría gustado a mí encontrar a los Guerrero cuando era un bebé, así podríamos haber sido lobos todos juntos desde el principio y habríamos sabido que no estaba mal serlo - Te propondría cambiar roles por un día para ver qué se siente - bromeo con una sonrisa - Pero dicen que la poción multijugos es asquerosa, así que mejor paso. - sin embargo un helado sí que suena bien así que asiento enérgicamente y rápido vuelvo sobre nuestros pasos en dirección a la puerta - Dime que venden de cinco sabores porque dos para una panza de lobo no son suficientes.
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