The Mighty Fall
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
VERANO de 247521 de Junio — 20 de Septiembre
Cierre de Temas
Laurence B. Dickens
Registro General
Erik Haywood
It's a matter of blood [0.4]
Laurence B. Dickens
The Langdons [0.2]
Phoenix D. Langdon
Band of Blood [2.4]
Phoenix D. Langdon
Family with no name — 0-4
Birdie É. Barlowe
Little bróðir — 0.1
Syver A. Nygaard
Williams, Ezra Avery
The Mighty Fall


ÚLTIMOS
TEMAS
Muggles & Squibs
5000 G
Extranjeros
4000 G
Miembros de Defensa
5000 G
Estudiantes
4000 G
Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.

Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.

¿Qué ficha moverás?
VISÍTANOS EN TUMBLRREVISA NUESTRAS BÚSQUEDAS Y NUESTRAS PROMOCIONES
01.09¿Quieren crearse un nuevo personaje? Aquí pueden encontrar las búsquedas de nuestros usuarios.
31.03No olviden revisar sus MP y pasar por el boletín oficial para ponerse al día con los sucesos de Neopanem.
31.03¡Hay nuevas habilidades disponibles! Podrán leer más sobre ellas aquí.
31.03Estudiantes, ¡los estamos buscando! Pasen a revisar nuestra nueva búsqueda Aquí.
NOTICIAS
IMPORTANTES

2 participantes
Jakobe V. Solberg
Personal de Defensa
23 de septiembre.

Me muevo rápido entre los pasillos, sorteando a cuanto indeseable se presenta delante de mis narices con la intención de pararme. Estoy de buen humor pero no tengo tiempo para frenarme. Mi intención es clara tras varios días de incertidumbre, y aunque soy consciente de que debe estar en buen estado, hay un deje de preocupación en mi rostro aún cuando, para mí, ese hombre dejó de ser alguien hace ya muchos años. Sin embargo estoy sonriendo, es demasiado complicado que se sienta un miserable cuando apostaría lo que fuera a que ni siquiera se acuerda de mí. Tampoco voy a recordarle.

Hace años que busco la forma de acercarme a su vida. De saber exactamente qué es lo que hace en cada momento. Estudio sus movimientos, sus rutinas. A qué hora entra y a qué hora sale, dónde pasa sus ratos libres y cómo se entretiene en su tiempo de ocio. En ocasiones lo veo rodeado de lo que, a día de hoy, él parece llamar familia. Y la sola idea me hace sentir un disgusto que me provoca arcadas. Familia, ¿acaso sabe lo que significa eso? Él, que dejó abandonada a la única persona que le hizo caso pese a ser un imbécil y un estúpido durante aquel tiempo.

Durante aquel tiempo.

Porque parece ser que ha cambiado, pero eso no significa que vaya a premiar lo que, hasta entonces, ha sido un comportamiento inmaduro por su parte. El camino se hace cada vez más corto hasta que siento la puerta del despacho de mi padre en mis narices. Sin pensarlo dos veces, entro. Ni siquiera golpeo, no hace falta, y su sobresalto no me pilla por sorpresa. Sonrío, haciendo un gesto con mis dedos los cuáles llevo a las sienes para realizar un saludo militar, a modo de mofa, hasta que tomo asiento delante de su escritorio desparramándome en una de las sillas que, cuidadosamente, han sido tratadas como parte del nuevo mobiliario del Ministerio. Me cruzo de piernas, despreocupado, y enciendo un cigarrillo que aparece entre mis dedos y se enciende sin necesidad de objetos.

Buenos días —saludo con un desprecio contenido. Tampoco tiene sentido que odie a una persona así porque sí, más cuando no tiene ni la más absoluta idea de a quién tiene delante. Lo veo entero, a salvo, quizás un tanto cansado por la cantidad de trabajo que seguramente ha tenido o está teniendo—. Me he levantado esta mañana y, ¿sinceramente? No puedo parar de pensar en lo mismo —inquiero, con la mirada perdida en sus pupilas que me observan fijamente. No sé si está desesperado, o si simplemente no tiene los ánimos suficientes para enfrentarse a un pique que él cataloga como sano desde que me conoce en el Ministerio—. No he podido evitar venir a preguntártelo, Lackberg —En ningún momento se siente el desprecio, pero mi lengua se siente viperina pese a que no suelto veneno—. ¿Qué se siente al ser la persona menos importante de un intercambio en el que casi sales muriendo? Digo, con suerte dos o tres personas se enteraron de tu condición, ¿no te crispa? Yo estaría de los nervios —Ruedo los ojos, indiferente, dando una calada al cigarrillo que suelta un humo precioso a mis ojos, enredándose en finas hebras hasta alcanzar el techo.
Jakobe V. Solberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Ivar Lackberg
Director del Servicio Social
La nueva oficina está exactamente en el mismo lugar que la anterior, la única diferencia es que ya no tengo a Robin con un escritorio frente al mío. No sé quién fue el idiota que decidió poner uno vacío para alguien que ya no volverá a usar su puesto. Quizás fue para torturarme o quizás planean que encuentre una nueva mano derecha en el departamento de servicios sociales, eso no pasará, ella era mi mejor amiga y perfecta para el puesto. Dudo entenderme con alguien como lo hacía con ella y claramente no habrá nadie con quien pueda compartir mis secretos. Única en su tipo, divertida e inteligente, y ya no está con nosotros por culpa del atentado.

Tengo los papeles de Simon frente a mí para hacer oficial el apellido Lackberg y no puedo evitar pensar si ella estaría de acuerdo. Quizás no pues estaba muy orgullosa del trabajo que estaba haciendo con su hijo, al igual que yo, pero sé que sabría que es lo que Simon quiere pues por alguna extraña razón el niño es capaz de entender mi situación y aún así me quiere como padre. Por eso no dudé un segundo en traerlo a casa, ya arreglaremos la situación con Amalie pero demonios que es mi hijo y lo quiero a mi lado.

Mis pensamientos se ven interrumpido al ver a un joven del cuerpo de aurores entrar y me pego un buen susto, el cual se va al ver como hace una especie de saludo militar y toma asiento delante mío encendiendo un cigarrillo. Ya lo conozco, parece tener la misión de molestar a todo quien se cruce y por eso lo he bautizado como la versión masculina de Moira. Claro que no puedo decirle eso, en primer lugar porque tendría que justificar por qué conozco a una enemiga del gobierno y en segundo porque no la conoce así que no captaría el chiste.

- ¿Puedes apagar eso, por favor? El médico me ha recomendado alejarme de cualquier cosa que pueda afectar mis pulmones - pido aunque no espero que obedezca así que solo me levanto con ayuda del bastón y voy hacia la ventana para abrirla. Luego de eso vuelvo a mi asiento y lo observo resignado a que no podré terminar los papeles de Simon hasta que el caballero se retire ¿Cómo era su nombre? Creo que Solberg, jamás le pregunté su nombre de pila.

Lo que dice está lejos de herirme, simplemente ruedo los ojos y cuento los segundos para que cumpla con su ritual de intentar sacarme de quicio ¿Es que no tiene nada mejor que hacer? Por eso los del norte se pudieron infiltrar sin problemas, si todo el cuerpo de aurores es cómo el... - Eso es absolutamente cierto, entre dos ministros yo era el más prescindible - respondo tomando la lapicera para llenar algunas cosas sencillas, como cruces y demás - Sé cuál es mi lugar, Solberg, estúpido sería querer aparentar ser más de lo que soy - agrego levantando los ojos para verlo y nuevamente su cigarrillo me llama la atención.

Hago un amago con el bastón para quitárselo de la boca pero desisto a mitad de camino. No estoy en condiciones e iniciar una pelea con un auror entrenado - ¿Qué demonios haces aquí, por cierto? ¿No tienes que ir a besarle las botas a tu nuevo jefe? Porque ése es tu lugar - comento poniendo énfasis en "ése".
Ivar Lackberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Jakobe V. Solberg
Personal de Defensa
Lo observo levantarse tras su petición que, muy dignamente, acepta como imposible y provoca una brisa fresca que entra por la ventana de su despacho. Vacilo porque por un momento hasta pienso en apagarlo, pero sus sospechas de que hoy me he levantado con ganas de hacerle la vida imposible se confirman en el momento en el que deja su bastón a un lado y vuelve a tomar asiento rodeado de papeles entre los que vislumbro, claramente, un apellido familiar y una tramitación que va más allá de lo que yo mismo nunca podría haber soñado. Una molestia se implanta a la altura de mi pecho e, incómodo, me revuelvo en mi asiento. Vuelvo a dar una calada, esparciendo el humo sin remordimiento alguno, hasta que paro a observarlo detenidamente.

Está bien que sepas cuál es el lugar que te pertenece, muchos deberían aprender del sentido de la bondad que repartes cada vez que abres la boca —replico, con sarcasmo, echando una nueva ojeada a los papeles que tiene delante. Sin permiso, tomo un par que él no está rellenando y leo detenidamente. Esbozo una mueca de asombro, fingida, pero en realidad estoy hirviendo internamente.

Oh vamos, Ivar... ¡Ivar! —Pongo los ojos en blanco, dejándome caer hacia atrás para respaldarme por completo sobre el asiento, hasta que creo que es suficiente. Claramente ese tipo no es mi jefe, no hasta que se demuestre lo contrario—. Cuántas veces tengo que decirte que si vas a intentar hacer que me ofenda con esos comentarios vas de culo —Ruedo los ojos, esforzándome en sonar indiferente, mientras sigo leyendo con atención el papel que tengo delante. Lo zarandeo cuando el pliegue del mismo se dobla hacia atrás y me permite ver el rostro de mi padre, para luego volver a enderezarlo y ocultar sus ojos. Definitivamente no puedo creer que este hombre vaya a hacerlo una vez más. —Besarle las botas a alguien suena bien para alguien que tiene muy clara cuál es su posición en todo este entuerto, a lo mejor te entusiasma la idea y no sabes cómo pedirme que por favor te deje ir a verle —sonrío, trasteando entre las líneas hasta que suelto el papel, el cuál casi siento la tentación de quemarlo con mi cigarrillo y pretender que ha todo no ha sido más que un ligero descuido. Me vuelve demente y pensaba que lo tenía asumido.

Un nuevo miembro en la familia, ¿es caridad? ¿O te pagan por acogerles? —comento, pues sé que voy a reventar si no lo hago. Suelto un largo suspiro, negando varias veces, como si de verdad yo tuviese la potestad de elegir entre lo que él debe o no debe hacer. ¿Acaso me importa? Claro que sí, pero no decirle nada hace que mi mente explote en silencio.
Jakobe V. Solberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Ivar Lackberg
Director del Servicio Social
Habla con sarcasmo y puedo notarlo pero no le daré el gusto de tomarlo como tal. De no ser un momento tan tenso y duro para mí probablemente hasta disfrutaría del cruce de ingenios pero ahora nomas quiero que deje salir todo y vuelva por dónde vino - Gracias, hago lo que puedo - respondo finalmente a su comentario y vuelvo a mi quietud mientras pienso qué razones puede tener el chico para comportarse como lo hace. Ya es grandecito así que no tengo por qué andar haciendo un perfil psicológico suyo como lo hago con los pequeños, pero quizás pueda ayudarme a entenderlo y así encontrar las palabras mágicas para que vuele lejos de aquí. Pero otro día, después de todo sé que volverá, siempre lo hace.

- Tu también intentaste ofenderme y aquí estamos, te estoy sonriendo - respondo con rapidez enseñándole algunos de mis dientes en una sonrisa divertida. En mi línea de trabajo hay que estar armado de paciencia, pocos logran hacerme perder el genio... Hay una persona que tiene el puesto número uno por gran diferencia y otra ha sido la rebelde que nos atacó a mí y a Amalie, aunque ella ya no está entre los vivos así que puede decirse que queda solo Moira en la lista. Es curioso, en realidad, ya que a mí también me gusta jugar a ser molesto de vez en cuando, Eloise es testigo de eso.

Veo como toma algunos de los papeles y agradezco por dentro siempre tener copias de todo. Esos aún están sin firmas así que en realidad no importa lo que haga con ellos - ¿Quieres colores? Así te entretienes dibujando sobre los papeles - pregunto abriendo mi cajón para dejar frente a él marcadores de distintos colores. Estoy jugando con fuego al tentarlo de esa manera pero... Como dije, a mí también me gusta jugar a ser molesto - ¿Por qué habría de querer besar las botas del jefe de aurores? No es mi departamento - respondo con honestidad. Yo no beso las botas de nadie, simplemente no las ensucio y con eso sobrevivo.

Por fin llega una pregunta que tiene sentido así que alzo los ojos y respiro para responder con honestidad - Es mi hijo, su mamá murió en el atentado y para que viva conmigo sin problemas tengo que hacer los papeles para agregar el apellido - antes no queríamos que lo supieran, ahora aprovecho cualquier oportunidad para contarlo y así salvarlo de un posible análisis de ADN en el futuro. No veo razones por las cuáles podría pasar pero es mejor ser precavidos ¿Qué diría Simon al enterarse que le mentimos toda su vida? No quiero ni pensarlo.
Ivar Lackberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Jakobe V. Solberg
Personal de Defensa
Es su sarcasmo el que me demuestra que estamos jugando al mismo juego. Parecemos críos de parbularios entretenidos con dibujar rayas con tizas en el suelo. Mi sonrisa se ensancha porque soy consciente de que no está pasando por su mejor momento, pero aún así es capaz de hacerme frente pese a sus ganas por mandarme al cuerno. Lo he estudiado durante tantos años que ya hasta conozco sus gestos. Y esa paciencia no terminará por salir hacia otro lado si sé tocar perfectamente donde más le duele. A veces pienso que Ivar de verdad tiene sentimientos.

No Lackberg, lo que quiero saber es cómo es posible que a día de hoy todavía sigas perdiendo el tiempo —resumo, palmeando un par de veces el papel sobre la tabla del escritorio, provocando un sonido hueco que termina por posar mi vista en sus ojos. Los de mi madre son claros, los de él oscuros. Los míos... suspiro, desviando la mirada dando una nueva calada a mi cigarro que sigue dejando hebras de humo fino en el aire hasta desaparecer a causa, esta vez, de la ventana que ha abierto—. No es tu departamento pero te concierne tanto como al resto, ¿en serio no te choca que alguien aparecido de la nada ocupe ese puesto? Diablos, hasta para eso eres confiado —Hasta sueno impertinente, más de la cuenta, y un tanto cansado. Me vuelve loco pensar que estoy siendo dirigido por un tipo que ya lo dejó claro el otro día.

Escucho su historia y hago un puchero, fingiendo que de verdad me da lástima el chico del que hablan los papeles. Si de verdad hubiese tenido la decencia hace tantos años de pensar de aquella manera con el resto, las cosas seguramente no serían las que son. Pero tratar de arreglar el pasado es una estupidez cuando tienes a Ivar Lackberg delante de tus narices. Es un plato aparte.

Uno más, uno menos, ¿qué más da, no? —inquiero, apagando el cigarrillo impulsivamente contra uno de los papeles que está rellenando—. Deberías cortártela —opino, haciendo un gesto con mis dedos que indican el corte de una tijera—. Antes de que montes una obra de la caridad, ¿estás seguro de que van a subvencionarte? Yo no lo tendría tan claro, y tu sueldo no es tan mierda como para que siquiera tengas pensado eso —sentencio, como si conociera todo de él. En parte, no tanto, pero sigue hirviéndome la sangre que tenga ese tipo de gestos con críos que no son yo. O que, al menos, no era yo. Resulto demasiado caprichoso cuando me lo propongo.

Una lástima, su muerte, no me sorprende que pienses que somos unos ineptos —suelto una carcajada, enfrentándolo. Si hacer mofa de la muerte de alguien no me reserva un sitio en el infierno entonces no sé qué estoy haciendo mal para merecérmelo—. El problema es que no podemos estar a todo, seguramente su madre no era tan importante como para que tuviésemos que estar encima de ella en todo momento —aclamo. ¿De verdad no tengo plaza vip en el infierno?
Jakobe V. Solberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Ivar Lackberg
Director del Servicio Social
No aparto los ojos de los papeles que estoy rellenando y simplemente largo una risita cuando dice que soy confiado. Esa clase de comentarios son los que me permiten bajarle a la paranoia y quedarme tranquilo de que estoy haciendo bien mi papel, una persona que no se preocupa en realidad por las cosas y que no es para nada un doble agente, o ex doble agente, de los rebeldes - Así funcionan las cosas aquí ¿Recién te enteras? No hay que ser brillante en el campo, sino tener los contactos necesarios para ascender - así llegué hasta dónde estoy y es a lo máximo que aspiro así que ya no tengo que preocuparme por caerle bien a las personas, es como estar retirado.

Ruedo los ojos al ver su puchero pero con lo siguiente tengo que detener mi trabajo y observarlo con cuidado pues ha usado una curiosa combinación de palabras. En cualquier sociedad, en cualquier sitio, dos hijos no son una gran cantidad, de hecho es lo normal así que no veo el sentido de su comentario... A no ser que sepa de Moira y Viggo pero eso es altamente improbable ¿O no? Lo más probable es que sepa de la joven, pero decido no darle importancia, es solo un niñato estúpido queriendo molestarme - No necesito ningún aporte, es mi hijo de sangre, no una obra de caridad - respondo como si estuviese explicando la ecuación más estúpida del mundo. Además con mi sueldo y el de Amalie tenemos para mantener a cinco hijos más.

Una cosa es molestarme por ser un pendejo, otra completamente distinta hablar de Robin de esa manera. Con eso se nota que su única intención es hacerme daño y es maldad pura, injustificable. Así que dejo los papeles a un lado y suspiro antes de encontrar mis ojos con los suyos, me recorre un escalofríos que se lo atribuyo a la corriente de aire o quizás a la tristeza que me da que haya gente como él en el mundo - ¿Qué te he hecho, Solberg? Entras a mi despacho, bromeas sobre mi valor, sobre mi trabajo... Eso puedo soportarlo. Pero la mamá de Simon era mi mejor amiga, ese solía ser su escritorio y la quería muchísimo - comienzo señalando el sitio frente a nosotros - Seguramente ahora querrás bromear sobre mi infidelidad, hazlo, pero con cada palabra que dices lo único que logras es que tenga menos respeto por ti.
Ivar Lackberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Jakobe V. Solberg
Personal de Defensa
Es una burla, estoy seguro de ello. Pero su gesto convencido me hace pensar que de verdad piensa todo aquello. Siento la alarma recorrer mis venas y por un instante hasta me pregunto si no sería más fácil echarle en cara todos estos años. ¿Serviría de algo? Ruedo los ojos para evitar tener que decir cosas de las que seguro me arrepiento. Y no porque no tenga ganas de acusarlo de miles de formas, sino porque me calmo y entiendo que es mejor aprovechar mi baza cuando de verdad suponga un problema para su integridad como persona. ¿Rencoroso o vengativo? Como si de verdad me importara.

Qué sería del mundo sin tí, Ivar —sonrío con un tono burlón, a sabiendas de que terminaré riéndome a carcajadas como siga comentando todo aquello—. No sabe el gobierno lo que se pierde contigo. Trayendo vida a este infierno —suspiro, negando varias veces con la cabeza como si estuviese ante el fracaso más estrepitoso que me he echado a la cara en mucho tiempo. El tiempo vuela, la brisa por la ventana sopla con mayor intensidad y revuelve un par de papeles del escritorio. Mis ojos viajan del cúmulo de trámites a los orbes serios de mi padre que, en cualquier momento, saltará ante mis comentarios que claramente no les han parecido para nada buenos.

Sonrío, una vez más. Porque sé que altera su temperamento.

Bah, son un par de bromas, tampoco tienes que alterarte de ese modo. ¿No es eso lo que hacemos? —aclaro, fingiendo una inocencia que todo el mundo sabe que no tengo. Si de verdad quisiera arreglar las cosas entre nosotros lo habría hecho hace mucho tiempo. Pero me sale más a cuentas buscarle las cosquillas para, así, divertirme un rato. —No voy a hacer bromas, descuida, ¿pero cuántas mejores amigas tienes ya? Perdí la cuenta, ni siquiera sabía que le eras infiel a... ¿Amalie? Sí, eso —puntualizo, pues aunque sí lo sabía no quiero que de verdad piense que sigo todos y cada uno de sus movimientos. Al menos hasta que me aburro, porque de seguro esconde cosas como el resto. Todos tenemos nuestros secretos.

Me gusta venir a endulzarte la vida, es como necesario para que afrontes la realidad que estamos viviendo, Ivar. De esta manera me lo agradecerás, piensa en todo lo que has dejado atrás y has reformulado para conseguir armar tu vida sin cometer errores —le digo, con toda la soltura y tranquilidad del mundo mientras vuelvo a desparrarme en el sillón—. Piensa en mí como un error, pero un error que te recuerda todo lo que tienes que hacer para que no salgan las cosas mal. Que, ya de por sí, son muchas —inquiero, haciendo una leve pausa. —Así además no podrás decir que el departamento de aurores no hace más que perder el tiempo —me mofo, descaradamente, alzando ambas cejas.
Jakobe V. Solberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Ivar Lackberg
Director del Servicio Social
Temo que mis ojos queden mirando el interior de mi cráneo si el chico continúa haciendo esa clase de comentarios ¿Será solo así conmigo o con todos en general? Claramente le hace falta un poco de atención así que no me extrañaría que su propósito en la vida sea ir molestando a las personas. Si tuviese que adivinar me arriesgaría diciendo que su familia lo abandonó o algo así, o al menos uno de sus padres pues no tiene esos aires de huérfano que se me hacen tan fáciles de detectar. Quizás su padre y por eso busca una figura masculina mayor con quien hacer sus descargos.

- No me arrepiento de ninguno de mis hijos - respondo encogiéndome de hombros, claro que para él solo tengo dos. Lo único que lamento es no haber estado allí para ellos, sobre todo Viggo quien es con quien la cagué de verdad en serio, con Moira al menos lo intenté y ahora tengo la oportunidad de enmendar todo aquello en lo que no pude estar - Quizás no soy perfecto pero cada día me esfuerzo para hacerlo mejor que el anterior, así que no creo que sea un infierno - me defiendo pues ahora más que nunca creo que por fin estoy haciendo un buen trabajo.

Lo siguiente es simplemente raro ¿Cómo demonios sabe el nombre de mi esposa? De verdad estoy empezando a notar cierto patrón de obsesión. Yo ni siquiera recuerdo su nombre pero él parece tener detalles sobre mi vida que habrían requerido andar preguntando por ahí sobre mí o hurgado en sitios que no le corresponde ¡Ni siquiera tengo actualizado mi perfil de Wizzardface! Solo lo uso para compartir asuntos de los orfanatos de vez en cuando, con cero información personal.

Dice un montón de cosas más pero solo capto las palabras que me parecen sospechosas como "dejar atrás" "error"... ¿Por qué siento que es la escena de la película en el que el villano revela todos los motivos de su cruzada? Sé que es ridículo pero me pone nervioso, el escalofríos de hace un momento se vuelve una sensación constante y debo pararme para dejar correr la adrenalina por todo mi cuerpo y no me haga explotar sobre la silla.

Camino hacia la puerta con ayuda de mi bastón y me apoyo sobre ella de brazos cruzados, sintiendo mi varita a un lado pues con lo raro que está siendo sería estúpido no levantar un poco la guardia - Sabes el nombre de mi esposa y disculpa pero tus comentarios no parecen ser aleatorios - hago notar con el ceño fruncido - Volveré a preguntarte... ¿Te he hecho algo? ¿Eres algún niño de un orfanato al que no pude ayudar en su momento? Porque lo siento bastante personal y si no es así replantéate tu forma de tratar a la gente porque no todos son tan amables como yo, Jakobe - recuerdo por fin su nombre.
Ivar Lackberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Jakobe V. Solberg
Personal de Defensa
Sé que he hablado más de la cuenta, no es necesario que su mirada se asombre cuando le suelto todo lo que le suelto. En otra circunstancia hubiese intentado mantenerme callado, pero mi impulsividad ha ganado esta vez a la razón y, de alguna manera, me he expuesto hasta el punto de hacerle sospechar si no estoy me estoy tomando todo esto en el ámbito personal. Pongo los ojos en blanco cuando menciona que no se arrepiente de ninguno de sus hijos. Claro que lo hace, ¿cómo si no dejó a mi madre abandonada a la primera de cambio? Un consenso, así lo había llamado ella. ¡Una puta mierda! Aprieto los puños, haciéndome daño en las palmas con mis uñas hasta que termino haciendo un ejercicio imperceptible de respiración para calmarme. Bastante he dicho ya, sus sospechas no son infundadas. Tiene razones para pensar que sé de él más de lo que puedo saber de mí mismo. No es tan tonto como pensaba.

Todo el mundo sabe el nombre de tu esposa. Que no quieras airearlo por su protección no significa que nadie lo sepa —replico, tratando de buscar una excusa que me zafe, de alguna manera, de la metedura de pata que he metido por ser más impulsivo que de costumbre—. No es personal —niego, convenciéndolo de que es simple—. Supongo que me gusta llevar a las personas al extremo, y tú no eres la excepción que confirma la regla —aclaro, encogido de hombros mientras alzo una ceja al estar incorporado.

Si buscas intimidarme... —niego un par de veces, levantando mi índice en un tono jocoso e infantil mientras balanceo la falange del mismo de izquierda a derecha para negar con ayuda de mi cabeza—. Siéntate, Lackberg, conseguirás que termine doliéndote la cabeza y ya tienes una edad para andar exhasperado o molesto por cualquier tontería, ¿no? Eso es lo que es ésto a fin de cuentas —Suelto una risotada, entornando los ojos sin llegar a incorporarme—. No soy ningún niño de orfanato aunque lo parezca, mi familia vive en Europa —le indico, puntualizando en general pues no pienso cometer la cagada de mencionar mi país de procedencia—. Aunque eso no es novedad, y tampoco el motivo principal por el que hoy he venido a hacerte merecedor de mi grata compañía —sonrío mostrando mis dientes, siendo lo más pomposo y exagerado que puedo, pues es más que obvio que lo único grato de tenerme cerca son las ganas de poder molerme a palos si le doy razones suficientes para ello.

Ya cálmate, venga, estoy en horario de trabajo aunque no lo creas —asiento, convenciéndolo—. Siento tu pérdida, todas las cosas malas que te han pasado y bla bla bla —Al ritmo de mis palabras muevo mis dedos como si tuviese un calcetín puesto a modo de marioneta—. Pero eso no es lo que nos interesa, no al departamento al menos —refuto, dándole una tregua. —¿A dónde te llevaron? —pregunto, pues si lo dijo en el intercambio en algún momento, no tengo recuerdo sobre ello. Estaba demasiado ocupado evitando que mataran a alguien más aparte de a su ramera.
Jakobe V. Solberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Ivar Lackberg
Director del Servicio Social
No sé si todo el mundo conoce el nombre de mi esposa. No somos una de las grandes familias de Neopanem así que nuestro apellido es ignorado por muchos. Claro que la conocen como científica del ministerio pero no todos se detienen a pensar en que estamos casados. Aquellos con los que mantenemos una relación un poco más cercana pueden saber hasta los nombres de mis hijos pero Solberg no es el caso, no significa nada para nosotros, no es más que un simple auror que molesta por los pasillos y con quien, al menos yo, no estoy interesado en entablar una relación más continua que la deplorable que tenemos ahora.

- Sal a un bar, conoce a alguien, intenta ser amable por una vez y consigue una vida - pido con las cejas en alto. O quizás por una extraña razón de la vida ya tiene una de la que no estoy al tanto... y de la cuál está bien que no sepa nada porque no soy un maldito entrometido como él. Aunque sí voy a investigar un poco por su vuelve al ataque, necesito cosas con las que defenderme y no simplemente hacer rebotar las balas pues termina siendo agotador.

Resoplo mirando al techo pues bien sé que el espécimen que tengo en frente no es alguien que pueda intimidar. Sin embargo su tono, sus risotadas, cómo continúa fumando su cigarrillo y opta por insultos banales como mi propia edad para seguir siendo molesto... Me recuerda tanto a Moira que quiero tomarlo por los hombros y sacudirlo para comprobar que en realidad no sea ella con una poción multijugos. Malditos niños, quizás cuando lleguen a los 50 puedan madurar como yo lo terminé haciendo.

- Las ruinas de Europa querrás dec... - comienzo pero me quedo a mitad de camino pues caigo en la cuenta de algo. Solberg... Elizabeth Solberg... No sé cuántas personas hay en Europa éstos días pero definitivamente tienen que estar relacionados. Quiero preguntar, tener una pista de lo que fue de mi familia allí pero no me atrevo en un primer momento. Solo camino de nuevo en dirección al escritorio con expresión perdida y tomo asiento con tranquilidad.

-No lo sé, tuve la cabeza cubierta todo el tiempo - miento con naturalidad. Estábamos en el distrito 5 aunque no en el cuartel de la red Neopanem, dudo que se hubieran arriesgado a llevarnos allí - ¿Dijiste Europa? - vuelvo sobre el tema al final - ¿Solberg de Europa? - remarco buscando sus ojos. Elizabeth tenía una familia grande e hice todo lo posible por esconderme de cada uno de ellos, el chico quizás aún ni nacía cuando yo estaba allí así que es poco probable que lo recuerde de muchachito, pero tal vez conozco a sus padres - ¿Cómo se llaman tus padres?
Ivar Lackberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Jakobe V. Solberg
Personal de Defensa
Si Ivar supiese lo fácil que me resulta relacionarme con todo el mundo hasta se sorprendería. Mi vida es un completo misterio, y ello es parte a mi forma de ser. Siempre he querido mantener un perfil que se sintiera, que estuviese presente, pero he sabido guardar los detalles de mi vida como nadie en este continente. Sin embargo, en apenas un par de minutos y la noticia de que mi padre vuelve a las andadas con un nuevo integrante en su familia, empiezo a arruinarlo todo. Y por unos segundos no sé cómo salir de este entuerto, hasta que él vuelve al escritorio con el rostro compungido ante un pensamiento que parece rondarle la cabeza. Temo ser el causante de ello. No porque me importe importunarle, sino porque la causa ha debido ser claramente la mención de mis raíces europeas.

A quién quieres engañar, vamos —Empiezo a impacientarme. Necesito una pista, un detalle, tan sólo una localización para empezar a investigar sobre el paradero de aquellos que van a llevarme, directamente, a la protección de un crío que va a costarme el sueldo y la cabeza si terminaran pillándome—. Algo debiste ver, dudo que hayas estado todo el rato con tu cabeza cubier... ¿perdón? —Su interrupción me pilla desprevenido y, perplejo, abro y cierro los ojos un par de veces hasta que acomodo y asimilo sus palabras en mi fuero interno. Sacudo la cabeza, mostrando un semblante cansado que busca despistarle—. ¿Recuerdos de Vietnam? ¿Qué demonios te importa? No estamos hablando de mí ahora mismo, sino de tu encierro —sentencio, sonando autoritario pero sin llegar todavía a incorporarme.

Es tan fácil como aparecerse fuera de este sitio. El lugar empieza a molestarme. La presencia de Ivar se siente demasiado intensa y sus ojos escrutan mi rostro como si fuese una auténtica obra de arte. Aprovecho el momento, ladeando la cabeza con fingida confusión, hasta que resoplo.

Que me mires de ese modo empieza a incomodarme, ¿tengo algo en la cara? Son pecas, Lackberg, más comunes de lo que te piensas —le indico, pasando la palma de mi mano por mis mejillas—. El nombre de mis padres no es de tu incumbencia, así que pon atención a lo que te he preguntado —intento evadirme, aunque sé que no será suficiente—. A dónde mierda te llevaron, Lackberg —murmuro. No quería tener que pasar a fuerzas mayores.
Jakobe V. Solberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Ivar Lackberg
Director del Servicio Social
Ruedo los ojos cuando bromea sobre un hecho demasiado atrás en el tiempo como para que cualquier persona viva siquiera recuerde historias al respecto. Aunque quizás es aplicable, el apellido significa mucho para mí y es fuerte pues es la primera conexión que tengo con lo que fue mi vida en Europa. Es una lástima que sea a través de un chico que no sabe formar una oración sin ofender a alguien pero algo es algo - Hay muchas personas en Neopanem que vivieron su infancia en Europa, yo soy uno, pero es la primera vez que escucho un apellido conocido - respondo con honestidad ¿Qué tal si me conoce y por eso me trata así? Quizás soy el estúpido de Europa que dejó a su familia por una aventura, una especie de leyenda, el rey de los imbéciles.

Sonrío cuando menciona las pecas pues en realidad son un rasgo llamativo que me ha llamado la atención, no muchos las tienen y hay que saber portarlas. Elizabeth tenía unas que le daban un aspecto rebelde al que no pude resistirme... Vaya, parece que desde que mencionó Europa todos mis pensamientos vuelan hacia allá y mi mente intenta unir hilos donde no los hay. El pensamiento está allí, pero estoy intentando reprimirlo como si estuviese practicando la oclumancia ahora mismo. No voy a pensarlo pues demasiados problemas tengo ahora como para meter uno más. Solo estoy intentando buscar una conexión donde no la hay.

- Que no vi nada - vuelvo a responder apretando la mandíbula - Y de todas formas ya le dí todos los detalles a tu jefe así que no vengas a mentirme con que estas con asuntos oficiales ¿Para qué demonios te enviaría? - ya estoy empezando a perder la paciencia al respecto, vaya, lo ha logrado - Así que como ese asunto ya está terminado te pido que te retires, o por favor satisface mi curiosidad y dime el nombre de tus padres... Dudo que sea un secreto.
Ivar Lackberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Jakobe V. Solberg
Personal de Defensa
Escupe palabras de continuo y en ningún momento parece atorarse. Casi estoy por fingir que como palomitas esperando el momento en el que se atragante con sus propias palabras. ¿En qué instante he sido tan descuidado y he metido la pata hasta el fondo? Tan sólo hay una persona a la que podría contarle todo ésto y no se encuentra en la sala. Cercana a él, no obstante, seguramente sea mi pasaporte al infierno pues lo que más quiero ahora mismo es que Ivar Lackberg desaparezca del planeta.

Suspiro, atolondrado con mis propios pensamientos. —Hay muchas personas en NeoPanem que poblaron Europa y no será la primera ni la última vez que algunas de ellas coincidan en portar apellidos que, aunque no te lo creas, son bastante comunes —replico, alzando una ceja, mientras me incorporo para encararlo muy de cerca. Escruto su rostro, las arrugas de sus mejillas y cómo el tiempo ha pasado por él en cuestión de años. Si fuese consciente de que he sido yo el que lo ha visto crecer, y no al revés, hasta se echaría a llorar de la vergüenza. Porque sí, sigo convencido de que este hombre no es más que una vergüenza para lo que fue, es y sigue siendo mi madre.

Mi jefe tiene sus intenciones. Nos mandaron a buscar pistas sobre todos los rebeldes que campan a sus anchas. Has sido de los pocos que ha regresado con vida, y los otros dos ya han sido interrogados sin conseguir pista ninguna. Tampoco esperaba conseguir algo de tí, me demuestras que estarías mejor muerto —Ruedo los ojos, haciéndome a un lado cuando me es imposible seguir manteniéndole la mirada—. Así que no pongas en duda lo que hago, ni mi palabra —Hago una pausa, dirigiéndome a la salida de su despacho que se abre ante un gesto rápido de mi varita.

No voy a decir que ha sido un placer volver a verte —inquiero, con una sonrisa que hacer que se me revuelva hasta el estómago—. Y si no es un secreto los nombres de mis padres, entonces nada te impide buscarlos por tí mismo. ¿No que llevas un registro de todas las familias de NeoPanem? Estás tardando, Lackberg —le sugiero, a sabiendas de que no conocerá nada de mí a través de unos papeles que no dictan más que lo que yo he pretendido que dicten.

Buenas tardes —vuelvo a hacer el gesto militar con el que he llegado y, a los pocos pasos, me aparezco fuera del ministerio para comenzar a buscar la pista de algo o alguien que me lleve por fin a encontrar lo que quiero.
Jakobe V. Solberg
Icono :
I've grown numb to the pain — I.L. IqWaPzg
Contenido patrocinado
2 participantes
No puedes responder a temas en este foro.