OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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En ironía con todo lo que está pasando, llueve. Debe ser el verano anunciando que piensa retirarse de una vez y dejarnos en un montón de días grises que vendrán acompañados de la pila de problemas a solucionar, el primero me lo puedo quitar de encima si firmo el papel que tengo delante. No es más que una sentencia, he firmado cientos como esta, aunque suelo hacerlo en las oficinas del ministerio y no en el escritorio de mi propia casa, donde me he refugiado ahora que no tengo una zona física de trabajo. Doy algunos golpeteos sobre el borde de la mesa con la pluma y suspiro de mala gana, a sabiendas de que tomará solo unos segundos. Yo firmo, mañana se lleva a cabo la ejecución y asunto terminado. A estas alturas, sospecharía que ya no tengo consciencia donde algo como esto me pese, pero sé lo que estoy haciendo. Estoy matando a un chico que, según hemos comprobado, es ignorante a las razones verdaderas por las cuales lo estamos juzgando como un criminal adulto. Al menos, me consuela que jamás va a saberlo y puede simplemente morir como un terrorista más. Ni siquiera yo hubiera planeado una coartada tan perfecta.
Me resigno y la pluma vuelve a volar en el aire cuando me dispongo a firmar, pero parece que el destino quiere jugar conmigo y mi paciencia, porque el comunicador con la puerta principal suena en mi bolsillo. Tomo el anuncio de los aurores de la seguridad de la isla, pero tengo que bajar la pluma a causa de la sorpresa al enterarme quién es mi inesperada visita — Déjala pasar — es una orden queda, apago el comunicador antes de incluso dejar que digan algo más. Dejo los papeles, me apoyo en el escritorio y me levanto con la lentitud que me caracteriza estos días. ¿Qué es lo que hace que Silas Jensen venga a mi casa en un día como hoy? Ni siquiera recuerdo la última vez que hablamos a solas, pero supongo que los atentados mueven a las personas. Y yo no me espero otra cosa que no sea una petición.
Me asomo por el pasillo y me pregunto dónde se ha metido Meerah, la asumo en su dormitorio y eso me da algo de privacidad. Cierro la puerta del despacho y me dirijo a la escalera, la cual estoy bajando cuando suena el timbre de la puerta. Siento que Poppy se asoma, pero le hago un gesto con la mano para que ni se moleste — Yo me encargo — la elfina apenas y se muestra sorprendida, pero no pone ninguna queja y se pierde en el pasillo a la cocina. Yo tiro de la puerta, sin soltar el picaporte cuando mis ojos se entornan con sospecha para fijarse en la figura menuda que tengo delante — Esto sí que no me lo esperaba — murmuro en un tono cauteloso, arrastrando un poco las palabras — ¿A qué se debe el honor de tu visita, Silas? — no es alguien a quien desprecie ni nada por el estilo, pero hay lazos en la vida que simplemente se apagan.
Me resigno y la pluma vuelve a volar en el aire cuando me dispongo a firmar, pero parece que el destino quiere jugar conmigo y mi paciencia, porque el comunicador con la puerta principal suena en mi bolsillo. Tomo el anuncio de los aurores de la seguridad de la isla, pero tengo que bajar la pluma a causa de la sorpresa al enterarme quién es mi inesperada visita — Déjala pasar — es una orden queda, apago el comunicador antes de incluso dejar que digan algo más. Dejo los papeles, me apoyo en el escritorio y me levanto con la lentitud que me caracteriza estos días. ¿Qué es lo que hace que Silas Jensen venga a mi casa en un día como hoy? Ni siquiera recuerdo la última vez que hablamos a solas, pero supongo que los atentados mueven a las personas. Y yo no me espero otra cosa que no sea una petición.
Me asomo por el pasillo y me pregunto dónde se ha metido Meerah, la asumo en su dormitorio y eso me da algo de privacidad. Cierro la puerta del despacho y me dirijo a la escalera, la cual estoy bajando cuando suena el timbre de la puerta. Siento que Poppy se asoma, pero le hago un gesto con la mano para que ni se moleste — Yo me encargo — la elfina apenas y se muestra sorprendida, pero no pone ninguna queja y se pierde en el pasillo a la cocina. Yo tiro de la puerta, sin soltar el picaporte cuando mis ojos se entornan con sospecha para fijarse en la figura menuda que tengo delante — Esto sí que no me lo esperaba — murmuro en un tono cauteloso, arrastrando un poco las palabras — ¿A qué se debe el honor de tu visita, Silas? — no es alguien a quien desprecie ni nada por el estilo, pero hay lazos en la vida que simplemente se apagan.
Las fiestas nunca fueron lo mío así como tampoco el ver sus transmisiones en la televisión, así que aquella noche cené algo liviano y luego de leer unos cuantos capítulos del libro de turno me acosté a dormir hasta que las explosiones a unas cuántas calles de mi departamento me despertaron de la peor manera. Intenté ver por la ventana pero a fin de cuentas no me quedó más remedio que prender el televisor y ver el caos en vivo y en directo por allí. Había gente muriendo y criaturas sueltas pero honestamente en lo único que podía pensar era en qué tanto había sido afectado el edificio... No soy una sociópata, es que realmente tengo cosas en el subsuelo que podrían matar a la población entera en pocos meses y no queremos eso o al menos yo no lo quiero pues al parecer a los rebeldes les da igual quién muere durante sus pequeñas hazañas.
Al día siguiente lo primero que hice fue controlar que todo estuviese bien y recién pude volver a dormir cuando comprobé que en efecto era así. Pasó un día hasta que me despejaron el camino y pude ingresar, estaba aliviada de que pese a que todo el resto se había venido abajo mi sector estaba intacto. No por nada es un laboratorio de bioseguridad 4, se necesita mucho más que una bomba casera para tirarlo abajo.
Llamé al equipo y de inmediato nos pusimos a trabajar pues no hay mucho que podamos hacer con el problema político, sin embargo se me ocurre algo al enterarme de que consiguieron unos cuántos prisioneros. De seguro su destino es ser ejecutados luego de un juicio así que no veo como mi pedido pueda llegar a ser un inconveniente de tener lo que necesito. Desgraciadamente tengo un solo contacto con el que guardo la confianza suficiente para hacer el pedido y por lo que escuché aun no se encuentra en su mejor estado.
Tardo más conseguir la colaboración de los aurores de lo que me tardé en llegar a la isla, pero finalmente me dejan pasar y puedo ir hacia la casa del ministro de justicia. Cuando abre la puerta le dedico una sonrisa más falsa de lo que me gustaría pero el verlo con los ojos entrecerrados de desconfianza me quitan la culpa por no poder ser más amable - Gracias por fingir que es un honor y no una molestia - respondo llevándome una mano al pecho haciendo un mejor trabajo que en mi actuación anterior - Negocios ¿Qué más podría ser? Escuché que tienen prisioneros en la base y quizás puedan servirme.
Al día siguiente lo primero que hice fue controlar que todo estuviese bien y recién pude volver a dormir cuando comprobé que en efecto era así. Pasó un día hasta que me despejaron el camino y pude ingresar, estaba aliviada de que pese a que todo el resto se había venido abajo mi sector estaba intacto. No por nada es un laboratorio de bioseguridad 4, se necesita mucho más que una bomba casera para tirarlo abajo.
Llamé al equipo y de inmediato nos pusimos a trabajar pues no hay mucho que podamos hacer con el problema político, sin embargo se me ocurre algo al enterarme de que consiguieron unos cuántos prisioneros. De seguro su destino es ser ejecutados luego de un juicio así que no veo como mi pedido pueda llegar a ser un inconveniente de tener lo que necesito. Desgraciadamente tengo un solo contacto con el que guardo la confianza suficiente para hacer el pedido y por lo que escuché aun no se encuentra en su mejor estado.
Tardo más conseguir la colaboración de los aurores de lo que me tardé en llegar a la isla, pero finalmente me dejan pasar y puedo ir hacia la casa del ministro de justicia. Cuando abre la puerta le dedico una sonrisa más falsa de lo que me gustaría pero el verlo con los ojos entrecerrados de desconfianza me quitan la culpa por no poder ser más amable - Gracias por fingir que es un honor y no una molestia - respondo llevándome una mano al pecho haciendo un mejor trabajo que en mi actuación anterior - Negocios ¿Qué más podría ser? Escuché que tienen prisioneros en la base y quizás puedan servirme.
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Primero se alza una ceja, luego otra y finalizo en un parpadeo veloz que delata mi leve confusión — No es una molestia. Solo no esperaba contar con una visita de tu parte — me explico con toda la calma que soy capaz y me acomodo de manera tal que pueda pasar, haciéndole un gesto con el brazo para que se resguarde del clima. ¿Cuánto tiempo ha pasado? No llevo la cuenta, pero soy consciente de que yo no era ministro y no vivía aquí en las ocasiones en las cuales nos reuníamos. El Capitolio era un escenario mucho más común, como todo lo que ha ocurrido antes del último diciembre. Me encojo de hombros como si pudiera haber otras razones para reunirnos a pesar de que no se me viene ninguna válida a la cabeza y cierro la puerta detrás de ella, bloqueándole el paso a la brisa de la lluvia de verano. Eso ayuda que el eco de las gotas se oiga mucho más lejano y pueda escuchar mejor cualquier cosa que pueda decirme — ¿Para qué quieres prisioneros? — esta vez sí sueno un poco desconfiado, principalmente porque esos sujetos son propiedad exclusiva del gobierno y están sujetos a sus interrogatorios — Habrás oído que el ministro de defensa está secuestrado y el jefe de aurores salió volando en el atentado, así que tienes un poco complicado eso de los permisos en la base — sigo agradecido de que Reynald no estuviese en servicio, porque sé que ahora no contaría con él entre las filas de los vivos. Como sea, los dos sabemos que estoy metiendo excusas y lo señalo con una vaga sonrisa que muestra cierta diversión, haciéndole un gesto para que venga conmigo.
El camino hasta la cocina no es muy largo, se me hace denso porque mi andar no es el mejor y soy consciente de que mis rasgos se encuentran algo tirantes cuando hago algún movimiento que me provoque algo de dolor. Deberé tomar una poción más potente, para variar — El terreno se encuentra un poco sensible, Silas. No dejan entrar a cualquiera y estamos usando a los sujetos para nuestras propias investigaciones — explico, paso por el arco que da inicio a la habitación y rodeo la isla que suelo usar para desayunar, demasiado grande para una sola persona. No sé dónde se han metido los elfos, estaba seguro de que Poppy estaría por aquí, pero prefiero la soledad. Saco la varita y con un golpe, enciendo la cafetera — ¿Quieres una taza? ¿O se te antoja algo más fuerte? — debo tener un vino por algún lado, pero tampoco creo que sea buena idea el sacarlo. Dejo de darle la espalda para mirarla, me cruzo de brazos aún sosteniendo la varita y me acomodo contra la mesada, mientras el sonido del café preparándose llena la habitación — ¿Que necesitas de ellos con exactitud? Creo que no son tu área — en vista de los acontecimientos, no tenemos tiempo para jugar al científico con ellos.
El camino hasta la cocina no es muy largo, se me hace denso porque mi andar no es el mejor y soy consciente de que mis rasgos se encuentran algo tirantes cuando hago algún movimiento que me provoque algo de dolor. Deberé tomar una poción más potente, para variar — El terreno se encuentra un poco sensible, Silas. No dejan entrar a cualquiera y estamos usando a los sujetos para nuestras propias investigaciones — explico, paso por el arco que da inicio a la habitación y rodeo la isla que suelo usar para desayunar, demasiado grande para una sola persona. No sé dónde se han metido los elfos, estaba seguro de que Poppy estaría por aquí, pero prefiero la soledad. Saco la varita y con un golpe, enciendo la cafetera — ¿Quieres una taza? ¿O se te antoja algo más fuerte? — debo tener un vino por algún lado, pero tampoco creo que sea buena idea el sacarlo. Dejo de darle la espalda para mirarla, me cruzo de brazos aún sosteniendo la varita y me acomodo contra la mesada, mientras el sonido del café preparándose llena la habitación — ¿Que necesitas de ellos con exactitud? Creo que no son tu área — en vista de los acontecimientos, no tenemos tiempo para jugar al científico con ellos.
Me encojo de hombros y le doy el punto pues sí hace mucho tiempo que terminó nuestra época de visitas inesperadas. Sin embargo me molesta un poco el que mi intervención en momentos de caos sea algo sorpresivo. Siempre fue mi meta en la vida estar del lado de los que manejan la situación, tener el reflector y poder hacer con él lo que me guste... Pero ese momento no ha llegado aún ni parece estar pronto a llegar, tengo que conformarme con mis experimentos no requeridos y quizás algún día lograr algo tan grande que no pueda ser ignorado.
¿El jefe de aurores salió volando por los aires? Me sorprende que se me haya pasado esa noticia, supongo que entre tantos muertos se me hizo fácil ignorar ese pequeño dato. De verdad agradezco no tener nada que ver con el departamento de seguridad ahora mismo pues debe ser un enorme caos ¿Jamie dejará que siga funcionando como hasta ahora? Creo que ya quedó en evidencia que o necesitan una mano más fuerte o aumentar los requisitos de la academia de aurores para entrenar gente más competente.
- Lo bueno de tratar contigo es que puedo dejar de lado la burocracia y si me llevas al Wizengamot por ésto te vienes conmigo - bromeo y respondo a su sonrisa antes de seguirlo hasta la cocina. En realidad sería interesante ver a los jueces armando un caso contra su antiguo jefe, siempre hay rencor hacia arriba, definitivamente un juicio al que asistiría con una bolsa de snacks para pasar el rato.
Al llegar al lugar me recargo sobre la isla mientras observo con una mueca sus movimientos algo dificultosos. Creo que es correcto decir que todos los que estuvieron en el atentado han terminado con una que otra secuela física o psicológica, la medicina actual sumada a la magia hace milagros y si el tipo sigue así luego del tratamiento debe ser porque su condición inicial era un desafío hasta para el sanador más entrenado - Avísame si quieres que te recete algo más fuerte - dejo salir con quizás un poco de preocupación. Ya no ejerzo de esa forma pero mi firma sigue valiendo lo mismo.
- Café está bien - respondo a su pregunta - En realidad solo estoy interesada en un tipo de prisioneros, quizás ni siquiera haya alguno de ese tipo pero con preguntar no pierdo nada - sí, en realidad pierdo tiempo pero no es que haya mucho para hacer con escombros por todos lados - Estoy trabajando con squibs pero sin un ejemplar en fresco es difícil seguir mi investigación - explico apoyando mis codos sobre la mesada - Si no tienen ninguno la conversación termina aquí y podemos charlar sobre la vida... Aunque sería decepcionante - confieso con una mueca. Siempre está la posibilidad de ir a cazar uno pero él lo ha dicho
¿El jefe de aurores salió volando por los aires? Me sorprende que se me haya pasado esa noticia, supongo que entre tantos muertos se me hizo fácil ignorar ese pequeño dato. De verdad agradezco no tener nada que ver con el departamento de seguridad ahora mismo pues debe ser un enorme caos ¿Jamie dejará que siga funcionando como hasta ahora? Creo que ya quedó en evidencia que o necesitan una mano más fuerte o aumentar los requisitos de la academia de aurores para entrenar gente más competente.
- Lo bueno de tratar contigo es que puedo dejar de lado la burocracia y si me llevas al Wizengamot por ésto te vienes conmigo - bromeo y respondo a su sonrisa antes de seguirlo hasta la cocina. En realidad sería interesante ver a los jueces armando un caso contra su antiguo jefe, siempre hay rencor hacia arriba, definitivamente un juicio al que asistiría con una bolsa de snacks para pasar el rato.
Al llegar al lugar me recargo sobre la isla mientras observo con una mueca sus movimientos algo dificultosos. Creo que es correcto decir que todos los que estuvieron en el atentado han terminado con una que otra secuela física o psicológica, la medicina actual sumada a la magia hace milagros y si el tipo sigue así luego del tratamiento debe ser porque su condición inicial era un desafío hasta para el sanador más entrenado - Avísame si quieres que te recete algo más fuerte - dejo salir con quizás un poco de preocupación. Ya no ejerzo de esa forma pero mi firma sigue valiendo lo mismo.
- Café está bien - respondo a su pregunta - En realidad solo estoy interesada en un tipo de prisioneros, quizás ni siquiera haya alguno de ese tipo pero con preguntar no pierdo nada - sí, en realidad pierdo tiempo pero no es que haya mucho para hacer con escombros por todos lados - Estoy trabajando con squibs pero sin un ejemplar en fresco es difícil seguir mi investigación - explico apoyando mis codos sobre la mesada - Si no tienen ninguno la conversación termina aquí y podemos charlar sobre la vida... Aunque sería decepcionante - confieso con una mueca. Siempre está la posibilidad de ir a cazar uno pero él lo ha dicho
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Le quito importancia a su ofrecimiento con un meneo de la cabeza, torciendo un poco la boca como si en verdad considerase su ayuda. No tengo nada contra ella o su trabajo, pero confío en que el dolor pasará sin su ayuda. Al fin y al cabo, sé que ya es suficiente milagro el saber que estoy vivo como para ponerme exquisito — Solo es la mala sensación de que hayan revuelto en mi interior, eso es todo — le explico, tomándolo con la naturalidad de un accidente casero y mínimo.
Uso la varita para atraer dos tazas ante su respuesta positiva y me limito a escucharla mientras preparo las bebidas, sintiendo como poco a poco se me va frunciendo el ceño, a pesar de que el resto de mis facciones se mantienen calmas — ¿Para qué quieres squibs? — inquiero con sincera curiosidad — Lamento decirte que no puedo serte de ayuda. No solo son prisioneros rodeados de alta seguridad, sino que también son cuatro magos y un muggle. No sé si recuerdas a Derian Castle, del cuatro — sus años como vencedor y mentor de los juegos pasaron hace una eternidad, pero siempre se pueden traer a la memoria gracias a los carteles de "se busca". Meto la varita en mi cinto y me giro para tenderle una de las tazas humeantes, bajo el azúcar y me recargo contra la mesada para encargarme de mi infusión — Si mal no recuerdo, dos de ellos tienen sangre muggle, pero creo que eso no te sirve... ¿no? — no veo mucha diferencia entre uno y el otro, pero soy consciente de que existe.
Para cuando bebo un sorbo, me doy cuenta de lo mucho que lo necesitaba — No considero que mi vida sea decepcionante, pero sé que no quieres oír sobre ello — me tomo el permiso de bromear, cerrando los dedos alrededor de la cerámica — Quizá no puedo entregarte a los prisioneros del atentado, pero puedo conseguirte algún pase de algún otro que posea la sangre que necesitas — y que esté lejos de ser un adn que pueda jodernos si sale a la luz, para variar.
Uso la varita para atraer dos tazas ante su respuesta positiva y me limito a escucharla mientras preparo las bebidas, sintiendo como poco a poco se me va frunciendo el ceño, a pesar de que el resto de mis facciones se mantienen calmas — ¿Para qué quieres squibs? — inquiero con sincera curiosidad — Lamento decirte que no puedo serte de ayuda. No solo son prisioneros rodeados de alta seguridad, sino que también son cuatro magos y un muggle. No sé si recuerdas a Derian Castle, del cuatro — sus años como vencedor y mentor de los juegos pasaron hace una eternidad, pero siempre se pueden traer a la memoria gracias a los carteles de "se busca". Meto la varita en mi cinto y me giro para tenderle una de las tazas humeantes, bajo el azúcar y me recargo contra la mesada para encargarme de mi infusión — Si mal no recuerdo, dos de ellos tienen sangre muggle, pero creo que eso no te sirve... ¿no? — no veo mucha diferencia entre uno y el otro, pero soy consciente de que existe.
Para cuando bebo un sorbo, me doy cuenta de lo mucho que lo necesitaba — No considero que mi vida sea decepcionante, pero sé que no quieres oír sobre ello — me tomo el permiso de bromear, cerrando los dedos alrededor de la cerámica — Quizá no puedo entregarte a los prisioneros del atentado, pero puedo conseguirte algún pase de algún otro que posea la sangre que necesitas — y que esté lejos de ser un adn que pueda jodernos si sale a la luz, para variar.
Las leyes han cambiado mucho a lo largo de los años, hubo una época en la que avanzar una investigación llevaba toda una vida pues se requerían mil permisos y atravesar unos cuántos comités éticos. Quizás ahora no tenemos la libertad que me gustaría pero algo es algo y que Hans pregunte sobre mi investigación y responda sin espantarse antes de que le de una respuesta es prueba de eso - ¿Eres lo suficientemente inteligente como para entenderlo si te explico? - pregunto conteniendo una sonrisa y hago un gesto con la mano pues estoy bromeando, sé de lo que es capaz... Por algo está donde está, porque es inteligente y tiene los contactos que yo no - Los squibs tienen sangre mágica, su adn dice que deberían ser magos pero aún así no lo son - comienzo a explicar con la vista paseando por toda su cocina - Creo saber por qué y estoy buscando una forma de curarlos - no necesita saber más que eso, sobre todo porque las investigaciones del futuro podrían hacerme tragar mis propias palabras si teorizo más allá y no quiero eso.
Asiento comprendiendo a qué se refiere y es en verdad una lástima. En realidad no veo por qué la seguridad de la base es un problema, son prisioneros de guerra, han perdido todos los derechos y antes de asesinarlos sin más ¿Por qué no podrían dejarme jugar con ellos antes? Así harían un bien a la sociedad, sumado a que de seguro les dolería que su último acto en el mundo sea ayudar a los magos a progresar - Claro que conozco a Castle, lo tengo en mi álbum de campeones - ironizo rodando los ojos. Creo que sus juegos fueron después que los de mis hermanos, es imposible seguirle el rastro a todos.
Tomo un sorbo de café y al terminar mantengo la taza cerca para disfrutar del aroma, uno de los más agradables que hay en el mundo - Podría usarlos para otros propósitos, son lo más parecido que hay a nosotros - pienso en voz alta alzando las cejas - Pero de esos abundan, podría conseguir mestizos que se ofrezcan voluntariamente solo por un poco de dinero - porque hay gente desesperada. Estoy seguro de que en el norte hay un puñado de padres que harían lo que fuera para garantizar la seguridad económica de sus familias.
-De acuerdo, si necesitas hablar de tu vida soy toda oídos... Pero solo porque me estás haciendo un gran favor si me ayudas con eso.
Asiento comprendiendo a qué se refiere y es en verdad una lástima. En realidad no veo por qué la seguridad de la base es un problema, son prisioneros de guerra, han perdido todos los derechos y antes de asesinarlos sin más ¿Por qué no podrían dejarme jugar con ellos antes? Así harían un bien a la sociedad, sumado a que de seguro les dolería que su último acto en el mundo sea ayudar a los magos a progresar - Claro que conozco a Castle, lo tengo en mi álbum de campeones - ironizo rodando los ojos. Creo que sus juegos fueron después que los de mis hermanos, es imposible seguirle el rastro a todos.
Tomo un sorbo de café y al terminar mantengo la taza cerca para disfrutar del aroma, uno de los más agradables que hay en el mundo - Podría usarlos para otros propósitos, son lo más parecido que hay a nosotros - pienso en voz alta alzando las cejas - Pero de esos abundan, podría conseguir mestizos que se ofrezcan voluntariamente solo por un poco de dinero - porque hay gente desesperada. Estoy seguro de que en el norte hay un puñado de padres que harían lo que fuera para garantizar la seguridad económica de sus familias.
-De acuerdo, si necesitas hablar de tu vida soy toda oídos... Pero solo porque me estás haciendo un gran favor si me ayudas con eso.
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Me sonrío un poco ante su broma sobre mi inteligencia, pero solo permito que se explique, siguiéndola con la atención necesaria para no perderme si se pone muy rebuscada. No soy un experto en ciencias, jamás lo he sido, pero me he juntado con los nerds necesarios como para tener una pequeña idea — ¿Hablas de algún gen reprimido o algo así? — pregunto, en parte dudoso y en parte cargado de curiosidad — Si tienes algún modo de revertir su genética para que funcione como es debido, sería un invento millonario, Silas. Aunque a tu departamento le costaría una buena suma de dinero el producirlo, en primer lugar — me pregunto si Annie tiene algo que decir al respecto, o si el ministro Labors está siquiera al tanto. No pueden negar que es una idea que pondría a varios a saltar, en especial a Jamie Niniadis.
Mi mueca se carga de desagrado, los vencedores jamás han sido santos de mi devoción y tengo un muy mal recuerdo de los juegos mágicos, algo amargo en comparación a algunas personas que los consumían y no tan firme como aquellos que perdieron a alguien en las arenas manejadas por los Black. Mi muggle padre tenía una manía muy patética de participar de las apuestas de cada edición y creo que una buena parte del dinero de nuestra familia acabó ayudando a ese movimiento, supongo que sus vicios le daban las gracias por tener un sueldo suculento y una mujer experta en joyas — El ministerio está lleno de mestizos… — lo murmuro, más para mí que para ella. Ojalá hubiese una manera de cambiar eso, pero sé que estamos hablando de otro tipo de cuestiones.
— No tengo nada para entretener a tus oídos. Supongo que habrás oído sobre mi hija en algún programa de televisión y creo que es lo único que dicen por ahí que es verdad — no tengo idea de qué rumores se han desparramado, pero si le he dado mi apellido no fue precisamente para ocultarla, mucho menos ahora que vive conmigo. Pero como opto porque haya sido la televisión la que le informó sobre mi vida, me tomo lo que queda del café y dejo la taza a un lado — Volviendo a los negocios, puedo darte el pase a la base pero cederte a un prisionero del atentado sería un tema mayor. Muchos están siendo utilizados para interrogatorios clasificados. Al menos que tengas interés por alguno en particular... — entorno mis ojos al mirarla, aunque estoy seguro de que ella no sabe nada del trabajo genético que su jefa está haciendo por nosotros — Silas, tengo una pregunta — admito — Tengo entendido que todo mago o bruja nacido de muggles, ha tenido al menos un antepasado mágico para heredar esa magia, ¿no? — intento elegir las palabras con cuidado, no muy seguro de que entienda a dónde quiero llegar — ¿Crees que…? Tu investigación, si se extiende no solo de los squibs, sino también a los muggles que tuvieron hijos mágicos… ¿Crees que pueda haber un gen dormido también en ellos? Quiero decir, si hay muggles que portan el gen, es porque tienen antecedentes squibs — porque si es así, algunos problemas serían mucho más fáciles de solucionar.
Mi mueca se carga de desagrado, los vencedores jamás han sido santos de mi devoción y tengo un muy mal recuerdo de los juegos mágicos, algo amargo en comparación a algunas personas que los consumían y no tan firme como aquellos que perdieron a alguien en las arenas manejadas por los Black. Mi muggle padre tenía una manía muy patética de participar de las apuestas de cada edición y creo que una buena parte del dinero de nuestra familia acabó ayudando a ese movimiento, supongo que sus vicios le daban las gracias por tener un sueldo suculento y una mujer experta en joyas — El ministerio está lleno de mestizos… — lo murmuro, más para mí que para ella. Ojalá hubiese una manera de cambiar eso, pero sé que estamos hablando de otro tipo de cuestiones.
— No tengo nada para entretener a tus oídos. Supongo que habrás oído sobre mi hija en algún programa de televisión y creo que es lo único que dicen por ahí que es verdad — no tengo idea de qué rumores se han desparramado, pero si le he dado mi apellido no fue precisamente para ocultarla, mucho menos ahora que vive conmigo. Pero como opto porque haya sido la televisión la que le informó sobre mi vida, me tomo lo que queda del café y dejo la taza a un lado — Volviendo a los negocios, puedo darte el pase a la base pero cederte a un prisionero del atentado sería un tema mayor. Muchos están siendo utilizados para interrogatorios clasificados. Al menos que tengas interés por alguno en particular... — entorno mis ojos al mirarla, aunque estoy seguro de que ella no sabe nada del trabajo genético que su jefa está haciendo por nosotros — Silas, tengo una pregunta — admito — Tengo entendido que todo mago o bruja nacido de muggles, ha tenido al menos un antepasado mágico para heredar esa magia, ¿no? — intento elegir las palabras con cuidado, no muy seguro de que entienda a dónde quiero llegar — ¿Crees que…? Tu investigación, si se extiende no solo de los squibs, sino también a los muggles que tuvieron hijos mágicos… ¿Crees que pueda haber un gen dormido también en ellos? Quiero decir, si hay muggles que portan el gen, es porque tienen antecedentes squibs — porque si es así, algunos problemas serían mucho más fáciles de solucionar.
Mi rostro muestra auténtica sorpresa al escuchar su interpretación pues si bien no es la correcta, es una absolutamente válida. Claro que luego de eso viene el asunto del dinero así que ruedo los ojos pues es la principal causa por la que no tenemos una colonia en el espacio ahora mismo, al gobierno le cuesta tanto invertir en ciencia que a veces me pregunto cómo es que hay tantas personas que nos permitirnos soñar aún - En realidad es más como una enfermedad autoinmune, cómo si su propio cuerpo estuviese atacando la magia dentro de ellos para que no fluya - explico de la forma más sencilla que me sale, mencionar la palabra anticuerpo creo que ya sería demasiado para el ministro de justicia - Así que no sería trabajar sobre el núcleo, sino sobre la periferia... Eso no es tan costoso - intento que vea el lado positivo. Claro que seguiría valiendo una fortuna pero no tanto como trabajar sobre el ADN mismo.
Me trago mi opinión sobre los mestizos, claro que el ministerio está lleno de ellos y hoy en día no podríamos mantener un país si solo se permitiera un puesto a aquellos puros de sangre, pero lo ideal sería trabajar solo con gente de confianza pues aquel que es mestizo tiene a un ser querido del otro lado de la batalla ¿Cómo confiar en alguien así? Por no decir que sus habilidades están muy por debajo de la media, por lógica.
- Bienvenido al club de lo padres solteros - respondo con media sonrisa y alzo mi taza de café a modo de brindis. Creo que ya he superado esa etapa, claro que su hija es más pequeña que la mía por lo que he escuchado, así que le quedan unos años de trabajo - Si ninguno es squib no me interesa, son los únicos con los que me pongo exquisita - respondo para dejarlo tranquilo, no hace falta que se ponga en plan defensivo al respecto - Los demás siempre son bienvenidos... Claro que los experimentos a veces salen mal ¿Eso es un problema? - tanteo el terreno. Una autopsia post mortem es tan o más valiosa que un experimento en vida.
La pregunta me sorprende y escucho todo el desarrollo con las cejas en alto. Antes de responder tomo el último sorbo a la taza para calentarme la garganta pues es un tema amplio y que se ha estudiado por mucho tiempo. Claro que muchas de las investigaciones se perdieron en el caos del mundo, pero el concepto general perdura - No necesariamente - respondo entrelazando mis dedos sobre la mesa - Existen las mutaciones así que primera generación puede que no tenga antepasados mágicos en absoluto - respondo con honestidad - También puede que esta mutación se de de forma recesiva y la persona no muestre signos de magia... Así cuando se cruza con una persona con genes mágicos sus hijos sí muestran el fenotipo - finalizo con voz seria, mi voz de trabajo - ¿Cuál es tu idea exactamente?
Me trago mi opinión sobre los mestizos, claro que el ministerio está lleno de ellos y hoy en día no podríamos mantener un país si solo se permitiera un puesto a aquellos puros de sangre, pero lo ideal sería trabajar solo con gente de confianza pues aquel que es mestizo tiene a un ser querido del otro lado de la batalla ¿Cómo confiar en alguien así? Por no decir que sus habilidades están muy por debajo de la media, por lógica.
- Bienvenido al club de lo padres solteros - respondo con media sonrisa y alzo mi taza de café a modo de brindis. Creo que ya he superado esa etapa, claro que su hija es más pequeña que la mía por lo que he escuchado, así que le quedan unos años de trabajo - Si ninguno es squib no me interesa, son los únicos con los que me pongo exquisita - respondo para dejarlo tranquilo, no hace falta que se ponga en plan defensivo al respecto - Los demás siempre son bienvenidos... Claro que los experimentos a veces salen mal ¿Eso es un problema? - tanteo el terreno. Una autopsia post mortem es tan o más valiosa que un experimento en vida.
La pregunta me sorprende y escucho todo el desarrollo con las cejas en alto. Antes de responder tomo el último sorbo a la taza para calentarme la garganta pues es un tema amplio y que se ha estudiado por mucho tiempo. Claro que muchas de las investigaciones se perdieron en el caos del mundo, pero el concepto general perdura - No necesariamente - respondo entrelazando mis dedos sobre la mesa - Existen las mutaciones así que primera generación puede que no tenga antepasados mágicos en absoluto - respondo con honestidad - También puede que esta mutación se de de forma recesiva y la persona no muestre signos de magia... Así cuando se cruza con una persona con genes mágicos sus hijos sí muestran el fenotipo - finalizo con voz seria, mi voz de trabajo - ¿Cuál es tu idea exactamente?
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Respondo a su bienvenida con una sonrisa efímera, aún no muy seguro de cómo debo tomarme toda esta locura. Estaba listo para compartir la tutela de Meerah con Audrey, pero ésta desapareció con un grupito de rebeldes sin dar mayores explicaciones y no puedo dejar de pensar no solo que su hija le importa una mierda, sino también que es una basura como persona. ¿Se ha marchado con aquellos que pusieron la vida de Meerah en riesgo, de veras? ¿No tuvo siquiera el atrevimiento de asegurarse que estaría a salvo, mientras yo me desangraba a unos metros? No me importan sus excusas, Audrey Niniadis es una persona de mierda y de verdad espero no cruzármela, porque el ser la madre de mi hija no la ayudará a salvarse de la condena que le espera — ¿Me estás diciendo que debería darte a los criminales menos valiosos? — pregunto con una mueca satírica con cierto toque de gracia — Hay algunos casos que se merecen ser un experimento que salga mal, solo déjame que busque en mis archivos — hay criminales descartables, cuya presencia nadie va a extrañar si se la pasan encerrados en un laboratorio. Un poco más útil que simplemente ejecutar una condena.
Estoy seguro de que me he enredado en mis propias palabras y siento que he sonado como un idiota rebuscado, así que escucho su explicación mientras salto de la mesada para moverme mejor por la cocina; por suerte, es lo suficientemente grande como para darme un paseo alrededor de la isla central mientras me rasco le mentón — Si los squibs pueden mutar y ser “activados como magos” — remarco las comillas en el aire — significa que todo el asunto de la reproducción podría solucionarse con el tiempo. Sin squibs que se casen con muggles, la sangre podría limpiarse. Siempre puede haber una mancha en el tigre, eso está claro… — me detengo en cuanto he dado la vuelta completa y me detengo frente a ella, metiendo las manos en los bolsillos de mi jean — Pensé que el gen mágico solo se perdía por culpa de los squibs, pero si dices que no es así… — me encojo de hombros. Parece una idea muy extremista, pero siempre se ha tratado de evolución, es algo que sostuve desde hace mucho tiempo — Sería polémico y los dos lo sabemos — acabo señalando. No estaríamos dejando que la naturaleza siga su curso, pero creo que nadie lo ha hecho en años.
Mordisqueo el costado de mi lengua, buscando el hilo inicial de la conversación antes de meterme en un terreno que desconozco y que se aleja demasiado de las leyes — Te daré el permiso que buscas, pero no será gratis — ¿Qué tiene ella que yo desee? Ahora, nada — Se vienen tiempos delicados y necesitaremos a los mejores trabajando en el ministerio, espero que eso lo sepas bien — no es mi intención tirarle flores, pero sé lo adicta al trabajo que puede ser — Hace años, los Black atacaron a los nuestros con armas biológicas. Si encuentras un modo de limpio contraataque en caso de un nuevo atentado, te deberé una grande. A veces el ataque silencioso es el conveniente para todos nosotros — y a juzgar por cómo se están agitando las cosas, la paz está muy lejos de ser firmada.
Estoy seguro de que me he enredado en mis propias palabras y siento que he sonado como un idiota rebuscado, así que escucho su explicación mientras salto de la mesada para moverme mejor por la cocina; por suerte, es lo suficientemente grande como para darme un paseo alrededor de la isla central mientras me rasco le mentón — Si los squibs pueden mutar y ser “activados como magos” — remarco las comillas en el aire — significa que todo el asunto de la reproducción podría solucionarse con el tiempo. Sin squibs que se casen con muggles, la sangre podría limpiarse. Siempre puede haber una mancha en el tigre, eso está claro… — me detengo en cuanto he dado la vuelta completa y me detengo frente a ella, metiendo las manos en los bolsillos de mi jean — Pensé que el gen mágico solo se perdía por culpa de los squibs, pero si dices que no es así… — me encojo de hombros. Parece una idea muy extremista, pero siempre se ha tratado de evolución, es algo que sostuve desde hace mucho tiempo — Sería polémico y los dos lo sabemos — acabo señalando. No estaríamos dejando que la naturaleza siga su curso, pero creo que nadie lo ha hecho en años.
Mordisqueo el costado de mi lengua, buscando el hilo inicial de la conversación antes de meterme en un terreno que desconozco y que se aleja demasiado de las leyes — Te daré el permiso que buscas, pero no será gratis — ¿Qué tiene ella que yo desee? Ahora, nada — Se vienen tiempos delicados y necesitaremos a los mejores trabajando en el ministerio, espero que eso lo sepas bien — no es mi intención tirarle flores, pero sé lo adicta al trabajo que puede ser — Hace años, los Black atacaron a los nuestros con armas biológicas. Si encuentras un modo de limpio contraataque en caso de un nuevo atentado, te deberé una grande. A veces el ataque silencioso es el conveniente para todos nosotros — y a juzgar por cómo se están agitando las cosas, la paz está muy lejos de ser firmada.
Su respuesta es música para mis oídos, incluso sonrío de forma que pocas veces lo hago y presiono disimuladamente el puño a modo de victoria. No sé quienes encajan exactamente en el perfil de criminales menos valiosos pero no me importa, él ya se encargará del filtro y a mí lo único que me interesa es tener un cuerpo sobre la camilla - Es exactamente lo que te estoy pidiendo - respondo aún con la sonrisa en mi rostro y aunque lo intento no puedo ponerme seria. El trabajo es mi vida así que claramente es la principal fuente de felicidad en ella. Y al parecer vendrá mucha felicidad en el futuro si consigo esos criminales - Esto será bueno para la raza mágica, ya lo verás - aseguro consiguiendo serenarme de una vez.
Lo observo pasear por la habitación y luego de unos segundos se me cansa el cuello así que solo me recargo sobre la mesada y observo la puerta de brazos cruzados. Su voz viene de todas direcciones y de alguna forma eso ayuda a alimentar las fantasías de lo que podría ser el futuro si nos permitimos hacer el cambio que se necesita - Podríamos impedir que se reproduzcan o matarlos a todos, ya sé que sueles preferir la opción más económica - comento con media sonrisa. Limpiaríamos el norte, podríamos expandir la industria sin tener un montón de buenos para nada ocupando lugar allí, menos bocas que alimentar y definitivamente menos gente causando problemas.
- Lo que digo es que de la nada podemos tener un mago nuevo, uno peligroso pues la historia dice que las mutaciones son impredecibles - no porque sean más peligrosos, sino porque son inestables, algo difícil de manejar y por ende poco conveniente - Cuando algo muta se vuelve diferente a lo conocido y a veces destruir lo que no se conoce es difícil... En el pasado cosas así han terminado con gran porcentaje de la población humana ¿Qué podríamos esperar de algo a gran escala? - pregunto girándome una vez más para encontrar su mirada. Me dedico a la micromagibiología, no es paranoia, es análisis del pasado. ¿Qué tal un gran shift antigénico en los sangre mestiza? ¿En los impuros? Eso no puede permitirse.
Claro que todo esto no me saldrá gratis, es Hans con quien estoy hablando así que hago un ademán con las manos dando a entender que espero escuchar su precio. Sin embargo tengo que contener una risa pues en realidad lo que pide no me costará nada, más bien me está invitando a jugar en el parque de diversiones más grande del mundo y hacerlo pasar por trabajo - Tienes que trabajar en tus habilidades de negociación, eso no es trabajo para mí, será un placer - respondo haciendo una reverencia - Y gracias, ya sabía que soy la mejor - agrego guiñando un ojo - En realidad tengo un laboratorio lleno de cosas que podrían servir hoy mismo... Solo tendrían que aislar a los blancos, cerrar fronteras.
Lo observo pasear por la habitación y luego de unos segundos se me cansa el cuello así que solo me recargo sobre la mesada y observo la puerta de brazos cruzados. Su voz viene de todas direcciones y de alguna forma eso ayuda a alimentar las fantasías de lo que podría ser el futuro si nos permitimos hacer el cambio que se necesita - Podríamos impedir que se reproduzcan o matarlos a todos, ya sé que sueles preferir la opción más económica - comento con media sonrisa. Limpiaríamos el norte, podríamos expandir la industria sin tener un montón de buenos para nada ocupando lugar allí, menos bocas que alimentar y definitivamente menos gente causando problemas.
- Lo que digo es que de la nada podemos tener un mago nuevo, uno peligroso pues la historia dice que las mutaciones son impredecibles - no porque sean más peligrosos, sino porque son inestables, algo difícil de manejar y por ende poco conveniente - Cuando algo muta se vuelve diferente a lo conocido y a veces destruir lo que no se conoce es difícil... En el pasado cosas así han terminado con gran porcentaje de la población humana ¿Qué podríamos esperar de algo a gran escala? - pregunto girándome una vez más para encontrar su mirada. Me dedico a la micromagibiología, no es paranoia, es análisis del pasado. ¿Qué tal un gran shift antigénico en los sangre mestiza? ¿En los impuros? Eso no puede permitirse.
Claro que todo esto no me saldrá gratis, es Hans con quien estoy hablando así que hago un ademán con las manos dando a entender que espero escuchar su precio. Sin embargo tengo que contener una risa pues en realidad lo que pide no me costará nada, más bien me está invitando a jugar en el parque de diversiones más grande del mundo y hacerlo pasar por trabajo - Tienes que trabajar en tus habilidades de negociación, eso no es trabajo para mí, será un placer - respondo haciendo una reverencia - Y gracias, ya sabía que soy la mejor - agrego guiñando un ojo - En realidad tengo un laboratorio lleno de cosas que podrían servir hoy mismo... Solo tendrían que aislar a los blancos, cerrar fronteras.
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A pesar de la crudeza de sus palabras, me encuentro a mí mismo sonriendole — No firmo sentencias de muerte sin provocación previa, por económico que resulte — a diferencia de muchos de mis colegas, no tengo una sed especial de cabezas colgando por todo el Wizengamot. Soy creyente de los juicios justos y de mantener el orden en base a las normas, esas que incluso los muggles deberían respetar. Sí estoy seguro de que los tiempos de los no mágicos se han acabado, ya estuvieron arriba de la cadena alimenticia por eones y simplemente pretendo ver cómo es que desaparecen, poco a poco.
Entiendo lo que dice, pero no tengo una respuesta certera. Contesto con un mohín breve y desvío mi atención al golpeteo de mis dedos sobre la isla — ¿Temes a tus propias creaciones? — no la estoy juzgando, he estado parado en la delgada línea del temor a uno mismo y al poder que se le pone en las manos — Muchos cambios son para mejor. A lo largo de la historia, los seres humanos se han enfrentado a lo desconocido una y otra vez. Sin el paso a lo nuevo, no existe el avance — la vida se trata de tomar riesgos, eso lo tengo en claro.
Se me escapa un ruedo de ojos que acompaño con una sonrisa y tenso un poco los hombros al pararme un poco más firme — Oh, yo no estaba negociando. Esto es solo un favor, de un viejo amigo al otro — como ella es la que sabe del tema, sus indicaciones me parecen de las más lógicas. Asiento con la cabeza y tuerzo la boca de un lado al otro con un gesto algo pensativo — Se deberá debatir en cuanto sepamos cómo y dónde combatir a los terroristas, pero es mejor tratarlos como una plaga. Hay cosas que no van a terminarse si somos blandos, aunque primero hay que sacar a los nuestros de ahí — si es que queda algo de ellos. Con un suspiro, cambio un poco la postura y vuelvo a una sonrisa —[color=#336666] ¿Se te ofrece algo más?
Entiendo lo que dice, pero no tengo una respuesta certera. Contesto con un mohín breve y desvío mi atención al golpeteo de mis dedos sobre la isla — ¿Temes a tus propias creaciones? — no la estoy juzgando, he estado parado en la delgada línea del temor a uno mismo y al poder que se le pone en las manos — Muchos cambios son para mejor. A lo largo de la historia, los seres humanos se han enfrentado a lo desconocido una y otra vez. Sin el paso a lo nuevo, no existe el avance — la vida se trata de tomar riesgos, eso lo tengo en claro.
Se me escapa un ruedo de ojos que acompaño con una sonrisa y tenso un poco los hombros al pararme un poco más firme — Oh, yo no estaba negociando. Esto es solo un favor, de un viejo amigo al otro — como ella es la que sabe del tema, sus indicaciones me parecen de las más lógicas. Asiento con la cabeza y tuerzo la boca de un lado al otro con un gesto algo pensativo — Se deberá debatir en cuanto sepamos cómo y dónde combatir a los terroristas, pero es mejor tratarlos como una plaga. Hay cosas que no van a terminarse si somos blandos, aunque primero hay que sacar a los nuestros de ahí — si es que queda algo de ellos. Con un suspiro, cambio un poco la postura y vuelvo a una sonrisa —[color=#336666] ¿Se te ofrece algo más?
Ruedo los ojos pero no digo nada al respecto, supongo que eso quiere decir que será una lucha larga y en algo así una persona como yo tendría más trabajo así que en realidad no puedo quejarme. Claro que su departamento tiene más reglas que la mías, no me gustan y tampoco me detendré a analizarlas para ver que tanto nos convienen a la larga.
- ¿Mis creaciones? - pregunto con el ceño fruncido - Claro que no, todo lo que pasa en mi laboratorio está bajo control - agrego rápidamente para que ni siquiera piense en esa posibilidad. Lo que yo quiero es arreglar las fallas de la naturaleza y así estar preparados para los cambios a los que ésta nos haga enfrentarnos - Es a lo que la naturaleza pueda hacer por sí misma lo que me da miedo - confieso luego pero sin rasgo de temor en mi rostro, me siento como la primer línea de defensa al respecto así que no dejaré que me afecte de manera extrema.
- Tenemos un trato y un plan - finalizo con una sonrisa y le estrecho la mano para sellarlo de alguna forma - Ya he pedido más de lo que puede pedirse en un mes, volveré el siguiente - bromeo con un guiño y me doy la vuelta para volver por dónde he venido. No hace fata que me acompañe a la puerta, conozco el camino y se ve que lo que más le conviene es moverse lo menos posible - Nos vemos luego, Hans - saludo en voz alta y me aventuro a la lluvia una vez más.
- ¿Mis creaciones? - pregunto con el ceño fruncido - Claro que no, todo lo que pasa en mi laboratorio está bajo control - agrego rápidamente para que ni siquiera piense en esa posibilidad. Lo que yo quiero es arreglar las fallas de la naturaleza y así estar preparados para los cambios a los que ésta nos haga enfrentarnos - Es a lo que la naturaleza pueda hacer por sí misma lo que me da miedo - confieso luego pero sin rasgo de temor en mi rostro, me siento como la primer línea de defensa al respecto así que no dejaré que me afecte de manera extrema.
- Tenemos un trato y un plan - finalizo con una sonrisa y le estrecho la mano para sellarlo de alguna forma - Ya he pedido más de lo que puede pedirse en un mes, volveré el siguiente - bromeo con un guiño y me doy la vuelta para volver por dónde he venido. No hace fata que me acompañe a la puerta, conozco el camino y se ve que lo que más le conviene es moverse lo menos posible - Nos vemos luego, Hans - saludo en voz alta y me aventuro a la lluvia una vez más.
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