Fairy, i choose you!

Septiembre, 4268

Debo disfrutar de mis últimos días de vacaciones obligadas antes de que se me reclame en el Wizengamot para hacer mi trabajo con los prisioneros. En realidad estoy bastante ansioso al respecto, tanto que en mi caminata se me ocurre una idea fantástica que envío por mensaje a Powell para que la tenga en cuenta. Para mi pesar su respuesta no es muy alentadora y de hecho tengo que unirme a su modo de pensar porque ni de chiste ofreceré una parte de mi sueldo para cubrir ninguna clase de operativo. Eso me gano por enviar una propuesta sólida por mensaje de texto y con emojis en lugar de en una presentación prolija y con separadores como corresponde.

En fin. Camino hasta mi casa con las manos en los bolsillos y al abrir la puerta me encuentro con un hada volando muy cómodamente sobre mi sillón. Por un momento no sé que hacer pero al final llego a la conclusión de que será mejor comunicarme con el departamento de criaturas, es su trabajo ¿No? De seguro han tenido problemas éstos días capturando dementores como el que me atacó, unicornios, trolls y demás tonterías pero no pueden olvidarse de las pequeñas hadas que se han escapado como cualquier criatura racional a la que se le da la oportunidad de hacerlo.

Intento no hacer contacto directo con ella, solo deslizo mi dedo por la pantalla hasta conseguir el número del departamento de cazadores y envío un mensaje con mi dirección y la solicitud. Supongo que comprenderán por qué no hablo en voz alta... Eso podría espantar a la pequeña y no sé si son capaces de hacer algo malo. Por las dudas vuelvo mi cabello de color negro y me pego contra la pared para mantener un bajo perfil hasta que los profesionales lleguen.

Pero pasan los minutos y termino por aburrirme así que voy directo a la cocina a tomar un trozo de pastel de la heladera. El hada sigue inspeccionando la sala cuando vuelvo y un sonido en la entrada me indica que el cazador ya está aquí. Voy a atenderlo y dándole un mordisco al pastel señalo con mi cabeza el sitio en donde se encuentra la intrusa.

Se encontraba sentado sobre una silla mientras analizaba sobre su escritorio los expedientes de las criaturas que habían sido capturadas, asesinadas entre otras cosas. Mientras leía el reporte de lo que aparentaba ser el avistamiento de un Obscurus, una sensual dama se acerca a él para entregarle una noticia de su jefe el cual le pide que acuda a evacuar una casa plagada de hadas. Se pone de pie caminando hasta la entrada del ministerio mientras al extender la varita su túnica viene a sus manos con un simple Accio. Observa cada parte del lugar, corre hasta la sección de transportadores y desaparece.

Se acomoda su sombrero cuando aparece de golpe delante d la puerta exterior del hombre que había hecho el llamado. Al verlo abrirle la puerta, no le dio tiempo a siquiera que lo viera a los ojos. Camino hacia la sala donde el hada dejo de revolotear para mirar al hombre que tenía delante; dejo salir un chillido agudo causando que dos hadas más se manifestaran a su alrededor. Sonrió, hizo sonar sus nudillos y finalmente saco la varita mientras detrás de su espalda cerraba la puerta. La primer Hada vino directo a su persona con la intensión de morderlo por ende un encantamiento congelador (Glacius) fue suficiente para que al caer al suelo se rompiera en mil pedazos.

Las otras dos se miraron para ir contra el cazador furiosas pero terminaron siendo atrapadas por un encantamiento de pegamento que los dejos inmóviles. Las metió dentro de una jaula especial para después juntar los restos de la otra. Camina con calma hasta la puerta para abrirla; se saca su sombrero para poder ver al tipo que estaba comiendo un trozo de pastel. Alzó una ceja en clara demostración de desaprobación, ya que era un tema serio y parecía estar de lo más tranquilo. Expediente la mano para limpiarle la mejilla que tenía crema, y al chasquear los dedos esa crema en sus dedos se vuelven pequeñas mariposas que se desvanecen en el aire; amaba los encantamiento simples como esos.

-No era una plaga de Hadas. Aman los sitios tranquilos con poca iluminación. Esa sala está llena de objetos brillantes que a ellas le llaman mucho la atención. El ministerio agradece su llamado, de tener alguna urgencia más. Por favor, infórmelo ahora.

El cazador se adentra en la casa sin decir una palabra, lo cuál me agrada y me tomo unos segundos para observarlo de arriba a abajo... No está mal, no está nada mal, pero sería muy inapropiado considerando que ha venido a trabajar aquí y no nos conocemos. Son tiempos delicados, de otra forma seguro haría algún movimiento. Pero cuando alzo los ojos me lo encuentro tronándose los dedos y luego de eso congela a una de las haditas que cae al suelo y se rompe en mil pedazos - ¡Oh, vamos! ¿Eso era necesario? Era una simple hada - reprocho aun con algo de pastel en mi boca. No lo merecía aunque la muy desgraciada estaba molestando en mi casa.

El tipo no solo se conforma con hacer un show con las hadas que aparecieron luego sino que se acerca a mí y no sé que demonios hace que de repente tengo un montón de mariposas volando alrededor mío. Comienza a hablar y no logro contestarle pues me encuentro congelado intentando procesar todo lo que ocurre. Tengo la boca abierta formando una pequeña O y un dedo acusador en alto, pero aún así las palabras no salen.

- Sí, tengo algo más que reportar - comento al final y sacudo los hombros para retomar mi actitud normal. Eso ha sido raro y quizás ahora comprenda un poco lo que sienten las otras personas cuando yo entro en la habitación - Está muy tenso, cazador... - quedo a mitad de camino pues no me ha dicho su nombre - Necesita un poco de pastel y quizás un té ¿Con o sin azúcar? - pregunto haciendo una seña para que me siga a la cocina, es una casa grande pero el camino hacia allí no es complicado - Me presentaré porque se ve que no tiene idea de quién soy - sigo girando sobre mis talones en el camino para observarlo una vez más - Viktor Carstairs, miembro del Wizengamot y conozco lo suficiente al ministerio como para saber que ahora mismo lo último que necesita es a alguien molestando por un par de hadas - continúo - Pero admito que me gusta molestar un poco.

El ministerio estaba pasando por un buen tiempo aunque a veces se le iba a las manos muchos de los asuntos que parecían ya estar solucionado. Sus manos se aprietan formando un puño por unos segundos cuando le dice que tiene algo que reportar. Suspira para buscar la paz interior que todo Dukane tiene aunque no se note demasiado. No podía discutirle eso, estaba tenso por que ha sido un largo comienzo de mes donde el trabajo era incluso sus días libres; había ciertas criaturas mágicas que atormentaban a los magos en especial las de gran tamaño que de alguna manera parecían poseídas por una ira que el mismo desconocía muchas veces. El tipo que tenía delante de sus ojos no estaba nada mal, ¿por qué debía mentirse a sí mismo?, porque era un sujeto de un rango más alto que él y esto no era propicio en horario de trabajo.

-Se supone que estoy cumpliendo con un trabajo que no me llevaría más de dos segundos o como mucho 10 minutos de solución. Pero supongo, quizá…que pueda decir que me costó terminar este trabajo porque había más que solo hadas. Una mentira piadosa, ¿no cree?. El pastel no es mi fuerte, no me agrada mucho pero aceptare el té con un cubo de azúcar.-sonrió de manera leve aunque no mucho, para continuar sus pasos detrás del hombre; notando su delineada espalda que terminaba en una cintura pequeña que claramente dejaba ver ciertos atributos que para alguien como él eran en muchas palabras, perfecto. Cuando el hombre se presenta formalmente aquello le causa el tragar saliva; era ese tipo que le gustaba poner nervioso al ministerio, quizá sea mejor poner un alerta para que vengan por él; sin embargo, ¿por qué no ver donde termina todo esto?.

-Viktor, me agrada ese nombre. Aunque te diré, Vik…suena más factible. Me llamo Michael Dukane, antiguamente pertenecía al departamento de los agentes de la paz o aurores. Después que me sentí listo, abandone el servicio para unirme al escuadrón de cazadores. Fue una transición extraña pero me agrada mi trabajo, en especial cuando las criaturas son un oponente más fuerte…no simples…¿hadas?..-se ríe de manera sincera; que un mago del rango de Viktor no pueda con simples hadas le causaba mucha gracia. Cuando sus compañeros sepan de esto, se reirían por meses. Se sentó sobre una la de las banquetas de la cocina mientras miraba a aquel sujeto cuya sonrisa le agradaba pero más le intrigaba aquélla minara con un toque demencial o quizá demasiado nervioso.-Yo creo, que usted llamo, para ver si alguien venía a tomar el té con usted…¿o acaso busca un servicio más…intenso?.-

Me encojo de hombros pues lo que le diga a sus superiores no es mi problema. Yo tengo mi propio abanico de mentiras para escaparme del trabajo cuando veo que mi presencia allí no es más que una pérdida de tiempo o para justificar mi ausencias luego de un fin de semana demasiado intenso. Hasta ahora no me han atrapado, eso o Powell me quiere más de lo que dice en voz alta y por eso me deja pasar esas pequeñas mentiras. Seguro que me quiere ¿Cómo no hacerlo? Soy un manojo de ternura con comentarios picaros en los momentos apropiados.

Preparo el té un poco distraído y frunzo el ceño cuando dice que me llamará Vik. Me sorprende pues no esperaba tal confianza repentina de alguien que hasta hace unos momentos parecía un boy scout en plena acción. Se llama Michael Dukane y mentiría si dijera que lo he escuchado mencionar, extraño pues si antes era auror y ahora es cazador alguien debería haberlo comentado... Hacer dos especialidades no es sencillo y esas cosas suelen salir a la luz en los pasillos.

Cuando le entrego la taza de té y me escucho sus palabras me quedo quieto durante un segundo con los ojos bien abiertos ¿Me está tirando los tejos tan abiertamente? - Oh no... ¿Otra vez confundí el número de servicio de acompañantes con el del escuadrón de cazadores? - pregunto perdiendo la tranquilidad por un segundo. Algún día va a pasarme al revés y todo el ministerio se reirá de mi pedido de un caballero con ganas de jugar roles como un fugitivo del gobierno o médico que salva vidas.

Pero ya está aquí así que no voy a quejarme... La fantasía de un cazador viniendo a limpiar mi casa y luego quedarse para actividades más intensas también ha cruzado por mi mente en algún momento y creo que muchas personas estarían de acuerdo en que es un muy buen argumento para una película porno de poca monta - No importa, ya estás aquí así que deja ese té que hoy probarás cosas mejores - me apresuro a agregar para entrar en clima y le dedico una sonrisa traviesa desde el otro lado de la mesa - ¿Qué actividades más intensas propone, cazador?

El chico que tenía delante de sus ojos, estaba pensando que era un chico de compañía. Se largó a reír por un corto momento porque sinceramente jamás pensó que tenía esas apariencias pero podía divertirse con esto. Después de todo, se lo podría encontrar en el ministerio o lo que queda del ministerio para poder pasar un buen momento de vergüenza por parte del contrario. Su madre sin duda, estaría en total desacuerdo con estas decisiones poco éticas pero sinceramente, le divertía poder hacerse pasar por una persona que no era, en especial, una especie de chico de compañía nocturna. Dejó la taza de té sobre la mesa para ponerse de pie, caminando hasta el chico para sujetarlo de la cintura mientras lo arrinconaba contra el borde de la mesada.

-Señor, que vergüenza. Pensé que sabía que había llamado al centro de chicos de compañía. Tendré que darle un servicio especial para poder divertirnos juntos. Esta vez no debe pagar nada, va por cuenta propia de la casa.-Se sonrió antes de acercarse para darle un suave beso que terminó siendo lento; recorriendo su boca con aquel beso que claramente ahora los estaba llevando por un camino más intenso de emociones y placer. Se suponía que tenía que trabajar, pero no todos los días tienes el honor de tener a un chico coqueto en la cama, en especial por que han pasado muchas cosas que sinceramente a uno como hombre, le provoca la necesidad de relajarse y sacarse la tensión de encima.-

Los besos terminaron en algo que lentamente voló la ropa y sin la ropa las emociones que se liberaron fueron a través de suaves jadeos sobre una cama cómoda. No importo nada más en ese momento que ambos y entonces todo aquello que pareció tener contenido se liberó en una suave sensación de placer y calidez. No sabía cuánto tiempo pasaron en esa cama, ni cuánto tiempo había estado acostado. Pero podía ver la luz del medio día entrar por las cortinas semi cerradas de la habitación. Miro a Viktor, sonriendo porque había hecho el amor con un extraño, se acercó para darle un par de cálidos besos en los labios.-Entonces, ¿te digo ahora que no soy un chico de compañía o te lo digo después?; te acostaste con un miembro del escuadrón de cazadores, niño sucio.-

Solo se necesita que deje la taza y camine hacia mí para comprender que he cometido un afortunado error de números. Una vez más he salido impune del error, pero me prometo a mi mismo que seré más cuidadoso la próxima vez. Por suerte el hombre pudo resolver lo de las hadas y supongo que no hará falta hacer el informe al respecto. Pero ya no quiero pensar en eso pues toma la iniciativa y, si bien suele ser al revés, dejo que me arrincone contra la mesada... Es la fantasía del cazador así que el querer ponerme en plan dominante arruinaría un poco el chiste - ¿Servicio especial y gratis? ¿Ya es navidad y nadie me ha dicho? - respondo con una sonrisa traviesa y pronto me entrego a los besos que si bien comienzan siendo suaves poco a poco nos van guiando en dirección a la cama.

No sé de dónde ha salido este acompañante, quizás es nuevo y por eso sus modos son algo distintos a los habituales pero me gustaría conocer su verdadero nombre para tenerlo en cuenta en el futuro. Se siente distinto y me agrada, en realidad es más dulce de lo que esperaba y me sorprendo a mi mismo al disfrutar de ello, de todas maneras es intenso al punto que termino tan agotado que me duermo en la cama sin que siquiera se me cruce por la mente pedirle que se retire de mi domicilio, un descuido de mi parte pues con un servicio contratado nunca se sabe.

Me despierta la luz colándose entre las cortinas y al girarme me sobresalto un poco al encontrarme con Michael allí, para colmo se acerca a besarme y correspondo algo sorprendido - ¿Cazador? - pregunto con los ojos abiertos como platos por un segundo y tras procesar la idea sonrío - Creo que incluso eso es mejor, sexo en el trabajo - agrego acercándome para morder el lóbulo de su oreja de forma juguetona - Ya me parecías un acompañante poco convencional - comento acomodándome en la cama, solo a unos centímetros de él. Vaya que vengo de buena racha, un cazador y que está buenísimo... Puede que ya tenga 43 pero definitivamente no he perdido mi toque - Nuestros jefes no pueden saber de ésto, eso seguro.

-¿Nuestros jefes son un problema menor?; que mis padres se enteren de esta osadía me da más miedo que estar encerrada en la casa de un rebelde. Créeme, jamás perdonarían semejante falta total de respeto de parte de ambos. Así que, no te preocupes. Nadie sabrá de esto.-le da tiernos besos por el mentón hasta sus labios donde se queda un momento para disfrutar de los besos. Estaba dándose cuenta que estaba en la cama con un hombre que claramente podría ser su padre; ¿quién lo diría?. Paso las manos por su sensual y suave torso hasta sujetarlo de la cintura para atraerlo a él, esconde el rostro en el cuello ajeno buscando un poco de calor y por qué no algún que otro mimo.-

-Tendremos que hacer un informe, explicando que había un nido de Doxy y no de hadas bajo tu casa. De esta manera será más creíble que me haya tardado tanto.-se ríe entretenido por solo saber que no le van a creer pero al menos se evitaría el tener que explicar esta situación que claramente si se lo permitían iba a pasar de nuevo aunque esperaba que pase fuera de su trabajo. Se separa para sentarse en la cama, bostezando mientras se estira para hacer sonar los huesos de su cuerpo. Miro atento a la ventana, mientras se empezaba a vestir de nuevo.-Sera mejor que me vaya Viktor, no quiero invadir espacio personal.-paso la mirada a su varita para ajustarla con su sujetador de varitas en su antebrazo derecho. Al sacarla de su funda se apuntó así mismo para lanzarse un encantamiento que le acomodo el pelo como antes, sin duda cosas como estas siempre son útiles.-

-Supongo que nos veremos cuando te equivoques de número de nuevo. Pero al menos yo la pase bien, espero que tu igual.-se pone de pie para ponerse la ropa y ajusta a lo último sus botas de cuero de dragón. Se mira al espejo del cuarto para sujetar fuerte su varita, tendría que usar aparición para no llegar tarde, aún tenía tiempo para marcar salida. De hecho, ya podría haberse ido pero no lo estaba haciendo, (Vamos que solo fue una mañana de pasión, vete…estúpida caballerosidad); pensó.-O acaso … ¿aceptarías una cita conmigo?.-

Abro los ojos una vez más cosa que me da gracia pues se está haciendo bastante frecuente con cada palabra que sale de su boca ¿Cómo que padres? Parece alguien mayor y creo que hemos dejado los prejuicios con respecto a la sexualidad hace varios centenios atrás ¿O es que todavía sigue existiendo gente así? O tal vez son como esos fanáticos religiosos que no quieren sexo antes del matrimonio o dos médicos sexólogos que quedarían espantados al saber que se ha acostado con un desconocido. Que tanto, hemos usado protección así que tampoco es tan preocupante - Bueno, no suelo ser de los que cae bien a los padres - bromeo aunque no estoy seguro de que sea buena idea meterme en ese terreno, mejor que quede ahí.

Se nota el entrenamiento pues me acerca a su cuerpo sin problemas y se acurruca a mi lado, es como un gran osito adorable y sonrío ante la idea mientras doy unas cuantas caricias en su espalda. De acuerdo, esto si es muy poco convencional en mí y quizás estoy pasando ciertos límites que no debería por mi propio bien - Tu encárgate de la mentira y si no me la creen luego me ocupo de los asuntos legales - largo con una sonrisa pues ni de chiste llegará a tanto. Con lo que está ocurriendo no se pondrán a ver si ha tardado un poco más o un poco menos, pero no quiero decirlo en voz alta pues le quitaría lo sexy al asunto.

Se levanta y comienza a vestirse, yo simplemente lo observo con las manos detrás de mi cabeza y las piernas cruzadas en la cama. Creo que me levantaré a darme una ducha y luego pasaré todo el día recostado, de todas formas no tengo que trabajar hoy y quizás es viernes... Ya ni siquiera sé eso - Ha sido un placer tenerte por aquí - respondo haciendo un ademán con la mano, señalando la puerta para que se retire cuando guste - Lo pasé muy bien, quizás vuelva a equivocarme - respondo con un guiño.

De verdad creo que ese la despedida hasta que hace una nueva pregunta que me deja pasmado. No logro reaccionar por unos cuántos segundos y de verdad me da lástima entregar un no rotundo ¡Yo no salgo en citas! Pero ha sido tan cariñoso que... ¡Mierda! No, no, no - Quizás podamos tener una serie de encuentros casuales a lo largo de las próximas semanas y así podrías persuadirme de considerarlo - respondo con la cabeza inclinada, cuidando las palabras y lamentando estar pronunciándolas en el instante - Quizás - agrego haciéndome el misterioso.

-Mi familia es un poco especial. Ellos consideran que la sangre pura es lo único que tiene sentido, los magos por sobre los muggles. A veces, no estoy tan seguro de pensar como ellos. Pero qué más da, no perderé a mi familia así que supongamos que pienso igual.-miro al hombre mientras se rascaba la mejilla; era una realidad que los no mágicos nos habían hecho demasiado daño en el pasado. Pero en parte entendía que habían causado temor en ellos, ahora era todo lo contrario. Aquellos muggles que el ministerio no controlaba eran rebeldes e incluso muchos magos se volvieron traidores, pero aunque a veces quería ser como ellos, no podría soportar vivir siendo perseguido.-

-Siempre han tomado en cuenta mis informes. Pues me encargo incluso de mostrarles evidencias de tal acto o problema. Tengo alas de Doxy en mi despacho, podre usarlas como evidencia para el informe. Soy un hombre respetable, de perfil bajo. Pero cuando quiero ser serio, dicen por lo bajo, que causo temor.-se sonrió amable, pero eso era cierto. Se había enfrentado a muchas cosas en la vida, cosas que lo han marcado emocionalmente y otras tanto han cambiado su carácter. Era un joven especial, que de saber tratar podía ser la mejor persona del mundo o tu peor enemigo.-Quizá por eso no me conoce, porque me he sabido mantener en las sombras. Recuerde que fui un auror; mi misión era mantenerme al margen y solo intervenir según los deseos de nuestro ministro.-

-¿Quizás?...-se dibujó una sonrisa sincera en sus labios, cosa que no ha pasado en mucho tiempo, se acerca para inclinarse sobre la cama para darle un tierno pero suave beso en la mejilla. Estaba siendo cariñoso pero también sabia como jugar a sus cartas para provocar otras emociones que el chico parecía querer reprimir. Le miró a los ojos al alejarse.-Pues, tendré que traerte pastel la próxima, para que ese quizás se transforme en un si. ¿No crees?...disfrute su mañana, señor Carstairs…-se aleja para caminar con calma hacia la puerta y antes siquiera llegar a ella se envuelve así mismo en una especie de succión para oírse el ruido en seco de la aparición. La sala quedó en silencio, pero su perfume estaba por todos lados, como una rosa en primavera.-