Despierto cuando nos están bajando, en parte porque en esta ocasión, no me llevan por los aires. No puedo ver a quienes llevan delante o detrás de mí, incluso cuando trato de sacudirme para poder ver lo que está sucediendo. Nos bajan del aerodeslizador y puedo ver, recortada en el cielo nocturno, la figura del edificio más grande que jamás he visto. Se trata de un sitio rodeado de murallas, casi sin ventanas, que se eleva sobre nuestras cabezas como un monstruo dispuesto a enjaularnos. Siento como me hago pequeño, incluso pegándome un poco al auror que me arrastra y que tiene que empujarme para que yo pueda avanzar como es debido. Sé que no tiene sentido pelear, pero aún así, mis pies no parecen querer cooperar a lo que está sucediendo. Mi cerebro tampoco, procesar me está costando horrores y tengo miles de preguntas estallando en mi cabeza como las bombas que hicieron volar al ministerio por los aires. ¿Cómo es que todo ha terminado de esta forma?

Los pasillos son inmensos, las luces se sienten demasiado blancas y eso me obliga a ir con los ojos entornados hasta que se acostumbran. Para mi sorpresa, no me llevan de inmediato a una celda. Creo que nos separan, porque cuando me meten en una habitación blanca con solo unas sillas y una larga mesa, solo veo a Kennedy esposada a una de ellas. Supongo que será parte de un procedimiento, pero aún así, no puedo evitar sorprenderme y tratar de avanzar hacia ella — Kenny… — no logro mucho, porque me desatan para poder acomodarme en uno de los asientos a su lado y un pinchazo me hace soltar un quejido. Por lo poco que puedo ver, han tomado una muestra de sangre, algo de lo que ya me habían advertido. Bien, genial, ahora van a descubrir que no figuro en sus archivos y estaré más jodido de lo que ya estaba hasta el momento.

Siento como vuelven a esposarme con las manos atrás y, en segundos, el auror se marcha por una puerta delgada del lado opuesto por donde entramos. Eso me da el tiempo a estirarme en dirección a Kenny, tratando de hablarle en voz baja antes de que el sujeto vuelva — ¿Qué está sucediendo? ¿Qué harán con nosotros? — lo sé antes de que ella hable, la respuesta no va a gustarme.

Cuando el efecto del encantamiento aturdidor se termina me encuentro en un aerodeslizador, paralizada como antes, pero al menos conciente. No estoy sola y al caer en la cuenta de los rostros nomas puedo tragar saliva y luchar contra los sentimientos para mantener la mejor cara de poker posible. La batalla física se terminó ni bien los aurores se lanzaron a hacer su trabajo, ahora dependemos de lo que digamos, de cómo nos comportemos y de qué tan inteligentes seamos al jugar las cartas de mierda que tenemos. Y de momento creo que lo mejor es no reaccionar mientras haya gente mirándonos.

Nos llevan a la base de seguridad y cuando llega la hora de caminar levantan mi hechizo paralizador, sin embargo me mantienen atada. Simplemente sigo el camino que me indican, tragándome los insultos pues me aprietan los brazos mucho más de lo necesario. Nunca hubiese imaginado que la base de seguridad era tan blanca y llena de luz, mi apuesta estaba con las mazmorras y grilletes en las paredes. Aunque ésto me asusta más, no sé que esperar y estar a ciegas no me gusta para nada.

- Kennedy Wang, no hace falta que me pinchen el dedo - soy honesta pero al final terminan haciéndolo de todas formas ¿Para qué mentir? Tienen mis registros, también programas grabados y probablemente alguna entrevista vieja en televisión. Hace no mucho había expuesto mi rostro y ahora también mi nombre, por más que salga de aquí dudo que haya mucho para mí afuera. Adiós a la red, adiós a las personas que amo, adiós a la causa pues no creo que sobreviva luego de esto. Pero no quiero pensar en el futuro siendo que tengo un presente dudoso.

Aguardo sentada en las sillas a las que me esposan y unos minutos después traen a Kendrick al cual reconozco por su voz. Cierro los ojos por un segundo pues allí se va mi idea de pretender que no nos conocemos hasta poder armar un plan o algo ¿Demasiado optimista creer que podemos hacer algo desde aquí para escapar?  - Shh - digo de forma suave mirando el suelo, en parte porque no quiero mostrar expresión alguna y en parte porque no me atrevo, está aquí por mi culpa, más allá que la idea haya sido de Ferdia yo lo permití. Era solo un niño la última vez que lo vi en el 14 y ahora es un prisionero de guerra adolescente ¿En qué mundo eso es justo?

- Sacarnos toda la información que puedan y matarnos luego, supongo - respondo levantando la cabeza por fin - O nos darán un juicio en el mejor de los casos - agrego para no ser tan oscura con mi respuesta - ¿Estás bien? ¿Necesitas que te cure alguna herida? Podemos convencerlos de que me suelten las manos por un segundo, no necesito mi varita para eso - aunque en realidad no lo veo demasiado mal, antes del troll vi cosas que se quedarán en mi retina para siempre.

Aprieto mis labios cuando me manda a callar pero siento que ya me he mandado la cagada, da igual. Bajo un poco la vista, sintiéndome apenado por tanta estupidez. No es como si Kenny y yo nos conociéramos mucho, apenas tengo recuerdos de cuando era pequeño y pasaba tiempo con ella y unos palos de madera que usé para golpear a medio distrito. Aún así, ahora es lo único a lo que puedo aferrarme. Trago un poco de saliva porque, aunque no me sorprenda, lo que me dice me crea un horrible vacío en mi estómago — ¿Un juicio, de veras? — pregunto, tratando de no sonar tan sarcástico a pesar de que se me ha agudizado la voz — Kenny, ataqué a una ministra. Creo que el otro sujeto también era ministro, a juzgar por su pinta. Si lo han visto… — no tengo excusas, no puedo andar fingiendo que soy inocente cuando salté una valla para atacar a las cabezas de este país. Me relamo el labio partido, encogiéndome en mi asiento.

¿Estoy bien? Tengo algunos golpes y cortes que han manchado mi ropa, no quiero saber cómo luce mi rostro y me duele cada centímetro de mi piel. Pero me preocupa más mi otro estado, el que recuerda los cuerpos mutilados y sabe que, a pesar de todo, hemos fallado una vez más. Se me tensa el rostro con la mirada gacha y paso saliva, pero no contesto con palabras, solo con un asentimiento — Estaré bien — digo solamente. Es una respuesta tan escueta que sé que no va a creerme. No quiero decirle que estoy en una mezcla de miedo por lo que vendrá y resignación a mi destino. Al final, todos mis caminos me condujeron acá. Esposado, herido y próximamente muerto.

Puedo oír que el auror habla con alguien por un comunicador, por lo que no va a prestarnos atención por un rato. Suspiro y me atrevo a mirarla, aunque siento que si levanto mucho el rostro, ella podrá pillarme y tratarme de cobarde llorón — Kenny… ¿Tú sabías que esto pasaría? — no voy a juzgarla, pero quiero saber la verdad. Me muevo un poco en el asiento, estirando el cuello para verla mejor — Porque fuimos nosotros… ¿No? Las bombas eran la señal — es eso o alguien decidió atacar el mismo día que nosotros y, la verdad, ya he dejado de creer en las coincidencias.

Lo sé, pensar en un juicio quizás sea estar viendo el vaso medio lleno pero si solo mantengo las ideas negativas y realistas no duraré mucho tiempo cuerda en éste sitio. Así que atacó a dos ministros y está aquí vivo contándolo, se me escapa una sonrisa que espero que no llegue a ver y me muerdo el labio inferior para poder contestar de manera seria - Yo también tuve un encuentro con un ministro hace unas semanas, con algo de suerte el tipo murió y no podrá decir que fui yo - y aquí vamos de nuevo deseándole la muerte a la gente, pensar que en su momento no me atreví a hacerle daño permanente - Lo han visto - confirmo con una mueca. Mimi se ha encargado de eso, solo que no creí que nos jugaría en contra, tienen todo el material contra nosotros.

Dejo salir el aire cuando dice que está bien y me tomo un momento para chequear mi propio estado, tuve suerte una vez más. Luego de eso se me pierde la mirada en el suelo y la voz de Kendrick llega a mis oídos trayendo la culpa que tuve en el mismísimo momento en que las bombas estallaron. Solo asiento sin siquiera parpadear y luego de varios segundos soy capaz de agregar - Sabía que había bombas y sabía que el objetivo no solo era rescatar a Seth sino que cargarnos a unos cuántos ministros en el camino - al final no pudimos hacer ni una cosa ni la otra. Ni siquiera estoy segura de cuántas personas lograron escapar - No creí que sería tan intenso, lo lamento Kendrick, es todo mi culpa... - digo al final buscando alguna señal de perdón en su rostro.

Daría cualquier cosa por volver a ser la Kennedy que creía que podría arreglar las cosas con palabras. Ese camino ya está muy lejos, estamos tan jodidamente arruinados que la diplomacia se ha convertido en un cuento del pasado. Así es el mundo ahora, un bando realiza un acto terrible contra los inocentes y luego los inocentes se comportan de la misma manera ¿A dónde llegaremos así? A nuestra extinción probablemente.

- Ni siquiera pudimos borrar a Jamie del mapa... Quizá así algo habría sido diferente de ahora en adelante - porque un cambio, por mínimo que fuera, habría valido la pena.

El suspiro que suelto es de completa rendición. Si lo han visto, ni sé por qué voy a preocuparme. Es extraño resignarse cuando una parte de mí sigue deseando vivir, salir de aquí y poder hacer todas las cosas que jamás pude. Decirle a Lilah lo que me pasa con ella, descubrir quienes son mis padres, ponerme ebrio, recorrer el mundo, siquiera saber qué es besar a alguien de alguna manera que no sea Beverly noqueandome. Me doy cuenta de lo corta que ha sido mi vida, como un ligero soplo que nadie va a lamentar. No he llegado a ver absolutamente nada y será mi lamento si hay algo después de la muerte para mí.

No sé cómo sentirme cuando me confiesa que sabía lo que iba a pasar. ¿Engañado? No puedo culparla por sus intenciones, no dudé ni un segundo de salir corriendo a atacar a los ministros en cuanto tuve oportunidad. ¿Decepcionado? Sería muy hipócrita de mi parte. Tampoco puedo enojarme, lo que pasó, pasó y ellos tenían sus razones. Pero aún así... — Si hubieran dicho la verdad, los demás lo habrían entendido. No estábamos avisados — siento que fue más un ataque deliberado que un verdadero plan de rescate, algo me dice que la idea de matarlos a todos estaba por encima de cualquier intento de sacar a Seth de ahí. El único consuelo que tengo para su lamento es una sacudida de la cabeza, tratando de mantenerme calmo a pesar de las cosas que se me van amontonando dentro. No puedo empezar a gritar por explicaciones en este lugar, ninguno de los dos ganaría nada con eso. Y estoy tan agotado...

No puedo mentirle y decirle que de seguro Jamie pudo haber muerto en la explosión, pero es obvio que ni eso ha funcionado y la han sacado rápido del mapa. Así que me voy a lo más parecido — Con un poco de suerte, la mitad de su gobierno está muerto y todo esto habrá valido la pena. Y sino... bueno, el mensaje ha sido claro — no tengo idea de si eso sirva de algo, pero ya qué. Me renuevo aunque sé que no tiene sentido hacerlo y que no puedo salir de aquí ni aunque me suelte, porque hay guardias por todos lados que me matarían de solo intentarlo. Acabo por echar la cabeza hacia atrás y clavó los ojos en el techo, cuya luz es un poco fastidiosa — No quiero morir ahora — me da vergüenza confesar esto, pero tampoco puedo guardarlo. Nace de mí con una sinceridad agotada, quizá porque siento que si no lo digo ahora, no tendré oportunidad de lamentarme nuevo — ¿Crees que los demás busquen sacarnos? — somos una familia y, si algo he aprendido en todo este tiempo, es que nunca nos abandonamos. Quizá es hora de actuar como siempre y no dejarnos atrás.

Nunca hubiese imaginado que la aprobación de un niño de 15 años sería suficiente para devolverme un poco de calma. Pero si bien logra tranquilizarme, sé que en el futuro la imagen me cazará durante el sueño y eso si salimos vivos de éstas celdas. Hay una gran chance de que muramos en los próximos días, aunque no podemos dejar ir la idea de ser rescatados como estúpidas damiselas en peligro. Una parte de mí quiere que venga alguien pero otra sabe que sería ponerlos en peligro por alguien que no vale la pena, porque luego de lo que hice dudo que la red pueda perdonarme... O al menos la parte de la red que no estaba enterada.

- Al menos así ustedes no tendrán que cargar con la culpa, su conciencia está limpia - respondo mirándolo a los ojos. Si hay alguien que me arrepiento de no haber consultado es Jeff, sé que estaba lejos en ese momento pero debería haber sobrevolado Neopanem para buscarlo y así contrarrestar el fuego que Ferdia había implantado en mi cabeza. Siempre ha sido mi cable a tierra, el que detiene las locuras cuando sobrepasan la línea y ahora definitivamente se notó su ausencia.

La mitad de los ministros con un puñado de gente inocente, eso seguro. No digo nada más al respecto, solo largo un gruñido que espera ser de asentimiento - Yo tampoco, Ken - digo en cambio refiriéndome a lo segundo. ¿Cómo va a querer morir si lo único que conoce como vida son pocos años en un sitio alejado del mundo? Las cosas nunca fueron perfectas, pero hubo una época en la que la pasaba bien siendo cómplice indirecta de otro gobierno tirano... De repente el haberme quedado en silencio en esa época no parece tan malo comparado con lo que hicimos ahora intentando pelear.

- El Capitolio habrá reforzado la seguridad, no imagino una sola forma para entrar sin ser detectados - respondo con honestidad - Y creo que lo menos egoísta de mi parte es desear que no lo hagan, así no se pondrían en peligro - me da lástima por Kendrick, él si merece ser rescatado, es solo un niño y aunque esté más o menos de acuerdo o no con lo ocurrido, aun tiene tiempo para cambiar, ser mejor que las generaciones pasadas - ¿Crees que podamos escapar por nuestra cuenta? - redoblo la apuesta. Seguro moriríamos en el intento.

No tomo sus palabras como una sorpresa, creo que en el fondo nadie desea la muerte, incluso hasta el soldado más valiente. Creo que todos le tenemos pánico a lo desconocido, a la idea de saber que hay un final para absolutamente todas las cosas y que es un destino, al fin de cuentas, inevitable. El problema es que yo no pensé que mi vida fuese tan efímera. ¿Kenny habrá disfrutado la suya? No me atrevo a preguntarlo, se me hace que no tenemos esa confianza y además, creo que es una pregunta que baila entre la idea de ser personal y ser pesimista. Me la guardo para mí, quizá la formule cuando lleguemos al punto de estar desesperados y que ya no le importe que me meta a decir tonterías.

Me desinfla un poco la idea de que tiene razón de que es egoísta desear ser rescatados y ahí puedo ver mi último rastro de esperanza desaparecer. Una parte de mí sigue deseando que alguien aparezca como por arte de magia para llevarnos lejos, tengo el pensamiento infantil de que sería un modo de solucionar algo que no puedo concebir como real, pero también tengo que atenerme a la idea moral de que no puedo poner a los demás en peligro para salvar mi pellejo. Estúpido honor. Intento jugar al chico maduro sin decir nada al respecto y frunciendo los labios. Lo que sí no me espero, es que sugiera la idea de fugarnos — ¿Qué? — la miro como si estuviese tratando de descubrir si me está tomando el pelo o no y tengo que desviar disimuladamente (algo así, la verdad es que creo que mis intentos de ser disimulado me hacen mover los ojos en un estilo más obvio) hacia el auror, pero parece que seguimos en nuestra propia charla. Bien, mejor — Deben tener hechizos para evitar transformaciones o desapariciones — intento tomarlo con toda la lógica que soy capaz, pero me anima un poco el saber que no se está dando por vencida tan rápido — Pero aún no conocemos su rutina ni cómo se manejan. Quizá, si pudiésemos ganar unos días… — se me da bien escabullirme, lo he hecho toda mi vida, pero dudo que me dejen solo en este sitio — Sería cuestión de averiguar los puntos débiles de la prisión y planear una distracción — lo dejo caer como si fuese planificar unas vacaciones.

A decir verdad esperaba una lógica negativa ante mi propuesta, pero ver como pone las ideas en orden para al menos intentarlo me hace sonreír para mis adentros. En realidad no creo que podamos hacer nada, vamos a morir aquí y ni siquiera tendremos un funeral como corresponde, pero no quiero lanzar más negatividad al chico así que frunzo el ceño como si estuviese analizando sus palabras y al final asiento - Lo de la transformación se puede comprobar en un segundo - respondo e intento tomar mi forma de ave pero nada ocurre - Comprobado, no se puede - dejo salir apretando los labios. En realidad era obvio.

Las opciones son bastante acotadas en realidad, o nos resignamos a que pase lo que pase y dejamos correr los días lamentándonos o nos ponemos una misión inútil con la qué entretenernos. No sé si yo podré mantener la farsa una vez que el niño esté fuera de mi vista, pero creo que él lo hará y quizás lo ayude a pasar los días que nos quedan de manera más rápida y con menos dolor.

- De acuerdo, analizaremos todos sus movimientos, haremos un mapa mental de las instalaciones - me duele en el estómago sacar los ánimos que no tengo pero de todas formas lo hago, es lo mejor para Ken - Escucharemos conversaciones, todo es útil, aunque en el momento no tengan sentido - en realidad he aprendido ésto en mis años como periodista... Quizás un lado de la conversación no aporta mucho, pero al unirlo con los datos de alguien más todo termina cobrando sentido - Pero no te pongas en peligro ¿De acuerdo? Investigación pasiva hasta que podamos hablar de nuevo y trazar un plan concreto... - quizás estoy haciendo mal en darle falsas esperanzas, probablemente no volvamos a vernos pero de seguro no será la peor decisión que he tomado hoy.

No tenía esperanzas de que la desaparición o la transformación pudieran funcionar en un lugar de alta seguridad como éste, pero incluso así siento una punzada de desilusión cuando me doy cuenta de que es incapaz de hacer alguna de las dos cosas. Ya lo sabíamos, pero de todos modos tenemos que tacharlo de nuestra lista de posibilidades. Lo que me queda es escuchar sus indicaciones al pie de la letra, seguro de que puedo recordarlo todo, pero tengo la leve sensación de que hay algunas fallas. En primer lugar, porque sospecho que esta será la última vez que podamos hablar como corresponde… ¿O cómo manejan los almuerzos y esas cosas en este lugar? ¿Estaremos encerrados juntos o separados? No sé mucho de prisiones, con suerte pude alimentar mi imaginación con libros o relatos sin muchos detalles de los adultos con los cuales crecí. A veces, no tengo otra opción que quejarme sobre mi enorme ignorancia.

Con esa idea en mente doy un asentimiento con la cabeza y decido soltar otra duda — ¿Alguien alguna vez lo ha logrado? — jamás supe cómo son las cosas en NeoPanem, al menos no en detalle. No fui parte de esta guerra hasta hace demasiado poco y hay cosas, las más mínimas, que tengo que incorporarlas de la manera más rápida posible antes de quedarme atrás. Lo peor es que deduzco la respuesta antes de que ella la formule: sé que nadie ha escapado de aquí, el gobierno jamás se lo permitiría — Si te sirve de consuelo, creo que al menos tu plan ha conseguido cabrearlos. ¿Y eso no es ya un triunfo? — si querían llamar su atención, lo consiguieron. Quizá Seth quedó atrás, quizá nosotros moriremos por ello, pero si pienso en cómo quedó el distrito catorce… esto no es nada a comparación y aún así se lo merecen.

El auror regresa y no puedo hacer otra cosa que poner mi mejor cara de desentendido total cuando me desata de la silla, pero mis manos siguen unidas en mi espalda cuando me pone de pie de un tirón y me coloca frente a una cámara, a pocos metros de la mesa. Me da la espalda cuando comienza a trabajar en lo que reconozco como una computadora y las fotos se toman solas, con un chasquido de luz que me deja ciego por un momento. Con un parpadeo, soy perfectamente capaz de ver cómo el sujeto se voltea hacia mí con el ceño fruncido como si no pudiera comprender algo y regresa a la pantalla, lo que me da el tiempo de mirar a Kenny y encogerme de hombros. Y aquí estamos, cuando se dan cuenta de que yo no existo y tenemos que empezar a planificar un escape con mayor urgencia.

Me gustaría tener una respuesta afirmativa, que al menos en el pasado una persona mucho mejor que nosotros haya logrado la gran hazaña de escapar de la base del Capitolio pero no es así. Los muros son impenetrables, las cámaras de los pasillos y las celdas graban las 24 horas, la magia está bloqueada así que la única forma de escape que se me ocurre es que un ejército de dragones venga a derribar el sitio por la fuerza y sus escamas sirvan de escudo para los magos del equipo de rescate - Seremos los primeros, haremos historia Ken - intento animarlo con una sonrisa y por un momento me permito soñar con la posibilidad.

¿Hacerlos enojar un triunfo? Quizás en los primeros años de escuela cuando el más fuerte era aquel que lograba inventar los mejores insultos o empujar más fuerte a los demás pero ahora dudo que salga algo positivo de haberlos hecho enojar - Golpeamos el panal de abejas y ahora los demás tendrán que lidiar con las picaduras - claro que aquí adentro tendremos una parte pero ya vimos de lo que fueron capaces en el 14 así que no me extrañaría un asesinato en masa del 12 o 5.

Un auror llega así que me acomodo en mi silla y observo la escena en silencio. El hombre parece confundido y no creo que sea porque no sabe cómo manejar el sistema. Miro a Ken que se encoje de hombros y empiezo a preocuparme por lo que puede pasar... Es lógico que no tengan registros sobre él, nació en el 14 pero ¿De verdad no sabían eso? Un montón de niños menores de 17 años aparecieron de la nada así que lo lógico sería pensar que han vivido desde siempre allí.

- ¿Me toca a mí, señor? - pregunto para tantear el terreno y quizás conseguir al menos una pista de lo que está ocurriendo. Pero el tipo ni siquiera presta atención, solo abandona la sala una vez más con un portazo y solo me da tiempo para decir - ¿Qué demon...? - antes de ingresar otra vez con dos aurores más.

“Hacer historia” me parece una expresión muy grande para mí. Bueno, siempre quise hacer historia en el estilo que valía en casa, ser el explorador más joven, tener la mayor cantidad de terreno recorrido antes de los treinta, cosas por el estilo. No había pensado que podría hacer uso de esa expresión tratando de quebrar por primera vez la seguridad de la base más importante del país y, a decir verdad, me salta la idea de que sería mucho más fácil hacerlo si tuviésemos ayuda desde afuera. Vamos, no toco el tema porque sé lo que dirá, sé que volveré a ser un niño caprichoso con la idea de que sus amigos lo han dejado atrás y sé, aunque me pese, que no puedo culparlos. La batalla estaba perdida desde que empezó, reconozco que fue una movida jugada y, a pesar de que hemos sido capturados, entiendo por qué lo hicieron. Nadie puede decir ahora que ellos ganaron, nadie se atreverá a hablar sobre que somos una amenaza invisible. Todo NeoPanem vio al ministerio y a su bandera arder — Bueno, las abejas mueren después de que te clavan el aguijón — es lo único que espero.

El intento de Kenny de llamar la atención no vale de nada y tampoco es que me sorprenda. No soy un experto en estos tipos, pero he visto lo suficiente como para saber que en un momento como este, van a mantenerse apegados a su trabajo. Que el sujeto se aparte me permite ver mejor la pantalla, en la cual se luce la fotografía que acaba de tomarme, un número de prisionero y un margen de error titilando en color carmesí. El sistema lo sabe, no soy nadie y solo confirma que tendrán que saber quien soy para saber qué hacer conmigo. No sé por qué, pero esa idea repentinamente me acelera el corazón y no por el miedo. ¿Y qué si ellos tienen algo en su base de datos que pueda ayudarme? ¿Y qué si mis preguntas tienen su respuesta en la gota de sangre que me han arrebatado hace segundos?

— ¡Hey! — me quejo por el tirón que acompaña a la llegada de los dos aurores extra, en reacción automática, busco a Kenny con la mirada. Apenas alcanzo a verla cuando empiezan a arrastrarme fuera de la habitación, por lo que me sacudo como acto reflejo, tratando de llamar a mi compañera. La puerta se cierra justo cuando puedo ver su rostro una vez más delante de la pantalla que sigue titilando y soy incapaz de evitar preguntarme si volveré a verla. Si podremos huir, si soñar con un escape será disparatado, si hay un mínimo de esperanza para nosotros. Porque sé que, sea lo que sea lo que venga ahora, no va a ser agradable. Me he burlado de ellos por casi dieciséis años. No me lo van a dejar pasar tan fácil.