OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Las últimas semanas las he pasado en la casa medio abandonada que tengo en el 12. No es que la haya utilizado nunca demasiado porque cada dos por tres iba alternando mi día a día por los tres distritos del norte, pero es que directamente en los últimos meses la había tenido abandonada por haber estado en 14, así que cuando llegué con Sophia y Derian, el estado de la casa era todavía más lamentable. Pero eso era lo de menos. Han sido unas semanas complicadas por el estado de las respectivas heridas de cada uno, pero sobre todo, y al menos para mí, unas semanas difíciles psicológicamente hablando. No solo he perdido a mi mejor amigo, secuestrado por la loca de su madre, sino que he perdido a casi todas las personas que alguna vez he querido, y el hogar donde crecí toda mi adolescencia y parte de mi juventud. Nunca pensé que tendría que pasar por esto.
Me cuesta varios días más recobrar las fuerzas suficientes como para decidirme a viajar hasta el distrito 5 gracias a la aparición. Sophia vive conmigo, pero Derian va y viene cada dos por tres y a estas alturas ni siquiera me importa como para preguntarle a dónde va. En el mismo momento en el que conseguimos salir con vida decidí que me dedicaría a buscar a los niños por donde sea que Ben los dejase antes de que las bombas y el fuego destrozaran todo, y que ayudaría a Seth costase lo que costase. Por desgracia, ambas cosas se han retrasado más de lo que pretendía porque llegar al país no ha sido fácil... Era la única con magia del grupo, y estaba en un estado lamentable como para poder aparecernos a los tres dentro del país, en una zona relativamente segura.
Tras informar a Sophia de mis planes, me aparezco en uno de los callejones del distrito 5. En un principio me había debatido sobre si ir a casa de Arya o si pasar por el loft que tiene la Red, pero al final me he decantado por lo último. Creo que Kennedy y los suyos pondrán sernos de más ayuda para empezar, y ya después informaré a Arya de todo. Con las manos en los bolsillos y caminando cabizbaja, llego hasta la puerta y pico un par de veces antes de hablar: — ¿Puede abrirme alguien? — pregunto en tono lo suficientemente alto como para que se me oiga con claridad al otro lado. — Soy Amber — añado en un tono más bajo. Conozco a Kennedy principalmente porque coincidimos durante un breve período de tiempo cuando yo no era más que una recién llegada del 14, pero al resto solo de vista porque prefiero trabajar por mi cuenta. Además, pasaba largas temporadas en el 14 cada ciertos meses, así que estar con la Red no era muy compatible con ese estilo de vida.
Me cuesta varios días más recobrar las fuerzas suficientes como para decidirme a viajar hasta el distrito 5 gracias a la aparición. Sophia vive conmigo, pero Derian va y viene cada dos por tres y a estas alturas ni siquiera me importa como para preguntarle a dónde va. En el mismo momento en el que conseguimos salir con vida decidí que me dedicaría a buscar a los niños por donde sea que Ben los dejase antes de que las bombas y el fuego destrozaran todo, y que ayudaría a Seth costase lo que costase. Por desgracia, ambas cosas se han retrasado más de lo que pretendía porque llegar al país no ha sido fácil... Era la única con magia del grupo, y estaba en un estado lamentable como para poder aparecernos a los tres dentro del país, en una zona relativamente segura.
Tras informar a Sophia de mis planes, me aparezco en uno de los callejones del distrito 5. En un principio me había debatido sobre si ir a casa de Arya o si pasar por el loft que tiene la Red, pero al final me he decantado por lo último. Creo que Kennedy y los suyos pondrán sernos de más ayuda para empezar, y ya después informaré a Arya de todo. Con las manos en los bolsillos y caminando cabizbaja, llego hasta la puerta y pico un par de veces antes de hablar: — ¿Puede abrirme alguien? — pregunto en tono lo suficientemente alto como para que se me oiga con claridad al otro lado. — Soy Amber — añado en un tono más bajo. Conozco a Kennedy principalmente porque coincidimos durante un breve período de tiempo cuando yo no era más que una recién llegada del 14, pero al resto solo de vista porque prefiero trabajar por mi cuenta. Además, pasaba largas temporadas en el 14 cada ciertos meses, así que estar con la Red no era muy compatible con ese estilo de vida.
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Tengo la cabeza metida en un plano que yo mismo he dibujado y, obviando que no tengo la mejor habilidad de dibujante, se encuentra bastante decente. Las buenas nuevas, el tener a todos reunidos una vez más, es lo que hace que mi cabeza se ponga a trabajar como si hubiese recibido la gasolina necesaria. Hay planes que efectuar, ideas para poner en marcha y que cobren vida, cuentas que saldar cueste lo que cueste. Mi memoria no es tan buena, pero puedo decir que conozco los lugares básicos y pasadizos de la mansión Niniadis, donde Seth debe estar encerrado. Y aunque no hay planes cercanos a un ataque a la mismísima isla ministerial, he decidido adelantarme. Sé por dónde deberíamos entrar en caso de poder burlar el sistema de seguridad, pero esa sería la tarea de Mimi. Si pudiera hacer que mi prima tire abajo las defensas, escabullirnos sería pan comido. Pero los detalles…
Levanto la vista cuando puedo oír a alguien roncar en el piso superior y asumo que se trata de Kendrick, quien ha estado más que muerto desde que pusieron un pie en la radio. La emoción duró un suspiro, el entusiasmo por encontrarse en medio de la revuelta lo tuvo pendiente las primeras horas, pero supongo que el agotamiento de las pasadas semanas pudo más que cualquier otra emoción. Miro la hora en el reloj viejo de la pared y me aseguro de que todavía no es hora de dormir, para señalar la ubicación del despacho de la ministra. Y estoy en eso cuando suena la puerta y una nueva voz se aparece. En principio, creo que se trata de Alice, no sé por qué. La confirmación de su nombre es lo que me congela con el lápiz sobre el papel y me deja atando los hilos, hasta que dejo todo el trabajo de lado con algo de atropello y corro hacia la puerta. Si es verdad, nadie puede decir que los del catorce no están emergiendo de la nada como una enorme burla a la mujer que quiso aniquilarnos a todos. Mi corazón bombea con fuerza, porque cuando abro la puerta, lo primero que puedo ver es el rostro que se había anunciado y que me arrebata una risa algo brusca de alegría. Esto ya es demasiado, incluso para mí.
— No puedo creerlo… — dejo escapar, presa de la mezcla del shock y de la extraña alegría que me aprieta por dentro. Levanto una mano como si temiese el tocarla, pero acabo tomando el coraje para tomarla de la muñeca y tirar de ella hacia dentro del departamento, cerrando la puerta por mera precaución. Además, la luz me deja verla mejor, como si buscase una treta ante su aparición — Estás viva — suena a que la estoy acusando, hasta que finalmente, me quiebro en una risa nerviosa que se afirma en un abrazo.
Levanto la vista cuando puedo oír a alguien roncar en el piso superior y asumo que se trata de Kendrick, quien ha estado más que muerto desde que pusieron un pie en la radio. La emoción duró un suspiro, el entusiasmo por encontrarse en medio de la revuelta lo tuvo pendiente las primeras horas, pero supongo que el agotamiento de las pasadas semanas pudo más que cualquier otra emoción. Miro la hora en el reloj viejo de la pared y me aseguro de que todavía no es hora de dormir, para señalar la ubicación del despacho de la ministra. Y estoy en eso cuando suena la puerta y una nueva voz se aparece. En principio, creo que se trata de Alice, no sé por qué. La confirmación de su nombre es lo que me congela con el lápiz sobre el papel y me deja atando los hilos, hasta que dejo todo el trabajo de lado con algo de atropello y corro hacia la puerta. Si es verdad, nadie puede decir que los del catorce no están emergiendo de la nada como una enorme burla a la mujer que quiso aniquilarnos a todos. Mi corazón bombea con fuerza, porque cuando abro la puerta, lo primero que puedo ver es el rostro que se había anunciado y que me arrebata una risa algo brusca de alegría. Esto ya es demasiado, incluso para mí.
— No puedo creerlo… — dejo escapar, presa de la mezcla del shock y de la extraña alegría que me aprieta por dentro. Levanto una mano como si temiese el tocarla, pero acabo tomando el coraje para tomarla de la muñeca y tirar de ella hacia dentro del departamento, cerrando la puerta por mera precaución. Además, la luz me deja verla mejor, como si buscase una treta ante su aparición — Estás viva — suena a que la estoy acusando, hasta que finalmente, me quiebro en una risa nerviosa que se afirma en un abrazo.
Me esperaba ver cualquier cara desconocida abriéndome la puerta, pero me encuentro todo lo contrario. Quien me recibe es un pelirrojo al que reconozco casi al instante, pero mi subconsciente me hace dudar y acabo frotándome los ojos casi sin darme cuenta, sin creerme lo que estoy viendo. Vi las llamas, el humo y las cenizas rodearnos por todas partes; es imposible que salieran de allí con vida. Pero si yo salí, si Sophia, Derian y yo sobrevivimos... ¿por qué íbamos a ser los únicos? Ni siquiera volví a ver a Ben una vez se llevó a los enanos, así que asumí que murió en el 14 igual que el resto. Eso me lleva a pensar que quizá haya más con vida, pero ni siquiera sé cómo podría ser posible. Sea como sea, me siento agobiada y acabo agarrando a mi amigo del brazo, como si eso fuera a aliviarme, cosa que consigue durante unos segundos.
Entierro la cabeza en su cuerpo cuando me abraza, y le aprieto con todas mis fuerzas. Seth y él han sido mis mejores amigos durante años, y el simple de haberlos perdidos a los dos el mismo día, junto con el resto de las personas con las que crecí... No sé cuánto rato le abrazo, pero se me hace corto después de todo lo que ha pasado. — ¿Cómo... cómo es posible? — pregunto mientras levanto la cabeza hacia él. Me saca una altura considerable, y en este momento me siento incluso más pequeña a su lado. — ¿Y los niños? ¿Sabes si hay alguien más con vida? — Ben fue el último en ver a los más pequeños a salvo, y el único que sabe dónde acabaron. — He intentado buscarlos, ayudar a Seth pero... — Ni siquiera me hace falta enseñarle algunas de las cicatrices de la pelea con los aurores que todavía decoran mis brazos; teniendo en cuenta que voy en manga corta por el agobiante calor del verano, estas se ven por sí solas.
Cuando suelta el comentario obvio de que estoy viva, y aun sabiendo que lo dice porque, al igual que yo, se pensaba que estábamos muertos, le doy un pequeño golpe, pero cariñoso, en el brazo. — Espero que eso te lo deje claro — protesto con una pequeña sonrisa asomando mis labios. Después caigo en la cuenta de que hay algo más que debería decirle y que, además, le reconfortará también: — Sophia y Derian consiguieron salir con vida conmigo. Soph está en mi antigua casa, y Derian... bueno, creo que pasa bastante tiempo en el 11. — No sé qué hace allí, pero mientras no se meta en líos, todo bien. Cada uno pasa el duelo a su manera, supongo, y tampoco voy a meterme en lo que hace o deja de hacer porque no soy esa clase de persona.
Entierro la cabeza en su cuerpo cuando me abraza, y le aprieto con todas mis fuerzas. Seth y él han sido mis mejores amigos durante años, y el simple de haberlos perdidos a los dos el mismo día, junto con el resto de las personas con las que crecí... No sé cuánto rato le abrazo, pero se me hace corto después de todo lo que ha pasado. — ¿Cómo... cómo es posible? — pregunto mientras levanto la cabeza hacia él. Me saca una altura considerable, y en este momento me siento incluso más pequeña a su lado. — ¿Y los niños? ¿Sabes si hay alguien más con vida? — Ben fue el último en ver a los más pequeños a salvo, y el único que sabe dónde acabaron. — He intentado buscarlos, ayudar a Seth pero... — Ni siquiera me hace falta enseñarle algunas de las cicatrices de la pelea con los aurores que todavía decoran mis brazos; teniendo en cuenta que voy en manga corta por el agobiante calor del verano, estas se ven por sí solas.
Cuando suelta el comentario obvio de que estoy viva, y aun sabiendo que lo dice porque, al igual que yo, se pensaba que estábamos muertos, le doy un pequeño golpe, pero cariñoso, en el brazo. — Espero que eso te lo deje claro — protesto con una pequeña sonrisa asomando mis labios. Después caigo en la cuenta de que hay algo más que debería decirle y que, además, le reconfortará también: — Sophia y Derian consiguieron salir con vida conmigo. Soph está en mi antigua casa, y Derian... bueno, creo que pasa bastante tiempo en el 11. — No sé qué hace allí, pero mientras no se meta en líos, todo bien. Cada uno pasa el duelo a su manera, supongo, y tampoco voy a meterme en lo que hace o deja de hacer porque no soy esa clase de persona.
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¿Cómo es posible? No tengo idea, no poseo una respuesta para algo que yo mismo creí que solo ocurriría con la ayuda de un milagro. Mi respuesta es sólo el abrazarla aún más fuerte, dejando en ello el demostrar lo mucho que necesitaba de esta noticia. Cada día somos más, fueron semanas de mierda en las cuales creí que el mundo se había perdido y ahora puedo saber con certeza de que aún quedan rastros de esperanza sueltos por ahí. Me sonrío, quizá demasiado — Están bien, están aquí. Amber, están aquí… — ni yo puedo creérmelo, se evidencia en el tono incrédulo de mi voz — Pudimos encontrarlos después de semanas. Cale y Ava se están quedando con Arya y Alice escapó conmigo. Están bien — eso es todo lo que puedo informarle, lo repito para asegurarme a mí mismo que están a salvo. La mención de Seth hace que ladee el rostro hacia ella, observando sus ojos en la distancia de la altura y la sonrisa se me apaga — Lo sacaremos de ahí, encontraremos la forma — prometo, una vez más. Lo he dicho tanto que he empezado a creérmelo.
El golpecito apenas arde y me llevo la mano al brazo automáticamente, con un “auch” apenas audible que sale entre medio de una sonrisa reprochadora — Bastante en claro, sí — aseguro. Estoy centrado en frotarme para quitarme el picor, así que tardo un momento en comprender lo que me está diciendo — Espera… ¿Sophia y Derian también lograron escapar? — la carcajada que se me escapa hace que me cubra la boca con el dorso de la mano en un intento de contenerme, puesto que estoy seguro de que pude haber despertado a alguien de todos los que intentan descansar después de tantas corridas — ¿Cómo lo consiguieron? Jared morirá de alegría — no puedo culparlo. Haber perdido a su padre y a su madre el mismo día sería demasiado para cualquiera, en especial para un niño de diez años. Que nadie me diga que mi ahijado no es fuerte.
Me tomo el atrevimiento que posee la confianza de años para tomarla de la muñeca con cuidado y llevarla conmigo, tratando de guiarla hasta el sofá más cercano — ¿Quieres ayuda con eso? — pregunto, señalando sus heridas con el mentón — Los niños consiguieron cremas y medicinas. Podemos tratarlo de alguna manera, mientras me explicas un poco lo que ha sucedido estas últimas semanas.
El golpecito apenas arde y me llevo la mano al brazo automáticamente, con un “auch” apenas audible que sale entre medio de una sonrisa reprochadora — Bastante en claro, sí — aseguro. Estoy centrado en frotarme para quitarme el picor, así que tardo un momento en comprender lo que me está diciendo — Espera… ¿Sophia y Derian también lograron escapar? — la carcajada que se me escapa hace que me cubra la boca con el dorso de la mano en un intento de contenerme, puesto que estoy seguro de que pude haber despertado a alguien de todos los que intentan descansar después de tantas corridas — ¿Cómo lo consiguieron? Jared morirá de alegría — no puedo culparlo. Haber perdido a su padre y a su madre el mismo día sería demasiado para cualquiera, en especial para un niño de diez años. Que nadie me diga que mi ahijado no es fuerte.
Me tomo el atrevimiento que posee la confianza de años para tomarla de la muñeca con cuidado y llevarla conmigo, tratando de guiarla hasta el sofá más cercano — ¿Quieres ayuda con eso? — pregunto, señalando sus heridas con el mentón — Los niños consiguieron cremas y medicinas. Podemos tratarlo de alguna manera, mientras me explicas un poco lo que ha sucedido estas últimas semanas.
Me pongo de puntillas y estiro las manos hasta los rizos pelirrojos de su cabello, todavía sin creerme que esté aquí delante, vivo y hablando conmigo, y como si eso fuera a hacer todo más real. Pero apenas rozo su pelo cuando su siguiente respuesta acaba haciendo que deje caer las manos casi al instante. — ¿Qué? — Es lo único que consigo soltar en ese momento. No sé si me siento abrumada por tanta buena noticia de golpe o porque temo que en cualquier momento me despierte en mi cama y me dé cuenta de que esto no es real. — ¿Están despiertos? Bueno, da igual, ya les saludaré mañana. ¿Y han estado contigo todas estas semanas? — Tendría sentido que fuera así por eso de que la última vez que vi a los niños fue con Ben. Quizá no tengo hijos, pero son lo más parecido a ello que tengo; los he visto crecer, hablar por primera vez y hasta dar sus primeros pasos. La única excepción es Kyle, pero en parte acabó en el 14 gracias a mí, así que también me siento ligeramente responsable por él.
Decido adentrarme en el loft y me siento en uno de los sillones porque seguramente vaya a ser una conversación larga y creo que a los dos nos hace falta algo de descanso. — Conseguimos escapar por el puente unos segundos antes de que se derrumbase — respondo con una pequeña mueca al recordarlo todo. En realidad ni siquiera vi que habían conseguido salir con vida de allí hasta que ya estábamos los tres en el bosque; no me enorgullezco de lo que hice, pero cuando vi las llamas, salí corriendo como pude y dejé atrás a mucha gente. — Me hubiera transformado para salir volando, pero esos estúpidos aurores me dejaron el brazo casi inútil y he estado semanas sin poder volar bien. — Siendo sincera, a día de hoy todavía no consigo aletear como antes porque las heridas no se han curado como debían, pero esa ha sido la última de mis preocupaciones después de todo lo que ha pasado. Ya no es solo por la carga emocional que suponía haber estado pensando constantemente en la manera de encontrar a los más pequeños y salvar a Seth, sino también por el duelo de haber perdido tanto.
Pero visto lo visto, que quizá no todo está tan mal como pensaba, me puedo permitir preocuparme por mí misma aunque sea durante unos minutos, así que asiento cuando me ofrece algo para las heridas. — Sí, por favor. — Bastante conseguimos curarnos teniendo en cuenta que éramos dos humanos y una semi-veela que apenas sabe nada de medimagia. — ¿Escapaste con Alice? — Sé que se marchó con él a poner a los chicos a salvo, así que no sería tan descabellado que ella estuviera viva también. — ¿Sabes si...? — empiezo a preguntar, pero me paro antes de terminar la pregunta. No quiero hacerme esperanzas por mucho que todo parezca ir a mejor ahora, y por otra parte, si su respuesta fuera negativa, volvería a preocuparme por el resto. — ¿... alguien más consiguió salir? — Al final consigo reunir un poco de fuerzas para formular la pregunta. Hace diez minutos pensaba que todos estaban muertos menos Sophia y Derian, así que todo esto ya es más de lo que he estado imaginando estas últimas semanas.
Decido adentrarme en el loft y me siento en uno de los sillones porque seguramente vaya a ser una conversación larga y creo que a los dos nos hace falta algo de descanso. — Conseguimos escapar por el puente unos segundos antes de que se derrumbase — respondo con una pequeña mueca al recordarlo todo. En realidad ni siquiera vi que habían conseguido salir con vida de allí hasta que ya estábamos los tres en el bosque; no me enorgullezco de lo que hice, pero cuando vi las llamas, salí corriendo como pude y dejé atrás a mucha gente. — Me hubiera transformado para salir volando, pero esos estúpidos aurores me dejaron el brazo casi inútil y he estado semanas sin poder volar bien. — Siendo sincera, a día de hoy todavía no consigo aletear como antes porque las heridas no se han curado como debían, pero esa ha sido la última de mis preocupaciones después de todo lo que ha pasado. Ya no es solo por la carga emocional que suponía haber estado pensando constantemente en la manera de encontrar a los más pequeños y salvar a Seth, sino también por el duelo de haber perdido tanto.
Pero visto lo visto, que quizá no todo está tan mal como pensaba, me puedo permitir preocuparme por mí misma aunque sea durante unos minutos, así que asiento cuando me ofrece algo para las heridas. — Sí, por favor. — Bastante conseguimos curarnos teniendo en cuenta que éramos dos humanos y una semi-veela que apenas sabe nada de medimagia. — ¿Escapaste con Alice? — Sé que se marchó con él a poner a los chicos a salvo, así que no sería tan descabellado que ella estuviera viva también. — ¿Sabes si...? — empiezo a preguntar, pero me paro antes de terminar la pregunta. No quiero hacerme esperanzas por mucho que todo parezca ir a mejor ahora, y por otra parte, si su respuesta fuera negativa, volvería a preocuparme por el resto. — ¿... alguien más consiguió salir? — Al final consigo reunir un poco de fuerzas para formular la pregunta. Hace diez minutos pensaba que todos estaban muertos menos Sophia y Derian, así que todo esto ya es más de lo que he estado imaginando estas últimas semanas.
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Es un poco complicado de explicar y en extremo largo, así que con una mueca me dispongo a dar el mejor resumen que soy capaz en medio de tanto torbellino emocional — Los buscamos durante semanas. Salieron antes de la explosión, se escondieron en el doce y los encontramos de milagro. La red ayudó en eso — ya podré contarle los detalles con el tiempo, pero siento que ahora solo necesita un vistazo rápido del panorama o estaremos horas conversando sobre el mismo punto. Han sido días largos y frustrantes, horas en las cuales me preguntaba si había hecho bien en evacuarlos por su cuenta. Sé que no estarían vivos de no haber actuado así, pero también los empujamos a quedarse solos — Ahora están descansando, pero ya podrás molestar todo lo que quieras. Morirán de alegría al verte — es una cara familiar que se suma a la lista y ni hablemos de cuando Jared sepa que su madre está entera.
La oigo hablar sin decir ni una palabra y termino dándole mi atención a pesar de moverme por el edificio en busca de las mochilas, siendo capaz de no perderme ni una palabra. Encuentro el bolsito que estaba buscando y tanteo en su interior hasta dar con el frasco de medicina, la cual servirá para calmar las marcas grabadas en su piel — Estábamos juntos cuando cayeron las bombas — es una respuesta suave, me lleva a un escenario que prefiero olvidar y que se ha tornado avasallante. Aún puedo ver el fuego y oler el humo cuando me volteo en dirección a Amber y regreso junto a ella — Fue de milagro. Estábamos lo suficientemente cerca de mi casa y pudimos salir volando en la moto — si no hubiese tenido el vehículo a mano, ahora mismo seríamos una enorme pila de cenizas.
Muerdo mis labios y me rehúso a responder rápidamente. Me siento a su lado y abro el frasco, hago un gesto con la cabeza en busca de que sus brazos se estiren hacia mí para poder trabajar mejor — No sé nada de nadie. Creí que todos habían muerto, tú viste cómo explotó todo — yo personalmente vi a mi padre correr hacia la zona principal del impacto y no pude hacer nada para evitarlo. Es una suerte que he empezado a untar la pomada en su piel, porque esto me permite el evitar sus ojos y no delatar que los míos se han cristalizado — Por un tiempo, incluso temí que los niños hubiesen muerto en el camino y que solo fuéramos Alice y yo. Pero entonces, todos comenzaron a aparecer — la angustia sigue, pero se va apagando y todo puede sentirse un poco más parecido a la normalidad. Mis dedos se detienen en el aire y me atrevo a alzar los ojos hacia ella — ¿Recuerdas esa vez que te dije que nada cambiaría al menos que alguien esté dispuesto a volarle la cabeza a Jamie Niniadis? — suena a algo que ocurrió hace una eternidad. Puede que así sea — Yo lo haré. Estoy en tu causa, Amber. Hoy y siempre.
La oigo hablar sin decir ni una palabra y termino dándole mi atención a pesar de moverme por el edificio en busca de las mochilas, siendo capaz de no perderme ni una palabra. Encuentro el bolsito que estaba buscando y tanteo en su interior hasta dar con el frasco de medicina, la cual servirá para calmar las marcas grabadas en su piel — Estábamos juntos cuando cayeron las bombas — es una respuesta suave, me lleva a un escenario que prefiero olvidar y que se ha tornado avasallante. Aún puedo ver el fuego y oler el humo cuando me volteo en dirección a Amber y regreso junto a ella — Fue de milagro. Estábamos lo suficientemente cerca de mi casa y pudimos salir volando en la moto — si no hubiese tenido el vehículo a mano, ahora mismo seríamos una enorme pila de cenizas.
Muerdo mis labios y me rehúso a responder rápidamente. Me siento a su lado y abro el frasco, hago un gesto con la cabeza en busca de que sus brazos se estiren hacia mí para poder trabajar mejor — No sé nada de nadie. Creí que todos habían muerto, tú viste cómo explotó todo — yo personalmente vi a mi padre correr hacia la zona principal del impacto y no pude hacer nada para evitarlo. Es una suerte que he empezado a untar la pomada en su piel, porque esto me permite el evitar sus ojos y no delatar que los míos se han cristalizado — Por un tiempo, incluso temí que los niños hubiesen muerto en el camino y que solo fuéramos Alice y yo. Pero entonces, todos comenzaron a aparecer — la angustia sigue, pero se va apagando y todo puede sentirse un poco más parecido a la normalidad. Mis dedos se detienen en el aire y me atrevo a alzar los ojos hacia ella — ¿Recuerdas esa vez que te dije que nada cambiaría al menos que alguien esté dispuesto a volarle la cabeza a Jamie Niniadis? — suena a algo que ocurrió hace una eternidad. Puede que así sea — Yo lo haré. Estoy en tu causa, Amber. Hoy y siempre.
Reprimo una pequeña mueca cuando comenta que, en realidad, han estado solos una temporada. No quiero ni imaginar todo por lo que deben haber pasado porque han crecido y nacido en el 14, así que haberlo perdido todo, a todos, y pasar a un país en el que sabes que muchos te quieren muerto... Me alegro de que la Red los encontrase y que ahora ya estén con nosotros pero, aun así, no puedo evitar sentirme mal por no haberles encontrado viviendo yo en el 12 también. Pero no ha sido por mí, sino porque las heridas, el ir con Derian y Sophia siendo ellos dos humanos y yo estando casi sin fuerzas para aparecernos a los tres, provocaron que tardásemos más de lo normal en llegar el distrito. — ¿Jared está bien? Dentro de lo malo, claro... — Es el más pequeño de todos, y aunque todos deban haberlo pasado mal, no es lo mismo siendo adolescente que un crío. — Estoy orgullosa de ellos, de que consiguieran pasar desapercibidos y de que aguantasen — reconozco. La vida en el norte no es fácil, y aunque quizá en el 14 no abundasen las cosas, tampoco escaseaban como pasa por aquí.
Le observo ir hasta las mochilas en busca de un frasco para las cicatrices, y escucho lo que dice. Acabo por desviar la mirada hacia el suelo, intentando reprimir el nudo que se me ha formado en la garganta al volver a recordar cómo ardía todo. — Nunca pensé que tu vieja moto aguantaría tanto — le suelto de golpe en un intento de aligerar tanto mi malestar, como el que supongo que también tendrá él. Pero no sirve de mucho porque el nudo sigue ahí, y a cada bocanada de aire que cojo, parece incluso peor. — Lo siento, Ben. — No es que sienta algo en concreto porque ninguno podríamos haber hecho nada para evitarlo, por mucho que me eche la culpa a veces por haber huido y no haberme quedado a intentar ayudar a alguien. — Pensaba que os había perdidos a todos — hablo casi en un susurro mientras me pone la crema en las heridas, sin mirarle porque temo ponerme a llorar y soltar todo lo que he estado guardando estas semanas; verle aquí es un alivio, pero me recuerda todavía más lo que ha pasado.
Al final sí levanto la mirada hacia él porque lo que dice me sorprende, por mucho que pueda comprender perfectamente sus razones. Ha perdido su hogar, a su familia, y le entiendo porque estoy en la misma situación que él porque por mucho que no tuviese vínculos de sangre con nadie, Arleth, Echo, Elioh... todos, fueran como otros padres, otra familia, para mí. Y aun así, no puedo evitar mirarle incrédula. — Iré contigo. — No es una pregunta, sino una exigencia, y para reafirmarlo, coloco la mano que ya ha terminado de curar sobre la suya. Si de verdad quiere acabar con esa psicópata, tengo que estar con él. — ¿Pero cómo lo haremos? ¿Cómo sacaremos a Seth de ahí? — Quiero acabar con Jamie, pero sobre todo quiero sacar de las garras de ella a nuestro mejor amigo. Mi relación con Seth y con Ben ha sido muy estrecha desde hace años, casi desde el principio, cuando les perseguía a escondidas en las noches de luna llena; después acabé teniendo un encaprichamiento con uno, y el otro acabó siendo mi novio durante un corto período de tiempo. No puedo imaginar mi vida sin ninguno de ellos dos.
Le observo ir hasta las mochilas en busca de un frasco para las cicatrices, y escucho lo que dice. Acabo por desviar la mirada hacia el suelo, intentando reprimir el nudo que se me ha formado en la garganta al volver a recordar cómo ardía todo. — Nunca pensé que tu vieja moto aguantaría tanto — le suelto de golpe en un intento de aligerar tanto mi malestar, como el que supongo que también tendrá él. Pero no sirve de mucho porque el nudo sigue ahí, y a cada bocanada de aire que cojo, parece incluso peor. — Lo siento, Ben. — No es que sienta algo en concreto porque ninguno podríamos haber hecho nada para evitarlo, por mucho que me eche la culpa a veces por haber huido y no haberme quedado a intentar ayudar a alguien. — Pensaba que os había perdidos a todos — hablo casi en un susurro mientras me pone la crema en las heridas, sin mirarle porque temo ponerme a llorar y soltar todo lo que he estado guardando estas semanas; verle aquí es un alivio, pero me recuerda todavía más lo que ha pasado.
Al final sí levanto la mirada hacia él porque lo que dice me sorprende, por mucho que pueda comprender perfectamente sus razones. Ha perdido su hogar, a su familia, y le entiendo porque estoy en la misma situación que él porque por mucho que no tuviese vínculos de sangre con nadie, Arleth, Echo, Elioh... todos, fueran como otros padres, otra familia, para mí. Y aun así, no puedo evitar mirarle incrédula. — Iré contigo. — No es una pregunta, sino una exigencia, y para reafirmarlo, coloco la mano que ya ha terminado de curar sobre la suya. Si de verdad quiere acabar con esa psicópata, tengo que estar con él. — ¿Pero cómo lo haremos? ¿Cómo sacaremos a Seth de ahí? — Quiero acabar con Jamie, pero sobre todo quiero sacar de las garras de ella a nuestro mejor amigo. Mi relación con Seth y con Ben ha sido muy estrecha desde hace años, casi desde el principio, cuando les perseguía a escondidas en las noches de luna llena; después acabé teniendo un encaprichamiento con uno, y el otro acabó siendo mi novio durante un corto período de tiempo. No puedo imaginar mi vida sin ninguno de ellos dos.
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— Ha estado extraño, pero no lo culpo. Por momentos es demasiado charlatán y por otros, no hace otra cosa que quedarse callado. Supongo que saber que Sophia está viva va a devolverle un poco de su humor — aún le debo a su padre, pero juro que estoy trabajando en ello. Apenas le sonrío, porque comparto su orgullo a pesar de las preocupaciones que éste incluye — Son chicos fuertes — afirmo, pero no sé si es solo una confirmación o un intento de convencerme de que no la han pasado tan mal mientras nosotros fallábamos en encontrarlos. La fortaleza individual siempre tiene sus límites, me pregunto cuán cerca han estado de que se les rompa.
Yo tampoco pensé que esa moto serviría de algo, pero aparentemente fue suficiente como para salvarnos la vida. Me encojo de hombros, pero su disculpa es la que me toma un poco desorientado y la miro en busca de una aclaración, una que no sé si llega pero que viene en forma de confesión vulnerable, de esas que tanto he oído desde que hemos perdido todo. Mi consuelo es penoso, solo se basa en acariciar la zona de su brazo más sana y darle apenas un apretoncito — Ha sido mi culpa — es un susurro que no sé si puede escuchar, pero si lo hace, espero que lo tome como una especie de disculpa. Sé muy bien que esto no habría pasado si yo no me hubiese ido, el catorce seguiría de pie, Arianne tendría su nombre limpio, las muertes jamás habrían ocurrido. No fue mi intención, pero el camino de la culpa es fácil de seguir.
Conozco a Amber desde hace una eternidad y no sé por qué me sorprende su decisión tan firme, pero lo hace, lo suficiente como para que la mire con los ojos abiertos de par en par y la mandíbula tensa. Su mano sobre la mía provoca que mueva mis dedos para enroscarlos con los suyos, asegurándome de su contacto y su apoyo a pesar de los años y los errores — No lo sé… — tengo mis ideas, pero todas parecen muy arriesgadas — He estado tratando de armar los planos de la mansión Niniadis en base a mis recuerdos, conozco los pasadizos, con Seth los analizamos cientos de veces cuando quisimos escapar hace años. Mi problema es que no sé qué modificaciones han hecho en los últimos quince años — nuestra fuga acabó siendo tan simple que nadie sospechó de nuestras intenciones, bastó con armar un bolso, mentir sobre nuestro destino y tomar el tren que nos llevó lo más lejos posible. Colarnos allí no será igual de fácil — Si puedo conseguir que Mimi… — momento, que no sé si ella la conoce — … la técnica de la red, tire abajo la seguridad de la isla, puedo colarnos para sacarlo. El problema es cómo hacerlo y no morir en el intento — yo no tengo intenciones de regresar, pero no se lo voy a decir ni planeo que ella siga mi camino.
Suelto su mano para hacerme con un poco más de pomada, curarla me da la excusa perfecta para no tener que enseñar las emociones que cruzan mi rostro. No me decido si es miedo, entusiasmo o puro arrepentimiento — No sé si conoces a este sujeto, Ferdia. Ayuda aquí y es un informante en el doce — explico — Él dice que atacar la isla ahora es un movimiento muy arriesgado, que deberíamos colarnos en el desfile de verano del ministerio y ver si Seth está ahí. Tener armado un plan de rescate en caso de que él aparezca, pero… el ministerio… suena a muchos testigos — y a muchas víctimas como efecto colateral. Yo solo quiero salvar a mi amigo, no provocar una catástrofe.
Yo tampoco pensé que esa moto serviría de algo, pero aparentemente fue suficiente como para salvarnos la vida. Me encojo de hombros, pero su disculpa es la que me toma un poco desorientado y la miro en busca de una aclaración, una que no sé si llega pero que viene en forma de confesión vulnerable, de esas que tanto he oído desde que hemos perdido todo. Mi consuelo es penoso, solo se basa en acariciar la zona de su brazo más sana y darle apenas un apretoncito — Ha sido mi culpa — es un susurro que no sé si puede escuchar, pero si lo hace, espero que lo tome como una especie de disculpa. Sé muy bien que esto no habría pasado si yo no me hubiese ido, el catorce seguiría de pie, Arianne tendría su nombre limpio, las muertes jamás habrían ocurrido. No fue mi intención, pero el camino de la culpa es fácil de seguir.
Conozco a Amber desde hace una eternidad y no sé por qué me sorprende su decisión tan firme, pero lo hace, lo suficiente como para que la mire con los ojos abiertos de par en par y la mandíbula tensa. Su mano sobre la mía provoca que mueva mis dedos para enroscarlos con los suyos, asegurándome de su contacto y su apoyo a pesar de los años y los errores — No lo sé… — tengo mis ideas, pero todas parecen muy arriesgadas — He estado tratando de armar los planos de la mansión Niniadis en base a mis recuerdos, conozco los pasadizos, con Seth los analizamos cientos de veces cuando quisimos escapar hace años. Mi problema es que no sé qué modificaciones han hecho en los últimos quince años — nuestra fuga acabó siendo tan simple que nadie sospechó de nuestras intenciones, bastó con armar un bolso, mentir sobre nuestro destino y tomar el tren que nos llevó lo más lejos posible. Colarnos allí no será igual de fácil — Si puedo conseguir que Mimi… — momento, que no sé si ella la conoce — … la técnica de la red, tire abajo la seguridad de la isla, puedo colarnos para sacarlo. El problema es cómo hacerlo y no morir en el intento — yo no tengo intenciones de regresar, pero no se lo voy a decir ni planeo que ella siga mi camino.
Suelto su mano para hacerme con un poco más de pomada, curarla me da la excusa perfecta para no tener que enseñar las emociones que cruzan mi rostro. No me decido si es miedo, entusiasmo o puro arrepentimiento — No sé si conoces a este sujeto, Ferdia. Ayuda aquí y es un informante en el doce — explico — Él dice que atacar la isla ahora es un movimiento muy arriesgado, que deberíamos colarnos en el desfile de verano del ministerio y ver si Seth está ahí. Tener armado un plan de rescate en caso de que él aparezca, pero… el ministerio… suena a muchos testigos — y a muchas víctimas como efecto colateral. Yo solo quiero salvar a mi amigo, no provocar una catástrofe.
Que diga que la culpa es suya hace que apriete más mi mano contra la suya, en un gesto reconfortante. No hemos hablado del tema porque ni siquiera hemos tenido tiempo, pero sé lo que quiere decir y no le culpo. Fue una situación que quizá debería haberse replanteado más, sí, pero también puedo comprender por qué hizo lo que hizo. — No fue tu culpa, Ben. No debes torturarte con eso. — Le conozco, y si llevó a esa tal Arianne allí sería porque de verdad confiaba en ella. Cómo acabó Sean Niniadis en el 14 es algo que se escapa a mi conocimiento y que ya tendré tiempo de hablar con él, porque ahora mismo hay cosas más importantes en las que debemos centrarnos y que requieren más nuestra atención. — No te tendrán en cuenta nada de lo que ha pasado. — No puedo hablar por todos, pero al final somos una familia, por altibajos, peleas y discusiones que haya habido o que puedan haber de cara al futuro. Sé que es un tema grave y no una discusión sobre quién se ha bebido la última cerveza fría, pero ahora es momento de estar todos unidos y sin rencores.
Los nombres que dice me suenan ligeramente familiares, pero no puedo ponerles una cara concreta a cada uno porque apenas he tratado con la red, y las pocas veces que lo he hecho ha sido a través de la propia Kennedy. — ¿Cuánta seguridad tienen? Quizá tienen un programa para emergencias en el caso de que el primero falle. — Teniendo en cuenta que en esa Isla viven las personas más importantes del país, imagino que deben de estar protegidos de maneras que ni siquiera soy capaz de imaginar. — No es que no confíe en las habilidades tecnológicas de... ¿Mimi era?, pero creo que el segundo plan suena mejor. — Habrá mucha gente, lo que seguramente acabe complicando las cosas, pero esa cantidad de personas en un mismo lugar también puede servirnos como distracción. — No descarto que tengamos que colarnos en la Isla porque quizá Seth no estará en el desfile, pero creo que deberíamos empezar por ahí y que vale la pena estudiarlo — añado finalmente. Escapar de un desfile suena más fácil que escapar de una Isla repleta de la mejor seguridad de todo el país. — ¿Tú qué opinas? — Diga lo que diga va a contar con mi apoyo incondicional, y estoy segura de que lo sabe.
Una vez termina de ponerme la pomada, me levanto y voy a por un vaso de agua para despejar un poco la mente porque ahora mismo lo necesito. No es solo el hecho de ver a uno de mis mejores amigos vivo después de semanas creyendo que estaba muerto, sino que estamos planeando un golpe gubernamental. Puede que lleve años esperando que Ben se una a mí para algo así, pero nunca imaginé que sería en estas circunstancias y, además, pensarlo es muy distinto a planearlo. — ¿Sabe Arya que estáis aquí? Si vamos a hacerlo, necesitaremos toda la ayuda posible... — Debe de saber lo que ha pasado porque, al parecer, han emitido constantemente en televisión las imágenes de cómo han dejado el 14, pero no sé si le han dicho que ha habido supervivientes.
Los nombres que dice me suenan ligeramente familiares, pero no puedo ponerles una cara concreta a cada uno porque apenas he tratado con la red, y las pocas veces que lo he hecho ha sido a través de la propia Kennedy. — ¿Cuánta seguridad tienen? Quizá tienen un programa para emergencias en el caso de que el primero falle. — Teniendo en cuenta que en esa Isla viven las personas más importantes del país, imagino que deben de estar protegidos de maneras que ni siquiera soy capaz de imaginar. — No es que no confíe en las habilidades tecnológicas de... ¿Mimi era?, pero creo que el segundo plan suena mejor. — Habrá mucha gente, lo que seguramente acabe complicando las cosas, pero esa cantidad de personas en un mismo lugar también puede servirnos como distracción. — No descarto que tengamos que colarnos en la Isla porque quizá Seth no estará en el desfile, pero creo que deberíamos empezar por ahí y que vale la pena estudiarlo — añado finalmente. Escapar de un desfile suena más fácil que escapar de una Isla repleta de la mejor seguridad de todo el país. — ¿Tú qué opinas? — Diga lo que diga va a contar con mi apoyo incondicional, y estoy segura de que lo sabe.
Una vez termina de ponerme la pomada, me levanto y voy a por un vaso de agua para despejar un poco la mente porque ahora mismo lo necesito. No es solo el hecho de ver a uno de mis mejores amigos vivo después de semanas creyendo que estaba muerto, sino que estamos planeando un golpe gubernamental. Puede que lleve años esperando que Ben se una a mí para algo así, pero nunca imaginé que sería en estas circunstancias y, además, pensarlo es muy distinto a planearlo. — ¿Sabe Arya que estáis aquí? Si vamos a hacerlo, necesitaremos toda la ayuda posible... — Debe de saber lo que ha pasado porque, al parecer, han emitido constantemente en televisión las imágenes de cómo han dejado el 14, pero no sé si le han dicho que ha habido supervivientes.
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No importa lo que pueda decirme, el reproche de mis ojos le deja bien en claro que no pienso como ella. Zenda fue solo una de aquellas personas que me presentaron reclamos, Alice incluso me sacudió a golpes y empujones cuando logramos salir del fuego. Sé que la culpa está, aunque ella intente taparla, pero no quiero discutirlo, no ahora cuando al fin podemos tener diez minutos para nosotros después de creer que nos habíamos perdido para siempre. Sacudo la cabeza en señal de que es un detalle que debería averiguar, aunque tengo una idea vaga al respecto — Sé que están protegidos por magia y tecnología, pero no conozco exactamente sus recursos. Deberíamos encontrar el modo de conseguir esa información, aunque clavar un chivo expiatorio en la isla es un movimiento más que arriesgado — pero tentador. Tengo que darle la razón en eso, lo demuestro con el mohín que arruga mi rostro y mueve mi cabeza de un lado al otro en un balanceo meditabundo — Podemos arriesgarnos. ¿Crees poder conseguir el modo de hacer una poción multijugos para colarnos en el Capitolio y que nadie nos mire entre la gente? La capa no nos cubrirá a todos — y con suerte, no haría más que dejarnos los pies al descubierto.
Cierro la pomada con dedos pegajozos y me los limpio contra el pantalón, dejando que ella se mueva a su antojo. Sé que no estamos hablando precisamente de organizar unas vacaciones familiares, pero aún así, no soy capaz de contener cierto entusiasmo camuflado entre el horror — Arya y yo nos juntamos hace dos días. Está dispuesta a ser de ayuda, en especial desde que Ava le dijo… — me muerdo el interior de la mejilla. No estaba al tanto de que la castaña poseía cierta información hasta que nos volvimos a juntar, por lo que alzo la vista hacia el piso superior del loft. Los ronquidos indican que estamos a salvo, pero aún así me levanto, dejo la pomada sobre la mesa y me apoyo en la mesada en un intento de inclinarme hacia ella y susurrar — Amber, hay algo que nunca te dijimos — las personas que crearon esa norma han muerto y, aunque sé muy bien por qué lo hicieron, mi mejor amiga se merece el saber esa carta — Nadie lo sabe salvo quienes estuvieron cuando ocurrió, así que debes ser cuidadosa al respecto — trago saliva, mordisqueando vagamente mis labios, como si de ese modo pudiese medir una confianza que sé que le tengo. Al final, resoplo — ¿Qué pasaría si te dijera que no encontraron a Kendrick en el bosque y sabemos exactamente quién es? ¿Y qué si te dijera que…? — un nuevo vistazo hacia arriba, pero aún así, mi voz se vuelve casi una simple modulación — ¿Qué si te dijera que Cordelia Collingwood, la prometida de Orion Black, dio a luz a un niño en el catorce, hace casi dieciséis años? — es una carta fuerte. Es una oposición firme, criada en nuestras manos y bajo nuestros ideales. Siempre es válida a considerar.
Cierro la pomada con dedos pegajozos y me los limpio contra el pantalón, dejando que ella se mueva a su antojo. Sé que no estamos hablando precisamente de organizar unas vacaciones familiares, pero aún así, no soy capaz de contener cierto entusiasmo camuflado entre el horror — Arya y yo nos juntamos hace dos días. Está dispuesta a ser de ayuda, en especial desde que Ava le dijo… — me muerdo el interior de la mejilla. No estaba al tanto de que la castaña poseía cierta información hasta que nos volvimos a juntar, por lo que alzo la vista hacia el piso superior del loft. Los ronquidos indican que estamos a salvo, pero aún así me levanto, dejo la pomada sobre la mesa y me apoyo en la mesada en un intento de inclinarme hacia ella y susurrar — Amber, hay algo que nunca te dijimos — las personas que crearon esa norma han muerto y, aunque sé muy bien por qué lo hicieron, mi mejor amiga se merece el saber esa carta — Nadie lo sabe salvo quienes estuvieron cuando ocurrió, así que debes ser cuidadosa al respecto — trago saliva, mordisqueando vagamente mis labios, como si de ese modo pudiese medir una confianza que sé que le tengo. Al final, resoplo — ¿Qué pasaría si te dijera que no encontraron a Kendrick en el bosque y sabemos exactamente quién es? ¿Y qué si te dijera que…? — un nuevo vistazo hacia arriba, pero aún así, mi voz se vuelve casi una simple modulación — ¿Qué si te dijera que Cordelia Collingwood, la prometida de Orion Black, dio a luz a un niño en el catorce, hace casi dieciséis años? — es una carta fuerte. Es una oposición firme, criada en nuestras manos y bajo nuestros ideales. Siempre es válida a considerar.
Intento pensar una manera factible de conseguir información sobre la seguridad de la que disponen sin que sea demasiado arriesgado, pero no consigo encontrar nada. En cualquier otra situación no sería muy difícil si me transformarse en halcón y pudiese ir, pero estamos hablando del lugar más protegido del país, así que cabe la posibilidad de que tengan alguna manera de detectar la entrada de animagos o de semi-veelas transformadas en animales. La única persona que podría tener una idea sobre esto es precisamente a quien queremos rescatar, así que es complicado. Pero entonces Ben sugiere algo en lo que no había pensado y que podría funcionar... siempre y cuando consiga dar con la clave de la poción. — No lo he intentado nunca, pero creo que podría conseguirlo. — Hace años tomé una para una reunión clandestina, pero nada más. Nunca he tenido la necesidad de hacerlo porque normalmente siempre he podido apañarme sin ello, pero la poción multijugos podría ser la solución que necesitamos si de verdad vamos a hacerlo. Somos unos cuantos, y es la forma más sencilla de pasar desapercibidos siendo un grupo llamativo. — Seguramente me lleve varios intentos, pero mañana mismo me pondré a ello. ¿Crees que tendrán algún libro de pociones por el loft? — En casa no tengo ninguno y los pocos que he usado alguna vez estaban en el 14, así que han quedado destruidos.
Todavía con el vaso de agua en la mano y a punto de dar otro sorbo, acabo parándome en seco cuando veo lo indeciso que se pone de repente, como si no estuviera muy seguro de algo que no sé qué puede ser. Descarto que sea sobre el 14 porque creo que ambos preferimos dejar ese tema para otro día, y no creo que ahora le estén entrando dudas sobre el rescate de Seth sabiendo cómo es. — ¿Qué no me dijisteis? — le interrumpo de golpe. Dejo el vaso en la mesa para centrar toda mi atención en Ben, con el ceño ligeramente fruncido. Y suerte que lo dejo, porque si no lo hubiera hecho, habría dejado caer el vaso al escuchar lo que me suelta. — No puede ser. — Tengo que volver a sentarme porque ni siquiera sé cómo reaccionar a eso. Kendrick tenía poco más de un año cuando yo llegué al 14, y con el tiempo me explicaron que Echo lo acogió como a su hijo cuando lo encontraron en el bosque. Nunca hice demasiadas preguntas sobre el tema porque era una cría de catorce años, y cuando crecí tenía tan asumido que era la verdad, que nunca me pareció extraño. — No estoy enfadada, Ben... — No me molesta que me lo ocultasen porque es un asunto que hay que tratar con cuidado. — Estoy sorprendida. — Y un poco en shock. He visto a ese niño crecer hasta convertirse en el chico que es hoy; un chico que ahora mismo podría ser la solución a muchos de nuestros problemas, pero a quien todavía le queda mucho por aprender por su edad. — Hay gente que quiere un cambio, pero también hay gente que prefería a los Black. Quizá nosotros podríamos darles eso con alguien que tiene nuestros ideales — añado. Se ha criado en el 14, y a diferencia de su familia biológica, no quiere marginar a los magos, pero tampoco quiere torturar a los humanos como hace Jamie ahora mismo porque para él no hay diferencia entre unos y otros. — Pero es un niño, Ben... Y supongo que no sabe nada de esto, ¿no? — Si se ha llevado con tanto secretismo, dudo que conozca sus orígenes.
Todavía con el vaso de agua en la mano y a punto de dar otro sorbo, acabo parándome en seco cuando veo lo indeciso que se pone de repente, como si no estuviera muy seguro de algo que no sé qué puede ser. Descarto que sea sobre el 14 porque creo que ambos preferimos dejar ese tema para otro día, y no creo que ahora le estén entrando dudas sobre el rescate de Seth sabiendo cómo es. — ¿Qué no me dijisteis? — le interrumpo de golpe. Dejo el vaso en la mesa para centrar toda mi atención en Ben, con el ceño ligeramente fruncido. Y suerte que lo dejo, porque si no lo hubiera hecho, habría dejado caer el vaso al escuchar lo que me suelta. — No puede ser. — Tengo que volver a sentarme porque ni siquiera sé cómo reaccionar a eso. Kendrick tenía poco más de un año cuando yo llegué al 14, y con el tiempo me explicaron que Echo lo acogió como a su hijo cuando lo encontraron en el bosque. Nunca hice demasiadas preguntas sobre el tema porque era una cría de catorce años, y cuando crecí tenía tan asumido que era la verdad, que nunca me pareció extraño. — No estoy enfadada, Ben... — No me molesta que me lo ocultasen porque es un asunto que hay que tratar con cuidado. — Estoy sorprendida. — Y un poco en shock. He visto a ese niño crecer hasta convertirse en el chico que es hoy; un chico que ahora mismo podría ser la solución a muchos de nuestros problemas, pero a quien todavía le queda mucho por aprender por su edad. — Hay gente que quiere un cambio, pero también hay gente que prefería a los Black. Quizá nosotros podríamos darles eso con alguien que tiene nuestros ideales — añado. Se ha criado en el 14, y a diferencia de su familia biológica, no quiere marginar a los magos, pero tampoco quiere torturar a los humanos como hace Jamie ahora mismo porque para él no hay diferencia entre unos y otros. — Pero es un niño, Ben... Y supongo que no sabe nada de esto, ¿no? — Si se ha llevado con tanto secretismo, dudo que conozca sus orígenes.
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Me lo pienso y miro alrededor como si de esa manera pudiese encontrar una respuesta a lo que me está diciendo, pero no he chequeando mucho los libros del loft desde que llegué aquí — No tengo idea. No puedo leer lenguaje mágico, ¿recuerdas? — es una obviedad en sí misma y jamás fui bueno cuando Seth quiso enseñarme, así que no soy de utilidad — Pero podrías preguntarle a cualquiera, estoy seguro de que estarán encantados con ayudarte. Parece que es algo muy común por aquí — no puedo decir que me sorprenda, yo mismo he crecido en un sitio donde nos manejábamos como una unidad. Esto es algo que tenemos a nuestro favor, al contrario de la gente a favor del gobierno de Jamie.
Por un momento, tengo la horrible sensación de que va a gritarme o algo parecido, porque creo que ha palidecido y entendería muy bien su reacción. Debe ser por eso que siento una oleada de nervios hasta que abre la boca y me roba un suspiro tanto de alivio como de señal de que no tengo muchas palabras al respecto — No te culpo — murmuro. Aún recuerdo la barriga de Coco a pesar de ser una memoria difusa y sé que fueron semanas demasiado tensas como para creer que lo lograríamos, que ese secreto estaría a salvo y que moriría con ella. La vida, obviamente, tenía otros planes — Es lo que pensé. Tiene el derecho, pero no es uno de ellos — es casi una solución ideal, si no fuese porque conlleva un montón con ella. En primer lugar, sería quitarle la poca inocencia que le queda. En segundo lugar… bueno, justamente es decirle la verdad — Es Kendrick. ¿Crees que estaría aquí si lo supiera? — no solo siempre ha preguntado por sus padres, sino que ha demostrado ser insoportable y escurridizo, además de temperamental. Si lo supiera, no estaría durmiendo plácidamente en el piso superior mientras nosotros hablamos — Sé que es joven, pero no está lejos de ser un adulto. ¿No tiene derecho a elegir? — la pregunta es… ¿eligiría esto? ¿Sería un líder digno para lo que nosotros planeamos hacer?
Me rasco la cabeza, porque sé que estoy pensando demasiado a futuro. Kendrick no puede gobernar, no ahora, pero aún así… — Puede ser una medida desesperada, pero es una buena para unir a las personas en un mismo frente y presentarles otra opción. Además… — suspiro y fuerzo una sonrisa, una bastante desganada — Arya se topó con un ministro hace meses que estaba buscando a Coco, una “embarazada que se perdió en el norte” — eso es todo, pero no somos idiotas — Lo saben, Amb. Y es obvio que tienen miedo — sino, no se molestarían en buscarlo — Quizá ahora está cubierto, pero… ¿por cuánto tiempo?
Por un momento, tengo la horrible sensación de que va a gritarme o algo parecido, porque creo que ha palidecido y entendería muy bien su reacción. Debe ser por eso que siento una oleada de nervios hasta que abre la boca y me roba un suspiro tanto de alivio como de señal de que no tengo muchas palabras al respecto — No te culpo — murmuro. Aún recuerdo la barriga de Coco a pesar de ser una memoria difusa y sé que fueron semanas demasiado tensas como para creer que lo lograríamos, que ese secreto estaría a salvo y que moriría con ella. La vida, obviamente, tenía otros planes — Es lo que pensé. Tiene el derecho, pero no es uno de ellos — es casi una solución ideal, si no fuese porque conlleva un montón con ella. En primer lugar, sería quitarle la poca inocencia que le queda. En segundo lugar… bueno, justamente es decirle la verdad — Es Kendrick. ¿Crees que estaría aquí si lo supiera? — no solo siempre ha preguntado por sus padres, sino que ha demostrado ser insoportable y escurridizo, además de temperamental. Si lo supiera, no estaría durmiendo plácidamente en el piso superior mientras nosotros hablamos — Sé que es joven, pero no está lejos de ser un adulto. ¿No tiene derecho a elegir? — la pregunta es… ¿eligiría esto? ¿Sería un líder digno para lo que nosotros planeamos hacer?
Me rasco la cabeza, porque sé que estoy pensando demasiado a futuro. Kendrick no puede gobernar, no ahora, pero aún así… — Puede ser una medida desesperada, pero es una buena para unir a las personas en un mismo frente y presentarles otra opción. Además… — suspiro y fuerzo una sonrisa, una bastante desganada — Arya se topó con un ministro hace meses que estaba buscando a Coco, una “embarazada que se perdió en el norte” — eso es todo, pero no somos idiotas — Lo saben, Amb. Y es obvio que tienen miedo — sino, no se molestarían en buscarlo — Quizá ahora está cubierto, pero… ¿por cuánto tiempo?
El tema de la poción multijugos me preocupa, pero es algo en lo que ya me centraré mañana porque ahora mismo hay cosas más importantes que hablar. No voy a negar que tardaré días en hacerme a la idea de los orígenes de Kendrick y lo que eso puede conllevar, pero ahora mismo tengo que dejar mis preocupaciones a un lado, como he hecho durante casi toda mi vida, y centrarme en el bien mayor. Y precisamente el bien mayor podría estar más en nuestras manos de lo que nunca pensé. — Tienes razón, Ben. Debería tener derecho a escoger qué quiere hacer. — En unos meses cumplirá dieciséis años, y por mucho que me inquiete arriesgar su vida reconociendo quién es, en realidad su vida lleva en peligro desde el mismo día en que nació. Siempre hemos sabido que viviendo en el 14 corríamos un riesgo, pero Kendrick corría un riesgo incluso mayor por la sangre que corre por sus venas y por un apellido que ni siquiera ha llevado nunca. — Pero tú le conoces mejor que yo... ¿Crees que querrá? — Hace años que no vivo día a día con ellos, pero una cosa es que te entrenen para luchar y otra muy diferente para ser el líder de alguien. Muchos pueden seguirle por su apellido, o por las ideas que se le han inculcado en el 14, pero estar dispuesto a dirigirles es otra cosa.
Me masajeo el puente de la nariz, intentando ordenar mis pensamientos y no agobiarme con toda la información que estoy recibiendo desde que he entrado en el loft. — ¿Cabe la posibilidad de que no sepan que es hijo de Orion Black y crean que Cordelia estuvo con otro? — pregunto, aunque supongo que no podemos tener tanta suerte. — Si Jamie le encuentra, le matará. No reparará en barbaridades con tal de acabar con el Black que tenga delante, independientemente de quién sea o de que no haya hecho nada, y se encargará de que todo el país lo sepa para dar una lección. — Ni siquiera le importará que el chico haya crecido con su hijo, que Seth lo conozca, porque solo se preocupa por su poder y sus hijos de una manera enfermiza. — Kendrick debería saber todo lo más pronto posible, ya no solo porque se merezca saberlo, sino porque si siguen buscándolo, la verdad podría darnos en toda la cara y todos saldríamos peor parados. — Saber que te han estado mintiendo durante toda tu vida debe de ser doloroso, pero debe serlo todavía más si te enteras atando cabos tú solo a través de rumores. Estamos en el norte, y si están buscando información sobre Cordelia y su bebé por aquí, quizá acabe escuchando algo porque esta clase de cosas acaban sabiéndose muy pronto en lugares como este. Y si de verdad el Gobierno sabe algo, acabarán encontrando quién es tarde o temprano.
Me masajeo el puente de la nariz, intentando ordenar mis pensamientos y no agobiarme con toda la información que estoy recibiendo desde que he entrado en el loft. — ¿Cabe la posibilidad de que no sepan que es hijo de Orion Black y crean que Cordelia estuvo con otro? — pregunto, aunque supongo que no podemos tener tanta suerte. — Si Jamie le encuentra, le matará. No reparará en barbaridades con tal de acabar con el Black que tenga delante, independientemente de quién sea o de que no haya hecho nada, y se encargará de que todo el país lo sepa para dar una lección. — Ni siquiera le importará que el chico haya crecido con su hijo, que Seth lo conozca, porque solo se preocupa por su poder y sus hijos de una manera enfermiza. — Kendrick debería saber todo lo más pronto posible, ya no solo porque se merezca saberlo, sino porque si siguen buscándolo, la verdad podría darnos en toda la cara y todos saldríamos peor parados. — Saber que te han estado mintiendo durante toda tu vida debe de ser doloroso, pero debe serlo todavía más si te enteras atando cabos tú solo a través de rumores. Estamos en el norte, y si están buscando información sobre Cordelia y su bebé por aquí, quizá acabe escuchando algo porque esta clase de cosas acaban sabiéndose muy pronto en lugares como este. Y si de verdad el Gobierno sabe algo, acabarán encontrando quién es tarde o temprano.
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Es un poco complicado meterse en una cabeza ajena cuando se trata de temas tan delicados, incluso cuando lo conoces de toda la vida. La mueca que hago lo deja en evidencia, estiro los labios hacia un costado y acabo chasqueando la lengua — Se le da bien dar órdenes y tiene un sentido del deber un poco suicida… — el decirlo con esas palabras me hace sonreír, sacudiendo la cabeza — Pero jamás lo he visto o expresando el deseo de poder. No sé si lo haría solo por ser lo correcto, tampoco puedo asegurar que nos perdone — ese es el problema, algo que viene justo atado a la moral que tanto estamos alabando. Este secreto es equiparable a una traición y no sé hasta qué punto podremos ser perdonados por ello, confío en que el chico sea lo suficientemente inteligente como para comprender las razones, pero no puedo reprocharle si se siente herido. Es una pequeña encrucijada.
Intento no mirarla con demasiada burla, pero soy incapaz de contenerme y sé que puede ver el “¡vamos!” pintado en mi cara — ¿Por qué se gastarían en buscar al hijo de una vigilante que desapareció hace más de una década? — si no tuviesen la certeza de la importancia, dudo mucho que moviesen un dedo. Lo que Amber se molesta en expresar en voz alta es algo que ya he pensado y que nos ha tenido a todos preocupados, sumando al detalle final de que sabemos que hay una fecha límite para nuestra mentira. Raspo apenas la piel de mis labios con los dientes y, muy a mí pesar, acabo negando con la cabeza — Creo que es muy pronto. Primero debemos asegurarnos de rescatar a Seth y luego ya encontraremos el modo de decirle la verdad. Paso por paso — movernos para salvar a nuestro amigo es solo el principio, el acabar con la tiranía de su madre debería ser el resultado — Kendrick no necesita esa piedra sobre sus hombros ahora. Tal vez, cuando podamos estar mejor organizados, cuando sepamos mejor cómo proseguir… ¿Por qué preocuparlo ahora, cuando quizá no tiene sentido? — no sé si me explico bien, estoy tratando de hilar pensamientos para mantener la calma. Sé que es un modo estúpido de protegerlo, pero tampoco pienso decirle la verdad y empujarlo a que se las arregle solo en medio de una guerra que todavía no sabemos cómo enfrentar — Pero se lo diré alguna vez, lo prometo. Si piensas que la gente podría seguirlo… — ella es quien estuvo siempre en medio de la revolución, yo me hice a un lado por mucho tiempo. Así que si Amber lo ve bien, supongo que es el camino correcto.
Intento no mirarla con demasiada burla, pero soy incapaz de contenerme y sé que puede ver el “¡vamos!” pintado en mi cara — ¿Por qué se gastarían en buscar al hijo de una vigilante que desapareció hace más de una década? — si no tuviesen la certeza de la importancia, dudo mucho que moviesen un dedo. Lo que Amber se molesta en expresar en voz alta es algo que ya he pensado y que nos ha tenido a todos preocupados, sumando al detalle final de que sabemos que hay una fecha límite para nuestra mentira. Raspo apenas la piel de mis labios con los dientes y, muy a mí pesar, acabo negando con la cabeza — Creo que es muy pronto. Primero debemos asegurarnos de rescatar a Seth y luego ya encontraremos el modo de decirle la verdad. Paso por paso — movernos para salvar a nuestro amigo es solo el principio, el acabar con la tiranía de su madre debería ser el resultado — Kendrick no necesita esa piedra sobre sus hombros ahora. Tal vez, cuando podamos estar mejor organizados, cuando sepamos mejor cómo proseguir… ¿Por qué preocuparlo ahora, cuando quizá no tiene sentido? — no sé si me explico bien, estoy tratando de hilar pensamientos para mantener la calma. Sé que es un modo estúpido de protegerlo, pero tampoco pienso decirle la verdad y empujarlo a que se las arregle solo en medio de una guerra que todavía no sabemos cómo enfrentar — Pero se lo diré alguna vez, lo prometo. Si piensas que la gente podría seguirlo… — ella es quien estuvo siempre en medio de la revolución, yo me hice a un lado por mucho tiempo. Así que si Amber lo ve bien, supongo que es el camino correcto.
Una pequeña sonrisa se forma en la comisura de mis labios al escuchar su comentario sobre el comportamiento que suele tener Kendrick, lo que me lleva a recordar una etapa de mi vida que ya ha quedado muy lejana por muchas cosas diferentes. — Es un adolescente. Seguramente tenga una rabieta, y con razón en esta ocasión, pero con el tiempo se le acabará pasando. — O eso quiero creer. No puedo imaginar hasta qué punto se enfadará por esta mentira, pero si lo hace será con motivos. También puede que no se enfade y simplemente se sienta dolido, sentimiento que yo ahora mismo comprendo perfectamente. Puedo entender las razones por las que han ocultado esto, pero eso no quita que una parte de mí se sienta ligeramente dolida por haber estado al margen de esto, a pesar de los años que hace que nos conocemos y de todas las cosas que hemos vivido.
Acabo enterrando la cabeza entre mis manos, intentando pensar con más claridad. Ben tiene razón cuando dice que es mejor esperar si de verdad vamos a arriesgarnos a ir a por Seth, pero ese riesgo puede suponer otro más si nos acabasen encontrando: que capturen a uno de nosotros y nos sonsaquen el origen de Kendrick. Si de verdad saben que Cordelia acabó por el norte y descubren que nosotros seguimos vivos... quién sabe si acabarán sumando 2+2 y comprendiendo que quizá la madre del niño Black acabó también en el 14. — No sabes cuánto tiempo llevan buscando información por el norte, ¿no? — pregunto al final. — Si llevan mucho tiempo y no han encontrado nada útil, quizá asuman que Cordelia fue a parar al 14. — En cualquier otro momento eso podría suponernos una ventaja porque piensan que hemos muerto, pero si nos pillan, esa ventaja se esfuma y es ahí donde se añade el nuevo riesgo para Kendrick. Aun así, no hay nada que podamos hacer para evitarlo; realmente lo único que se puede hacer es trazar un buen plan para salvar a Seth, y luego ya pensar qué haremos con este otro tema para que juegue a nuestro favor y podamos sacar alguna ventaja. — Creo que podrían seguirle. Representa a la familia cuyos ideales mucha gente todavía sigue, pero con una renovación que puede contentar a muchos otros. — Quizá la única pega es su edad, pero no es tan descabellado.
Acabo enterrando la cabeza entre mis manos, intentando pensar con más claridad. Ben tiene razón cuando dice que es mejor esperar si de verdad vamos a arriesgarnos a ir a por Seth, pero ese riesgo puede suponer otro más si nos acabasen encontrando: que capturen a uno de nosotros y nos sonsaquen el origen de Kendrick. Si de verdad saben que Cordelia acabó por el norte y descubren que nosotros seguimos vivos... quién sabe si acabarán sumando 2+2 y comprendiendo que quizá la madre del niño Black acabó también en el 14. — No sabes cuánto tiempo llevan buscando información por el norte, ¿no? — pregunto al final. — Si llevan mucho tiempo y no han encontrado nada útil, quizá asuman que Cordelia fue a parar al 14. — En cualquier otro momento eso podría suponernos una ventaja porque piensan que hemos muerto, pero si nos pillan, esa ventaja se esfuma y es ahí donde se añade el nuevo riesgo para Kendrick. Aun así, no hay nada que podamos hacer para evitarlo; realmente lo único que se puede hacer es trazar un buen plan para salvar a Seth, y luego ya pensar qué haremos con este otro tema para que juegue a nuestro favor y podamos sacar alguna ventaja. — Creo que podrían seguirle. Representa a la familia cuyos ideales mucha gente todavía sigue, pero con una renovación que puede contentar a muchos otros. — Quizá la única pega es su edad, pero no es tan descabellado.
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Tengo que admitir mi ignorancia al respecto con una sacudida de la cabeza y un encogimiento de hombros, porque vaya a saber hace cuánto llevan con esa idea. Coco fue el secreto mejor guardado para aquellos que llegaron al catorce después de su muerte y jamás se tocó el tema, al punto de que hubo épocas en las cuales nos llegamos a tragar nuestra propia mentira. Es extraño ver en un chico que conozco desde que era un bebé y al cual he visto crecer a las personas que ayudaron a cometer un montón de horribles atrocidades, incluyendo la muerte de la mitad de mi familia. Ken no es como ellos, lo sé, pero es imposible el no preguntarse cómo habría sido, con su carácter, de haber sido criado en la cuna donde estaba destinado a nacer — Muchas personas se opondrán a un Black al poder una vez más — en especial, aquellos que siguen muy de cerca a los Niniadis o han sufrido de primera mano los años de esa familia al poder — así que debería ser un movimiento demasiado cuidado. No podemos simplemente llegar e imponerlo y, como ya dijimos, es un niño. No es material de presidente hoy en día — no sé cómo será a futuro, no quiero hablar y arriesgarme.
Me froto un párpado con el cansancio a flor de piel y suspiro de mala gana. Esto nos dará dolores de cabeza, que lo sé yo — Quizá solo debamos dejar esa información guardada en el cajón, tal y como dijimos. Cuando sea el momento, confío en que sabremos cómo actuar — tenemos unos años, los años en los cuales Kendrick deberá madurar y ser un adulto. Con una sonrisa, estiro el brazo y le presiono el hombro, dándole una sacudida amistosa — Espero que pases la noche aquí hoy, Amber. Hay cosas que tienes que contarme y sé que tendrás ideas geniales para nuestro rescate. Nunca hemos dejado a Seth solo y no empezaremos ahora — que las cosas salgan bien, es otro tema. Y tienen que salir bien.
Me froto un párpado con el cansancio a flor de piel y suspiro de mala gana. Esto nos dará dolores de cabeza, que lo sé yo — Quizá solo debamos dejar esa información guardada en el cajón, tal y como dijimos. Cuando sea el momento, confío en que sabremos cómo actuar — tenemos unos años, los años en los cuales Kendrick deberá madurar y ser un adulto. Con una sonrisa, estiro el brazo y le presiono el hombro, dándole una sacudida amistosa — Espero que pases la noche aquí hoy, Amber. Hay cosas que tienes que contarme y sé que tendrás ideas geniales para nuestro rescate. Nunca hemos dejado a Seth solo y no empezaremos ahora — que las cosas salgan bien, es otro tema. Y tienen que salir bien.
Puedo comprender por qué dice lo que dice de los Black, en especial sabiendo cómo fue su vida durante aquellos años y a todas las personas que perdió por el camino. Irónicamente, y a pesar de cómo nos ha ido todo, siempre he pensado que, en realidad, sus años más tranquilos desde hace mucho han sido durante el Gobierno de Jamie Niniadis. Es gracias a lo que teníamos en el distrito 14, sí, pero eso no quita que haya sido así. — ¿Kennedy lo sabe? — Asumo que no porque si yo que llegué antes lo desconocía, me extrañaría que ella lo supiera. Aun así, no sería tan descabellado porque a diferencia de mí, ella era una adulta cuando llegó, lo que siempre transmite más confianza que una adolescente. — Quizá su opinión podría ayudarnos también — añado. Yo conozco lo que opinan muchos, pero ella también gracias a la red, y nunca está de más tener más conocimientos al respecto. — Pero bueno, es lo que dices, aún tenemos tiempo para organizarlo y planearlo bien. — Y lo que es más importante: ahora mismo tenemos otras cosas primordiales en mente y que requieren más urgencia.
Vuelvo a por el vaso de agua que había dejado en la mesa y doy un par de sorbos más mientras escucho lo que dice, y asiento con la cabeza a lo de pasar pasar la noche aquí. — No sé si tenéis hueco para una más, pero sí — respondo. Si no lo tienen siempre puedo improvisar una cama con mantas en el suelo, que tampoco sería la primera vez que dormiría así. — Creo que nos esperará una larga noche de planear cosas. — Si queremos utilizar una poción multijugos, tendremos que analizar a qué personas seleccionar para transformarnos sin levantar sospechas, por no hablar de un plan de evacuación porque muchos no son magos, así que no pueden aparecerse. — Iré a refrescarme un poco y en un rato bajo, ¿vale? — digo antes de marcharme a dejar el vaso en la cocina y subir al otro piso. Van a ser unas semanas largas y con unos cuantos quebraderos de cabeza.
Vuelvo a por el vaso de agua que había dejado en la mesa y doy un par de sorbos más mientras escucho lo que dice, y asiento con la cabeza a lo de pasar pasar la noche aquí. — No sé si tenéis hueco para una más, pero sí — respondo. Si no lo tienen siempre puedo improvisar una cama con mantas en el suelo, que tampoco sería la primera vez que dormiría así. — Creo que nos esperará una larga noche de planear cosas. — Si queremos utilizar una poción multijugos, tendremos que analizar a qué personas seleccionar para transformarnos sin levantar sospechas, por no hablar de un plan de evacuación porque muchos no son magos, así que no pueden aparecerse. — Iré a refrescarme un poco y en un rato bajo, ¿vale? — digo antes de marcharme a dejar el vaso en la cocina y subir al otro piso. Van a ser unas semanas largas y con unos cuantos quebraderos de cabeza.
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