Días antes de When the time comes

Estudio la muestra en el filtro, su tono índigo que parece transparente, y comparo unas gotas con otras muestras que tengo archivadas en el sistema, el reconocimiento inmediato me permite identificar las características en común y también las cualidades que ayudaron a que se me pasara desapercibido este defecto de una planta que dejé convivir con otras. Durante semanas no supuso un peligro para ninguna, y su paulatino afecto por otra de las especies lo creí una afinidad natural. Hasta que encontré a esta planta muerta al llegar a la mañana al laboratorio, asesinada a traición, y es que el veneno de la primera era tan débil, que se necesitó de un par de días para que las dosis diarias aparentemente inofensivas hicieron su efecto. Echo una mirada a la planta venenosa que tengo confinada en mi mesa de trabajo, apenas una flor de una única cabeza repleta de diminutos pétalos y fuerte color púrpura.

Busco al vuelo mi vaso de café y lo encuentro vacío en la esquina de mi escritorio, la mancha oscura en el fondo. Cruzo el laboratorio con mi vaso vacío y creo que no soy la única que necesita ordenar ideas, porque me encuentro con alguien igual de meditabundo. Uno de los científicos recien ingresados al ministerio comentó algo sobre una conversación que involucró a Kavalier, nuestra jefa de departamento y al ministro de Justicia. Los jóvenes son siempre más dados a los chismes para ganar simpatías, a mi parecer le faltan mas tareas en qué ocupar su tiempo. Camino despacio hasta acomodarme en la orilla del escritorio de Kavalier, y puesto que llevo trabajando con él un buen tiempo, tengo la confianza para colocar una mano en su hombro y así atraer su atención. -¿Qué está pasando?- le pregunto. Me cuesta creer que en el equipo de científicos, sea a Kavalier a quien acusen de no estas cumpliendo con su trabajo, cuando he visto pocas personas que parecen respirar solo para su trabajo, y sé de eso.

No fueron días agradables, si bien mi cuerpo reaccionó bien al cambio de drogas en el momento, creo que estoy empezando a sentir las consecuencias de esto. Pude hacerlo, no estaría aquí de no haberlo logrado, pero es una sensación que no quiero experimentar nunca más en mi vida. De ahora en más debo permanecer concentrado, hacer el trabajo que me piden y no dar vueltas con proyectos que creo que pueden ser interesantes. Pero antes de eso necesito hacer un último proyecto personal, algo que me permita ser esa mejor versión de Riley que ellos quieren y creo que puedo encontrar la combinación perfecta.

Es extraño para mí estar rodeado de raíces y pociones, observándolas mientras analizo las posibilidades en mi cabeza. Aún tengo los efectos de la última dosis haciendo efecto en mi organismo así que ni siquiera necesito tomar apuntes, todo está en mi cerebro y debo admitir que es mucho más práctico. Me desconecto de la realidad y trabajo en ese laboratorio mental hasta que siento una fría mano sobre mi hombro. Me sobresalto en mi asiento pero vuelvo rápidamente a la normalidad al notar que solo se trata de una de mis colegas.

- Es una pregunta demasiado amplia como para responderla - actualmente en el mundo están pasando billones de cosas, demonios, en mi cabeza están pasando millones de cosas - Pero si te refieres al no tan secreto fallo laboral que tuve, está solucionado - agrego pues si bien el ministerio es un lugar grande, los chismes vuelan más rápido que memorandum. Aunque es curioso, nunca habría tomado a la señora Lackberg como una persona chismosa - Lamento estar invadiendo tu terreno, es un proyecto personal - me excuso mirando la gran cantidad de materiales que tengo frente a mí.

Arqueo mi ceja con desconfianza, pongo en duda que el problema del que no hablamos explícitamente esté solucionado, como para que pueda barrer el tema de conversación con tanta facilidad. Si así de sencillo se dejan atrás las fallas de proyecto, este departamento sería un caos. Estamos experimentando todo el tiempo, y claro que errar es humano, para la incompetencia es una cuestión que atañe y obliga a intervenir a nuestros superiores. Si lo de Kavalier solo fue un error perdonable… no habrá sido tan grave como exageran los chismes. ¿O sí? Persiste mi recelo de que ese tema esté acabado. —Me alegro de que así sea— digo en cambio, desistiendo de mi interés. —No me gustaría que sea tu trabajo el que se cuestione en este departamento, eres mucho más joven que yo, pero te he observado y da gusto verte concentrado en un proyecto. Por más que a veces parezca distraído con  cierta joven…— comento al pasar, puede que mi opinión sobre Lara Scott esté un poco empañada por otras razones, —tienes potencial y sólo se trata de que te enfoques.

Como menciona que está ocupado con algo personal, examino los materiales que tengo a la vista sobre su escritorio y me llama la atención que haya pociones, en vez de los aparatos tecnológicos que suelo ver que arma y desarma como prototipos para algo más. —No te preocupes, puedo compartirte un poco de mi terreno— digo con suavidad, —¿te puedo ayudar en algo?— pregunto, más que nada por curiosidad. Busco olores en el ambiente que me den una pista y toqueteo con los dedos algunas raíces que quedaron sobre la superficie del escritorio. —Podría asesorarte con las dosis recomendables de estos ingredientes, porque al combinarse con otras podría ser un cóctel de temer— opino. Ya lo dijo, este es mi terreno. Si también es el suyo, no lo sabía, y creo que mi expresión abiertamente interrogante como para que me lo confirme o me lo niegue.

Me resulta curioso y difícil de entender que justo yo sea al que le piden más concentración, aquí va Amalie también con esa frase, una que me está molestando bastante a decir verdad pues ya no sé qué más quieren de mí. ¿Distraído con cierta joven? ¿Se refiere a Lara? ¡Hace siglos que no la veo! - Trabajo mejor cuando estoy con ella, soy mejor cuando estoy con ella - defiendo mi amistad con la chica y le dedico una mirada de desconfianza. De no ser por mi mejor amiga probablemente ya estaría criando gusanos en alguna sanja desde hace años, claramente ella no es el problema.

Respiro profundo para volver a mi eje, cosa que he estado necesitando hacer mucho últimamente ¿Es enojo acumulado? Me pregunto de qué forma estallará cuando llegue el momento - No soy un novato en éste área, digamos que es mi segunda especialidad - comento orgulloso de mi trabajo con las plantas, sobre todo los hongos. Eso es algo que nadie me enseñó, lo fui aprendiendo solo con el tiempo y sin fallos hasta el momento - Pero sí estoy trabajando con materiales que jamás he usado antes, así que podría usar la ayuda.- acepto al final levantándome para ir por una silla para ella.

La invito a sentarse y mientras tanto revuelvo algunas cosas en el escritorio para conseguir lo que estoy buscando: pezuña de thestral. Es curioso que una vez que está apartada del resto del cuerpo pierde su cualidad invisible ante aquellos que no han visto la muerte. Quizás algún día pueda ver uno entero, no es algo que desee pero sería interesante verlos en su forma completa y no como simples ingredientes para las pociones - ¿Has trabajando alguna vez con ésto? Creo que limarla es mejor opción para incluirla, usar ácidos para desintegrarla creo que es demasiado.

Presiono mis labios para no contestar, no sé si tengo algo para decir que no esté bañado del desagrado que me provoca la mujer. —No— me escucho decir. —No somos mejores por otras personas, somos mejores por nosotros mismos— me sostengo en esta postura. Si hubiera creído por mi parte, que mi marido era el complemento que necesitaba para sentirme entera, que a su lado era posible crear la mejor versión de mí misma, me habría desmoronado entera el día en que no pude seguir negando que me engañaba. —Depender así de una persona, nos hace dudar de nosotros mismos y de quienes somos—. Puede ser dañino, lo sufrí y la decepción podría haber sido fatal. No soy quién para inmiscuirme en sus asuntos, hablo por mi misma y para mí. Es mi rasgo poco simpático de querer decirle a la gente lo que tiene que hacer y que no me había supuesto un problema hasta ser madre, desde entonces soy más consciente de esto. Pero como casi siempre tengo la razón, ¿qué hay de malo?

Demuestro mi intriga al enterarme de su afición a las pociones, daba por hecho que su lugar estaba en el extremo opuesto del laboratorio. ¿A qué viene ese interés? No es algo que pueda preguntar así como así, lo que puedo hacer es tratar de entender en qué consiste su investigación. Frunzo mi ceño al examinar a la distancia el ingrediente que escogió, toda mi expresión se contrae en un recelo íntimo y golpeteo un dedo contra mis labios, pensativa.  —¿De qué trata tu investigación? — pregunto sin vueltas. —¿Qué efectos esperas lograr con esta pócima?—. Traigo una silla giratoria para acomodar a su lado en la mesada, echando un repaso al resto de las cosas que están a la vista. Es después de indagar sobre lo que pretende lograr, que aclaro lo que debería haber dicho de entrada:—Me centro en el estudio de las propiedades mágicas de las plantas, a veces de sus virtudes en las pociones. Poco sé sobre los ingredientes que puedes conseguir de animales fantásticos—. Y al quedarme pendiente a lo que sucederá, centro mi mirada en su rostro y en su intención

La observo por unos segundos luego de que me da su opinión acerca de mi amistad con Lara. Suena a algo que diría mi padre y de verdad me gustaría poder abrazar ese pensamiento y lanzarme con él hacia la vida. Pero no puedo, la necesito y siempre la he necesitado. Sabe todo de mí, es quien me controla y... Bueno, en realidad sí soy bastante dependiente de ella solo que no lo había visto como algo malo hasta ahora - Y si algún día ya no contara con ella, no me creería capaz de seguir haciendo lo que hago - pero sí podría solo tendría que hacer algunas modificaciones - El problema es que sin ella sería todo demasiado solitario, nunca tuve problema en estar solo pero me he acostumbrado a tener al menos una amiga - bueno, no es la única amiga pero sí la única Lara.

Cuando la pregunta llega, temo por una milésima de segundo que se me trabe la lengua, que mis mejillas se pongan coloradas y no ser capaz de elaborar una mentira rápida y convincente, pero contrario a mis expectativas logro responder con total naturalidad algo completamente posible - Una especie de vacuna contra la maldición cruciatus, en realidad mi idea es hacer una cápsula que se pueda tener en la boca y llegado el momento con solo morderla libera su contenido al organismo para contrarrestar los efectos - hasta suena a una buena idea que quizás pueda analizar profundamente más adelante- Con tantos rebeldes sueltos necesitamos proteger a nuestro escuadrón de aurores - agrego como detalle.

- Quizás puedas ayudarme con los ingredientes, entonces. Debe ser perfecta para anular el dolor físico y mental ¿Alguna recomendación? - no siento culpa por la mentira, es un medio para un fin que tendrá resultados fantásticos si todo sale bien. ¿Qué tal? Aún cuando estoy buscando fabricar una droga que me quite el dolor soy capaz de evocar buenas ideas para el ministerio ¿Quién dijo que no soy funcional?

«Todo sería demasiado solitario…». Me había habituado a la soledad durante mi infancia y que llegara luego un hombre para hacerme ver que después de él la soledad sería insoportable, me hace lamentarme tanto de haber aceptado su compañía, de que su carisma y su humor fueran parte de mi motivación para avanzar. Se lo que viene después de que la persona de la que dependes tanto se va, le puedo hablar a Riley de cómo se vive la soledad entonces, pero sería dar una descripción patética de mi propio fracaso. —Al final todos estamos solos— murmuro como conclusión, una frase en esta ocasión ambigua. Por mucho que quiera sostenerse a una persona, habrá tiempos y lugares que inevitablemente nos separarán. La decepción siempre llegará cuando se pone expectativas en una persona, que no pueden cumplirse porque no son reales.

Hablar sobre el trabajo, por ambiciosos que sean los proyectos, entran dentro del margen de lo posible. Mi semblante cambia al arquearse mis cejas por un asombro renovado al conocer el propósito de su investigación, no me esperaba algo así después de que cuestionaran su trabajo y fuera rumor entre los becarios. Me he quedado sin voz por la admiración, que cuando logro encontrarla no lo disimulo —Algo así sería asombroso para el escuadrón de aurores—. Sería una importante innovación en el departamento, y pese a que me remueve un poco la mención a pastillas que ayuden a anular el dolor físico y mental, así como su consulta de qué plantas podrían servir, no logra verse lo afectada que me siento porque tengo mis conocimientos en el área. No precisamente por estar del lado de quienes producen esos comprimidos.

—Tendría que ir a buscar algunas notas que tengo y enviártelas— digo, al aclararme la garganta para mantener la compostura. —Hay ciertas partes de las mandrágoras que refinadas podrían servirte, pero no es un ingrediente sobre el que formularía una receta para algo así…— pienso en voz alta. —Tal vez la garra del diablo y el sauce blanco— sugiero, haciendo un repaso de las plantas que tengo en mi laboratorio y de las que él tiene expuestas. —Si me aguardas unos minutos, iré a buscar unas muestras que te servirán para hacer una prueba—. Me pongo de pie, apartándome del escritorio, para volver a mi laboratorio después de haber olvidado qué me trajo hasta aquí en primer lugar. Y con toda razón, evitando volver al tema anterior sobre lo débiles que podemos ser por culpa de otra persona, al tomar consciencia de nuestra dependencia, para reafirmarnos en eso que nos da seguridad y confianza. Un trabajo al que nos dedicamos veinticinco horas, ocho días a la semana.

Su aprobación por el proyecto imaginario que acabo de inventar no me sorprende, me ha sorprendido a mi mismo cuando lo escuché de mis labios, pero sí me sirve para ponerlo definitivamente en mi lista de proyectos futuros. Tomaré las notas necesarias, calcularé ingredientes y una vez que mi problema de rendimiento esté resuelto gracias a ésta pastilla podré dedicarme completamente a éste proyecto. Creo que es algo que le gustará a Weynart así como a Riorden. Quizás pueda consultarlo con el molesto cazador y conseguir una crítica sin filtro, aunque dudo que le encuentre algún fallo más que los estúpidos aurores puedan activarla por accidente y quedar drogados en medio de una misión.

- Es algo que puedo trabajar con tiempo así que envíame las notas cuando puedas - concedo a la vez que tomo nota de todas las propuestas que me va dando. Solo conozco las propiedades exactas de una de ellas pero siempre puedo internarme en la biblioteca a conseguir un poco más de información. Trabajar con mandrágoras siempre es complicado pues podría generar una parálisis flácida irremediable pero creo que vale la pena el intento hacerlo con mucho cuidado.

-Esperaré aquí - respondo y la observo marcharse. Respiro profundo antes de poner en orden las cosas del escritorio, al parecer tendré que fingir trabajar en éste proyecto por un tiempo y ya que estoy será mejor no fingir y hacerlo de verdad. Me pregunto cuánto tardará pues quiero volver a mi trabajo real lo antes posible, no puedo ir por el fin antes de conseguir los medios, pero no puedo comentar ese detalle con Amalie.

Asiento con mi barbilla, comprometiéndome a enviarle las notas luego, cuando acabe mis propias tareas en el laboratorio y pueda hacer un repaso entre los archivos que tengo para poder pasar en limpio las que serán de su utilidad. Al ponerme de pie, me paro detrás de su silla y coloco una mano en su hombro para un apretón de ánimo, de los que no daría a cualquiera, pero me alegra que a pesar de los rumores sea un científico que no pierde la pasión por su trabajo. —Sigue así, Riley— digo, usando su nombre de pila como una especie de camarería entre los dos. — Un error lo puede tener cualquiera, el éxito solo aquellos que trabajan incansablemente — digo y entonces hago un poco más de presión con mi mano en su hombro.

»Trabaja, trabaja mucho. No des margen a un error para convertirse en un fracaso que tire al suelo todos tus esfuerzos y del que no puedas recuperarte…— comparto con él uno de mis miedos más profundos, la razón por la que cuando todo en mi vida personal empezó a entrar en crisis, insistí en mi trabajo.  Si hubiera actuado en consecuencia a mis emociones destrozadas, todas mis investigación se hubieran ido por la borda y habría perdido mi lugar en el laboratorio. Pensar en el desastre que podría haber causado la traición de Ivar, me hacen murmurar alrededor de Riley. —Y piensa en ti, siempre en ti— me despido. Me alejo de su escritorio tratando de hacer memoria que me trajo aquí en un principio y al no poder recordarlo, reemprendo mi vuelta al invernadero.