OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
¿Qué ficha moverás?
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Marzo - 16:00 hs
Había una vez en la que personas como yo teníamos sitios más bonitos a los que acudir en nuestro tiempo libre. Sitios con bellos paisajes en dónde podíamos interactuar con otras personas, quizás dar comienzo a historias nuevas, reír y jugar. Pero los tiempos han cambiado y el verde del césped ha sido reemplazado por una vieja pared llena de dibujos obscenos en lo que antes era una productiva fábrica. No hay muchos sitios a los que ir durante el día sin ponerse al descubierto, por suerte ésta fábrica en particular ha perdido su techo hace algunos años así que es como estar al aire libre, casi, lo que la convierte en un buen sitio para leer un libro.
Quizás el viejo escombro en el que me encuentro sentada no es el más cómodo del mundo, pero la historia me ha atrapado lo suficiente como para ignorar aquello y continuar con mi tarea. Es curioso ya que mi vida bien podría narrarse y contar una historia medianamente entretenida, así que no es la falta de aventura lo que me lleva a enterrarme en una historia ajena, sino que la falta de felicidad y arcoíris en ella. Por eso leo algo bien distinto a la realidad, una historia sobre una familia en la que todos tienen problemas mundanos, en la que lo más grave es un corazón roto y un matrimonio arreglado, nadie corriendo por su vida ni teniendo que vivir en la basura de los demás.
Luego de unos cuántos capítulos noto como una sonrisa ha quedado grabada en mi rostro y entonces caigo en la cuenta de que ya con eso fue suficiente. Mi vida me da razones para sonreír pues conozco personas maravillosas y algunas demasiado graciosas para su propio bien, pero nunca puedo sonreír despreocupadamente ya que sé que pronto vendrá una nueva batalla, de hecho la buscamos y con esa idea en la cabeza me resulta difícil solo entregarme a lo positivo del momento.
Respiro profundo y dejo el libro reposando sobre mi regazo. El aroma no es el mejor del mundo, pero al menos es aire fresco y, a su manera, es renovador. De momento no hay ningún proyecto así que no tengo apuro para volver a mi casa provisional, probablemente comeremos algo parecido a pizza por la noche y jugaremos cartas mientras bebemos la cerveza artesanal más rica del distrito... que sabe como a orina de duende, pero es lo que hay.
- No siempre será así, Kenny, no siempre será así.
Había una vez en la que personas como yo teníamos sitios más bonitos a los que acudir en nuestro tiempo libre. Sitios con bellos paisajes en dónde podíamos interactuar con otras personas, quizás dar comienzo a historias nuevas, reír y jugar. Pero los tiempos han cambiado y el verde del césped ha sido reemplazado por una vieja pared llena de dibujos obscenos en lo que antes era una productiva fábrica. No hay muchos sitios a los que ir durante el día sin ponerse al descubierto, por suerte ésta fábrica en particular ha perdido su techo hace algunos años así que es como estar al aire libre, casi, lo que la convierte en un buen sitio para leer un libro.
Quizás el viejo escombro en el que me encuentro sentada no es el más cómodo del mundo, pero la historia me ha atrapado lo suficiente como para ignorar aquello y continuar con mi tarea. Es curioso ya que mi vida bien podría narrarse y contar una historia medianamente entretenida, así que no es la falta de aventura lo que me lleva a enterrarme en una historia ajena, sino que la falta de felicidad y arcoíris en ella. Por eso leo algo bien distinto a la realidad, una historia sobre una familia en la que todos tienen problemas mundanos, en la que lo más grave es un corazón roto y un matrimonio arreglado, nadie corriendo por su vida ni teniendo que vivir en la basura de los demás.
Luego de unos cuántos capítulos noto como una sonrisa ha quedado grabada en mi rostro y entonces caigo en la cuenta de que ya con eso fue suficiente. Mi vida me da razones para sonreír pues conozco personas maravillosas y algunas demasiado graciosas para su propio bien, pero nunca puedo sonreír despreocupadamente ya que sé que pronto vendrá una nueva batalla, de hecho la buscamos y con esa idea en la cabeza me resulta difícil solo entregarme a lo positivo del momento.
Respiro profundo y dejo el libro reposando sobre mi regazo. El aroma no es el mejor del mundo, pero al menos es aire fresco y, a su manera, es renovador. De momento no hay ningún proyecto así que no tengo apuro para volver a mi casa provisional, probablemente comeremos algo parecido a pizza por la noche y jugaremos cartas mientras bebemos la cerveza artesanal más rica del distrito... que sabe como a orina de duende, pero es lo que hay.
- No siempre será así, Kenny, no siempre será así.
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Los oigo gritar como todos los días. No puedo quejarme, porque estoy segura de que ellos deben escuchar el sonido de mis clientes cada vez que tocan la puerta y se lanzan al mugroso colchón que decora mi suelo. He llegado al punto en mi vida donde no soy más que un objeto inanimado que se deja hacer y rehacer, así que, si tienen que quejarse de alguien, debería ser de mis clientes y no de mí. Pero ellos sí gritan y hasta tienen un bebé que llora. Incansable, como si sus pulmones diminutos fuesen incapaces de detenerse, pero no puedo culpar a la pobre criatura. Si mi padre oliese a cerveza barata y mi departamento estuviese lleno de ratas, yo también lloraría.
Volteo la cabeza y observo el envoltorio de preservativo que ha quedado en el suelo luego de mi última visita laboral. El desconocido se ha marchado hace al menos quince minutos, pero no me he movido desde entonces porque estoy lo suficientemente cansada como para no querer hacerlo. Pero mi cabeza ya duele, mi irritación va en aumento y sé que es imposible que mate el tiempo con todo el escándalo de mis vecinos, así que bufo, me pongo de pie y me visto con lo primero que encuentro. Una musculosa desarreglada, un short y las zapatillas. Cigarrillo en boca, lo enciendo, doy una gran calada y salgo de mi penoso monoambiente dando un portazo que hace caer polvo y algunos rastros de yeso. Qué vida miserable.
El humo me sigue mientras avanzo por la calle desierta y me abrazo a mí misma, pateando piedras que se cruzan por mi camino. No me detengo hasta llegar a una de las fábricas más cercanas y, la verdad, no lo hubiera hecho si mi vista no hubiese captado una silueta familiar — ¿Ya llegaste al nivel en el cual hablas sola? — bromeo, alzando la voz para que ella pueda oírme. Sé que me veo mal, con el maquillaje corrido y el cabello revuelto, pero aún así me acerco con la primera sonrisa sincera del día — ¿Qué haces aquí, Kenny? ¿Esperando por que alguien venga a asaltarte?
Volteo la cabeza y observo el envoltorio de preservativo que ha quedado en el suelo luego de mi última visita laboral. El desconocido se ha marchado hace al menos quince minutos, pero no me he movido desde entonces porque estoy lo suficientemente cansada como para no querer hacerlo. Pero mi cabeza ya duele, mi irritación va en aumento y sé que es imposible que mate el tiempo con todo el escándalo de mis vecinos, así que bufo, me pongo de pie y me visto con lo primero que encuentro. Una musculosa desarreglada, un short y las zapatillas. Cigarrillo en boca, lo enciendo, doy una gran calada y salgo de mi penoso monoambiente dando un portazo que hace caer polvo y algunos rastros de yeso. Qué vida miserable.
El humo me sigue mientras avanzo por la calle desierta y me abrazo a mí misma, pateando piedras que se cruzan por mi camino. No me detengo hasta llegar a una de las fábricas más cercanas y, la verdad, no lo hubiera hecho si mi vista no hubiese captado una silueta familiar — ¿Ya llegaste al nivel en el cual hablas sola? — bromeo, alzando la voz para que ella pueda oírme. Sé que me veo mal, con el maquillaje corrido y el cabello revuelto, pero aún así me acerco con la primera sonrisa sincera del día — ¿Qué haces aquí, Kenny? ¿Esperando por que alguien venga a asaltarte?
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Mi pequeña e improvisada meditación se ve interrumpida por una voz familiar entrando a mi escondite. Le dedico una sonrisa y hago una seña para invitarla a sentarse conmigo - Cuando hablo sola nadie me contradice, ese es mi truco - le sigo el juego sin cambiar mi expresión de antes. A veces creo que me preocupo demasiado por mi apariencia dadas las condiciones en las que vivimos, podría conseguir shorts y una musculosa como la que viste Arya pero no me atrevería a salir así a la calle... Creo que los viejos hábitos me tendrán atrapada por el tiempo que me quede por no poder conseguir ropa nueva.
- Todos aquí saben que sería estúpido intentar asaltarme - respondo rodando los ojos. Puede que no sea una guerrera ninja de Neopanem, pero tengo algo de entrenamiento adquirido en el distrito 14, y eso sumado a mis poderes de semi-veela pues... definitivamente sería estúpido intentar algo así - En realidad necesitaba algo de paz fuera de la casa, para ser un distrito fantasma hay demasiado ruido por todas partes - comento con una mueca observando mi libro. Al parecer he terminado definitivamente con él por hoy.
-¿Qué hay de ti? No es el sitio más bonito para venir a pasar el día - devuelvo la pregunta. El paisaje es inexistente, pero definitivamente mucho mejor que estar encerrada y con el tiempo me fui y seguiré acostumbrando - A no ser que cierres los ojos e imagines que hay un mar repleto de delfines en frente, a veces lo hago - bromeo con media sonrisa. En realidad mi imaginación no va tan profundo, ésta está limitada a crear maravillosos y originales programas de radio, nada más.
- Todos aquí saben que sería estúpido intentar asaltarme - respondo rodando los ojos. Puede que no sea una guerrera ninja de Neopanem, pero tengo algo de entrenamiento adquirido en el distrito 14, y eso sumado a mis poderes de semi-veela pues... definitivamente sería estúpido intentar algo así - En realidad necesitaba algo de paz fuera de la casa, para ser un distrito fantasma hay demasiado ruido por todas partes - comento con una mueca observando mi libro. Al parecer he terminado definitivamente con él por hoy.
-¿Qué hay de ti? No es el sitio más bonito para venir a pasar el día - devuelvo la pregunta. El paisaje es inexistente, pero definitivamente mucho mejor que estar encerrada y con el tiempo me fui y seguiré acostumbrando - A no ser que cierres los ojos e imagines que hay un mar repleto de delfines en frente, a veces lo hago - bromeo con media sonrisa. En realidad mi imaginación no va tan profundo, ésta está limitada a crear maravillosos y originales programas de radio, nada más.
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Sí, todos sabemos que sería estúpido asaltarla, en especial si consideramos que Kennedy es una de las mías. La última vez que alguien quiso meterse conmigo, se comió un golpe con un caño oxidado de la calle. Siempre voy a estar agradecida con Echo Duane por estas cosas — Ni que lo digas. A veces me pregunto si los ricos gritan tanto como los pobres. Si ellos tienen silencio, puedo entender por qué se creen mejores que nosotros — sería lo único que les envidio. Dudo mucho que un funcionario ministerial tenga vecinos como los míos.
Doy una calada a mi cigarrillo y me encojo de hombros ante su pregunta, metiendo la mano que tengo libre en el bolsillo de mi short — Necesitaba salir de casa y te vi al pasar — digo nomas. No es secreto mi profesión y creo que ella debe entender muy bien el por qué el alejarme de ese departamento minúsculo y apestoso es mi mejor opción cuando mi cabeza está desbordada. A veces me pregunto por qué es que me fui del catorce, con todo su verde, pero cuando recuerdo que pequeño que es su mundo dejo de arrepentirme. Lo de los delfines me quita el pensamiento amargo y me hace reír, echando un poco de humo — En un lugar como el cinco, pensar en el mar se hace hasta ridículo — expreso en broma. Jamás vi el océano, pero me han mostrado fotos, pelis y me lo describieron, así que por ahora eso basta.
Le pido permiso con un gesto de la mano y me apoyo en una de las pocas paredes que quedan de pie, justo a su lado, y doy otra calada — ¿Tienes novedades? — ella es la mente maestra detrás de uno de los métodos de comunicación más importantes entre los rebeldes. Hace tiempo que no consigo nuevo material de mis amigos, así que me es imposible darle información, pero quizá ella tenga algo para mí — Todo ha estado demasiado callado y, a su vez, siento que está tenso. ¿Me explico? — muevo mi nariz un poco ansiosa — Es como dice esa expresión, lo de la calma antes de la tormenta. ¿No sientes que todo se irá al demonio en un abrir y cerrar de ojos? — desde diciembre no hay novedades grandes, pero sí sé qué hace poco el gobierno encontró un montón de cadáveres de aurores en las afueras de NeoPanem y todo se ha ido al retrete. Hay demasiada seguridad, pero nadie dice nada y los rebeldes están callados. ¿Fueron ellos, o quiénes? ¿Qué es lo que está sucediendo?
Doy una calada a mi cigarrillo y me encojo de hombros ante su pregunta, metiendo la mano que tengo libre en el bolsillo de mi short — Necesitaba salir de casa y te vi al pasar — digo nomas. No es secreto mi profesión y creo que ella debe entender muy bien el por qué el alejarme de ese departamento minúsculo y apestoso es mi mejor opción cuando mi cabeza está desbordada. A veces me pregunto por qué es que me fui del catorce, con todo su verde, pero cuando recuerdo que pequeño que es su mundo dejo de arrepentirme. Lo de los delfines me quita el pensamiento amargo y me hace reír, echando un poco de humo — En un lugar como el cinco, pensar en el mar se hace hasta ridículo — expreso en broma. Jamás vi el océano, pero me han mostrado fotos, pelis y me lo describieron, así que por ahora eso basta.
Le pido permiso con un gesto de la mano y me apoyo en una de las pocas paredes que quedan de pie, justo a su lado, y doy otra calada — ¿Tienes novedades? — ella es la mente maestra detrás de uno de los métodos de comunicación más importantes entre los rebeldes. Hace tiempo que no consigo nuevo material de mis amigos, así que me es imposible darle información, pero quizá ella tenga algo para mí — Todo ha estado demasiado callado y, a su vez, siento que está tenso. ¿Me explico? — muevo mi nariz un poco ansiosa — Es como dice esa expresión, lo de la calma antes de la tormenta. ¿No sientes que todo se irá al demonio en un abrir y cerrar de ojos? — desde diciembre no hay novedades grandes, pero sí sé qué hace poco el gobierno encontró un montón de cadáveres de aurores en las afueras de NeoPanem y todo se ha ido al retrete. Hay demasiada seguridad, pero nadie dice nada y los rebeldes están callados. ¿Fueron ellos, o quiénes? ¿Qué es lo que está sucediendo?
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Sonrío y niego con la cabeza pues he tenido la oportunidad de vivir esa vida y no es más silenciosa para nada. De hecho las fiestas abundaban y más cuando te encuentras en el mundo del espectáculo. Era difícil encontrar tiempo a solas pero, en ese momento, me encantaba. Quizás porque era más joven o porque aún no había vivido todo lo que pasé... Soy una mujer completamente distinta ahora, pasé de estar con el micrófono en la mano a producir todo desde la cabina y no me arrepiento para nada.
- Quedas invitada a comer a la guarida si quieres - ofrezco pues supongo que sus razones para salir son distintas a las mías. Quizás quiere extender la escapada hasta más tarde y estoy segura de que los demás la recibirán con los brazos abiertos. Además será refrescante tener a alguien fuera del grupo, no hay demasiado que vivir por estos días y una vez que se terminan las charlas sobre el negocio no nos queda más remedio que entregarnos a las bromas estúpidas y juegos sin sentido.
- Nada desde la última emisión especial - respondo algo apenada. Claro que tenemos los informes regulares pero no es información que vaya a cambiar vidas. Cada proyecto requiere su investigación, para no lanzar información en vano, y eso requiere a veces meses. Ahora estamos atravesando una mala racha, cada supuesta fuente no nos da más que suposiciones y ni siquiera mis vuelos nocturnos han conseguido algo concreto - Si hay algo cocinándose lo están haciendo muy bien porque nadie sabe nada al respecto - comento de acuerdo con su pensamiento.
Pero esta calma debe ser aprovechada, para prepararnos y que no nos tomen por sorpresa con lo que sea que tengan planeado hacer. En cuanto a esa tensión... intento que no me afecte pues solo bloquearía mi mente. Por eso me aparto y leo libros, es una buena forma de mantenerme serena ante la presión.
- Es ridículo en realidad porque cualquier cosa que digamos no parecería más que una teoría conspirativa, nos faltan pruebas y es difícil encontrarlas con tanta calma - dejo salir dando un pequeño golpe con mi palma en la tapa del libro - Odio estar de vacaciones - bromeo y la observo de reojo. Pensar que antes no era una chica de acción; una vez más, soy una persona completamente diferente.
- Quedas invitada a comer a la guarida si quieres - ofrezco pues supongo que sus razones para salir son distintas a las mías. Quizás quiere extender la escapada hasta más tarde y estoy segura de que los demás la recibirán con los brazos abiertos. Además será refrescante tener a alguien fuera del grupo, no hay demasiado que vivir por estos días y una vez que se terminan las charlas sobre el negocio no nos queda más remedio que entregarnos a las bromas estúpidas y juegos sin sentido.
- Nada desde la última emisión especial - respondo algo apenada. Claro que tenemos los informes regulares pero no es información que vaya a cambiar vidas. Cada proyecto requiere su investigación, para no lanzar información en vano, y eso requiere a veces meses. Ahora estamos atravesando una mala racha, cada supuesta fuente no nos da más que suposiciones y ni siquiera mis vuelos nocturnos han conseguido algo concreto - Si hay algo cocinándose lo están haciendo muy bien porque nadie sabe nada al respecto - comento de acuerdo con su pensamiento.
Pero esta calma debe ser aprovechada, para prepararnos y que no nos tomen por sorpresa con lo que sea que tengan planeado hacer. En cuanto a esa tensión... intento que no me afecte pues solo bloquearía mi mente. Por eso me aparto y leo libros, es una buena forma de mantenerme serena ante la presión.
- Es ridículo en realidad porque cualquier cosa que digamos no parecería más que una teoría conspirativa, nos faltan pruebas y es difícil encontrarlas con tanta calma - dejo salir dando un pequeño golpe con mi palma en la tapa del libro - Odio estar de vacaciones - bromeo y la observo de reojo. Pensar que antes no era una chica de acción; una vez más, soy una persona completamente diferente.
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Creo que no tengo que ni molestarme en sonreírle como lo hago, tan amplio que se me escapa la sinceridad. No suelo recibir invitaciones a comer y, considerando que no tengo más que algunas latas en mi casa, la idea es más que bienvenida — No tienes idea de cuánto agradezco eso — murmuro de corazón. De verdad lo hago.
No oculto mi decepción y aprieto el cigarrillo en un intento de no mostrarme tan apagada — A veces, siento que es un poco asfixiante — confieso — Ya sabes, el no saber lo que está ocurriendo. En cualquier momento todo va a explotar y no vamos a saber cómo es que ocurrió, y que del catorce estén tan callados… — ¿Ha sabido algo de ellos o tampoco los ve hace siglos? Los extraño, no puedo decir que no, y solo veo a aquellos que se han atrevido a asomar la nariz por el norte del país en busca de provisiones. Pero hace tiempo no sé dónde se han metido y solo me queda esperar que todo esté bien. Al menos, puedo afirmar que no los encontraron: si Jamie Niniadis hubiese puesto un dedo sobre el catorce después de todos estos años, estaría en todos los televisores del país.
Le concedo la razón con una risa divertida y se me escapa el humo hasta por la nariz, así que me la froto con los nudillos — Ya tendrás una noticia jugosa y se te acabarán las vacaciones, verás — le prometo, acercándome para darle una palmadita de falso consuelo en el hombro. Sin más preámbulos, le ofrezco el cigarrillo a medio consumir en un intento de compartir de lo poco que tengo — ¿Has probado el ampliar el equipo? Quizá necesitas algunas ratas espías en el Capitolio para hacer el trabajo sucio. Ya sabes, alguien que quiera meterse en negocios sucios como vender información. No puede ser que toda la gente rica sea idiota — intento barajar algunos nombres, pero los pocos que conozco de esos pagos no serían de mucha utilidad — Siempre puedes ofrecerme como medio de pago. Ya me vendo por fideos, no me molestaría venderme para la causa — así sin más, me encojo de hombros.
No oculto mi decepción y aprieto el cigarrillo en un intento de no mostrarme tan apagada — A veces, siento que es un poco asfixiante — confieso — Ya sabes, el no saber lo que está ocurriendo. En cualquier momento todo va a explotar y no vamos a saber cómo es que ocurrió, y que del catorce estén tan callados… — ¿Ha sabido algo de ellos o tampoco los ve hace siglos? Los extraño, no puedo decir que no, y solo veo a aquellos que se han atrevido a asomar la nariz por el norte del país en busca de provisiones. Pero hace tiempo no sé dónde se han metido y solo me queda esperar que todo esté bien. Al menos, puedo afirmar que no los encontraron: si Jamie Niniadis hubiese puesto un dedo sobre el catorce después de todos estos años, estaría en todos los televisores del país.
Le concedo la razón con una risa divertida y se me escapa el humo hasta por la nariz, así que me la froto con los nudillos — Ya tendrás una noticia jugosa y se te acabarán las vacaciones, verás — le prometo, acercándome para darle una palmadita de falso consuelo en el hombro. Sin más preámbulos, le ofrezco el cigarrillo a medio consumir en un intento de compartir de lo poco que tengo — ¿Has probado el ampliar el equipo? Quizá necesitas algunas ratas espías en el Capitolio para hacer el trabajo sucio. Ya sabes, alguien que quiera meterse en negocios sucios como vender información. No puede ser que toda la gente rica sea idiota — intento barajar algunos nombres, pero los pocos que conozco de esos pagos no serían de mucha utilidad — Siempre puedes ofrecerme como medio de pago. Ya me vendo por fideos, no me molestaría venderme para la causa — así sin más, me encojo de hombros.
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Estoy convencida de que el trabajo que hacemos es lo correcto para ayudar a las personas. La información es valiosa y bien manejada puede mover masas, pero eso es lo que debemos evitar pues lo último que queremos es un Neopanem alienado por los medios del Capitolio; ahí entramos nosotros. Pero no hace falta montar un gran programa para ayudar y eso queda demostrado con la sonrisa de Arya cuando la invito a comer. Es un simple acto que a nosotros no nos cuesta nada pero al parecer a ella le ha quitado un peso de encima - Cuando quieras, Jackson - respondo para quitarle importancia al asunto. De no ser estúpidamente peligroso, podríamos hacer ollas comunitarias para alimentar a todo el distrito.
- Solo espero que no quedemos en el fuego cruzado, hace años que no veo a los del 14 y ya ni siquiera sé si tengo amigos allí - confieso un poco ofendida. De acuerdo, yo me largué de allí para estar en medio de la acción y poder colaborar de esta forma pero a veces tengo la sensación de que, llegado el momento, ya nadie de allí me recordará ¿Qué tanto les costaría convertirme en un chivo expiatorio? - Lo peor no es no saber en quién confiar - agrego intentando no ponerle sentimiento a mi voz, creo que lo logro.
Rechazo el cigarrillo con una seña de manos y a su vez niego con la cabeza ante su pregunta. Es un asunto delicado, contar con gente del Capitolio, pues están acostumbrados a su estilo de vida y es difícil sacarlos de allí... No conozco a una sola persona legal bajo el régimen Niniadis que no cedería ante un buen interrogatorio y lamentablemente esa clase de personas no me sirven. Por eso hay que quitarles la información sin que se den cuenta, fingiendo ser alguien más.
- Jamás te pediría eso, Arya - respondo observándola de reojo - Y si algún día necesitas fideos me los vienes a pedir a mí, puedo robarlos sin problema - benditos sean mis genes y habilidades ya que sin ellos no sé cómo habría sobrevivido tanto tiempo aquí - Aunque nunca me cansaré de ofrecerte un puesto en mi equipo, eres bienvenida ¿Lo sabes, cierto? - pregunto con las cejas en alto.
- Solo espero que no quedemos en el fuego cruzado, hace años que no veo a los del 14 y ya ni siquiera sé si tengo amigos allí - confieso un poco ofendida. De acuerdo, yo me largué de allí para estar en medio de la acción y poder colaborar de esta forma pero a veces tengo la sensación de que, llegado el momento, ya nadie de allí me recordará ¿Qué tanto les costaría convertirme en un chivo expiatorio? - Lo peor no es no saber en quién confiar - agrego intentando no ponerle sentimiento a mi voz, creo que lo logro.
Rechazo el cigarrillo con una seña de manos y a su vez niego con la cabeza ante su pregunta. Es un asunto delicado, contar con gente del Capitolio, pues están acostumbrados a su estilo de vida y es difícil sacarlos de allí... No conozco a una sola persona legal bajo el régimen Niniadis que no cedería ante un buen interrogatorio y lamentablemente esa clase de personas no me sirven. Por eso hay que quitarles la información sin que se den cuenta, fingiendo ser alguien más.
- Jamás te pediría eso, Arya - respondo observándola de reojo - Y si algún día necesitas fideos me los vienes a pedir a mí, puedo robarlos sin problema - benditos sean mis genes y habilidades ya que sin ellos no sé cómo habría sobrevivido tanto tiempo aquí - Aunque nunca me cansaré de ofrecerte un puesto en mi equipo, eres bienvenida ¿Lo sabes, cierto? - pregunto con las cejas en alto.
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Entiendo por qué lo dice, pero me es imposible no mirarla con el ceño vagamente fruncido — Siempre se puede confiar en los del catorce — aseguro con un dejo de confianza ciega — Quizá no nos contactan, pero tampoco tienen los medios. Las dos sabemos lo que es vivir como ellos — en medio de un pueblito reconstruido, rodeado de bosques y montañas donde tienes que producir tu propio alimento, entrenar todos los días en caso de un ataque, sobrevivir con lo que puedas robar. Muchos han llamado al catorce como un lugar lleno de oportunidades, pero la verdad es que son solo un puñado de personas que lograron escapar y se las arreglan para poder pasar el siguiente invierno.
Como ella rechaza mi cigarro, le doy una calada un poco más intensa y la ceniza parece consumirse a mayor velocidad. Le sonrío con una mezcla de cinismo y gracia, demostrando en cierta medida lo poco que me importa el venderme por un poco de comida o algún dato jugoso. Quiero decir, lo he hecho toda mi vida, desde el mismísimo instante en el cual mi familia decidió que yo no lo valía. He vivido sola y mi cuerpo ha sido mi salvación, al menos hasta que un Benedict Franco adolescente llegó a mi habitación y me convenció de marcharme al catorce. Y cuando sentí que tuve suficiente, cuando supe que debía ayudar desde el interior de NeoPanem, decidí hacer uso de una profesión que ya conocía a la perfección. No es una vida soñada, pero me permite oír cosas, ver rostros, enterarme de lo que sienten, piensan o dicen. Si yo contase la clase de personas que han pasado por mi colchón, Red NeoPanem explotaría. Sé que algunos nombres me conviene guardarlos para mí.
— ¿Quieres que te cuente sobre los morbos de los que se acercan a una prostituta del cinco? — comento con gracia, moviendo las cejas como si estuviese diciendo la oferta más tentadora. Con un resoplido que deja salir los últimos rastros de humo, lanzo el cigarro al suelo y le doy un pisotón — Puedo conseguirte lo que necesites de mí, Kenny. Sabes que me escondo mejor que una rata — una que intenta ser higiénica, por lo menos — Si consideramos el nivel de paranoia que hay en el país desde hace meses, te sorprenderías lo que los hombres sueltan después de acabar. Hace poco recibí a un auror que estaba considerando el renunciar después de lo que pasó el otro día — no sé si lo vio, pero asumo que sí. Aparentemente, la prensa se volvió loca después de que se encontrasen varios aurores asesinados y el Ministerio se tornó un caos — Sé que jamás van a admitirlo, pero creo que el gobierno está demasiado vulnerable ahora mismo. Hay cosas que simplemente no pueden contener.
Como ella rechaza mi cigarro, le doy una calada un poco más intensa y la ceniza parece consumirse a mayor velocidad. Le sonrío con una mezcla de cinismo y gracia, demostrando en cierta medida lo poco que me importa el venderme por un poco de comida o algún dato jugoso. Quiero decir, lo he hecho toda mi vida, desde el mismísimo instante en el cual mi familia decidió que yo no lo valía. He vivido sola y mi cuerpo ha sido mi salvación, al menos hasta que un Benedict Franco adolescente llegó a mi habitación y me convenció de marcharme al catorce. Y cuando sentí que tuve suficiente, cuando supe que debía ayudar desde el interior de NeoPanem, decidí hacer uso de una profesión que ya conocía a la perfección. No es una vida soñada, pero me permite oír cosas, ver rostros, enterarme de lo que sienten, piensan o dicen. Si yo contase la clase de personas que han pasado por mi colchón, Red NeoPanem explotaría. Sé que algunos nombres me conviene guardarlos para mí.
— ¿Quieres que te cuente sobre los morbos de los que se acercan a una prostituta del cinco? — comento con gracia, moviendo las cejas como si estuviese diciendo la oferta más tentadora. Con un resoplido que deja salir los últimos rastros de humo, lanzo el cigarro al suelo y le doy un pisotón — Puedo conseguirte lo que necesites de mí, Kenny. Sabes que me escondo mejor que una rata — una que intenta ser higiénica, por lo menos — Si consideramos el nivel de paranoia que hay en el país desde hace meses, te sorprenderías lo que los hombres sueltan después de acabar. Hace poco recibí a un auror que estaba considerando el renunciar después de lo que pasó el otro día — no sé si lo vio, pero asumo que sí. Aparentemente, la prensa se volvió loca después de que se encontrasen varios aurores asesinados y el Ministerio se tornó un caos — Sé que jamás van a admitirlo, pero creo que el gobierno está demasiado vulnerable ahora mismo. Hay cosas que simplemente no pueden contener.
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Admiro la seguridad con la que habla sobre las personas en el 14. La verdad es que yo no puedo confiar tan ciegamente. Las cosas marchaban bien cuando estaba allí, me preocupaba por ellos e incluso amaba con todo mi corazón a alguien pero ha pasado mucho tiempo y ya no puedo estar segura de eso... Ni siquiera sé si aquellos por los que me preocupaba más siguen vivos y, ante esa duda, prefiero simplemente no confiar. Creo que es lo mejor para mi salud mental y para luchar con las ganas de salir corriendo hacia las afueras.
- Sabemos lo que es vivir allí, pero no sabemos lo que es vivir por tanto tiempo - coincido y discrepo a la vez. Aunque tiene una organización lo que el pilar para evitar el caos... En la guarida, en casa, las peleas suelen ser por quehaceres o raciones, la diferencia es que nadie depende de nosotros, solo un par de locos con ganas de hacer radio y sobreviviendo a la convivencia.
Le dedico una sonrisa algo triste pues no me cabe duda de la calidad de su información pero no estoy de acuerdo con la forma en la que la consigue. No debería recurrir a eso, hay otras formas y me niego a creer que esas son sus expectativas en la vida. Pero decido no decir nada - No traje mi libreta, pero tengo memoria - le concedo un poco más relajada. Si la vida te da limones ¿Por qué no hacer una limonada envenenada para los jefes del Capitolio?
- Cobarde - digo rodando los ojos - Esa es la diferencia entre nosotros y ellos, jamás me apartaría de la lucha por una amenaza como esa - de ser así Red Neopanem no existiría pues ya van siendo varias las veces en las que nos encontramos en el borde del precipicio - Supongo que podríamos contactar con esas piezas que hacen que se esté cayendo el edificio, los eslabones débiles - agrego pensativa. El problema es que alguien más podría contactar con ellos, reclutarlos para otra clase de tareas y me temo que si reciben dos propuestas podrían espantarse.
- Podríamos conseguir algo de eso, pero hay que pensarlo bien. Puede que sean cobardes pero no todos son estúpidos y podrían comenzar a conectar los cables - es la parte más difícil, mantener a los informantes en el anonimato, incluso entre ellos - ¿Recomiendas una investigación profunda o simples emisiones? Tú eres la que lidia con ellos desde hace tiempo...
- Sabemos lo que es vivir allí, pero no sabemos lo que es vivir por tanto tiempo - coincido y discrepo a la vez. Aunque tiene una organización lo que el pilar para evitar el caos... En la guarida, en casa, las peleas suelen ser por quehaceres o raciones, la diferencia es que nadie depende de nosotros, solo un par de locos con ganas de hacer radio y sobreviviendo a la convivencia.
Le dedico una sonrisa algo triste pues no me cabe duda de la calidad de su información pero no estoy de acuerdo con la forma en la que la consigue. No debería recurrir a eso, hay otras formas y me niego a creer que esas son sus expectativas en la vida. Pero decido no decir nada - No traje mi libreta, pero tengo memoria - le concedo un poco más relajada. Si la vida te da limones ¿Por qué no hacer una limonada envenenada para los jefes del Capitolio?
- Cobarde - digo rodando los ojos - Esa es la diferencia entre nosotros y ellos, jamás me apartaría de la lucha por una amenaza como esa - de ser así Red Neopanem no existiría pues ya van siendo varias las veces en las que nos encontramos en el borde del precipicio - Supongo que podríamos contactar con esas piezas que hacen que se esté cayendo el edificio, los eslabones débiles - agrego pensativa. El problema es que alguien más podría contactar con ellos, reclutarlos para otra clase de tareas y me temo que si reciben dos propuestas podrían espantarse.
- Podríamos conseguir algo de eso, pero hay que pensarlo bien. Puede que sean cobardes pero no todos son estúpidos y podrían comenzar a conectar los cables - es la parte más difícil, mantener a los informantes en el anonimato, incluso entre ellos - ¿Recomiendas una investigación profunda o simples emisiones? Tú eres la que lidia con ellos desde hace tiempo...
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Cobardes, sí, el ministerio está lleno de ellos. Niniadis y su séquito no son más que un montón de personas que se esconden detrás de costosos escritorios, esperando que los aurores más jóvenes hagan el trabajo sucio por ellos. He sabido de muchos de ellos con el correr de los años, ya saben, hombres y mujeres que acaban de salir de la escuela y se vuelcan a una carrera dentro de la justicia y la seguridad con tal de cumplir con las expectativas de sus familiares. Pude ver la lista de aurores muertos en la televisión hace solo dos días y muchos de ellos apenas llegaban a la mayoría de edad. ¿Por qué es que siempre son los jóvenes los que pagan los platos sucios de las guerras de los adultos?
Solo la escucho atentamente y me limito a asentir o mover la cabeza de un lado al otro mientras ella habla, despegándome de la pared y caminando en círculos frente a ella en un intento de conseguir una pizca de concentración — Podemos empezar con emisiones pequeñas, irnos adentrando de a poco. Tienes un medio, eso siempre es fundamental — me tomo el cabello entre los dedos y lo echo hacia atrás como si quisiera armar un rodete, pero pronto lo dejo caer al no tener un modo de sujetarlo — ¿Alguna vez has considerado en conversar con los aurores que se pasan por las tabernas de mala muerte del norte? Ya sabes, los que necesitan descansar de sus guardias y están tan frustrados que te dirían lo que quieras escuchar con tal de tener un poco de distracción — además de que siempre agradecen que alguien los escuche, incluso cuando no les estás prestando atención.
Se me prende una idea, pero es un poco arriesgada. Me detengo a medio camino y me giro hacia ella con una expresión que oscila entre una sonrisa y la seriedad de un ceño fruncido — Siempre podemos conseguir espías dentro. Amigos de otros distritos. Tal vez pueda persuadir a uno o dos para que nos hablen sobre ellos. Ningún gobierno está tranquilo si de golpe han sido tan ultrajados — el ataque de diciembre fue una muestra de que la resistencia sigue con vida. Una gala frustrada por un montón de rebeldes que generaron el caos. Y ahora aurores muertos. Saben que les están metiendo los dedos en el culo, solo que no van a aceptarlo — Pero hay que tener cuidado. Siempre hay zorros que pueden darte lo que quieres y que terminan dándote vuelta la tortilla. Si no se es cuidadosa, siempre podemos terminar en el juzgado. Tú, sobre todo. Nada de lo que haces sería de mucho agrado para ellos.
Solo la escucho atentamente y me limito a asentir o mover la cabeza de un lado al otro mientras ella habla, despegándome de la pared y caminando en círculos frente a ella en un intento de conseguir una pizca de concentración — Podemos empezar con emisiones pequeñas, irnos adentrando de a poco. Tienes un medio, eso siempre es fundamental — me tomo el cabello entre los dedos y lo echo hacia atrás como si quisiera armar un rodete, pero pronto lo dejo caer al no tener un modo de sujetarlo — ¿Alguna vez has considerado en conversar con los aurores que se pasan por las tabernas de mala muerte del norte? Ya sabes, los que necesitan descansar de sus guardias y están tan frustrados que te dirían lo que quieras escuchar con tal de tener un poco de distracción — además de que siempre agradecen que alguien los escuche, incluso cuando no les estás prestando atención.
Se me prende una idea, pero es un poco arriesgada. Me detengo a medio camino y me giro hacia ella con una expresión que oscila entre una sonrisa y la seriedad de un ceño fruncido — Siempre podemos conseguir espías dentro. Amigos de otros distritos. Tal vez pueda persuadir a uno o dos para que nos hablen sobre ellos. Ningún gobierno está tranquilo si de golpe han sido tan ultrajados — el ataque de diciembre fue una muestra de que la resistencia sigue con vida. Una gala frustrada por un montón de rebeldes que generaron el caos. Y ahora aurores muertos. Saben que les están metiendo los dedos en el culo, solo que no van a aceptarlo — Pero hay que tener cuidado. Siempre hay zorros que pueden darte lo que quieres y que terminan dándote vuelta la tortilla. Si no se es cuidadosa, siempre podemos terminar en el juzgado. Tú, sobre todo. Nada de lo que haces sería de mucho agrado para ellos.
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En su momento usé mi encanto de semi-veela para quitar información de los viajeros en las tabernas. Recuerdo que me sentaba en la barra, peinaba mi cabello hacia atrás de las orejas y dejaba que las propias fantasías de los hombres con respecto a las mujeres asiáticas hicieran el resto del trabajo. Hoy las chicas tienen sus propios métodos y consiguen buenos resultados, no ahora, pero sí generalmente - Tengo más de 40, Arya, ya no puedo hacer esas cosas - respondo con media sonrisa. El trabajo de campo ha disminuido mucho para mí, suelo dejar las reuniones más peligrosas pues... sé defenderme sin varita.
Con los años he hecho muchos amigos en los distritos. El problema es que no todos son una fuente de información los 365 días del año. Algunos eran muy activos al principio, pero formaron familias y decidieron alejarse del radar. Otros se apuntaron sin ser conscientes de que es un trabajo difícil y terminé dejándolos ir por no estar a la altura de las circunstancias - A decir verdad necesito algunos nuevos amigos - Arya podría ser el nexo para contactar con ellos - ¿Crees que tengan información sobre los caídos? Alguien debe saber algo - en mi experiencia, si hay al menos un testigo, la información llega tarde o temprano.
- La serpiente puede contra el zorro, no te preocupes - intento tranquilizarla al respecto. Hay más de un maniático de la seguridad en el equipo, por eso las misiones no son improvisadas aunque se trate de algo como una simple entrevista. Creo que será mejor comunicar al resto de los chicos para que estén al tanto y así tener todo preparado para lanzar la emisión una vez recolectados los datos - Pero no creo que yo deba ir a hablar con ellos, ya no es mi trabajo - agrego lamentándolo un poco - Las chicas me odiarían si les robara el trabajo, es lo suyo ahora.
Pero supongo que podría intentar hablar con los aurores en esos bares, usar un poco de mi encanto y salir corriendo lo más rápido posible. Creo que soy capaz de hacerlo pero ya no me sentiría cómoda - ¿Podrías venir conmigo si decido ir a investigar a algún bar? Estoy un poco oxidada.
Con los años he hecho muchos amigos en los distritos. El problema es que no todos son una fuente de información los 365 días del año. Algunos eran muy activos al principio, pero formaron familias y decidieron alejarse del radar. Otros se apuntaron sin ser conscientes de que es un trabajo difícil y terminé dejándolos ir por no estar a la altura de las circunstancias - A decir verdad necesito algunos nuevos amigos - Arya podría ser el nexo para contactar con ellos - ¿Crees que tengan información sobre los caídos? Alguien debe saber algo - en mi experiencia, si hay al menos un testigo, la información llega tarde o temprano.
- La serpiente puede contra el zorro, no te preocupes - intento tranquilizarla al respecto. Hay más de un maniático de la seguridad en el equipo, por eso las misiones no son improvisadas aunque se trate de algo como una simple entrevista. Creo que será mejor comunicar al resto de los chicos para que estén al tanto y así tener todo preparado para lanzar la emisión una vez recolectados los datos - Pero no creo que yo deba ir a hablar con ellos, ya no es mi trabajo - agrego lamentándolo un poco - Las chicas me odiarían si les robara el trabajo, es lo suyo ahora.
Pero supongo que podría intentar hablar con los aurores en esos bares, usar un poco de mi encanto y salir corriendo lo más rápido posible. Creo que soy capaz de hacerlo pero ya no me sentiría cómoda - ¿Podrías venir conmigo si decido ir a investigar a algún bar? Estoy un poco oxidada.
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Ruedo los ojos y los pongo en blanco cuando se trata a sí misma de vieja, porque nadie en el mundo podría decir que Kenny no es una mujer atractiva a pesar de encontrarse en la mediana edad, como si aquello fuese excusa. No me voy a poner a discutirle sobre lo bien que es para cualquier persona el moverse en los bares, así que continúo con la conversación — No tengo idea de cómo el gobierno manejará todo lo que ha pasado, pero siempre intentan cubrirlo todo. Podemos tratar de averiguarlo — puede parecer difícil, pero siempre se encuentra el modo.
La serpiente se come al zorro, sí, y hay varios zorros que me gustaría ver devorados. Creo que lo delato por la sonrisa que le lanzo, segura de que no se equivoca — Nunca viene mal el volver al trabajo de campo — digo en broma, pero sé que no va a hacerlo. Kenny es una mujer inteligente. Ella dirige, comanda, planifica. Los demás solo le llevan el material y ella hace milagros con eso. Muy pocas personas se atreven a abrir la boca estos días, mucho más de la manera en la que ella lo hace, tan escondida y expuesta a la vez. Si le pusieran los dedos encima, no tengo idea de lo que pasaría con ella.
— Soy la mejor compañía que podrías pedir cuando se trata de coquetear con tipos en un bar — me tiro flores porque me las merezco y doy un suave saltito en mi lugar, conteniendo mi repentino entusiasmo. Por este tipo de cosas he dejado el catorce: para estar en medio de la acción, el sentir que estoy haciendo hago útil. Puede que Jamie Niniadis crea que ellos son la verdadera amenaza porque han logrado vivir fuera de su gobierno, pero el problema se encuentra dentro de su territorio — Conseguiremos a alguien que abra la boca, te lo prometo. Si no, siempre podemos sobornarlos con romperles los testículos si no hablan — nada que no hayamos aprendido en el catorce. Me encojo de hombros como si mis palabras así fuesen a ser inocentes — Prometo comunicarme contigo si consigo algo. ¿Sigues oculta en donde siempre? Porque yo jamás me he movido del edificio en ruinas de la calle seis. No puedo arriesgarme a perder mis clientes.
La serpiente se come al zorro, sí, y hay varios zorros que me gustaría ver devorados. Creo que lo delato por la sonrisa que le lanzo, segura de que no se equivoca — Nunca viene mal el volver al trabajo de campo — digo en broma, pero sé que no va a hacerlo. Kenny es una mujer inteligente. Ella dirige, comanda, planifica. Los demás solo le llevan el material y ella hace milagros con eso. Muy pocas personas se atreven a abrir la boca estos días, mucho más de la manera en la que ella lo hace, tan escondida y expuesta a la vez. Si le pusieran los dedos encima, no tengo idea de lo que pasaría con ella.
— Soy la mejor compañía que podrías pedir cuando se trata de coquetear con tipos en un bar — me tiro flores porque me las merezco y doy un suave saltito en mi lugar, conteniendo mi repentino entusiasmo. Por este tipo de cosas he dejado el catorce: para estar en medio de la acción, el sentir que estoy haciendo hago útil. Puede que Jamie Niniadis crea que ellos son la verdadera amenaza porque han logrado vivir fuera de su gobierno, pero el problema se encuentra dentro de su territorio — Conseguiremos a alguien que abra la boca, te lo prometo. Si no, siempre podemos sobornarlos con romperles los testículos si no hablan — nada que no hayamos aprendido en el catorce. Me encojo de hombros como si mis palabras así fuesen a ser inocentes — Prometo comunicarme contigo si consigo algo. ¿Sigues oculta en donde siempre? Porque yo jamás me he movido del edificio en ruinas de la calle seis. No puedo arriesgarme a perder mis clientes.
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A eso nos dedicamos, es prácticamente el lema de la Red Neopanem y lo que prometimos el día que la fundamos hace ya 10 años atrás. Descubrir lo que el gobierno quiere ocultar no es sencillo pero sí estimulante y te llena de orgullo cuando finalmente logras algo. Puede que nos encontremos frente a un caso difícil pero una vez que encontremos un sitio por dónde comenzar las cosas irán llegando solas, así suele ocurrir y con todo el equipo trabajando en ello no me cabe duda de que tarde o temprano lograremos formar una historia digna de una emisión especial que interrumpa todos los diales.
- Oye, pero sí voy al campo de batalla - respondo con media sonrisa y levantando la barbilla. Me he perdido una buena, pero no puedo estar en todos lados al mismo sitio, además las noticias no llegan tan rápido como para estar inmediatamente ¿Y sin varita? Más complicado aún.
Largo una pequeña carcajada pues me consta que es buena con eso. Ojalá yo tuviera esas ganas para salir a coquetear estos días, como lo hacía antes estando en el Capitolio, pero mis prioridades cambiaron. Sino no estaría en una fábrica abandonada leyendo un libro prácticamente todos los días - No puedo arriesgarme a que hablen sobre una mujer rompe testículos en el distrito 5 pero buscaremos la forma - sigo la idea con una sonrisa. Mi secreto se encuentra en la discreción.
Asiento cuando pregunta sobre la guarida pues hace ya casi dos meses que no nos movemos de aquella casa. Es lo suficientemente grande como para que cada uno tenga su espacio y no es para nada llamativa así que la convierte en un buen escondite. Eso sin contar que tiene un sótano oculto y varias rutas de salida por si llegan los soldaditos del ministerio - El día que nos movamos te lo haré saber - aseguro pues quizás sea buena idea cambiar de distrito una vez que tengamos esta historia, antes de hacer la transmisión oficial - Pero no te olvides que debes venir a cenar.
- Oye, pero sí voy al campo de batalla - respondo con media sonrisa y levantando la barbilla. Me he perdido una buena, pero no puedo estar en todos lados al mismo sitio, además las noticias no llegan tan rápido como para estar inmediatamente ¿Y sin varita? Más complicado aún.
Largo una pequeña carcajada pues me consta que es buena con eso. Ojalá yo tuviera esas ganas para salir a coquetear estos días, como lo hacía antes estando en el Capitolio, pero mis prioridades cambiaron. Sino no estaría en una fábrica abandonada leyendo un libro prácticamente todos los días - No puedo arriesgarme a que hablen sobre una mujer rompe testículos en el distrito 5 pero buscaremos la forma - sigo la idea con una sonrisa. Mi secreto se encuentra en la discreción.
Asiento cuando pregunta sobre la guarida pues hace ya casi dos meses que no nos movemos de aquella casa. Es lo suficientemente grande como para que cada uno tenga su espacio y no es para nada llamativa así que la convierte en un buen escondite. Eso sin contar que tiene un sótano oculto y varias rutas de salida por si llegan los soldaditos del ministerio - El día que nos movamos te lo haré saber - aseguro pues quizás sea buena idea cambiar de distrito una vez que tengamos esta historia, antes de hacer la transmisión oficial - Pero no te olvides que debes venir a cenar.
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