OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
Cierre de Temas
The Mighty Fall
Registro General
Erik Haywood
It's a matter of blood [0.4]
Laurence B. Dickens
The Langdons [0.2]
Phoenix D. Langdon
Band of Blood [2.4]
Phoenix D. Langdon
Family with no name — 0-4
Birdie É. Barlowe
Little bróðir — 0.1
Syver A. Nygaard
Williams, Ezra Avery
The Mighty Fall
Gallagher, Cillian Brennan
The Mighty Fall
ÚLTIMOS
TEMAS
TEMAS
Muggles & Squibs
5000 G
5000 G
Extranjeros
4000 G
4000 G
Miembros de Defensa
5000 G
5000 G
Estudiantes
4000 G
4000 G
Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
¿Qué ficha moverás?
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
01.09¿Quieren crearse un nuevo personaje? Aquí pueden encontrar las búsquedas de nuestros usuarios.
31.03No olviden revisar sus MP y pasar por el boletín oficial para ponerse al día con los sucesos de Neopanem.
31.03¡Hay nuevas habilidades disponibles! Podrán leer más sobre ellas aquí.
31.03Estudiantes, ¡los estamos buscando! Pasen a revisar nuestra nueva búsqueda Aquí.
2 participantes
Con todo el tema de la excursión y el reorganizarnos, gracias a la santa vaca Bessie ya tenía mi propio cuarto de nuevo, amaba compartir con Lilah pero no podía soportar otro minuto con La Bestia; se me había pasado el cumple de mi papá número 1, no que fuera el mejor, sino la primera mejor opción de posible padre.
Me pasé los dos últimos días cosiendo y remendando para el regalo de Ben. Tenía el cuello contracturado, estaba atrasada en algunas tareas, tenía algunas mordidas en el brazo de Noel quien lo hizo cada vez que me dormía, pero lo había logrado. Estaba bastante orgullosa de mi trabajo.
Entré saltando y caminando, llegué a la lejana cabaña con mi bella capa roja para protegerme del frío, con Noel acurrucado contra mi nuca y la capucha y sacudiendo la pequeña bolsa de tela.
- ¡Abuelita! - dije sonriendo al entrar, sin siquiera tocar, para encontrar a Ben sentado en su mesa, con su ropa de casa aka sucia y arrugada, y por llevarse algo a la boca, supongo que su desayuno - ¡Oh no! ¡Es el lobo feo y malo! - fingí horror llevándome las manos a la cara.
Seguí avanzando y sentandome en la silla contraria, le deje la bolsa en la mesa.
- ¡Feliz cumpleaños señor gruños junior!
Me pasé los dos últimos días cosiendo y remendando para el regalo de Ben. Tenía el cuello contracturado, estaba atrasada en algunas tareas, tenía algunas mordidas en el brazo de Noel quien lo hizo cada vez que me dormía, pero lo había logrado. Estaba bastante orgullosa de mi trabajo.
Entré saltando y caminando, llegué a la lejana cabaña con mi bella capa roja para protegerme del frío, con Noel acurrucado contra mi nuca y la capucha y sacudiendo la pequeña bolsa de tela.
- ¡Abuelita! - dije sonriendo al entrar, sin siquiera tocar, para encontrar a Ben sentado en su mesa, con su ropa de casa aka sucia y arrugada, y por llevarse algo a la boca, supongo que su desayuno - ¡Oh no! ¡Es el lobo feo y malo! - fingí horror llevándome las manos a la cara.
Seguí avanzando y sentandome en la silla contraria, le deje la bolsa en la mesa.
- ¡Feliz cumpleaños señor gruños junior!
Estar de nuevo a solas es todo un milagro, en especial porque hace mucho tiempo que no me doy el lujo de hacer en mi casa lo que se me antoje sin andar pensando que estoy viviendo con cuatro personas más. No es que me incomodase tenerlos, pero la verdad es que un poco de intimidad no le viene mal a nadie, además de que estoy agradecido de poder tener nuevamente mi cama a pesar de que lo peor del invierno ya ha pasado. Sé que de todos modos terminaré compartiendo cama en los próximos días porque dudo mucho pasar demasiado tiempo solo, pero por el momento Alice no ha vuelto y cuando la puerta se abre a esa hora de la mañana, internamente agradezco que ella se haya quedado en su casa la noche anterior.
Todavía no me he afeitado y mi cabello es un remolino disparado en todas direcciones, sin contar que todavía mantengo la cara de zombie recién levantado y mi desayuno parece demasiado lejano a pesar de que lo tengo en la mano. Estaba por llevarme el trozo de pan a la boca cuando Beverly aparece por la puerta exclamando una tontería que en principio no entiendo, hasta que ruedo un poco los ojos al hacer conexiones y me anoto mentalmente empezar a ponerle una cerradura anti Redfords a esa puerta. Demasiado lento.
Arranco un trozo de pan con los dientes mientras clavo la mirada en la rubia enana que viene hacia mi mesa, masticando con lentitud — Sabías que el lobo quería comerse a Caperucita… ¿No? — le suelto en un gruñido que denota mi grado de sueño, dejando en claro que mis sentidos no están tan despiertos como para motivar a que el buen humor aparezca. Lo que no me espero es que deje un regalo sobre la mesa, por lo que arqueo una ceja y mastico el pan con mas lentitud hasta que dejo lo que queda sobre la mesa y sacudo mis manos frotándolas entre sí para hacer caer las migajas — ¿Conseguiste un regalo para mí? ¿De verdad? — aunque por un momento me siento ligeramente conmovido porque alguien en este distrito sin recursos se ha tomado la molestia de hacerme un presente por las tres décadas cumplidas, termino echando la cabeza hacia atrás con un gesto de sospecha — No es una de tus novelas pornográficas… ¿No?
Tomo la bolsa y al tocarla me doy cuenta de inmediato que no es un libro, así que la abro para echar un vistazo al interior, viendo un menjunje de colores celeste, blanco y rojo — ¿Qué…? — cuando meto la mano y saco lo que hay en su interior, tengo que hacer un enorme esfuerzo para no soltar una carcajada al ver que estoy tirando de una capa roja. Tengo que dejar la bolsa para ser libre de tratar de darle forma a lo que tengo, dando vuelta la tela hasta que veo las iniciales “SD” — Bev… — murmuro sin querer sonar grosero, mirándola de soslayo — Muchas gracias pero… ¿Qué se supone que es esto?
Todavía no me he afeitado y mi cabello es un remolino disparado en todas direcciones, sin contar que todavía mantengo la cara de zombie recién levantado y mi desayuno parece demasiado lejano a pesar de que lo tengo en la mano. Estaba por llevarme el trozo de pan a la boca cuando Beverly aparece por la puerta exclamando una tontería que en principio no entiendo, hasta que ruedo un poco los ojos al hacer conexiones y me anoto mentalmente empezar a ponerle una cerradura anti Redfords a esa puerta. Demasiado lento.
Arranco un trozo de pan con los dientes mientras clavo la mirada en la rubia enana que viene hacia mi mesa, masticando con lentitud — Sabías que el lobo quería comerse a Caperucita… ¿No? — le suelto en un gruñido que denota mi grado de sueño, dejando en claro que mis sentidos no están tan despiertos como para motivar a que el buen humor aparezca. Lo que no me espero es que deje un regalo sobre la mesa, por lo que arqueo una ceja y mastico el pan con mas lentitud hasta que dejo lo que queda sobre la mesa y sacudo mis manos frotándolas entre sí para hacer caer las migajas — ¿Conseguiste un regalo para mí? ¿De verdad? — aunque por un momento me siento ligeramente conmovido porque alguien en este distrito sin recursos se ha tomado la molestia de hacerme un presente por las tres décadas cumplidas, termino echando la cabeza hacia atrás con un gesto de sospecha — No es una de tus novelas pornográficas… ¿No?
Tomo la bolsa y al tocarla me doy cuenta de inmediato que no es un libro, así que la abro para echar un vistazo al interior, viendo un menjunje de colores celeste, blanco y rojo — ¿Qué…? — cuando meto la mano y saco lo que hay en su interior, tengo que hacer un enorme esfuerzo para no soltar una carcajada al ver que estoy tirando de una capa roja. Tengo que dejar la bolsa para ser libre de tratar de darle forma a lo que tengo, dando vuelta la tela hasta que veo las iniciales “SD” — Bev… — murmuro sin querer sonar grosero, mirándola de soslayo — Muchas gracias pero… ¿Qué se supone que es esto?
Parecía que alguien no había tenido sexo anoche, o en unas cuantas noches, aunque igual nunca notaba la diferencia, por lo que esa explicación de mamá sobre que uno se sentía más feliz y relajado después de tener sexo no se aplicaba a Ben.
- Si me comes, la cazadora Eowyn va a abrir esa enorme barriga tuya - le digo para después sacarle la lengua.
Cuando dejo el pan sobre la mesa no pierdo el tiempo en robarselo y empezar a mordisquearlo, ¿qué? el deber de un padre es alimentar a sus hijos con lo que tiene. Puedo sentir su emoción al ver el regalo, lo que me devuelve la emoción de esta madrugada cuando lo terminé, pero como tenía la boca llena solo asiento ante sus preguntas y luego le pongo los ojos en blanco, nunca desperdiciaría una novela en él, ¡Ya me ha robado muchas! Hablando de eso, ¿dondé las tendrá?
Empiezo a mirar alrededor pensando en todos sus posibles escondites, los cuales parecen ser demasiados con tanto desorden encima, realmente me lamento por Ava y Alice, muphy pasó mucho tiempo en la casa con nosotras así que no la sufrió tanto.
Vuelvo a concentrarme en papá cuando desenvuelve el regalo y, a pesar de su agradecimiento, no puede dejar de actitud.
- Es una remera - le digo como si le estuviera explicando a un niño mientras dejo otra vez el pan en la mesa - Se usa para cubrirse de la intemperie - realmente este hombre es tan poco imaginativo - La S y D simbolizan "super papa" - ahora me siento un poco avergonzada si le tengo que explicar e incluso siento la cara un poco caliente - Por eso también lleva capa. Es por lo que hiciste por mí en el claro, y bueno, gran parte de las cosas que haces por mí de por si - lo digo todo rápido y busco cambiar el tema porque esto no me gusta, me sentía incómoda - Tuve que coser dos remeras juntas porque no encontraba nada de tu medida, y las unicas que conseguí de chico fueron de Ken, igual tiene tantas iguales que no va a notar su ausencia - ese chico era muy monotemático, lo cual iba bien con mi explosión de colores, aah, otra razón de porque pegamos tan bien juntos - Pense que el celeste y blanco te quedarían bien y el rojo lo saqué de una de mis viejas remeras para que también tuviera algo mío.
- Si me comes, la cazadora Eowyn va a abrir esa enorme barriga tuya - le digo para después sacarle la lengua.
Cuando dejo el pan sobre la mesa no pierdo el tiempo en robarselo y empezar a mordisquearlo, ¿qué? el deber de un padre es alimentar a sus hijos con lo que tiene. Puedo sentir su emoción al ver el regalo, lo que me devuelve la emoción de esta madrugada cuando lo terminé, pero como tenía la boca llena solo asiento ante sus preguntas y luego le pongo los ojos en blanco, nunca desperdiciaría una novela en él, ¡Ya me ha robado muchas! Hablando de eso, ¿dondé las tendrá?
Empiezo a mirar alrededor pensando en todos sus posibles escondites, los cuales parecen ser demasiados con tanto desorden encima, realmente me lamento por Ava y Alice, muphy pasó mucho tiempo en la casa con nosotras así que no la sufrió tanto.
Vuelvo a concentrarme en papá cuando desenvuelve el regalo y, a pesar de su agradecimiento, no puede dejar de actitud.
- Es una remera - le digo como si le estuviera explicando a un niño mientras dejo otra vez el pan en la mesa - Se usa para cubrirse de la intemperie - realmente este hombre es tan poco imaginativo - La S y D simbolizan "super papa" - ahora me siento un poco avergonzada si le tengo que explicar e incluso siento la cara un poco caliente - Por eso también lleva capa. Es por lo que hiciste por mí en el claro, y bueno, gran parte de las cosas que haces por mí de por si - lo digo todo rápido y busco cambiar el tema porque esto no me gusta, me sentía incómoda - Tuve que coser dos remeras juntas porque no encontraba nada de tu medida, y las unicas que conseguí de chico fueron de Ken, igual tiene tantas iguales que no va a notar su ausencia - ese chico era muy monotemático, lo cual iba bien con mi explosión de colores, aah, otra razón de porque pegamos tan bien juntos - Pense que el celeste y blanco te quedarían bien y el rojo lo saqué de una de mis viejas remeras para que también tuviera algo mío.
Me palmeo la barriga cuando ella dice que su madre me la abriría de comérmela casi como si fuese un gesto amenazante, pero la verdad es que como no tengo ni un kilo de más queda más como un gesto algo estúpido. Esos ojitos en blanco me dan ganas de picarle la nariz para que deje de amargarse conmigo por sus novelas porque algún día me lo va a agradecer, pero todo lo que viene después me entretiene mucho más como para preocuparme por eso.
Mi boca se pone en forma de “oh” cuando me explica su regalo y lo acomodo de forma que puedo ver bien de qué se trata, tratando de no estallar en risitas que no contengo muy bien cuando me doy cuenta de todo lo que me está explicando. La ha cosido a mano, eso es obvio e incluso puedo ver los baches que ha tenido que rellenar para hacerla del talle adecuado. Posiblemente para un diseñador de modas sería un espanto, pero yo no sé exactamente cual es la emoción positiva que me llevo. La miro por encima de la prenda porque lo de “super papá” es algo que no me esperaba viniendo de ella y mucho menos ese sonrojo de incomodidad que me hace esconder la sonrisa maliciosa que lucha por salir.
Carraspeo al final porque creo que debería decir algo, aunque no sé bien qué — Gracias, Bevy. De verdad, lo agradezco — y en un gesto torpe y random, estiro la mano para darle un apretoncito a la suya por una fracción de segundo y me pongo de pie para estirar la prenda delante de mí. ¿Qué rayos es esto? Un par de personas que conozco se morirán de risa cuando la vean, es obvio, pero nadie puede negar que la capita tiene su encanto — ¿Quieres que…? — bueno, ser padre exige sacrificios, así que la dejo sobre la silla para poder quitarme la remera que llevo puesta y colocarme la nueva; es increíble, pero me entra, aunque la capa me da la sensación de llevar un babero a la inversa. Sin poder contener mi estupidez, apoyo mis manos en mi cintura y hago la clásica pose de superhéroe que he visto en cientos de cómics cuando era un niño — ¿Y bien? ¿Así o he roto tus expectativas?
¿Pero qué estupidez estoy haciendo? Me desarmo rápidamente por la risa que me da y como sé que va a incomodarla, me acerco para apretarle una mejilla cariñosamente — Sabes bien que no tenías que.
Mi boca se pone en forma de “oh” cuando me explica su regalo y lo acomodo de forma que puedo ver bien de qué se trata, tratando de no estallar en risitas que no contengo muy bien cuando me doy cuenta de todo lo que me está explicando. La ha cosido a mano, eso es obvio e incluso puedo ver los baches que ha tenido que rellenar para hacerla del talle adecuado. Posiblemente para un diseñador de modas sería un espanto, pero yo no sé exactamente cual es la emoción positiva que me llevo. La miro por encima de la prenda porque lo de “super papá” es algo que no me esperaba viniendo de ella y mucho menos ese sonrojo de incomodidad que me hace esconder la sonrisa maliciosa que lucha por salir.
Carraspeo al final porque creo que debería decir algo, aunque no sé bien qué — Gracias, Bevy. De verdad, lo agradezco — y en un gesto torpe y random, estiro la mano para darle un apretoncito a la suya por una fracción de segundo y me pongo de pie para estirar la prenda delante de mí. ¿Qué rayos es esto? Un par de personas que conozco se morirán de risa cuando la vean, es obvio, pero nadie puede negar que la capita tiene su encanto — ¿Quieres que…? — bueno, ser padre exige sacrificios, así que la dejo sobre la silla para poder quitarme la remera que llevo puesta y colocarme la nueva; es increíble, pero me entra, aunque la capa me da la sensación de llevar un babero a la inversa. Sin poder contener mi estupidez, apoyo mis manos en mi cintura y hago la clásica pose de superhéroe que he visto en cientos de cómics cuando era un niño — ¿Y bien? ¿Así o he roto tus expectativas?
¿Pero qué estupidez estoy haciendo? Me desarmo rápidamente por la risa que me da y como sé que va a incomodarla, me acerco para apretarle una mejilla cariñosamente — Sabes bien que no tenías que.
No es que no demostraramos nuestro afecto de manera física, pero normalmente Ben me retaba por algo que nunca entendía o estaba bañado en sudor, iuuug, la verdad hacía tiempo que no lo abrazaba a parte de lo del claro...Bueno también no es maduro correr a abrazar a tu papá como si tuviera 5 años de nuevo.
Por lo que su apretón me tomo un poco de sorpresa y aún cuando me soltó podía sentir su calor expandiéndose por mi mano. Me trajo recuerdos que no quería en mi mente, sobre cierto día en el que solo podía sentir su calor para pensar que todo estaba bien. Así que sacudí mi cabeza con un pequeño ceño en mi frente y refregué ambas manos, mientras devolvía todo aquello dentrás del cristal rosa con el que había pintado todo a mi gusto. Listo, el claro fue una excursión más de las tantas que me obliga a hacer.
Volví a la realidad cuando se probo la remera y terminó haciendo la pose a lo superman y no pude evitar reirme con él.
- Si no fuera por los colores, casi diría que eres Batman - la cara seria y de pocos amigos la tenía naturalmente.
Y entonces se toma privilegios que no le corresponden y me lastima la cara
- Suelta - le digo empujando su garra de oso - No rompas tu más grande hazaña
Por lo que su apretón me tomo un poco de sorpresa y aún cuando me soltó podía sentir su calor expandiéndose por mi mano. Me trajo recuerdos que no quería en mi mente, sobre cierto día en el que solo podía sentir su calor para pensar que todo estaba bien. Así que sacudí mi cabeza con un pequeño ceño en mi frente y refregué ambas manos, mientras devolvía todo aquello dentrás del cristal rosa con el que había pintado todo a mi gusto. Listo, el claro fue una excursión más de las tantas que me obliga a hacer.
Volví a la realidad cuando se probo la remera y terminó haciendo la pose a lo superman y no pude evitar reirme con él.
- Si no fuera por los colores, casi diría que eres Batman - la cara seria y de pocos amigos la tenía naturalmente.
Y entonces se toma privilegios que no le corresponden y me lastima la cara
- Suelta - le digo empujando su garra de oso - No rompas tu más grande hazaña
— Me falta el dinero y todo eso que hace a Batman — le recuerdo. Claro está que alguna vez llegué a tenerlos, ya saben, esas épocas donde me llenaron de lujos allá por el Capitolio, pero jamás llegué a darle un uso tan genial como el héroe murciélago. Como sea, dudo mucho que Bruce Wayne se hubiese molestado en manosear cariñosamente los cachetes de una enana de trece años que me aparta de una manera que me hace reír maliciosamente — ¿Y quien dice que eres mi más grande hazaña? — le pregunto solo para molestarla, volviendo a mi lugar tomando la capa y como no me sirve siquiera para estirarla y cubrirme, la acomodo sobre mi hombro cuando me siento una vez más a la mesa.
No es que Beverly no sea algo de lo que pueda estar orgulloso (y juro que a veces cuesta, eh, pero lo intento) pero tampoco voy a ponerme a decir que he hecho mucho en mi vida de lo cual poder alardear. Tomo un trozo de pan, intentando retomar mi desayuno, al cual le doy un mordisco demasiado pequeño para tratarse de mí — Dices que esto lo hiciste robándole ropa a Kendrick — recuerdo entonces, pellizcándome la tela con la mano libre — ¿Ni siquiera has pedido permiso? — sé que no lo ha hecho. Es hija de Eowyn, no es como si esa clase de cosas estuviesen en su vocabulario — Bev, tienes que preguntar qué cosas se necesitan y cuales puedes tomar. No es como que tengamos mucho…
Y no es una novedad. Vivir en el catorce es una lotería con pocos recursos y ni hablar en los meses que estamos pasando, a pesar de que lo peor ya ha pasado. Me quito unas migajas de la boca con el dorso de la mano y trato de acomodarme un poco la remera — No sé de dónde sacas estas ocurrencias, de veras. Tendría que concederte puntos por creatividad.
No es que Beverly no sea algo de lo que pueda estar orgulloso (y juro que a veces cuesta, eh, pero lo intento) pero tampoco voy a ponerme a decir que he hecho mucho en mi vida de lo cual poder alardear. Tomo un trozo de pan, intentando retomar mi desayuno, al cual le doy un mordisco demasiado pequeño para tratarse de mí — Dices que esto lo hiciste robándole ropa a Kendrick — recuerdo entonces, pellizcándome la tela con la mano libre — ¿Ni siquiera has pedido permiso? — sé que no lo ha hecho. Es hija de Eowyn, no es como si esa clase de cosas estuviesen en su vocabulario — Bev, tienes que preguntar qué cosas se necesitan y cuales puedes tomar. No es como que tengamos mucho…
Y no es una novedad. Vivir en el catorce es una lotería con pocos recursos y ni hablar en los meses que estamos pasando, a pesar de que lo peor ya ha pasado. Me quito unas migajas de la boca con el dorso de la mano y trato de acomodarme un poco la remera — No sé de dónde sacas estas ocurrencias, de veras. Tendría que concederte puntos por creatividad.
- Mamá dijo que los tenías, y espero una decente herencía solo por eso como en la historía "Más alla del mañana", que el padre de la protagonista muere y resulta que había tenido escondido un tesoro y le dejo el mapa que solo ella podía leer, y se embarcan en una aventura con un ladron que después se enamora de ella, y al final lo más importante era su amor - le digo mientras pongo mi mirada de "vista en el horizonte" y colóco mis manos en mi corazón - Además sueles desaparecer algunas noches, nadie sabe que haces, aunque todos sabemos en teoría que nos defiendes de los otros perros...mmm... tal debería cocerte una capa negra, aunque no se donde conseguiría tanta tela negra por tu enorme espalda.
La imagen que me golpeó de pronto me hizo soltar una carcajada, el perro enorme, con orejitas puntiagudas y corriendo de un lado a otro mientras sostiene la capa con sus garras.
- ¿Qué otra cosa tan maravillosa haz hecho? - le inquirí aun tentada, por favor, yo era lo mejor que le había pasado en la vida, mamá siempre lo decía.
El humor se me fue cuando empezó a darme una lección, ya se había tardado, no pude evitar suspirar con fuerza.
- Claro que no soy una ladrona, entre en su cuarto para pedirle ayuda, pero de pronto hizo todo un escandalo sobre privacidad y que se sentía acosado. Si lo hubieras visto, era algo tierno intentando cubrir su pecho lampiño. Practicamente me las tiró, te digo, esta casi a mis piés.
Al menos dejo el reto para otro momento y volvió a concentrarse en el regalo, hola, me había desvelado por él, más le valía apreciarlo.
- Lo se, soy toda una artista - sonreí con orgullo mientras apoyaba mi pera en mi mano, la revista "Bellas y juveniles" decía que el mejor angulo es para arriba, permité una mejor exposición del cuello y las facciones, y evita papada - Además de futura medica, soy todo el paquete.
La imagen que me golpeó de pronto me hizo soltar una carcajada, el perro enorme, con orejitas puntiagudas y corriendo de un lado a otro mientras sostiene la capa con sus garras.
- ¿Qué otra cosa tan maravillosa haz hecho? - le inquirí aun tentada, por favor, yo era lo mejor que le había pasado en la vida, mamá siempre lo decía.
El humor se me fue cuando empezó a darme una lección, ya se había tardado, no pude evitar suspirar con fuerza.
- Claro que no soy una ladrona, entre en su cuarto para pedirle ayuda, pero de pronto hizo todo un escandalo sobre privacidad y que se sentía acosado. Si lo hubieras visto, era algo tierno intentando cubrir su pecho lampiño. Practicamente me las tiró, te digo, esta casi a mis piés.
Al menos dejo el reto para otro momento y volvió a concentrarse en el regalo, hola, me había desvelado por él, más le valía apreciarlo.
- Lo se, soy toda una artista - sonreí con orgullo mientras apoyaba mi pera en mi mano, la revista "Bellas y juveniles" decía que el mejor angulo es para arriba, permité una mejor exposición del cuello y las facciones, y evita papada - Además de futura medica, soy todo el paquete.
La expresión que cambia mi rostro creo que deja muy en claro el pequeño factor de mi duda sobre si Eowyn le ha dicho o no que he perdido toda mi fama y fortuna en el momento en el cual me convertí en un fugitivo de la justicia, para colmo, de los más buscados. Algo me dice que la rubia se quedó solo con los detalles que le parecieron de importancia para su hija, que obviamente eran los llenos de brillantina y tonterías así y no los de verdad importantes. Si Beverly llega alguna vez a caer en el Capitolio reclamando una herencia que vaya a saber dónde terminó, posiblemente no viviría para contarlo — Era tan famoso que te asquearías — bromeo con ironía. Yo me asqueaba en su momento de serlo, pero molestar a Bev de vez en cuando hace que el pasado suene menos terrible — Tenía elfos domésticos siguiéndome a todos lados, una ducha caliente con diferentes tipos de espuma, todo tipo de golosinas… pero no era tan divertido. Solo olvídate de todo lo que te contó tu madre.
Mastico lentamente y mis cejas se arquean cuando ningunea cualquier cosa que haya podido hacer. Su risita me hace torcer mis labios hacia un lado, moviendo suavemente la cabeza — He hecho cosas geniales que no necesariamente te conté — le digo con divertida seriedad, relamiéndome las migajas de los labios. En realidad, ahora no se me viene ninguna a la mente, pero me gusta picarla — No sabes todo de mí, Bev, créeme.
Intento no atragantarme con mi desayuno cuando se pone a explicar la situación con el pobre Kendrick y me es imposible no sentir que estoy escuchando algo que me suena a un deja vú. Beverly es Eowyn cuando tenía casi su edad, de eso no cabe dudas — Bev… — intento ser sutil, tratando de mantener el tono casual — ¿Alguna vez consideraste, solo por casualidad, que quizá a Kendrick no le gustas, pero no te lo dice por amabilidad? — porque algo así me pasaba con su madre, aunque recuerdo haber sido un poco más brusco y, en ocasiones, más débil.
No puedo contener la risa y casi me ahogo por culpa de ello, así que me palmeo el pecho — Oh, claro que lo eres. Cualquier chico sería afortunado de tenerte… — ¿Por qué acabo de sonar como un padre orgulloso? — si no lo matas en el proceso, claro está — ahí está mucho mejor. Le tiendo la bolsa de bollos que tengo a un costado — ¿Quieres? Alice dejó unos cuantos y me parece bien que comas. Puedes llevarte algunos a casa. A veces tengo miedo de que tu madre te meta hierba entre la comida — porque sutil, siempre.
Mastico lentamente y mis cejas se arquean cuando ningunea cualquier cosa que haya podido hacer. Su risita me hace torcer mis labios hacia un lado, moviendo suavemente la cabeza — He hecho cosas geniales que no necesariamente te conté — le digo con divertida seriedad, relamiéndome las migajas de los labios. En realidad, ahora no se me viene ninguna a la mente, pero me gusta picarla — No sabes todo de mí, Bev, créeme.
Intento no atragantarme con mi desayuno cuando se pone a explicar la situación con el pobre Kendrick y me es imposible no sentir que estoy escuchando algo que me suena a un deja vú. Beverly es Eowyn cuando tenía casi su edad, de eso no cabe dudas — Bev… — intento ser sutil, tratando de mantener el tono casual — ¿Alguna vez consideraste, solo por casualidad, que quizá a Kendrick no le gustas, pero no te lo dice por amabilidad? — porque algo así me pasaba con su madre, aunque recuerdo haber sido un poco más brusco y, en ocasiones, más débil.
No puedo contener la risa y casi me ahogo por culpa de ello, así que me palmeo el pecho — Oh, claro que lo eres. Cualquier chico sería afortunado de tenerte… — ¿Por qué acabo de sonar como un padre orgulloso? — si no lo matas en el proceso, claro está — ahí está mucho mejor. Le tiendo la bolsa de bollos que tengo a un costado — ¿Quieres? Alice dejó unos cuantos y me parece bien que comas. Puedes llevarte algunos a casa. A veces tengo miedo de que tu madre te meta hierba entre la comida — porque sutil, siempre.
- ¿Olvidarme que me contó mamá? No conozco la mitad de lo que acabas de decir, ¡y ahora exigo que me lo expliques! - le dije mientras saltaba en mi asiento, ¿Qué sería ser tan famoso que asquea? ¿Acaso la gente llega al punto de vomitar cuando te ve? ¿O acaso sale por el otro lado? Definitivamente podria entender lo solitario de Ben si pasó casi toda su juventud rodeado de malos olores...- ¿Cómo es un elfo domestico? Solo he leido descripciones, ¿De cuantas golosinas estamos hablando? y principalmente, ¿Qué es una ducha?
Solo había escuchado cuanto la extraban los adultos, pero mamá nunca me explico bien, solo dijo que era un lugar de ricos.
- Claro que has hecho cosas, todos lo han hecho, no solo saliste de la nada después de que naci - dije poniendo los ojos en blanco y cruzando los brazos, mientras me recostaba contra el respaldo de la silla, a veces Ben era algo tonto - Pero no haz hecho nada tan perfecto como participar en mi creación - puedo sentir la sonrisa de sabionda saliendo, pero no puedo creer que tengo que decirlo en voz alta - Y por eso se que no hay dudas de los sentimientos de Ken, aunque mi perfección se que puede ser abrumadora y por eso no puede admitir sus sentimientos, le cuesta separar su imagen de yo niña y yo futura mujer.
Cuando me ofrece los bollos, tomo algunos para más tarde y los guardo en mis bolsillos, mientras me llevo uno a la boca.
- Claro que aun recuerdo una de nuestras ultimas conversaciones y por eso me lo estoy tomando con calma, aun quedan unos años para que se adapte y toda mi perfección alcance su potencial - la abuela se molestaba cuando hablaba con la boca llena, pero Ben siendo un perro no tenía problema y era casi la unica manera que lo había visto, siempre con algo en la boca.
- ¡Mamá no pone hierba en mi comida! - le digo molesta - La hierba no queda bien con todo, y además sería un desperdicio.
Solo había escuchado cuanto la extraban los adultos, pero mamá nunca me explico bien, solo dijo que era un lugar de ricos.
- Claro que has hecho cosas, todos lo han hecho, no solo saliste de la nada después de que naci - dije poniendo los ojos en blanco y cruzando los brazos, mientras me recostaba contra el respaldo de la silla, a veces Ben era algo tonto - Pero no haz hecho nada tan perfecto como participar en mi creación - puedo sentir la sonrisa de sabionda saliendo, pero no puedo creer que tengo que decirlo en voz alta - Y por eso se que no hay dudas de los sentimientos de Ken, aunque mi perfección se que puede ser abrumadora y por eso no puede admitir sus sentimientos, le cuesta separar su imagen de yo niña y yo futura mujer.
Cuando me ofrece los bollos, tomo algunos para más tarde y los guardo en mis bolsillos, mientras me llevo uno a la boca.
- Claro que aun recuerdo una de nuestras ultimas conversaciones y por eso me lo estoy tomando con calma, aun quedan unos años para que se adapte y toda mi perfección alcance su potencial - la abuela se molestaba cuando hablaba con la boca llena, pero Ben siendo un perro no tenía problema y era casi la unica manera que lo había visto, siempre con algo en la boca.
- ¡Mamá no pone hierba en mi comida! - le digo molesta - La hierba no queda bien con todo, y además sería un desperdicio.
¿Para qué abrí la boca? Beverly suelta las mil y un preguntas casi sin respirar y tengo que esforzarme en no poner los ojos en blanco. Así que empiezo de a poco, hasta donde la pude entender — Son enanos, feos y orejudos, que hacen todo por ti y les encanta. Golosinas… jamás he podido contarlas. Y la ducha es como un caño… — ¿Cómo explicas algo tan fácil? — es como un lugar pequeño donde te metes, puedes regular la temperatura del agua y te bañas. Es una de las cosas que más extraño de la vida en la ciudad — y posiblemente ella no lo entienda porque no sabe lo que debe extrañar. Quizá es mejor así.
Cielo santo. ¿De dónde sacó ese ego esta niña? De seguro es hija de Seth, sino no me explico como Eowyn nomás sirvió para cubrir semejante nivel de narcicismo. Tengo que volver a hacer un esfuerzo, aunque esta vez es para no reírme en su cara con toda la crueldad de la que soy capaz pero que no debería porque se trata de mi “hija”. Y no soy quien para reírme considerando que tengo una remera con un babero como capa — Bev, deberías hablar con Kendrick y escuchar lo que tenga para decir. A veces, asumir sobre los sentimientos de los demás puede herirlos — o en caso de Ken, asfixiarlo. Increíble, creo que he dado un buen consejo amoroso en mi vida. Quizá la paternidad no se me da taaaan mal — si lo escuchas, hasta podrías sorprenderte.
— ¿Y tú cómo sabes con qué queda bien la hierba? — le digo con ojos cargados de sospecha, sin saber si debo salir corriendo a gritarle a Eowyn o no — Me imagino que no andarás consumiendo drogas… ¿No? Cuando yo tenía tu edad …— oh, no. He usado la frase de la pesadilla que te convierte en un viejo amargo — Como sea. Cuando yo tenía tu edad, había empezado a probar mis primeros tragos y quizá algún que otro cigarro. ¡Pero la hierba es algo completamente diferente! — y ni hablemos de cómo he terminado. Doy finalizado mi desayuno con un último bocado y me rasco la panza, recargándome en el asiento — Así que, por favor te lo pido, dime que estás teniendo cuidado con todo ese tema. No quiero tener que ir a hablar con tu madre sobre esto — ¡Y ahí va otra vez! ¿Ahora somos un ex matrimonio con una hija en común? No sé cómo he llegado a este punto — Y si te portas bien, quizá te devuelva algunas de tus novelas. ¿Tenemos un trato?
Cielo santo. ¿De dónde sacó ese ego esta niña? De seguro es hija de Seth, sino no me explico como Eowyn nomás sirvió para cubrir semejante nivel de narcicismo. Tengo que volver a hacer un esfuerzo, aunque esta vez es para no reírme en su cara con toda la crueldad de la que soy capaz pero que no debería porque se trata de mi “hija”. Y no soy quien para reírme considerando que tengo una remera con un babero como capa — Bev, deberías hablar con Kendrick y escuchar lo que tenga para decir. A veces, asumir sobre los sentimientos de los demás puede herirlos — o en caso de Ken, asfixiarlo. Increíble, creo que he dado un buen consejo amoroso en mi vida. Quizá la paternidad no se me da taaaan mal — si lo escuchas, hasta podrías sorprenderte.
— ¿Y tú cómo sabes con qué queda bien la hierba? — le digo con ojos cargados de sospecha, sin saber si debo salir corriendo a gritarle a Eowyn o no — Me imagino que no andarás consumiendo drogas… ¿No? Cuando yo tenía tu edad …— oh, no. He usado la frase de la pesadilla que te convierte en un viejo amargo — Como sea. Cuando yo tenía tu edad, había empezado a probar mis primeros tragos y quizá algún que otro cigarro. ¡Pero la hierba es algo completamente diferente! — y ni hablemos de cómo he terminado. Doy finalizado mi desayuno con un último bocado y me rasco la panza, recargándome en el asiento — Así que, por favor te lo pido, dime que estás teniendo cuidado con todo ese tema. No quiero tener que ir a hablar con tu madre sobre esto — ¡Y ahí va otra vez! ¿Ahora somos un ex matrimonio con una hija en común? No sé cómo he llegado a este punto — Y si te portas bien, quizá te devuelva algunas de tus novelas. ¿Tenemos un trato?
No podía imaginar algo pequeño y con agua, ¿acaso como una bañera? ¿Por qué alguien querría meterse ahi en vez del lago? Y regular temperatura sonaba a frio y calor muy de golpe, y según Alice eso no hacía bien a la piel, articulaciones e incluso musculos. Ben es raro, pero no se lo voy a decir en su cumpleaños.
- Claro que no asumo, pero es complicado no asumir cuando prácticamente lo conozco desde que nací - le explico haciendo un gesto con los ojos - Además mamá dice que por ser su hija es mi destino ser perseguida y generar enamoramientos. También dice que por ser tu hija estoy destinada a atraer las miradas, asi que tú también aportaste tu granito - lo dejo tranquilo palmeando su brazo, claro que mamá había tenido la mayor implicancia pero no quería dejar a mi pobre, posible padre, sin sentirse útil y parte de mi vida.
- Juro que no he comido nada con droga - estos ultimos meses, pero eso no tiene que saberlo, mamá solo me dió un brownie una vez para probar y que entenderiera el efecto y conociera mis limites, obviamente vigilada por ella, era la mejor - No tienes que alterarme, tampoco he fumado ni ingerido hongos - aunque me había dado para que los guardara y probrara en mi cumpleaños - Mamá solo me dió un poco de vino una vez y con agua - termino de explicarle resoplando - Ella es exelente en su rol de madre - levanto un dedo acusadoramente para que no cuestionara a mi mamá y sus habilidades - Así que espero mis novelas pronto.
- Claro que no asumo, pero es complicado no asumir cuando prácticamente lo conozco desde que nací - le explico haciendo un gesto con los ojos - Además mamá dice que por ser su hija es mi destino ser perseguida y generar enamoramientos. También dice que por ser tu hija estoy destinada a atraer las miradas, asi que tú también aportaste tu granito - lo dejo tranquilo palmeando su brazo, claro que mamá había tenido la mayor implicancia pero no quería dejar a mi pobre, posible padre, sin sentirse útil y parte de mi vida.
- Juro que no he comido nada con droga - estos ultimos meses, pero eso no tiene que saberlo, mamá solo me dió un brownie una vez para probar y que entenderiera el efecto y conociera mis limites, obviamente vigilada por ella, era la mejor - No tienes que alterarme, tampoco he fumado ni ingerido hongos - aunque me había dado para que los guardara y probrara en mi cumpleaños - Mamá solo me dió un poco de vino una vez y con agua - termino de explicarle resoplando - Ella es exelente en su rol de madre - levanto un dedo acusadoramente para que no cuestionara a mi mamá y sus habilidades - Así que espero mis novelas pronto.
2 participantes
No puedes responder a temas en este foro.