Con un sombrero de lana que le cubría la mitad de la cara y varias capas de abrigo que le impedían caminar con normalidad, ingresó al establo con una pala y un termo repleto de café caliente recién hecho.
Le había pedido prestado a Echo una de sus tecnologías raras y antiguas, aunque era música vieja, podía entretenerse con algo mientras realizaba sus tareas de limpieza en el lugar. Al principio el mayor se había negado, pero al comprender que se desharía de ella durante un par de horas, se lo entregó sin decir “mu”.

Acomodó sobre una mesa el termo para que no se rompiera y sin atrasar más lo inevitable, con la pala se puso a recoger la nieve acumulada en la entrada. No es que estorbara, si no que Zenda tenía la teoría de que aquello le hacía daño a los caballos, así que trataba de mantenerla alejada para que no se enfermaran o se sintieran incómodos. Más calentitos, mejor.
Una vez despejado el ingreso, se dedicó a limpiar los recipientes donde se encontraba el agua que bebían los animales. —¿Demasiado frío?— Preguntó a uno de los caballos riendo y sin esperar respuesta volvió a colocarse los auriculares para seguir escuchando música.
Mia trabajaba con rapidez, le quedaban muchas cosas por hacer, sin embargo si terminaba antes todos sus labores, podría ponerse a estudiar el libro que Seth le había dado y también alcanzaría a entrenar un poco con Ben.

Arrastre los pies todo el camino hasta el granero. Odiaba este trabajo, ¿Por qué no podian dejarme seguir encargandome de las plantas? ¿Por que trabajaba en el huerto también debía limpiar tras los animales?

Otra razón para perseguir mi sueño como doctora, no iba a encontrarme con esta situación de mal olor.

Cuando entre no me fije mucho si había alguien, claramente nadie vendría con este frío y el gorro tapaba la parte superior de mi vista. Lo que si ví fue un termo en la mesa de entrada, oh bendita Ava, seguro ella con su gran corazón penso en su pobre sobrina.

Claramente no podía trabajar con el estomago vacio y seguro el liquido caliente me haría bien para entrar en calor y hacer esto de una vez. Por lo que me serví sin preocupación.

- ¡Puaj! Es amargo - este claramente había sido Ben, seguro como castigo por algo que no recordaba haber hecho.

Con el recipiente de agua de uno de los establos limpio, se puso de pie y salió para encontrarse con la imagen de Bev bebiendo de su café. Gruñó y se quitó uno de los auriculares. —¿Qué haces aquí y por qué te bebes mi café?— Le preguntó cruzándose de brazos, obviamente un gesto aprendido de su hermano cuando intentaba poner orden o no explotar en un ataque de ira.

No esperó que le respondiera, se acercó para recuperar su termo, lo cerró y se lo llevó con ella hacia el mismo establo, tenía que limpiar la paja y colocar la comida.
Si quería terminar con su trabajo temprano, ahora con la compañía de "su sobrina", sabía que no lo lograría.

La mañana se le estaba pasando con una lentitud increíble, cada minuto parecía una hora y las tareas acumuladas en el granero, culpa del invierno, eran interminables. Si, la ayuda de Bev era algo, sin embargo seguirían allí durante un largo rato más.

Oh ¡Link estaba aqui! Y su comportamiento maleducado me recordo que aun debía empezar a ayudarla a superar sus frustraciones y aceptar su verdadera orientación sexual.

La pregunta era, ¿como empezaba? Le di la espalda a mi tía o tío, mientras pensaba. Tomando una pala me puse a limpiar la caballeriza libre, separando la paja limpia de la sucia y tirandola sobre mi espalda, siempre era mejor hacer lo más asqueroso primero y luego pasar al resto. Me sería más rápido limpiar el pasillo en común luego que ir con la carretilla, espacio por espacio.

Debo ser delicada con el tema, no puedo simplemente decirle "Por dentro eres hombre y hasta que no lo aceptes viviras una vida amarga y triste"... o podía....

tal vez un "eres agresiva, violenta, te gusta ensuciarte y jugar con espadas y flechas, no quieres saber nada de ropa ni uñas desentes, hay algo que intentas ocultar al resto, y yo se lo que es, eres...un chico en el cuerpo de una chica, pero no te tengo miedo, al contrario quiero ayudarte"

En eso escuché una queja y me di vuelta para ver a Link con la "paja" en la cabeza. Oh mierda, literalmente.

Cruzada de brazos esperó una explicación por parte de Beverly, pero esta la ignoró por completo y continuó con la tarea asignada. A veces le gustaba pensar que quien armaba las rutinas estaba muy aburrido y quería intencionalmente verlas pelear, porque casi siempre la enviaban a hacer sus labores al mismo tiempo y lugar que su “sobrina”.

Soltando un suspiro, se dio media vuelta para continuar con la limpieza de la siguiente caballeriza, cuando algo lodoso y marrón cayó sobre ella junto con la paja. Durante unos segundos sólo se quedó con el ceño fruncido por el asco e intento quitarlo a los manotazos, pero luego de eso, apreció la furia.

—¡Lo has hecho apropósito!— Gritó enojada tratando de quitar la mierda de caballo de su precioso pelo. Al ver que no lo conseguía, se agachó y tomando dos porciones grandes de excremento animal, se volvió a parar y los arrojó directo hacia la cara de Beverly. —¡Estúpida!

- Oops - solté - Lo siento, fue un accidente - dije intentando no reir y mantener una cara de pobrecita.

Pero claramente mi tía nunca había sido una persona comprensiva, y tampoco iba a empezar ahora. Vi sus intenciones cuando se agacho.

- El fertilizante no solo ayuda la tierra, también puede hacer cambios en los foliculos muertos - me inventé, aunque Link aun estando en su espiral de odio e ira, no iba a renunciar a empezar una pelea.

Llegue a taparme los ojos con una mano, una de mis tantas buenas cualidades, y apretar los labios, antes del apestoso impacto.

- Okey, espero que ahora te sientas mejor y hayas liberado tu ira, eso es bueno, es el primer paso a aceptar tu verdadera identidad sexual - le digo mientras trato de limpiar la "mugre" de mi cara.

"Solo piensa en que es uno de los barros de mama para mejorar la suavidad de la piel"

- Puedes quedarte tranquila, este es un espacio sano y espiritual, y no cederé a la negatividad y violencia que tu frustración te ha envuelto.

El parloteó de Beverly sólo la enfurecía más, luego de arrojar excremento hacia su "sobrina", se quitó uno de los tantos abrigos y lo utilizó como toalla. —¡Que asco!— Gruñó arrugando la nariz, no importaba cuanto frotara su piel, el olor permanecía intacto.
Tenía todo el rostro irritado por la áspera tela de la campera, sin embargo no dejó de intentar limpiarse, no hasta que escuchó lo que le decía. —¿Mi verdadera identidad sexual? ¿De qué rayos estás hablando?

Continuó y continuó hasta que Zenda no pudo soportarlo más. —Que tú seas una precoz no es culpa nuestra, que a ti te gusten cosas que a mi no, no me hacen tener otra...esa cosa sexual.— Caminó hasta quedar a pocos centímetros de distancia y tomó dos montoncitos de estiércol entre sus manos. —Y por último, si, tal vez esto te saque las cosas muertas de la cara, pero aún así, nada en el mundo hará que Ken guste de ti, ¡ESTÁS TAN LOCA QUE MORIRÁS SOLA!— Y luego estampó sus manos contra el rostro de la rubia, refregó el excremento por todo la piel y para finalizar, salió corriendo.

Una vez cerca de la puerta, se volteó apoyando la mano en el marco y comenzó a reír. —Oye Bev, tal vez no mueras sola, a los caballos le gustarán tú olor a yegua en celo.— Y salió dando brincos de alegría mientras carcajeaba.

Debía ser paciente y comprensiva, no solo era el miedo a lo desconocido y los prejuicios, sino también la ignorancia. Así que solo hice oídos sordos a las palabras sin sentido de mi tí...o. Ya debía ir asumiéndolo también, porque como iba a ayudar al pobre Link si ni siquiera yo empezaba mi desconstrucción.

¿Y si todo este tiempo me había estado dando aires de progresista y resulta que tenía los mismos prejuicios internalizados que el resto de la comuna? ¿Qué Ben? ¡El horror!

De pronto fue otro tipo de horror, porque mientras realizaba mi monologo interno de descubrimiento y crecimiento personal, el mono me ensucio más con sus desperdicios, y ahí se me fue toda compasión e interés. Te acepto una lanzada porque yo lo hice, pero una segunda vez ya es trampa.

- ¡Tranquila que ya voy a compartir con vos! - porque ni siquiera se merecía mi desconstrucción, le grite mientras la corría y la tacleaba al suelo lleno de nieve sucia.

Y entre que forcejeábamos, refregaba mi cara en su campera de mal gusto.

Las carcajadas de Zenda se detuvieron cuando una masa gorda la tacleó, haciendo que su rostro y básicamente todo el cuerpo, cayera y se golpeara contra la nieve. Al rodar hacia un lado para escapar, quedó incluso más hundida y con Beverly encima, gritando y limpiándose la mierda del rostro con su abrigo. —¡Quítate!— Chilló dando manotazos al aire y a su cabello para intentar empujarla. —¡Estás gorda y me aplastas!— Gruñó con el rostro rojo por la falta de oxigeno(?) —¡Me voy a morir aplastada por una morsa o peor, por un inferi! Porque siiiii, estás más fea que un esqueleto!

A Zenda poco le importaba el estiércol en su ropa, pero que la rubia fuera la razón de tenerlo, le irritaba horrores. Se quedó quieta durante unos segundos mientras estiraba los brazos hacia sus bolsillos y cuando por fin pudo alcanzar lo que necesitaba, movió la muñeca al tiempo que conjuraba. —Furunculos!

Cerró los ojos y cuando los volvió a abrir, la piel de todo el cuerpo de su sobrina estaba cubierta de forúnculos temporales, claro que las carcajadas fueron mayores, incluso se le cayó un moco y le comenzó a doler la panza. —Ahora si estás más bonita.— Bromeó y la volvió a empujar para salir corriendo hacia su casa.

Tirada de dado para el hechizo.

Sentí algo raro cuando Link me echo el encantamiento, no como aquella vez en un bosque muy muy lejano, y que no se iba a cruzar por mi mente, sino más bien como un cosquilleo en todo el rostro.

La cobarde se atrevio a hechizarme cuando todos sabían que Ben me había escondido la varita por envidioso. Ni siquiera iba a tocarme porque ya sabía lo que aquella psicopata había hecho, pero seguro que llevaba esos forunculos con dignidad.

- ¡TRAMPOSA! - le grite mientras huía - ¡LE VOY A DECIR A BEN LO QUE HICISTE Y NUNCA TE VA A VOLVER A HABLAR! ¡Y NI SE TE OCURRA QUERRER QUE TE AYUDE CUANDO DECIDAS HACER EL CAMBIO DE GÉNERO! ¡OJALA TE MUERAS TENIENDO VAGINA!