OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Despertarme al lado de la compañía de otra persona es una sensación que me resulta extraña. Para empezar, hace meses que no mantenía relaciones con nadie y normalmente es algo esporádico donde no me quedo a pasar la noche. Y con normalmente me refiero a, por ejemplo, a cuando a mediados de año acabé, de nuevo, en la cama con Arya. Si Ben supiera que su propuesta de acostarme con ella ya la había cumplido, y en más de una ocasión porque solo le conté, en nuestra juventud, que fue mi primera chica cuando ambas vivíamos en el 14... bueno, prefiero no imaginar sus comentarios y sus bromitas. Yo misma los haría sobre su relación con Alice, pero nos vimos tan poco rato cuando me lo contó, que ni siquiera me dio tiempo.
Cuando estiro el brazo y noto la piel de mi acompañante, me sobresalto ligeramente. Suelto un bufido por lo bajo mientras me incorporo en la cama, y la miro dormir, con los ojos un poco entrecerrados, como si de esa manera pudiera analizarla mejor. Es atractiva, aunque eso es bastante obvio. De su personalidad no puedo opinar porque casi ni hablamos. Anoche estaba plenamente consciente cuando, después de cenar en uno de los hostales del distrito y compartir cuatro palabras, la cosa se nos fue de las manos, y de un momento a otro, acabamos en una de las habitaciones cutres. No me arrepiento pero es... extraño, supongo.
Después de un par de segundos más observándola, me deslizo de la cama para intentar salir con el mayor sigilo posible. O esa era mi intención, porque acaba saliéndome de pena, y termino cayéndome del colchón. Si no se había enterado, después de mi ridículo y sonoro golpe sí que debe de haberse dado cuenta. — Iba a por algo para desayunar — comento en cuanto me levanto del suelo, hablando de manera rápida e intentando sonar convincente. No iba a por comida, y creo que se debe de haber notado, pero bueno. Tan solo quería salir de la habitación de manera disimulada antes de que todo se volviera incómodo porque, al menos yo, no tenía la intención de quedarme dormida y despertar a su lado. Eso solo sirve para crear una tensión innecesaria. Y no me refiero al tipo de tensión sexual no resulta porque no tiene nada que ver, por mucho que lo que pasase la noche anterior sí que tuviese esa palabra implicada.
Cuando estiro el brazo y noto la piel de mi acompañante, me sobresalto ligeramente. Suelto un bufido por lo bajo mientras me incorporo en la cama, y la miro dormir, con los ojos un poco entrecerrados, como si de esa manera pudiera analizarla mejor. Es atractiva, aunque eso es bastante obvio. De su personalidad no puedo opinar porque casi ni hablamos. Anoche estaba plenamente consciente cuando, después de cenar en uno de los hostales del distrito y compartir cuatro palabras, la cosa se nos fue de las manos, y de un momento a otro, acabamos en una de las habitaciones cutres. No me arrepiento pero es... extraño, supongo.
Después de un par de segundos más observándola, me deslizo de la cama para intentar salir con el mayor sigilo posible. O esa era mi intención, porque acaba saliéndome de pena, y termino cayéndome del colchón. Si no se había enterado, después de mi ridículo y sonoro golpe sí que debe de haberse dado cuenta. — Iba a por algo para desayunar — comento en cuanto me levanto del suelo, hablando de manera rápida e intentando sonar convincente. No iba a por comida, y creo que se debe de haber notado, pero bueno. Tan solo quería salir de la habitación de manera disimulada antes de que todo se volviera incómodo porque, al menos yo, no tenía la intención de quedarme dormida y despertar a su lado. Eso solo sirve para crear una tensión innecesaria. Y no me refiero al tipo de tensión sexual no resulta porque no tiene nada que ver, por mucho que lo que pasase la noche anterior sí que tuviese esa palabra implicada.
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Odio cuando pasa esto, y desgraciadamente para mi, pasa más de lo que debería. ¿Que diablos me pasa con dormir acompañada? ¿Es el puñetero calorcito? ¿El cansancio del éxtasis? ¿O simplemente que me siento sola? Tengo claras mis reglas, se lo que tengo que hacer, se como y cuando. La bebida apenas me afecta, pero es terminar y... joder, me quedo K.O. ¿Y que pasa si me quedo dormida? Que me despierto al lado de personas que aveces ni siquiera se acuerda de mi.
La escucho despertarse y mantengo los ojos cerrados; Tengo toda la intención de hacerme la dormida hasta que se vaya. Porque se va a ir ¿no?
La escucho, puedo intuir que me está mirando y tengo que aguantar las ganas de rodar los ojos. Si, hemos pasado una noche increíble y ni siquiera sabes como me llamo. No pasa nada. No te sientas culpable. Levántate y vete. A estado genial, guardemos ese recuerdo.
Se levanta, se escucha un ruido fuerte y inevitablemente abro los ojos. ¿Se a caído en plena huida de verdad? Tengo que aguantarme las ganas de reír mientras la miro asombrada.
“Iba a por algo de desayunar” Se excusa mirándome mientras se levanta. Oh no. ¿En serio? Eso habría sido terrible, verla aparecer con una bandeja de croasanes, zumos y cafés. Ahora mismo agradezco haberme “despertado”. Aunque puedo intuir en su tono de voz que no es cierto, prefiero no comprobarlo.
-Oh em...tranquila, no es necesario...No se que hora es y seguro que ya llego tarde al trabajo. - Bendito trabajo, siempre me saca de apuros, mi horario es tan flexible que puedo usar esa misma excusa a las 5 de la mañana que a las 9 de la noche.
Me levanto tranquilamente y cojo mis bragas negras del suelo, me las pongo tranquilamente y busco con la mirada el resto de mi ropa interior. Tengo que quitarme la manía de tirar las cosas por los aires, tenemos la habitación echa un asco.
La miro. Si, estoy semi-desnuda y no me importa lo más minimo, ya me ha visto desnuda ¿no? Pienso en la posibilidad de un nuevo asalto cuando encuentro el sujetador, pero lo descarto de inmediato, no vaya a ser que al final me traiga el desayuno de verdad.
La escucho despertarse y mantengo los ojos cerrados; Tengo toda la intención de hacerme la dormida hasta que se vaya. Porque se va a ir ¿no?
La escucho, puedo intuir que me está mirando y tengo que aguantar las ganas de rodar los ojos. Si, hemos pasado una noche increíble y ni siquiera sabes como me llamo. No pasa nada. No te sientas culpable. Levántate y vete. A estado genial, guardemos ese recuerdo.
Se levanta, se escucha un ruido fuerte y inevitablemente abro los ojos. ¿Se a caído en plena huida de verdad? Tengo que aguantarme las ganas de reír mientras la miro asombrada.
“Iba a por algo de desayunar” Se excusa mirándome mientras se levanta. Oh no. ¿En serio? Eso habría sido terrible, verla aparecer con una bandeja de croasanes, zumos y cafés. Ahora mismo agradezco haberme “despertado”. Aunque puedo intuir en su tono de voz que no es cierto, prefiero no comprobarlo.
-Oh em...tranquila, no es necesario...No se que hora es y seguro que ya llego tarde al trabajo. - Bendito trabajo, siempre me saca de apuros, mi horario es tan flexible que puedo usar esa misma excusa a las 5 de la mañana que a las 9 de la noche.
Me levanto tranquilamente y cojo mis bragas negras del suelo, me las pongo tranquilamente y busco con la mirada el resto de mi ropa interior. Tengo que quitarme la manía de tirar las cosas por los aires, tenemos la habitación echa un asco.
La miro. Si, estoy semi-desnuda y no me importa lo más minimo, ya me ha visto desnuda ¿no? Pienso en la posibilidad de un nuevo asalto cuando encuentro el sujetador, pero lo descarto de inmediato, no vaya a ser que al final me traiga el desayuno de verdad.
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Nombrar el desayuno sé que ha sido una metedura de pata incluso mayor porque su mirada lo dice todo. Ahora mismo me siento como una idiota por haber intentado quedar bien. Puede que yo no sea la típica mujer a la que le moleste que su lío de una noche se vaya mientras duerme, así que tampoco debería dar por hecho que a todas las demás sí que les importa. No conozco nada de la mujer rubia que me observa desde el otro lado de la cama pero, aun así, los sentimientos de los demás me importan lo suficiente como para no querer hacerles daño. Quizá soy demasiado empática. O estúpida. Sí, más bien eso último. — Tranquila, solamente era una excusa. No me voy a tirar a tus brazos mientras te ofrezco un buffet libre o algo por el estilo — bromeo, con una sonrisa bromista, y después le guiño el ojo. — No quería quedar mal y que supieras que me iba a escondidas. — Quizá soy demasiado sincera, pero probablemente sea la última vez que nos veamos, e igual que no quería parecer un desastre, tampoco quiero que me vea como una estúpida romántica cuando esto solo es un encuentro de una noche para satisfacer las necesidades de ambas.
La vista se me desvía durante una milésima de segundo para centrarme en sus pechos, pero acabo apartando la mirada todo lo rápido que puedo para que no se dé cuenta, y también porque no tarda en encontrar su sujetador. Definitivamente es atractiva, eso no lo voy a negar. De todas maneras, trato de apartar esos pensamientos de mi cabeza antes de que de verdad acabe tirándome a sus brazos, solo que sin el desayuno de por medio. Para distraerme, me ato las botas de mejor manera porque lo había hecho deprisa y corriendo, y saco mis cuchillos para colocarlos bien en el cinturón. Después, me giro hacia ella, sin saber muy bien qué decir ahora para que todo esto deje de ser tan incómodo. — ¿De qué trabajas? — Es lo primero que se me pasa por la cabeza, básicamente porque hace escasos minutos que ha dicho que debería ir al trabajo.
Mientras espero a que me responda, me voy paseando por la habitación, dubitativa. En realidad no tengo nada que hacer, así que supongo que me pasaré por el Mercado Negro para intentar conseguir algo útil una vez me despida de la mujer. A diferencia de ella, yo no tengo obligaciones; al menos no de trabajo. Mi vida básicamente consiste en sobrevivir el día de hoy, buscar alimento, ir a reuniones clandestinas para ver cuál será nuestro próximo movimiento... y cada ciertos meses, pasarme por el 14.
La vista se me desvía durante una milésima de segundo para centrarme en sus pechos, pero acabo apartando la mirada todo lo rápido que puedo para que no se dé cuenta, y también porque no tarda en encontrar su sujetador. Definitivamente es atractiva, eso no lo voy a negar. De todas maneras, trato de apartar esos pensamientos de mi cabeza antes de que de verdad acabe tirándome a sus brazos, solo que sin el desayuno de por medio. Para distraerme, me ato las botas de mejor manera porque lo había hecho deprisa y corriendo, y saco mis cuchillos para colocarlos bien en el cinturón. Después, me giro hacia ella, sin saber muy bien qué decir ahora para que todo esto deje de ser tan incómodo. — ¿De qué trabajas? — Es lo primero que se me pasa por la cabeza, básicamente porque hace escasos minutos que ha dicho que debería ir al trabajo.
Mientras espero a que me responda, me voy paseando por la habitación, dubitativa. En realidad no tengo nada que hacer, así que supongo que me pasaré por el Mercado Negro para intentar conseguir algo útil una vez me despida de la mujer. A diferencia de ella, yo no tengo obligaciones; al menos no de trabajo. Mi vida básicamente consiste en sobrevivir el día de hoy, buscar alimento, ir a reuniones clandestinas para ver cuál será nuestro próximo movimiento... y cada ciertos meses, pasarme por el 14.
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Su sinceridad limpia un poco el aire de la sala mientras continuo vistiéndome, sin prisa pero sin pausa. Parece una buena chica, es joven y como yo, seguro que tiene problemas; Por experiencia puedo decir que todos los que decidimos tener aventuras de una sola noche, sin nombres, sin nada... solemos tener problemas, historias o traumas profundos. No todos, pero si la mayoría.
-No te preocupes, tal y como acontecieron las cosas...no esperaba una mañana romántica. - La tranquilizo sonriendole. - Aunque tampoco me importaría que te tiraras a mis brazos y te ofrecieras como buffet libre, siempre que tengamos las cosas claras...- Medio bromeo; Es preciosa y atractiva, cualquiera que tenga ojos en la cara sabe que pasar una noche con ella es tener suerte.
-Soy medimaga. -Estoy incumpliendo mis propias normas, la mayoría de las veces no doy nombres ni datos, pero la morena parece haber aceptado bien que nuestro encuentro haya sido fortuito, no me parece que vaya a presentarse en el hospital con un ramo de rosas y un anillo. - Jefa del área de Heridas provocadas por criaturas en el distrito seis. - El puesto suena bien, se cobra de manera respetable y tiene un montón de faena. Pero está en el distrito más pobre con hospital. Alguna vez me han sugerido dar el salto a otros distritos, pero mi condición no me permite ascender sin correr riesgos...y valoro la seguridad de mi puesto en el seis. -¿Y tu? - Pregunto con los pantalones ya puestos mientras me abrocho botón a botón, empezando por abajo, una bonita blusa azul celeste.
-No te preocupes, tal y como acontecieron las cosas...no esperaba una mañana romántica. - La tranquilizo sonriendole. - Aunque tampoco me importaría que te tiraras a mis brazos y te ofrecieras como buffet libre, siempre que tengamos las cosas claras...- Medio bromeo; Es preciosa y atractiva, cualquiera que tenga ojos en la cara sabe que pasar una noche con ella es tener suerte.
-Soy medimaga. -Estoy incumpliendo mis propias normas, la mayoría de las veces no doy nombres ni datos, pero la morena parece haber aceptado bien que nuestro encuentro haya sido fortuito, no me parece que vaya a presentarse en el hospital con un ramo de rosas y un anillo. - Jefa del área de Heridas provocadas por criaturas en el distrito seis. - El puesto suena bien, se cobra de manera respetable y tiene un montón de faena. Pero está en el distrito más pobre con hospital. Alguna vez me han sugerido dar el salto a otros distritos, pero mi condición no me permite ascender sin correr riesgos...y valoro la seguridad de mi puesto en el seis. -¿Y tu? - Pregunto con los pantalones ya puestos mientras me abrocho botón a botón, empezando por abajo, una bonita blusa azul celeste.
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El simple pensamiento de tener una mañana romántica con alguien me hace soltar una risa nerviosa por lo bajo porque me incomoda. No es algo que haya pasado nunca por mi cabeza, y probablemente sea así durante el resto de mi vida porque romanticismo y yo somos dos cosas totalmente incompatibles. Sé que dicen que nunca se debe hablar porque no se sabe lo que puede pasar en un futuro, pero creo que a estas alturas me conozco lo suficiente como para saber cómo soy con estos temas. Por otra parte, su siguiente comentario me hace sonreír de medio lado, pero esta vez de verdad y no por sentirme incómoda. — A ese desayuno yo tampoco me negaría — respondo y me giro hacia ella para mirarla con una de mis mejores sonrisas. No trato de provocar nada porque creo que anoche ya tuvimos bastante la una de la otra, y si tuviera una vida normal y no tuviera que vivir medio de incógnito, no me parecería mala idea repetir en un futuro.
Cuando escucho su respuesta sobre su trabajo, me arrepiento de haberlo preguntado por dos sencillos motivos. El primero es básicamente porque no esperaba que fuera la jefa de algo, teniendo en cuenta el lugar en el que no hemos encontrado; y el segundo es porque por un momento no había pensado que me fuera a devolver la pregunta. Responder a eso es algo sencillo pero también complicado y, sobre todo, incómodo. Sí, incómodo con motivo, a diferencia de la idea de algo romántico. — Hago trabajos que me van saliendo de vez en cuando, principalmente relacionados con la confección textil. — Y de ahí el estar incómoda, pues no tengo un trabajo, ni siquiera uno parcial porque lo que acabo de soltar es mentira. En realidad no es del todo falso porque sí que hago eso de vez en cuando, pero simplemente es cuando se aproxima el invierno y necesito ropa de abrigo o quiero llevar algo al Distrito 14, así que acabo yendo de caza y haciendo algún apaño rápido. — Y dime, ¿cómo es ser jefa? No te tomaba por alguien dominante — añado con un tono bromista, con un subtexto que no se refiere precisamente al laboral solo.
Cuando escucho su respuesta sobre su trabajo, me arrepiento de haberlo preguntado por dos sencillos motivos. El primero es básicamente porque no esperaba que fuera la jefa de algo, teniendo en cuenta el lugar en el que no hemos encontrado; y el segundo es porque por un momento no había pensado que me fuera a devolver la pregunta. Responder a eso es algo sencillo pero también complicado y, sobre todo, incómodo. Sí, incómodo con motivo, a diferencia de la idea de algo romántico. — Hago trabajos que me van saliendo de vez en cuando, principalmente relacionados con la confección textil. — Y de ahí el estar incómoda, pues no tengo un trabajo, ni siquiera uno parcial porque lo que acabo de soltar es mentira. En realidad no es del todo falso porque sí que hago eso de vez en cuando, pero simplemente es cuando se aproxima el invierno y necesito ropa de abrigo o quiero llevar algo al Distrito 14, así que acabo yendo de caza y haciendo algún apaño rápido. — Y dime, ¿cómo es ser jefa? No te tomaba por alguien dominante — añado con un tono bromista, con un subtexto que no se refiere precisamente al laboral solo.
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Creo que la pongo nerviosa; Supongo que hablar de romanticismo, o de repetir experiencias, en esta situación no es lo más conveniente. No suelo hacerlo, pero bueno...ya he incumplido mis propias reglas diciéndole de que trabajo, una más...
Mi pregunta la incómoda, o quizás sea yo, porque un "¿y tú?" es la pregunta más lógica que puede hacérsele a alguien que te acaba de preguntar algo. ¿Qué es exactamente lo que estoy haciendo mal? Supongo que la relaciones sociales no son lo mío... estoy oxidada y eso es buena señal. Aislamiento total.
-Está bien. - No sé que más decirle al respecto, no tiene un gran trabajo...y yo no tengo nada que ofrecerle en ese campo; Además intentar conseguirle trabajo está totalmente en los límites infranqueables de mis normas, sería demasiado personal e invasivo.
-Oh vaya...- me rio ante su broma, supongo que anoche no lleve la voz cantante todo el rato. Una de las cosa más comunes del universo, los que tenemos trabajos con responsabilidad y tomas de decisiones...no solemos querer mandar en la cama, al menos...no todo el rato. - Para mí no es muy diferente a ser empleada... sé me da bien lo que hago y pueden consultarme dudas y problemas la gente de la plantilla del hospital.- Me enojo de hombros.- Lo peor es el papeleo... pero bueno, es un buen trabajo. - Un buen trabajo en un distrito mal pagado. No está del todo mal para lo que soy.
-Si algún día necesitas ayuda medica...bueno, ya sabes dónde encontrarme. - Otra vez bailando la samba con mis normas personales, últimamente estoy que me salgo.
He temrinado de abrocharme la blusa, me miro en un espejo y me coloco un poco el cabello; Perfecta, nadie diría que he tenido una noche movidita. Me muevo hacia la puerta y me detengo, esto es un poco incomodo. Me rasco la nuca y miro a la morena antes de dejar ir un leve suspiro.
-¿Al final...quieres desayunar? ¿O prefieres que desaparezca? - No lo digo con un mal tono de voz, es un decisión simple...a mi no me va a moletar.
Mi pregunta la incómoda, o quizás sea yo, porque un "¿y tú?" es la pregunta más lógica que puede hacérsele a alguien que te acaba de preguntar algo. ¿Qué es exactamente lo que estoy haciendo mal? Supongo que la relaciones sociales no son lo mío... estoy oxidada y eso es buena señal. Aislamiento total.
-Está bien. - No sé que más decirle al respecto, no tiene un gran trabajo...y yo no tengo nada que ofrecerle en ese campo; Además intentar conseguirle trabajo está totalmente en los límites infranqueables de mis normas, sería demasiado personal e invasivo.
-Oh vaya...- me rio ante su broma, supongo que anoche no lleve la voz cantante todo el rato. Una de las cosa más comunes del universo, los que tenemos trabajos con responsabilidad y tomas de decisiones...no solemos querer mandar en la cama, al menos...no todo el rato. - Para mí no es muy diferente a ser empleada... sé me da bien lo que hago y pueden consultarme dudas y problemas la gente de la plantilla del hospital.- Me enojo de hombros.- Lo peor es el papeleo... pero bueno, es un buen trabajo. - Un buen trabajo en un distrito mal pagado. No está del todo mal para lo que soy.
-Si algún día necesitas ayuda medica...bueno, ya sabes dónde encontrarme. - Otra vez bailando la samba con mis normas personales, últimamente estoy que me salgo.
He temrinado de abrocharme la blusa, me miro en un espejo y me coloco un poco el cabello; Perfecta, nadie diría que he tenido una noche movidita. Me muevo hacia la puerta y me detengo, esto es un poco incomodo. Me rasco la nuca y miro a la morena antes de dejar ir un leve suspiro.
-¿Al final...quieres desayunar? ¿O prefieres que desaparezca? - No lo digo con un mal tono de voz, es un decisión simple...a mi no me va a moletar.
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Que me diga que es como ser empleada tampoco me es de mucha ayuda para imaginar su ambiente laboral. Puede que ella crea que ahora tengo pequeños trabajos textiles pero que en algún momento haya tenido un trabajo "en condiciones"; sin embargo, tampoco es el caso. A lo que me refiero es que aunque llevo ya cuatro años viviendo por los distritos del norte, antes ni siquiera vivía en Neopanem, así que la jerarquía laboral, los distintos trabajos y todas esas cosas, me resultan bastante desconocidos. Lo único de trabajos que sé son los de los diferentes departamentos del 14 porque es donde he crecido. — No me extraña. Quedarse sentado rellenando papeles y leyendo informes debe de ser horrible — comento finalmente solo para decir algo al respecto. En realidad esa situación sí que puedo imaginarla porque no es tan complicado y teniendo en cuenta que yo soy una persona de estar en movimiento y sin estarse quieta, me resultaría odioso. En realidad, pensándolo bien, debe de ser parecido a cuando en el 14 nos enseñaban "cosas útiles" en vez de seguir con los entrenamientos, que para mí era lo que más me gustaba porque tenía bien claro que de mayor querría salir y hacer todo lo posible por mejorar la situación del país. Catorce años después todo sigue igual, o incluso peor.
Asiento ligeramente con la cabeza cuando dice lo de la ayuda médica. — Gracias, lo tendré en cuenta. — En realidad no porque no me gusta tener trato con los líos de una noche porque es ponerme en peligro, y el único medimago en el que confío es Seth. — Y ya que no puedo ofrecerte nada a cambio laboralmente hablando, ya me encargo yo del desayuno — añado antes de aparecerme en la planta baja del edificio para ir a buscar algo que llevarnos a la boca. No tardan demasiado en servirme, y aunque no es un manjar por el distrito en el que estamos, desde luego que no me puedo quejar porque peores cosas he comido. Sea como sea, vuelvo a aparecerme en la habitación con la bandeja en la mano. — No sabía que pedir, así que he cogido un poco de todo — digo mientras dejo la bandeja en la cama. Y con un poco de todo me refiero a pan tostado, zumo, leche, y algunos dulces que desde luego no parecen recién hechos.
Asiento ligeramente con la cabeza cuando dice lo de la ayuda médica. — Gracias, lo tendré en cuenta. — En realidad no porque no me gusta tener trato con los líos de una noche porque es ponerme en peligro, y el único medimago en el que confío es Seth. — Y ya que no puedo ofrecerte nada a cambio laboralmente hablando, ya me encargo yo del desayuno — añado antes de aparecerme en la planta baja del edificio para ir a buscar algo que llevarnos a la boca. No tardan demasiado en servirme, y aunque no es un manjar por el distrito en el que estamos, desde luego que no me puedo quejar porque peores cosas he comido. Sea como sea, vuelvo a aparecerme en la habitación con la bandeja en la mano. — No sabía que pedir, así que he cogido un poco de todo — digo mientras dejo la bandeja en la cama. Y con un poco de todo me refiero a pan tostado, zumo, leche, y algunos dulces que desde luego no parecen recién hechos.
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Me encojo ligeramente de hombros ante su comentario; Algo malo tenía que tener ser la jefa ¿no? Tampoco es que me importe en exceso, mi vida está completamente dedicada a mi trabajo, socialmente soy un cero a la izquierda, así que tengo tiempo para eso y para más. Ya es un milagro que esté teniendo una conversación tan larga con alguien con quien me he acostado...
"Gracias, lo tendré en cuenta..." Sonrío, prefiero que no lo tenga muy en cuenta, pero si algún día aparece en el hospital no seré yo quien le niegue ayuda médica, sobre todo si sus heridas están dentro de mi área. "Y ya que no puedo ofrecerte....ya me encargo yo del desayuno" Entreabro los labios para decirle que no hace falta, pero sale disparada de la habitación y yo me quedo con la palabra en la boca.
-Bueno...pues vale. -Digo una vez a solas en la habitación, mirándome en un espejo durante un breve momento. "¿Que estás haciendo Talysa?" Me pregunto a mi misma antes de sentarme en la cama a esperarla.
La morena vuelve. Es curioso, pero se a que se dedica y no sé su nombre; Supongo que la noche anterior no se lo pregunté, y ahora prefiero no hacerlo. No es algo realmente importante, simplemente me hace gracia haberle dicho a una amante sin nombre, mi verdadero oficio.
Deja la bandeja en medio de la cama y yo me acomodo con una sonrisa, viendo que a traído un poco de todo; Es lo que tiene que no nos conozcamos, no sabemos las preferencias...al menos nutritivas, la una de la otra.
-Está perfecto, no tenías por qué invitarme. - Digo con autentica modestia sirviéndome un poco de zumo. ¿Y ahora que digo? -Creo que eres la primera persona con la que hago esto. - Confieso sin poder evitar reírme un poco. ¿He hecho bien en decir eso? Bueno, tampoco importa mucho, no creo que volvamos a vernos.
"Gracias, lo tendré en cuenta..." Sonrío, prefiero que no lo tenga muy en cuenta, pero si algún día aparece en el hospital no seré yo quien le niegue ayuda médica, sobre todo si sus heridas están dentro de mi área. "Y ya que no puedo ofrecerte....ya me encargo yo del desayuno" Entreabro los labios para decirle que no hace falta, pero sale disparada de la habitación y yo me quedo con la palabra en la boca.
-Bueno...pues vale. -Digo una vez a solas en la habitación, mirándome en un espejo durante un breve momento. "¿Que estás haciendo Talysa?" Me pregunto a mi misma antes de sentarme en la cama a esperarla.
La morena vuelve. Es curioso, pero se a que se dedica y no sé su nombre; Supongo que la noche anterior no se lo pregunté, y ahora prefiero no hacerlo. No es algo realmente importante, simplemente me hace gracia haberle dicho a una amante sin nombre, mi verdadero oficio.
Deja la bandeja en medio de la cama y yo me acomodo con una sonrisa, viendo que a traído un poco de todo; Es lo que tiene que no nos conozcamos, no sabemos las preferencias...al menos nutritivas, la una de la otra.
-Está perfecto, no tenías por qué invitarme. - Digo con autentica modestia sirviéndome un poco de zumo. ¿Y ahora que digo? -Creo que eres la primera persona con la que hago esto. - Confieso sin poder evitar reírme un poco. ¿He hecho bien en decir eso? Bueno, tampoco importa mucho, no creo que volvamos a vernos.
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