Los adultos no tan mayores habían regresado, tenía entendido que había habido algunas heridas. Pero por mi castigo aun no se me permitía practicar mis conocimientos, aunque según la abuela Arleth aun me quedaba mucho recorrido para siquiera acercarme a un ser vivo.

Lo cual podía entender, saber de plantas no era suficiente; así que, inteligentemente, capte la indirecta que la sabía matriarca Ballard quería transmitirme con sus palabras, por algo era su mejor estudiante. Necesitaba más perspectiva y conocimientos. Por ende, necesitaba seguir consultando a las grandes mentes que me rodeaban, y una de ellas estaba en la cabeza de la mujer que me había salvado del fuego y había realizado primeros auxiolios en mí. Practicamente la unica doctora certificada del distrito y quien había puesto más huesos rotos en su lugar que cualquiera que conociera.

Después de dar vueltas por aquí y por allá, tal vez más de las que debía pero Noel estaba en la etapa de descubrimiento y como madre responsable tenía que darle su libertad pero vigilandolo, sin darle del todo su privacidad y lo que posiblemente le diera problemas de confianza y relación con el entorno, no obstante yo era madre primeriza y la angustia era muy fuerte. Encontre a Alice en la cabaña de papá número 1.

- ¡Al fin te encuentro! - exclamé - Te estaba buscando, necesito pedirte algo. O tal vez sea más una oferta porque también es en beneficio del resto - dije mientras entraba y me acercaba a la doctora hasta ponerme a su lado en aquella mezcla de living/cocina/estudio/cuarto de potros aka hombres, de verdad necesitaba mejorar mi habilidad con el perfume natural y regalarle un galón a Ben - No se si Arleth te ha contado porque ella es demasiado seria para siquiera alardear, pero le he pedido ser su estudiante en el manejo de las plantas medicinales. Pero me he dado cuenta que aunque es un noble arte no me alcanza para ser la mejor doctora. Por lo que se me ocurrio recurrir a ti como otra de mis profesoras y que me enseñes a ser sanadora sin necesidad de magia o medicamentos, ya sea entender enfermedades, atender heridas y todos esos detalles sangrientos. ¿No es de las mejores ideas que has escuchado?

Desde que regresamos del doce parece haber muchas más cosas que hacer de las que había cuando nos fuimos, a pesar de que tampoco estuvimos mucho tiempo fuera. Pero con el invierno a la vuelta de la esquina hay labores como organizar las reservas de comida o procurar que los campos estén en buenas condiciones son de vital importancia para lo que nos viene encima, por no mencionar que  esta época del año siempre trae más resfriados que personas en este distrito. Por eso encuentro realmente reconfortante el poder sentarme durante cinco minutos después de haberme pasado la mañana de un lado para otro con la intención de servir como ayuda incluso con las tareas más sencillas.

De todas maneras no pasa mucho tiempo antes de que la soledad sea interrumpida por una voz que a primeras reconozco como la de Murphy, aunque me sorprendo cuando veo una cabellera rubia sustituir la morena de mi hija entrando por la puerta. -  Ey, Bev... - Murmuro extrañada alargando el cuello hacia ambos lados como si estuviera en búsqueda de Ben o cualquier otro que pueda ser de utilidad. Por alguna razón no esperaba que fuese yo la persona que estaba buscando, motivo por el que mis cejas se alzan con un obvio interés ante su inesperada oferta. - Espera, espera, para el carro, ¿quieres ser médica? - Habla tan deprisa que me cuesta entender todo lo que dice, sobre todo porque aún estoy intentando procesar lo primero que sale de su boca, pero creo que al final acabo por hilar puntos hasta dar con algo entendible.

- ¿Es algo que has decidido tú misma o solo es por probar algo diferente? - Porque aunque es verdad que la mayoría conoce las maniobras más básicas, por la cuenta que nos trae, creo que Beverly es la primera de los chicos que ha mostrado cierto interés en la medicina, lo que me hace mirarla con una ceja alzada ante la mera opción de que tan solo sea algo pasajero que se le ha metido en la cabeza. - Ser médica no es solo curar heridas, Bev, conlleva una gran responsabilidad, son las vidas de otros las que están en juego, ¿entiendes eso? - Va más allá de pelar patatas o recolectar frutos del bosque, lo que no significa que esté diciendo que sea menos importante, pero es evidente que el compromiso no es el mismo.

Me tomo unos segundos para contemplar sus expresiones en lo que me decido a alzar la voz incluso antes de que le dé tiempo a pensarse una respuesta. - De acuerdo, haré de tu profesora, maestra o como quieras llamarlo, pero debes comprometerte a no hacer ninguna tontería. Nada de ir por ahí jugando a ser enfermera, tienes que estudiar mucho si decides que esto es lo que quieres hacer. - Probablemente la razón por la que haya aceptado sea porque hubo una vez donde yo estuve en su lugar, y aunque me niegue a admitirlo, me produce un poco de nostalgia. Igualmente por lo general no hay mucho que hacer a no ser que ocurra algo como con el doce o el incendio, por lo que siempre tendríamos que empezar por cosas más teóricas.

Supongo que Alice no era tan proclive al chisme como pense, creí que sabría para ahora de mi entrenamiento con la abuela. Aunque por otra parte mejor que no supiera y asosiara la pelea con Link, era un momento en mi vida que quería borrar y aun estaba enojada con Ben por transmitirme tan terribles instintos violentos. Era todo su culpa.

- Si, mi intención es ser una gran sanadora y todo fue idea mía - le dije con orgullo y tal vez un poco de emoción porque sentí las garras de Noel contra mi piel por el susto. Pero el que aceptara me quita cualquier otra cosa de la mente, podía notar como mi sonrisa se ensanchaba en mi cara - ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Te juro que estoy mas que comprometida con esto! - dije tomando una de sus manos.

Tal vez demostré mucho, pero realmente estaba feliz. Podía sentir como mi cerebro iba a toda velocidad entre pensamientos de los libros que tenía sobre el cuerpo humano e imagenes de mis ilusiones sobre el futuro. Mamá iba a estar muy orgullosa.

- Puedo entender lo que significa, lo descifré luego de lo que pasó con el incendio - le dije tratando de explicarle mi razon - Podría haber sufrido una herida peor o incluso morir, pero tu me ayudaste y curaste, y desde entonces he pensado que solo tener cosas para posibles accidentes no sirve de nada sino se como usarlas, ya sabes, hablo de mis bolsitos para emergencias. Quiero ayudar al resto y no volverme a sentir inutil, y el darme cuenta me ha dado todo un nuevo proposito. Además ser sanadora va perfecto con quien quiero llegar a ser como persona. Quiero salvar vidas o incluso hacer sentir mejor a alguien.

Que tenga las ideas claras me hace alzar ligeramente el mentón en señal de aprobación, aunque aún con un leve aire de desconfianza ante la posibilidad de que pueda echarse atrás a la primera de cambio. No puedo decir que conozca bien a Bev, apenas creo conocer a mi propia hija como para centrarme en los hijos de los demás, pero algo que he podido notar es que con el paso de los años se parece más a su madre, y digamos que no es una persona a la que se le puedan sacar sus ideas de la cabeza facilmente. - Me alegra oír eso, nos vendrán bien un par de manos extra. - Aunque al principio tenga que limitarse a observar y atender, que puede parecer una pérdida de tiempo pero que a la larga puede salvar muchas vidas.

Su entusiasmo me provoca una pequeña sonrisa que acompaño dándole unas palmaditas con mi mano libre sobre la suya antes de darle un pequeño apretón. A día de hoy puedo decir que por muchos libros de medicina y apuntes sobre anatomía que hubiera en casa, Murphy jamás se interesó por ello, por lo que la idea de poder transmitir esa información a otras generaciones a través de Beverly de repente no me parece tan mala idea. - Está genial todo eso que dices, Bev, pero hay muchas cosas aparte de saber administrar medicamentos que necesitas conocer antes de poder hacer algo así. Primero tienes que conocer como funciona el organsimo, por que está formado, cuáles son las reglas básicas por las que se rige el cuerpo, ¿qué sabes de anatomía? - Conozco que Sophia les explica lo básico porque todos necesitan entender los fundamentos de la vida, pero también sé que no dispone del tiempo suficiente para explicar absolutamente toda la ciencia si tiene que centrarse en otros temarios.

- La anatomía es extensa, y solo la base de todo lo que necesitarás saber para convertirte en médica. - Por no mencionar que apenas constituye un 10% de lo que tendrá que recordar a lo largo de este largo camino. - Anatomía, fisiología, farmacología... son importantes, pero como dices se trata de salvar vidas. Los conocimientos teóricos son igual de fundamentales que saber como reaccionar ante una situación de gravedad, como lo que ocurrió con el incendio. - Poso mis ojos claros sobre los de ella con la intención de que me preste su máxima atención. - Muchas veces no vas a poder salvarlos, es parte del trabajo, pero con suerte mientras estés aquí no vas a ver mucho más allá de catarros o fiebres. - Aunque quién sabe, el día de mañana podría sorprendernos tal como lo hizo la tormenta que destrozó medio distrito.

La escucho con muchisima atención, para demostrarle que realmente iba en serio y que me dedicaría a ello con todas mis fuerzas. El pensar en todo lo que tendría que aprender me abrumo por un momento, pero me lo tragué con esfuerzo y me mantuve firme en mi objetivo cuadrando mis hombros.
Esto era lo que quería.

- Puedo entender lo que es la perdida - dije priorizando esa frase, podía sentir a Noel moverse dentro de mi abrigo, mientras recordaba que lo había dejado huerfano y como había pensado que eso podría llegar a pasarme si algo le pasaba a mamá - Pero quiero intentarlo al menos -

También podía recordar a aquellos que perdimos en el fuego, lo cual me terminaría llevando por un camino melancólico y no era el momento de ponerme estilo canción adolescente con guitarra acústica. "Piensa en otra cosa" me insistí y volví a lo que me dijo Alice.

- Y de anatomía se sobre los huesos y músculos, sobretodo de los últimos y como se destruyen y recomponen constantemente si te mantienes haciendo ejercicio. ¿Sabías que a los hombres se les puede romper el pene? Lo lei una vez en una revista y mamá me dijo que era algo muy serio que podía pasar durante el sexo - mire para atras por si alguien se acercaba -Le he intetado explicar eso a Ben desde hace un mes, pero porque es un reprimido siempre me interrumpe, asi que pense que tu como medica podías decirselo.

Cuando observo las expresiones de Bev para intentar descubrir lo que piensa mientras hablo, se me pasan por la cabeza una gran cantidad de razones por las cuales jamás me imaginé que pudiera llegar a tener esta conversación con ella, principalmente porque tampoco creía que ninguno de los chicos estuviera interesado en la medicina. Incluso su actitud me sorprende cuando un tema tan delicado como lo es la muerte sale a la luz, ni siquera yo estoy segura de entender la pérdida de una persona. Como médica, conozco las causas y las razones por las que alguien deja de respirar, pero creo que lejos del ámbito sanitario, no tengo ni idea de como reaccionar ante ello. Le dedico una sonrisa pequeña y sincera antes de permanecer en silencio durante unos segundos para dar por zanjado este tema.

- Puedo prestarte algunos de mis libros de anatomía, si quieres. La mayoría se quemaron en el incendio pero pude salvar unos cuantos. - Lo cual es una suerte porque las pocas cosas que he poseído a lo largo de estos últimos años son libros y apuntes de cuando yo misma estudiaba, aunque no tuve la opción de recuperar todo. - El cuerpo humano es extenso, mucho más de lo que te imaginas, estudiarlo lleva su tiempo. Te ayudaré con lo que no entiendas y no me importa dedicar ciertas horas de la semana a enseñarte lo que no está en los libros. - Mis cejas se alzan levemente mientras hablo, fijando mis ojos sobre los suyos con serenidad. Casi me alegro de poder utilizar ese tiempo haciendo algo para lo que realmente estudié, bueno tampoco, pero se acerca más a la medicina que recoger huevos.

Algo que definitivamente no me esperaba es el giro que toma la conversación, lo que es perceptible en la forma en la que mis ojos llegan a su máxima amplitud junto con una tos jocosa que sale de mi garganta al intentar disimular mi sorpresa. - Eeeh... Sí, claro, Bev, pero eso es muy raro que ocurra. Muy. Raro. - Y remarco la palabra 'raro' profundizando en su pronunciación y haciendo un gesto con mi cabeza que no estoy muy segura de lo que pretende significar. - ¿De dónde sacaste esa revista? - Le pregunto con interés ante la posibilidad de que se la hayan estado pasando entre ellos, lo cual me produce cierto nerviosismo al pensar en mi hija. - Claro, por supuesto, se lo diré, en cuanto tenga oportunidad... - Esta vez trato de disimular la risa que amenza con salir de mi boca, así como el rubor de mis mejillas apartando la mirada hacia un lado y agachando la cabeza a la vez que me llevo una mano a ella. Seguro que hace de una conversación estupenda la próxima vez que vea a Ben, que viene siendo muy a menudo.

Cuando mencionó los libros estoy muy segura que mis ojos brillaron. Si fuera un dragón como los de las historias humanas seguro tendría una biblioteca enorme...la cual debería ocultar a mi tirano padre Ben que me obligaría a recolectar oro, dugj.

- Claro que me gustaría - respondí rápido cuando dijo lo de enseñarme lo que no estuviera en los libros - Las prácticas son lo mejor para complementar lo teórico, eso dice Sophia y creo que tiene razón ¡Incluso tengo una bata blanca que me regalo mamá!

Por un momento todas mis ilusiones y fantasías pasaron como un flash por mi mente, pero las dominé porque aun no tenía la confianza con Alice para ponerme a mirar las estrellas y que creyera que no le estaba prestando atención. No era lo mismo que con la abuela Arleth. Me costó, pero logre mantenerme en el aqui y ahora.

- Pues lo saque de una de las revistas de mamá que ha conservado con el tiempo, son viejas pero muy sabias. Tienen mucha información sobre relaciones y sexo divertido y seguro - le explique con mi tono de persona seria y madura - Me tomó un tiempo entenderlo todo, pero gracias a que los libros tienen explicaciones más gráficas, pude descifrarlo - dije mientras asentía y cruzaba los brazos por mi pecho con orgullo - Puedo prestartelas si quieres, y podríamos dar clases sexuales que he notado son muy necesarías - le dije mientras imagenes de ella,  mamá y yo dando clases pasaban por mi mente, Link aceptandose de una vez y Ken viniendo a explicarme sus sentimientos, como debió haber sido desde un principio. Pero no iba a ir por ese camino, volvamos a yo siendo profesora además de medica. Madre tierra, mi futuro era cada vez más brillante.

Asiento con la cabeza dándole la razón en cuanto a lo de la práctica, aunque levanto una mano en señal de pausa para que me escuche con atención antes de que se le ocurra ir por ahí abriendo a la gente. - Como toda ciencia las prácticas son muy importantes y necesarias, pero antes debemos asegurarnos de que conoces bien la teoría para no herir a nadie, ¿verdad? - De nada serviría enseñarle como detener una hemorragia si no tiene ni idea de como contrarresta el organismo la pérdida de sangre. - Cuando estés lista podrás acompañarme cuando alguien precise de atención médica, pero solo observar. De momento. - Añado al final para no desanimarla. Yo misma pasé años atendiendo a lo que hacía Allen y aunque sé que no es lo mismo que participar directamente, no es más que una niña todavía. - Mmmm, déjame ver esa bata antes de nada... - Viniendo de Eowyn podría haberla utilizado para cualquier cosa.

- Las revistas de tu madre, pues... Debí imaginármelo, ¿no eres un poco joven para conocer esas cosas? - Y con "esas cosas" me refiero a toda esa información que dice saber acerca de relaciones sexuales. La miro con una ceja alzada casi sin poder contener mi incredulidad, aunque siendo hija de Eowyn tampoco podría haber esperado una reacción diferente, al fin y al cabo son tal para cual. - ¿Explicaciones más gráficas? - Me atrevo a preguntar cuando lo dice, pero me aseguro de negar con la cabeza milisegundos después de decirlo en voz alta y sacudiendo levemente la mano. - Bueno, mejor no respondas, prefiero no saber. - Admito para después soltar un suspiro que esconde una risa inquieta.

Vuelvo a mirarla cuando dice que podría prestarme sus resvistas y esta vez si que me quedo de piedra por unos segundos, observándola como si me hubiera dicho que la luna es cuadrada. - Yo... Esto, Bev, creo que no hace falta. Pero gracias, todo un detalle por tu parte. - Murmuro con nerviosismo, mirando a todos lados menos a ella. - Tienes razón, las clases sobre sexualidad son importantes, pero quizás hay otras cosas de las que debemos preocuparnos ahora, ¿no crees? - Trato de llevar la conversación hacia otro lado porque estoy segura de que no quiero ver hacia donde va a parar la charla si le doy pie a que siga hablando de sexo, posturas sexuales o saber qué se le ocurre esta vez.

- La abuela dijo lo mismo de la teoría - le comenté mientras aceptaba que mis sueños y la realidad iban a tardar mucho en encontrarse, pero no me desanimaba. Yo era una Redford, y como mamá decía, las rubias siempre se divertían más. No tiene que ver pero me gusta repetir esa frase para darme ánimos - ¡Aunque si quieres puedo acompañarte a partir de tu siguiente caso! Observando claro. Arleth acepto y ya estuve en dos de sus consultas mientras le daba raíces de Ginseng a algunos de los trabajadores de la granja, incluso me enseño como prepararlas. - le dije recordando la emoción que sentí en esos momentos y ahora entendiendo la aplicación del dicho de mamá.

De cualquier modo Alice se mostraba más interesada que la abuela en obtener una aprendiz, supongo que a la última le costaba dejar más de lado que era su pequeña. Aun recordaba aquellas épocas en las que le hacía compañía mientras mamá y mis papás estaban ocupados, y me decía que de más grande me enseñaría. Pues el tiempo había llegado y seguro aún me veía como una niña de 7/8 años, que me asomaba con esfuerzo a su mesa de trabajo con mis fieles trenzas rebotando en mis hombros. Era tan adorable.

Mis recuerdos se vieron interrumpidos por el comentario de "no eres un poco joven", lo que me llevo a fruncir el ceño, diría con indignación pero ya estaba resignada a esa frase después de escucharla tantas veces...

"¿no eres un poco joven para usar esos jeans ajustados?" by Elioh.

"¡Eres demasiado joven para saber lo que son las partes intimas de los niños y niñas!" by Ben.

"¡Aun eres joven para saber la diferencia entre tanga y cullotte!" by Ava.


Y así varios en el repertorio de aquellos que se hacían llamar adultos. Por lo que para responder a Alice tomé aire y me relaje para explicarle.

- La edad no debería ser un impedimento para el conocimiento. Y sobretodo cuando se trata de la sexualidad, la cual nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida según Freud. El era un científico muy importante hace muchísimos años y descubrió que desde que nacemos estamos despiertos ¿Sabías que los bebes se llevan cosas a la boca porque es la principal zona etógena? Él lo descubrió. Lo leí en un articulo. Así que es bueno que sepa sobre esas cosas porque me ayudan a entender mejor mi cuerpo y cuando las hormonas aparecerán. - me puse a pensar en donde habría guardado aquellas y que ojala no fuera la revista que salvajemente Link había destruido, de solo recordarlo mi corazón se encogía de dolor.

- Las clases sexuales siempre son importantes - dije volviendo mi mente a la conversación - Claro que no es por lo que te vine a hablar, aunque de verdad creo que debería prestarte las revistas si estas teniendo encuentros con Ben, quien, no es de los más creativos y seguros para el sexo. Hola, yo soy un ejemplo y si quieres otro, deberías ver como se pone cuando me quita mis novelas y las revisa para ver que leo - le confieso recordando las anécdotas de mamá. Un hombre tan pudoroso no puede ser divertido en el sexo, por más buen cuerpo que tenga y su amante hombre - Seguro que de ti tomara mejor el consejo que di mí. Aunque no entiendo por qué. - digo mientras ruedo los ojos y levanto los hombros. Otra vez, gracias a la diosa luna soy hija de Eowyn.

En mi mente decido que, una vez haya demostrado que sabe lo suficiente como para entender lo que hago, podrá acompañarme a una consulta si la situación lo permite. Sin embargo, no puedo negar que me produce cierta inseguridad el pensar que pueda distraerse con la mínima cosa. - ¿Qué más te ha enseñado Arleth? - Le pregunto con interés cuando me cuenta sobre lo que ha aprendido de su abuela, pues eso nos ahorra un tiempo que podemos dedicar a estudiar otras cosas, aunque sospecho que se habrá dedicado a enseñarle sobre el uso medicinal de las plantas.

Casi me arrepiento de mencionar su corta edad cuando pone esa cara, tratando de ocultar su enojo ante esa frase, lo cual me hace soltar una ligera risa que me trago antes de que crea que no la estoy tomando en serio. - ¡Claro que no! Es genial que quieras aumentar tus conocimientos, solo digo que... - A quién voy a mentir, ni yo sé lo que digo. - ¿Quizás centrarte en otro campo más interesante para ti? No digo que seas joven para saber, pero andas preocupada por cosas que no se pueden controlar. - Genial, Alice, dile eso a una niña que si bien no sabe más de sexo que todas las personas que viven en este distrito juntas, lo hará en el futuro. - Olvida que yo dije eso. - Mi cara de desesperación tiene que ser un poema mientras elevo los hombros a la par que, de alguna forma, consigo encoger el torso en mi sitio, soltando un suspiro mezclado con algo parecido a un bufido de exasperación, ¡tenía que sacar a Freud! - Freud fue importante en su siglo, y tienes razón, descubrió muchas cosas que a día de hoy explican como nos comportamos, pero también estaba equivocado en otras tantas, no solo actuamos bajo instintos sexuales. - Que es, basicamente, todo en lo que se centra su trabajo. - Hay otros factores que influyen en la conducta de una persona. - Y me abstengo de decir que lo comprenderá con la edad porque tampoco hace falta ser un vejestorio para darse cuenta de eso.

Si no me caí de la silla cuando sacó este tema, definitivamente casi lo hago ahora cuando empieza a hablar sobre lo poco creativo que es Ben en todo el asunto, lo que me hace mirar al techo disimuladamente para ocultar el rubor probablemente acumulado en mis mejillas. - De verdad, Bev, no puedes sacar esas cosas solo "leyendo revistas". - Y es que la situación se me presenta tan surrealista que no puedo evitar soltar una risa seca. - Porque tú aún eres una niña, Bev, y no lo digo con intención de ofender. Muchas veces vas a tener la razón, pero eso no es algo que les guste escuchar a los hombres, ¿sabes? Por eso actúan como si lo supieran todo incluso cuando no es así. - Le explico cuando se queja del poco caso que le hace Ben ante sus consejos, a pesar de que, siendo sincera, no estoy muy segura de si lo hago por creer que lo que me dice es verdad o porque realmente pienso que la mayoría de los hombres se comportan de esa manera. Quiero creer que ha pasado mucho tiempo como para que eso aún se considere una excusa. - Y Ben no es tan terrible. - Murmuro un tiempo después, aunque segundos más tarde me percato de que quizás ese comentario pueda llevar a confusión si se tiene en cuenta que hasta hace unos minutos la criatura estaba hablando de sexo y me aseguro de añadir rapidamente: - Solo se preocupa por ti. - Suelto un suspiro tras una leve sonrisa que oculta la incomodidad en la que podría haber acabado esta conversación, si no lo es ya de por sí.

Alice quiso saber más sobre mis clases con Arleth y yo estaba más que feliz de contarle, asi que mientras sonreía me puse a relatarle.

- Pués principalmente he aprendido sobre el cuidado y trato con diferentes plantas, a identificarlas y como conservarlas. Pero también me explico las diferentes heridas y profundidades que una persona puede hacerse y como tratarlas, como cuando Link apareció con unos rasguñones en los brazos y después cuando uno de los pescadores se arranco un pedazo de piel con el anzuelo. Termine sosteniendo una cebolla en la herida mientras la abuela le explicaba todo lo que tendría que comer para aumentar la cicatrización. Y también vimos las diferentes dolencias como el dolor de cabeza o articulaciones.

La verdad que ella me sonaba un poco más razonable que Ben cuando me hablaba de lo que debería hacer a mi edad. No se, sonaba de una manera en la que no me generaba poner cara de hastio. Seguro era el titulo.

- Hmm, lo que dices tiene sentido ¿Supongo que enfocarme en aprender medicina puede ser un campo de interés? Aunque la medicina es el estudio del cuerpo y el sexo es parte de este...

Mamá me había dicho algo parecido hacía algun tiempo "Los hombres son simples y básicos, solo di oh cuando hagan algo que creen merece reconocimiento y si se enojan desnuda un hombro y aprieta los pechos". Sabía que la doc era alguien igual de inteligente.

- Te las traere para la proxima - le dije cuando cuestiono las sagradas escrituras de "chica salvaje y dócil" - Lo sé - Creo que acaba de hacer referencia de que mi papá no es malo en el sexo, lo cual lo supongo porque por algo tiene tantos amantes, pero después dijo que se preocupa por mí, de cualquier manera queda bien.

Pronto nos sumergimos en un incomodo silencio en el que solo la miro expenctando y ella solo mantiene una sonrisa rara.

- Eeentonces, seguimos hablando de tu vida sexual con Ben, que puedo ir ahora a casa a buscar las revistas. O podemos pasar a los libros.

Escucho atentamente lo que tiene que decirme sobre las cosas que ha aprendido, haciendo especial caso a las partes que son de más interés para la medicina. En un lugar como el 14, cuanto más se sepa acerca de los problemas que pueden surgir, mejor, por eso no me sorprende en lo absoluto que Arleth le haya enseñado sobre el cuidado en alguien enfermo además del propio uso de las plantas. – Veo que has estado pasando bastante tiempo con la abuela. – Murmuro en un gesto afirmativo de mi cabeza, anotando mentalmente las cosas que me ha dicho para no aburrirla con cuestiones que ya conoce. – Aunque por centrarte en esto no debes dejar el resto de tus tareas sin atender, ¿crees que podrás con todo? - No dudo que pueda con las clases y el entrenamiento casi diario, pero en ocasiones puede resultar demasiado.

Se me antoja mostrar una sonrisa de alivio cuando consigo que deje de hablar sobre las ventajas de leer una revista para el sexo, no porque me sienta incómoda conversando sobre ese tema en específico con ella, sino porque no creo ser yo la persona más indicada para hacerlo. De todas maneras, asiento con la cabeza como para afianzar la seguridad en su pregunta, aunque sin ser capaz de reprimir un suspiro al final. – La medicina es mucho más que el estudio del cuerpo, si demuestras estar preparada para ser médica te darás cuenta de eso. Es, si me permites decirlo, la profesión más bonita a la que te puedes dedicar. – Y esta vez si que sonrío con pura sinceridad, mostrando además en esa curvatura de mis labios lo orgullosa que estoy de decírselo. – En un mundo donde todos se quieren destruir unos a otros, tú vas a curar personas, y no necesitas que nadie te otorgue ningún título para eso. – Uno de mis dedos se acerca a tocar su pecho con firmeza, demostrando con ese gesto el poder que puede llegar a tener en sus manos si esto se lo toma en serio.

Ruedo los ojos con gracia, además de que me muerdo levemente el labio inferior en el intento de contener una risa. No sé de donde habrán llegado esas revistas, mucho menos como consiguió que llegaran a las manos de su madre en un principio, pero si entraron en este distrito fue por las personas que tienen contacto con Neopanem habitualmente. Y ese círculo es bastante cerrado. – Nop, no hace falta. – Digo de forma tan rápida a la vez que me levanto cuando menciona ‘mi vida sexual con Ben’ que hago más ruido de lo que pretendía al arrastrar la silla por el suelo. – Mejor pasemos a lo interesante. – Para ella, está claro. Le hago un gesto con mi mano para que se quede en el sitio mientras me deslizo al cuarto de Ben y me acerco a la esquina donde Murphy y yo guardamos las pocas cosas que se pudieron salvar tras el incendio. – ¿Querías saber sobre anatomía? Bien, aquí tienes el primer tomo sobre la anatomía general del cuerpo humano. – El peso del libro recae sobre la mesa en un ruido sordo que levanta un poco de polvo, las tapas que lo recubren están un poco chamuscadas por el fuego pero el interior está intacto. – La histología viene siendo la base de todo, así que quiero que la próxima semana traigas un resumen de los distintos tejidos que se pueden encontrar en el organismo. – Abro el libro y paso varias páginas introductorias para señalar el tema de histología general.

Cuando dijo lo de las tareas, quise explicarle que más alla del estudio y la granja, me escapaba gran parte del tiempo de los ejercicios físicos con mi gran encanto. Pero considere que eso seria delatar mi brillante plan, por lo que solo asentí con mi mejor sonrisa de niña de cabellos rubios y sedosos que no rompe un plato.

Todo el discurso motivacional me generó un palpitar de emoción en mi pecho que hasta las manos me temblaban, y cuando acerco el enorme libro polvoriento casi grito. Otro libro enorme con el que alimentar mi sed de conocimiento y objeto para darle a Ben por la cabeza si me forzaba a hacer entrenamiento. Echo me daba miedo así que el safaba.

- Estaré aqui la semana siguiente sin falta.