Historia

La madre de Amarïe no era una persona normal, quizás ni siquiera se podía considerar persona por aquellos que conocían su verdadero ser. Ni siquiera ella misma se consideraba una persona, por lo simplemente vivía, aprovechándose de todo y de todos, presumiendo de sus dones como quería, derrochando de éstos. Hasta que un día los planes no fueron del todo como así lo deseaba y quedó embarazada de un hombre, un mero y simplón humano. Ardiendo de rabia, odio e ira se erigió como una arpía sed de sangre de aquel que había provocado aquello, con la mala suerte de que el hombre la sorprendió alcanzando a arrancar una de las prominentes plumas que sobresalían de sus hombros, y convirtiéndola en su propiedad.


Siete meses más tarde nació Amarïe, odiaba y amada a partes iguales. Su padre no dudó en agasajar a la pequeña, criarla como su hija que era y dotarla de lo mejor que podía adquirir, lo que no era nada lujoso dada la humilde vida que había llevado y seguía llevando, aprovechándose de las estafas o robos que podía conseguir su madre, bajo el uso de sus dones de veela. No era un buen hombre, no al menos con su madre, pero se deshacía como el algodón cuando de su hija se trataba el tema.

En el año dos mil cuatrocientos cincuenta y dos, la vida de aquella curiosa familia cambió por completo. Con la llegada del nuevo gobierno al poder, el patriarca de la familia, como humano que era, fue arrestado y llevado al mercado de esclavos, dejando a su hija, como legado, la pluma que le hubo arrancado a su madre, para que ésta pudiera controlarla y no le dejara sola con sus doce años. Lo primero que ordenó cuando la tuvo en su poder fue que se ocupara de liberar a su padre del mercado, que lo comprara o usara los métodos que considerara pertinentes, pero que sacara al hombre de aquel lugar.

Lo consiguió, vaya si lo hizo. El hombre regresó, esta vez como ‘esclavo’ junto a las mujeres, dejando que su hija siguiera llevando la pluma con ella como método de protección.

Con el paso de los años la relación entre ellos fue deteriorándose; siendo enseñada por su madre, la joven desarrolló algunos de las habilidades que le habían sido concedidas por su naturaleza de semi-veela, provocando con ello el desagrado y malhumor de su padre al que, cinco años después, retornó la pluma y abandonó junto a su madre. Vivió su vida en un intento de normalidad pero siendo despreciada por tratarse de una criatura mágica, no pudiendo optar a todo lo que hubiera deseado en la vida. Desarrollando más sus poderes, las opciones de conversión y, en especial, el útil don de la curación.

Mantuvo una relación con una joven maga pero siéndole infiel, en un momento de irreflexión, con el esclavo de ésta. Quedando embarazada y siendo la perdición de ambos. Ambos fueron descubiertos por su pareja que, despechada, los entregó a la justicia. El joven esclavo fue ejecutado mientras que ella consiguió escapar a duras penas, teniendo que refugiarse en los distritos del norte para poder sobrevivir, viendo como día tras día algo que odiaba crecía dentro de ella. No se podía ni imaginar que algún día habría de comprender el irracional odio de su madre hacia su persona. En el mismo momento en el dio a luz, dejó al niño frente a la puerta de uno de los orfanatos del Capitolio, para que al menos pudiera sobrevivir unas horas, y se fue sin mirar atrás.

Han trascurrido ocho años desde aquel momento. Actualmente se encuentra en el distrito once, aunque alterna su ‘residencia’ entre aquel y el doce, no pasando más de un año seguido en ninguno de los dos. No ha buscado a sus padres ni a su hijo, ni siquiera le preocupa si siguen vivos, solo quiere que las cosas cambien para poder regresar al mundo como alguien nuevo.

Estadísticas del personaje

VITALIDAD: 30 pts
FUERZA: 7
DESTREZA: 3
DEFENSA: 5
AGILIDAD: 5
RESISTENCIA: 5

¿no sabes como rellenar esto? Míralo en el sistema de combate. Si no tienes tiempo de leerlo o quieres dejarlo para más adelante, puedes hacerlo. Los stats no pueden modificarse una vez la ficha está hecha, por lo que es mejor que lo dejes para después que a que lo rellenes al azar.