OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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The Mighty Fall
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Marco Ercole Argento
Historia
En un crudo día de Invierno, cercano al final del mes de Enero, dió a luz una señora en una pequeña casa del distrito 4, cerca al mar. Sin duda, el destino le deparaba a la pequeña criatura algo que ni tan siquiera la propia madre se imaginaría que sucedería. En un ambiente de crispación, ya que los miembros de la familia, padre y madre, no compartían muchas de las opiniones en cuanto a bandos se refería, siendo el primero descendiente de una familia completamente capitoliana y estrica, y la segunda afianzada en los valores liberales, las cosas se torcieron más de lo esperado, hasta el punto de que, el mismo día del nacimiento de su hijo, Adelpho los abandono a su suerte, tanto a la madre como a la pequeña criatura. Pequeña criatura que fue llamada Marco, y que por desgracia portaría el apellido del padre al que nunca conoció y que, seguramente, nunca conocería. Es por ello que desde entonces, la familia Argento, de procedencia italiana pues antaño sus antepasados emigraron de la bota de Europa hacia el continente de NeoPanem en busca de un lugar estable, o lo que quedaba de ella, se descompuso y Marco tuvo una infancia dura alejado en demasía del rostro de su madre, figura que no tuvo y que no llegó a extrañar, a curiosear hasta muchos años después, aunque eso no quitaba que el calor familiar que su propia madre, Elea, fuera poco para poder crecer feliz y lleno de satisfacciones hasta que no pudo más. El camino a seguir fue duro, y poco a poco su madre fue deteriorándose, quedando en un aspecto lamentable ya que prescindía de comer para poder alimentar a Marco sin ningún tipo de problemas. Por aquel entonces, Marco no entendía la situación y no comprendía por qué su madre dejaba de comer, no tenía conciencia de todo lo que estaba pasado. Por otro lado, nunca supo que su madre era una squib, que había aprendido a realizar la magia, hasta que no hubo cumplido los siete años, y tuvo al menos algo de conciencia de lo que hacía o dejaba de hacer.
Conoció la cruda realidad del orfanato a los 3 años de edad, sin estar plenamente convencido de todo lo que estaba pasando. Su propia madre, desquiciada por el dolor de tener que abandonar a el único atisbo de vida que le quedaba, murió al poco tiempo de darle la seguridad que Marco hubo necesitado antes de exhalar su último suspiro, cosa que Marco, actualmente, no sabe. Sin embargo los Brawn pudieron ser capaces de volver a poner las cosas en su sitio, de darle un hogar a una pequeña criatura que acababa prácticamente de llegar al mundo y de educarlo en unos valores bastante diferenciados a los del resto. Porque Marco, en el fondo, escondía un don que en el mundo que corría estaba muy mal visto y ocultarlo estaba a la orden del día. La magia corría por las venas del pequeño del distrito cuatro, el cuál no se dió cuenta de ello hasta más adelante.
A los siete años de edad, en pleno uso de sus facultades y entre niñerías, la magia hizo su primera aparición. Exhausto tras un largo día en el colegio y cansado por el oleaje que lo había incitado a bañarse una y otra vez a la orilla del mar, la propia espuma que originaban las olas al romper en la arena empezaron a danzar a su alrededor, moviéndose al compás de la alegría que el pequeño denotaba al sentirse rodeado de un elemento que, como a todos en el distrito cuatro, no molestaba. La incesante preocupación de sus padres fue bastante maquiavélica, y manteniéndolo todo en secreto ocultaron dicha acción abandonando el lugar sin que nadie se diese cuenta. Marco siguió creciendo en compañía de sus padres adoptivos y conoció por primera vez a diferentes chicos en el distrito que posteriormente se convertirían en sus mejores amigos, como es el caso de Derian Castle. Su amistad con Derian duró lo mismo que dura una vela en apagarse, y no porque ambos se llevaran mal, todo lo contrario, eran casi inseparables. Pero el hecho de que Derian no fuera consciente de que Marco era mago era algo que los mantenía atados de alguna forma a una completa mentira que, de haberse sabido, seguramente hubiera terminado en broncas, peleas y un odio mutuo. Marco sabía que a su amigo no le gustaban los magos, e incluso él mismo era reacio a desarrollar su magia cuando se dió cuenta de que sabía hacer cosas que los demás chicos nunca llegarían a entender, que nunca fue reacio a compartir amistad con ninguno de ellos porque les había jugado malas pasadas.
Desde entonces que su magia fue prohibida no por sus padres sino por sí mismo, y la represión acusaba parte de sus sentidos, procurándose un tiempo todas las noches para, al menos, practicar aquellos hechizos que, realmente, nunca fue capaz de conjurar hasta que no consiguó una varita muchos muchos años más adelante. Sin evitar el roce con su propio padre el cuál lo tachaba de monstruo y con el que, verdaderamente, no llegó a congeniar en ningún momento. No obstante la relación con su madre es digna de mencionar, ella nunca falló y ella nunca le fallará.
Con once años, y sintiendo la necesidad de darle a Marco una compañía que lo hiciese valorar el verdadero significado de la vida, la señora Brawn decidió volver a adoptar, al igual que a él, a una chica con tres añitos de edad. Creyendo que de esa manera el trato de su esposo mejoraría ante un hijo que no le correspondía por sangre, el acto de buena fe se tornó en contra al recibir castigos que, el moreno, se autoimponía para defender la integridad tanto física como mental de la pequeña. Golpes, magulladuras, la orden del día en una casa que parecía a punto de caerse sobre sus propios simientos. Más sin embargo, desde entonces, sus ojos no tuvieron más partida que cuidar a Arianne. Mimarla, hacerla sentir una reina, proporcionarle el cariño que ese al que llamaban padre nunca le había dado. Una sirena que vagaba entre las olas, un tesoro bien preciado en lo más profundo del mar. Arianne fue un punto a favor en su relación con su madre, más su padre no pensó igual. Las cosas ponen a todos en su sitio y conforme pasaban los años, la muñequita fue tornándose en una muchachita a la que la vida no volvió a sonreír por igual.
Y se esfumó, y el humo se levantó como muralla en sus relaciones. El abuso que Marco vivió y no en su propia piel fue la gota que colmó el vaso. El pequeño Ercole, no tan pequeño entonces, sintió la clara necesidad de abandonar un hogar donde había visto demasiado. Viajó, tratando de buscar respuesta a sus antepasados, y se culpó mil y una vez por haber abandonado a Arianne a su suerte. Sabía de los planes de su madre, sabía como Violet había compuesto una barrera de protección para evitar que la chica recordara el trauma de haber vivido en su piel un maltrato aún mayor que un golpe en la mejilla. Y el asco se apoderó de Marco que en ningún momento tomó el apellido de la persona que, por tantos años, lo acribilló. La acribilló.
Decir que la muerte de Alexander no fue un alivio sería mentirse. Sin embargo su vida en el Capitolio no le dejaba volver de vuelta tan pronto, no después de la vergüenza por haber abandonado a la estrella de sus ojos a su suerte. Graduado y ejerciendo su profesión como doctor especializado en medicina cardiovascular, ahorró y guardó dinero, practicó su magia en silencio hasta que el mundo se fue al suelo y vió en pantalla cómo su pequeña sirena se debatía entre la vida y la muerte para escapar de una arena que tantos malos recuerdos le dejó. Por si por todo por lo que ya había pasado no hubiese sido suficiente. Tomando una decisión incauta y sin estar seguro de saber qué hacer, adquirió su varita con el derrocamiento del mandato de Stephanie Black, uniéndose al cuatro nuevamente para hacer aparición en la vida de una mente completamente destruida y que, poco a poco, olía el pasado muy cerca del presente. Y con ello volvió a vivir en paz y armonía una vida siempre pendiente a su sirena, ayudándola a comprender, enseñándola a creer, obligándola a olvidar.
Y vivió la desolación de quién siente el mundo comérsela. Arianne, sumida en su aislamiento, compartió pocas palabras durante un año. Año que el moreno aprovechó y que en ningún momento dejó de lado. Trataba de ayudarla, trataba de hacerla comer diariamente con ayuda de Jean y, por todos los medios, corroboró que finalmente lo que ella necesitaba era pasar un gran y largo tiempo sola. Pues sería el tiempo la que pusiera todo en su lugar. Por su parte Marco emprendió un viaje de vuelta al capitolio, buscando pistas, dimes y diretes donde encontrar un atisbo de la realidad que antaño había dejado. No sabía que su madre había muerto al poco tiempo de dejarlo en el orfanato, y tampoco sabía que su propio padre lo había estado buscando durante años para dar caza a la única descendencia que tenía pues, no olvidemos, los ideales en contraposición de su madre eran de hacer prevalecer la magia por todos los lados, mientras que Marco no sentía la necesidad intrínseca de hacer que ambas razas vivieran por separado o esclavizadas, por lo que mantenía oculta su posición en todo momento ante el nuevo régimen instaurado. Sabía de Derian, había tratado con él durante un tiempo hasta que volvió a desaparecer, y en ningún momento su padre dió señales de vida. Ni Marco encontró algo durante ese año que le hiciera ver que todo había cambiado.
Actualmente, sin que sirva de pretexto, sigue en busca de información que lo lleve a saber qué ha sido de su más viejo amigo, así como ha vuelto al cuatro para poner en marcha sus propias cavilaciones no sin obviar en ningún momento su trabajo como medimago. Va y viene, entra y se entretiene, cuida de Arianna que parece finalmente haber salido de aquel trance que la mantuvo en otro radio del mundo, y ayudó a ser la persona que todavía sigue siendo. Atento, un poco desordenado y soñador, viaja con el pretexto de encontrar lo que se le había olvidado por la mera curiosidad de no saber sus orígenes, sus raíces, sus antepasados. Sin olvidar en ningún momento todo lo que está pasando.
Otros datos • Sabe perfectamente de su condición de mago pero no es algo de lo que se vanaglorie ni se sienta muy orgulloso pues de siempre lo ha ocultado y nunca ha hecho uso de sus habilidades mágicas hasta ahora con la medimagia, por lo que casi podría considerarse un humano, aunque con poderes mágicos que no sabe emplear más que lo esencial y los cuáles evade pero que, día a día, no tiene más remedio que perfeccionar. No obstante utiliza la suficiente y sabe controlar medianamente bien todos aquellos aspectos de la medimagia. • Su más preciada habilidad es hacer ofuscar a la gente de su alrededor con su tan sola presencia. Es capaz de actuar de forma que la gente de su alrededor lo aborrezca si con ello consigue quitárselos de en medio. • Le gustan las artes marciales y, aunque apenas tiene tiempo para practicarlas, aprovecha cada ocasión que le permite su trabajo para poder practicarlas. • Es médico especialista cardiovascular, quizás no siendo el mejor de su plantilla pero si lo suficientemente competente como para no fallar. Es capaz de asistir en cualquier tipo de operación que requiera la suficiente paciencia y pulso a la hora de controlar la situación. • La misma magia es una de sus debilidades pues no sabe nada de ella. Nunca se ha interesado por el mero motivo de no defraudar a la gente de su alrededor, y aunque sabe que es algo que podría utilizar para defenderse, la evita en todo momento. • Disfruta de una buena velada a la luz de las estrellas, quizás típico de cualquier romanticón que se precie y demasiado cliché como para no dar de lleno a la hora de encandilarlo. • La vida le ha jugado malas pasadas, por lo que es demasiado austero y arisco en cuanto a conocer gente nueva, considerándose a su vez una debilidad pues no es muy dado a entablar relaciones a no ser que se las propongan de antemano. • Digamos que una afición un tanto poco saludable para su organismo y su alocada actividad, es que fuma cuando tiene un hueco y necesita liberar tensiones, así como desestresarse. Utiliza, no obstante, el deporte, para contrarrestar los efectos que puedan ocasionarle el tabaco, aunque éste no deje de ser perjudicial y él lo sepa. • Disfruta de un buen trago cuando puede de cualquier bebida alcohólica que le echen, siempre y cuando pueda entonarlo lo suficiente como para pasar una buena noche. • Rehuye la mayor parte de los libros porque es de gustos muy exquisitos, pero hay veces que mata el rato leyendo alguna que otra novela de reconocidos autores. Antetodo le llaman la atención los libros de autoayuda y psicología. • No soporta aquellas personas que utilizan la magia para algo más que su propia defensa, aquellas que la usan en su propio beneficio para sacar tajada en cualquier aspecto. • No tolera la lactosa, por lo que es una molestia a la hora de ingerir cualquier tipo de alimento. • Odia enormemente que lo estén llamando continuamente aún cuando ya ha puesto sobre aviso que tardará en acudir a dónde se le necesite, no soporta la impaciencia de las personas que se toman la vida como un tiovivo de feria. • Padece de una arritmia, un tanto irónico debido a su trabajo, que le hacen mantenerse demasiado tranquilo pues ante cualquier situación de estrés o nervios le juega malas pasadas. • Si hay algo que le gustaría poder hacer es volar. Al saber de su condición de mago, ha leído sobre los mismos y sabe que antaño usaban todo tipo de escobas voladoras para remontar el vuelo y poder disfrutar de la brisa del aire a varios metros de altura, por lo que digamos que podría ser uno de sus sueños. • Ocultaba su condición de mago incluso a su mejor amigo, Derian, pues sabía perfectamente cómo se lo podía haber tomado. Desde que todo cambió no ha vuelto a saber apenas de él, por no decir nada, por lo que casi que lo da por muerto hasta que se encuentren. Llegado ese momento no descarta la posibilidad de contarle todo. |
Estadísticas del personaje
VITALIDAD: 30 pts
FUERZA: 6
DESTREZA: 4
DEFENSA: 4
AGILIDAD: 3
RESISTENCIA: 3
Eoin Macken • 41 años • Seguridad Nacional • Medimago
✓ Aceptado
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