OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Ava había dicho que continuariamos con el entrenamiento más adelante, pero por todo lo que había pasado con el fuego y la perdida de reservas, se había unido al grupo de exploradores. Por lo que me había dejado un remplazo...terrible remplazo, le había pedido a Ken ni más ni menos para que me entrenara. Realmente mi tía era la mejor, procuraría dejarle un regalo para cuando volviera.
Así que ahora tenía la oportunidad de lucirme y demostrar mis grandes habilidades, obviamente lo tendría a mis pies para el final del día, solo debía seguir los consejos de mamá. La espalda aun me picaba un poco pero gracias a la magía de papá Seth solo me quedaba una cicatriz, que me daba más sensualidad, papá Ben lo había demostrado más de una vez.
Según los consejos de las revistas debía hacerlo esperar al menos 10 minutos, pero quien puede culparme si me salto 5, mi primera cita a solas con Ken iba a empezar. Procure usar una remera suelta para dejar que el movimiento marcara las curvas pero no ser tan obvia y dejar que el aire otoñal acariciara mi piel para empalidecerla, una cola de caballo algo suelta para tentarlo con liberar mi rubia cabellera y finalmente unos pantalones ajustados. Por suerte había guardado parte de mis vestimentas en mi bolsito de emergencía y este había sobrevivido al fuego.
- Hola Ken - dije casualmente llegando al claro - Lamento la tardanza, tenía que asegurarme de que Noel quedara en un lugar seguro, no confío en la otra rubia de la casa.
Así que ahora tenía la oportunidad de lucirme y demostrar mis grandes habilidades, obviamente lo tendría a mis pies para el final del día, solo debía seguir los consejos de mamá. La espalda aun me picaba un poco pero gracias a la magía de papá Seth solo me quedaba una cicatriz, que me daba más sensualidad, papá Ben lo había demostrado más de una vez.
Según los consejos de las revistas debía hacerlo esperar al menos 10 minutos, pero quien puede culparme si me salto 5, mi primera cita a solas con Ken iba a empezar. Procure usar una remera suelta para dejar que el movimiento marcara las curvas pero no ser tan obvia y dejar que el aire otoñal acariciara mi piel para empalidecerla, una cola de caballo algo suelta para tentarlo con liberar mi rubia cabellera y finalmente unos pantalones ajustados. Por suerte había guardado parte de mis vestimentas en mi bolsito de emergencía y este había sobrevivido al fuego.
- Hola Ken - dije casualmente llegando al claro - Lamento la tardanza, tenía que asegurarme de que Noel quedara en un lugar seguro, no confío en la otra rubia de la casa.
Lamento el día en el cual prometí ayudar a Beverly con su entrenamiento a cambio de algunos consejos de Ava para robar los mapas de Ben, pero soy un hombre de palabra así que no voy a ponerme quisquilloso con algo que ya he prometido hacer aunque me quite tiempo. Se supone que debería estar ayudando con todas las cosas que hay para hacer en el distrito pero como Beverly no tiene paciencia, quedamos de juntarnos en el claro así puedo sacarme esta estúpida tarea de encima.
Tengo una mochila con algunos objetos sobrevivientes al fuego justo a mis pies mientras espero a que aparezca apoyado en tronco, aburrido porque parece que no va a venir y en parte agradecido con la esperanza de que no lo haga. Al final, Bev se aparece y me obligo a morderme la lengua para no soltar ningún suspiro, acabando por sonreírle de muy mala gana mientas me separo del tronco y me acerco a ella.
— ¿Tu ardilla? — le pregunto, no muy seguro porque siempre me olvido del nombre del animalito cachetón y no, no estoy hablando de Jared — Si te refieres a Zenda, sabes que no le prestará atención porque anda muy ocupada tratando de ser adulta como para perder tiempo con tu mascota — le sonrío con complicidad y me inclino para abrir la mochila — ¿Con qué quieres empezar? ¿Te apetece un duelo de cuchillos?
Tengo una mochila con algunos objetos sobrevivientes al fuego justo a mis pies mientras espero a que aparezca apoyado en tronco, aburrido porque parece que no va a venir y en parte agradecido con la esperanza de que no lo haga. Al final, Bev se aparece y me obligo a morderme la lengua para no soltar ningún suspiro, acabando por sonreírle de muy mala gana mientas me separo del tronco y me acerco a ella.
— ¿Tu ardilla? — le pregunto, no muy seguro porque siempre me olvido del nombre del animalito cachetón y no, no estoy hablando de Jared — Si te refieres a Zenda, sabes que no le prestará atención porque anda muy ocupada tratando de ser adulta como para perder tiempo con tu mascota — le sonrío con complicidad y me inclino para abrir la mochila — ¿Con qué quieres empezar? ¿Te apetece un duelo de cuchillos?
Aww se veía tan bad boy contra el tronco, pero por dentro con el alma de un poeta y soñador....puede que la primera parte no, pero una chica puede tener esperanzas o no?
- Si, mi ardilla. Cumplira dos meses conmigo, crecen tan rapido - dije recordando cuando destrozaba mis ropas a penas llego y ahora podía distinguir entre las diferentes telas y colores, era mi orgullo y alegría.
Lo del duelo la verdad que no me llamaba, apenas aguantaba la comezon de mi espalda, no podía imaginarme con más heridas. Pero mi remera era facilmente rasgable y estaba usando mi mejor sostén. Mamá dijo que los hombres son atraidos hacía los pechos, y aunque a los míos aun le faltaban un poco de crecimiento, no veo porque no aprovechar.
- Claro, tu eres el profesor hoy - dije dandole mi sonrisa complice, siempre complementar a los hombres y darles la idea de que estan a cargo, comprobado por Amy y Sarah de 22 y 26 en la revista "Domina tu diosa interior" - Solo te pido que empecemos lento, aun no me acostumbro a los movimientos - dije mientras estrujaba mis pechos entre mis brazos, tactica numero 18.
- Si, mi ardilla. Cumplira dos meses conmigo, crecen tan rapido - dije recordando cuando destrozaba mis ropas a penas llego y ahora podía distinguir entre las diferentes telas y colores, era mi orgullo y alegría.
Lo del duelo la verdad que no me llamaba, apenas aguantaba la comezon de mi espalda, no podía imaginarme con más heridas. Pero mi remera era facilmente rasgable y estaba usando mi mejor sostén. Mamá dijo que los hombres son atraidos hacía los pechos, y aunque a los míos aun le faltaban un poco de crecimiento, no veo porque no aprovechar.
- Claro, tu eres el profesor hoy - dije dandole mi sonrisa complice, siempre complementar a los hombres y darles la idea de que estan a cargo, comprobado por Amy y Sarah de 22 y 26 en la revista "Domina tu diosa interior" - Solo te pido que empecemos lento, aun no me acostumbro a los movimientos - dije mientras estrujaba mis pechos entre mis brazos, tactica numero 18.
Creo que no ha pasado tanto tiempo desde que tiene a esa ardilla pero prefiero no discutir porque, bueno, es Beverly y llevarle la contra siempre se torna tedioso en algún punto de la conversación así que solamente muevo la cabeza para indicarle que la he escuchado pero que en realidad ni me interesa darle una respuesta. Creo que tenemos cosas un poco más importantes que atender que hablar de su ardilla y cuanto más rápido termine con ella, más pronto podré ocuparme de cosas que de verdad me interesan como ayudar donde me necesiten o leer ese cómic genial que Jared me ha prestado cuando me quedé sin nada interesante que leer.
Al menos ella no se niega y eso me obliga a devolverle la sonrisa, buscando dentro de la mochila los largos cuchillos similares a sables que he conseguido gracias a mis tíos. No los uso salvo para entrenar así que no son míos, por lo que les quito la manta donde están envueltos para poder sacarlos y tenderle uno para que lo tome por el mango — eso es porque eres pequeña y te resulta pesado — puede que sea verdad lo que le estoy diciendo, pero no voy a decir que no me estoy haciendo el grande de paso.
No entiendo qué es lo que hace apretándose las tetas de esa manera y las miro con una ceja arqueada antes de volver a observar su cara — ¿Te pica algo? — le pregunto incorporándome con mi cuchillo en mano, el cual hago girar un poco entre mis dedos con menos agilidad que mi tío Ben, pero al menos lo consigo sin que se me caiga — Es fácil, yo te bloquearé así puedes mostrarme qué es lo que sabes. Recuerda tener un buen agarre y soltura firme en el brazo para que no se te caiga. Vamos. — y me coloco en posición esperando el golpe.
Al menos ella no se niega y eso me obliga a devolverle la sonrisa, buscando dentro de la mochila los largos cuchillos similares a sables que he conseguido gracias a mis tíos. No los uso salvo para entrenar así que no son míos, por lo que les quito la manta donde están envueltos para poder sacarlos y tenderle uno para que lo tome por el mango — eso es porque eres pequeña y te resulta pesado — puede que sea verdad lo que le estoy diciendo, pero no voy a decir que no me estoy haciendo el grande de paso.
No entiendo qué es lo que hace apretándose las tetas de esa manera y las miro con una ceja arqueada antes de volver a observar su cara — ¿Te pica algo? — le pregunto incorporándome con mi cuchillo en mano, el cual hago girar un poco entre mis dedos con menos agilidad que mi tío Ben, pero al menos lo consigo sin que se me caiga — Es fácil, yo te bloquearé así puedes mostrarme qué es lo que sabes. Recuerda tener un buen agarre y soltura firme en el brazo para que no se te caiga. Vamos. — y me coloco en posición esperando el golpe.
O este chico era muy inocente, lo que dudaba porque se juntaba con mis papas y ellos estan todo el tiempo uno sobre el otro asi que tiene que saber lo que hacen, o tal vez fuera demasiado timido y prefería imaginar que estaba haciendo otra cosa mientras secretamente se moría de verguenza por haber visto mis pechos.
El truco no había funcionado pero había muchos otros y otras maneras de despertar a Ken y que activara de una vez. Y pronto seríamos una pareja e iriamos al río a tener citas, y me dejaría cartas, y nos besariamos, y tal vez tendriamos sexo, aun estaba tratando de decidir si estaba bien a mi edad o esperaba como me decía Ben. Me estaba adelantando de nuevo.
Tomé el cuchillo/espada, pero no me motivaba mucho aquello de pelear, prefería sentarnos a hablar y que admirara mi hermoso cabello al viento. Aunque supongo que tener una actitud guerrera también podía ser atractivo, por más que no le estuviera funcionando a Ava.
Entonces se me vino a la mente el consejo número 23, "adopta una actitud debil y permite a tu hombre lucirse", ¿por qué no se me ocurrió antes?
Lance el primer golpe controlandome para a penas golpear su arma y desviarme hacía la izquierda, y le agregue un leve tropiezo al cruzar mis pies. Mamá estaría orgullosa.
- Ups -dije con total inocencía mientras envolvía un mechon de mi cabello entre mis dedos - Es algo embarasozo pero no me acuerdo mucho los movimientos con armas de corta distancía, ¿crees que podría recordame algunos?
Me giré para que se pudiera poner detras de mí y tomará mi brazo para enseñarme. Así hacía papá Ben cuando nos entrenaba, pero mucho más bruto y poca explicación del movimiento, después quería que aprendiera.
El truco no había funcionado pero había muchos otros y otras maneras de despertar a Ken y que activara de una vez. Y pronto seríamos una pareja e iriamos al río a tener citas, y me dejaría cartas, y nos besariamos, y tal vez tendriamos sexo, aun estaba tratando de decidir si estaba bien a mi edad o esperaba como me decía Ben. Me estaba adelantando de nuevo.
Tomé el cuchillo/espada, pero no me motivaba mucho aquello de pelear, prefería sentarnos a hablar y que admirara mi hermoso cabello al viento. Aunque supongo que tener una actitud guerrera también podía ser atractivo, por más que no le estuviera funcionando a Ava.
Entonces se me vino a la mente el consejo número 23, "adopta una actitud debil y permite a tu hombre lucirse", ¿por qué no se me ocurrió antes?
Lance el primer golpe controlandome para a penas golpear su arma y desviarme hacía la izquierda, y le agregue un leve tropiezo al cruzar mis pies. Mamá estaría orgullosa.
- Ups -dije con total inocencía mientras envolvía un mechon de mi cabello entre mis dedos - Es algo embarasozo pero no me acuerdo mucho los movimientos con armas de corta distancía, ¿crees que podría recordame algunos?
Me giré para que se pudiera poner detras de mí y tomará mi brazo para enseñarme. Así hacía papá Ben cuando nos entrenaba, pero mucho más bruto y poca explicación del movimiento, después quería que aprendiera.
Antes de siquiera ser capaz de empezar propiamente dicho con el entrenamiento en un intento de chocar mi espada contra la suya, Beverly hace un movimiento que no entiendo bien y que me recuerda a la danza que hacen algunas aves al momento del apareamiento. ¿Fue eso un tropezón o un paso ridículo de baile? Sea lo que sea hace que me quede confundido en mi lugar en una postura que daba a entender que estaba listo para nuestro enfrentamiento, pero que he sido confundido por esa actitud que no me esperaba en lo absoluto. Sé que Bev es rara, pero todos siempre nos esforzamos en hacer las cosas bien para terminar más rápido e ir a casa.
Hago un enorme esfuerzo por no poner los ojos en blanco y me rasco la cabeza, algo confundido — No es tan complicado, solo tienes que tener un agarre firme pero un buen movimiento de muñeca. Ya sabes, usar mucha fuerza porque no es tan fácil clavarle algo a alguien — supongo que en la adrenalina del combate será algo diferente pero más que algún que otro corte superficial nosotros jamás nos hacemos daño.
Cuando Beverly se me pone de espaldas miro a mi alrededor para buscar a cualquier alma bondadosa que esté pasando por aquí y pueda librarme de esto, pero como no hay nadie clavo el cuchillo en el suelo con un suspiro de redención y me acerco a ella, estirando mi brazo sobre el suyo para tomarle la muñeca — siempre toma en cuenta que el cuchillo servirá a bloquear a tu oponente en caso de ser un humano, pero será mucho más directo si es un animal. Bueno, ellos no tienen armas — me explico, moviendo un poco su brazo para que adopte el envión de ataque — ¿Por qué no me muestras como golpearías a un jabalí que te ataca por delante?
Hago un enorme esfuerzo por no poner los ojos en blanco y me rasco la cabeza, algo confundido — No es tan complicado, solo tienes que tener un agarre firme pero un buen movimiento de muñeca. Ya sabes, usar mucha fuerza porque no es tan fácil clavarle algo a alguien — supongo que en la adrenalina del combate será algo diferente pero más que algún que otro corte superficial nosotros jamás nos hacemos daño.
Cuando Beverly se me pone de espaldas miro a mi alrededor para buscar a cualquier alma bondadosa que esté pasando por aquí y pueda librarme de esto, pero como no hay nadie clavo el cuchillo en el suelo con un suspiro de redención y me acerco a ella, estirando mi brazo sobre el suyo para tomarle la muñeca — siempre toma en cuenta que el cuchillo servirá a bloquear a tu oponente en caso de ser un humano, pero será mucho más directo si es un animal. Bueno, ellos no tienen armas — me explico, moviendo un poco su brazo para que adopte el envión de ataque — ¿Por qué no me muestras como golpearías a un jabalí que te ataca por delante?
Me sentía un poco mal de aprovecharme del pobre Ken, claro que no tenía otra alternativa, estaba tan interesado en mi que no podía dejarme sola, aunque fuera una mentira. aaah, el buen Ken.
Supongo que tampoco debería tomarme mi tiempo con la cita, porque aunque quisieramos, el resto del distrito necesitaba trabajo y no podíamos escaparnos de nuestras tareas todo el día. El ser responsable era una vida sacrificada.
Asi que, aunque me tienta con el roce de su mano sobre mi brazo y el calor de su cuerpo contra mi espalda, debo actuar con madurez y cumplir con el entrenamiento que Ava nos encargo, por más difícil que sea. Ahora entiendo porque mamá se deja llevar por sus impulsos, es mucho más sensillo y satisfactorio.
Escuchando sus indicaciónes tomo impulso para poder hacer una estocada, y al hacerlo siento como mi codo impacta contra su quijada.
Me giré rapidamente para disculparme pero Ken esta en el suelo, creo que desmayado. Mierda. Maldigo los genes paternos por hacerme un ser tan violento.
Me arrodillé a su lado y revisé que no le hubiera roto nada, pero al parecer solo le dejare un moretón. ¿Ahora qué hago? No hay muchos consejos en las revistas sobre como actuar después de golpear salvajemente a tu chico. Entonces la idea viene a mi como un recuerdo vago, tal vez no en las revistas, pero si en los libros.
Me incliné corriendo mi cabello hacía un lado, asegurando de dejar el sol contra mi nuca, y precioné mis labios contra los de él. No solo le estaba dando mi preciado primer beso, estaba dejando todos mis sentimientos y corazón. Cuando me levanté un poco, me encontré con sus ojos color caramelo examinandome como si despertara realmente.
- Te dije que lo nuestro era amor verdadero.
Supongo que tampoco debería tomarme mi tiempo con la cita, porque aunque quisieramos, el resto del distrito necesitaba trabajo y no podíamos escaparnos de nuestras tareas todo el día. El ser responsable era una vida sacrificada.
Asi que, aunque me tienta con el roce de su mano sobre mi brazo y el calor de su cuerpo contra mi espalda, debo actuar con madurez y cumplir con el entrenamiento que Ava nos encargo, por más difícil que sea. Ahora entiendo porque mamá se deja llevar por sus impulsos, es mucho más sensillo y satisfactorio.
Escuchando sus indicaciónes tomo impulso para poder hacer una estocada, y al hacerlo siento como mi codo impacta contra su quijada.
Me giré rapidamente para disculparme pero Ken esta en el suelo, creo que desmayado. Mierda. Maldigo los genes paternos por hacerme un ser tan violento.
Me arrodillé a su lado y revisé que no le hubiera roto nada, pero al parecer solo le dejare un moretón. ¿Ahora qué hago? No hay muchos consejos en las revistas sobre como actuar después de golpear salvajemente a tu chico. Entonces la idea viene a mi como un recuerdo vago, tal vez no en las revistas, pero si en los libros.
Me incliné corriendo mi cabello hacía un lado, asegurando de dejar el sol contra mi nuca, y precioné mis labios contra los de él. No solo le estaba dando mi preciado primer beso, estaba dejando todos mis sentimientos y corazón. Cuando me levanté un poco, me encontré con sus ojos color caramelo examinandome como si despertara realmente.
- Te dije que lo nuestro era amor verdadero.
Estoy empezando a considerar que esto fue básicamente suicidio cuando de golpe un fuerte dolor me nubla la mente y cruza mi cara en seco, haciendo que pequeños puntos negros se desparramen por mi campo de visión hasta dejarme completamente fuera de mí. Siento como mi cuerpo cae como si se encontrase en cámara lenta y creo sentir la tierra a pesar de que no soy consciente de haber llegado al suelo, pero lo que parece un instante eterno se transforma en un dolor agudo mezclado con la confusión. No logro conectar ideas ni hacerme entender dónde me encuentro, hasta que poco a poco puedo sentir como mi cuerpo reacciona a las órdenes de mi cerebro y puedo mover los dedos. Y es ahí cuando siento sus labios sobre los míos.
Jamás he besado a una chica y nunca alguna lo ha hecho conmigo, así que en mi estado me cuesta entender que eso es lo que se siente tener una boca presionando la tuya. Cuando parpadeo me encuentro con la nariz pequeña de Beverly justo por debajo de dos ojos enormes que me miran en poca distancia y me apoyo rápidamente en mis codos, echándome con urgencia hacia atrás. De espacio personal ni hablemos.
Todavía me duele allí donde me ha golpeado pero me desconcierta todavía más lo que sale de su boca — ¿Pero qué mierda dices? — mascullo de mal humor. Me ha golpeado, me ha violado y ahora reclama que... ¿Amor verdadero? Me paso el dorso de la mano por los labios en un intento infantil de limpiarme y me impulso con una mano buscando levantarme sin su ayuda a pesar de que mi cuerpo se tambalea, dando unos pasos torpes hacia atrás — ¡No estoy enamorado de ti! ¡Eres muy... muy... Bev! — y ni sé bien que quiero decir con eso pero creo que deja bien en claro que no es mi tipo.
Jamás he besado a una chica y nunca alguna lo ha hecho conmigo, así que en mi estado me cuesta entender que eso es lo que se siente tener una boca presionando la tuya. Cuando parpadeo me encuentro con la nariz pequeña de Beverly justo por debajo de dos ojos enormes que me miran en poca distancia y me apoyo rápidamente en mis codos, echándome con urgencia hacia atrás. De espacio personal ni hablemos.
Todavía me duele allí donde me ha golpeado pero me desconcierta todavía más lo que sale de su boca — ¿Pero qué mierda dices? — mascullo de mal humor. Me ha golpeado, me ha violado y ahora reclama que... ¿Amor verdadero? Me paso el dorso de la mano por los labios en un intento infantil de limpiarme y me impulso con una mano buscando levantarme sin su ayuda a pesar de que mi cuerpo se tambalea, dando unos pasos torpes hacia atrás — ¡No estoy enamorado de ti! ¡Eres muy... muy... Bev! — y ni sé bien que quiero decir con eso pero creo que deja bien en claro que no es mi tipo.
Había cometido un error. Había herido su ego masculino. Lo noté en el momento que enfocó la vista. Lo sabía, me había adelantado.
¿Pero realmente esperaba que lo siguiera esperando? Por el amor al conejo de la Luna, tengo casi 14, mi cuerpo empieza a despertar con nuevas sorpresas todos los días. Mis pechos habían crecido 5 cm a comparación del mes pasado, los medía todos los días.
Me molesto que reaccionara así, entiendo que seguro tenía todo planeado para cuando fuera más grande y que adelantara las cosas lo desiquilibraba un poco de lugar. Pero no había necesidad de mentirme.
- Bueno gracias - le respondo a sus palabras, me dió un poco de pena que no pudiera definirme de otra manera, se que puedo ser intimidante y abrumadora, al fin y al cabo soy una Redford. Pero como dije, solo un poco, aun me molestaba que se acorbadara - Pero vamos, se como me has estado mirando y que siempre estas donde voy a ir, eso no es coincidencia, y te entiendo, se porque lo haces. Ya no tienes que contenerte más.
¿Pero realmente esperaba que lo siguiera esperando? Por el amor al conejo de la Luna, tengo casi 14, mi cuerpo empieza a despertar con nuevas sorpresas todos los días. Mis pechos habían crecido 5 cm a comparación del mes pasado, los medía todos los días.
Me molesto que reaccionara así, entiendo que seguro tenía todo planeado para cuando fuera más grande y que adelantara las cosas lo desiquilibraba un poco de lugar. Pero no había necesidad de mentirme.
- Bueno gracias - le respondo a sus palabras, me dió un poco de pena que no pudiera definirme de otra manera, se que puedo ser intimidante y abrumadora, al fin y al cabo soy una Redford. Pero como dije, solo un poco, aun me molestaba que se acorbadara - Pero vamos, se como me has estado mirando y que siempre estas donde voy a ir, eso no es coincidencia, y te entiendo, se porque lo haces. Ya no tienes que contenerte más.
Creo que no entiende muy bien el pequeño factor de que no era para que me agradeciera, pero lo dejo pasar porque hace mucho tiempo descubrí que discutir con ella es algo que no vale la pena porque siempre encuentra el modo de creer que se ha salido con la suya. Quizá a veces yo peco de orgulloso y egocéntrico porque, vamos, sé bien que es difícil llevarme la contraria porque uso la cabeza para las cosas lógicas y maduras que me llegan por sí solas, pero Beverly parece que vive consumiendo los porros no secretos de su madre. No voy a decir que es fea chica porque no lo es, pero el creer que el mundo gira alrededor de su cabeza es algo que siempre me ha parecido un tanto desconcertante. Y ni hablar de todo lo que suelta ahora.
— ¿Pero qué estás diciendo? — la voz me sale un poco más aguda de lo normal y mis brazos se mueven en obvia tensión acumulada, en ese gesto que deja bien en claro que no sé si patear el suelo o seguir conteniendo el impulso de ahorcarla. Ya me he olvidado por qué estamos aquí y lo único que quiero hacer es irme, por lo que doy unos pasos hacia atrás en un intento inconsciente de tomar distancia con ella — ¡Vivimos en un distrito que es así... — hago el gesto con dos de mis dedos para indicar el tamaño pequeño del lugar — ... y la mitad de las actividades que tenemos son compartidas por obligación! ¡Yo no te estoy siguiendo!
¿De verdad cree que estoy enamorado de ella? Con esa excusa debería estar enamorado de todo el mundo. Me cruzo de brazos moviendo los hombros en un obvio tono de irritación y miro hacia otro lado, demostrándole de esa manera lo molesto que estoy con ella y lo desinteresado que me encuentro. Si no lo entiende así, ya no lo sé — Además ni hablar, a mí me gusta... bueno, alguien más — soltar eso en voz alta es algo que no haría ni muerto, aunque mi virginidad esté en riesgo de ser asaltada por una rubia hormonal.
— ¿Pero qué estás diciendo? — la voz me sale un poco más aguda de lo normal y mis brazos se mueven en obvia tensión acumulada, en ese gesto que deja bien en claro que no sé si patear el suelo o seguir conteniendo el impulso de ahorcarla. Ya me he olvidado por qué estamos aquí y lo único que quiero hacer es irme, por lo que doy unos pasos hacia atrás en un intento inconsciente de tomar distancia con ella — ¡Vivimos en un distrito que es así... — hago el gesto con dos de mis dedos para indicar el tamaño pequeño del lugar — ... y la mitad de las actividades que tenemos son compartidas por obligación! ¡Yo no te estoy siguiendo!
¿De verdad cree que estoy enamorado de ella? Con esa excusa debería estar enamorado de todo el mundo. Me cruzo de brazos moviendo los hombros en un obvio tono de irritación y miro hacia otro lado, demostrándole de esa manera lo molesto que estoy con ella y lo desinteresado que me encuentro. Si no lo entiende así, ya no lo sé — Además ni hablar, a mí me gusta... bueno, alguien más — soltar eso en voz alta es algo que no haría ni muerto, aunque mi virginidad esté en riesgo de ser asaltada por una rubia hormonal.
No deberia haberme adelantado, los chicos maduran mucho más tarde que las chicas, ya lo decía la revista "mujeres poderosas y jovenes", una siempre debe ir por los chicos mayores a partir de 5 años.
Ken estaba muy enzarzado en justificarse, pobrecito, realmente lo asuste. Pero, frunciendo el seño en este momento, yo también soy la victima. ¿Por qué tenía que empeñarse en mentir tan vilmente?
- ¿Ah si? ¿Quién? - le pregunté cuando dijo de estar enamorado de alguien más, cruzando los brazos por el pecho y adoptando una actitud altanera, o lo aceptaba ahora o le iba a tomar mucho tiempo ganarse mi perdon.
Ken estaba muy enzarzado en justificarse, pobrecito, realmente lo asuste. Pero, frunciendo el seño en este momento, yo también soy la victima. ¿Por qué tenía que empeñarse en mentir tan vilmente?
- ¿Ah si? ¿Quién? - le pregunté cuando dijo de estar enamorado de alguien más, cruzando los brazos por el pecho y adoptando una actitud altanera, o lo aceptaba ahora o le iba a tomar mucho tiempo ganarse mi perdon.
Que ella parezca la ofendida con todo el asunto me resulta tan indignante que estoy por tomar la espada y darle con el mango de la misma a ella en plena cara, aunque creo que no sería lo adecuado porque después se meterían conmigo y terminaría con una semana de castigos por haber golpeado a una niña menor que yo en una situación que no tenía que ver con ningún entrenamiento. Eso no quita que la mire como si se hubiese vuelto loca y por culpa de eso suelto varios soniditos que no entiendo de los labios hasta que soy capaz de hablar de nuevo.
— ¿Y a ti qué te importa? — me sale la voz mucho más infantil de lo que hubiese deseado y me arrepiento casi de inmediato, aunque me inclino y empiezo a jugar las cosas para cargar la mochila y colgármela al hombro, dispuesto a irme de allí — Es mi vida privada y lo último que haría sería contárselo a alguien tan cotilla como tú. ¿Crees que no tengo mejores cosas que hacer que andar pensando en mujeres como para querer que sea una preocupación? — si Beverly se enterase, adiós a poder estar tranquilo.
Empiezo a caminar hacia la ruta que utilizamos para volver del claro al centro del distrito, cargando las cosas sobre mi hombro con obvia actitud altanera, sin siquiera mirarla — Sigue soñando, Beverly.
— ¿Y a ti qué te importa? — me sale la voz mucho más infantil de lo que hubiese deseado y me arrepiento casi de inmediato, aunque me inclino y empiezo a jugar las cosas para cargar la mochila y colgármela al hombro, dispuesto a irme de allí — Es mi vida privada y lo último que haría sería contárselo a alguien tan cotilla como tú. ¿Crees que no tengo mejores cosas que hacer que andar pensando en mujeres como para querer que sea una preocupación? — si Beverly se enterase, adiós a poder estar tranquilo.
Empiezo a caminar hacia la ruta que utilizamos para volver del claro al centro del distrito, cargando las cosas sobre mi hombro con obvia actitud altanera, sin siquiera mirarla — Sigue soñando, Beverly.
Nuestra primera pelea de pareja, aun no de amantes lamentablemente, pero esta bien, como todas mis novelas esto era normal. Era el inicio de la tormenta, el ojo llegaría cuando sucumbieramos a la obvia tensión y no pudieramos controlar nuestro deseo más.
Por ahora discutiriamos por tonterias y no podriamos ni tolerarnos, pero fingiriamos que todo estaría bien para no preocupar al resto y generar mala energía en el grupo.
Aun no sabía si contarle a mamá sobre lo que había pasado, estaba indecisa sobre ser la protagonista que intenta parecer fuerte y decidida, mientras que por dentro está profundamente dolida y aprovecha toda oportunidad en solitario para tener largos monólogos melancólicos.
Pero las escenas de las amigas ayudando a la heroina a superar su drama, con discursos motivadores o vengativos, las aventuras en las que terminan, y que al final intercede y hace darles cuenta a los amantes de sus sentimientos, o incluso ayudar a la chica a crecer emocional y psicologicamente, sonaba muchisimo mejor.
Además realmente me sentía mal, me había arriesgado, dado el primer paso, y que recibía? Rechazo.
Me enfurruñe más entre mis brazos, apretando mi cuerpo entre ellos, quería gritar pero tampoco darle la satisfacción, por lo que solté gruñidos ahogados y pateé el piso unas cuantas veces. A la mierda los hombres, desde ahora ellos vendrían rogando a mí.
- ¡Cobarde! - le grité y me fuí para el lado contrario sin mucha idea del rumbo pero tampoco internandome en el bosque, tal vez rodearía el distrito hasta calmarme. Y luego iría al trabajo de mamá y descargaría toda mi energía cantando para las plantas. Si, ellas sabían apreciarme mejor.
Por ahora discutiriamos por tonterias y no podriamos ni tolerarnos, pero fingiriamos que todo estaría bien para no preocupar al resto y generar mala energía en el grupo.
Aun no sabía si contarle a mamá sobre lo que había pasado, estaba indecisa sobre ser la protagonista que intenta parecer fuerte y decidida, mientras que por dentro está profundamente dolida y aprovecha toda oportunidad en solitario para tener largos monólogos melancólicos.
Pero las escenas de las amigas ayudando a la heroina a superar su drama, con discursos motivadores o vengativos, las aventuras en las que terminan, y que al final intercede y hace darles cuenta a los amantes de sus sentimientos, o incluso ayudar a la chica a crecer emocional y psicologicamente, sonaba muchisimo mejor.
Además realmente me sentía mal, me había arriesgado, dado el primer paso, y que recibía? Rechazo.
Me enfurruñe más entre mis brazos, apretando mi cuerpo entre ellos, quería gritar pero tampoco darle la satisfacción, por lo que solté gruñidos ahogados y pateé el piso unas cuantas veces. A la mierda los hombres, desde ahora ellos vendrían rogando a mí.
- ¡Cobarde! - le grité y me fuí para el lado contrario sin mucha idea del rumbo pero tampoco internandome en el bosque, tal vez rodearía el distrito hasta calmarme. Y luego iría al trabajo de mamá y descargaría toda mi energía cantando para las plantas. Si, ellas sabían apreciarme mejor.
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