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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Cuando Kelly me llamó para explicarme el problema que había con Alexander Darksun no podía creémerlo. ¿Cómo era posible que los Black llegaran a este maldito extremo? Un pobre muchacho que aparentemente murió en la arena pero que luego resulta que está vivito y coleando. Era mala reputación para ellos y por eso lo mandan preso. Lo peor de todo es que ni siquiera nos molestamos en investigar a que clase de gente tenían presa allí, asumiendo que estaban por una razón. Muchos lo estuvieron. Mataron gente. Alexander también, pero para sobrevivir. Esto está escapándose de mi control.
Inmediatamente en cuanto me dice que revise los documentos que me envió, lo hago. Fotos de él, de su arena, incluso vídeos de sus entrevistas y juegos. Ha cambiado mucho desde entonces, pero su nombre sigue siendo el mismo. La puerta me saca de mis pensamientos y me hace dar un bote. Uno de los aurores acompaña al muchacho. - Adelante. - Me levanto del escritorio para recibirlos y finalmente, me quedo a solas con él, que aún lleva el uniforme que se le designó a los presos para los juegos. - Sé que esto puede ser difícil para ti pero necesito que me expliques lo que pasó. Comprenderás que tenga mis discriminaciones respecto a todo este asunto. - ¿Por qué ahora? ¿Por qué en público? Otra vez los Black perjudicándome con sus mierdas.
Inmediatamente en cuanto me dice que revise los documentos que me envió, lo hago. Fotos de él, de su arena, incluso vídeos de sus entrevistas y juegos. Ha cambiado mucho desde entonces, pero su nombre sigue siendo el mismo. La puerta me saca de mis pensamientos y me hace dar un bote. Uno de los aurores acompaña al muchacho. - Adelante. - Me levanto del escritorio para recibirlos y finalmente, me quedo a solas con él, que aún lleva el uniforme que se le designó a los presos para los juegos. - Sé que esto puede ser difícil para ti pero necesito que me expliques lo que pasó. Comprenderás que tenga mis discriminaciones respecto a todo este asunto. - ¿Por qué ahora? ¿Por qué en público? Otra vez los Black perjudicándome con sus mierdas.
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El auror llama a la puerta y la abre cuando escucha la respuesta, indicándome con la cabeza que entre. Lo hago, pero él no y cierra la puerta a mis espaldas dejándome a solas con la presidenta Niniadis, una mujer más joven de lo que me esperaba, al menos en apariencia. Me quedo plantado viendola, algo intimidado, pero tambien irritado y... un sinfin de cosas más, mi mente era un torbellino de emociones y pensamientos ahora mismo. Mejor limitarme a conversar con ella y centrarme en el ahora.
- Te contaré lo que sé, que no sé si es lo mismo. - contesté cruzándome de brazos. Lo que yo sabía no era gran cosa en realidad, y algunas cosas estaban confusas, por ello no estaba seguro de hasta que punto sería totalmente veraz lo que recordaba. - Recuerdo estar seguro de que iba a morir, tenía una flecha clavada en el pecho y había un incendio al lado. - al decir esto me levanté la camiseta, mostrando la cicatriz que había dejado la flecha de Arianne. - Perdí el conocimiento y lo recuperé... no se cuanto tiempo despues, estaba en una bolsa para cadáveres o algo así, la herida me dolía como el infierno y estaba débil, muy débil, pero aun así tenía las fuerzas necesarias para abrirme paso y tambalearme hasta una puerta apoyándome en la pared. Cuando la abrí me encontré con aquel doctor del Capitolio y... - fruncí el ceño. - Mi vista se nubló, escuché el sonido de voces y volví a perder el conocimiento. Cuando me volví a despertar estaba en una cama de hospital, pero la habitación no era la de un hospital en absoluto, más bien parecía la de una prisión, cosa que era. Ya estaba en Alcatraz, o eso fue lo que el "amable" agente de la paz que me vigilaba me dijo. Tambien que debía considerarme afortunado de que no remataran el trabajo que Arianne empezó y que me iba a pudrir en aquella carcel. Despues me sacaron de ahí y me arrojaron en la celda en la que estuve hasta hace poco. - eso era lo que sabia, los del Capitolio no me habían explicado nada más al encerrarme. No me dijeron a quien entregaron en mi lugar como cadáver (o si lo hicieron), no me dijeron se tuviera que adoptar otra identidad allí dentro, no me dijeron bajo que excusa oficialmente se me había arrestado. No sabía nada sobre papeles o documentos, solo que me habían arrojado allí por haber sobrevivido.
- Te contaré lo que sé, que no sé si es lo mismo. - contesté cruzándome de brazos. Lo que yo sabía no era gran cosa en realidad, y algunas cosas estaban confusas, por ello no estaba seguro de hasta que punto sería totalmente veraz lo que recordaba. - Recuerdo estar seguro de que iba a morir, tenía una flecha clavada en el pecho y había un incendio al lado. - al decir esto me levanté la camiseta, mostrando la cicatriz que había dejado la flecha de Arianne. - Perdí el conocimiento y lo recuperé... no se cuanto tiempo despues, estaba en una bolsa para cadáveres o algo así, la herida me dolía como el infierno y estaba débil, muy débil, pero aun así tenía las fuerzas necesarias para abrirme paso y tambalearme hasta una puerta apoyándome en la pared. Cuando la abrí me encontré con aquel doctor del Capitolio y... - fruncí el ceño. - Mi vista se nubló, escuché el sonido de voces y volví a perder el conocimiento. Cuando me volví a despertar estaba en una cama de hospital, pero la habitación no era la de un hospital en absoluto, más bien parecía la de una prisión, cosa que era. Ya estaba en Alcatraz, o eso fue lo que el "amable" agente de la paz que me vigilaba me dijo. Tambien que debía considerarme afortunado de que no remataran el trabajo que Arianne empezó y que me iba a pudrir en aquella carcel. Despues me sacaron de ahí y me arrojaron en la celda en la que estuve hasta hace poco. - eso era lo que sabia, los del Capitolio no me habían explicado nada más al encerrarme. No me dijeron a quien entregaron en mi lugar como cadáver (o si lo hicieron), no me dijeron se tuviera que adoptar otra identidad allí dentro, no me dijeron bajo que excusa oficialmente se me había arrestado. No sabía nada sobre papeles o documentos, solo que me habían arrojado allí por haber sobrevivido.
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Es la misma historia de la que me habló Kelly cuando llamó la primera vez y la misma versión que dio la chica del Royal, tributo también. Mientras va terminando empiezo a desesperarme y me veo obligada a llevarme las manos a la cara murmurando un improperio que queda ahogado entre las palmas. Esto va a ser una especie de bomba para la prensa. Y como no, otra vez los Black jodiéndolo todo. Parece que al final, no importa lo que se haga para ocultar el nombre de los susodichos, siempre hay alguien que quiere evitar que se les olvide. Me acerco a él tomando su mano en cuanto acaba, y sacando mi varita para poner la punta de la misma contra su muñeca. Solo un par de segundos me bastan para saber que es un squib. - Siento mucho todo lo que te han hecho, Alexander. - Si hubiera sido un humano me plantearía dejarlo donde estaba. A nadie iba a importarle de todas formas. - Las cosas han cambiado mucho los últimos meses. En este gobierno admitimos los errores, especialmente aquellos que no cometimos nosotros. - Hago un gesto con mi mano ofreciéndole asiento en el sofá y luego dando la vuelta alrededor del mismo para ser yo quien ocupe otra plaza en él. Finalmente me siento en el posabrazos.
Una vez se ha sentado, quedan a plena vista los papeles de su liberación. Aunque sin firmar. - Durante tu estadía en Alcatraz... ¿Cómo te has sentido? Estoy segura de que habrás querido matar a los Black de mil maneras mentalmente, pero ellos ya no están. Jamás podrás vengarte por lo que hicieron. ¿Puedes vivir con ello?
Una vez se ha sentado, quedan a plena vista los papeles de su liberación. Aunque sin firmar. - Durante tu estadía en Alcatraz... ¿Cómo te has sentido? Estoy segura de que habrás querido matar a los Black de mil maneras mentalmente, pero ellos ya no están. Jamás podrás vengarte por lo que hicieron. ¿Puedes vivir con ello?
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No sabía como interpretar el lenguaje corporal de la presidenta, parecía bastante afectada y enfurecida con todo esto a medida que iba hablando, lo cual me resquemaba un poco porque al fin y al cabo habían sido sus agentes los que no me habían hecho caso ni consultado mi historial ni... en fin, tanto daba ya, seguramente en su posición si un preso me hubiera venido con cuentos tampoco le habría escuchado.
Retrocedí un paso instintivamente cuando se acercó a mi con la varita desenfundada. - ¿Que...? - pero no fue nada, simplemente la puso contra mi piel y pareció satisfecha con el resultado. No entendía que acababa de pasar, pero si entendía que me estaba indicando que me sentara en el sofá, así que lo hice mientras me examinaba la mano, la cual no tenía nada inusual. - ¿Que ha sido eso? - pregunté.
Miré los papeles que había sobre la mesa, pero sin prestarles demasiada atención porque me estaba haciendo preguntas de nuevo. - Pues claro. - contesté rápidamente cuando dijo que habría querido matar a los Black de mil maneras diferentes. Aunque lo último que me preguntó me desconcertó un poco. - ¿Es una pregunta trampa? - fruncí el ceño, pero ella parecía esperar una respuesta así que se la di. - No te negaré que me gustaría mucho desquitarme, y estar en Alcatraz ha sido la mayor mierda por la que he pasado nunca, peor que la arena. - ¿exagerando? No para alguien como yo, sentirme enjaulado era la peor sensación del mundo. Si, en la arena tambien estaba enjaulado, pero por mucho menos tiempo, además de que había un atisbo de esperanza de salir si luchaba con todas mis fuerzas. En Alcatraz no, era prácticamente una tumba gigante.
Levanté la mirada hacia ella. - Mi familia, mi hermano y mi madre. - no pude contener más mis propias dudas, y esa era la más urgente de todas.
Retrocedí un paso instintivamente cuando se acercó a mi con la varita desenfundada. - ¿Que...? - pero no fue nada, simplemente la puso contra mi piel y pareció satisfecha con el resultado. No entendía que acababa de pasar, pero si entendía que me estaba indicando que me sentara en el sofá, así que lo hice mientras me examinaba la mano, la cual no tenía nada inusual. - ¿Que ha sido eso? - pregunté.
Miré los papeles que había sobre la mesa, pero sin prestarles demasiada atención porque me estaba haciendo preguntas de nuevo. - Pues claro. - contesté rápidamente cuando dijo que habría querido matar a los Black de mil maneras diferentes. Aunque lo último que me preguntó me desconcertó un poco. - ¿Es una pregunta trampa? - fruncí el ceño, pero ella parecía esperar una respuesta así que se la di. - No te negaré que me gustaría mucho desquitarme, y estar en Alcatraz ha sido la mayor mierda por la que he pasado nunca, peor que la arena. - ¿exagerando? No para alguien como yo, sentirme enjaulado era la peor sensación del mundo. Si, en la arena tambien estaba enjaulado, pero por mucho menos tiempo, además de que había un atisbo de esperanza de salir si luchaba con todas mis fuerzas. En Alcatraz no, era prácticamente una tumba gigante.
Levanté la mirada hacia ella. - Mi familia, mi hermano y mi madre. - no pude contener más mis propias dudas, y esa era la más urgente de todas.
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Hago una mueca que espero que responda a sus dudas acerca de que acabo de hacer con mi varita y su muñeca, intentando restarle hierro al asunto. No es nada que importe mucho, al menos a él. Por suerte se distrae con el resto de la conversación y esbozo una ligera sonrisa. - No. Sin trampas. El neopanem que conocías ha... cambiado de forma muy drástica. Aún estamos levantándonos de aquel caos. Necesito saber que no vas a romper ese caos, Alexander. - Mi tono de voz es totalmente comprensivo y maternal. Puedo imaginarme por la injusticia por la que ha pasado porque yo también he vivido esa clase de cosas con los Black, aunque de una forma diferente; es por eso que uso dicho tono. Por eso y porque lo que menos me apetece es que me vea como una amenaza. Que no lo soy. No al menos para él.
Borro mi sonrisa gradualmente cuando pregunta por su familia porque en toda la investigación que hemos hecho los últimos días sobre él, no tengo nada de padres, madres o incluso hermanos. - Lo siento. No los hemos encontrado, pero les buscaremos. Aún hay personas desaparecidas. Algunas siguen escondiéndose. Las cosas se pusieron feas antes de que la resistencia pudiera hacerse con el control del gobierno. Puede que piensen que están siendo perseguidas, cuando ya no es así. - Extiendo mi mano hacia su orden de liberación y la firmo, añadiendo una cláusula al final en observaciones. - ¿Vivías en el cuatro, no? ¿Quieres volver allí? Te facilitaremos una casa y dinero suficiente para vivir mientras vemos que hacer contigo. Aún eres menor de edad, no puedes ir por ahí sin un adulto - Eso sería rematadamente irresponsable. Pero enviarlo al orfanato es una estupidez, aunque no lo descarto del todo. Probablemente sea mi última opción si al final un adulto no se hace cargo de él. - Y además, quiero, como favor personal... - Al que de todas maneras no puede negarse. - que veas a un psicólogo. Él se encargará de asegurarse de que te adaptas bien y de que puedes seguir adelante.
Borro mi sonrisa gradualmente cuando pregunta por su familia porque en toda la investigación que hemos hecho los últimos días sobre él, no tengo nada de padres, madres o incluso hermanos. - Lo siento. No los hemos encontrado, pero les buscaremos. Aún hay personas desaparecidas. Algunas siguen escondiéndose. Las cosas se pusieron feas antes de que la resistencia pudiera hacerse con el control del gobierno. Puede que piensen que están siendo perseguidas, cuando ya no es así. - Extiendo mi mano hacia su orden de liberación y la firmo, añadiendo una cláusula al final en observaciones. - ¿Vivías en el cuatro, no? ¿Quieres volver allí? Te facilitaremos una casa y dinero suficiente para vivir mientras vemos que hacer contigo. Aún eres menor de edad, no puedes ir por ahí sin un adulto - Eso sería rematadamente irresponsable. Pero enviarlo al orfanato es una estupidez, aunque no lo descarto del todo. Probablemente sea mi última opción si al final un adulto no se hace cargo de él. - Y además, quiero, como favor personal... - Al que de todas maneras no puede negarse. - que veas a un psicólogo. Él se encargará de asegurarse de que te adaptas bien y de que puedes seguir adelante.
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No pude evitarlo, empecé a reir cuando dijo que esperaba que no rompiera el orden que habían logrado instaurar. Aunque no era una risa muy alegre, más bien una manifestación de toda la tensión que había acumulado y que había sido finalmente destapada a través de ese medio. Tampoco duró mucho. - Claro, prometo no hundir el país. - le contesté, como si pudiera hacerlo, vamos.
Eso si, las no noticias acerca de mi familia ya no me hicieron tanta gracia. ¿Donde demonios se podrían haber metido? Tenía sentido que se hubieran largado, en cuanto empezó el ataque de los magos al país la gente debió de empezar a buscar traidores como locos y mi padre había sido ejecutado por traidor... esperaba que hubieran logrado huir a tiempo antes de que los alcanzaran. - Tengo que encontrarlos. - murmuré. Eran mi familia y no podía aceptar la idea de que estuviesen muertos, tenían que estar vivos y por tanto podían ser encontrados.
Bufe cuando dijo que no podía andar por ahí sin adulto por ser menor. - No soy ningun niño. - contesté rápidamente. - No me trataron como a un menor en la cárcel. - asi que... era lo bastante adulto para estar encerrado de por vida en una cárcel en condiciones que rozaban lo inhumano, pero no lo era lo bastante como para valerme por mi mismo. Y no fue solo el gobierno de los Black el que me mantuvo encerrado. Desde mi punto de vista eso no tenía ningun sentido. - Pero si, quiero volver al cuatro. - observo por el rabillo del ojo como firma la orden de liberación y frunzo el ceño ante su petición. - ¿A uno de esos saca-cuartos? - pregunté con cierto excepticismo, no creía demasiado en la psicología, pero levanté las manos en señal de resignación. - Si con eso consigo retomar una vida más o menos normal, lo haré. - no porque yo creyera que un psicólogo podría ayudarme, si no porque mantendría tranquila Jamie lo cual me permitiría vivir más relajado a mi tambien.
Eso si, las no noticias acerca de mi familia ya no me hicieron tanta gracia. ¿Donde demonios se podrían haber metido? Tenía sentido que se hubieran largado, en cuanto empezó el ataque de los magos al país la gente debió de empezar a buscar traidores como locos y mi padre había sido ejecutado por traidor... esperaba que hubieran logrado huir a tiempo antes de que los alcanzaran. - Tengo que encontrarlos. - murmuré. Eran mi familia y no podía aceptar la idea de que estuviesen muertos, tenían que estar vivos y por tanto podían ser encontrados.
Bufe cuando dijo que no podía andar por ahí sin adulto por ser menor. - No soy ningun niño. - contesté rápidamente. - No me trataron como a un menor en la cárcel. - asi que... era lo bastante adulto para estar encerrado de por vida en una cárcel en condiciones que rozaban lo inhumano, pero no lo era lo bastante como para valerme por mi mismo. Y no fue solo el gobierno de los Black el que me mantuvo encerrado. Desde mi punto de vista eso no tenía ningun sentido. - Pero si, quiero volver al cuatro. - observo por el rabillo del ojo como firma la orden de liberación y frunzo el ceño ante su petición. - ¿A uno de esos saca-cuartos? - pregunté con cierto excepticismo, no creía demasiado en la psicología, pero levanté las manos en señal de resignación. - Si con eso consigo retomar una vida más o menos normal, lo haré. - no porque yo creyera que un psicólogo podría ayudarme, si no porque mantendría tranquila Jamie lo cual me permitiría vivir más relajado a mi tambien.
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Por el tono sé que se lo ha tomado a broma, por lo que acabo riendo yo también. De todas maneras no me molesto en explicarlo porque no lo entendería. La mayoría de las personas creen que los gobiernos son fuertes, pero no se dan cuenta del poder que tienen. Los gobiernos están suspendidos en el aire, parados en una tabla que equilibran las personas que creen en ellos. La confianza es la base de toda democracia que funcione. E incluso cuando no funciona, hay gente que sigue creyendo en ellas. Así se mantuvieron los Black todo este tiempo. Ahora, somos un gobierno joven. Si se pudo hundir a los black ¿porque no van a poder hundirnos a nosotros? - Si encuentras datos sobre ellos que puedan servir a los carroñeros en su búsqueda, estoy segura de que les encontrarán. - Procuro animarlo, aunque después de lo que ha pasado algo me hace intuir que no le hace falta. Y además, me lo confirma con el resto de sus palabras. - Yo no te metí ahí, Alexander. - Insisto, porque tiene que encontrar esa enorme diferencia entre la zorra que antes estaba al poder y el lugar que yo intento construir. Una utopía a medio hacer. - De haber sabido esto antes, te habríamos sacado de allí. A Alcatraz no ha sido condenado nadie que no se lo merezca. No en mi guardia. - Concluyo. - Teniendo 16 años eres legalmente un menor, y eso es todo. Son las normas. ¿No hay ningún lugar al que puedas ir, al menos temporalmente? Nos encargaremos de todos los gastos. -
Asiento cuando acepta lo de volver al cuatro y también lo del psicólogo. Tengo que admitir que me hace gracia la manera en la que los llama. Seth también los odia. Será cosa de la edad. - Me gusta esa forma de pensar. El mundo ha cambiado mucho los últimos años, espero que puedas disfrutarlo. Costó muchas vidas llegar a donde estamos. - La de Jared entre ellas. - ¿Tienes alguna pregunta?
Asiento cuando acepta lo de volver al cuatro y también lo del psicólogo. Tengo que admitir que me hace gracia la manera en la que los llama. Seth también los odia. Será cosa de la edad. - Me gusta esa forma de pensar. El mundo ha cambiado mucho los últimos años, espero que puedas disfrutarlo. Costó muchas vidas llegar a donde estamos. - La de Jared entre ellas. - ¿Tienes alguna pregunta?
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Me ahorré los comentarios acerca de Alcatraz ya que era cierto, ellos no me habían condenado y no me habían mantenido allí a sabiendas, no podía acusarles de tener malas intenciones hacia mi, pero si de incompetencia. Pero no era algo que diría en voz alta, el poco trato que había tenido hasta ahora con la autoridad (sin contar a Jamie) me parecía indicar que era mejor guardarse esa clase de opiniones. Claro que quizás eso fuera solo porque pensaban que era un criminal y que ahí fuera todo fueran arcoiris, unicornios y mariposas.
- Imagino que la casa de mi familia seguirá en el mismo lugar que antes. - comenté. Era el único sitio al que se me ocurría que podía ir. - No tengo más familia, y creo que tampoco amigos. - nunca tuve demasiados, pero los pocos que tenía a saber donde andaban. Bueno, a Arianne la había llegado a considerar mi amiga pero la situación era... complicada como poco.
Ladeé la cabeza ante su pregunta pero finalmente negué con un suspiro. - Millones en realidad, pero ninguna que deba ser contestada ahora. - demasiado caos como para organizarlo en una lista de ordenadas cuestiones. - ¿Cuando puedo ir a casa? - levanté la mirada al preguntarlo. Estaba agotado, sobre todo mentalmente y quería rehacer mi vida, aunque aun no sabía como.
- Imagino que la casa de mi familia seguirá en el mismo lugar que antes. - comenté. Era el único sitio al que se me ocurría que podía ir. - No tengo más familia, y creo que tampoco amigos. - nunca tuve demasiados, pero los pocos que tenía a saber donde andaban. Bueno, a Arianne la había llegado a considerar mi amiga pero la situación era... complicada como poco.
Ladeé la cabeza ante su pregunta pero finalmente negué con un suspiro. - Millones en realidad, pero ninguna que deba ser contestada ahora. - demasiado caos como para organizarlo en una lista de ordenadas cuestiones. - ¿Cuando puedo ir a casa? - levanté la mirada al preguntarlo. Estaba agotado, sobre todo mentalmente y quería rehacer mi vida, aunque aun no sabía como.
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La idea de que viva solo no me parece del todo factible, pero de todas maneras tampoco puedo forzarlo a quedarse en el capitolio, sería un gasto innecesario de dinero e incomodidad para él. Una vez hemos acabado la conversación hago un gesto con mi mano. — En un par de horas. Aun hay que arreglar algunos asuntos. Enviaré a uno de los aurores para que te haga compañía los primeros días. Te ayudará a adaptarte y todas esas cosas. — Además es una buena manera de asegurarme de que no se mete en líos al principio. Me levanto y le invito a hacer lo mismo acompañándolo a la puerta, que me molesto en abrirle educadamente por mi misma. — Puedes esperar en el salón, si quieres. Mi hijo está por ahí, así que a lo mejor tienes con qué entretenerte mientras termino por aquí. — Dejo que Jonathan, uno de los esclavos de la casa, le acompañe hasta allí despidiéndome con una sonrisa de él y le observo hasta que desaparece por el pasillo.
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