Cuando Sean se ofrece a acompañarme al evento me niego. Esto es algo a lo que me tengo que enfrentar sola. Al final organizando papeles y preparando el discurso se me pasa la hora. El evento ha empezado hace bastante tiempo y mis esclavos me comunican que mi hijo ya se ha ido. Paso por la habitación de Seth por mero reflejo para encontrar a Ben limpiándola. Sé que ellos tienen una especie de trato de la que no le hablan a nadie, no soy estúpida; pero por el momento me vale. Si ellos pueden mantenerlo en secreto de mi, pueden mantenerlo secreto de todo el mundo. Le lanzo al muchacho una última mirada despectiva y luego me marcho de allí.

Desaparezco para no gastar tiempo en parafernalias con el coche y aparezco de nuevo directamente en la entrada. Al hombre de la puerta le sorprende mi llegada, al parecer todo el mundo ha entrado por la puerta. - Esto está bastante descuidado de seguridad, ¿no? - Murmuro, mientras entrego mi invitación, aunque él ni siquiera la mira, solo la sella y me deja entrar. Cualquier metamorfomago con un poco de luces podría haberse colado en este lugar. Al final sospecho que no entiende a que me refiero con lo de la seguridad y lo dejo correr. Estoy por probar si puedo aparecerme dentro directamente pero el bullicio del interior llama mi atención. Las modelos están enfundadas en sus últimos trajes. He llegado soberanamente tarde.

Me quedo lo que resta del evento en mi asiento, cruzando las piernas de vez en cuando y entablando algún tipo de charla informal con la persona de mi izquierda, Kelly, que para variar, no me resulta un estorbo. Me parece ver a mi hijo cerca de las mesas del alcohol aunque no estoy segura de que él note el gesto fruncido que me aparece. Últimamente tiene demasiado contacto con esa bebida y no me hace mucha gracia que se diga. En medio de mi despiste escucho a alguien llamarme. Luego me doy cuenta de que todo el mundo lo hace. ¿Unas palabras mías? No me toma por sorpresa, era el plan; pero pensé que llegaría con más tiempo de sobra.

Subo al escenario y utilizo un hechizo para aumentar el volumen de mi voz, manteniendo el temple que viene con el título de líder. Por esta clase de cosas era Jared quien daba la cara. A él se le daban mejor los discursos. Lo mio siempre fueron las sombras. - Primero que nada quiero daros las gracias por estar aquí y por seguir creyendo en nosotros. Lo que ha ocurrido en la arena ha sido una desgracia que nos perseguirá toda la vida y una pérdida incalculable para las familias afectadas. Pero aunque en Neopanem estamos intentando recuperar la paz que nos fue negada por los Black, algunos se resisten a aceptarlo. Miembros que aún los apoyan y que están junto a vosotros, probablemente ahora, han infectado el sistema con un virus que provocó que el conocido "dios del juego", más familiar por el nombre de Alana, destruyera a los tributos en vez de protegerlos. No pudimos salvar más que a dos de ellos y de verdad, lo siento - Me mantengo en silencio un buen rato, un minuto de rigor por aquellos que ya no están y que nos importan. Entiéndase que esos son las personas de sangre mágica. - Pero la paz no se consigue sin dinero y actualmente, tenemos poco de eso. No queremos privar a ninguno de los ciudadanos de los distritos de ninguno de los servicios básicos y los juegos mueven mucho dinero. Es por eso, que el próximo invierno, celebraremos otros. -

Las quejas son inmediatas, aunque son unas quejas extrañas. Algunos en silencio absoluto con una mirada de terror, probablemente aquellos que tienen hijos que podrían acabar allí; otros son gritos de reproche. Intento levantar la voz sobre el resto para hacer me oír de nuevo. - Sé que aunque prometa que no sucederá lo mismo no me creeréis, pero hemos cambiado todos los sistemas. Solo dos personas conocen los códigos principales de los juegos y pueden modificarlos y son personas de mi confianza. - Y aún así, sé que eso no es bastante. - Para probaros que no sucederá lo mismo, mi propio hijo, Seth, participará en dichos juegos. - Le señalo. La alusión pública le pilla por sorpresa, pero se recompone lo bastante rápido como para mostrar una seguridad que no posee. - Y no es el único. El Ministro Weynart se ha ofrecido voluntario para participar también, como prueba de que vuestros hijos estarán a salvo. Tal vez no merezca que confíen en nosotros, después de lo ocurrido en los últimos juegos; pero podréis confiar al 100% en que como madre, jamás mandaría a mi hijo a morir - Y eso es una verdad como un canto. ¿Que si me preocupa que le pase algo? Sí, me preocupa. Como me preocupaba que acabara herido cuando lo abandoné, o que no fuera feliz por estar metido en una guerra a la que no pertenecía. Es mi hijo. Es mi deber preocuparme incluso de si se parte una uña. - Es una segunda oportunidad muy valiosa que no desperdiciaremos en absoluto. - Y acabado dicho discurso, bajo las escaleras y me marcho. El aturdimiento por la noticia es tal, que más personas hacen lo mismo y pronto, el lugar acaba vacío.

Esta trama se da por cerrada así que podéis iros. Sois libres de salir por vuestro propio pie o ahorraros el post. Cerraremos el tema el próximo 10 de Diciembre para daros una semana para hacer los post.