OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Gigi no parece muy dispuesta a dejarme ir, así que tengo que ordenarle una y otra vez que deje de seguirme cuando me acerco a la salida, y al final Amy tiene que agarrarla por el collar sucio para que se quede con ella y me deje en paz. Para calmar mi sentimiento de culpa, le palmeo el hocico y dejo que mi abuelo me estreche en un fuerte abrazo antes de que Eowyn y yo saltemos por la ventana trasera de la pequeña casa abandonada que hemos utilizado los últimos días desde que llegamos al cinco, y nos echo la capa de invisibilidad encima. Está anocheciendo, y eso hace que las calles se vacíen y sea mucho más cómodo ir en busca de más comida, la cual ya se nos está agotando porque ahora somos cuatro más un animal y como viajamos ligeros, nunca cargamos demasiada. A veces me pregunto cuanto vamos a demorarnos en caer enfermos, para ser honesto, pero creo que de momento tenemos bastante suerte.
Eowyn y yo avanzamos por una callecita bastante angosta, con cuidado de no pisar a alguno de los vagabundos que le estiran las manos a cualquiera que pase por allí, lo cual me hace agradecer poder ser invisible. Caminamos lento, y yo sujeto mi cuchillo con fuerza en caso de necesitarlo, aunque evito en todo momento voltear mi cara hacia la rubia para evitar otro momento bochornoso; desde que Eowyn se sumó a nosotros, he tratado de evitar los besos que siempre me ofrece y perdí la cuenta de las veces que tuve que aclararle que no somos novios, aunque para ser sincero conmigo mismo debo admitir que alguna que otra vez consideré seriamente su oferta de tocarle los pechos solamente porque nunca he tocado alguno. De todas formas, por las noches procuro dormir cerca de Amelie como siempre he hecho y es a ella a quien le sujeto la mano cada vez que lo necesito o lo necesita, de modo que los momentos con Eowyn se han vuelto cada vez más imposibles; además, a pesar de no saber de ella hace meses, no puedo evitar pensar en Zyanelle cada vez que tengo la oportunidad de sentirme culpable.
De todas formas, las chicas no son mi pensamiento primordial; cada vez que mi cabeza parece vaciarse por un momento, un montón de nombres parecen hacer fila para atormentarme. Sé que Derian y Ari están vivos, sé que mi padre y mis amigos también deben estarlo, y creo que mi grupo ya me detesta por mi insistencia de no quedarnos nunca quietos. No sé a donde iremos a parar, pero prefiero estar en movimiento antes de darlo todo por perdido y quedarme escondido esperando a que me atrapen. Si voy a terminar en una fosa, al menos quiero hacer algo con el tiempo que me queda.
Me freno en seco en la esquina del callejón y noto como Eowyn choca contra mi espalda, haciendo que se me escape un chistido con la lengua para que se quede callada y no se le ocurra quejarse. Asomo la cabeza por un costado, tratando de ver al grupo de aurores que se encuentran a pocos metros de nosotros arrastrando a una joven llorosa, la cual tiene un par de prendas rotas que me hacen pensar que le han hecho de lo peor, y tengo que hacer un esfuerzo para aflojar el nudo de mi garganta en silencio, sin carraspear. Al final, en cuanto se marchan, tomo la muñeca de mi amiga con cuidado para hacerla avanzar conmigo hasta la puerta partida a la mitad de la casa de donde han sacado a la muchacha, e intento ver algo con mi poca luz; al parecer era una vivienda muy humilde y pequeña, y el suelo está cubierto de mantas y, para nuestra buena suerte, algunas bolsas que seguramente la desdichada había estado usando para guardar su alimento hasta que se la llevaron. Me muerdo la lengua al sentirme un poco basura por tomar provecho de su mala situación, pero igual suelto a Eowyn y salgo despacio de la capa, pasando un pie por encima de la puerta y logrando entrar a la sala - quédate ahí - le susurro a algún punto invisible, mientras me inclino y comienzo a revisar lo que nos ha quedado para nosotros.
Y apenas escucho los pasos que se acercan por la calle.
Eowyn y yo avanzamos por una callecita bastante angosta, con cuidado de no pisar a alguno de los vagabundos que le estiran las manos a cualquiera que pase por allí, lo cual me hace agradecer poder ser invisible. Caminamos lento, y yo sujeto mi cuchillo con fuerza en caso de necesitarlo, aunque evito en todo momento voltear mi cara hacia la rubia para evitar otro momento bochornoso; desde que Eowyn se sumó a nosotros, he tratado de evitar los besos que siempre me ofrece y perdí la cuenta de las veces que tuve que aclararle que no somos novios, aunque para ser sincero conmigo mismo debo admitir que alguna que otra vez consideré seriamente su oferta de tocarle los pechos solamente porque nunca he tocado alguno. De todas formas, por las noches procuro dormir cerca de Amelie como siempre he hecho y es a ella a quien le sujeto la mano cada vez que lo necesito o lo necesita, de modo que los momentos con Eowyn se han vuelto cada vez más imposibles; además, a pesar de no saber de ella hace meses, no puedo evitar pensar en Zyanelle cada vez que tengo la oportunidad de sentirme culpable.
De todas formas, las chicas no son mi pensamiento primordial; cada vez que mi cabeza parece vaciarse por un momento, un montón de nombres parecen hacer fila para atormentarme. Sé que Derian y Ari están vivos, sé que mi padre y mis amigos también deben estarlo, y creo que mi grupo ya me detesta por mi insistencia de no quedarnos nunca quietos. No sé a donde iremos a parar, pero prefiero estar en movimiento antes de darlo todo por perdido y quedarme escondido esperando a que me atrapen. Si voy a terminar en una fosa, al menos quiero hacer algo con el tiempo que me queda.
Me freno en seco en la esquina del callejón y noto como Eowyn choca contra mi espalda, haciendo que se me escape un chistido con la lengua para que se quede callada y no se le ocurra quejarse. Asomo la cabeza por un costado, tratando de ver al grupo de aurores que se encuentran a pocos metros de nosotros arrastrando a una joven llorosa, la cual tiene un par de prendas rotas que me hacen pensar que le han hecho de lo peor, y tengo que hacer un esfuerzo para aflojar el nudo de mi garganta en silencio, sin carraspear. Al final, en cuanto se marchan, tomo la muñeca de mi amiga con cuidado para hacerla avanzar conmigo hasta la puerta partida a la mitad de la casa de donde han sacado a la muchacha, e intento ver algo con mi poca luz; al parecer era una vivienda muy humilde y pequeña, y el suelo está cubierto de mantas y, para nuestra buena suerte, algunas bolsas que seguramente la desdichada había estado usando para guardar su alimento hasta que se la llevaron. Me muerdo la lengua al sentirme un poco basura por tomar provecho de su mala situación, pero igual suelto a Eowyn y salgo despacio de la capa, pasando un pie por encima de la puerta y logrando entrar a la sala - quédate ahí - le susurro a algún punto invisible, mientras me inclino y comienzo a revisar lo que nos ha quedado para nosotros.
Y apenas escucho los pasos que se acercan por la calle.
Con el grupo cada vez más grande, la comida se nos agota más rápido. Esa misma mañana hemos sorteado quien va con quien a buscar recursos, y para no cometer el error de dejar a los adolescentes en casa hechos una furia porque no les incluimos en la búsqueda de comida, nos los turnamos. Hoy, y pese a las reticencias de Stephan, me toca Sophia. A estas alturas ya me he acostumbrado a tenerla merodeando cerca también, además para variar da gusto tener una chica que no me pregunta cada dos minutos a cuantos he matado, o si tengo licencia de armas. Ava es un amor, pero me desespera en ocasiones, especialmente cuando se pone en modo "¿hemos llegado ya?" ahora que cambiamos a menudo de caza para evitar a los aurores.
Mantengo a Sophia a la vista, aunque le dejo su espacio. Es bastante torpe en comparación a Cale y también más lenta aprendiendo, pero demasiado tiempo relacionándome con enanos me ha dado una paciencia que antes no tenía. Ya le he enseñado al menos a sostener un cuchillo, y también como debe llevarlo si tiene que correr, para que en caso de caerse no vaya a clavárselo. - Ten los ojos bien abiertos. Sospecha de todo lo que se mueva. ¿Vale? - Nuestra relación no es precisamente la mejor ahora mismo, pero porque empezamos con mal pie. Yo le apunté a la cabeza y realmente tenía la clara intención de disparar, si no hubiera sido porque me dio pena. Mi otro yo, el que demolió todo un imperio para obtener poder, no se habría amedrentado ante una nena de 14 años. Pero ahora soy otra persona. Y ella, bueno, no creo que olvide muy pronto que yo estuve a punto de matarla.
Avanzo por las calles y nos meto en una de las casas en cuanto hay indicios de aurores. Se llevan a una muchacha a la que apenas presto atención porque tengo mi vista en un par de sombras que se han movido un poco más allá. Intento enfocar la vista pero no distingo nada, los aurores acaban por marcharse y todo queda en silencio. Repentinamente me doy cuenta de que sophia ya no está junto a mi, sino que corre hacia las dos sombras que he visto. - SO!.... - Me callo antes de gritarla. Y luego maldigo todo lo que puedo. ¿Qué diablos le pasa?! Corro detrás de ella y juro por dios que la voy a matar, cuando se abalanza contra Ben. Por la forma en la que solloza y lo espachurra contra sus brazos, deduzco que le conoce. Y yo también. Es el hijo de Elioh Franco. El vencedor del cuatro. Y... bueno, una esgalamida chiquilla extraña a su izquierda. Llego a su altura con el arma en las manos, sabiendo que para él soy un enemigo, porque bueno, yo soy enemigo de todo el mundo desde que tengo uso de razón. Es el efecto que tienen los Black. Levanto mi mano, con arma incluida. - Tu padre te está buscando, Benedict Franco
Mantengo a Sophia a la vista, aunque le dejo su espacio. Es bastante torpe en comparación a Cale y también más lenta aprendiendo, pero demasiado tiempo relacionándome con enanos me ha dado una paciencia que antes no tenía. Ya le he enseñado al menos a sostener un cuchillo, y también como debe llevarlo si tiene que correr, para que en caso de caerse no vaya a clavárselo. - Ten los ojos bien abiertos. Sospecha de todo lo que se mueva. ¿Vale? - Nuestra relación no es precisamente la mejor ahora mismo, pero porque empezamos con mal pie. Yo le apunté a la cabeza y realmente tenía la clara intención de disparar, si no hubiera sido porque me dio pena. Mi otro yo, el que demolió todo un imperio para obtener poder, no se habría amedrentado ante una nena de 14 años. Pero ahora soy otra persona. Y ella, bueno, no creo que olvide muy pronto que yo estuve a punto de matarla.
Avanzo por las calles y nos meto en una de las casas en cuanto hay indicios de aurores. Se llevan a una muchacha a la que apenas presto atención porque tengo mi vista en un par de sombras que se han movido un poco más allá. Intento enfocar la vista pero no distingo nada, los aurores acaban por marcharse y todo queda en silencio. Repentinamente me doy cuenta de que sophia ya no está junto a mi, sino que corre hacia las dos sombras que he visto. - SO!.... - Me callo antes de gritarla. Y luego maldigo todo lo que puedo. ¿Qué diablos le pasa?! Corro detrás de ella y juro por dios que la voy a matar, cuando se abalanza contra Ben. Por la forma en la que solloza y lo espachurra contra sus brazos, deduzco que le conoce. Y yo también. Es el hijo de Elioh Franco. El vencedor del cuatro. Y... bueno, una esgalamida chiquilla extraña a su izquierda. Llego a su altura con el arma en las manos, sabiendo que para él soy un enemigo, porque bueno, yo soy enemigo de todo el mundo desde que tengo uso de razón. Es el efecto que tienen los Black. Levanto mi mano, con arma incluida. - Tu padre te está buscando, Benedict Franco
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Estoy muy enfadada! Primero ben me engatuza para que seamos novios, luego de pronto no somos novios, luego de pronto se junta con Amelie, y empiezo a pensar que mi cabello rubio no le gusta, el problema es que no tengo con que cambiarlo de color. Siempre que salimos a buscar comida echo un vistazo a los tintes, pero jamás he tenido la oportunidad de robarme ninguno, no al menos del color que lleva la pelirroja que pronto no será la única pelirroja del grupo. Empiezo a pensar que a Ben a parte de sexys (o sea, yo soy brutalmente sexys) le gustan pelirrojas, y ese último asunto es al que tengo que ponerle solución. Hoy viene conmigo a buscar comida, y no sé porqué se empeña porque para mi es más fácil.
Ya me he acostumbrado a moverme por distritos que no son míos, y eso que apenas llevamos unas semanas de viaje. Pero al principio estaba flipando en colores. Era la primera vez que salía del 6! y mirénme ahora, tengo un novio bipolar, soy sexy y estoy camino a ser pelirroja. - Ay! - Me quejo cuando me tira repentinamente, hasta que veo el porqué. O más bien, escucho el porqué. Hay una chica a la que se están llevando a rastras y eso me hace fruncir el seño. A diferencia de él yo no voy armada, a mi no me hace falta porque a mi no me busca nadie, además en última instancia si pasa algo, siempre podré dejar que ben escape y luego decirles que me secuestró. Soy una pobre chica loca y huérfana del seis, no les quedará otra que creerme.
Cuando alguien se precipita hacia nosotros corriendo a toda velocidad siento el impulso de gritar, me levanto de donde estoy y busco algo con lo que golpearla, pero entonces se lanza contra Ben y lo espachurra. - ¿Que? ¿Cómo? ¿Qué? - Estoy confusa, hasta que aparece aquel mastodonte de dos metros detrás de ella. Seguro que es su guardaespaldas. Me pongo en modo gato de inmediato. - El perro del gobierno. Es el perro del gobierno! - Intento no gritar pero mi voz sale muy aguda mientras apunto a Echo con mi mano. Escucho eso de que "el padre de Ben lo está buscando" y me pongo entre medias de él y bueno, diría que de la niña pero está pegada a él como una lapa. Me voy a poner celosa. - ¡Déjale! ¡Él no tiene padre! ¡Estás diciendo mentiras! - Y me envalentono y le pego una patada en la pantorilla.
Ya me he acostumbrado a moverme por distritos que no son míos, y eso que apenas llevamos unas semanas de viaje. Pero al principio estaba flipando en colores. Era la primera vez que salía del 6! y mirénme ahora, tengo un novio bipolar, soy sexy y estoy camino a ser pelirroja. - Ay! - Me quejo cuando me tira repentinamente, hasta que veo el porqué. O más bien, escucho el porqué. Hay una chica a la que se están llevando a rastras y eso me hace fruncir el seño. A diferencia de él yo no voy armada, a mi no me hace falta porque a mi no me busca nadie, además en última instancia si pasa algo, siempre podré dejar que ben escape y luego decirles que me secuestró. Soy una pobre chica loca y huérfana del seis, no les quedará otra que creerme.
Cuando alguien se precipita hacia nosotros corriendo a toda velocidad siento el impulso de gritar, me levanto de donde estoy y busco algo con lo que golpearla, pero entonces se lanza contra Ben y lo espachurra. - ¿Que? ¿Cómo? ¿Qué? - Estoy confusa, hasta que aparece aquel mastodonte de dos metros detrás de ella. Seguro que es su guardaespaldas. Me pongo en modo gato de inmediato. - El perro del gobierno. Es el perro del gobierno! - Intento no gritar pero mi voz sale muy aguda mientras apunto a Echo con mi mano. Escucho eso de que "el padre de Ben lo está buscando" y me pongo entre medias de él y bueno, diría que de la niña pero está pegada a él como una lapa. Me voy a poner celosa. - ¡Déjale! ¡Él no tiene padre! ¡Estás diciendo mentiras! - Y me envalentono y le pego una patada en la pantorilla.
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Al inicio la idea de estar en un grupo con muchos desconocidos (excepto por el señor Franco, y claro, mi papá), me pareció la peor de todas, sin no contar la más riesgosa después de que apuntaran a nuestras cabezas con armas. Pero creo que después de un tiempo de rutina y costumbre, me ha llegado a gustar, me siento más segura. Aunque a la vez es una desventaja, antes podíamos movernos como sombras, sólo éramos tres y luego dos cuando el señor Franco se perdió. Pero ahora, somos más de cinco y es complicado trasladarnos, tenemos que hacerlo de a poco y procurando no ser vistos. Creo que a pesar de eso, si me preguntaran qué prefiero, entre estar sola con papá o formando parte del grupo, definitivamente diría que formar parte del grupo, por razones, que aunque no me guste admitir, aumentan día con día. Para empezar puedo notar que papá se relaja más últimamente, hay más adultos y las responsabilidades se dividen; después está el hecho de que ahora no soy la única niña y resulta ser que Ava es de lo más adorable, a veces cuando noto cierta presión o preocupación entre los adultos, cosas por las que Ava no debería preocuparse, la distraigo y platico con ella. Igual está Cale, con el que no me llevo especialmente bien pero tampoco mal, es un buen chico y, como es de mi edad, es fácil hablar con él. Claro que aún dentro del grupo seguimos siendo mi padre y yo, y ellos, sólo que esta vez, me siento más útil.
Hoy me tocó salir con Echo, con quien no podría decir que me relaje exactamente, mucho menos cuando posa la mano sobre su arma, pero, que con el tiempo, ha llegado a agradarme un poquito, pero sólo un poquito, lo que pasa es que estamos en el mismo grupo y debemos ayudarnos entre nosotros, ¿No? Bueno, en fin. Caminamos un rato, tenemos que conseguir comida para el grupo. Hago caso de las indicaciones de Echo en todo momento, él sabe lo que hace, pero por ratos me permito desconectarme del mundo y navegar en mis pensamientos. Claro que no tengo mucho en lo que pensar mas que en no acabar muerta. De un momento a otro, Echo me jala y nos mete a ambos en una casa. Maldición, justo me dijo que pusiera atención y no me percaté de los aurores. Me siento un poco torpe. Cuando las cosas se calman suelto un suspiro y volteo a ver a Echo. O al menos iba a voltear a ver Echo cuando algo más llamó mi atención.
No sé cómo describir las miles de sensaciones que pasan adentro de mí. Para empezar, mi cerebro se desconecta completamente obligándome a precipitarme con desenfreno hacia la primera persona que reconozco. Mi corazón comienza a latir tan rápido que por un momento creo que se va a salir de mi pecho. También está el hecho de que antes de que siquiera me de cuenta, ya estoy llorando y mis brazos se aferran a la camisa del muchacho enfrente de mí. Siento mucha tensión liberándose a través de mi cuerpo y no puedo contener los sollozos. He dejado de sostener la daga que hasta hace unos minutos estaba en mi mano y me sacudo bajo los brazos de Benedict. No hay palabras suficientes para expresar lo que siento al verlo. - Torpe, me has tenido muy preocupada. - Es todo lo que puedo mencionar antes de despegarme y mirar sus ojos celeste. Pongo mis manos en sus mejillas y me quedo viendo su cara con detenimiento, como para confirmar que es él. Entonces Echo aparece y lo único que hago es evitar verlo, hasta que me percato de la cabellera rubia que le grita y lo patea. Algo adentro de mí me hace odiar a esa niña entonces. - ¡Hey! No patees a Echo. - Me siento un poco impotente, el padre de Ben está MUY vivo, y Echo ya no es ningún perro de ningún gobierno. Claro que quisiera hacer algo más que sólo alzar la voz, pero no voy a permitirme soltar a Ben, tengo miedo de que vuelva a desaparecer.
Hoy me tocó salir con Echo, con quien no podría decir que me relaje exactamente, mucho menos cuando posa la mano sobre su arma, pero, que con el tiempo, ha llegado a agradarme un poquito, pero sólo un poquito, lo que pasa es que estamos en el mismo grupo y debemos ayudarnos entre nosotros, ¿No? Bueno, en fin. Caminamos un rato, tenemos que conseguir comida para el grupo. Hago caso de las indicaciones de Echo en todo momento, él sabe lo que hace, pero por ratos me permito desconectarme del mundo y navegar en mis pensamientos. Claro que no tengo mucho en lo que pensar mas que en no acabar muerta. De un momento a otro, Echo me jala y nos mete a ambos en una casa. Maldición, justo me dijo que pusiera atención y no me percaté de los aurores. Me siento un poco torpe. Cuando las cosas se calman suelto un suspiro y volteo a ver a Echo. O al menos iba a voltear a ver Echo cuando algo más llamó mi atención.
No sé cómo describir las miles de sensaciones que pasan adentro de mí. Para empezar, mi cerebro se desconecta completamente obligándome a precipitarme con desenfreno hacia la primera persona que reconozco. Mi corazón comienza a latir tan rápido que por un momento creo que se va a salir de mi pecho. También está el hecho de que antes de que siquiera me de cuenta, ya estoy llorando y mis brazos se aferran a la camisa del muchacho enfrente de mí. Siento mucha tensión liberándose a través de mi cuerpo y no puedo contener los sollozos. He dejado de sostener la daga que hasta hace unos minutos estaba en mi mano y me sacudo bajo los brazos de Benedict. No hay palabras suficientes para expresar lo que siento al verlo. - Torpe, me has tenido muy preocupada. - Es todo lo que puedo mencionar antes de despegarme y mirar sus ojos celeste. Pongo mis manos en sus mejillas y me quedo viendo su cara con detenimiento, como para confirmar que es él. Entonces Echo aparece y lo único que hago es evitar verlo, hasta que me percato de la cabellera rubia que le grita y lo patea. Algo adentro de mí me hace odiar a esa niña entonces. - ¡Hey! No patees a Echo. - Me siento un poco impotente, el padre de Ben está MUY vivo, y Echo ya no es ningún perro de ningún gobierno. Claro que quisiera hacer algo más que sólo alzar la voz, pero no voy a permitirme soltar a Ben, tengo miedo de que vuelva a desaparecer.
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Estoy tan ocupado agarrando una bolsita con lo que creo que son pastelitos rancios, que no me percato de que alguien viene corriendo hacia mí hasta que es demasiado tarde y dejo caer la navaja en un acto de torpeza en cuanto unos brazos frágiles y demasiado familiares se aferran a mi cuerpo; por un instante solo soy capaz de ver una mata de cabello rubio y ligeramente rizado, y es entonces que ese olor, ese aroma tan peculiar, me choca de prepo la nariz y reacciono de inmediato al abrazo antes de que pueda formular el nombre de mi mejor amiga en el mundo dentro de mi cabeza - ¡Soph... !- mi voz se quiebra en ese punto entre la emoción y la sorpresa, y por un momento creo que mi cuerpo va a estallar de adrenalina y felicidad. Es MI Sophia. Está viva, está conmigo, parece sana... y no deja de llorar. Mis brazos se acomodan de alguna forma que deje bien en claro que no pienso soltarla, pero empujo su rostro con mi frente para poder verla a la cara, dejando que se me escape una risita nerviosa y tardo en darme cuenta de que no puedo verla bien porque tengo los ojos llorosos. ¿Hace cuanto que no sé de ella? ¿Cuántas noches me he preocupado por su bienestar? Paso por alto que parece echarme la culpa porque prefiero dejar que me agarre el rostro, el cual sé que está sucio y ha cambiado desde la última vez que nos vimos, y aún así no dejo de sonreír - estás viva - es lo único que puedo decir, con una voz que temo que no reconozca. Y lo mejor, es que está libre.
Como mi mundo se ha reducido en un instante a la chica que tengo entre mis brazos, tardo en darme cuenta de lo que está pasando alrededor y levanto la vista hacia Echo Duane en el momento en el cual él abre la boca. Lo miro con desconfianza, y me pregunto internarme por qué mierda está con Sophia, cuando lo que dice hace que mi corazón se estruje hasta transformarse en una pasa de uva - ¿mi padre? ¿Papá está bien? ¿Está contigo? - le pregunto a Soph de forma atropellada, con los ojos bien abiertos. Para mi desgracia, Eowyn elije justo este momento para ponerse en histérica y patea a Echo, lo que me hace chillarle su nombre en advertencia y soltar a Soph de mala gana parar tirar de la remera de la rubia hasta volver a ponerla detrás de mí; a veces odio que no me haga caso y no se quede debajo de la capa invisible, a la cual me apresuro a quitar de sus manos - cálmate, ¿si? O nos oirán todos... y tú - vuelvo a girarme hacia Soph, y paso mis ojos de ella a Duane una y otra vez, queriendo apresurar ciertas dudas para llegar a lo importante - ¿qué haces con él? ¿Qué demonios ...? - no tengo recuerdos buenos sobre Echo, y la mayoría se reducen a lo que ha sucedido cuando me puse borracho en mi coronación. Un mal recuerdo, sin duda.
Siento que me he perdido de muchas cosas, y tengo la urgencia de dejar todo bien en claro. Sin embargo, vuelvo a tomar a Sophia de ambas manos para estrecharlas con efusión contra las mías y busco su mirada para verla fijamente - he encontrado a mi abuelo, Soph. Está vivo, y Gigi, y Amelie... están todos conmigo - tengo que encontrar el modo de respirar entre las palabras cuando me doy cuenta que hablo tan rápido que no lo hago, así que mi voz se vuelve un jadeo en pocos segundos - ¿Y mi papá? ¿No le ha pasado nada en todo este tiempo, no? ¡Los estaba buscando! - ya sé que si está con ellos está bien, pero por alguna razón siento que debo asegurarme. Sin poder contenerme, abrazo una vez más a Sophia hasta que me doy cuenta de un pequeño detalle que hace que la suelte y haga un gesto hacia mi acompañante - ella es Eowyn. Viene conmigo - sé que a Eowyn no le gustará, pero paso de llamarla "Cariño" como me ha pedido que la llame cuando nos conocimos, algo que siempre evité hacer a toda costa.
Como mi mundo se ha reducido en un instante a la chica que tengo entre mis brazos, tardo en darme cuenta de lo que está pasando alrededor y levanto la vista hacia Echo Duane en el momento en el cual él abre la boca. Lo miro con desconfianza, y me pregunto internarme por qué mierda está con Sophia, cuando lo que dice hace que mi corazón se estruje hasta transformarse en una pasa de uva - ¿mi padre? ¿Papá está bien? ¿Está contigo? - le pregunto a Soph de forma atropellada, con los ojos bien abiertos. Para mi desgracia, Eowyn elije justo este momento para ponerse en histérica y patea a Echo, lo que me hace chillarle su nombre en advertencia y soltar a Soph de mala gana parar tirar de la remera de la rubia hasta volver a ponerla detrás de mí; a veces odio que no me haga caso y no se quede debajo de la capa invisible, a la cual me apresuro a quitar de sus manos - cálmate, ¿si? O nos oirán todos... y tú - vuelvo a girarme hacia Soph, y paso mis ojos de ella a Duane una y otra vez, queriendo apresurar ciertas dudas para llegar a lo importante - ¿qué haces con él? ¿Qué demonios ...? - no tengo recuerdos buenos sobre Echo, y la mayoría se reducen a lo que ha sucedido cuando me puse borracho en mi coronación. Un mal recuerdo, sin duda.
Siento que me he perdido de muchas cosas, y tengo la urgencia de dejar todo bien en claro. Sin embargo, vuelvo a tomar a Sophia de ambas manos para estrecharlas con efusión contra las mías y busco su mirada para verla fijamente - he encontrado a mi abuelo, Soph. Está vivo, y Gigi, y Amelie... están todos conmigo - tengo que encontrar el modo de respirar entre las palabras cuando me doy cuenta que hablo tan rápido que no lo hago, así que mi voz se vuelve un jadeo en pocos segundos - ¿Y mi papá? ¿No le ha pasado nada en todo este tiempo, no? ¡Los estaba buscando! - ya sé que si está con ellos está bien, pero por alguna razón siento que debo asegurarme. Sin poder contenerme, abrazo una vez más a Sophia hasta que me doy cuenta de un pequeño detalle que hace que la suelte y haga un gesto hacia mi acompañante - ella es Eowyn. Viene conmigo - sé que a Eowyn no le gustará, pero paso de llamarla "Cariño" como me ha pedido que la llame cuando nos conocimos, algo que siempre evité hacer a toda costa.
Sigo un poco enfadado de que se haya puesto a correr como una loca cuando podrían haber sido enemigos, aunque debí prever que los conocía. Sophia no parece el tipo de chica que corre como una loca hacia un desconocido. La patada de Eowyn me pilla por sorpresa, y además me duele un montón porque me da en todo el hueso. No grito por orgullo, sin embargo sí que suelto un ligero gemido antes de agarrarla de los pelos inconscientemente. - Maldita mocosa. Anda y llama perro a tu ... - Me recuerdo que tengo delante a 3 críos de 14 años y que por un momento parecen tener más madurez que yo.
La suelto antes de quedarme con sus pelos en la mano, mientras Sophia me defiende, escuchando las preguntas de Benedict, todas a la vez. Suspiro con cansancio, demasiados críos en mi entorno, al final me ablando. - Ella está conmigo. - Remalco el "ella" para que quede claro que no me le he pegado como una lapa por voluntad, sino que por el contrario fue ella la que invadió un espacio que antes solo era para Cale y Ava. De todas maneras resulta tan dulce que apenas noto lo mucho que me estorba solo porque es pequeña. - No sé que hizo con su vida antes de llegar a la mía, pero ahora, está bien - Contesto cuando pregunta por su padre, con quien apenas he tenido tiempo de hablar porque parece encajar más con Arleth que conmigo.
Escucho el montón de gente que menciona que andan con él, y frunzo el entrecejo. ¿Han mandado a dos críos a buscar comida? ¿Esto es en serio? - ¿Y donde están? ¿por qué estáis solos aquí? - Amelie me suena, pero definitivamente ni gigi ni su abuelo lo hacen. Me salta la posibilidad de que se haya vendido al gobierno por información, así que agarro a Sophia del brazo, un poco más brusco de lo querría y la pongo detrás de mi, alzando mi arma solo por precaución. - ¿Estáis solos? ¿o esos aurores de antes venían con vosotros? Porque si te has vendido al gobierno, Benedict franco, no te culparía... pero no voy a dejar que nos vendas a nosotros. Aún sigue buscándote tu padre. Que te lo diga Sophia.
La suelto antes de quedarme con sus pelos en la mano, mientras Sophia me defiende, escuchando las preguntas de Benedict, todas a la vez. Suspiro con cansancio, demasiados críos en mi entorno, al final me ablando. - Ella está conmigo. - Remalco el "ella" para que quede claro que no me le he pegado como una lapa por voluntad, sino que por el contrario fue ella la que invadió un espacio que antes solo era para Cale y Ava. De todas maneras resulta tan dulce que apenas noto lo mucho que me estorba solo porque es pequeña. - No sé que hizo con su vida antes de llegar a la mía, pero ahora, está bien - Contesto cuando pregunta por su padre, con quien apenas he tenido tiempo de hablar porque parece encajar más con Arleth que conmigo.
Escucho el montón de gente que menciona que andan con él, y frunzo el entrecejo. ¿Han mandado a dos críos a buscar comida? ¿Esto es en serio? - ¿Y donde están? ¿por qué estáis solos aquí? - Amelie me suena, pero definitivamente ni gigi ni su abuelo lo hacen. Me salta la posibilidad de que se haya vendido al gobierno por información, así que agarro a Sophia del brazo, un poco más brusco de lo querría y la pongo detrás de mi, alzando mi arma solo por precaución. - ¿Estáis solos? ¿o esos aurores de antes venían con vosotros? Porque si te has vendido al gobierno, Benedict franco, no te culparía... pero no voy a dejar que nos vendas a nosotros. Aún sigue buscándote tu padre. Que te lo diga Sophia.
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Me importa un pepino que la chica guapa que me está robando a mi novio se enfade porque le he pegado al perro de Stephanie, pero no me espero que me agarre de los pelos y me sarandee como si fuera de paja. Grito sin que me importe mucho que estemos de noche, y hace poco se hayan llevado a una chica los aurores, o que esté rodeada de fugitivos. Ahora mismo si vinieran a atraparnos hasta yo estaría jodida. Pero ME HA TIRADO DEL PELO MALDITA SEA! NADIE TIRA DE MI PELO. Tropiezo y caigo al suelo en una postura terrible, e incluso se me ven las braguitas. No me ha dolido tanto aquel tirón de pelo cuando me avergüenzo porque se me vean. Al final me levanto del suelo super mega indignada porque además Ben no me ha defendido, y luego encima me ha llamado por mi nombre. - Soy su novia! - De todas maneras nadie me está haciendo mucho caso, aunque yo esté emberrinchada. Alguien más grita en alguna parte y asumo que nos toman por los pobres doloridos de la casa de la que se han llevado arrastras a aquella chica por quien sabe que mierda.
Asomo mis narices por la esquina mientras ellos siguen hablando, sin creerme ni una sola palabra. Eso de que el padre de Ben esté vivo seguro que es mera potra. - Y quien dice que los que venían con esos aurores no son ustedes! Yo sí te culparía, viejo chocho! - Les acuso yo de vuelta cuando tienen el MEGA descaro de ACUSARNOS A NOSOTROS! - O seaaa yo no traicioné a medio país! Tu cara está por todas partes. Si tu cara está por todas partes por algo será! Majadero! - Me acobardo bastante cuando apunta con su arma hacia nosotros y me pongo detrás de ben, agarrándome a su brazo tan fuerte que le entierro mis uñas y tiemblo ligeramente. Pero intento que no se note. - No estamos solos. Tenemos gente más grande que tu aguardando en las sombras a que nos hagas daño para tener una excusa de volarte la cabeza! - Me monto un farol. Eso en las pelis siempre funciona.
Asomo mis narices por la esquina mientras ellos siguen hablando, sin creerme ni una sola palabra. Eso de que el padre de Ben esté vivo seguro que es mera potra. - Y quien dice que los que venían con esos aurores no son ustedes! Yo sí te culparía, viejo chocho! - Les acuso yo de vuelta cuando tienen el MEGA descaro de ACUSARNOS A NOSOTROS! - O seaaa yo no traicioné a medio país! Tu cara está por todas partes. Si tu cara está por todas partes por algo será! Majadero! - Me acobardo bastante cuando apunta con su arma hacia nosotros y me pongo detrás de ben, agarrándome a su brazo tan fuerte que le entierro mis uñas y tiemblo ligeramente. Pero intento que no se note. - No estamos solos. Tenemos gente más grande que tu aguardando en las sombras a que nos hagas daño para tener una excusa de volarte la cabeza! - Me monto un farol. Eso en las pelis siempre funciona.
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Sigo sin creer que Ben esté vivo y enfrente de mí, más porque me pasé la mayor parte del tiempo pensando en lo mucho que quería verlo pero las pocas probabilidades que tendría para que en realidad pasara, en lugar de ser positiva y aferrarme a ese deseo. Es sólo que... Bueno, en una situación así no veo la forma de pensar positivamente. A costa de que me aferro lo más que puedo a Ben con tal de no soltarlo, terminamos cada quien por su lado para voltear a ver a nuestros respectivos acompañantes. No me esfuerzo mucho en defender a Echo, mucho menos porque de un momento a otro se hace con el cabello de la chica que está con Ben. No se supones que hagas eso cuando vienes "en son de paz", pero supongo que ella se lo buscó...
- Hey, Echo déjal... - Mi frase es interrumpida por el grito que pega la chica y antes de que me de cuenta Echo ya la ha soltado y yo me encuentro cubriéndole la boca, con la mirada atenta a cualquier entrada de la casa y los oídos parados para escuchar cualquier indicio de aurores cerca. Me dan ganas de gritarle infinidad de cosa por habernos expuesto de esa manera, cosa que, por obvias razones, no hago. Ben me llena de preguntas y la chica termina atrás de él. Me sorprende cómo en menos de cinco minutos pueden haber tantas confusiones, no es nada cómodo. Bien, primero lo primero. - Ben, tu papá, mi papá y yo escapamos a tiempo del distrito cuatro juntos gracias a una llamada Seth y est... - Una pequeña punzada de dolor me llega al mencionar el nombre de Seth, que me hace preguntarme cómo se puede ser tan insensible de la nada. Ben y Seth eran... No. Son mejores amigos, y el primero de ellos arriesgó mucho para salvarnos a ambos al hacer esa llamada, al mencionarlo no me detuve a pensar si afectaría a Ben escuchar acerca de él. Me concentro en seguir. - Bueno, la cuestión es que nos separamos pero nos volvimos a encontrar y ahora estamos en un grupo con Echo y más personas. Está bien, todos estamos bien. - Si es que se puede definir así nuestra condición. Me alegra escuchar que ellos también están en un grupo con más personas, aunque siento algo ácido cuando menciona el nombre de Amelie. Sí, me da gusto que esté viva aunque no la conozca, porque sé lo mucho que significa para Ben, pero por eso mismo me entristece un poco. Ella ha estado al lado de Ben todo este tiempo, yo ni siquiera tenía la seguridad de si estaba vivo o no.
Como sea.
Bien, ahora que ya me encargué de importante va lo segundo, que viene siendo ignorar a la chica rubia de al lado, sin embargo esto último se me olvida cuando usa las palabras "su" y "novia" en la misma frase. Entonces no sólo quiero gritarle, pero me ahorro las explicaciones de lo que me rabia me haría hacer. Me concentro en poner mi mejor poker face y voltear a ver a Benedict con ganas de una explicación, además de que esta vez soy yo la que se suelta del abrazo. Para aclarar, la explicación de por qué lo ha llamado su novio SÓLO me gustaría escucharla porque somos mejores amigos y los mejores amigos sienten rabia cuando el otro tiene novio, claro que es eso, ¿No? Doy gracias a que Echo me pone detrás de él en ese momento... Espera, ¿Qué? - ¡Ben jamás haría eso! - Le recrimino a Echo en el momento en el que suelta tal sarta de tonterías. Supongo que hay gente que se vende al gobierno para vivir, pero Ben no pertenece a ese grupo, estoy segura. Aunque no sé de la otra niña. - Y nosotros tampoco. - Termino por añadir, mirando esta vez a Eowyn y luego a Echo, cuando levanta su arma. No me gustaría que esto acabase mal.
- Hey, Echo déjal... - Mi frase es interrumpida por el grito que pega la chica y antes de que me de cuenta Echo ya la ha soltado y yo me encuentro cubriéndole la boca, con la mirada atenta a cualquier entrada de la casa y los oídos parados para escuchar cualquier indicio de aurores cerca. Me dan ganas de gritarle infinidad de cosa por habernos expuesto de esa manera, cosa que, por obvias razones, no hago. Ben me llena de preguntas y la chica termina atrás de él. Me sorprende cómo en menos de cinco minutos pueden haber tantas confusiones, no es nada cómodo. Bien, primero lo primero. - Ben, tu papá, mi papá y yo escapamos a tiempo del distrito cuatro juntos gracias a una llamada Seth y est... - Una pequeña punzada de dolor me llega al mencionar el nombre de Seth, que me hace preguntarme cómo se puede ser tan insensible de la nada. Ben y Seth eran... No. Son mejores amigos, y el primero de ellos arriesgó mucho para salvarnos a ambos al hacer esa llamada, al mencionarlo no me detuve a pensar si afectaría a Ben escuchar acerca de él. Me concentro en seguir. - Bueno, la cuestión es que nos separamos pero nos volvimos a encontrar y ahora estamos en un grupo con Echo y más personas. Está bien, todos estamos bien. - Si es que se puede definir así nuestra condición. Me alegra escuchar que ellos también están en un grupo con más personas, aunque siento algo ácido cuando menciona el nombre de Amelie. Sí, me da gusto que esté viva aunque no la conozca, porque sé lo mucho que significa para Ben, pero por eso mismo me entristece un poco. Ella ha estado al lado de Ben todo este tiempo, yo ni siquiera tenía la seguridad de si estaba vivo o no.
Como sea.
Bien, ahora que ya me encargué de importante va lo segundo, que viene siendo ignorar a la chica rubia de al lado, sin embargo esto último se me olvida cuando usa las palabras "su" y "novia" en la misma frase. Entonces no sólo quiero gritarle, pero me ahorro las explicaciones de lo que me rabia me haría hacer. Me concentro en poner mi mejor poker face y voltear a ver a Benedict con ganas de una explicación, además de que esta vez soy yo la que se suelta del abrazo. Para aclarar, la explicación de por qué lo ha llamado su novio SÓLO me gustaría escucharla porque somos mejores amigos y los mejores amigos sienten rabia cuando el otro tiene novio, claro que es eso, ¿No? Doy gracias a que Echo me pone detrás de él en ese momento... Espera, ¿Qué? - ¡Ben jamás haría eso! - Le recrimino a Echo en el momento en el que suelta tal sarta de tonterías. Supongo que hay gente que se vende al gobierno para vivir, pero Ben no pertenece a ese grupo, estoy segura. Aunque no sé de la otra niña. - Y nosotros tampoco. - Termino por añadir, mirando esta vez a Eowyn y luego a Echo, cuando levanta su arma. No me gustaría que esto acabase mal.
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La mención del nombre de Seth me pincha el estómago, porque durante meses nadie ha dicho una palabra sobre él y llegué al punto de creer que la idea de mi mejor amigo iba a vivir solamente en mi memoria; pero con Sophia aquí, todo parece un poco más real. Pero todo lo que mi amiga me dice, absolutamente todo, es como un sedante ante todas mis preocupaciones. Están vivos y bien. Papá está con ella y podré verlo, voy a poder decirle que lo siento y él podrá volver a ver al abuelo; por primera vez en mucho tiempo, vamos a estar todos juntos como debería ser. Toda mi felicidad y entusiasmo se va al carajo cuando veo que Echo tironea del cabello de Eowyn, que ella grita, que se cae al suelo, que le puedo ver las bragas y que todo parece un escándalo más ruidoso del que debería - ¡Ya deténganse! - hago un amague para ponerme entre medio de los dos, porque sé que pegarle a Echo no me serviría de nada porque él está armado y es mucho más alto y fuerte que yo, pero Eowyn se toma la molestia de esconderse detrás de mí mientras miro a Sophia negando una y otra vez - no es mi novia - aclaro con la voz ahogada, temiendo que ésta vez sea Eowyn quien se ponga contra mí. No sé como se supone que voy a explicar que en realidad ella está un poco loca y por un motivo que desconozco, sigue creyendo que vamos a casarnos o algo así.
Cuando Echo me acusa de venderme al gobierno, no puedo contenerme y doy un paso hacia él con mi cuerpo a la defensiva, arrugando el entrecejo - ¿Y por que me vendería a un gobierno que ha masacrado a la gente de mi tipo, eh? - pregunto con frialdad, tratando de no prestarle atención a la pistola que el tipo carga, porque sé que no me siento tan valiente como debería. Levanto una mano para que Eowyn deje de decir idioteces atrás mío, pero aún así la acabo bajando y entrelazo nuestros dedos porque, loca o no, ahora mismo es quien puede respaldar mis palabras - No me importa una mierda lo que creas de mí, Duane, o a cuantas personas mataste; iré con ustedes porque mi papá está allí y no voy a separarme de Sophia. Aunque... seremos demasiados, ¿no? - ¿cómo podemos movernos siendo más de seis personas? La capa no va a cubrir a más de dos o tal vez cuatro con los pies al aire. Me muerdo el labio inferior y miro a Sophia, como si ella tuviese todas las respuestas tal como cuando éramos niños - ¿Ustedes se están escondiendo en algún sitio?
Cuando Echo me acusa de venderme al gobierno, no puedo contenerme y doy un paso hacia él con mi cuerpo a la defensiva, arrugando el entrecejo - ¿Y por que me vendería a un gobierno que ha masacrado a la gente de mi tipo, eh? - pregunto con frialdad, tratando de no prestarle atención a la pistola que el tipo carga, porque sé que no me siento tan valiente como debería. Levanto una mano para que Eowyn deje de decir idioteces atrás mío, pero aún así la acabo bajando y entrelazo nuestros dedos porque, loca o no, ahora mismo es quien puede respaldar mis palabras - No me importa una mierda lo que creas de mí, Duane, o a cuantas personas mataste; iré con ustedes porque mi papá está allí y no voy a separarme de Sophia. Aunque... seremos demasiados, ¿no? - ¿cómo podemos movernos siendo más de seis personas? La capa no va a cubrir a más de dos o tal vez cuatro con los pies al aire. Me muerdo el labio inferior y miro a Sophia, como si ella tuviese todas las respuestas tal como cuando éramos niños - ¿Ustedes se están escondiendo en algún sitio?
¿Me acaba de llamar viejo chocho? Voy a matarla. Lo tengo claro, voy a agarrar esos pelos rubios y se los voy a arrancar de un tirón. - Tienes la lengua demasiado suelta, rubita. - Si no fuera porque tengo que regresar a Sophia con su padre a sano y salvo, ya la habría agarrado de los pelos otra vez. Alzo mi vista hacia Ben y su arranque de valentía, que es inseguro incluso si intenta que no se note. - He visto a personas en peor situación que la tuya, venderse al gobierno por un poco de piedad - Sophia insiste bastante en la inocencia del enano, y no estoy seguro de ser capaz de creerle al 100%; sin embargo tampoco voy a ponerme a dispararle al hijo de Elioh Franco, cuando lleva semanas desesperado por tirarse en medio de la oscuridad a buscarlo, aunque no sepa por donde empezar.
Frunzo el entrecejo cuando toma las riendas de la situación. ¿No habían dos... o tres personas más con él? Las mencionó antes. ¿Es que su grupo son solo un montón de críos impertinentes y muertos del susto? - En una casa cercana. Mas o menos, cercana. - A veces pierdo la noción de la lejanía cuando busco comida, y no es hasta que tengo que hacer el camino de vuelta que noto lo mucho que nos hemos alejado. - Es un grupo bastante grande y he aprendido a moverlos silenciosamente. Dudo mucho que los dos... o tres que vengan contigo, supongan una gran diferencia dada la situación. - Llevamos 2 adolescentes, una niña pequeña, un hombre que no se calla nunca y una embarazada quejica que es incapaz de recorrer distancias demasiado largas. - A no ser que estés dispuesto a dejarles donde están. Entonces me lo pones más fácil. Si solo eres tú... - Iba a decir que solamente era él, pero dado que la chiquilla rubia está a su lado y ahora la ha agarrado de la mano, por mucho que me fastidie, tengo que incluirla. - con tu novia... podemos marcharnos ahora -
Frunzo el entrecejo cuando toma las riendas de la situación. ¿No habían dos... o tres personas más con él? Las mencionó antes. ¿Es que su grupo son solo un montón de críos impertinentes y muertos del susto? - En una casa cercana. Mas o menos, cercana. - A veces pierdo la noción de la lejanía cuando busco comida, y no es hasta que tengo que hacer el camino de vuelta que noto lo mucho que nos hemos alejado. - Es un grupo bastante grande y he aprendido a moverlos silenciosamente. Dudo mucho que los dos... o tres que vengan contigo, supongan una gran diferencia dada la situación. - Llevamos 2 adolescentes, una niña pequeña, un hombre que no se calla nunca y una embarazada quejica que es incapaz de recorrer distancias demasiado largas. - A no ser que estés dispuesto a dejarles donde están. Entonces me lo pones más fácil. Si solo eres tú... - Iba a decir que solamente era él, pero dado que la chiquilla rubia está a su lado y ahora la ha agarrado de la mano, por mucho que me fastidie, tengo que incluirla. - con tu novia... podemos marcharnos ahora -
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Miro a la chiquilla esa robanovios que ahora que lo pienso resulta muy mona cuando Echo la esconde detrás de él, y mientras habla de cosas que apenas entiendo. Entonces me doy cuenta de que le conoce de mucho antes que yo y eso me pone celosa. Además me enfurruño porque Ben dice que no soy su novia y creo que esa era una discusión que ya habíamos tenido antes y que evidentemente él perdió. Vivimos juntos, hemos compartido comida y hablamos de nuestras cosas, hasta donde yo sé, esa es la definición exacta de ser novios. Voy a refutarlo cuando Echo me amenaza y me amedrento un poco más. Si hubiera podido menear el cuerpo de Ben un poco más, lo habría movido para que se quedara más delante de mi y así usarlo de escudo. - Y tu... y tu... - No se me ocurre nada para insultarlo, además pierdo credibilidad cuando se me quiebra un poco la voz.
Al final no digo nada, lo dejo en un farfullo que suena a insulto pero no es insulto ni nada, solo palabrotas, derritiéndome enterita cuando Ben me agarra de la mano. Me aturdo unos segundos y luego entro en modo "ven como si era su novia" mientras ellos discuten sobre quien va a ir con quien y donde. La idea de dejar a Amelie no me suena tan mala, pero a Gigi ni de coña! es toda babosa y adorable, y al abuelo Louis tampoco. - ¡Ni hablar! ¡nos vamos todos o no va ninguno! - Me pongo superextremista, como si tuvieramos algo con lo que negociar. Y tardo en darme cuenta de que podría haber encontrado el modo de que Amelie no venga. Me muerdo el labio inconscientemente porque ya no puedo arreglarlo, y sacudo la cabeza. - Y solo son dos; El señor Louis y ... la tipa esa. - Finjo que he olvidado momentáneamente el nombre de Amelie. - Gigi no cuenta. Es una perrita muy rica y chiquita. Bueno, ya no tan chiquita, pero se viene de todas maneras.
Al final no digo nada, lo dejo en un farfullo que suena a insulto pero no es insulto ni nada, solo palabrotas, derritiéndome enterita cuando Ben me agarra de la mano. Me aturdo unos segundos y luego entro en modo "ven como si era su novia" mientras ellos discuten sobre quien va a ir con quien y donde. La idea de dejar a Amelie no me suena tan mala, pero a Gigi ni de coña! es toda babosa y adorable, y al abuelo Louis tampoco. - ¡Ni hablar! ¡nos vamos todos o no va ninguno! - Me pongo superextremista, como si tuvieramos algo con lo que negociar. Y tardo en darme cuenta de que podría haber encontrado el modo de que Amelie no venga. Me muerdo el labio inconscientemente porque ya no puedo arreglarlo, y sacudo la cabeza. - Y solo son dos; El señor Louis y ... la tipa esa. - Finjo que he olvidado momentáneamente el nombre de Amelie. - Gigi no cuenta. Es una perrita muy rica y chiquita. Bueno, ya no tan chiquita, pero se viene de todas maneras.
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Todo es prácticamente un caos, con Ben diciendo que Eowyn no es su novia, lo que resulta, de cierta forma, tranquilizador; Eowyn tratando de buscar el insulto adecuado para Echo, y éste último respondiendo y culpando a Ben de hacer algo que, claramente, no ha hecho. Me quedo callada al lado de Echo cuando Ben se defiende. No sé qué podría decir para aligerar la situación, pero definitivamente mi mejor amigo jamás se vendería al gobierno y fue una estupidez que Echo nunca debió mencionar. Una vez las cosas se calman relajo la cara y volteo a ver a Ben Y Eowyn, asintiendo a lo que dice Echo, sólo como para corroborar la ubicación. En realidad está lejos, no mucho como para tardar hoooras en llegar, pero en definitiva no nos toma diez minutos. - Somos ocho en total. Justo ahora nos esperan con comida y algunas cosas, podríamos ir todos juntos... Qué digo, VAMOS a ir todos juntos. - En mi imaginación a cara del señor Franco al poder reunirse con su familia me hace querer más que nada que ya lleguemos a... ¿Casa? No, no podría llamarle así. Por el momento llamémoslo "lugar temporal en donde podrían matarnos en cualquier momento", sip, le queda mejor.
Pongo cara de reproche cuando Echo da la opción, que obviamente no debe contar como opción, de regresar sólo con ellos dos, y me siento todavía más ofendida cuando dice que Eowyn es la novia de Ben. Digo, es normal sentirme así porque es mi mejor amigo del que hablamos. Alzo un poco las cejas mientras escucho lo que dice Eowyn. El abuelo de Ben y Amelie no deben suponer un problema, pero, por más lindo que sea un cachorrito... Bueno, siempre está el factor "ladrar", y no podemos arriesgarnos tanto. Volteo a ver a Ben, pero sé que pondrá una cara de resistencia tremenda, así que sin darme tiempo a pensar en otra cosa, asiento, esta vez viendo a Echo. Creo que si podemos vigilar a la perrita y tenerla con mucho cuidado no debería ser tan malo, además Ava se pondría muy feliz. Me sigue preocupando el hecho que pueda ladrar en un lugar donde no debería haber el más mínimo ruido, pero aún así, no lo digo. Así que solo menciono el nombre de Echo como para presionarlo. - Echo... -
Pongo cara de reproche cuando Echo da la opción, que obviamente no debe contar como opción, de regresar sólo con ellos dos, y me siento todavía más ofendida cuando dice que Eowyn es la novia de Ben. Digo, es normal sentirme así porque es mi mejor amigo del que hablamos. Alzo un poco las cejas mientras escucho lo que dice Eowyn. El abuelo de Ben y Amelie no deben suponer un problema, pero, por más lindo que sea un cachorrito... Bueno, siempre está el factor "ladrar", y no podemos arriesgarnos tanto. Volteo a ver a Ben, pero sé que pondrá una cara de resistencia tremenda, así que sin darme tiempo a pensar en otra cosa, asiento, esta vez viendo a Echo. Creo que si podemos vigilar a la perrita y tenerla con mucho cuidado no debería ser tan malo, además Ava se pondría muy feliz. Me sigue preocupando el hecho que pueda ladrar en un lugar donde no debería haber el más mínimo ruido, pero aún así, no lo digo. Así que solo menciono el nombre de Echo como para presionarlo. - Echo... -
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- Lo dices porque no me conoces - respondo simplemente, con un tono triunfante en la voz, como si de esa forma le hubiese cerrado el culo; nunca he sido un traidor, y no comenzaría ahora. Además... ¿traicionar la confianza de Sophia, la única amiga que conservo desde mi vida pasada, cuando no era más que el flacucho antisocial del curso? Ni hablar. Bueno, al parecer están cerca, según Sophia son un grupo grande (definitivamente, la capa no va a servir de nada), y por un momento casi quiero besar a Eowyn para agradecerle que se pone de mi lado, porque dejar a los demás atrás me parece la peor idea de todas - estamos hablando de mi familia, no voy a dejarlos atrás - digo firmemente, solo para dejarle bien en claro a Duane que ni mi abuelo, ni mi amiga y ni siquiera mi mascota son objeto de discusión. Ya sé que Amy y yo no compartimos sangre, pero si hay alguien que significa un mundo para mí, en cierto modo, es ella, pero creo que no me conviene decirlo ahora mismo.
Le dedico una sonrisa pequeña, fugaz y casi disimulada, a Soph como agradecimiento, y como de un momento a otro todo se sumió en un silencio incómodo, suelto a Eowyn para poder agarrar la bolsa de pastelitos rancios que se me cayó antes en el suelo - está decidido entonces. Estamos a pocas cuadras de los nuestros, así que podemos ir a buscarlos para luego sumarlos a su grupo. Miren... - desenrosco la capa que había dejado hecha un bollo entre mi brazo y mi cuerpo, y me la cuelgo a los hombros para que vean que ahora puedo ser una cabeza flotante - es una capa de invisibilidad; mi abuelo la heredó de su abuelo y ha sobrevivido con ella... así es como nos movemos sin ser vistos. Podemos usarla para apresurarnos. Ya sé que no va a cubrirnos enteros a todos, pero nadie va a fijarse en pies en medio de la noche... no podrán verlos.
Y antes de que alguno se queje, especialmente Duane, nos empujo para quedar todos bastante cerquita y mis manos temblorosas por la emoción de volver a ver a mi familia hacen que tarde un momento en acomodar la capa sobre nosotros. Sé que somos totalmente invisibles porque, cuando salimos de la casa tratando de hacer silencio, podemos caminar por el medio de la calle a paso apresurado sin que nada ni nadie repare en nosotros, a pesar de que los pares de pies pueden verse cuando la oscuridad no es tanta. Ignoro los insultos de Echo, quien debe mantenerse encorvado para no delatarnos, porque tengo cosas más importantes por las cuales preocuparme...
Como que volveré a estar con mi padre, por ejemplo.
Le dedico una sonrisa pequeña, fugaz y casi disimulada, a Soph como agradecimiento, y como de un momento a otro todo se sumió en un silencio incómodo, suelto a Eowyn para poder agarrar la bolsa de pastelitos rancios que se me cayó antes en el suelo - está decidido entonces. Estamos a pocas cuadras de los nuestros, así que podemos ir a buscarlos para luego sumarlos a su grupo. Miren... - desenrosco la capa que había dejado hecha un bollo entre mi brazo y mi cuerpo, y me la cuelgo a los hombros para que vean que ahora puedo ser una cabeza flotante - es una capa de invisibilidad; mi abuelo la heredó de su abuelo y ha sobrevivido con ella... así es como nos movemos sin ser vistos. Podemos usarla para apresurarnos. Ya sé que no va a cubrirnos enteros a todos, pero nadie va a fijarse en pies en medio de la noche... no podrán verlos.
Y antes de que alguno se queje, especialmente Duane, nos empujo para quedar todos bastante cerquita y mis manos temblorosas por la emoción de volver a ver a mi familia hacen que tarde un momento en acomodar la capa sobre nosotros. Sé que somos totalmente invisibles porque, cuando salimos de la casa tratando de hacer silencio, podemos caminar por el medio de la calle a paso apresurado sin que nada ni nadie repare en nosotros, a pesar de que los pares de pies pueden verse cuando la oscuridad no es tanta. Ignoro los insultos de Echo, quien debe mantenerse encorvado para no delatarnos, porque tengo cosas más importantes por las cuales preocuparme...
Como que volveré a estar con mi padre, por ejemplo.
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