El primer día de entrenamiento y me encuentro nervioso, porque va a ser la primera vez que tenga muy cerca al resto de los tributos. Mis competidores. Samantha parece estar trastocada por el acontecimiento de ayer en el desfile, y yo he de admitir que no he pegado ojo al tener grabadas las imágenes de Stephanie Black ardiendo en las llamas. Tengo unas ojeras bonitas, porque nos han hecho madrugar para empezar pronto el entrenamiento.

Suspiro cuando entrenamos tanto Samantha como yo al centro, y me quedo sorprendido por todos los equipos que hay ahí dentro. Tanto de armas, como de diferentes equipos tecnológicos que no había visto nunca. Parece que han tirado la casa por la ventana con todo esto de los juegos, no se andan con sutilezas, no. Una mujer se queda en el centro de un círculo y todos los demás tributos la rodeamos, mientras nos explica lo que vamos a hacer durante esta semana de entrenamientos. Escucho de fondo sus explicaciones, puede que Sam me pueda explicar lo que ha dicho más tarde, ya que prefiero examinar a los demás tributos.

Me cruzo de brazos y observo a los chicos primero. Uf, parecen bastante fuertes comparados conmigo, porque yo soy bastante delgado. Estoy seguro que muchos no me conocen sin la peluca, el maquillaje y los tacones. Una vez que ha terminado toda la explicación, nos asignan diferentes puestos en los que tendremos que estar durante un tiempo, junto a otro tributo. Me quedo más tranquilo cuando veo a la chica del cinco en el puesto de combate. — Hey, hola. — La saludo con mi mano mientras me acerco al puesto. — Parece que nos ha tocado juntos. — Intento sonar lo más amable posible, aunque no sé si debería. ¿Igual tendría que presentarme algo más rudo para que intimide? No sé. — Soy Ash, del ocho. — Me presento.

Turno de entrada.

— Pues yo no odio a nadie. Pienso que hay que aceptar a cada persona por cómo es. ¿No crees? — Creo que ella estará de acuerdo con lo que digo, siendo una squib estoy seguro que ha tenido que aguantar a miles de personas o cómo la gente la miraba por encima del hombro. No sé cuál es su condición en su propio distrito, pero seguro que muy buena no es que sea, debido a lo que me está contando.

No puedo evitar soltar una pequeña carcajada al imaginarme al tributo del uno en tacones. — Creo que sería él quién acabaría rompiendo los tacones. — Hay gente que sirve para andar en tacones, que lo traen en si, para hacerlo con gracia y con elegancia. Sin embargo, no creo que el chico tenga las capacidades o la agilidad para hacerlo. Muchas veces he intentado poner en tacones a amigos, pero todas las veces han acabado agitando sus brazos, perdiendo el equilibrio.

Su pequeño truco no sé si me sirve demasiado, ya que por ahora he estado intentando hacer eso. Está claro que en sus caderas no voy a conseguir que pierda el equilibrio, ni en sus piernas. — ¿Te importaría decirme cual es el tuyo? — Bromeo. Me da igual acabar perdiendo el pequeño "duelo" que estamos disputando, al fin y al cabo es para practicar y es el primer día que estoy haciendo esto. — Un empate suena excelente. — Acabo diciendo, mientras me lanzo hacia sus brazos, para tirar de ella hacia atrás, esperando que pierda equilibrio.

Dado: Acierto
4 * 2.5 = 10 - 5 = 5 de daño total.

Ash: 44/50
Aciertos: 1/10

Me alegra escuchar que ambos estamos de acuerdo en que la gente merece su sitio en esta sociedad sin tener en cuenta su condición de sangre. Es que me parece mentira que andemos en el año que estamos y que tengamos pensamientos tan retrógrados. Hay veces que pienso que vivimos en la era de piedra y no en NeoPanem mágico.

No puedo evitar reír cuando me dice que su punto débil no me lo puede decir, pero parece ser que no he tardado demasiado en encontrarlo, ya que el empujón que le suelto es mucho más fuerte de lo que me esperaba. Me llevo ambas de mis manos a mi boca y me preocupo por si le he hecho daño. — ¿Estás bien? No quería ser tan bruto. — La preocupación se nota en mis palabras, ya que lo digo de manera honesta. Niego con la cabeza cuando me dice que ya no nos andamos con rodeos. — Parece que le hemos cogido el truco los dos. — Menciono, esta vez acercándome más al medio del círculo, alejándome de la línea blanca.

Decido hacer lo mismo que he hecho antes, aferrarme a sus brazos para poder empujarla hacia atrás, esperando que pueda caer de nuevo y ganar terreno dentro del círculo.

Dado: Fallo

Ash: 44/50
Aciertos: 1/10

Menos mal que Kaila no se lo ha tomado de manera personal el empujón con fuerza que le he dado. Lo que me faltaba era que lo que parecía ser una conversación agradable se torciese y de repente empezásemos a gritarnos el uno al otro. Espero que no tengamos que llegar a ese momento durante este entrenamiento.

— Bueno, entonces intentaré ser un poco bruto, pero sin pasarme, claro. — Digo con una pequeña sonrisa. Tampoco me gustaría acabar lesionándola por una mala caída en la plataforma que nos encontramos, no me gustaría sentirme culpable y que fuese a la arena con un esguince o algo por el estilo. Debido a su ataque hacia mis piernas, pierdo el equilibrio, pero no consigue tirarme del todo. Es ese momento que aprovecho para agarrarla de los hombros y empujarla hacia atrás.

Dado: Fallo

Ash: 44/50
Aciertos: 1/10

Tengo clara la respuesta a la pregunta que me ha hecho sobre mi color favorito, por lo que no dudo ni un segundo. — El morado siempre ha transmitido muy buenas vibras. Tampoco voy a tirar por los tópicos como el azul y el rosa, aunque son colores muy bonitos también. — Además, en las telas el color morado siempre destaca entre todos los demás. El rojo también, pero el rojo es tan fuerte que me transmite mucha más paz un color más apagado. — ¿Y el tuyo cual es? — Ahora es cuando me dice que su color favorito es el azul o el rosa y me reiré, porque acabo de decir que son tópicos y que todo el mundo elige esos colores.

— ¿Verdad? — Comento separándome un poco de ella para quitar el sudor que me va saliendo de la frente con la manga del uniforme. — Si yo pensaba que con cuatro empujones nos íbamos a sacar el uno al otro, pero estamos siendo duros de roer. — Puede que eso sea una buena faceta de ambos, que en el combate cuerpo a cuerpo tampoco nos dejemos ganar por cualquiera. Aunque es cierto que las fuerzas están muy equiparadas ahora mismo. Su agarre me hace soltar un pequeño quejido, pero lo único que hace es que me tropiece hacia delante con ella. Es ese momento que aprovecho para volver a empujarla, para ver si de esa manera puedo conseguir hacer algo.

Dado: Acierto
4 * 1.5 = 6 - 7 = 0 de daño total.

Ash: 44/50
Aciertos: 2/10

— Buenas vibras en el aspecto de que puede transmitir serenidad o paz. No es como un... amarillo chillón, por ejemplo. — De hecho, es un color que odio y que me resulta bastante incómodo para ver. — Algo debe haber dentro nuestro que hace que haya colores que nos transmitan diferentes emociones. ¿A ti no te pasa? — A mi, especialmente, con el amarillo y con el marrón. Son dos colores que no me gustan en absoluto y que los detesto por las malas vibran que me transmiten. Además, que siempre han dicho que el amarillo de mala suerte.

Alzo una ceja sorprendido cuando me comenta que el azul eléctrico puede ser uno de sus colores favoritos, junto al verde, lo que hace que me parezca bastante divertido. El verde transmite serenidad y el azul eléctrico todo lo contrario. — ¿Azul eléctrico? — Repito a su vez. — Eso puede decir que eres una persona explosiva, ¿te sientes identificada? — Le pregunto, tras guiñarle un ojo. Los gustos en los colores pueden hablar mucho sobre una persona.

Ahora mismo estamos en un tira y afloja, lo cual es bueno para que alguno de los dos acabe cayendo al suelo. No puedo evitar reír cuando comenta el caer de culo. — Bueno, en algún momento tenía que pasar y seguro que yo seré el siguiente. — Le acabo diciendo, aún empujando de ella e intentando no perder la fuerza por la boca, mientras sigo empujándola para arrastrarla hacia la línea marcada.

Dado: Acierto
4 * 2 = 8 - 7 = 1 de daño.

Ash: 44/50
Aciertos: 3/10