El miembro 'Tiffany Wilson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Acción' :

No suelo ser una persona excesivamente paciente, especialmente cuando se trata de temas familiares. Han pasado más de dos meses y sigo sin tener ni una maldita noticia de Aaron, y a estas alturas ya me resulta insoportable estar en el Distrito 13. Al menos ahora tengo la excusa de que necesito quedarme en el Capitolio para poder ayudar a Seth con los entrenamientos... y luego tendré la excusa de los Juegos. No sé todavía con exactitud cómo va a ser todo, pero cuando Jamie me propuso ir a los siguientes Juegos, acepté. Quizá algunos pensarán que se me ha ido la cabeza teniendo en cuenta que ya estuve en unos, y que mi hermano y mejor amigo murió en otros, pero es algo necesario. Y una distracción de todo el caos que hay desde hace meses en la familia. No se lo he dicho aún a nadie, ni a mis hermanos porque no quiero ni saber cómo reaccionarán, ni a Jessica porque probablemente me ahorque cuando se lo diga. Ella es quien mejor ha entendido siempre mi comportamiento, y por eso será la primera en pensar que he perdido ya el rumbo del todo. Pero no. Tan solo estoy haciendo lo mejor para el país, demostrando que los anteriores Juegos no fueron más que un error.

Jessica es la principal por la que he venido aquí. ¿Cómo no hacerlo cuando podré burlarme de ella durante semanas por tener que salir en ropa interior y poco más delante de todo el país? Estoy deseando ver su cara cuando tenga que desfilar sin comerse el suelo. Tampoco me importa ver su aspecto físico estando así pero... pero eso no lo reconoceré nunca, por favor. Por lo demás, esto no me interesa porque odio esta cosas tan públicas y... no quiero ver la cara de esos chicos; su cara de odio hacia nosotros por el lío de la Arena y todo lo que tuvieron que pasar. Yo lo sé mejor que nadie, y por doble banda. Lo único bueno de todo esto es que quizá me encuentre a Elle por aquí si ha querido acompañar a Elijah. Hace demasiado que no la veo, exactamente desde que Annie se mudó al 13.

La elección del traje la hice nada más enterarme del desfile y coronación para llevar uno adecuado. Normalmente soy indeciso en cuanto a estos temas porque no estoy para nada acostumbrado a asistir a esta clase de galas cuando nací y me crié en Europa, así que preferí hacerlo con antelación para llevar uno adecuado y no quedar mal delante del resto de ministros. Si soy sincero, hay varios que no conozco; es más, creo que solo conozco a Elijah, Allen, Kelly... y un poco por encima a Julius. No tardo demasiado en vestirme y echarme un poco para atrás el pelo, así que utilizo la aparición para trasladarme a la Isla Principal. Y una vez llego allí, me siento en la zona reservada para los cargos gubernamentales. Llego justo cuando un ministro que ni sé quién es, nombra a Kelly por su apellido remarcando de una manera extraña y curiosa la palabra. No puedo evitar soltar una carcajada al instante y me llevo la mano al estómago para coger aire y centrarme. Todos sabemos como es Kelly, y aunque me lleve bien, sé perfectamente las cosas que ha llegado y llegará a hacer... tan solo hay que ver sus hazañas con los presos.

— Yo soy Riorden Weynart, Ministro de los carroñeros, también conocido como escuadrón de cacería — me presento al hombre que no sé quién es. Ni siquiera me da tiempo a decir nada más porque entonces sale la que parece ser la presentadora de la ceremonia al escenario. Durante todo su discurso mi reacción es tener una ceja alzada, en un gesto interrogante porque toda esta patraña me parece tan ridícula como lo que hacían los Black, y no sé por qué se está haciendo siquiera. Probablemente sea en un intento de tranquilizar a los ciudadanos y distraerlos por lo acontecido en los Juegos, pero no lo veo como la mejor manera. La mujer empieza a desfilar, y en cuestión de segundos parece tropezarse, y aunque no llega a golpearse y tapa un poco la torcedura, desde este ángulo se ha notado un poco lo que ha pasado en realidad. Aparto la vista y miro detrás de ella, esperando a ver si la pelirroja de mi mejor amiga y... ¿novia? ¿amiga con derecho a roce?, sale a desfilar. Ni siquiera sé qué pasa entre nosotros ahora.

Con Kelly y Sebastian. Mención a Tiffany y Jessica.

Una de las cosas que más odio de tener que haber venido a esta completa estupidez de fiesta es el hecho de no poder entablar conversación con absolutamente nadie. Es que además de haberme privado de mis derechos, ya ni siquiera me dejan hablar. Alzo ambas cejas cuando Kelly se da la vuelta para dirigirme la palabra. Las ganas de contestarle se esfuman de mi cabeza mientras pienso en el tortazo que podría ganarme si se me ocurriera abrir la boca para responder a esa pregunta. Me muerdo el labio inferior dentro de mi boca para evitar soltar algo inoportuno, intentando no poner cara de asco a la vez. Mis gestos son tan expresivos que a veces no puedo controlar mis propios impulsos, más ahora desde toda esta revolución. Antes de irme a buscar lo que me ha pedido, observo a la figura que se siente al lado de ella. Escucho sus palabras con aún más cara de asco, hasta que no puedo soportar oír más gilipolleces salir de su boca y me doy media vuelta.

Camino entre la multitud de gente que se está amontonado. Si eso estuviera ocurriendo hace más de un año, probablemente yo sería el alma de la fiesta, pero ahora mismo lo único que quiero es pasar desapercibida. Estoy por estamparme varias veces con personas que parecen importantes, desde el cambio de gobierno todo el mundo me parece importante así que puede que la mayor de las veces tan solo me haya  chocado con críos de 15 años. - Tss, menudo pelota... "gente como usted serán los líderes de este movimiento" - murmuro tras colocar tres cubitos de hielo en una copa, imitando la voz del joven que hace unos minutos estuvo peloteando a Kelly, aunque realmente no tiene la voz chillona que he utilizado. Me acerco a uno de los camareros, obviamente tan humanos como yo. Uf, los magos no se pueden rebajar a tanto nivel como para servir un par de copas. Le pregunto con más amabilidad de la que hubiera usado si se tratara de un mago por si tienen cualquier clase de zumo. Siempre tengo que recordar que doña Kelly no puede beber alcohol, lo que se pierde...

Estoy por escupir en la copa en cuánto me la da, pero se notaría demasiado y no quiero llevarme más tortazos de los que ya me llevo, y menos delante de esta gente. - Tome, señora, su copa. Lo he pedido expresamente en una copa para que le haga parecer que bebe alcohol y no zumo de piña. No hace falta que me dé las gracias - mi sonrisa es más falsa que las pestañas postizas que lleva, pero eso solo lo conozco yo. Sé que nada más llegar a casa me esperará un buen tortazo en la cara, pero lo mucho que he disfrutado diciendo eso no me lo quitará nadie en la vida.  Doy unos pasos hacia atrás para acomodarme de nuevo en mi sitio y no puedo evitar soltar un risa cuando la chica que acaba de salir de la pasarela intenta disimular que no se ha caído cuando incluso se nota más que si no hubiera intentado evitarlo.

Con Kelly. Mención a Sebastian

Tengo que agarrarme al brazo de Seth porque casi me tiran dos veces, y estoy segura de que si hubiera traído tacones mucho más altos que los que llevo me hubiera ido de cara al suelo. No pensé que fuera a venir tanta gente, tanto magos como humanos, aunque los primeros más elegantes que los segundos, lo cual me revienta porque para lo que quieren sí que les visten bien y para lo que no les dejan encerrados en un mercado mugroso. Ni siquiera me sorprendo cuando veo que todo el personal que se dedica a atender las necesidades de los invitados son humanos, limitándome a soltar un bufido que deja claro que hubiera preferido ir a dar un paseo bajo la luz de la luna. Estoy por abofetearme a mí misma por lo cursi que ha sonado eso último pero sí, lo prefiero a tener que estar viendo esto. - ¿Por qué viene tanta gente? A tú cumpleaños no vinieron tantas personas - lo cuál fue hace casi un año pero sigo acordándome de aquella noche. Acabo por recordar que después de tanto tiempo, Seth sigue sin saber que yo también fui a esa fiesta. Así a lo tonto me dedico a ir de fiesta en fiesta.

Suelto una risa cuando menciona lo de emborracharnos y en un principio la idea ni me parece mala. - Genial, necesitaré alcohol para soportar esto - creo que nunca me he emborrachado de verdad. De hecho, apenas he bebido más de lo que debería a mi edad, pero de vez en cuando no está mal. Sobretodo cuando quieres olvidar cosas que no salen de tu cabeza y lo que haces es pensar aún más en ello. Para olvidar por unas horas el alcohol está bien. - ¡Sophie! - tengo que gritar cuando la veo porque con el barullo de conversaciones no estoy segura de si me oye. Esbozo una pequeña sonrisa cuando se acerca a nosotros. No la conozco de mucho tiempo, nos conocimos en uno de los partidos de Quidditch de esos en los que recibir un pelotazo en la cara es lo más normal. Ni siquiera sé si la puedo considerar una amiga, pero dado que mi círculo de amigos se reducen a Seth y a Jessica - ¿mi perro cuenta? -, supongo que está bien si la tomo como tal. - Gracias, tú también te ves bien. - doy gracias cuando las luces de la pasarela cobran vida indicando el comienzo del desfile.

Apoyo ligeramente mi cabeza sobre el hombro de Seth mientras veo aparecer a la primera persona por la gran entrada. Arrugo la nariz, ¿en serio vinimos a ver esto? Esa chica lleva tan poca ropa que apenas puedo dignarme a mirar, ¿y esas alas? Aunque no puedo evitar soltar una risa cuando está por caerse de morros. Suelto un suspiro cuando se está dando la vuelta al final de la pasarela. Tengo que tirar de Seth que parece embobado mirando, lo cual me molesta de una manera que no puedo explicar. - Vamos a buscar algo para beber - digo intentando que no se me noten los celos y vuelvo a tirar de él, esperando a que Sophie nos siga también.

Con Seth y Sophie <3

Me encojo de hombros cuando dice que a mi cumpleaños no vinieron tantas personas porque yo recuerdo al triple de estas, sensación que probablemente tenía porque todo el mundo estaba en mi casa y mi casa no es tan grande como este sitio; pero de todas maneras los pensamientos se me interrumpen cuando hilo una cosa con la otra. - ¿Cómo sabes nada acerca de mi cumpleaños si no viniste? - Ay dios, no vino ¿verdad? Inconscientemente la observo como si le hubieran salido cuernos en la cabeza o al menos una mano extra en el pecho y abro la boca varias veces para intentar excusarme de algo. Mi cumpleaños fue horrible, esa noche rompí con Audrey y no pudo ser más patético. ¡Mi madre se enteró de todo! Y sí, recuerdo que estaba gritando. ¿Todos los invitados lo oirían?

Suelto un suspiro cansado deseando morirme en ese instante pero Sophie llega al rescate. - EEEH - Puede que la salude de una forma más efusiva de lo que debería pero así no sigo pensando en lo patético que fui esa noche y en porqué diablos Alice aceptó salir conmigo si me vio de esa manera. Me paso la mano por el pelo, lo cual estropea ligeramente el peinado que llevo, que no es más que gomina y un cepillado pero no lo suficientemente elegante ahora que no están todos los pelos en su lugar. - Estamos queriendo morirnos de aburrimiento y eso. ¿Te apuntas? - Me río dejando que Alice responda por ambos acerca de su comentario sobre nuestra ropa y hago un gesto con mi mano. - Tu también. Eso te queda mejor que el uniforme y el equipo de quidditch, créeme. - Intento hacer una broma de eso pero mi mirada se va hacia la pasarela donde una de las modelos apenas lleva ropa. No tengo tiempo para ver cuando celosa pone eso a Alice porque el panorama cambia de golpe. La chica pierde todo su encanto cuando casi se escalabra contra el suelo.

Termino riendo porque esta situación es inverosímil. - Sí, acepto ese algo de beber - Y pongo un tono especial en "ese algo". Enlazo mi mano con la de Alice, colando mis dedos entre los suyos mientras vamos por la multitud en dirección hacia las mesas acompañados de Sophie. Pocas personas se han acercado a la mesa de las bebidas y cuando el hombre pregunta que queremos de beber, parece bastante reacio cuando le pido alcohol. - Creo que el Vodka con arándanos está bien. - Está tentado a preguntar mi edad pero finalmente no lo hace porque mi expresión es la de evidentemente estarlo tentando a hacerlo y sé que pocas personas ya, en este país, desconocen quien soy. Al final no tengo que usar ninguna treta (como sobornarlo, él se lo pierde) o algo por el estilo porque pone la copa delante de mi y mira al resto para que pida.

Sophie y Alice <3

Todavía no me creo que esté aquí. ¿A quién se le ocurre mandar a una embarazada de seis meses y medio a esta cosa? André dice que no, pero tengo un complejo enorme por la barriga; siempre he sido muy delgada y no estoy acostumbrada a verme con este tipo, sea por lo que sea. Y me mata tener que salir delante de todo NeoPanem, medio desnuda y con esta cosa enorme. Además, últimamente el niño no para de moverse y no tengo ganas de caerme al suelo y aplastarlo. Y digo el niño porque en la última ecografía ya me dijeron el sexo del bebé, y tal y como mi madre y Arianne decían, era un niño. No he hablado con mi prometido sobre nombres aún, pero no deberíamos tardar mucho más teniendo en cuenta que en menos de tres meses ya habré dado a luz. Lo peor de todo esto, de tener que estar aquí, es que pierdo media vida mientras unas trabajadoras me ajustan el corsé de mil maneras distintas, y las mil veces esas digo que me incomoda porque apenas me dejan respirar. Ni siquiera sé cómo consiguen arreglarlo, pero al final encuentran un punto aceptable para mí y mi barriga.

El tiempo siguiente lo paso dando vueltas por la sala, evitando mirarme en alguno de los cientos de espejos que me rodean para no ver el aspecto que llevo. Al final, cuando me canso, me siento en uno de los sofás, cerca de uno de los últimos Vencedores. No sé muy bien su historia porque prácticamente no hemos visto los Juegos, ya no solo por los recuerdos que nos traen, sino porque ahora tenemos a Agatha en casa y bastantes cosas malas ha tenido que vivir para la poca edad que tiene. No quiero que vea ese programa horripilante, y menos después de saber cómo engañaron a los pobres chicos que fueron voluntarios. Se supone que ninguno moriría, y ahora todos han muerto menos dos. Es Arianne quien me saca de mis pensamientos, concretamente su mano cuando me acaricia la tripa. Sonrío con cariño al verla y asiento con la cabeza al mirarla para dejarle claro que entiendo a la perfección lo odioso que es tener que estar aquí ahora mismo; volver a pasar por tantas cosas públicas cuando lo único que queremos es vivir en paz.

Arianne se va con el chico Vencedor, y yo me quedo sola en el sofá, sin haberle dicho nada porque todavía no sé ni qué decir después de nuestro último encuentro. Aún pienso que hice el ridículo. No soy ni capaz de decirle que acertó con el sexo del bebé. No obstante, ni siquiera tengo tiempo de lamentarme más, al menos no por hoy, porque una de las chicas me indica que es la hora de salir a la pasarela. Encima me toca ser la primera, sin contar a la presentadora del Capitolio que no sé ni por qué nos obliga a esto. Nada más salir afueras los focos me deslumbran y tengo que entrecerrar los ojos para mirar por dónde voy, y cuando es el momento, empiezo a caminar hacia delante con cuidado de no tropezarme con alguno de los copos mágicos. La moda no es lo mío, y por muchos años que hayan pasado, nunca me he acostumbrado, ni me acostumbraré, a estar cara al público. Lo más sorprendente de todo es que consigo llegar al otro extremo sin tropezarme ni una sola vez.

El miembro 'Astrid H. Overstrand' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Acción' :

Empiezo fenomenal el desfile, todavía no he salido a la pasarela y ya me estoy comiendo el suelo, vale, perfecto Jessica. Me lo repito una y otra vez a lo largo del día, no sin antes decirlo en voz alta para dejar bien patente lo desequilibrada que estoy mentalmente. Sonrío un poco al chico que hace un amago de ayudarme, supongo que como yo él también se esperaba que me acabase cayendo. Sorprendentemente tratándose de mí no es así, y consigo guardar el equilibrio yo sola, al menos el físico. - Gracias - Le digo de todas formas al chico. - Han sido las alas - Comento como explicación, o como excusa para que no piense que soy yo la torpe, aunque sea así. Bufo, reafirmando aún más si cabe su queja sobre esta situación en la que nos encontramos. Si me paro a pensarlo en comparación con las otras cosas por las que he tenido que pasar, esto no es nada. Eso es lo único que me ayuda a sobrellevar el ridículo que voy a hacer. Intento exteriorizar ese pensamiento para consolar al chico, pero acaba pareciendo más una constatación muy innecesaria - Estamos vivos - Me encojo de hombros como si eso lo explicara todo, esperando que a haber pasado por lo mismo que yo, o parecido, me comprenda.

Últimamente le tengo mucho más aprecio a la vida, sea lo mala que sea, porque al menos vivo, al menos tengo la oportunidad de cambiar las cosas. Como no quiero ponerme melodramática, trato de bromear con alguna cosa. Sólo mirarme al espejo me basta. - Al menos no tienes que llevar estos edificios en los pies, o tacones como lo llaman ellos - Y es completamente cierto, no sé cómo lo voy a hacer para caminar con esto. Le miro y sonrío lo más ampliamente que puedo, justo antes de que me llamen avisándome de que mi segmento va a dar comienzo. Digo mi segmente no sólo porque participo en él, sino porque Tiffany me dijo que era en parte para mí, por eso de que mis juegos eran en Alaska. Alaska, frío, nieve... En fin, no es muy difícil deducirlo. Voy detrás de la chica que está embarazada, a la que no me ha dado tiempo a saludar siquiera. - Tengo que irme, si me necesitas estaré ridiculizándome públicamente - Digo a modo de despedida al reciente vencedor con el que estaba hablando, a la vez que hago un gesto con la mano.

Van saliendo mis compañeras, y me dicen que me darán un señal cuando sea mi turno. Mejor, porque si no lo más probable es que acabe retrasando a todo el mundo por no enterarme. El corazón me late cada vez más deprisa al pensar en toda la gente que habrá allí fuera mirándome solo a mí, comprobando si me equivoco o no. Respiro hondo y ahí está, es mi turno. Salgo a la pasarela como puedo, y aunque me han dicho que hay que mirar al frente y no a los lados, no puedo evitar echar unos pequeños vistazos, para comprobar si conozco a alguien. Consigo reconocer a Riorden en una de las primeras filas, y creo que mi cara es una mezcla entre vergüenza, enfado y sorpresa. No creí que iba a estar aquí, sobretodo cuando le pedí que no viniera. Voy a matarle la próxima vez que le vea... No sé cómo lo hago, pero consigo desfilar sin tropezarme ni una vez, diría que incluso me ha salido bien. Hago la parada de rigor al terminar la pasarela, y como no se me ocurre qué hacer mando un beso con la mano en dirección a Riorden, pero mis ojos no dicen lo mismo, y de hecho creo que las puntas de mi pelo se han vuelto un poco más rojas de lo que deberían estar, señal de mi enfado que el sabrá interpretar muy bien, demasiado bien. Una vez me he cerciorado de que lo haya visto me doy la vuelta para volver al backstage. No ha ido tan mal. Sólo espero no volver a ver a nadie más que conozca cuando salga, y me refiero a Alice, claro.

Con Vincent al principio. Mención y pequeña interacción con Riorden. Minimención también a Tiffany y a Alice

El miembro 'Jessica D. Voznesenskaya' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Acción' :

La única razón por la que estoy aquí es por Evelyn. A mí esta clase de cosas nunca me han gustado, y hoy quiero estar menos aquí que nunca. No quiero ver cómo mi sobrino mayor se convierte en un títere delante de todo NeoPanem, y todo para entretener a los magos. ¿En qué se supone que han cambiado? El único cambio que veo es que no puedo vivir en libertad, irme con mi hermana y decirle que estoy viva, que yo no morí. Nadie sabe lo que pasó. Excepto Evelyn, que ahora no es más que mi dueña. No me trata mal porque somos amigas desde hace muchos años, pero las cosas no deberían ser así. Sé que no podría haber encontrado a alguien mejor para ser su esclava, pero eso no quita que odie toda esta situación. Pero como decía, Eve es la razón por la que he accedido a venir. La moda es su mundo desde hace años, y acompañarla es lo menos que puedo hacer teniendo en cuenta todo lo que ella ha hecho por mí. Desde hace años también el diseño y la moda se han convertido en parte de mi vida, pero no de la manera en la que voy a tener que verlo hoy.

Evelyn es quien se encarga de buscarme un vestido, por mucho que yo le haya dicho mil veces que no hace falta, que dudo que los esclavos vayan arreglados. Es un poco cabezota con estas cosas, y a fin de cuentas yo soy quien tiene que obedecer, así que no me queda más remedio que acatar lo que dice. Es así como acabo acabo con uno de los últimos vestidos que diseñó estos meses. Viajamos a la Isla Principal con uno de los trenes alterados mágicamente porque utilizar la aparición siempre me marea, y los trasladores más de lo mismo. Desventajas de ser humana. Otra vez.

Nada más llegar Eve entrega las entradas de la ceremonia y pasamos. Lo primero que hago es coger una copa de la bandeja de uno de los pobres humanos que tienen trabajando hoy aquí, probablemente sacado de alguno de los mercados y que aún no tiene dueño. Tras eso, acompaño a Evelyn hasta unos asientos, donde ella se sienta y a mí me toca quedarme de pie. Probablemente si no estuviéramos rodeadas de tanta gente me habría dicho que me sentara en alguno, pero ambas conocemos el límite con la nueva Constitución. Nada más terminar mi copa cojo otra, y así paso el rato hasta que el desfile empieza. Para entonces ya ni siquiera sé cuántas copas llevo encima, y literalmente tengo que taparme la boca con la mano para no reírme delante todo el mundo por el patético disimulo de la presentadora cuando casi se cae. Tengo que girar la cabeza para no seguir mirando y que no me entre la risa tonta por culpa del alcohol, y en ese mismo momento el mundo se tambalea. — ¿Alice? — Pero sé que es imposible. Reconozco ese cabello, esas facciones, porque son exactamente los míos, mientras que esos ojos azules son los de su padre. Aun así, esto debe de ser fruto de mi imaginación. Sí, hacía siglos que no me pasaba, que no veía a mis hijos muertos estando despierta, pero eso no quiere decir que todo el trauma haya pasado. Una madre no olvida esa clase de cosas, y el subconsciente aún menos.

Mención a Tiffany y Alice.

Con Charles

Bueno, si me pongo a pensar en todo lo que me ha pasado estas semanas me parece que ni me pondré bien un traje que no tengo ni deseos de ponerme ni asistir a una fiesta que tampoco me gusta. Ya no. Demasiados recuerdos desde una perspectiva que ahora me ha tocado ser. El traje de mi nuevo amo me da algunos segundos de lucidez y hace que me olvide de esos pensamientos pasados que compartía como mentor y ahora solo iba a ir en calidad de esclavo. La vida cambiaba y mucho a decir verdad.

Suspiré poniéndome el mío que se trataba de un traje negro, camisa blanca y pajarita negra. Más bien era un esmoquin, pero me gustaba, cosa que no compartía con el de mi amo. Al final se puso otro y yo se lo agradecí. Creo que mis años como mentor y cuidado por un estilista habían dado sus frutos. No quise pensar en nada más y entré en la fiesta intentando pensar en otras cosas y no rememorar esto que por muy apalizado que estuviera, lo recordaba muy bien y dolía, dolía muchísimo. Bajé la mirada y me senté donde me dijo Charles sin realmente ver a las chicas pasar ni a la organizadora ni a nada.

Con Andrómeda

En cuanto vi a mi hermana pegar saltos cuando entró en mi casa, la cara de póker que se me había quedado era para enmarcarla. La dejé pasar mientras me decía esto y lo otro y me asomé para ver si Hécate también había decidido venir también, pero estaba sola. La dejé en el salón mientras yo me arreglaba y me ponía un sencillo traje gris de camisa blanca y poco más. Las fiestas me angustiaban y más cuando toda esa gente apelotonada te rozaba. No podía con eso y por eso mismo agradecí que Andro estuviera conmigo.

Llegamos a la fiesta y le entregué las invitaciones a los apostados en las puertas y entramos cuando al poco rato empezó la pasarela. Bebí un poco sin apartar la vista a todos los esclavos que hoy y siempre servirían a los magos y nos colocamos en las primeras filas.- Te compraré algún conjunto que salga y te guste.- bebí otro sorbo de la copa.- Para tu cumpleaños. Se que os gusta eso mucho.- desvié la vista en busca de Hécate.- ¿Habrá venido nuestra hermana?-pregunté cruzando una pierna.

El miembro 'Arianne L. Brawn' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Acción' :

Voy alternando el hablar con la chica del 4, Arianne, mientras miro hacia todos lados con la estúpida esperanza de que en cualquier momento alguien me sacará de este embrollo. Lo único que quiero es acurrucarme en el sofá y no moverme de ahí en meses, especialmente ahora que está empezando a refrescar. Sin embargo, aquí estoy, en una maldita Isla húmeda y rodeado de gente superficial que solo quieren divertirse a costa de ver como algunos haremos el ridículo desfilando. De verdad que Arianne me da pena por tener que salir ahí con esos tacones... yo no sería capaz. — Solo lo dices porque te gustaría ver cómo hacemos el ridículo — respondo con una pequeña sonrisa y en tono jocoso. Ambas cosas me sorprenden teniendo en cuenta cómo estoy anímicamente. — Por eso escogí el 4. Soy del 7, así que estoy acostumbrado a estar al aire libre, en la naturaleza, y no rodeado de tiendas inútiles y fábricas que contaminan — Lo cierto es que no sé ni cómo algunos pueden respirar en algunos Distritos, especialmente en el 13, por ejemplo.

Ni siquiera me da tiempo a decirle nada más porque alguien la agarra del brazo mientras va soltando cosas que a duras penas llego a escuchar. En cuestión de segundos la chica desaparece, mientras que a mí me toca sentarme, a la espera de que sea mi turno; turno que ya mismo llegará porque me toca después de ella. Me gustaría poder asomarme y ver cómo lo están haciendo las que ya han salido, pero haciendo eso tan solo conseguiría ponerme más nervioso. Por suerte, o todo lo contrario, mi turno no tarda mucho más en llegar, así que no me da casi ni tiempo a preocuparme más. Alguien me levanta de golpe del sofá mientras yo protesto por lo bajo por las malas formas con las que me tratan, porque no soy un maldito muñeco o títere, y cuando me quiero dar cuenta, ya estoy saliendo a la pasarela. Procuro no mirar hacia ningún lado ni hacia ninguna persona porque no sería capaz de ver todas la miradas recayendo en mí, así que básicamente me dedico a mirar a un punto en la pared, sin mirar a nadie en concreto. O eso es lo que intento.

Llega un punto en el que no me queda más remedio que parpadear, y cuando vuelvo a abrir los ojos y dirijo la mirada hacia otro punto de la pared, la imagen con la que me encuentro hace que me tropiece. Consigo mantener el equilibrio antes de comerme de lleno el suelo, aunque todo el mundo ha visto mi patético tropiezo. ¡Y ni siquiera llevo esos estúpidos tacones! ¿Pero cómo no tropezarme después de lo que he visto? Llevo meses buscándola, y ahora por fin la he encontrado. Mi madre está en el público, y me estaba mirando cuando la he visto de reojo y de pasada. Esa es la principal razón por la que cuando me doy la vuelta, camino mucho más rápido para volver al backstage. Cuanto antes acabe con esto, antes podré reunirme con ella y ver dónde está y, sobre todo, quién es su amo. Tengo dinero ahora, y gastaré todo el que haga falta para traerla de vuelta a casa, aunque eso signifique que mi madre pase a ser mi «esclava».

Con Arianne. Mención a Dalia.

El miembro 'Jasper E. Davies' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Acción' :

Ícaro

Acomodada en mi silla no perdí de vista el escenario, los hermosos conjuntos y recordaría las palabras de mi hermano en cuanto a comprarme alguno de esos conjuntos. Iba a tomar nota mentalmente de cada uno de ellos y haría una buena lista para luego dársela a Ícaro. Eran todos bonitos, no sabía por cual decidirme y no le presté mucha atención a aquellas personas que lo llevaban. En realidad solo estaba pendiente de los colores, la puesta en escena que estaba siendo de lo más increíble. La persona que lo organizaba todo realmente tenía un gusto exquisito para estas cosas. Sin dejar la mirada sobre aquellas chicas que posaban frente a ellos con los atuendos, me encogí de hombros a las palabras de mi hermano.

- Pues espero que me compres al menos un par o tres, y ya te diré si ha sido realmente efectivo en alguna de mis citas – sonreí pícaramente al pensar en alguna cita con algún hombre o incluso una mujer, al finalizar la noche que la vieran con uno de esos fabulosos conjuntos iban alucinar totalmente. Miré rápidamente a mi alrededor echando un vistazo por si veía a mi gemela, pero dudaba que asistiera en ese momento recordaba haberle dicho que estaba ocupada con cosas importantes del trabajo – Dudo que aparezca. La vi anteayer y tenía trabajo hasta arriba. Los pequeños monstruos le dan mucho trabajo al parecer

Derian

Para mí, poder ver en vivo y directo a los ex tributos y a los últimos dos ganadores de los juegos, era impresionante. Admiraba a todos y cada uno de ellos, no solo porque me gustaran los juegos  sino por ser en apariencia personas frágiles muchas de ellas y a pesar de eso han sabido sobrevivir cualquier adversidad que se les había presentado. Para mí no eran solo unos tributos, eran como unos guerreros valientes y luchadores ante las dificultades de la vida. Eran personas que quizá estaban rotas por dentro por sufrir todas las barbaridades de los juegos, ni yo mismo sabía si sería capaz de soportar todas aquellas atrocidades. No solo era mi admiración por eso, sino por esa fortaleza que realmente llegaban a tener, por ser esos luchadores que no se rindieron nunca y ahora estaban vivos.

Observaba con todo lujo de detalles los modelitos de los tributos, con las chicas aun más, no podía evitar que mis ojos se deslizaran por sus bonitos cuerpos y después me fijaba en ese modelito que llevaban. Yo no entendía mucho de esas cosas, aun teniendo en cuenta que mi fabuloso traje a nadie le había gustado, pero creía que esa ropa me gustaba y que realzaba la belleza de todas ellas. De los chicos suponía que también, al menos iban diferentes y eso tampoco estaba tan mal. Lo que no esperaba era ver como una de ellas se tropieza quedando en una posición un tanto bochornosa, pero no me río, quizá con cualquier otra persona me hubiera descojonado en toda su cara pero no en alguien que había sido un tributo. Miré a Derian de reojo – Vaya guarrazo que se acaba de pegar… - justo dije aquello que el chico que iba detrás casi se cae también, mis ojos se abrieron de par en par y hasta alcé un poco mi mentón para ver si pusieron algo deslizante en el suelo. Deberían vigilar más por al seguridad de todos los participantes, podrían hacerse daño y mucho - ¿Esa rubia... no eras su mentor?