OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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The Mighty Fall
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Seth K. Niniadis
Alice D. Whiteley
Liam Cooper
Jessica D. Voznesenskaya
Arianne L. Brawn
Jasper E. Davies
The Mighty Fall
11 participantes
Ceremonia de coronación
Un mes desde el final de los juegos ► Plaza del Capitolio
La fiesta del año, una de las fiestas que antes se solían hacer y sobretodo eran completamente esperadas por el público.. ha vuelto. Nunca se han dejado a unos ganadores sin su corona por haber pasado los Juegos a la perfección y este año no iba a ser una excepción. Pero no va a ser una ceremonia de coronación cualquiera, esta va a ser completamente distinta a las anteriores, distinta y única. Aunque con los Juegos haya habido algún que otro problema y no hubiese salido como estaba esperado, la Ceremonia no iba a ser cancelada, no después de todo el trabajo que ha conllevado por detrás.
Todas las personas de todo NeoPanem han sido invitadas a la fiesta, tanto magos y brujas de la alta sociedad como esclavos de estos magos y brujas. Todo se ha preparado para que esté a la perfección y que el público disfrute de lo que va a ser un espectáculo en toda regla. La sala en la que se ha preparado todo el escenario, todos los asientos, está colocada en el Capitolio, una enorme sala específicamente creada para la ceremonia. Las velas vuelan al rededor de toda la enorme sala para iluminar cada hueco y encima del escenario han sido creados unos hechizos de colores para que la pasarela descate de todo lo demás.
En la entrada, se encuentran dos esclavos, los cuales piden la entrada que han revivido todos los ciudadanos de NeoPanem y más adentro hay mucho más recogiendo los abrigos y demás de los asistentes. Por toda la sala hay muchos más esclavos, los cuales han sido sacados de los mercados de esclavos simplemente para trabajar esa noche para la ceremonia y luego serán devueltos al mercado. Poco a poco la gente va entrando y ocupando sus respectivos puestos. El mejor evento del año estaba a punto de empezar.
Todas las personas de todo NeoPanem han sido invitadas a la fiesta, tanto magos y brujas de la alta sociedad como esclavos de estos magos y brujas. Todo se ha preparado para que esté a la perfección y que el público disfrute de lo que va a ser un espectáculo en toda regla. La sala en la que se ha preparado todo el escenario, todos los asientos, está colocada en el Capitolio, una enorme sala específicamente creada para la ceremonia. Las velas vuelan al rededor de toda la enorme sala para iluminar cada hueco y encima del escenario han sido creados unos hechizos de colores para que la pasarela descate de todo lo demás.
En la entrada, se encuentran dos esclavos, los cuales piden la entrada que han revivido todos los ciudadanos de NeoPanem y más adentro hay mucho más recogiendo los abrigos y demás de los asistentes. Por toda la sala hay muchos más esclavos, los cuales han sido sacados de los mercados de esclavos simplemente para trabajar esa noche para la ceremonia y luego serán devueltos al mercado. Poco a poco la gente va entrando y ocupando sus respectivos puestos. El mejor evento del año estaba a punto de empezar.
Template realizado por Stephanie M. Black para The Magic Games©
▬ Es una trama sugerida por Tiffany Wilson, cualquier detalle (como participar en su desfile y cosas por el estilo) habladlo con ella.
▬ Vincent & Jasper, vencedores de los últimos juegos, están obligados a participar en esta trama.
▬ Por otra parte, pueden participar todos los usuarios; tanto si son magos, mestizos, hijos de muggles o esclavos. En la ambientación hay excusa para todos.
▬ Es una fiesta completamente de gala. Tened esto en cuenta al elegir el vestuario.
▬ Al desfilar, todos los modelos deben lanzar el dado de acción entre el cual, como ya algunos están familiarizados, hay tres opciones. Esto decidirá si lo hacéis bien, tenéis un traspiés o un accidente por el camino.
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Ceremonia de coronación
Un mes desde el final de los juegos ► Plaza del Capitolio
MI DESFILE ESTÁ EN MARCHA. La verdad es que no me creo que mi sueño al final se vaya a cumplir, el hecho de crear mi propia pasarela y que miles y miles de personas vayan a verla, en una pasarela completamente nueva y que seguramente nadie se pueda imaginar, ya que nadie antes ha podido utilizar la magia en una pasarela. Yo he estado en muchísimas pasarelas durante todos los años que llevo de modelo y siendo sincera, ninguna ha sido tan genial como lo va a ser la mía. Es verdad que no tengo modelos profesionales, que simplemente son ganadoruchos de los antiguos juegos, que es un tanto postureo y porque me lo impuso la ministra al darle la idea de hacer mi pasarela, mi desfile de lencería femenina como para coronar a los ganadores de los Juegos. Siendo sincera, me llevé una pequeña desilusión al saber que los ganadores de los Juegos y los únicos que salieron vivos de la arena fueron dos chicos, la verdad es que eso me jodió bastante ya que no voy a ponerles en lencería femenina a dos chicos, rotundamente no. Mis apuestas eran la chica humana que tenía el pelo blanco y la rubia maga, pero parece que las dos murieron.. una pena. Es verdad que me costó un tanto inventarme todo lo que llevarían los dos chicos, ya que nunca en mi vida he preparado lencería masculina, pero por lo menos lo he intentado y he dado lo mejor que sé de mi.
Los dos segmentos que he preparado están posesionados en su lugar, aunque primero está el de Invierno, el cual está en honor a la última ganadora de los Juegos hechos por los Black, Jessica Voznesenskaya. Me costó un poco convencerla en venir, ya que ella era la única que no estaba obligada en venir, los otros ganadores vivos y que sean magos si que eran obligados, porque la Ministra lo hizo, aunque si no llegan a venir me quitan un peso de encima, ya que puede que caigan de morros en medio de la pasarela y ese es un miedo que tengo en mi interior mientras estoy dando los últimos toques para que todo esté a la perfección antes de que la gente venga. He puesto a todos los ministros y a toda esa gente importante en la primera fila de ambos lados que tiene la pasarela, para que puedan observar de lujo la pasarela y así irá la gente poco a poco. Los más importantes por las filas de delante y las personas que no son tan importantes por atrás.
—Eso no debe estar ahí, tiene que estar en el otro lado. —Digo un tanto estresada, mientras veo como dan los últimos retoques. —Cuando yo te diga vas a lanzar un hechizo para que caiga nieve desde el techo ¿me has entendido? —Le digo a un auror que simplemente está ahí para vigilar. Veo como todos los esclavos están perfectamente vestidos y yo me aliso un poco el vestido rojo que llevo, ya que con todo lo que me he movido se me ha subido un poco. Obviamente, cuando de la bienvenida a todas las personas iré al backstage, donde están todos los demás ganadores de los juegos, mis modelos, y me cambiaré rápidamente para ponerme en mi lencería. Cuando veo que está todo preparado, simplemente me coloco en medio de la pasarela, sonrientemente, esperando a que poco a poco la gente vaya llegando y se vaya sentando en sus respectivos sitios. Nunca he estado tan nerviosa en mi vida.. .
Los dos segmentos que he preparado están posesionados en su lugar, aunque primero está el de Invierno, el cual está en honor a la última ganadora de los Juegos hechos por los Black, Jessica Voznesenskaya. Me costó un poco convencerla en venir, ya que ella era la única que no estaba obligada en venir, los otros ganadores vivos y que sean magos si que eran obligados, porque la Ministra lo hizo, aunque si no llegan a venir me quitan un peso de encima, ya que puede que caigan de morros en medio de la pasarela y ese es un miedo que tengo en mi interior mientras estoy dando los últimos toques para que todo esté a la perfección antes de que la gente venga. He puesto a todos los ministros y a toda esa gente importante en la primera fila de ambos lados que tiene la pasarela, para que puedan observar de lujo la pasarela y así irá la gente poco a poco. Los más importantes por las filas de delante y las personas que no son tan importantes por atrás.
—Eso no debe estar ahí, tiene que estar en el otro lado. —Digo un tanto estresada, mientras veo como dan los últimos retoques. —Cuando yo te diga vas a lanzar un hechizo para que caiga nieve desde el techo ¿me has entendido? —Le digo a un auror que simplemente está ahí para vigilar. Veo como todos los esclavos están perfectamente vestidos y yo me aliso un poco el vestido rojo que llevo, ya que con todo lo que me he movido se me ha subido un poco. Obviamente, cuando de la bienvenida a todas las personas iré al backstage, donde están todos los demás ganadores de los juegos, mis modelos, y me cambiaré rápidamente para ponerme en mi lencería. Cuando veo que está todo preparado, simplemente me coloco en medio de la pasarela, sonrientemente, esperando a que poco a poco la gente vaya llegando y se vaya sentando en sus respectivos sitios. Nunca he estado tan nerviosa en mi vida.. .
Template realizado por Stephanie M. Black para The Magic Games©
- Utilizo la tablilla para diferenciarme de las demás personas y sepáis que pasa en cada momento.
- El post que hagáis va a ser de introducción, simplemente el venir y esperar a que todo empiece.
- Los ganadores están esperando en el backstage con los trajes ya puestos.
Parece que después de toda la catástrofe que han sido los Juegos vamos a celebrar el hecho de que hayan por lo menos salido dos personas vivas de los mismos, dos simples personas de todas las que entraron.. Alguien entró en la configuración de los Juegos y ha hecho que Jamie quede como una loca, que quede como que en realidad ha mentido a todo NeoPanem y en realidad no lo ha hecho, ella simplemente es una víctima y yo la comprendo totalmente. Alguien se la ha jugado y vamos, está claro que vamos a intentar averiguar quién ha sido esa persona, si ha sido la querida Black viva o quién. Se que nadie se fía ahora de ella, después de todo lo que ha ocurrido, después de todos los Juegos, los cadáveres, Alana.. se que nadie va a confiar en ella y es una pérdida bastante importante, perder la confianza de la plebe, pero confío en ella y que de alguna forma u otra va a hacer que las personas al final confíen en ella. Por algo ha creado este tipo de desfile-coronación, una pequeña fiesta para coronar a los 'ganadores' de los Juegos hechos por Jamie, como se hacía antes cuando ganaba alguien los Juegos de los Black.. me parece un poco absurdo hacerlo, además un desfile, que parecen maniquíes o algo por el estilo, pero bueno, no voy a juzgar a Jamie, si ella cree que eso es correcto la respeto completamente. Por algo habrá hecho ella esto, alguna idea tendrá en la cabeza para pensar que es bueno hacerlo.
Me coloco perfectamente mi vestido negro el cual me lo ha facilitado una tienda del Capitolio y la cual me la han traído directamente al trece, madre mía, parece que voy a ser yo quién vaya a desfilar por la pasarela por lo guapa que me veo. Los pendientes, las joyas, los tacones, la cola que llevo.. todo me queda estupendo.. aunque bueno ¿que no me queda a mi estupendo? Cuando me veo completamente preparada para ir hacia el Capitolio, hacia la plaza del Capitolio, mediante un trasladador me traslado hacia el lugar, donde hay mucha gente esperando ya, bastante cola hay.
Ruedo los ojos por ello, por favor, soy la ministra del departamento de Justicia, la reina del mambo, una cola no va a pararme. Con la invitación en las manos, me paso la cola de espera por el forro y cuando llego a donde hay dos esclavos en la entrada esperando a que les den las entradas.. por favor, simplemente le tiro la entrada y muchos aurores se me quedan un tanto locos mirándome, pero está claro que me reconocen y me dejan en paz sin decirme nada en absoluto, ya que si se pasan un poco del tono puedo sacar mi varita y trasladarlos directamente a Alcatraz.. menuda pena me daría la verdad. Veo los asientos en los que los Ministros nos tenemos que sentar y con unos pasos totalmente seguros me dirijo hacia ellos. Me siento y me cruzo de brazos, esperando a que demás Ministros lleguen al lugar y a que el show empiece. Espero que no sea demasiado aburrido.
Me coloco perfectamente mi vestido negro el cual me lo ha facilitado una tienda del Capitolio y la cual me la han traído directamente al trece, madre mía, parece que voy a ser yo quién vaya a desfilar por la pasarela por lo guapa que me veo. Los pendientes, las joyas, los tacones, la cola que llevo.. todo me queda estupendo.. aunque bueno ¿que no me queda a mi estupendo? Cuando me veo completamente preparada para ir hacia el Capitolio, hacia la plaza del Capitolio, mediante un trasladador me traslado hacia el lugar, donde hay mucha gente esperando ya, bastante cola hay.
Ruedo los ojos por ello, por favor, soy la ministra del departamento de Justicia, la reina del mambo, una cola no va a pararme. Con la invitación en las manos, me paso la cola de espera por el forro y cuando llego a donde hay dos esclavos en la entrada esperando a que les den las entradas.. por favor, simplemente le tiro la entrada y muchos aurores se me quedan un tanto locos mirándome, pero está claro que me reconocen y me dejan en paz sin decirme nada en absoluto, ya que si se pasan un poco del tono puedo sacar mi varita y trasladarlos directamente a Alcatraz.. menuda pena me daría la verdad. Veo los asientos en los que los Ministros nos tenemos que sentar y con unos pasos totalmente seguros me dirijo hacia ellos. Me siento y me cruzo de brazos, esperando a que demás Ministros lleguen al lugar y a que el show empiece. Espero que no sea demasiado aburrido.
¿Esto es una maldita tomadura de pelo? ¿En serio me van a hacer salir delante de miles de personas... de todo NeoPanem con estas pintas de imbécil? Por si eso no fuera poco, tengo un puñado de cicatrices provocadas tanto por el lobo como por el fuego, y dudo mucho que algún día vayan a irse del todo. Lo único que quiero es pasar el resto de mis días tranquilo, en casa y rodeado de la naturaleza. Y ni siquiera puedo tener eso porque nunca más voy a poder trabajar de leñador. En realidad no me lo dijeron así mismo, pero el médico dijo que era bastante probable que nunca recuperara la movilidad del todo en el brazo izquierdo. Coger un hacha con la mano derecha no es lo mío; no se me da mal pero no lo suficientemente bien como para poder dedicarme a ello. Ahora mismo el único objetivo que tengo en la vida es el de encontrar a mi madre, y la búsqueda no va especialmente bien. Ya he perdido la cuenta de cuántas veces me he pasado por los dos Mercados de Esclavos con la esperanza de encontrar a mi progenitora.
Me levanto de la silla cuando terminan de peinarme y me miro en el espejo para comprobar, por enésima vez, que tengo unas pintas de idiota. Como si no tuviera nada mejor que hacer que perder aquí el tiempo. La gente ya me ha visto demasiado en la tele estos últimos tres meses, que me dejen en paz. Me doy la vuelta para mirar al resto de personas obligadas a venir aquí, y entre ellos distingo a una embarazada que ni siquiera sé ni cómo consigue respirar con ese traje. En la otra punta está Vincent, con los últimos retoques, y las ganadoras de las dos últimas ediciones de los antiguos Juegos.
Al final acabo dejándome caer en un sofá con un sonoro suspiro y me revuelvo el pelo. Al instante noto la mirada clavada en mi nunca de una de las peluqueras, enfadada por destrozarle su peinado, y me encojo de hombros. Como si eso fuera lo peor que le puede pasar a alguien. A mi lado se sienta la chica embarazada, que si mal no recuerdo, está con otro antiguo Vencedor. En otras circunstancias le estaría preguntando que de cuántos meses está, pero ahora mismo no tengo ganas de hablar con nadie, y menos de cosas que actualmente me parecen tan insignificantes. ¿Para qué traer a un bebé a este mundo? Imagino que es maga porque está aquí y no como esclava, así que doy por hecho que, al menos, el crío tendrá una vida cómoda. Sin embargo, no me fío de nada teniendo en cuenta lo que nos han hecho en estos últimos Juegos.
Me levanto de la silla cuando terminan de peinarme y me miro en el espejo para comprobar, por enésima vez, que tengo unas pintas de idiota. Como si no tuviera nada mejor que hacer que perder aquí el tiempo. La gente ya me ha visto demasiado en la tele estos últimos tres meses, que me dejen en paz. Me doy la vuelta para mirar al resto de personas obligadas a venir aquí, y entre ellos distingo a una embarazada que ni siquiera sé ni cómo consigue respirar con ese traje. En la otra punta está Vincent, con los últimos retoques, y las ganadoras de las dos últimas ediciones de los antiguos Juegos.
Al final acabo dejándome caer en un sofá con un sonoro suspiro y me revuelvo el pelo. Al instante noto la mirada clavada en mi nunca de una de las peluqueras, enfadada por destrozarle su peinado, y me encojo de hombros. Como si eso fuera lo peor que le puede pasar a alguien. A mi lado se sienta la chica embarazada, que si mal no recuerdo, está con otro antiguo Vencedor. En otras circunstancias le estaría preguntando que de cuántos meses está, pero ahora mismo no tengo ganas de hablar con nadie, y menos de cosas que actualmente me parecen tan insignificantes. ¿Para qué traer a un bebé a este mundo? Imagino que es maga porque está aquí y no como esclava, así que doy por hecho que, al menos, el crío tendrá una vida cómoda. Sin embargo, no me fío de nada teniendo en cuenta lo que nos han hecho en estos últimos Juegos.
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¿No han tenido suficiente con todo lo que ha pasado? Decían que era un error, que no estaba dentro de los planes que murieran personas y ahora... ¿ahora celebran que hay personas que han sobrevivido? Esto me recuerda cada vez más al antiguo gobierno. Llamaron a la puerta de mi casa mientras veía una de esas repeticiones de la Arena y puff. No recuerdo mucho más. Solamente que me he visto obligada a venir a este circo, a este ridículo evento que tanto detesto. El último que se retransmitió fue el mío, y todos sabemos como acabó aquello. Miro por centésima vez el 'traje' que está encima del sillón de la salita que me han dejado para vestirme, aunque hay una chica que está mirándome con gesto impaciente porque me quiere ayudar a ponérmelo. ¡Quiero ayudarme a ponerme la ropa interior esta! Respiro profundamente un par de veces. No voy a salir así, no pienso dejar que nadie me vea así. Al final, frente a la insistencia de la estilista hago que sujete una toalla para poder desnudarme, fuera de sus ojos porque me mira fijamente y eso hace que me sienta... más desnuda aún. Cuando me lo he puesto mueve la cabeza hacia los lados colocándome mejor la parte de arriba, abrochándome algo en la espalda y haciéndome sentir como si me tratara de un regalo de navidad para alguien... para alguien como un viejo verde, porque vamos, no creo que este fuera el regalo de navidad de cualquier persona. -Esto es ridículo- murmuro mirándome en el espejo. La veo venir con un plumero y alzo una ceja dando un par de pasos hacia atrás con las manos estiradas frente a ella. -No me vas a poner eso, no.- digo completamente seria, mirándola fijamente a los ojos con una seriedad bastante inusual últimamente en mí.
Salgo de la salita donde estaba y me paseo, escondiendome de vez en cuando detrás de algo para que nadie vea mi autendo hasta que choco con un chico que, instantáneamente, me coge de las manos y me arrastra haciendo comentarios sobre lo mal que llevo el pelo, que soy una vencedora y que debería de cuidarme más. -EX vencedora-acentúo mis palabras para que le quede bien claro mientras soy arrastrada hasta una silla donde me empiezan a cortar las puntas y me peinan en menos que canta un gallo. Tira de mis manos para levantarme y hacerme girar, luego me da una palmadita en el culo para que me vaya de ahí. Me quedo unos segundos parada, mirándolo con cara de poker absoluto y sin saber muy bien que decir ante el gesto que acaba de tener conmigo. Al final me encamino a alejarme de ese... joven peluquero y me apoyo contra una pared. Alguien me indica que no haga eso, que puedo arrugar no se qué; así que me quedo de pie, a un metro de la pared pero haciendo como que estoy enterada de que no debo de hacer eso y, cuando se va, me vuelvo a apoyar porque voy a hacer lo que me de la gana. Me han amenazado para que esté aquí, que no se piensen que me voy a comportar como una señorita porque: primero, no lo soy; y segundo, no lo haría ni aunque lo fuera. Me quito los tacones, ya que no son necesarios mientras no tenga que salir a la pasarela esa... Cierro los ojos con fuerza de solo pensarlo. La persona que pensó que esto era una buena idea era estúpida. Quizá no por el desfile, pero sí por las personas se había elegido.
Recorro la sala con la mirada pero me quedo mirando a Astrid casi de inmediato, parpadeo notablemente sorprendida al verla allí. No la había visto desde... desde que nos vimos en la playa. Retiro la mirada hacia otro lado pero, al final, decido acercarme a ella justo cuando veo que se sienta en un sofá junto a otro chico. Me acerco hasta ellos y, al ver la mirada que una de las peluqueras le dedica al chico, hago como me lamo la mano y le aplasto el pelo como peinándolo y luego le hago un gesto con el pulgar arriba a la peluquera que resopla molesta y se va a seguir con sus cosas. Vuelvo mi interés a él pero, antes, me giro hacia Astrid y me inclino un poco pasando con cuidado la mano por su tripa pero sin ser capaz de mirarla a ella a los ojos. Al final acabo mirándola y esbozando una pequeña sonrisa para infundirle fuerza en esta situación. Me parece horrendo que ella esté aquí en sus estado. Bueno, me parece horrendo que nos obliguen a esto. Pero mi madre se ha tirado dos semanas relajándome, diciéndome que no pierda los nervios, que solo salga ahí, me pasee, esboce una sonrisa y que todo terminará rápido, que no tengo que poner los ojos de la gente encima de mí; solo saldré como las demás y luego desapareceré, de nuevo.
Vuelvo mis ojos sobre el chico y cojo sus manos para tirar de él y levantarlo. -De mete patas profesional a un amateur... no la cagues- digo con una sonrisa tímida en mis labios. No por estar hablando con alguien que no conozco, debido a que no me puede juzgar porque él también ha visto y hecho cosas malas dentro de ese sitio, sino porque estoy semidesnuda. -¿Quieres...?- digo soltando una de sus manos, aunque con la otra sigo cogiendo su mano, y señalando hacia atrás para si le apetecía dar un paseo o hablar con alguien en este sitio. Quizá no quiera hablar con nadie, cosa que comprendería, pero se en gran medida por lo que está pasando y, la verdad, no quiero que sea tan tonto como yo.
Salgo de la salita donde estaba y me paseo, escondiendome de vez en cuando detrás de algo para que nadie vea mi autendo hasta que choco con un chico que, instantáneamente, me coge de las manos y me arrastra haciendo comentarios sobre lo mal que llevo el pelo, que soy una vencedora y que debería de cuidarme más. -EX vencedora-acentúo mis palabras para que le quede bien claro mientras soy arrastrada hasta una silla donde me empiezan a cortar las puntas y me peinan en menos que canta un gallo. Tira de mis manos para levantarme y hacerme girar, luego me da una palmadita en el culo para que me vaya de ahí. Me quedo unos segundos parada, mirándolo con cara de poker absoluto y sin saber muy bien que decir ante el gesto que acaba de tener conmigo. Al final me encamino a alejarme de ese... joven peluquero y me apoyo contra una pared. Alguien me indica que no haga eso, que puedo arrugar no se qué; así que me quedo de pie, a un metro de la pared pero haciendo como que estoy enterada de que no debo de hacer eso y, cuando se va, me vuelvo a apoyar porque voy a hacer lo que me de la gana. Me han amenazado para que esté aquí, que no se piensen que me voy a comportar como una señorita porque: primero, no lo soy; y segundo, no lo haría ni aunque lo fuera. Me quito los tacones, ya que no son necesarios mientras no tenga que salir a la pasarela esa... Cierro los ojos con fuerza de solo pensarlo. La persona que pensó que esto era una buena idea era estúpida. Quizá no por el desfile, pero sí por las personas se había elegido.
Recorro la sala con la mirada pero me quedo mirando a Astrid casi de inmediato, parpadeo notablemente sorprendida al verla allí. No la había visto desde... desde que nos vimos en la playa. Retiro la mirada hacia otro lado pero, al final, decido acercarme a ella justo cuando veo que se sienta en un sofá junto a otro chico. Me acerco hasta ellos y, al ver la mirada que una de las peluqueras le dedica al chico, hago como me lamo la mano y le aplasto el pelo como peinándolo y luego le hago un gesto con el pulgar arriba a la peluquera que resopla molesta y se va a seguir con sus cosas. Vuelvo mi interés a él pero, antes, me giro hacia Astrid y me inclino un poco pasando con cuidado la mano por su tripa pero sin ser capaz de mirarla a ella a los ojos. Al final acabo mirándola y esbozando una pequeña sonrisa para infundirle fuerza en esta situación. Me parece horrendo que ella esté aquí en sus estado. Bueno, me parece horrendo que nos obliguen a esto. Pero mi madre se ha tirado dos semanas relajándome, diciéndome que no pierda los nervios, que solo salga ahí, me pasee, esboce una sonrisa y que todo terminará rápido, que no tengo que poner los ojos de la gente encima de mí; solo saldré como las demás y luego desapareceré, de nuevo.
Vuelvo mis ojos sobre el chico y cojo sus manos para tirar de él y levantarlo. -De mete patas profesional a un amateur... no la cagues- digo con una sonrisa tímida en mis labios. No por estar hablando con alguien que no conozco, debido a que no me puede juzgar porque él también ha visto y hecho cosas malas dentro de ese sitio, sino porque estoy semidesnuda. -¿Quieres...?- digo soltando una de sus manos, aunque con la otra sigo cogiendo su mano, y señalando hacia atrás para si le apetecía dar un paseo o hablar con alguien en este sitio. Quizá no quiera hablar con nadie, cosa que comprendería, pero se en gran medida por lo que está pasando y, la verdad, no quiero que sea tan tonto como yo.
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Todavía no sé cómo lo ha hecho Tiff para convencerme de que haga esto, de verdad que no lo sé. Me gusta pensar que ha sido sólo por el dinero, pero la verdad es que al final no nos estamos llevando tan mal como pensé que nos llevaríamos en un principio. Después de venir a mi casa para convencerme de que formara parte de su desfile, vino muchísimas veces más. Una de ellas para asegurarse de que sabía andar bien con tacones, o mejor dicho, con los andamios que me puso en los pies. La respuesta, obviamente era no, y esas fueron la segunda, tercera y cuarta de las razones por las que volvió. El caso es que después de torturarme con esos zapatos lo volvió a hacer a base de lecciones de modelaje y pasarela. Porque claro está, tampoco tenía ni idea de andar con 'glamour' como ella lo llama. Así estuvo meses visitándome y asegurándose de que fuera una modela estupenda para que así su desfile también lo fuera. Acabamos por hacernos amigas, o mejor dicho, buenas compañeras. No sé si puedo confiar tanto en ella como para llamarla amiga, pero al caso es que al menos nos llevamos bien. En fin, como para no, después de pasar tanto tiempo juntas.
El caso es que ahora estoy aquí, a un rato de que empiece el espectáculo, y casi puedo sentir los nervios de Tiffany diciendo que quiere que todo salga perfecto, que quiten eso de allí y lo pongan allá, repasando todos los trajes, los peinados y los asistentes. Y hablando de asistentes, sólo rezo todo lo que sé para que no haya mucha gente, y no sólo eso, sino que además la poca gente que haya no me conozca. En resumen, no quiero que me vean ni Alice ni Riorden, la vergüenza que pasaría si alguno de los dos me viera así sería indescriptible... Sobretodo Riorden. De todas formas cuando me ponen el traje intento no quejarme mucho, ni cuando me peinan y me arrancan media melena, ni cuando me maquillan como una puerta... Intento hacerle un favor a Tiff, como el que hizo ella ayudándome con todo esto. Sé la ilusión que le hace que todo esto salga bien, y aunque solo sea por ser buena persona, voy a intentar no estropearlo, aunque no prometo nada en el momento en el que me vuelven a subir a tres metros sobre el suelo, lo que ellos prefieren llamar tacones.
Suspiro aliviada cuando consigo dar dos pasos sin que se me caiga y voy hacia donde están todos los demás. No tardo mucho en reconocer a los dos vencedores de estos juegos, no sólo porque son los 'nuevos' sino porque realmente destacan entre todas nosotras con esas vestimentas. Cuando voy a cruzar la puerta para entrar en la habitación donde están todos me quedo atascada con las pedazo de alas que me han puesto a la espalda, y no me caigo de morros al suelo de milagro. - Mierda... Empezamos bien Jess - Debo de parecer muy cuerda hablando conmigo misma, pero llega un punto en el que todo el mundo sabe, o al menos piensa que estás loca, así que lo mejor es hacérselo, por lo que no me suelo cohibir nunca en público de hablar de mí misma en tercera persona.
El caso es que ahora estoy aquí, a un rato de que empiece el espectáculo, y casi puedo sentir los nervios de Tiffany diciendo que quiere que todo salga perfecto, que quiten eso de allí y lo pongan allá, repasando todos los trajes, los peinados y los asistentes. Y hablando de asistentes, sólo rezo todo lo que sé para que no haya mucha gente, y no sólo eso, sino que además la poca gente que haya no me conozca. En resumen, no quiero que me vean ni Alice ni Riorden, la vergüenza que pasaría si alguno de los dos me viera así sería indescriptible... Sobretodo Riorden. De todas formas cuando me ponen el traje intento no quejarme mucho, ni cuando me peinan y me arrancan media melena, ni cuando me maquillan como una puerta... Intento hacerle un favor a Tiff, como el que hizo ella ayudándome con todo esto. Sé la ilusión que le hace que todo esto salga bien, y aunque solo sea por ser buena persona, voy a intentar no estropearlo, aunque no prometo nada en el momento en el que me vuelven a subir a tres metros sobre el suelo, lo que ellos prefieren llamar tacones.
Suspiro aliviada cuando consigo dar dos pasos sin que se me caiga y voy hacia donde están todos los demás. No tardo mucho en reconocer a los dos vencedores de estos juegos, no sólo porque son los 'nuevos' sino porque realmente destacan entre todas nosotras con esas vestimentas. Cuando voy a cruzar la puerta para entrar en la habitación donde están todos me quedo atascada con las pedazo de alas que me han puesto a la espalda, y no me caigo de morros al suelo de milagro. - Mierda... Empezamos bien Jess - Debo de parecer muy cuerda hablando conmigo misma, pero llega un punto en el que todo el mundo sabe, o al menos piensa que estás loca, así que lo mejor es hacérselo, por lo que no me suelo cohibir nunca en público de hablar de mí misma en tercera persona.
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- ¿Para esto sobreviví a la arena? - fue lo primero que se me ocurrió decir al ver lo que me tendría que poner. Genial, despues de sobrevivir al trauma que supone estar encerrado en una arena con una psicópata todopoderosa viendo como tus compañeros mueren uno tras otro ahora tendría que sobrevivir al trauma de salir delante de todo Neopanem vestido de mariposón
Pero, a regañadientes, acabé vistiendome ya que no quería tentar a la suerte. Hasta los magos estaban obligados a participar en este show y yo, aunque fuera un vencedor y por tanto libre, seguía siendo muggle así que era mejor no poner a prueba mis nuevos derechos civiles no fuera que las autoridades cambiaran de idea con respecto a mi.
Entré en el backstage, donde estaban todos los demás, incluso algunas exvencedoras, bueno, las de los dos últimos juegos. Lo bueno de este asunto es que todos teníamos un aspecto igual de cantoso, por lo que haríamos el ridículo juntos. Aunque pensándolo bien esto era el Capitolio, donde lo extravagante era lo comun y lo mundano era lo extraño, al menos el ridiculo no lo sentiría hasta volver al distrito tres ya que seguro que el público de cabezas vacías que era la población de la capital sertarían maravillados con toda esta mierda.
- ¡Epa, cuidado! - digo a una de las antiguas vencedoras cuando casi se cae de morros al entrar en la sala. Hago amago de ayudarla a evitar que se estampe contra el suelo pero mantiene el equilibrio ella sola. Le sonreí ligeramente cuando la escuché hablar consigo misma, aunque en seguida esa sonrisa se convirtió en una mueca de disgusto por todo esto. - Estoy deseando que acabe para volver a mi vida... - ¿a que vida? Ahora vivía solo en una casa con el dinero que me cedía el estado por haber sobrevivido a eso. Pero no tenía a mi familia, ni a mis amigos, ni nada...
Pero, a regañadientes, acabé vistiendome ya que no quería tentar a la suerte. Hasta los magos estaban obligados a participar en este show y yo, aunque fuera un vencedor y por tanto libre, seguía siendo muggle así que era mejor no poner a prueba mis nuevos derechos civiles no fuera que las autoridades cambiaran de idea con respecto a mi.
Entré en el backstage, donde estaban todos los demás, incluso algunas exvencedoras, bueno, las de los dos últimos juegos. Lo bueno de este asunto es que todos teníamos un aspecto igual de cantoso, por lo que haríamos el ridículo juntos. Aunque pensándolo bien esto era el Capitolio, donde lo extravagante era lo comun y lo mundano era lo extraño, al menos el ridiculo no lo sentiría hasta volver al distrito tres ya que seguro que el público de cabezas vacías que era la población de la capital sertarían maravillados con toda esta mierda.
- ¡Epa, cuidado! - digo a una de las antiguas vencedoras cuando casi se cae de morros al entrar en la sala. Hago amago de ayudarla a evitar que se estampe contra el suelo pero mantiene el equilibrio ella sola. Le sonreí ligeramente cuando la escuché hablar consigo misma, aunque en seguida esa sonrisa se convirtió en una mueca de disgusto por todo esto. - Estoy deseando que acabe para volver a mi vida... - ¿a que vida? Ahora vivía solo en una casa con el dinero que me cedía el estado por haber sobrevivido a eso. Pero no tenía a mi familia, ni a mis amigos, ni nada...
Solo había una excusa por la cual me encontraba en esta fiesta. En una fiesta que rememoraban algo que yo quería olvidar, pero no podía porque el nuevo gobierno, el que lo iba a abolir lo había puesto de nuevo. Nuevas normas. Mismo perro con distinto collar. Y ya sus primeros juegos habían caído con más muertes. Me miro a uno de los espejos del lugar y veo mi reflejo tan apagado como siempre, tan torturado desde hace meses y la razón por la que voy es la que en breves podía salir de esa pasarela. Jessica Voznesenskaya. La chica que mató a mi hermano.
Me paseé por la sala, esquivando tanto a magos como a humanos. Jamás los llamaré esclavos porque no lo son. Para mi no lo eran y por eso mismo no teníamos ninguno en casa, en cambio esa noche solo parecían trabajadores, camareros y cogí una de las copas sin beber, tan solo para tener algo entre las manos para colocarme en primera fila. Quería que me viera bien porque, a pesar de que íbamos al mismo colegio, todavía no habíamos coincidido.
Me paseé por la sala, esquivando tanto a magos como a humanos. Jamás los llamaré esclavos porque no lo son. Para mi no lo eran y por eso mismo no teníamos ninguno en casa, en cambio esa noche solo parecían trabajadores, camareros y cogí una de las copas sin beber, tan solo para tener algo entre las manos para colocarme en primera fila. Quería que me viera bien porque, a pesar de que íbamos al mismo colegio, todavía no habíamos coincidido.
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Cuando me miro en el espejo, observo mi figura durante unos instantes. A pesar de que perdí muchísimo peso estando en el mercado, el vestido que llevo puesto esconde más o menos mi delgado cuerpo. Sin embargo eso no me importa porque es la primera vez en mucho tiempo que no me siento miserable. Ir así vestida me recuerda a la época donde lo tenía todo y me ponía esta clase de ropa prácticamente todos los fines de semana. Cuando no tenía que llevar un mugriento uniforme de criada o algo por el estilo, y podía decir y hacer lo que me hiciese la gana sin que nadie me dijera nada. Por eso me sorprende que después de toda la mierda que se nos ha echado a los humanos, tengamos permitido ir así a las fiestas de gala, ¿no se supone que somos escoria y no merecemos nada de esto? ¡Por no hablar del dineral que habrá costado! No es que Kelly sea una persona generosa, que digamos, quizás solo me haya comprado esto para torturarme y hacerme creer que he vuelto a mi antigua vida, aunque solo sea por una noche. De hecho creo que la única razón por la que voy a la fiesta es para traerle todo lo que me pida, hacer de perrito faldero y estar callada mientras todos hablan. Qué tonta fui cuando creí que en un principio me llevaría para disfrutar, si me odia.
Después de tanto tiempo sin ponerme tacones, cuando me pongo ambos parezco un pato mareado, y tengo que practicar un poco alrededor de la habitación para no caerme de culo. Me pregunto si habrá condena por caerse delante de un grupo de magos. Puf, seguro que lo consideran una aberración. Espero a la doña Kelly - sí, ahora me ha dado por llamarla doña Kelly en pensamientos - pasando los dedos por la M de mi muñeca. Como es costumbre, tarda media hora más en bajar, mientras mis pies ya empiezan a sufrir el estar a más altura de la que normalmente están, y pensar que yo antes aguantaba horas y horas así... Asiento a todo lo que me dice y explica seguido de un sí, señorita Fox, aún no me he acostumbrado a decirle ama porque yo no soy su esclava, por mucho dinero que haya pagado por mí. Tengo muy claros mis derechos, aunque con la situación actual no tenga ninguno, y ser persona es uno de ellos.
Cuando llegamos, no me sorprendo al ver la cola que hay, y menos cuando Kelly pasa por delante de todo el mundo, colándose así. Yo me dedico a seguirla por detrás con la cabeza bien alta aunque tras un rato de malas miradas vuelvo a bajar y a dirigir mi mirada a los pies. ¿Ahora ya no puedo ni disfrutar de mirar hacia delante? Así me estamparé con lo primero que se me cruce. Sigo a Kelly hasta que le da por sentarse en unos asientos reservados supongo que para gente importante, y como es de esperar, no hay ningún asiento asignado para los esclavos. - Genial... - murmuro para mí misma colocándome detrás de ella, de pie. ¡¿Se supone que tengo que aguantar toda la noche en tacones y de pie?!
Después de tanto tiempo sin ponerme tacones, cuando me pongo ambos parezco un pato mareado, y tengo que practicar un poco alrededor de la habitación para no caerme de culo. Me pregunto si habrá condena por caerse delante de un grupo de magos. Puf, seguro que lo consideran una aberración. Espero a la doña Kelly - sí, ahora me ha dado por llamarla doña Kelly en pensamientos - pasando los dedos por la M de mi muñeca. Como es costumbre, tarda media hora más en bajar, mientras mis pies ya empiezan a sufrir el estar a más altura de la que normalmente están, y pensar que yo antes aguantaba horas y horas así... Asiento a todo lo que me dice y explica seguido de un sí, señorita Fox, aún no me he acostumbrado a decirle ama porque yo no soy su esclava, por mucho dinero que haya pagado por mí. Tengo muy claros mis derechos, aunque con la situación actual no tenga ninguno, y ser persona es uno de ellos.
Cuando llegamos, no me sorprendo al ver la cola que hay, y menos cuando Kelly pasa por delante de todo el mundo, colándose así. Yo me dedico a seguirla por detrás con la cabeza bien alta aunque tras un rato de malas miradas vuelvo a bajar y a dirigir mi mirada a los pies. ¿Ahora ya no puedo ni disfrutar de mirar hacia delante? Así me estamparé con lo primero que se me cruce. Sigo a Kelly hasta que le da por sentarse en unos asientos reservados supongo que para gente importante, y como es de esperar, no hay ningún asiento asignado para los esclavos. - Genial... - murmuro para mí misma colocándome detrás de ella, de pie. ¡¿Se supone que tengo que aguantar toda la noche en tacones y de pie?!
Parece que el día en el cual me quiero tomar un maldito descanso.. tengo que trabajar. Además es un trabajo bastante duro, un trabajo que implica demasiado esfuerzo y mucho más viniendo de un "alto mando" como lo soy yo, aurora jefa del grupo A, para supervisar a todos los aurores que están a mi cargo y mirar que todo va bien en cuanto a la seguridad dentro de lo que va a ser la ceremonia de coronación de los primeros juegos hechos por el nuevo gobierno. Está claro que nadie se esperaba lo que pasó dentro de la arena, todas esas muertes.. todos eso cuerpos.. los lobos.. la sangre.. los cuerpos quemados al final de la arena.. todavía de recordarlo viéndolo en la televisión.. se me ponen los pelos en punta. No fue nada agradable que ver en la televisión, para nada, sobretodo sabiendo que esas cosas las ven los niños y bueno, yo no es que me fie demasiado en eso de los juegos.. ¿para que volver a hacer lo mismo que en su tiempo hicieron los Black? ¿para que? Me parece una pérdida de tiempo y la verdad es que muchas personas piensan que Jamie Niniadis ahora es un monstruo. Yo no creo eso, no pienso que sea un monstruo, creo que las cosas se le han ido un poco.. bastante de las manos. Puede que el poder se le haya subido un poco a la cabeza, puede que no quiera parecerse a los Black, al gobierno que tenían estos.. pero parece todo lo contrario. Está siguiendo los mismos pasos que estaban haciendo ellos.
Tengo puesto a la perfección mi uniforme de auror. La verdad es que me gustaría haberme tomado un poco de tiempo libre para disfrutar de lo que es la ceremonia de coronación, el desfile que va a haber y todas esas cosas, ya que aunque puede que parezca bastante bruta por ser aurora y todas esas cosas.. me encanta todo eso de maquillarme para una ocasión especial, ponerme taconcitos y vestirme bastante guapa.. pero bueno, parece que esta noche voy a tener que conformarme con esto de ir de aurora, no disfrutar del desfile ni de la noche, ya que voy a tener que estar atenta a todo lo que pasa a mi al rededor. Menos mal que va a haber muchas más personas, muchos más aurores concretamente, que van a hacer que mi trabajo sea mucho más ligero. Pero está claro que no me va a convencer demasiado, ya que si pasa algo dentro del recinto, dentro del desfile, dentro de la ceremonia, mucha de la culpa caerá sobre mi y eso no es algo que quiera permitirme. Soy Jefa Aurora y tengo que respetar mi puesto de trabajo, es importante y por ello conlleva implicarme en el.
Parece que ya hay muchas personas en la sala, poco a poco se va llenando y yo simplemente me cojo un sitio cerca de la pasarela, mirando al público con las manos cruzadas para verlos a todo perfectamente. Pero bueno, no me quedo quita ahí, poco a poco me voy moviendo de un lado hacia otro, viendo que toda la seguridad está perfecta. —Ocuparos de que todas las entradas estén cerradas cuando todo el mundo esté dentro y el desfile haya comenzado. —Les digo a un grupo de aurores, los cuales están a mi cargo en este momento y bueno, soy su jefa, tengo que darles órdenes que hacer. Me muevo hacia otro lado, esta vez no tan cerca de la pasarela, si no un tanto más lejos ya que desde esta posición veo las cosas mucho más claras. Me cruzo de brazos, mantengo mi varita cerca por si las moscas y espero a que todo esto empiece. Espero que no tarde demasiado en acabar, no quiero estar toda la noche de pie ya que voy a acabar con los pies destrozados.. y eso que no llevo nada de tacones ni nada por el estilo.
Tengo puesto a la perfección mi uniforme de auror. La verdad es que me gustaría haberme tomado un poco de tiempo libre para disfrutar de lo que es la ceremonia de coronación, el desfile que va a haber y todas esas cosas, ya que aunque puede que parezca bastante bruta por ser aurora y todas esas cosas.. me encanta todo eso de maquillarme para una ocasión especial, ponerme taconcitos y vestirme bastante guapa.. pero bueno, parece que esta noche voy a tener que conformarme con esto de ir de aurora, no disfrutar del desfile ni de la noche, ya que voy a tener que estar atenta a todo lo que pasa a mi al rededor. Menos mal que va a haber muchas más personas, muchos más aurores concretamente, que van a hacer que mi trabajo sea mucho más ligero. Pero está claro que no me va a convencer demasiado, ya que si pasa algo dentro del recinto, dentro del desfile, dentro de la ceremonia, mucha de la culpa caerá sobre mi y eso no es algo que quiera permitirme. Soy Jefa Aurora y tengo que respetar mi puesto de trabajo, es importante y por ello conlleva implicarme en el.
Parece que ya hay muchas personas en la sala, poco a poco se va llenando y yo simplemente me cojo un sitio cerca de la pasarela, mirando al público con las manos cruzadas para verlos a todo perfectamente. Pero bueno, no me quedo quita ahí, poco a poco me voy moviendo de un lado hacia otro, viendo que toda la seguridad está perfecta. —Ocuparos de que todas las entradas estén cerradas cuando todo el mundo esté dentro y el desfile haya comenzado. —Les digo a un grupo de aurores, los cuales están a mi cargo en este momento y bueno, soy su jefa, tengo que darles órdenes que hacer. Me muevo hacia otro lado, esta vez no tan cerca de la pasarela, si no un tanto más lejos ya que desde esta posición veo las cosas mucho más claras. Me cruzo de brazos, mantengo mi varita cerca por si las moscas y espero a que todo esto empiece. Espero que no tarde demasiado en acabar, no quiero estar toda la noche de pie ya que voy a acabar con los pies destrozados.. y eso que no llevo nada de tacones ni nada por el estilo.
Adoraba los Juegos, para que iba a negar lo evidente y por supuesto estos no me los perdí. Fueron interesantes, hasta hice mis apuestas para ver cual de los tributos era el ganador y aunque el tributo por el cual aposté no ganó se puede decir que me lo pasé estupendamente viendo el sufrimiento de aquellos muchachos. Ahora tocaba otra de las cosas que me gustaba después de los Juegos y era la Ceremonia de Coronación, que en este caso estaba acompañado de un desfile. Eso era algo que me encantaba, la moda, el lujo, las fiestas de ese calibre, los Juegos… ¿Se podía pedir más? Por supuesto que sí, siempre se puede pedir más pero por hoy ya tenía suficiente. Todo lo que me gustaba me rodeaba y aunque fuera por unas horas provocaba que sonriera, que se notara mi buen humor.
Días antes de la Ceremonia, los mercados de esclavos estábamos bastante ocupados con la parte de enseñar a los esclavos y lo que debían hacer una vez estuvieran en el desfile. Organizamos cuales eran los más adecuados para cada trabajo y cuales se quedarían en el mercado porque aun no era factible que estuvieran en esos círculos. Con mi hermano estuvimos hablando sobre el tema, en como podíamos hacerlo mejor para que no quedara en mal nombre los mercados ya que eso podría hacer que las ventas bajaran y a la larga nos perjudicaría. Al acercarse los días deseábamos que todo estuviera perfecto y por el bien de esos muggles tenía que estarlo. El día anterior estuve preparando los últimos detalles para que los esclavos llegaran a la Ceremonia y así poder asignarles los trabajos que les indicaran. Después del trabajo no fui a mi casa sino que me trasladé a la de mi hermano con toda la ropa que iba a ponerme para el evento, quería poder salir con él directamente a la Ceremonia. Capricho mío, pero que tampoco se negó mi hermano en cumplirlo así que me aproveché de lleno.
Ya estábamos en la puerta de entrada cuando mis ojos no pudieron evitar clavarse en cada uno de los esclavos por si hacían algo mal, mi afán de la perfección era inevitable y no deseaba que los organizadores de la Ceremonia quedaran decepcionados con los esclavos de los mercados. Me agarré al brazo de Ícaro mientras que con mi otra mano subía ligeramente el bajo de mi vestido para no pisármelo al subir un escalón. Quedé completamente maravillada por la decoración y por como se veía todo, me fascinaban las Ceremonias y los eventos como aquel – Está todo precioso ¿No te parece? – volteé ligeramente mi cabeza para observar a Ícaro para ver que cara ponía, curvé un poco una de las comisuras de mis labios dibujando una pequeña sonrisa - ¿Tú llevabas las invitaciones?
Días antes de la Ceremonia, los mercados de esclavos estábamos bastante ocupados con la parte de enseñar a los esclavos y lo que debían hacer una vez estuvieran en el desfile. Organizamos cuales eran los más adecuados para cada trabajo y cuales se quedarían en el mercado porque aun no era factible que estuvieran en esos círculos. Con mi hermano estuvimos hablando sobre el tema, en como podíamos hacerlo mejor para que no quedara en mal nombre los mercados ya que eso podría hacer que las ventas bajaran y a la larga nos perjudicaría. Al acercarse los días deseábamos que todo estuviera perfecto y por el bien de esos muggles tenía que estarlo. El día anterior estuve preparando los últimos detalles para que los esclavos llegaran a la Ceremonia y así poder asignarles los trabajos que les indicaran. Después del trabajo no fui a mi casa sino que me trasladé a la de mi hermano con toda la ropa que iba a ponerme para el evento, quería poder salir con él directamente a la Ceremonia. Capricho mío, pero que tampoco se negó mi hermano en cumplirlo así que me aproveché de lleno.
Ya estábamos en la puerta de entrada cuando mis ojos no pudieron evitar clavarse en cada uno de los esclavos por si hacían algo mal, mi afán de la perfección era inevitable y no deseaba que los organizadores de la Ceremonia quedaran decepcionados con los esclavos de los mercados. Me agarré al brazo de Ícaro mientras que con mi otra mano subía ligeramente el bajo de mi vestido para no pisármelo al subir un escalón. Quedé completamente maravillada por la decoración y por como se veía todo, me fascinaban las Ceremonias y los eventos como aquel – Está todo precioso ¿No te parece? – volteé ligeramente mi cabeza para observar a Ícaro para ver que cara ponía, curvé un poco una de las comisuras de mis labios dibujando una pequeña sonrisa - ¿Tú llevabas las invitaciones?
Voy alternando mi vista por toda la habitación, viendo cómo los de maquillaje y vestuario preparan al resto de Vencedores para la ocasión. Prácticamente ni me doy cuenta de que alguien se sienta a mi lado y me aplasta el pelo. Al instante me giro hacia atrás para ver la mirada de desaprobación de mi peluquera y el gesto de la chica, y no puedo evitar soltar una carcajada. Ni siquiera caigo en la cuenta de que es la primera vez que me río en tres meses, especialmente de esa manera. Es segundos después cuando me doy cuenta de todo, de dónde estoy y de que Arianne, la chica que se ha sentado a mi lado, me recuerda a Bambi. Es un recuerdo físico simplemente, porque ambas son... o eran, rubias y de ojos azules. En personalidad Bambi era todo lo contrario, y nunca se habría atrevido a hacerme esto en el pelo porque en eso era más como mi peluquera. Desde luego que se lo habría pasado genial estando hoy aquí, desfilando frente a todo NeoPanem porque antes se dedicaba a la moda. Antes de que nuestras vidas cambiaran drásticamente.
— Soy Jasper Davies — me presento finalmente, aunque probablemente ya sepa quién soy. Sería demasiado extraño que a estas alturas haya alguien en NeoPanem que no nos conozca ni a Vincent ni a mí; no después de todo el follón que ha habido con estos Juegos. — Bueno, eso de no cagarla será difícil — respondo al momento, y no puedo evitar reprimir una pequeña mueca. Claro que la cagaré, sobre todo cuando salga ahí fuera y me coma el suelo por culpa de los nervios. Al menos yo no llevo tacones como ella. Me dejo levantar del sofá, y desvío la mirada hacia sus manos, un tanto incómodo por la situación porque hasta hoy apenas he tenido contacto físico con nadie, ni siquiera con mi hermano. Al final reacciono a su pregunta, aunque me lleva unos segundos: — Sí, claro. Necesito alejarme de todo esto. — Voy hacia donde dice, intentando descubrir qué tema de conversación sacar o qué decir porque odio este tipo de silencios incómodos.
— Vives en el Distrito 4, ¿verdad? — acabo por preguntar, aunque estoy casi seguro al cien por cien de que sí. Al menos yo habría vuelto a mi Distrito después de lo que pasó en la Isla... o quizá no, teniendo en cuenta que ahora he escapado de él porque no aguantaba más estar en ese lugar. Me ha llevado más semanas de lo esperado, pero simplemente porque teníamos que esperar a que mi padre volviera a casa unos días para decirle que nos marchábamos de ahí. Ni siquiera me costó convencer a Dax de que teníamos que irnos, mudarnos; no me hizo falta decirle por qué, era demasiado obvio. — Yo vivo ahí también, me mudé hace poco.— Escogí el 4 simplemente por el mar. No soy capaz de vivir en un Distrito sin algún tipo de naturaleza, sea cual sea. Además, el 4 sigue siendo un Distrito bastante acomodado, y ahora tengo dinero. Tenía claro que al Capitolio no me iba a ir porque no lo soportaría después de lo que nos han hecho, así que la única opción viable era la de irnos al Distrito marítimo. Nunca había estado ahí, al menos que yo recuerde, así que también es otra manera de conocer otro Distrito.
— Imagino que a ti también te han obligado a venir a esta cosa — comento mientras giro la cabeza para ver su reacción y mirada. No sé si le gustará todo esto, pero a mí no, y eso está más que claro con mi comentario. No me gusta estar aquí, pero al menos el lado positivo es que vendrá gente con sus esclavos, y quizá mi madre esté entre ellos. Puede que por fin valga la pena todo el sacrificio que hice al querer presentarme como tributo. Ya va siendo hora de que sea así. Tengo que ser todo lo optimista que pueda para sobrevivir al día que me espera. He sacrificado una de las pocas cosas que más me importaba: el poder ser leñador y seguir la tradición familiar. Y todo por culpa del maldito fuego.
— Soy Jasper Davies — me presento finalmente, aunque probablemente ya sepa quién soy. Sería demasiado extraño que a estas alturas haya alguien en NeoPanem que no nos conozca ni a Vincent ni a mí; no después de todo el follón que ha habido con estos Juegos. — Bueno, eso de no cagarla será difícil — respondo al momento, y no puedo evitar reprimir una pequeña mueca. Claro que la cagaré, sobre todo cuando salga ahí fuera y me coma el suelo por culpa de los nervios. Al menos yo no llevo tacones como ella. Me dejo levantar del sofá, y desvío la mirada hacia sus manos, un tanto incómodo por la situación porque hasta hoy apenas he tenido contacto físico con nadie, ni siquiera con mi hermano. Al final reacciono a su pregunta, aunque me lleva unos segundos: — Sí, claro. Necesito alejarme de todo esto. — Voy hacia donde dice, intentando descubrir qué tema de conversación sacar o qué decir porque odio este tipo de silencios incómodos.
— Vives en el Distrito 4, ¿verdad? — acabo por preguntar, aunque estoy casi seguro al cien por cien de que sí. Al menos yo habría vuelto a mi Distrito después de lo que pasó en la Isla... o quizá no, teniendo en cuenta que ahora he escapado de él porque no aguantaba más estar en ese lugar. Me ha llevado más semanas de lo esperado, pero simplemente porque teníamos que esperar a que mi padre volviera a casa unos días para decirle que nos marchábamos de ahí. Ni siquiera me costó convencer a Dax de que teníamos que irnos, mudarnos; no me hizo falta decirle por qué, era demasiado obvio. — Yo vivo ahí también, me mudé hace poco.— Escogí el 4 simplemente por el mar. No soy capaz de vivir en un Distrito sin algún tipo de naturaleza, sea cual sea. Además, el 4 sigue siendo un Distrito bastante acomodado, y ahora tengo dinero. Tenía claro que al Capitolio no me iba a ir porque no lo soportaría después de lo que nos han hecho, así que la única opción viable era la de irnos al Distrito marítimo. Nunca había estado ahí, al menos que yo recuerde, así que también es otra manera de conocer otro Distrito.
— Imagino que a ti también te han obligado a venir a esta cosa — comento mientras giro la cabeza para ver su reacción y mirada. No sé si le gustará todo esto, pero a mí no, y eso está más que claro con mi comentario. No me gusta estar aquí, pero al menos el lado positivo es que vendrá gente con sus esclavos, y quizá mi madre esté entre ellos. Puede que por fin valga la pena todo el sacrificio que hice al querer presentarme como tributo. Ya va siendo hora de que sea así. Tengo que ser todo lo optimista que pueda para sobrevivir al día que me espera. He sacrificado una de las pocas cosas que más me importaba: el poder ser leñador y seguir la tradición familiar. Y todo por culpa del maldito fuego.
Con Arianne
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Su expresión de sorpresa por como me conformo hace que sonría levemente y me agacho para atarme bien los zapatos de tacón o me acabaré partiendo el cuello cuando solo haya dado dos pasos en esa pasarela. Las posibilidades de caerme son bastante grandes, pues ya no digo nada si no ensayo un poco con ellos por el backstage, estiro las piernas un poquito, ya que estas inclinada hacia él hace que me vea en una postura bastante... incómoda, y tiro de sus brazos para que se levante y quede, más o menos, a mi altura. Me dice su nombre, cosa que ya sé, justo cuando llega la estilista que tenía antes conmigo en la habitación y suelta una exclamación al verme. Sale corriendo en mi dirección y yo me quedo completamente quieta, sorprendida por la reacción que acaba de tener esa mujer al verme, pero luego lo entiendo todo. Viene hacia mí con esas deprimentes alas que antes me he negado a ponerme. Se coloco a mi espalda y empieza a decirme cosas sin sentido, yo no suelto las manos de Jasper ni un segundo pero ruedo los ojos a cada frase que pronuncia esa mujer tan insufrible. Empieza a arreglarme la parte de arriba de la ropa y casi se me ve todo. -Dios, ya vale, ¿no?- digo molesta separándome de ella y arrastrando a Jasper conmigo pero es tan difícil maniobrar con esas alas que le acabo dando un golpe sin querer. Lo miro con gesto de disculpa y fulmino con la mirada a la estilista antes de alejarme de ella, tirando de las manos de Jasper para que me siga, y alejándome de todas las miradas que se están posando sobre nosotros ahora mismo.
Suelto sus manos cuando llegamos a una zona un poco alejada de los demás, donde se escuchan las voces a duras penas y hay más bien poca luz, aunque si que se pueden ver los focos encima de nosotros; focos que se dirigen hacia el exterior, hacia donde debe de estar la pasarela y donde deben de estar llegando ya lo más cool de NeoPanem para vernos. Para ridiculizarnos más, si es que ya no lo han hecho lo suficiente. Me muerdo el labio inferior girando el rostro hacia él. -Se quien eres - comento sonriendo un poco e intentando apoyarme un poco en la pared, aunque cuando no lo consigo me quedo parada frente a él. -Lo más importante es que no hables más de la cuenta y que te mantengas sobre...- inclino un poco la cabeza viendo los zapatos que lleva y suspiro. -Esto es injusto, los Vencedores deberíais de llevar tacones también- intento bromear un poco para quitarle hierro al asunto. Acabo girando el rostro en la dirección por donde hemos venido y escucho lo que dice con curiosidad. Con poca curiosidad cuando dice donde vivo pero con muchísima más cuando comenta que se ha mudado a mi distrito. Porque es mi distrito, claramente, yo he nacido, me he criado y voy a morir allí, ya que no acabé muriendo en otro sitio mucho más hostil. Siento que un escalofrío me recorre al recordarlo y regreso mis ojos hasta él. -El distrito cuatro es un buen sitio- digo intentando ser agradable porque, a fin de cuentas, yo he sido la que me he acercado a él inicialmente. -Un buen sitio para alejarte del mundo e ir al mar cuando sientes que todo te supera, que nada puede conseguir que te quites... esos recuerdos de la cabeza.- susurro al final. La verdad es que yo no había estado en aquella época en mi distrito, y ahora me gustaría no estar, pero ir a pasear por la arena es algo que te hace perderte un poco.
-Siempre que quieras puedes venir a visitarme- otra cosa es que te abra la puerta. Dish, se me ha olvidado decir eso. Lo miro y muevo la cabeza hacia los lados. -Me han obligado a venir, sí- se nota la molestia en mi voz porque haber tenido que venir a este tipo de celebración de circo. -no salgo casi de casa- digo al final como quien no quiere la cosa -mucho menos hubiera venido por propia voluntad a este sitio- concluyo. No había estado en el Capitolio desde el día que me dijeron que podía volver a casa, al distrito cuatro, porque por mis venas corría sangre mágica. -No deberían de estar haciendo esto- mascullo bajando la mirada hasta mis zapatos -después de todo lo que ha pasado no deberían hacer una celebración- alzo la mirada hacia él porque estoy cien por cien segura de que debe de pensar igual que yo. Porque él perdió a alguien en la Arena, ¿no? Al menos daba esa impresión las veces que veía la televisión a escondidas de Jean.
Suelto sus manos cuando llegamos a una zona un poco alejada de los demás, donde se escuchan las voces a duras penas y hay más bien poca luz, aunque si que se pueden ver los focos encima de nosotros; focos que se dirigen hacia el exterior, hacia donde debe de estar la pasarela y donde deben de estar llegando ya lo más cool de NeoPanem para vernos. Para ridiculizarnos más, si es que ya no lo han hecho lo suficiente. Me muerdo el labio inferior girando el rostro hacia él. -Se quien eres - comento sonriendo un poco e intentando apoyarme un poco en la pared, aunque cuando no lo consigo me quedo parada frente a él. -Lo más importante es que no hables más de la cuenta y que te mantengas sobre...- inclino un poco la cabeza viendo los zapatos que lleva y suspiro. -Esto es injusto, los Vencedores deberíais de llevar tacones también- intento bromear un poco para quitarle hierro al asunto. Acabo girando el rostro en la dirección por donde hemos venido y escucho lo que dice con curiosidad. Con poca curiosidad cuando dice donde vivo pero con muchísima más cuando comenta que se ha mudado a mi distrito. Porque es mi distrito, claramente, yo he nacido, me he criado y voy a morir allí, ya que no acabé muriendo en otro sitio mucho más hostil. Siento que un escalofrío me recorre al recordarlo y regreso mis ojos hasta él. -El distrito cuatro es un buen sitio- digo intentando ser agradable porque, a fin de cuentas, yo he sido la que me he acercado a él inicialmente. -Un buen sitio para alejarte del mundo e ir al mar cuando sientes que todo te supera, que nada puede conseguir que te quites... esos recuerdos de la cabeza.- susurro al final. La verdad es que yo no había estado en aquella época en mi distrito, y ahora me gustaría no estar, pero ir a pasear por la arena es algo que te hace perderte un poco.
-Siempre que quieras puedes venir a visitarme- otra cosa es que te abra la puerta. Dish, se me ha olvidado decir eso. Lo miro y muevo la cabeza hacia los lados. -Me han obligado a venir, sí- se nota la molestia en mi voz porque haber tenido que venir a este tipo de celebración de circo. -no salgo casi de casa- digo al final como quien no quiere la cosa -mucho menos hubiera venido por propia voluntad a este sitio- concluyo. No había estado en el Capitolio desde el día que me dijeron que podía volver a casa, al distrito cuatro, porque por mis venas corría sangre mágica. -No deberían de estar haciendo esto- mascullo bajando la mirada hasta mis zapatos -después de todo lo que ha pasado no deberían hacer una celebración- alzo la mirada hacia él porque estoy cien por cien segura de que debe de pensar igual que yo. Porque él perdió a alguien en la Arena, ¿no? Al menos daba esa impresión las veces que veía la televisión a escondidas de Jean.
Con Jasper
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Diablos, ni siquiera sé porqué he aceptado a ir a una cosa así. Principalmente no me gusta que mucha gente se amontone en un sitio, no hay sitio ni para respirar. Odio las pasarelas de moda. Y el que solo hayan salido dos personas vivas de unos juegos que se suponían que eran inofensivos no me parece motivo de celebración. Aunque ver a Jessica intentando desfilar como una modelo no me lo perdería por nada del mundo, unas de las pocas razones por las que voy a ir a esa ceremonia. Otra de las razones, es porque desde que yo me fuera al dos, Jess viniera y que el apéndice casi me explota, Seth y yo apenas nos hemos visto. Comprendía su enfado, pero me costó aceptar que los primeros días ni me dejaba hablar con él. Después de un tiempo, acabó por reconocer que estar enfadado conmigo por algo que sabe que tengo razón no tenía sentido, así que de alguna manera conseguí que saliéramos. Aunque desde entonces todo parece haber vuelto a la normalidad, sigo sintiendo que le debo algo. Por eso cuando apareció en la puerta de casa preguntando si iba a ir a la ceremonia no se me ocurrió ninguna excusa y tuve que decir que sí.
Tras unos días de pensarlo, salir de casa un poco no puede venir tan mal. Durante las últimas semanas, para lo único que he salido de casa ha sido para sacar a Bruno de paseo, hacer compras rápidas y... básicamente en eso se ha basado mi vida. Y dormir. No he dormido tanto en ningún momento de mi vida. Aunque no tenga la necesidad de hacerlo, es tumbarme en algo blando y caer en un sueño profundo. Creo que incluso he llegado a dormirme cuando Seth está en casa, o cuando Allen me está hablando mientras intenta hacer la comida. Que por cierto, desde que recuperé el apetito sus comidas no saben tan mal, aunque siempre podría regalarle un libro de cocina mejor que el que tiene. Todo lo que pasó se lo tomó mejor - bueno, bien no se lo tomó pero podría haber sido peor - de lo que yo me esperaba. Lo que hice fue por una buena razón que acabó por aceptar, pero como padre responsable que se ha vuelto, tomó algunas medidas para que la situación no se volviera a repetir. Por ejemplo no puedo salir de casa sin tener el móvil abierto con un 110 por ciento de batería, sin avisar antes a donde voy, con quién voy y qué voy a hacer. Lo cual resulta un poco dictatorial. Pero como también le debo algo a él, lo dejo estar.
Así que acabo por meterme en un vestido bastante más sencillo de lo que me esperaba teniendo en cuenta las modas raras del capitolio, pero que al fin y al cabo me gusta. Sólo me he vestido de fiesta una vez en mi vida y fue en el cumpleaños de mi novio, así que cuando me miro en el espejo sigo sin verme exactamente a mí misma. Me gustan los vestidos, son bonitos y hacen una figura elegante, sin embargo no suelo ponérmelos a no ser que sea para una ocasión especial. Aunque últimamente me ha dado por vestirme más finolis, dado que hace un par de meses mi vestuario era simplemente unos vaqueros con una blusa o camiseta, botas y una chaqueta. Supongo que desde que empecé a salir con Seth eso cambió. No es como si me importara mucho lo que la gente piense de mí cuando me ve, pero supongo que todo eso cambia cuando quieres que la persona que te gusta tenga una buena imagen de ti. Ugh, como odio que Seth pueda hacerme cambiar de esa forma.
Me da pena que tenga que venir desde la casa de gobierno hasta aquí solo para pasar a buscarme. Está claro que no puedo ir yo sola por ahí por razones obvias, pero al menos la mitad del camino... Aunque eso ya importa poco cuando suena el timbre de casa. No recuerdo la última vez que vi a mi novio tan formal incluso cuando no era mi novio, por lo que no puedo evitar soltar un: - Estás guapo - cuando le veo aparecer por la puerta. No nos quedamos mucho porque de todas formas creo que llegamos tarde y además así no le da tiempo a mi padre a dejarme en ridículo con sus comentarios de padre que se cree enrollado. Tenemos suerte - o quizá no tanta - de que la mayoría de los invitados están todavía entrando así que no llegamos muy tarde pero tampoco pronto.
Arrugo la nariz al ver el decorado demasiado pomposo y exagerado para mi gusto, hasta podría vomitar purpurina con tantos brillos en la sala. - Dime que no nos quedaremos mucho tiempo viendo esto - murmuro cuando contemplo la gran pasarela que tenemos ante nuestros ojos. Creo que le he mencionado como unas ochenta veces en lo que lleva de noche que odio las pasarelas de moda. Es como si quisieran demostrar al mundo que nadie puede llegar a ser tan perfectas como sus modelos. Por suerte yo no tengo complejos.
Tras unos días de pensarlo, salir de casa un poco no puede venir tan mal. Durante las últimas semanas, para lo único que he salido de casa ha sido para sacar a Bruno de paseo, hacer compras rápidas y... básicamente en eso se ha basado mi vida. Y dormir. No he dormido tanto en ningún momento de mi vida. Aunque no tenga la necesidad de hacerlo, es tumbarme en algo blando y caer en un sueño profundo. Creo que incluso he llegado a dormirme cuando Seth está en casa, o cuando Allen me está hablando mientras intenta hacer la comida. Que por cierto, desde que recuperé el apetito sus comidas no saben tan mal, aunque siempre podría regalarle un libro de cocina mejor que el que tiene. Todo lo que pasó se lo tomó mejor - bueno, bien no se lo tomó pero podría haber sido peor - de lo que yo me esperaba. Lo que hice fue por una buena razón que acabó por aceptar, pero como padre responsable que se ha vuelto, tomó algunas medidas para que la situación no se volviera a repetir. Por ejemplo no puedo salir de casa sin tener el móvil abierto con un 110 por ciento de batería, sin avisar antes a donde voy, con quién voy y qué voy a hacer. Lo cual resulta un poco dictatorial. Pero como también le debo algo a él, lo dejo estar.
Así que acabo por meterme en un vestido bastante más sencillo de lo que me esperaba teniendo en cuenta las modas raras del capitolio, pero que al fin y al cabo me gusta. Sólo me he vestido de fiesta una vez en mi vida y fue en el cumpleaños de mi novio, así que cuando me miro en el espejo sigo sin verme exactamente a mí misma. Me gustan los vestidos, son bonitos y hacen una figura elegante, sin embargo no suelo ponérmelos a no ser que sea para una ocasión especial. Aunque últimamente me ha dado por vestirme más finolis, dado que hace un par de meses mi vestuario era simplemente unos vaqueros con una blusa o camiseta, botas y una chaqueta. Supongo que desde que empecé a salir con Seth eso cambió. No es como si me importara mucho lo que la gente piense de mí cuando me ve, pero supongo que todo eso cambia cuando quieres que la persona que te gusta tenga una buena imagen de ti. Ugh, como odio que Seth pueda hacerme cambiar de esa forma.
Me da pena que tenga que venir desde la casa de gobierno hasta aquí solo para pasar a buscarme. Está claro que no puedo ir yo sola por ahí por razones obvias, pero al menos la mitad del camino... Aunque eso ya importa poco cuando suena el timbre de casa. No recuerdo la última vez que vi a mi novio tan formal incluso cuando no era mi novio, por lo que no puedo evitar soltar un: - Estás guapo - cuando le veo aparecer por la puerta. No nos quedamos mucho porque de todas formas creo que llegamos tarde y además así no le da tiempo a mi padre a dejarme en ridículo con sus comentarios de padre que se cree enrollado. Tenemos suerte - o quizá no tanta - de que la mayoría de los invitados están todavía entrando así que no llegamos muy tarde pero tampoco pronto.
Arrugo la nariz al ver el decorado demasiado pomposo y exagerado para mi gusto, hasta podría vomitar purpurina con tantos brillos en la sala. - Dime que no nos quedaremos mucho tiempo viendo esto - murmuro cuando contemplo la gran pasarela que tenemos ante nuestros ojos. Creo que le he mencionado como unas ochenta veces en lo que lleva de noche que odio las pasarelas de moda. Es como si quisieran demostrar al mundo que nadie puede llegar a ser tan perfectas como sus modelos. Por suerte yo no tengo complejos.
Pasaban los minutos y las horas como espíritus silenciosos que no desean ser notados por un simple mortal. El trabajo se hacía muchas veces interminable, pero en otras ocaciones, en ocaciones como esta, le hacían desear que los días tuviesen más horas. Se había prácticamente desvanecido desde un lugar al otro y por eso no podía evitar sentir esa comezón incansable en la conciencia de que algo se le escapaba quedándose entre medio del tintero. Inseguro, y tal vez un poco perseguido, echó un último vistazo fugaz a su oficina antes de cerrar la puerta y ponerle cerrojo hasta el siguiente día.
Avanzó por los pasillos del Ministerio de la Magia, despidiéndose cordialmente con un movimiento de cabeza dedicado a todos aquellos que le dirigían la palabra. Aún no había tenido el tiempo necesario para decidir por quienes le agradaban y quienes no. Apenas llevaba un par de días en su nuevo cargo como Ministro y de cierto modo, tenía el presentimiento que no estaría en dicho cargo por mucho tiempo; no por desconfianza en sí mismo, sino en el entorno. Todo estaba demasiado pacífico para ser cierto, él mismo había nacido y se había criado en un ambiente de hostilidad y batallas, y pasar ya varias semanas sin luchar por su vida comenzaba a provocarle cierto recelo y desconfianza.
Pasó por su casa tan rápido como un sanador que sólo desea cobrar la cuenta, se bañó y cambió ropa mientras calentaba la comida de su padre quien le hacía sentir aún más inquieto. Había pensado más de alguna vez en comprar un muggle como esclavo para que le sirviera de compañía, pero después de todo habían sido los mismos muggles quienes le habían cortado a su padre la lengua y torturado hasta casi la locura. Dudaba que se sintiese cómodo entre ellos, él mismo no lo lograría.
No tardó tanto en llegar al lugar de la ceremonia, sin embargo, había salido tarde del trabajo y había pasado por casa, por tanto llegó cuando todo estaba a punto de comenzar. Miró alrededor, procurando encontrar la entrada V.I.P. que daba directamente a la primera fila en donde se sentaban los ministros y tomó su lugar no sin antes saludar a los presentes; la Ministra de Justicia (Kelly Fox) y un hombre que jamás había visto en su vida, pero que suponía debía ser importante o no estaría en la primera fila (Liam Cooper).
—Buenas noches —se dirigió a ambos —. Si no me equivoco, es el primer evento realizado con magia al que asisto en mi vida —reconoció aún sorprendido —, no puedo evitar tener la sensación de que estamos haciendo algo prohibido. No es fácil cambiar un estilo de vida de esta manera, pasar de ser la presa a ser el cazador. No sé si me explico.
Y ahí estaba, había soltado esa sensación extraña que le comía la cabeza a dos completos desconocidos, pues aún cuando conocía a Kelly de vista, jamás le había dirigido la palabra, y darse cuenta de ello hizo que se arrepintiera ligeramente. No sería bueno que una colega le tachara de loco en su primer encuentro lingüístico. Pero bueno, después de todo ¿quién estaba realmente ya en su sano juicio?
Avanzó por los pasillos del Ministerio de la Magia, despidiéndose cordialmente con un movimiento de cabeza dedicado a todos aquellos que le dirigían la palabra. Aún no había tenido el tiempo necesario para decidir por quienes le agradaban y quienes no. Apenas llevaba un par de días en su nuevo cargo como Ministro y de cierto modo, tenía el presentimiento que no estaría en dicho cargo por mucho tiempo; no por desconfianza en sí mismo, sino en el entorno. Todo estaba demasiado pacífico para ser cierto, él mismo había nacido y se había criado en un ambiente de hostilidad y batallas, y pasar ya varias semanas sin luchar por su vida comenzaba a provocarle cierto recelo y desconfianza.
Pasó por su casa tan rápido como un sanador que sólo desea cobrar la cuenta, se bañó y cambió ropa mientras calentaba la comida de su padre quien le hacía sentir aún más inquieto. Había pensado más de alguna vez en comprar un muggle como esclavo para que le sirviera de compañía, pero después de todo habían sido los mismos muggles quienes le habían cortado a su padre la lengua y torturado hasta casi la locura. Dudaba que se sintiese cómodo entre ellos, él mismo no lo lograría.
No tardó tanto en llegar al lugar de la ceremonia, sin embargo, había salido tarde del trabajo y había pasado por casa, por tanto llegó cuando todo estaba a punto de comenzar. Miró alrededor, procurando encontrar la entrada V.I.P. que daba directamente a la primera fila en donde se sentaban los ministros y tomó su lugar no sin antes saludar a los presentes; la Ministra de Justicia (Kelly Fox) y un hombre que jamás había visto en su vida, pero que suponía debía ser importante o no estaría en la primera fila (Liam Cooper).
—Buenas noches —se dirigió a ambos —. Si no me equivoco, es el primer evento realizado con magia al que asisto en mi vida —reconoció aún sorprendido —, no puedo evitar tener la sensación de que estamos haciendo algo prohibido. No es fácil cambiar un estilo de vida de esta manera, pasar de ser la presa a ser el cazador. No sé si me explico.
Y ahí estaba, había soltado esa sensación extraña que le comía la cabeza a dos completos desconocidos, pues aún cuando conocía a Kelly de vista, jamás le había dirigido la palabra, y darse cuenta de ello hizo que se arrepintiera ligeramente. No sería bueno que una colega le tachara de loco en su primer encuentro lingüístico. Pero bueno, después de todo ¿quién estaba realmente ya en su sano juicio?
Con Kelly Fox, Liam Cooper y Effie C. Crawford
(No leí que nadie más estuviera sentado en la primera fila, si alguien se me paso, puede sentirse también aludido por mis palabras.
Y... puse a Effie porque vi que estaba parada detrás de Kelly, y aún cuando no le hablo a ella, ella perfectamente puede escuchar e interactuar también si así lo desea.)
Lo tenía todo absolutamente preparado para asistir a la gran Ceremonia de coronación, que además de poder ver a los nuevos vencedores de los Juegos en persona podría ver un fabuloso desfile donde serían partícipes antiguos tributos. Estaba realmente ansioso para que llegara el momento y de lo único que hablaba en casa era de ello. Lo primero que tenía que hacer era ir a comprar un traje nuevo que fuera fabuloso, así que sin pensarlo me presenté a una de las tiendas más caras y de calidad del Capitolio saliendo con un traje que me encantaba. Seguramente nadie llevaría algo similar porque no tendrían la misma percha que yo mismo llevándolo. De paso llevé conmigo a Derian para que eligiera un traje también para él, algo así no podía faltar mi esclavo ya que era un ex mentor de los Juegos. Además que lo más probable es que viera antiguos conocidos y yo no era tan cruel como para prohibirle algo así, solo esperaba que no me dejara mal ante todo el mundo si hiciera algo indebido. Igualmente se lo dejé bien claro durante los últimos días antes de la gran fiesta.
El día llegó, así que me enfundé en mi increíble traje y salí de mi habitación con la cabeza bien alta, cuando vi a Derian mirarme con esa cara supe en esos momentos que mi esclavo no tenía sentido de la moda. Estaba claro, no había otra explicación que esa. Cuando ambos estábamos listos salimos de la casa encontrándonos de camino a un par de vecinas que me miraron de una forma algo extraña. Me miré el traje, miré a Derian y fue cuando en su rostro ya se veía el típico: Te lo dije. Apreté los labios resoplando, volvimos a casa para cambiarme de ropa y de paso que me ayudara a elegirlo como era debido. No estaba yo muy convencido con la elección de la ropa pero le hice caso, al menos él no era la primera vez que asistía a eventos de ese calibre. Así que sabía de lo que hablaba.
Ahora sí, con el nuevo traje llegamos a la recepción de la fiesta y entregué la invitación, miré antes de entrar a Derian para asegurarme que estaba tras de mí pero luego una vez en el interior ya no volví hacer aquello. No me gustaba tratar mal a los esclavos, mucho menos al mío, pero había que aparentar rodeado como estaba de tantos ojos y aun más cuando uno pertenecía a la seguridad nacional. Me ubiqué en una de las primeras filas de la pasarela para no perder detalle de lo que pudiera acontecer, le eché un último vistazo a todo lo que me rodeaba completamente maravillado por la decoración y el ambiente que se respiraba. Parecía un crío de cinco años. – Veremos chicas guapas, así que a disfrutar – no pude evitar soltarlo como si fuera un comentario al aire para mi mismo pero en realidad iba para mi acompañante
El día llegó, así que me enfundé en mi increíble traje y salí de mi habitación con la cabeza bien alta, cuando vi a Derian mirarme con esa cara supe en esos momentos que mi esclavo no tenía sentido de la moda. Estaba claro, no había otra explicación que esa. Cuando ambos estábamos listos salimos de la casa encontrándonos de camino a un par de vecinas que me miraron de una forma algo extraña. Me miré el traje, miré a Derian y fue cuando en su rostro ya se veía el típico: Te lo dije. Apreté los labios resoplando, volvimos a casa para cambiarme de ropa y de paso que me ayudara a elegirlo como era debido. No estaba yo muy convencido con la elección de la ropa pero le hice caso, al menos él no era la primera vez que asistía a eventos de ese calibre. Así que sabía de lo que hablaba.
Ahora sí, con el nuevo traje llegamos a la recepción de la fiesta y entregué la invitación, miré antes de entrar a Derian para asegurarme que estaba tras de mí pero luego una vez en el interior ya no volví hacer aquello. No me gustaba tratar mal a los esclavos, mucho menos al mío, pero había que aparentar rodeado como estaba de tantos ojos y aun más cuando uno pertenecía a la seguridad nacional. Me ubiqué en una de las primeras filas de la pasarela para no perder detalle de lo que pudiera acontecer, le eché un último vistazo a todo lo que me rodeaba completamente maravillado por la decoración y el ambiente que se respiraba. Parecía un crío de cinco años. – Veremos chicas guapas, así que a disfrutar – no pude evitar soltarlo como si fuera un comentario al aire para mi mismo pero en realidad iba para mi acompañante
No puedo decir que no esté enfadado con Alice incluso después de sus intentos porque me calmara ras regresar del estúpido viaje que hizo porque es una estúpida. Al principio estaba súper preocupado y frustrado porque además Allen no me dejaba hacer nada, no me dejaba buscarla, no me dejaba saltarme clases, no me dejaba pedir ayuda. SOY EL PUTO HIJO DE LA MINISTRA, en 5 minutos podría haber tenido a toda la armada de este maldito país buscándola, pero se empeñó en hacer lo lo más silencioso posible por si acaso (y ya sabemos todos a que se refería con ese por si acaso). Siempre he sido una bomba de relojería, capaz de explotar a mi antojo donde me daba la gana. Mantener la calma en una situación fingiendo que no pasaba nada, casi acaba conmigo. Por las noches agarraba la almohada a golpes o enterraba mi cara en ella para gritar e intentar bajar el nivel de estrés que me recorría por el cuerpo por culpa de todo esto; y para rematar, por si ya no fuera bastante, Alice vuelve herida. Casi de muerte.
Yo no sé mucho de medimagia, lo justo para ir tirando, pero la cara de Allen cuando viene a decirme que ha vuelto es bastante para saber también que esa misma noche podría haberla perdido. Podríamos.
Al final desisto de seguir cabreado con ella porque hay más cosas que tengo en la cabeza. Mi madre ha insistido bastante en que asista a la coronación, que no sé para qué cuando se supone que se habían muerto todos, no deberíamos estarlo celebrando y menos con un estúpido desfile que es más frívolo que el hielo. Me niego a ir, pero ella nunca acepta un no por respuesta. Cuando acabamos discutiendo a gritos, Sean viene en SU auxilio. - ¿Desde cuando eres su perrito? - Escupo las palabras antes de darme cuenta. - Siempre le das la razón, estoy harto. ¡Me tenéis harto los dos! Esa fiesta es una maldita estupidez, ¡TÚ eres estúpida! Prometiste que nadie moriría y se han muerto todos ¿y ahora se supone que tenemos que celebrarlo como si eso no hubiera pasado? Deberías estar disculpándote por lo menos con todas esas familias que ahora no tienen hijos por tu culpa - Y no me refiero solo a los magos, ella lo sabe.
No me espero para nada la bofetada que me da ni tampoco el hecho de que Sean ni siquiera intente detenerla. Aprieto los puños y me mantengo en la misma postura, desafiante, antes de devolverle la mirada otra vez. Su gesto es casi una súplica y entonces, me explica porque necesita que vaya.
Cuando vuelvo a mi habitación tras esa conversación encuentro a Ben con la consola sentado en el borde de la cama. Su reacción es automática y la esconde antes de darse cuenta de que solo soy yo. Desde que estamos en casa con mamá otra vez ha estado teniendo mucho cuidado con todo, no me lo dice pero sé que mi madre le está haciendo algo. Esas marcas en la espalda que a veces le veo mientras se cambia de ropa no se las he hecho yo; pero no quiero preguntar, ni él contármelo, así que nos limitamos a fingir que no pasa. Justo lo que está haciendo mi madre con los juegos. Me doy asco. ¿Por qué a veces cosas tan simples me hacen parecerme a ella? Yo no quiero ser como ella. Desde que era pequeño y tengo uso de razón quería, era fuerte, luchaba por lo que era justo, pero entonces algo pasó... Jared murió y ella perdió el rumbo. Y ahora Sean la sigue ciegamente. - ¿Quieres venir a la coronación? - ¿Quieres que vaya? - No - Ahí muere la conversación. Igualmente creo que no estoy listo para decírselo así que me limito a coger un libro para hacer algo que no sea pensar en lo que mi madre me acaba de pedir y yo acabo de aceptar.
Allen a veces llama para pedirme que saque a Alice de casa, porque sabe que sino le dará mono de estar en la calle, se ira sola, a él le entrará la paranoia y entonces casi sufrirá un infarto mientras ella va por tortitas a la esquina o saca a ese perro estúpido de paseo. Por eso en cuanto sabe que tengo una invitación para la coronación me lo deja caer y yo acepto sin rechistar, de todas maneras ¿a quien sino voy a llevar? Si Audrey siguiera en el castillo tendría su propia invitación y por suerte, Sean aceptó que se largara de vuelta al 8, donde quería estar. Y en cuanto a Neo... bueno, no le veo desde esa noche que apenas recuerdo y desde la que el muy estúpido me esquiva. No me cuesta mucho convencerla o al menos eso creo, no estoy seguro de poner el suficiente empeño pero también me ofrezco a llevarla por petición de Allen, como si no pudiera andar sola 500 metros. A veces me recuerda a mi madre, aunque ella es opresora de una manera más... drástica. Básicamente Ben me ha puesto la ropa mientras yo miraba al vacío así que cuando me dice que estoy guapo me río. No he tenido tiempo de mirarme al espejo, la única palabra que ha salido de mi boca en horas es un "no" cuando Ben me ha preguntado si me pasa algo. Lo peor es lo mal que me siento por mentirle. - Y tú. Deberíamos volver costumbre lo de que lleves vestidos. - Bromeo y le tiendo mi brazo para que se tome de él y así podamos largarnos antes de que Allen decida que viene también, cosa de que le veo capaz.
Hay parte del decorado que me quema las retina, esto no es mi estilo; si bueno vale chicas guapas con ropa genial y a veces hasta medio desnudas, pero que queréis que diga. - No, creo que no. - Miento, en realidad no sé cuando mi madre pretende hacer oficial todo esto pero tampoco estoy muy a gusto quedándome. En ese momento me doy cuenta de que Alice tampoco lo sabe así que eso suman a dos personas a las que ya les estoy mintiendo. - Igual creo que podemos emborracharnos así que en 10 minutos dará igual que sigamos o no sigamos aquí
Yo no sé mucho de medimagia, lo justo para ir tirando, pero la cara de Allen cuando viene a decirme que ha vuelto es bastante para saber también que esa misma noche podría haberla perdido. Podríamos.
Al final desisto de seguir cabreado con ella porque hay más cosas que tengo en la cabeza. Mi madre ha insistido bastante en que asista a la coronación, que no sé para qué cuando se supone que se habían muerto todos, no deberíamos estarlo celebrando y menos con un estúpido desfile que es más frívolo que el hielo. Me niego a ir, pero ella nunca acepta un no por respuesta. Cuando acabamos discutiendo a gritos, Sean viene en SU auxilio. - ¿Desde cuando eres su perrito? - Escupo las palabras antes de darme cuenta. - Siempre le das la razón, estoy harto. ¡Me tenéis harto los dos! Esa fiesta es una maldita estupidez, ¡TÚ eres estúpida! Prometiste que nadie moriría y se han muerto todos ¿y ahora se supone que tenemos que celebrarlo como si eso no hubiera pasado? Deberías estar disculpándote por lo menos con todas esas familias que ahora no tienen hijos por tu culpa - Y no me refiero solo a los magos, ella lo sabe.
No me espero para nada la bofetada que me da ni tampoco el hecho de que Sean ni siquiera intente detenerla. Aprieto los puños y me mantengo en la misma postura, desafiante, antes de devolverle la mirada otra vez. Su gesto es casi una súplica y entonces, me explica porque necesita que vaya.
Cuando vuelvo a mi habitación tras esa conversación encuentro a Ben con la consola sentado en el borde de la cama. Su reacción es automática y la esconde antes de darse cuenta de que solo soy yo. Desde que estamos en casa con mamá otra vez ha estado teniendo mucho cuidado con todo, no me lo dice pero sé que mi madre le está haciendo algo. Esas marcas en la espalda que a veces le veo mientras se cambia de ropa no se las he hecho yo; pero no quiero preguntar, ni él contármelo, así que nos limitamos a fingir que no pasa. Justo lo que está haciendo mi madre con los juegos. Me doy asco. ¿Por qué a veces cosas tan simples me hacen parecerme a ella? Yo no quiero ser como ella. Desde que era pequeño y tengo uso de razón quería, era fuerte, luchaba por lo que era justo, pero entonces algo pasó... Jared murió y ella perdió el rumbo. Y ahora Sean la sigue ciegamente. - ¿Quieres venir a la coronación? - ¿Quieres que vaya? - No - Ahí muere la conversación. Igualmente creo que no estoy listo para decírselo así que me limito a coger un libro para hacer algo que no sea pensar en lo que mi madre me acaba de pedir y yo acabo de aceptar.
Allen a veces llama para pedirme que saque a Alice de casa, porque sabe que sino le dará mono de estar en la calle, se ira sola, a él le entrará la paranoia y entonces casi sufrirá un infarto mientras ella va por tortitas a la esquina o saca a ese perro estúpido de paseo. Por eso en cuanto sabe que tengo una invitación para la coronación me lo deja caer y yo acepto sin rechistar, de todas maneras ¿a quien sino voy a llevar? Si Audrey siguiera en el castillo tendría su propia invitación y por suerte, Sean aceptó que se largara de vuelta al 8, donde quería estar. Y en cuanto a Neo... bueno, no le veo desde esa noche que apenas recuerdo y desde la que el muy estúpido me esquiva. No me cuesta mucho convencerla o al menos eso creo, no estoy seguro de poner el suficiente empeño pero también me ofrezco a llevarla por petición de Allen, como si no pudiera andar sola 500 metros. A veces me recuerda a mi madre, aunque ella es opresora de una manera más... drástica. Básicamente Ben me ha puesto la ropa mientras yo miraba al vacío así que cuando me dice que estoy guapo me río. No he tenido tiempo de mirarme al espejo, la única palabra que ha salido de mi boca en horas es un "no" cuando Ben me ha preguntado si me pasa algo. Lo peor es lo mal que me siento por mentirle. - Y tú. Deberíamos volver costumbre lo de que lleves vestidos. - Bromeo y le tiendo mi brazo para que se tome de él y así podamos largarnos antes de que Allen decida que viene también, cosa de que le veo capaz.
Hay parte del decorado que me quema las retina, esto no es mi estilo; si bueno vale chicas guapas con ropa genial y a veces hasta medio desnudas, pero que queréis que diga. - No, creo que no. - Miento, en realidad no sé cuando mi madre pretende hacer oficial todo esto pero tampoco estoy muy a gusto quedándome. En ese momento me doy cuenta de que Alice tampoco lo sabe así que eso suman a dos personas a las que ya les estoy mintiendo. - Igual creo que podemos emborracharnos así que en 10 minutos dará igual que sigamos o no sigamos aquí
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Obviamente he tenido que traer a mi queridísima esclava, Effie, aunque yo la llamo Euphemia. Se que odia completamente que la llame de esa forma, que siempre me ha dicho que la llame Effie, pero por favor, ¿quién ese ola para decirme que puedo hacer o dejar de hacer? Voy a llamarla como me salga de la entre pierna y si le molesta cualquier cosa mía.. va a tener que aguantarse por ello. Obviamente he tenido que ir con ella de compras para comprarle un vestido y unos tacones preciosos, para que esté a mi altura, pero tampoco unos tan preciosos, no quiero que nadie me eclipse en la noche. Le compré uno que pegase con el vestido que me compré yo y unos tacones bien altos. No puedo dejar que mi esclava vaya con cuatro trapos a una ceremonia tan importante como lo es esta misma. He escuchado que muchas personas van a llevar a sus esclavos horribles, pero yo no les he hecho caso, traigo a mi esclava divina de la muerte, para que todo el mundo se de cuenta de quién es esclava. No puedo permitir que mi esclava vaya horriblemente fea, por lo menos va a tener que ir un tanto guapa. Para mi Euphemia es como una mascota para mi, obviamente no la quiero como a una mascota, pero si que la visto con cosas bonitas y todo eso, excepto en casa, en casa bueno, tampoco es que la trate como la mierda, solo que la trato como se lo merece, por ser humana.
El espectáculo está a punto de comenzar y las personas poco a poco van entrando, sin prisa y bueno, yo ya me encuentro sentada en mi asiento en la que pone "Kelly Fox", especialmente para mi por ser Ministra y tener un cargo tan importante dentro del nuevo Gobierno de NeoPanem. De repente escucho un pequeño murmuro en mi oreja.. parece que es Euphemia y giro elegantemente y sutilmente mi cabeza para quedarme mirándola. —¿Acabas de murmurar algo sin mi permiso? —Impongo, es lo que tengo que hacer. Soy su ama, tengo que enseñar a mi esclava a como comportarse junto a mi en momentos como este. Más le vale no dejarme en evidencia delante de todo el mundo, si no puede ir preparándose. —Haz algo que valga la pena y tráeme una copa para disfrutar del espectáculo... Euphemia. —Le digo con una sonrisa maligna. Se que le jode que le mande cosas, pero es lo que hay. —Estás tardando. —Añado.
Parece que por fin alguien se dedica a saludarme, por fin y me fijo en que es un Ministro, no se exactamente quién, parece que el Ministro de Educación, y le saludo con otro buenas noches. La verdad es que los demás Ministros me la sudan un poco, excepto Julius, Riorden y obviamente Jamie. Esos son con los que más "afecto" he cogido, pero los demás.. la verdad es que no me importa demasiado sus vidas. —Pues espero que se vaya acostumbrándose, esto es uno de los muchos eventos que se harán con magia. Esto no es más que el principio. —Contesto a lo que dice el Ministro de Educación, del cual la verdad no me acuerdo de su nombre y no voy a molestarme en preguntárselo.
El espectáculo está a punto de comenzar y las personas poco a poco van entrando, sin prisa y bueno, yo ya me encuentro sentada en mi asiento en la que pone "Kelly Fox", especialmente para mi por ser Ministra y tener un cargo tan importante dentro del nuevo Gobierno de NeoPanem. De repente escucho un pequeño murmuro en mi oreja.. parece que es Euphemia y giro elegantemente y sutilmente mi cabeza para quedarme mirándola. —¿Acabas de murmurar algo sin mi permiso? —Impongo, es lo que tengo que hacer. Soy su ama, tengo que enseñar a mi esclava a como comportarse junto a mi en momentos como este. Más le vale no dejarme en evidencia delante de todo el mundo, si no puede ir preparándose. —Haz algo que valga la pena y tráeme una copa para disfrutar del espectáculo... Euphemia. —Le digo con una sonrisa maligna. Se que le jode que le mande cosas, pero es lo que hay. —Estás tardando. —Añado.
Parece que por fin alguien se dedica a saludarme, por fin y me fijo en que es un Ministro, no se exactamente quién, parece que el Ministro de Educación, y le saludo con otro buenas noches. La verdad es que los demás Ministros me la sudan un poco, excepto Julius, Riorden y obviamente Jamie. Esos son con los que más "afecto" he cogido, pero los demás.. la verdad es que no me importa demasiado sus vidas. —Pues espero que se vaya acostumbrándose, esto es uno de los muchos eventos que se harán con magia. Esto no es más que el principio. —Contesto a lo que dice el Ministro de Educación, del cual la verdad no me acuerdo de su nombre y no voy a molestarme en preguntárselo.
Con Effie y Sebastian.
Dios, todo lo relacionado con los Juegos ha ido cada vez de mal en peor y no se exactamente como puede estar manejando todo Jamie Niniadis, después de haberla cagado tanto. No han dado explicaciones sobre nada a los ciudadanos de NeoPanem sobre todas las muertes causadas en la arena, en la cual supuestamente no iba a haber muertes ni nada por el estilo, que simplemente era un show, un espectáculo para ver y entretener a los telespectadores.. pero parece que todo lo que habían propuesto había sido toda una farsa y la verdad es que yo necesito explicaciones de todo y lo que me parece totalmente absurdo es que vayan a hacer una ceremonia de coronación, como las que se hacían antes en el gobierno de los Black, para hacer como si no hubiese pasado nada. ¿De verdad piensan que eso va a calmar el enfado que tienen muchas personas? ¿Una maldita ceremonia va a hacer que vuelvan las personas muertas del más allá? Para nada y bueno, me parece bastante mal todo lo que está haciendo por ahora Jamie Niniadis con el gobierno y con NeoPanem, cuando luché codo con codo con ella, cuando vivíamos en Europa no me lo imaginaba de esta manera para nada, en absoluto.
En principio pensaba quedarme en casa viendo el espectáculo sin molestar a nadie y sin preocupar a nadie, aunque solo tenga que preocupar a Julie. Pero ella me dijo que como buena ciudadana del Capitolio, de NeoPanem tenía que asistir allí, además que era la hermana de una aurora y tenía que dar una buena impresión. Es verdad lo que dice Julie, que tengo que ir aunque por lo menos sea por puro "postureo". Ella sabe lo que pienso ahora mismo sobre el gobierno, es la única persona que lo sabe. La cosa es que no estoy completamente "en contra" de Jamie, si no que hay cosas que hace que no me gustan ni un pelo y se de muchas otras personas que tampoco, por ejemplo, su hijo, Seth. No es que haya hablado demasiado con el sobre el tema, pero cuando vamos los dos a practicar Quidditch y todo eso, hay veces que sale el tema y hablamos por ello.
Acabo cogiendo uno de mis mejores vestidos de gala, un mono, un mono-vestido, no se como se llama exactamente a este tipo de prenda pero es de mis favoritos. Me suelto el pelo y lo rizo un poco por los finales y me maquillo lo justo, no me gusta eso de ir como una puerta a la calle. Acabo mirando el resultado final y sonrío. Se que me veo guapa. Cuando estoy preparada cojo mi entrada y creo que Julie esta noche trabaja en la Ceremonia para supervisarla y todo eso, a si que cojo las llaves de casa y me las guardo en un bolso de noche que he cogido y pongo rumbo a la ceremonia. Espero en la cola un tanto sola y espero un poco bastante, la verdad es que hay bastante cola y parece que la idea de la ceremonia le ha gustado a mas de uno, cosa que me parece fatal, pero bueno. Al final acabo entrando a la enorme sala y me quedo sorprendida por todo lo decorado que esta, con luces, esclavos haciendo de lo que sería camareros y toda la gente que hay. Entre la muchedumbre puedo visualizar dos cabezas que me son familiares: Alice y Seth. Decido acercarme a ellos y no quedarme sola toda la noche, mejor acompañada que sola. Voy lo más rápido que me permiten los tacones hacia ellos y los saludo con una sonrisa de oreja a oreja. —¡Hola chicos! ¿Que tal va la noche? —Digo amable. —Por cierto, vais muy guapos. —Añado con una pequeña sonrisita.
En principio pensaba quedarme en casa viendo el espectáculo sin molestar a nadie y sin preocupar a nadie, aunque solo tenga que preocupar a Julie. Pero ella me dijo que como buena ciudadana del Capitolio, de NeoPanem tenía que asistir allí, además que era la hermana de una aurora y tenía que dar una buena impresión. Es verdad lo que dice Julie, que tengo que ir aunque por lo menos sea por puro "postureo". Ella sabe lo que pienso ahora mismo sobre el gobierno, es la única persona que lo sabe. La cosa es que no estoy completamente "en contra" de Jamie, si no que hay cosas que hace que no me gustan ni un pelo y se de muchas otras personas que tampoco, por ejemplo, su hijo, Seth. No es que haya hablado demasiado con el sobre el tema, pero cuando vamos los dos a practicar Quidditch y todo eso, hay veces que sale el tema y hablamos por ello.
Acabo cogiendo uno de mis mejores vestidos de gala, un mono, un mono-vestido, no se como se llama exactamente a este tipo de prenda pero es de mis favoritos. Me suelto el pelo y lo rizo un poco por los finales y me maquillo lo justo, no me gusta eso de ir como una puerta a la calle. Acabo mirando el resultado final y sonrío. Se que me veo guapa. Cuando estoy preparada cojo mi entrada y creo que Julie esta noche trabaja en la Ceremonia para supervisarla y todo eso, a si que cojo las llaves de casa y me las guardo en un bolso de noche que he cogido y pongo rumbo a la ceremonia. Espero en la cola un tanto sola y espero un poco bastante, la verdad es que hay bastante cola y parece que la idea de la ceremonia le ha gustado a mas de uno, cosa que me parece fatal, pero bueno. Al final acabo entrando a la enorme sala y me quedo sorprendida por todo lo decorado que esta, con luces, esclavos haciendo de lo que sería camareros y toda la gente que hay. Entre la muchedumbre puedo visualizar dos cabezas que me son familiares: Alice y Seth. Decido acercarme a ellos y no quedarme sola toda la noche, mejor acompañada que sola. Voy lo más rápido que me permiten los tacones hacia ellos y los saludo con una sonrisa de oreja a oreja. —¡Hola chicos! ¿Que tal va la noche? —Digo amable. —Por cierto, vais muy guapos. —Añado con una pequeña sonrisita.
Con Alice y Seth.
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Las palabras de la mujer taladraron en su cabeza con una seguridad feroz. Era como si la fémina impusiera su voz como ley verdadera tanto dentro como fuera de su mismo trabajo. No se sorprendió entonces de que hubiese llegado a ocupar su cargo a tan temprana edad y supo de inmediato que era alguien con quien no se debía discutir, aunque por supuesto… para él resultaría sumamente divertido, y ese pensamiento le hizo sonreír.
—¿Usted es una Fox, no es así? ¿Kelly… Fox?
Un apellido que parecía que le venía mucho más allá de su nombre. Alguna vez había visto en los viejos documentales de historia algo de una tal muñeca Kelly que ahora se veía demasiado tierna comparada con la ministra, mas no sucedía lo mismo con el apelativo de Zorra (Fox), esa palabra sí que decía mucho. No lo decía precisamente porque creyese que fuese alguien “ligerita”, sino más bien porque parecía tan astuta como un zorro, pero… tampoco iba a dejar pasar la oportunidad de incordiar a alguien tan sutilmente cuando la ocasión se presentaba tan en bandeja.
—Sebastian Rokwook, ministro de educación novato y recién llegado y experimentado mago busca problemas de tiempo completo.
Se presentó tendiéndole la mano al mismo tiempo que le dedicaba una sonrisa torcida. Después de todo, no planeaba hacer enemigos aún y era mejor ir conociendo y amenizando también con el resto del gabinete, aún cuando éstos tuvieran cara de ser capaces de aplastarle como una cucaracha.
—Estoy esperando realmente por ver la brillante revolución mágica que se nos viene por delante. Es una de las razones por las que me mudé a este lugar y… algo me dice que gente como usted serán precisamente los líderes de este nuevo movimiento.
Comentó con naturalidad, aún cuando sus palabras llevaban un mensaje oculto de por medio.
—¿Usted es una Fox, no es así? ¿Kelly… Fox?
Un apellido que parecía que le venía mucho más allá de su nombre. Alguna vez había visto en los viejos documentales de historia algo de una tal muñeca Kelly que ahora se veía demasiado tierna comparada con la ministra, mas no sucedía lo mismo con el apelativo de Zorra (Fox), esa palabra sí que decía mucho. No lo decía precisamente porque creyese que fuese alguien “ligerita”, sino más bien porque parecía tan astuta como un zorro, pero… tampoco iba a dejar pasar la oportunidad de incordiar a alguien tan sutilmente cuando la ocasión se presentaba tan en bandeja.
—Sebastian Rokwook, ministro de educación novato y recién llegado y experimentado mago busca problemas de tiempo completo.
Se presentó tendiéndole la mano al mismo tiempo que le dedicaba una sonrisa torcida. Después de todo, no planeaba hacer enemigos aún y era mejor ir conociendo y amenizando también con el resto del gabinete, aún cuando éstos tuvieran cara de ser capaces de aplastarle como una cucaracha.
—Estoy esperando realmente por ver la brillante revolución mágica que se nos viene por delante. Es una de las razones por las que me mudé a este lugar y… algo me dice que gente como usted serán precisamente los líderes de este nuevo movimiento.
Comentó con naturalidad, aún cuando sus palabras llevaban un mensaje oculto de por medio.
Nota: Estaba esperando que los demás respondieran, pero como no ha pasado nada, respondo y ya, si desean unirse que lo hagan XDCon Kelly Fox
+7
Seth K. Niniadis
Alice D. Whiteley
Liam Cooper
Jessica D. Voznesenskaya
Arianne L. Brawn
Jasper E. Davies
The Mighty Fall
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