Cada 25 de mayo, los Helmuth celebran con una mezcla de alegría y nostalgia. Es el cumpleaños de Oliver, pero también el aniversario de la muerte de su madre, quien falleció pocas horas después de traerlo al mundo. Aunque solo estuvo con ella unos minutos, Oliver nunca sintió una carencia afectiva, gracias al amor incondicional de su padre y sus tías, quienes asumieron todos los roles necesarios para su crianza.

Inquieto pero carismático, inteligente pero despistado, la vida de Oliver está llena de pequeños contrastes que definen su personalidad. Es un deportista nato y, aunque admira a su padre, decidió en un principio seguir un camino diferente, especializándose en educación. O al menos, eso fue lo que pensó al inicio. A pesar de su deseo de forjar su propio destino, de alguna manera terminó cambiando de departamento al área de salud.

Recientemente, Oliver ha enfrentado situaciones difíciles que lo han afectado más de lo que deja entrever. El atentado al ministerio y el secuestro de su padre fueron eventos traumáticos que lo llenaron de preocupación. Aunque nunca mostró interés en la política, ni siquiera cuando su padre asumió el puesto de Ministro de Salud, se encuentra cada vez más en desacuerdo con los métodos rebeldes y más a favor de las políticas implementadas por el ministerio.

Ha completado su educación superior, y aunque no obtuvo una doble titulación, aprobó suficientes materias en ambas especialidades como para trabajar como asistente social y, a veces, como voluntario en el centro de salud del Distrito 2.

Aunque había estado viviendo solo durante un tiempo, recientemente comenzó a compartir piso con Maeve, con quien mantiene una relación cuya definición aún le resulta confusa.