Llegué a un lugar que no me esperaba para nada. Era una mesa llena de comida. Era una trampa, estaba segura, incluso si algunas cosas si parecían comestibles a pesar del agua que estaba cayendo. Sin embargo mi prioridad en ese momento era esconderme de la lluvia, así que no reparé mucho en las cosas sobre la mesa, sino que me metí debajo para resguardarme de la lluvia. No era la gran cosa, pero era mejor que nada. Las gotas habían empezado a golpear con fuerza y la cabeza ya me dolía, así que prefería tener algo que la cubriera aunque fuera momentáneamente.

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Viene de: Arroyo
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Poco a poco, la lluvia comienza a menguar. El suelo se encuentra embarrado y la temperatura ha bajado hasta los 20°. Las nubes se han dispersado, pero se ha levantado una pequeña brisa.

Nos encontramos en la mañana del miércoles 14 de agosto, 2472

Pasé una noche horrible. La mesa me protegía de la lluvia, y los manteles del viento, pero eso solo hasta la madrugada, porque cuando el viento empezó a aumentar de intensidad, fue casi imposible que los manteles se estuvieran en su lugar incluso aunque estaban totalmente empapados. Tirité toda la noche, ni siquiera sé como no me mató el frío. Me temblaba la boca y me había calado el agua hasta los huesos. Estar sentada sobre el lodo que se fue formando por el agua que se colaba debajo de la mesa a causa del viento tampoco fue de mucha ayuda para conservar el calor, pero al final, la eterna noche pasó.

Me pareció escuchar un cañonazo pero no estaba segura. El ruido de fuera era tanto que esperaba habérmelo imaginado. O no. La verdad quería que todo eso terminara pronto, y para eso, cuantos más cañonazos sonaran, mucho mejor.

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Va a: Rosedal 1/5
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No tenía muchas ganas de dejar mi refugio bajo la mesa, pero no tenía más opciones. El viento golpeaba fuerte, y la lluvia había parado. No me parecía muy inteligente pasar mucho tiempo en un solo lugar, y por eso, aunque no había descansado nada, prefería ponerme en marcha. Salir al exterior me hizo arrepentirme casi en seguida. El viento, sin nada que me protegiera (por poco que fuera) me hizo temblar de una vez. Mi ropa se había secado, al menos la parte de arriba. La de abajo se había embarrado horrible y aún estaba húmeda porque hasta hace tres segundos, estaba apoyada directamente contra el suelo, especialmente mi trasero.

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Va a: Rosedal 2/5
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Miré el lugar por donde había venido y caminé hasta allí, pero apenas tres pasos después me arrepentí. Para llegar a aquella mesa (cuya comida parecía haber sido reemplazada porque ya no estaba mojada), había tenido que cruzar el arroyo, y no estaba segura de que tras la intensa lluvia de la noche anterior, siguiera tan fácil de cruzar. Yo no sabía nadar. Así que la única opción que tenía era dar media vuelta y buscar otro camino.

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Va a: Rosedal 3/5
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Mientras caminaba de nuevo junto a la mesa, intentando mirar hacia la naturaleza que la rodeaba, el olor de la comida siempre me obligaba a girar la cabeza. Era muy atrayente incluso si el hambre no me apretaba todavía. No había visto comida así desde que había estado en el centro de entrenamiento y era imposible pasar por el lado solo ignorándola. Sin embargo, seguía diciéndome a mi misma, incluso si me daba el gusto de disfrutar del olor, que esa mesa era una trampa que probablemente me matara si me atrevía a caer en ella.

Tragué saliva un par de veces e hice de tripas corazón, alejándome un par de pasos más como si así, se me hiciera más fácil mantener mi fuerza de voluntad.

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Va a: Rosedal 4/5
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Dentro de la maleza encontré algo parecido a un camino. No era del todo claro, pero sí lo suficiente como para que me aventurara a colarme dentro. No quise experimentar demasiado metiéndome en cualquier sitio por miedo a acabar perdida. Aunque, dada las circunstancias ¿no era eso algo bueno? Tal vez si me perdía, puede que nadie me encontrara, y al final, volviese a casa.

Sacudí la cabeza. No iba a hacerme eso; soñar con la posibilidad de ganar unos juegos a los que sé que he venido a morir y que cualquier estrategia que trace, solo alargará mi tiempo límite algunas horas más.

Me colé entre los arbustos con el cuchillo en la mano, algo nerviosa por el nuevo territorio en el que iba a adentrarme.

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Va a: Rosedal 5/5 (SALGO)
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Las nubes grises empiezan a desaparecer y el sol calienta un poco más. El viento, no obstante, sigue soplando. Por momentos, el suelo parece temblar a lo lejos, como si algo de enorme tamaño estuviese en movimiento. Suerte para los tributos, aún no decide salir de su escondite.


Estamos en la tarde del 14 de agosto, 2472.

Las horas van pasando y el sol se oculta detrás del horizonte. Las vibraciones en el suelo se han detenido y el silencio se hace notar.

Nos encontramos en la noche del 14 de agosto, 2472.

El sol comienza a salir entre los árboles, dándole paso a un nuevo amanecer. Las nubes se apilan para enseñar una mañana nublada y fresca.

A pesar de que no cae lluvia, las nubes grises son oscuras y copan todo el cielo. La temperatura ha bajado de forma considerable y el viento se levanta con fuerza.